Tae estaba frente a mi, sonriéndome maliciosamente, desde que Jungkook me dejo con él no paro de hablar sobre mi cabello rubio hasta que llegamos al lugar que, según él, era el primer paso a mi nueva vida. Un salón de belleza.
-Entonces te tomas la libertad de traerme hasta acá para cambiar mi look sin mi permiso.
-Exacto Minnie.
-No lo haré Tae, sabes cuanto significa para mi ser rubio.
-Nada, porque cierto chico- dijo carraspeando con sarcasmo refiriéndose a Yoongi- fue el que te llevó a hacerte eso hace cuatro años. Nada que este relacionado con él debe importarte.
"Todo lo que esta relacionado con él me importa"
-No voy a permitir que hagas esto.
-Lo siento Jimin, pero si quieres dejar el pasado atrás es mejor que te deshagas de eso- dijo dirigiendo uno de sus dedos hacia mi cabello.
Yo no supe lo importante que era para mi el ser rubio hasta este momento.
Fue Yoongi el que me llevó a decolorarlo y teñirlo cuando empezamos a salir, y al igual que Tae, el me propuso hacer el cambio de castaño a rubio con la excusa de que había empezado una nueva vida junto a él.
Ese mismo día él se tiño el cabello de menta. Puedo recordar lo felices que salimos de esa peluquería, nos sentíamos nuevas personas.
Había pasado mucho tiempo desde eso, ya hasta se empezaba a sentir aspero mi pelo por lo descuidado que lo tenia.
"Quizás Tae tenga razón"
-De acuerdo Tae.
-Yeiiiii! Por fin me podré deshacer de esa molesta melena rubia tuya!- grito bailando moviendo las caderas de la emoción.
Me había resignado,pero no permitiría que hiciera alguna locura que al final me haría ver peor.
-Pero nada de naranja o azul.
-Ouwww pero el naranja era una de mis opciones.
-No quiero ese. De verdad me acostumbre a tener el cabello rubio.
-No deberías limitarme, igual si no te gusta puedes cambiarlo- río y coquetamente puso su mano en su cadera- aunque es imposible que no te guste si soy yo quien escoge.
-Ya Tae.
-Esta bien esta bien- me calmó cruzándose de brazos. Llevaba algo de razón, era muy bueno cuando de moda se trataba. Siempre se bestia bien y su cabello rojo era genial. Pero si soy sincero lo ultimo que quiero es un festival del color en mi cabeza cuando en estos momentos de mi vida solo me siento deprimido y quiero pasar desapercibido.
-No quiero parecer una diva.
-Te propongo un trato entonces- yo asentí dándole a entender que podía continuar – cuando te allás olvidado completamente de ese idiota puedes volver a teñirte de amarillo.
-Me parece justo- mentí. Ni siquiera entendía por qué debía cambiar para luego volver a teñirme. Pero como nada de esto tenia sentido solo me dejé llevar, después de todo era solo un arreglo para mejor ¿no?
Con la felicidad a flor de piel Tae me arrastro dentro de ese salón de belleza, estaba lleno de gente, no podia creer que todas esas chicas (y unos cuantos chicos) tuvieran el cabello de todos los colores existentes. No habían comenzado conmigo y ya me estaba arrepintiendo un poco.
Caminábamos hacía el fondo cuando una chica se acerco a abrazar a Tae, de seguro era ella quien iba a teñirme el pelo.
-Jimin ella es Tiffany- hice una reverencia y ella igual – fue quien hizo de mi pelo una maravilla y esta vez lo hará con el tuyo.
-Mucho gusto. Por favor no se preocupe, todo saldrá bien- dijo la chica levemente sonrojada.
-Por favor no dejes que se vea al espejo hasta que termines.
Ella asintió y Tae le volvió a susurrar algo al oído, supuse que se trataba del color de mi pelo.
-Bien, te esperare en la tienda de en frente.
Compartió una sonrisa cómplice con la chica y se retiro, ella prosiguió a prepararme para comenzar a trabajar. Me sentó de espaldas al espejo y me repitió que todo iba a estar bien, yo asentí un poco nervioso y sin mas dilación empezó el cambio.
*
-Fascinante, soy un genio.
-Lo eres...
-¿Que dijiste? me temo que no te escuche nada bien, anda repitelo- maldito alíen.
-Eres un genio Tae...
-¡Exacto, lo soy!
La idea de Tae fue buena, el cabello rosa no se veía nada mal, de hecho, me hacia sentir calidez, como si mi alma sonriera por ese color. Era de un rosa pastel, por alguna razón hacia que mi piel se viera mas pálida de lo que ya era, y también me daba cierto toque de inocencia, nunca me imagine de esa manera, era nuevo y reconfortante.
"Gracias Tae"
-Tiffany es genial- le sonreí a la linda chica que miraba mi cabello por el espejo, hasta ella se sorprendio con el cambio.
"Debe de estar muy orgullosa de ella misma"
-No es nada, s-solo hice mi trabajo.
-No seas modesta, desde que me teñiste el pelo de rojo supe que tus manos eran magias.
Ella ya estaba en extremo apenada. Tae y yo nos despedimos luego de agradecerle unas cuantas veces mas, de verdad este cambio me hacia sentir mejor.
Salimos de ese salón de belleza con unas sonrisas enormes, Tae estaba muy ocupado deleitándose con la particular suavidad de mi pelo, lo tocaba y despeinaba sin parar.
De repente salio de sus ensoñaciones y con rapidez sacó su celular de su bolsillo.
