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Solo Por Ti por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

PAREJA: Bill/ Regulus

DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3

ADVERTENCIAS: Es un AU (universo alterno) En un mundo sin magia donde se rigen bajo las normas del Omegaverse. Hay relación chico-chico, sexo explícito y probablemente palabras altisonantes. Están advertidos!

CAPÍTULOS: 4/4

RESUMEN: Casarse con la chica de sus sueños era lo que seguía en esa etapa de su vida o es lo que Bill creía, pero, si tanto amaba a su prometida ¿Porque no podía dejar de pensar en Regulus Black? Aquel hombre que vendiendo todo de sí para ser alguien importante, ignoró en el camino su propio corazón…

Notas de la Autora: Hola preciosas persona, vengo tímidamente con el nuevo capitulo, ofreciéndoles una enorme disculpa por la tan prolongada ausencia. La misma escusa de siempre, falta de tiempo, asuntos pendientes y falta de inspiración, pero bueno, finalmente ya estoy aquí con la terminación del capitulo el cual espero que les guste.

Les mando saluditos especiales a: Hime-chan y PinkuBurakku 

A leer se ha dicho!

 


La Única Excepción

IV

Ese 24 de diciembre regresó a su hogar para celebrar las fiestas en familia como era tradición desde que tenía memoria. Sus hermanos ya estaban reunidos en La Madriguera, disfrutando del basto banquete que su adorable madre preparaba. Pudo escuchar las carcajadas de los gemelos seguramente gastándole bromas a un muy furioso Ron y supo que estaba en casa.

Un bálsamo para su adolorido cuerpo tras una nueva batalla perdida con Fleur. Si así iba su etapa de prometidos, no quería ni enterarse como sería una vez que estuvieran casados.

"Dios me libre" se dijo echando hacia atrás la cabeza, expulsando cuando aliento pudo. "Ni que fuera una falta de respeto" aseguró su raciocinio, consiente de su inocencia ya que su intensión nunca fue sacarla de quicio.

Lo único que le dijo con la mejor disposición fue que quería que pasaran la nochebuena en la fiesta de la oficina. Nada más. Pero ella como si fuera una nueva afrenta de su parte, con mucha hiel le rebatió: "¿Qué? Por supuesto que no. Celebrar una fiesta con ese circo de fenómenos que es tu oficina, debe de ser una broma. Además, ya habíamos quedado que iríamos a ver a mis padres y pasar las fiestas allá, ¿Lo olvidaste?"

Claro que lo olvidó. Había tantas cosas en su cabeza burbujeando y chocando que no tenía cabida para asuntos que deberían concernirle. Sabía que no era bueno seguir provocándola, pero en el calor de la batalla, le era difícil conservar los estribos cuando era tan grosera con las personas que apreciaba.

No fue su mejor movimiento llamarla una "histérica absurda que solo busca humillar a todo el mundo", pero ya que estaba fuera de su sistema no se arrepentía.

Nada estaba sucediendo como le hubiese gustado y la soga de la que se sostenía cada vez tenía menos soporte.

-¡Bill!- saludó su madre dándole un fuerte abrazo rompe espaladas y un sonoro beso en cada mejilla –¡estás tan delgado, debes comer más! ¿Y que con esa melena? Deberías cortarla-

-Suficiente má- pidió alejando su cabello de las amenazantes tijeras que estaban tan al alcance de su madre. "Por todos los cielos, jamás cambiará" se dijo sin dejar de sonreír.

-¿Tienes un pendiente en la oreja? Por dios ¿así vas a trabajar?-

-A mi jefe le gusta- se alzó de hombros ante la perplejidad de su madre que enrojeciendo, bufó derrotada.

El solo pensar en Regulus Black provocó que un estremecimiento agradable subiera su espalda. No era el lugar ni la hora para hacerlo, pero no podía evitarlo. Era humo ese sentimiento naciente, pero si le sentaba también ¿Por qué reprimirlo?

Su madre estaba lista para un siguiente round, pero fue interrumpida tanto por su padre como su hermana cuando entraron a la estancia, aligerando el ambiente para su tranquilidad.

