"No confíes ni en tu sombra ya que hasta ella te abandonara cuando la oscuridad se cierna sobre ti."
Taehyung se despertó pero no abrió los ojos, demasiado cansado para siquiera intentarlo. La cabeza le dolía, podía sentir su cerebro expandirse y contraerse al igual que un órgano amorfo. No supo cuánto tiempo había estado dormido, pero por la luz que se filtraba a través de sus párpados supuso que había estado en el mundo onírico por bastante tiempo. ¿Por qué no se sentía más descansado? El viaje en tren de Seúl a Daegu había sido agotador, en especial cuando el motivo detrás de dicho viaje era el asistir al funeral del hombre que lo crió como a un hijo. Y el funeral en sí había sido mucho más extenuante, la tristeza y el dolor pueden ser aún más fatigosas que cualquier tipo de ejercicio físico. Tal vez para recuperarse de la pesadumbre que ahora le invadía el cuerpo iba a necesitar dormir por treinta años más.
—¿Era necesario que lo golpeará tan fuerte? Ya han pasado cuatro horas y el humano no despierta.
—No te preocupes, su cabeza es tan dura como una roca, va a sobrevivir.
La conversación llegó a sus oídos de manera amortiguada, como si el sonido proviniera de otra habitación. Intentó recordar si había dejado encendido el televisor de la sala de estar, pero ni siquiera recordaba haberlo prendido. Aunque con todo lo que había pasado y con el dolor de cabeza tan fuerte incluso pudo haber descubierto la cura del cáncer y haberlo olvidado. Se giró en su costado y adoptó una posición fetal, cubriéndose los oídos con las manos.
—¿Y qué va a pasar si le causaste daño cerebral? Tuvimos la suerte suficiente de encontrarlo con vida, pero si el humano ya no despierta significa que desperdiciamos veinte años de nuestras vidas buscándolo por nada y que además Namjoon-hyung se va a encabronar y ya sabes lo que eso conlleva, todo porque no puedes controlar tu fuerza.
¿Qué clase de dramas enfermos pasaban ahora en la televisión? Taehyung quería apagarlo, pero no tenía la fuerza para ponerse de pie. Lo único que podía hacer era hundirse más en el colchón esperando desaparecer por completo y no tener que lidiar con la realidad tan espantosa que le esperaba al abrir los ojos, esa en la que se había quedado solo en el mundo porque el único familiar que le quedaba murió de forma horrible y creyendo que aquel niño que había adoptado como suyo lo odiaba. No quería tener que pensar en lo que iba a hacer con la propiedad ni con las pertenencias del hombre. Tampoco quería pensar en cómo iba a vivir en adelante con la culpa que sentía y parecía no querer abandonar su cuerpo. Lo único que de verdad quería era desaparecer y olvidarse de todo.
—Jimin-ah, voy a dejar de controlar mi fuerza de verdad si no desapareces de mi vista.
Jimin. Jimin. Jimin. El nombre del personaje en ese drama le resultó extrañamente familiar, y con el nombre repitiéndose dentro de su cabeza adolorida e hinchada llegaron los recuerdos de alguien golpeando a su puerta, de un chico amable y su auto averiado, de una llamada telefónica y de él siendo golpeado en la cabeza. Poco a poco esos recuerdos fueron tomando sentido formando una película dentro de su cabeza, cuando ésta por fin de reprodujo se incorporó en la cama tan rápido que el dolor se expandió por todo su cuerpo y la habitación comenzó a dar vueltas. Una habitación que ciertamente no era la suya. Aterrado se palpó la cabeza encontrando una protuberancia en la parte trasera, prueba definitiva de que había sido golpeado y quien sabe que otras tantas cosas más.
—Si el humano no despierta o si le descompusiste el cerebro, te lo advierto hyung, tú vas a ser el único que va a cargar con la culpa.
—Como sea, sólo desaparece de mi vista.
Cuando el lugar dejó de dar vueltas y su vista se ajustó a la luz artificial se dedicó a analizarlo, era un cuartucho con no más que el colchón en el que él estaba sentado y una silla en una de las esquinas. Por suerte no estaba atado y la ventana, a pesar de estar completamente cubierta con pintura negra, no parecía estar sellada y si lo estaba siempre podía quebrar el vidrio. Podía intentar escapar, los secuestradores estaban más ocupados discutiendo entre ellos y probablemente no volvería a tener otra oportunidad como esa, por ahora no estaba atado y tenía que aprovecharlo antes de que lo hicieran o de que, aún peor, lo asesinaran.
