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RDragón por MiRoApril

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—¡Hey Bro! ¿Quién es la chica de las fotos?

 

—¡Si! ¡Es hermosa! ¿Ya tienes novia? —Pronunció Ri empujando a Tae de la cámara.

 

—¡Lo es! ¡Es hermosa! —Su sonrisa delataba todas sus palabras. — Hey, tranquilo. —Rió mientras negaba. — No es mi novia, la conozco hace una semana, estamos en el mismo grado.

 

—Wooh Deberias presentarla…—Insinuó Ri.

 

—¡Olvídalo! Es demasiado buena para ti.

 

—¡Hey! ¿Qué quieres decir?

 

—La quieres para ti solo. —Agrego Tae.

 

—¡Que no! Hombre, es solo una amiga.

 

—Esas fotos no son de amigos.

 

—¿Cómo qué no? Solo nos abrazamos…

 

—Que rápido tomo la confianza. Seguro le gustas.

 

—Hm… No lo creo. —Respondió entre risas. — ¿Por qué le gustaría? Tiene más tipos por los cuales estar babosa. Aunque ella no demuestra ser como las demás… Quizás… No lo había pensado. ¿¡Qué!? ¡No le puedo gustar!

 

—¿Por qué no? Es hermosa. —Volvió a hablar Ri.

 

—Tu calla. Ya se que te gusta. —Frunció el ceño.

 

Ambos amigos rieron a carcajadas mientras el no entendía absolutamente nada. Desde un principio sabía que ambos quedarían encantados con Yoo Bin, la mujer era hermosa, amable, simpática y graciosa, tenía todo lo que un hombre buscaba en una mujer, además de la rebeldía, sin contar que le agradaba que esta entendiera todo lo que hablaba.

 

—¡Yah! ¿Qué es tan gracioso?

 

—Amigo, estas celoso. —Ambos siguieron riendo.

 

—¡Que no! Yoo bin es mi amiga.

 

—Entonces, ¿Por qué la defiendes de Ri? No hiciste eso antes, dejabas que atacara.

 

—Tsk. — Bufó. — Ella es demasiado buena, Ri solo la haría sufrir.

 

—Hey, ¿Quién dice que quizás es la correcta?

 

No dijo palabra alguna, fue una simple mirada hacia la cámara donde su amigo volvió a reir por haberlo atrapado.

 

—Bien, vale, no me acerco a tu chica.

 

—De vuelta con eso…—Soltó un suspiro pesado.

 

—Terminado el tema de su novia. — Tae hizo una pausa. — ¿Vienes este fin de semana? Ya nos aburrimos sin ti, necesitamos una noche alocada.

 

—La verdad es que quiero ir, pero prometí a Yoo Bin estar aquí con ella. Creo que tiene problemas con sus padres, no quiere ir a la ciudad, en algún momento la convenceré.

 

—Podría quedarse en mi casa. —Agrego Ri.

 

—Voy a matarte si le haces algo.

 

Todos rieron una vez más.

 

—Entonces, ¿Qué? —Volvió a interrumpir Tae. — ¿Cuándo se supone que vas a venir?

 

—Bien, yo supongo que el próximo fin de semana, quiero ir a comprar un buen traje para el baile de bienvenida.

 

—¿¡Eh!? —Ambos amigos exageraron su expresión. — ¿Baile? ¿Qué baile?

 

—¿No les comente? Aquí tienen un baile de bienvenida para los nuevos alumnos.

 

 

A diferencia de otros institutos, la academia no recaudaba fondos para ninguna asociación ni mucho menos para el mismo instituto, dinero seguramente les sobraba, por ende no le era necesario hacer la compra de boletos y todas esas estupideces que  los demás lugares insistían. El país se destacaba por ser una copia de los americanos, no le sorprendía que existiera algo similar al rey y la reina del baile, después de todo seguían un estilo medieval, pero a esas alturas ya no le sorprendía nada.