-¡Bill, que milagro!- saludó Ginny saltando a su encuentro -¡Y trajiste obsequios! Parece que la navidad se salvó- su risa traviesa hizo que su bonachón padre rodara los ojos.

-Que exagerada eres Gin. Como si omitir obsequios fuera el fin del mundo- Arthure Weasley se acomodó sus gafas antes de darle un fuerte abrazo. Su hermana bufó mostrando su indignación.

-¿Y dónde quedó Flegggrrr? No la veo por ningún lado ¿o será que la nueva dieta que está haciendo le da la habilidad de ser invisible?- empequeñeció sus ojos como si buscara en el débil aire a su prometida.

-No, la dieta solo le da la habilidad de volar, como la bruja que es- le siguió el juego.

-¡Bill!- reprendió su madre horrorizada buscando con sus ojos cafés que su preciada cena navideña no fuera interrumpida por comentarios nada apropiados.

-No pasa nada, mamá. Fleur no vino. Va a pasar las fiestas con sus padres en Francia-

-¿Me estás diciendo que tu acosadora personal, succionadora de felicidad y futura esposa amargocita se fue?-

-Por unos días, si- negó con la cabeza -se nota cuanto la extrañas- ironizó viendo como sus ojos centellaban emocionados –y sigo sin poder creer cuantos apodos puedes darle en tan pocos años de conocerla a la que será mi esposa-

-Es algo que se me da natural-

-Dejen de estar derramando veneno, chicos. Es noche buena. Mejor, dedíquense a poner la mesa- los hermanos se regresaron a ver y sonrieron.

La tarde transcurrió armoniosa y acogedora. Un par de bromas casuales, chascarrillos novedosos, muchos recuerdos memorables de la infancia en La Madriguera y mucha comida era lo que calentaba de buena manera su corazón y relajaba sus usuales nervios tensos.

Miró su reloj y calculó que aún tenía una hora más sin preocupaciones. Ya tenía su disfraz listo y estaba seguro que los primeros invitados formales comenzaron a arribar en la torre Black. Lo único que esperaba de esa velada era que nada extraordinario sucediera.

La mesa se fue desocupando para darle paso a actividades entretenidas como ver películas en familia o prender las bengalas en el jardín. Ginny se quedó frente a él y sabia exactamente porque no se movió de su lugar. Su innata curiosidad era evidente y sin aguantarlo, volvió a abordarlo.

-¿Quién es?- Bill arqueó la ceja incrédulo.

-¿De qué hablas? ¿Cómo que quien?-

-Tu bien sabes de lo que hablo. No te hagas el obtuso ¿Quién es la chica que hizo este cambio en ti?-

-No hay chica- negó con la cabeza, levantándose de la mesa junto con los demás platos para llevarlos al fregadero. Ginny lo siguió.

-Vamos Bill. Te conozco de toda mi vida y eres mi hermano favorito; es obvio que hay algo nuevo en tu vida que no me has contando y eso involucra a una chica- no pudo evitar reír por el titulo de hermano favorito.

"A esta chica si que no se le pasa ni una" se dijo mordiendo el interior de su mejilla.

-Pues no hay ninguna. No me siento diferente, soy yo solamente. Lamento que no haya un misterio detrás para que investigues-

-Ajá y yo aún uso chupón. No soy tonta Bill. Hacía tiempo que no te veía sonreír, al menos no naturalmente, siempre parece que te fuerzas a hacer una mueca para decir "todo esta bien" cuando no es así y para mayor sorpresa ¿respondiste a uno de mis chistes de Flegggrrr? ¡¿Tu?! Eso jamás lo hubieras hecho en el pasado por temor al que dirá la oxigenada pelos de elote. Sabes que ni a mama ni a mi nos cae bien, pero ella es buena pretendiendo que le cae de a diez a diferencia de a mi...-

-Es bueno saberlo antes de casarse que ni a mi madre ni a mi hermana le agrada mi futura esposa, gracias-

-Más claro no podía ser, Bill. Nunca he tratado de disimularlo, sin embargo como fue tu decisión estar con ella, no objetamos nada; sabes que siempre te apoyaremos en todas tus decisiones porque te queremos… pero debes entender que ella no es para ti, eres demasiado para alguien como ella-

-Ginny…- pidió queriendo dar el tema por zanjado.