—El humano ya despertó, ¿estás contento ahora? ¿Ya puedes dejar de fastidiarme?
Taehyung detuvo sus movimientos antes de siquiera poner un pie fuera del colchón. ¿Cómo supo que ya había despertado? Sólo entonce pensó en la posibilidad de que hubiese cámaras instaladas, ningún secuestrador es tan idiota como para dejar a su víctima sin atar y con una ventana sin protección. Quería echarse a llorar, pero se dijo a sí mismo que debía mantener la calma y pensar en la forma de salir de aquella situación. Palpó los bolsillos de su pantalón, pero era obvio que también le hubiesen quitado su celular.
Jimin ingresó a la habitación y suspiró aliviado al ver que, en efecto, estaba despierto y sin aparente daño cerebral. Sonrió amablemente, pero Taehyung se dijo que nunca más volvería a confiar en esa sonrisa que fue la misma que lo engañó horas atrás. Su tío siempre tuvo razón respecto a las personas, eran malas y egoístas. Se arrastró en el colchón hasta que su espalda chocó con la pared, e inconscientemente abrazó sus piernas contra su pecho en un acto reflejo de protección y seguridad, lanzando miradas furtivas a la ventana.
—La ventana se ve tentadora, ¿cierto? Pero estarás de vuelta en ese colchón en un parpadeo. Mejor no lo intentes si no quieres terminar más adolorido. —Taehyung se encogió en sí mismo aún más, ganándose una mirada simpatética por parte de Jimin. —Hey, esta bien, no tengas miedo, no queremos lastimarte, en realidad es todo lo contrario.
—¿Oh, de verdad? Mi cabeza adolorida difiere. —Taehyung se atrevió a responder, haciendo reír al secuestrador que seguía mirándolo como a un pobre animalito indefenso.
—Me disculpo en el nombre de Yoongi-hyung por ese golpe, no era su intención lastimarte en serio.
—Escucha, si están haciendo esto por el dinero de una vez te digo que no hay nadie que pueda pagar mi rescate, pero tengo algo de dinero en el banco, podemos ir juntos a un cajero automático, te prometo que si me dejas ir no voy a ir con las autoridades, no voy a decírselo a nadie —Taehyung intentó razonar, su voz suplicante y lastimosa.
Si lograba convencer a los secuestradores de llevarlo a un cajero automático podría hacer algo para alertar a la gente de su situación, o incluso intentar escapar. Jimin no parecía estar armado y él siempre fue un buen corredor. El secuestrador negó con la cabeza y sonrió, Taehyung casi creyó ver algo de bondad y misericordia en los ojos del criminal, tal vez si seguía presionando.
—No estamos interesados en el dinero, no en tu dinero. Esto no es un secuestro, es la medida más viable para mantenerte seguro.
Taehyung jadeo desesperado, sentía que se iba a volver loco. En su cabeza intentaba darle un significado a todo lo que estaba pasando, pero nada tenía sentido. Pensar con claridad era casi imposible cuando se tenía la cabeza adolorida y además se estaba encerrado en un cuartucho con un hombre desconocido que probablemente era un criminal peligroso, pero que clamaba no ser un secuestrador. Con mirada precavida Taehyung lo analizó en la búsqueda de algo que le sirviese para escapar, y ciertamente Jimin no parecía estar necesitado de dinero. Estaba bien vestido con ropas que podía asegurar eran costosas y de buena calidad, se miraba limpio y aseado, con el cabello teñido de rosa bien peinado. ¿Pero si en realidad no lo hacían por dinero, que otro motivo tendrían para retenerlo en contra de su voluntad?
—¿Seguro de qué? —preguntó con un hilillo de voz. Cabía la posibilidad de que Jimin y quien sea quien fuese ese tal Yoongi-hyung no lo estuviesen haciendo por una recompensa monetaria, tal vez eran unos de esos sádicos que secuestraban personas que nadie extrañaría para venderlas al mercado negro, para prostituirlos o para hacer películas snuff.