Día viernes, segunda semana de clases y ya estaba aburrido de tener que levantarse temprano por la mañana, aun cuando el castillo quedaba tan cerca y su alarma sonara exactamente siete y media de la mañana, necesitaba más horas de sueño o menos tiempo hablando con sus amigos por la noche, sin contar que ya debía estar estudiando los malditos números que no entendía de Hero, porque si, la primera clase con sus benditas hojas de ejercicios no era nada más y nada menos que una evaluación para calificar su nivel, para él, bajo, muy bajo.

 

No era por su calificación, pero odiaba a ese maestro. Hero no abría la boca para nada más que para explicar cómo se realizaba un ejercicio, entregaba formulas y se sentaba a leer el mismo libro de siempre, a esas alturas debió terminarlo, pero no, el seguía con ese maldito libro en sus manos. Hacer una pregunta era prácticamente un suicidio, el hombre dejaba en ridículo a quien lo mereciera, con el siempre existían preguntas tontas. ¿Por qué esa academia tendría un maestro como él? Era un bueno para nada.

 

Ya no le importaba llegar tarde a la clase del sombrío. Aun mirando el reloj de su muñeca lo hacía sin importancia, simplemente era para calcular cuánto demoraría su amiga esa mañana, ya se había hecho habitual esperarla en la salida del castillo del sol. ¿Por qué caminar solo cuando podía caminar con Yoo Bin?

 

—Dragón. —Dijo la mujer agitada.

 

Había descubierto que se acercaba aun cuando no tenía la mirada al pasillo que daba con las habitaciones de femeninas, siempre se quedaba a disfrutar de la vista que daba el castillo, se sentía en otra época y los tacones de Yoo Bin la delataban.

 

—Lo siento, se me hizo tarde. — Se excusó la mujer.

 

—Tranquila también me retraso la mayor parte de las veces. — Respondió entre risas. — Vamos que el viejo nos regaña

 

—Si sigues tratando a Hero de esa forma creerán que estas celoso de él.

 

—¿Yo? ¿Celoso? —Bufó. — Es desagradable ese tipo

 

—Quizás solo te falta conocerlo…Y…—Miro a su amiga. — Si, es algo… Especial. — Soltó una risa.

 

—No es especial. Es un maestro que no sabe atender las consultas de sus estudiantes. Además, ¿Qué tiene con ocultar sus ojos? Seguro tiene la mirada mala y se le unen los ojos al centro. — Pronunció con malicia. — ¡Es bizco!

 

Ambos rieron de inmediato, era por ello que adoraba a esa chica, siempre reía con todas sus estupideces y sus risas no eran precisamente de esas para quedar bien, se tonaba a leguas que disfrutaba sus payasadas.

 

—Él siempre ha tenido esas gafas.

 

—¿Si? Hm…—Tomo una pausa. — Por cierto, ya que llevas más tiempo aquí que yo. ¿Qué es eso de la fiesta de bienvenida?

 

—Bueno…—Dio suspenso. — Lo hacen todos los años, es como cualquier baile y nos dejan beber.

 

—¿Eh? ¿Beber? ¿Te refieres a alcohol?

 

La mujer asintió.

 

—Si, ¿Por qué no?

 

—¿No tienen miedo a que se emborrachen los alumnos? Es un instituto mixto, hay habitaciones y rincones oscuros en toda la academia.

 

—¿Te refieres a que todos cuando beben pueden llegar a tener sexo?

 

—¡Claro! ¿Cómo es que les permiten hacer eso?

 

—Hm… Nunca antes tuvieron problemas con eso. De hecho no se ha descubierto a nadie que al pasarse de copas ya sabes, termine “mal” —Yoo Bin realizo comillas con sus dedos justamente en las últimas palabras.

 

—Es una locura. Es obvio que ocurren esas cosas, doy por escrito que todos esperan esa noche para tener sexo.

 

—Yo dije que no se han descubierto esas parejas, no dije que no lo hicieran.