-Nada de Ginny, ella roba todo lo bueno de ti, tu alegría, tu espontaneidad, tu rebeldía y todo lo que te hace ser el mejor chico que conozco y lo peor de todo es que muy en el fondo lo sabes, pero no lo admites por un bizarro y absurdo sentido de caballerosidad que le tienes. No la amas, pero sientes que debe estar con ella…-

-Es muy dulce que lo digas Gin, pero Fleur es también una maravillosa chica y yo no soy mejor que ella. Es muy lista, meticulosa, agradable…-

-Podrías enumerarme todas sus cualidades en un folio de 500 metros, pero aun así no me vas a hacer cambiar de opinión-

-No tienes remedio- dijo cansado por tanta diatriba. Como si para él fuera fácil todo aquello. Estaba con el agua al cuello. Frustrado por su situación de peleas pre-nupciales, abnegación y la inexplicable atracción hacia un omega que no era su prometida.

-¿Y ahora si me dices su nombre?- sonrió dulcemente.

-¿Aun insistes con eso?-

-Claro. Te vez casi como el hermano mayor que recuerdo, así que si veo a esa persona, me gustaría darle las gracias-

-¿Me ves como la clase de persona que le seria infiel a alguien?- arqueó la ceja. Eso si era un insulto para su persona pues era algo que racionalmente jamás se permitiría hacer.

-No. Pero a ti te gusta y debe ser genial porque estas resplandeciendo-

-Es el nuevo champú que compré. Ya sabes para un cabello lustroso y sedoso 5 en 1: cabello, cara, cuerpo, mascotas y carros-

-Ahí lo tienes- su auto-satisfacción era molesta que negó cansinamente la cabeza.

-Sabelotodo...- su sonrisa se ensanchó aun más para su lamentación -Es complicado-

-No tiene que serlo. Si vas por ahí buscando la felicidad de alguien más, obviamente se dificulta, pero yo creo que debes comenzar a pensar más en ti y ver qué es lo que necesitas y lo que no. Claro que si deseas seguir siendo miserable el resto de tu vida ¿Quién soy yo para detenerte?-

 

…≈~°°*°°£Ï3°°*°°~≈…

 

Como si fuera lo que hubiera estado esperando pacientemente toda la mañana, Regulus recordó su tiempo en la secundaría junto con su primer y único enamoramiento en la vida.

El nerviosismo aunado a las expectativas, la inocencia de la edad y como sus ilusiones sin más se rompieron al choque de la realidad. No hubo confesión ni un beso, pero esas crueles palabras permanecieron presentes a lo largo de su espinosa travesía hacia la supremacía.

Fue duro y triste, pero después de eso no se arrepentía de sus decisiones posteriores.

"¿Creíste que un Omega podría tener una aspiración más que procrear hijos y ser amo de casa? No me haga reír. Que ingenuo eres"

Aquellas palabras aún permanecían en su mente. Dicho paradigma que se forzó a romper con todas sus fuerzas y que no paro su esfuerzo hasta que lo consiguió.

Tuvo que romperse su corazón para darse cuenta y llegar a la resolución que el amor es un mera ilusión; un cóctel bioquímico finito y un cuento para soñadores irremediables. Algo que nunca más volvería a permitirse sentir y que se convenció no necesitar jamás en su vida.

Terminó de colocarse su disfraz de ángel ajustando sus alas blancas y arqueó sonriente su ceja al reflejo cínico que le dedicaba el espejo.

-¿No crees que estás siendo algo exagerado Reg?- la voz a su espalda lo tomó por sorpresa, apenas recordaba que ahí estaba la causa de sus últimos dolores de cabeza.