Jimin sabía sobre la muerte de su tío y la manera en que murió, además también supo su nombre sin que él se lo hubiese dicho antes, estaba claro que antes de realizar el secuestro se habían tomado su tiempo para investigar sobre su vida, nada estaba dejado al azar y eso fue lo que mandó a Taehyung al borde. No lo iban a dejar ir tan fácilmente, si es que alguna vez lo dejaban ir. Primero estaría muerto antes que en libertad, eso era lo único claro de la situación.
El otro secuestrador hizo acto de presencia antes de que Jimin pudiera responder a su pregunta, y parecía ser incluso más pequeño que Jimin, pero por algún motivo era más intimidante. Daba una sensación de peligro inminente y hacía que el sentido de supervivencia se activará y te indicará la huida. Cuando el hombre ingresó a la habitación la luz de la bombilla perdió luminosidad y el miedo se apoderó, una vez más, de su cuerpo. Había algo en el ambiente, algo que definitivamente no se sentía segundos atrás, era un sentimiento denso y aprensivo que hacía a su corazón latir más lento, casi como si fuese a detenerse. Y aunque intentó observar el rostro del segundo secuestrador no pudo hacerlo, había algo, una barrera que le impedía elevar la mirada, pero podía sentir la mirada del hombre sobre él, y no pudo evitar pensar en un jabalí y un león que vio alguna vez en un documental. Tristemente y por más que le gustaran los leones, él era el jabalí y aquel hombre era el león.
—Lo estás asustando, hyung. ¡Míralo, incluso comenzó a temblar! —Jimin observó, pero no había tono de burla alguna en su voz.
Después de la observación de Jimin poco a poco esa sensación de oscuridad se fue desvaneciendo, la luz brillante de la bombilla regresó, su corazón recobró su ritmo normal y la necesidad de salir corriendo en pos de mantenerse con vida fue desapareciendo, al igual que aquella barrera que en un principio le impidió analizarlo. Era un hombre que rondaba la misma estatura de Jimin, aunque sin los músculos, también era mucho más pálido y su vestimenta no era tan elaborada como la de su compañero; unos simples jeans, t-shirt y hoodie negros, al igual que sus tenis. Se miraba como uno de esos adolescentes rebeldes que escuchan música que es más gritos que cualquier otra cosa, y Taehyung no pudo entender qué era aquello de él que en primera instancia le había causado tanto miedo.
—Estás haciendo la pregunta equivocada, niño.
Taehyung paseó su mirada entre los rostros de ambos frenéticamente, sus ojos casi dolían por el movimiento ocular tan rápido que era incapaz de detener, intentaba leer en ellos algo que le dijera que era lo que estaba ocurriendo, pero no pudo encontrar nada. La sonrisa amable de Jimin seguía en su lugar, pero era una sonrisa vacía carente de emociones, y los ojos felinos de ese tal Yoongi no transmitían otra cosa más que tenme miedo.
—No es de qué, sino de quién —Jimin explicó al ver su rostro delineado en desesperación y terror. —Hay alguien que te busca, y si llega a encontrarte vas a preferir estar muerto.
No necesitaba que ese alguien lo encontrara para comenzar a desear tal cosa. Taehyung observó de nuevo al tal Yoongi, y a pesar de su aspecto adolescente y de su escasez de palabras pudo deducir que era él quien estaba a cargo; algo en la forma en que Jimin buscaba siempre su mirada, como si estuviese esperando una orden que nunca llegaba —o que si lo hacía Taehyung era incapaz de oír, le decía que Yoongi era el cabecilla, no podía ser de otra forma.
—No estoy seguro de si esto es una fantasía enferma que querían llevar a cabo, y sinceramente ya no me importa. Sólo les pido que si van a matarme lo hagan pronto y rápido, tengan piedad —Taehyung dijo con aires dramáticos y voz quebrada, esperando cualquier cosa que ese par planeaba hacerle.
Yoongi arrugó la nariz y el entrecejo, mientras que Jimin soltó una carcajada.
—Te lo dijo, le rompiste el cerebro, hyung.
—No, claramente ya era estúpido antes del golpe. No creo tener la paciencia para esto, hazte cargo, Jimin-ah.