 

—¡Lo sabía! —Se detuvo y tomo la muñeca de la contraria. — Espera. ¿Tu no…?

 

Yoo Bin río de inmediato negando a su vez.

 

—Créeme que nadie ha llegado a tocarme ni el cabello.

 

—Oh…—Soltó un suspiro. — Muy bien.

 

Entonces la menor dejo salir un suspiro suave.

 

—¿Qué ocurre?

 

—¿Por qué eres tan preocupado por mí? Digo, nos conocemos hace una semana y te preocupas demasiado…

 

—Hm.. Eres una amiga Yoo Bin, simpática, dulce y tierna. ¿Por qué no querría cuidarte?

 

—Nunca pensé que alguien se preocuparía por mí.

 

—Pues ya tienes a alguien…

 

 

No quería hacer creer a Yoo Bin que estaba a su lado simplemente por su ayuda, no era como si le debiera un favor, tampoco la conocía demasiado como para saber qué era lo que le ocurría realmente en su vida, ¿Por qué esa forma de reaccionar ante su preocupación? ¿Qué problemas tenía con sus padres?  Sentía como si esta temiera a ir a la ciudad, no insistió en el tema la primera vez que la invito a conocer a sus amigos y es que deseaba disfrutar tanto con ellos como con Yoo Bin.

 

Parecía ser tan común la primera vez que la vio… Pero como decía el dicho. “Caras vemos, corazones no sabemos”

 

 

—¿De que te ocultas? —Preguntó una voz femenina a su espalda.

 

“Atrapado”. Pensó.

 

Lo primero que pensó fue en una maestra, peor aún, esa voz sonaba similar a la de la directora, ¿Qué sería de él si le atrapaba la directora? ¿Tendría un castigo aun peor que los otros? ¿Lavar baños?

 

Trago en seco cuando se volteó aun agachado y oculto en los arbustos, pero la tipa parecía no interesarle el ser descubierta. Inmediatamente pensó en los alumnos de las clases nocturnas. ¿Era parte de ellos? Recordando a los del castillo de la luna, ¿Dónde se suponía que estaban? ¿Sus clases no debían comenzar?

 

—Shh… —Tomo de la muñeca a la mujer obligándola a inclinarse a su lado. —No me delates.

 

Ella río.

 

—¿Vienes a espiar a los del castillo de la luna? —Preguntó con una voz suave.

 

—No, ni me interesa. —Dijo con sinceridad. — Se me ocurrió seguir al inspector para ver que hacía y se me paso la hora.

 

—¿Al inspector? ¿Por qué? ¿Te gusta? —Pregunto la mujer sin darle vuelta al tema, como si fuera lo más normal del mundo el que le gustara un hombre.

 

—¿Qué? No…¿Por qué me gustaría un hombre? —Realizo una mueca de disgusto.

 

—¿Por qué no?

 

Odiaba a esas alturas sorprenderse por ese tipo de cosas, pero la tipa parecía no importarle la orientación sexual, no titubeo siquiera al preguntar ni menos al insistir.

 

—¿Eres de esas que les gusta ver a dos hombres juntos?

 

—¿Gustar?

 

—Si. De esas que siguen a las parejas aun cuando son amigos, les toman fotos e inventan que están justos y todas esas estupideces…

 

—¿Quién hace eso? —Cuestiono la mujer como si nada.

 

—¿Hablas a base de preguntas?

 

—No. Tu eres el que habla tanta estupidez. — Volvió a reír.

 

—Bien, no me gusta. ¿Esta claro?

 

—Claro. —Dijo sonriente. — ¿Por qué no vas al castillo?

 

—Porque el otro inspector me hará limpiar los salones y… osh.. —Se quejo. —Debí fijarme en la hora.

 

—Oh.. Yoochun.

 

La mujer se acomodó en los pastos bien sentada, cruzo sus piernas como si nada y se quedó observándolo.