-Al contrario mi pequeño Barty, solo estoy siendo precavido...- sacó la llave que usaría para encerrar a su amigo en ese cubículo ridículamente pequeños con apenas una rendija de ventilación. Una condena muy ligera para lo que se merecía, pero era lo único que se le ocurría en ese breve tiempo que tuvo para pensarlo -conociéndote como te conozco no dudo que te escabullirás en menos de lo que canta el gallo con las manías que tienes si no cierro todas tus salidas. Recuerda que estás aquí para trabajar, calabacino. No para divertirte- se dio la media vuelta disfrutando finalmente cortar esa dependencia que le tenía que de nada le servía.

-Estás comportándote como una zorra vengativa, Reggi y no te va. Ya te pedí perdón ¿qué más quieres?-

Saboreó esas palabras. ¿Que mas quería? Si era el fuego y el bello zafiro aquello que lo asaltaba en sus ratos de turbación. Era difícil discernir; ya que una vez que sentaba sus ojos en algo no era para una sola prueba ya que el nunca se iba con medias tintas; de querer algo, lo querría todo.

Se recargó en la puerta con su mejor expresión que siempre sacaba de quicio a su viejo amigo.

-Te olvidas de un muy pequeño detalle, Barthemius. SOY una zorra vengativa, petulante y muy especial. Una vez traicionada mi confianza, nunca la volverás a tener- chasqueó la lengua -así que divierte, amigo mío. Feliz navidad- le guiño el ojo y cerró la puerta de golpe.

 

…≈~°°*°°£Ï3°°*°°~≈…

 

Con el reloj marcando las 10 con 15, Regulus con paso altivo saludaba a sus trabajadores, invitados y colados a su maravillosa fiesta decembrina. Siempre era igual de enorme, ostentosa y ruidosamente perfecta. Asintió con gusto.

La comida estaba deliciosa, las conversaciones tal cual las esperaba y la musica era justo lo que pidió. Todo iba tan bien que cuando pensó que no podía ser mejor, sus ojos violetas captaron algo de su interés. Relamió sus labios antes de que de curvaran en una sonrisa.

Tan atractivo como siempre que le hizo suspirar con agrado ese hermoso beta que era todo suyo para observar por un par de horas.

-Buenos días marinero- mostró sus dientes blancos de esa forma coqueta que a más de uno conseguía enamorar -¿Quién se supone que eres? ¿Jack Sparrow?- notó el sonrojo en su blanco rostro y quiso incitarlo un poco más.

-David Jones. Solo que no quise ponerme la barba de tentáculos. Hay un límite para la humillación que deseo tener- desvió sus ojos azules restandole importancia.

-Para mí te ves muy sexy. Solo te falta decir: ¡Argh!- adoraba verlo así de vulnerable y tierno tratando de no ser un completo libro abierto para él que podía leerlo con tal facilidad.

-Y qué pasó con el disfraz de una completa ironía que escogiste? El de ángel-

-Digamos que se manchó por culpa de la leche de uno de mis benefactores- el sonrojo violento subió hasta las orejas y saboreó algo de indignación mezclado con algo que parecía celos -¿quién diría que esas cosas pasarán en la senilidad de un octogenario?-

-Claro, es algo que sucede de vez en cuando al no controlar esfinteres- Regulus con actitud, acomodó la cofia sobre su cabeza y puso su mejor pose abrazando una jeringa gigante con una socarrona sonrisa.

-Así que ahora soy un enfermero sexy. ¿Quieres que te haga un examen oral o rectal?-

-Lo prefiero verbal gracias- asintió divertido echándole los brazos alrededor del cuello.

-Supongo que tu hermosa rosa francesa no te dejaría bailar con nadie excepto que con ella, lo cual es una lastima- esta vez su sonrisa no alcanzó su mirada. Claro que no le molestara su compromiso, sino todo lo contrario, le aliviaba de alguna tontería que pudiera hacer y el por experiencia hacia demasiadas en un corto periodo –los del sector G dicen que es un preciosura ¿a qué viene en un atuendo de pareja como la diosa Calixto?- bailoteó ambas cejas divertido, pero el pelirrojo negó con la cabeza.

-No vino- su escueta respuesta le fue difícil digerir.