-¡Debo llamar a Jungkook!- exclamó marcando el número con rapidez.
Lo había olvidado. Ni siquiera me dijo a donde iría cuando nos dejó frente al centro comercial.
-¡Ya terminaron con Jimin, puedes venir a verlo!- se escucho muy levemente como jungkook asentía al otro lado de la linea.
Tae abrió los ojos y empezó a mirar a su alrededor - ¡¿que estas aquí?! ¿en donde?- le preguntó dándome la espalda.
-Te vez muy tierno Minnie- susurró Jungkook detrás de mi oreja haciéndome dar un respingo por el susto.
-¡Demonios casi me da un infarto!- Tae volteo a vernos y sonrio, se me acerco y al igual que hace rato empezó a jugar con mi cabello.
-¡Kookieeeee! se ve genial ¿no?
-Se ve adorable- dijo mostrando en una sonrisa sus lindos dientes de conejito.
Sentí un leve hormigueo en mis mejillas, sabia que me veía bien, pero el que Jungkook lo dijera me hacia sentir aun mejor.
-Bien entonces te lo encargo ahora, iré a ver a Hobi.
Hobi, o mejor dicho Hoseok, era un compañero de clase de Taehyung, siempre decía que era su "esperanza" y la verdad yo si lo creo, porque de solo nombrarlo sus ojos brillan con ilusión. Ninguno de los dos a confirmado algún tipo de relación pero la verdad no es necesario, son tan cercanos que me hace pensar que la palabra "disimular" y "discreción" no están en sus vocabularios.
-De acuerdo, que les valla bien- se despidió Jungkook mientras me rodeaba de la cintura.
-¡Bye!- dijo mientras corría a la salida del centro comercial.
Jungkook me sujetó mas fuerte de la cintura y dándome la vuelta para mirarlo sonrió.
-Tengo algo para ti.
Tomó una de mis manos entrelazándola con la suya y empezó a guiarme entre los pasillos y tiendas.
Tenía mucha curiosidad, miraba cada tienda pensando que nos detendríamos en una. Creí que se trataba de algún regalo material, pero gran fue mi sorpresa cuando entramos al área de restaurantes y no tan lejos, sentado en unas de las mesas, logré divisar al que consideré durante muchísimo tiempo como mi hermano mayor.
Solté el agarré de Jungkook y empecé a correr como un loco en su dirección.
-¡Chanyeol!- el nombrado se levanto de su asiento y extendió sus brazos para recibirme con emoción.
El impacto fue algo fuerte, por lo que casi caemos en la mesa, pero eso era lo de menos, estaba ahí, en el momento en el que mas lo necesitaba.
-Volviste.
-Claro que volví, te lo prometí mi hermanito.
-¿Cómo? ¿no se supone que eran seis años de estudios en el extranjero?- aun seguíamos abrazados así que como pude deje mi felicidad de lado para desprenderme de sus brazos y tomar distancia.
-Ese chico de allá a estado presionándome desde hace tres años para que volviera.
Voltee a ver a Jungkook que caminando lentamente se acercaba a nosotros.
-Pero hace una semana me dijo que te ocurrió algo muy malo, y se negó a responder cualquier pregunta que le hiciera sobre ti, no me quedo otra opción mas que volver y ver que estuvieras bien por mi cuenta.
Jungkook se detuvo frente a nosotros y me sonrió.
"Ya no puedo más..."
Y ocurrió.
Por primera vez en mucho tiempo lloré de la felicidad, ahí estaba Chanyeol, el chico que me enseño lo bello de actuar y bailar, y Jungkook la persona mas especial del planeta, ¿cómo no voy a llorar con todo esto?
Lleve mis manos a mi rostro, tapando mi ojos mientras sollozaba y lagrimas de felicidad caian.
Jungkook me abrazó y acaricio mi cabello.
-Oh Minnie, tranquilo- me susurro con ternura - ya sufriste demasiado, deja que tu alma se relaje y disfrute de esto.
-Eres demasiado bueno conmigo Kookie- no paraba de llorar, me aferre a su pecho y olí su aroma, ese tan característico olor que me relajaba y acunaba cada vez que lo necesitaba.
-Yo solo me encargo de hacerte feliz y darte el trato y amor que mereces- me separo de él y beso mi frente - deja de pensar que todo es demasiado bueno para ti.
-Nunca te alejes de mi lado.
-No lo haré.
Seque mis mejillas y inhale todo el aire que pude intentando controlar los latidos de mi corazón.
-Él tiene razón Minnie, estamos aquí para hacerte feliz- dijo Chanyeol despeinándome.
"Definitivamente nada podría ser mejor que esto, Claro, si es que este hermoso castaño con una sonrisa de conejo encantadora deja de sorprenderme como siempre lo hace."
Los miré a los dos, y se notaba que ambos esperaban que dijera algo, pero no abrí la boca ni para agradecer. Me acerque a Chanyeol para besar su mejilla y luego a Jungkook para rozar su nariz con la mía y darle un beso esquimal.
-Si sigues así voy a terminar enamorándome de ti Kookie- lo dije de una forma muy relajada y apenas audible, pude sentir como se tensó así que me aleje sonriente, sus mejillas estaban levemente rojas.
-Bien Chanyeol, no te veo desde hace cinco años, cuéntame todas tus aventuras en el extranjero- pedí muy emocionado sentándome.
-Y yo que me cuentes el por qué de tu cabello color algodón de azúcar- los tres reímos.
"Gracias Nochu, por traerme tanta felicidad. Espero que este hermoso momento nunca termine"