 

—Entonces ¿Qué? ¿Te harás pasar por un alumno de la luna?

 

—Quizás, no tengo opción.

 

—Sabes que te descubrirán ¿No?

 

—Pero…—Apreto sus labios. — Puede cubrirme, ¿No?

 

—Hm… Si, puedo. Pero…

 

—Por favor, vamos…

 

—Lo haría, en serio. —Río. — Pero te descubrirían de todos modos.

 

—¿Por qué?

 

Entonces la mujer apunto a las ventanas de los pasillos donde logro ver finalmente a los alumnos de la luna. Sus uniformes, eso lo delataría. La iluminación de los pasillos era tenue pero aun así lograba ver perfectamente los uniformes de los demás, a diferencia de los que ya conocía ellos tenían telas blancas con detalles en negro, a excepción de los zapatos, lo supuso puesto que fue lo único que alcanzo a ver de una mujer caminando hasta la entrada.  

 

Apretó sus manos con fuerza, estaba perdido.

 

Termino moviéndose rápidamente hasta uno de los árboles que se encontraban en los jardines, aquellos que se acercaban a la salida al bosque, pero no se movió solo, llevo con él a la chica, la tomo de la muñeca para ayudarle a llegar a su lado sin problema. El inspector se había encargado de abrir una vez más la puerta trasera que daba directamente al jardín, pudo ver como inspecciono todo bajo las suaves luces que producían los faroles.

 

 

—¿Por qué me traes contigo? —Pregunto la tipa extrañada.

 

—¿Qué no es obvio? ¿Quieres que te atrapen también? —Dijo apuntando el uniforme.

 

—Oh claro.

 

La chica volvió a acomodarse en el suelo mientras observaba al edificio.

 

—Entonces, supongo que pasaremos la noche aquí. —Agrego luego.

 

—Hm… No tenemos de otra. —Tomo una pausa. — Por cierto, soy Jiyong

 

—Me llamo Yoo Bin. — Respondió la chica en una sonrisa. —Un gusto Jiyong.

 

Ahí estaba una vez más la formalidad, ¿Es que nadie hablaba normal?

 

—¿Tu también?

 

—¿Eh?

 

—Todos son formales aquí. Deja la formalidad, seguramente somos del mismo año, no debes tratarme con formalidad.

 

—¿Si? Bien.. —Yoo Bin tomo aire y soltó un suave suspiro.

 

—¿Y tu? ¿Qué hacías para quedarte afuera?

 

—¿Ah?... Bueno…—Había desviado la mirada al castillo cuando finalmente respondió. —En la biblioteca.

 

—¿Eres nerd?

 

—¿Nerd?

 

Entonces la voz del inspector le puso los pelos de punta cuando dio un grito. “Hey” Sus ojos se abrieron inmediatamente, una vez más se sentenció, atrapado, maldita sea.

 

—Se metieron en problemas.

 

Yoo Bin le saco de sus pensamientos. Apenas la vio está apunto a la ventana la cual mostraba perfectamente a una pareja y al inspector.

 

—El idiota se ve guapo incluso así de enojado. —Bufó.

 

Yoo Bin inmediatamente río cubriendo su boca.

 

—¿Qué?

 

—¿Y dices que no te gusta?

 

—¿Eh? ¿No conoces los celos? Ese tipo es guapo, yo también lo soy.

 

—¿Lo eres?

 

Frunció el ceño.

 

—Bromeo, bromeo. —Asintió. —Si lo eres. No sé qué le ven todas a Hero y a ese inspector.

 

—Puede ser que es guapo, se viste bien, se ve joven, aunque es serio. —Realizo una mueca. —Tiene su atractivo el tipo.

 

Yoo Bin aguanto la risa y elevo ambas manos junto con sus hombros.

 

—No dije nada. —Pronunció negando.

 

—No me gusta.

 

—Claro, no te gusta. Entendido. —Elevo sus rodillas y se abrazó a estas sin quitar la mirada del castillo. — Sabes, no tiene nada de malo si te gusta.

