Por mucho que quiera negarlo con la excusa de que una IA no necesita satisfacer deseos tan mundanos, lo cierto es que le fascina que Mokuba haya tenido un poco de pena o lástima por él y dejarlo convivir, a escondidas de Seto cabe aclarar, con él.
Noah no se considera ni por mínimo cercano a esos dos por mucho que de vez en cuando sienta empatía por Seto en algún aspecto por haber sido el más allegado a Gozaburo, y de nuevo volvía a su bucle, una IA no tiene emociones, no tiene necesidades, no tiene deseos.
En cambio está oculto en un pequeño espacio de memoria interna en la computadora del menor de sus hermanastros, quien difícilmente le hace caso para tratar nimiedades o escuchar sus tonteras sobre apoderarse de la corporación y dejarlos humillados, pero de algún modo nada de eso va en serio pues sólo con hacer algo que no sea buscar videos bizarros en la red.
No tiene emociones pero si puede aburrirse, no tiene sentimientos pero se siente triste y sólo, no tiene necesidades pero siente un cosquilleo curioso al escuchar los nada cohibidos gemidos que emite su pequeño hermanastro cuando llega con fiebre de la mala, tanta es su curiosidad que se las ingenia para observarlo sin que el otro se dé cuenta.
Algo no le deja apartar la vista, le gusta lo que ve y sabe que es pobre diablo, es nada al lado de sus hermanastros porque tienen todo y con todo se refiere anatómicamente. Le es muy incómodo recordarlo aunque es aún más incómodo sentirse extraño y no tener ni compañía para que lo estimulen, su código no le hace ni cosquillas así como aquel perrito virtual que sólo por unos instantes le hizo sentir vivo.
El problema con todo lo que le ronda en su código binario es el hecho de que no puede crecer y dejar de tener esa sensación de ansiedad, es entonces que busca alternativas dentro de su mundo y ¿Por qué no? Algo bueno podía surgir de tantos datos en el ciberespacio, no le estimula la pornografía, de ninguna categoría pero no es tonto y toma algunas ideas guarras.
Lo único que puede con su rebelde estado son los juguetes que tanto ve usar en los videos, afortunadamente para él no tiene que comprarlos sólo programarlos a su gusto y santa voluntad. Sus favoritos son los famosísimos vibradores, dildos y esferas anales, se siente como una chica por su falta de sexo respectivo, ahora puede maldecir tanto como Seto a Gozaburo.
Al inicio le causa gracia sentirse avergonzado consigo mismo, se pregunta una y otra vez que decir en caso de que un día lo pille alguno de sus hermanastros.
Con el paso del tiempo pierde un poco la importancia y disfruta las ondas eléctricas que genera su código, no se limita a su ano, juega como puede con su cuerpo, al final no puede eyacular ni nada por el estilo, sólo logra ver estática cuando se supone que debería disfrutar un buen orgasmo.