Yoongi abandonó la habitación, llevándose con él los últimos rastros de pesadumbre y amenaza, haciendo de respirar algo más fácil una vez que atravesó la puerta. Incluso la luz de la bombilla comenzó a brillar con más fuerza. Taehyung sin darse cuenta siguió observando el lugar donde segundos antes aquel secuestrador había estado parado, aún pudiendo percibir algo de esa aura tan oscura y pesada en ese lugar.
—Es increíble lo que hyung puede hacer con sólo su presencia, ¿no lo crees?
Taehyung no respondió y tampoco se movió, a él le pareció cualquier cosa menos increíble lo que ese pequeño ser podía transmitir. Sólo el pensamiento de sus ojos felinos le causaba escalofríos y ganas de salir corriendo. La presencia de Jimin, a pesar de también le causaba terror, era mucho más agradable y la prefería antes que la de Yoongi.
—Yo sólo... no puedo creer lo que me dicen, ¿quién querría hacerme daño? —Taehyung cuestionó, apartando la mirada de aquel lugar vació y posandola en Jimin, aunque la pregunta estaba dirigida más para él mismo que para su secuestrador.
—Criaturas con horribles intenciones.
Taehyung arrugó el entrecejo y negó con la cabeza, claramente confundido. —¿Qué?
—Dije criaturas con horribles intenciones.
—No, eso lo escuché. Lo que quiero saber es por qué unas criaturas con horribles intenciones estarían interesadas en mí. Yo soy nadie.
—No están interesadas precisamente en ti, más bien en el secreto que proteges, una vez que lo obtengan tú dejas de ser útil para ellos.
—¿Qué? —Taehyung volvió a preguntar, en un estado casi histérico.
—Dije--.
—¡Sé lo que dijiste! ¡Pero es estúpido, tú eres estúpido y ese otro chico también es estúpido! ¡Yo no protejo ningún secreto, ni siquiera se guardar secretos por el amor de Dios! ¡Se equivocaron de persona! —Taehyung había intentado mantenerse calmado y razonar con los secuestradores, pero era tan difícil cuando todo lo que decían eran cosas sin sentido. No hablaban de rescates y tampoco lo estaban amenazando con pistolas o cuchillos; él no era un experto en secuestros, pero estaba seguro de que eso era lo que los secuestradores comunes hacían con sus víctimas. —Por favor, sólo... sólo déjame ir.
—Lo siento, no puedo —Jimin lo miró simpáticamente, incrementando sus ganas de llorar.
—Escucha, tienes a la persona equivocada, no es a mí a quien buscan, sólo soy un chico de campo que nunca se metió con nadie. Te sugiero que me dejes ir y vayas a buscar al indicado porque ese no soy yo, y deberías darte prisa antes de que las criaturas con horribles intenciones lo encuentren —Lágrimas gruesas resbalan por sus mejillas y su nariz se estaba escurriendo, su voz también era un desastre.
—Taehyung-ah, ¿puedo llamarte así? No hay ninguna equivocación, tú eres la persona que buscábamos y nosotros no cometemos errores. Nunca.
—No estoy diciendo que sean unos incompetentes, pero un error cualquiera--.
Jimin resopló con impaciencia, mirando a Taehyung como si éste se tratara de un idiota. Taehyung se encogió aún más, de ser posible, consciente de que su gran boca había hecho enojar al secuestrador. ¿Pero qué era lo que esperaban de él? Había sido golpeado y secuestrado, el dolor de cabeza lo estaba matando y no había un sólo momento en el que no se sintiera aterrado. Era demasiado, cualquier persona en su lugar perdería los estribos. Cuando no vio a Jimin parado en el mismo lugar pensó que éste también había abandonado la habitación, pero en cuestión de segundos el secuestrador ya estaba en cuclillas frente a él y ni siquiera lo vio moverse. La habitación no era tan grande, pero nadie podía caminar, o incluso correr, tan rápido de un extremo al otro, no al menos sin ser visto u oído. Pero algo en la mirada de Jimin lo hizo alejarse de esos pensamientos, esos no eran el mayor de sus problemas.
—Creo que necesitas dormir un poco más.
No tuvo tiempo de replicar, ni siquiera de moverse, los movimientos de Jimin fueron tan rápidos que la única evidencia de que había sido golpeado, una vez más, en la cabeza era el dolor punzante que se expandía por todo su cráneo y que de nuevo lo dejaba inconsciente.