 

—¿Eh? ¡Es un hombre! ¿Estas loca?

 

—Si es amor, ¿Por qué estaría loca?

 

 

 

Esa noche se quedaron ambos hasta pasada la media noche hablando estupideces, el cómo Yoo Bin consideraba la palabra “gustar” con “amor” como si se tratara de una religión, por un momento creyó que estaba enamorada de alguien, quizás uno de esos maestros que todas seguían, fueron exactamente sus palabras las que le quitaron la duda cuando hablo con tranquilidad de no saber lo que se sentía enamorarse, eso la hizo considerarla aún más dulce y tierna, más de lo que esta se mostraba.

 

Gracias a esa nueva amiga había logrado ingresar al castillo del sol, para su sorpresa, si, otra más, Yoo Bin conocía perfectamente al otro inspector, al que llamaban Yoochun, ella le decía tío como la conexión sanguínea, aunque por la advertencia que el tipo les había dado no tuvo oportunidad de preguntar acerca de ese parentesco, simplemente se desviaron cada uno por los pasillos correspondientes hasta perderse. Los días siguientes no era que había olvidado el tema, sino que cuando iba a preguntar acerca de ello, Yoo Bin le dejo claro el hecho de tener problemas con sus padres, tomando eso y el hecho de que no había aceptado su invitación a la ciudad no quería tocar otro tema delicado para ella, no cuando las cosas iban tan bien entre ellos.

 

 

—Mierda. —Se quejo Yoo Bin. — Hero ya ingreso. — Pronunció tomando su mano para asegurarse de entrar lo más pronto posible al salón.

 

—Tarde. —Soltó sin más el sombrío.

 

—Lo siento, He…Digo, señor. —Corrigió la menor.

 

—Lo siento. — Se disculpó de igual forma inclinándose.

 

Como si se tratara de un juego de miradas, Yoo Bin y Hero se quedaron viendo hasta que el mayor señalo los asientos sin más dejándolos ir. ¿Qué hacía Yoo Bien para conseguir que todo le saliera bien? ¿Era esa bonita cara? ¿Lo dulce que era?

 

—¿Cómo lo haces? —Susurro a su compañera de asiento.

 

Se habían sentado en los asientos más altos, no le gustaba estar cerca de Hero, además los inferiores estaban todos ocupados por las fanáticas del inexpresivo. Odiaba el cómo estas se acercaban para mostrar un avance en sus ejercicios matemáticos y el tipo no hacía nada por enseñarles. Tomaba su bolígrafo y rayaba sobre la hoja de las tipas, aunque no entendía muy bien que hacía en cuanto a correcciones, nunca se acercó a mostrarle algo, siempre entregaba sin más, ¿Seria por eso sus malas calificaciones?

 

—Esta malo…—Pronunció Yoo Bin sacándolo de sus pensamientos.

 

—¿Eh?

 

—El ejercicio. Lo hiciste mal. Mira.. Aquí. —Apunto. — No se supone que ese sea el resultado, debes cambiar esto aquí y este… Allá. ¿Ves?

 

—Wooh. Así era…

 

—Hm.. ¿Te enseño?

 

—La parejita de arriba. Dije silencio. —Se quejó Hero.

 

—¿Cuándo dijo eso? —Susurro.

 

Yoo Bi rio como acostumbraba ante sus malos chistes. Pero eso no impidió que la mujer se acercara para enseñarle unos cuantos ejercicios, al menos sabía que esos estarían correctos y podría mejorar sus calificaciones. Cuando se dedicó a hacerlos solos entro en un serio colapso mental.

 

—Te espero afuera. —Susurro la menor.

 

Ella tomo sus cosas y bajo como toda una dama, dejando que esa bendita falda se moviera de un lado a otro dejando ver sus muslos hasta llegar al puesto de Hero. Entrego la hoja y se le quedo viendo un largo momento. No existió una conversación, estaba seguro que no habían hablado en absoluto, ¿Cómo es que esta asintió como si lo hubieran hecho? Seguro estaba delirando.

 

Al cabo de unos minutos termino entregando la hoja y retirándose antes de que Hero lo detuviera por alguna razón, no quería tener que verlo una vez más y menos a esas malditas gafas que no dejaban ver sus ojos. Quizás en vez de concentrarse en joder al inspector podría hacerlo quitando las gafas de Hero y desmintiendo todos sus rumores.

 

—No tardaste.. —Hablo Yoo Bin.

 

—No tenía más que hacer, sin tu ayuda no pasaré esta clase.

 

Ella sonrió.

 

—Te ayudaré, descuida.

 

Tras ella se encontraba uno de los típicos poster que habían dejado los del consejo estudiantil, el baile era en unas cuantas semanas y aun cuando tenía tiempo, muchos ya tenían pareja para ir, claro, era un baile, sería extraño no ir con pareja, lo cual le llevaba a pensar…

 

—Por cierto, ¿Qué hablabas con Hero?

 

—¿Eh? —Se sorprendió.

 

—Si. Asentiste por algo. ¿No hablaban?

 

—Oh, eso…—Relamió sus labios algo nerviosa lo cual le hizo extrañarse.

 

—Mirabas mis piernas ¿No?

 

—¿¡EH!?

 

Sus ojos se abrieron de inmediato, la reacción solo divirtió a la mujer haciéndola reír a carcajadas, pero esta no dejo que preguntará algo ni menos dijo algo en su contra. Lo tomo de la mano obligándolo a salir cuanto antes de la entrada del salón. ¡Lo había olvidado! Hero seguramente salía a darle un sermón, sin contar que Seung Hyun podía estar por los pasillos buscando a  gritones como él.

 

—Mierda… ¿Cómo? —Pregunto con su respiración agitada ante la corrida.

 

—Tranquilo. — Soltó una risa. — El solo me advirtió.

 

—¡Ese tipo tiene ojos por todos lados!

 

Entonces Yoo Bin se encargó de cerrarle la boca con su mano.

 

—También tiene oídos, y el inspector igual.

 

—Lo siento. —Se disculpó bajando la voz. — Eh.. Y si, lo siento, no quise.. Ya sabes…

 

Su amiga sin duda era extraña, pero le agradaba demasiado, disfrutaba incluso de un mal entendido como ese, no le molestaba, otra le hubiera golpeado, eso seguro.

 

—No te preocupes. — Pronunció con naturalidad. — No me ves con otros ojos, ¿O si? —Le provoco con la mirada.

 

—¿Yo? ¡No!

 

Ambos rieron, todo era diversión entre ellos.

 

—Lo sé. No necesitas decirlo. Además te gusta el inspector.

 

—¡Yoo Bin!

 

—Mierda. —Se quejó. —Tu si quieres meternos en problemas.

 

—Eish…

 

Ya le era costumbre arrastras a la menor a cualquier lugar, tomar su muñeca era lo de manos, la llevaba con él al jardín, necesitaba estar lejos de esos pasillos donde el eco lo delataba.

 

—Dejando el tema de tus piernas.

 

—¿Si?

 

—¿Con quien iras al baile? ¿Ya tienes una cita?

 

Ella bajo la mirada avergonzada, conocía a las mujeres, aunque en Yoo Bin el rubor en sus mejillas era común.

 

—No sé qué es una cita.

 

—¿No lo sabes? ¿Estas bromeando?

 

—No… Realmente no lo se…

 

—Bien.. Es…—Relamio sus labios. — ¿Me estas tomando el pelo? ¿Cómo no vas a saberlo? Digo todos lo hacen, hace años y …

 

—¡Claro! Claro que lo se… Solo juego contigo. —Soltó una risa bastante fingida en realidad.

 

—Eish…—Tomo una pausa. — Bien. ¿Quieres ser mi cita?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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