-¿Es un lugar demasiado depravado para un alma pura como la suya? ¿o teme las orgías que pueden surgir para conmemorar el Yule?-

-Algo así. No le gusta la buena vida- se alzó de hombros dispuesto a no decir más del tema. "Demasiado caballeroso" sonrió encantado al no permitirse hablar mal de su prometida o algún reproche –Así que entonces, creo que siempre sí puedo invitarte a bailar. Claro, si te interesa de pareja un vasallo como yo-

Ladeó la cabeza divertido por su atrevimiento. Ese hombre siempre conseguía sorprenderlo.

-Sería un placer- lo acercó disfrutando su estremecimiento de tocar su cintura. No era en el primero que provocaba reacción como esa, pero era la primera vez que la disfrutaba. Su cuerpo duro y fibroso junto con sus dulces ojos azul celeste era algo que deseaba poder disfrutar solo un poco más.

Súbitamente la música le pareció sosa y aburrida, pero lo suficientemente lenta para poder bailar pegados en un suave bamboleo de un lado a otro, apenas rosando el suelo.

Así como estaba, era un mágico momento que no cambiaría por todo el dinero del mundo. Ese efímero instante que estaba seguro terminaría a la media noche cual cuento de Cenicienta convirtiéndolo todo en calabaza. Pero poco podía importarle.

Si era uno de los omegas más ilustres y manchados de la historia de Gran Bretaña y él era solo un beta, pero su corazón que solía estar sedado por el desamor y la tristeza, volvía a latir. por breves instantes. Estaba ahí con él, el hombre más encantador y decente que jamás conocería y con solo eso en su mente se consolaba de esos sentimientos que no alcanzaba a comprender de que se trataba.

-Muérdago…- murmuró el pelirrojo sin despegar sus ojos de la varita verde que reposaba sobre sus cabezas –dudo que quisiera otra vez que lo besara- dijo con ese tono divertido y peligroso que siempre conseguía electrizar los vellos de su piel.

-¿Y perderme la oportunidad de volver saborear el mejor beso que me han dado?- pudo ver a través de sus ojos azules la perplejidad y como caía en su juego.

-C-Creí que no te había interesado ya que no lo volviste a mencionar- bufó indignado como no creyendo sus palabras.

-¿Porque mencionarlo antes? Hubiera desaprovechado esta oportunidad dorada de verte todo nervioso y tartamudo. Eso nunca primor- chasqueó la lengua por su súbita furia.

-Eres un…- esa era su entrada para tomar su rostro con ambas manos y tirar de él a su altura.

Estaba en sus cinco sentidos sin el celo a la vista y seguía siendo tan maravilloso como lo recordaba. Suave, embriagante, rudo y delicioso. Sus labios agresivos contra los suyos totalmente entregados. Su aliento y ese pequeño gruñido cuando se separó de él supo a gloría.

-Que rico…- murmuró relamiendo sus labios, disfrutando su expresión que entremezclaba molestia y excitación.

-¿Con eso estamos a mano?-

-Si- sonrió.

-Me alegro…- desvió la mirada notando como la canción terminaba –ehh… feliz navidad… Regulus-

-Para ti también Billy... para ti también-

 

…≈~°°*°°£Ï3°°*°°~≈…

 

Regulus suspiró cerrando rotundamente la cortina de su despacho.

Con el trabajo regresando a su cause habitual, disfrutó de una tarde con su Martini de manzana y una conversación madura de uno de sus viejos amigos Tom Riddle Jr, lejos de los dramas de su querido Lucius o las primerizas experiencias románticas de Severus. "Vaya ese par" se dijo dándole un ultimo trago, enrollando la aceituna con su lengua.

-Aquí tiene- expresó su muy eficiente asistente depositando su café cargado sobre su escritorio, para evitar que las copas vespertinas hicieran estragos en su conciencia.

Dejó sus ojos vagar por la línea de su amplia espalda hasta descender a sus tan firmes glúteos. Un manjar de dioses que agradecía poder agasajar su pupila todos los días con tan maravillosa obra de arte. Relamió sus labios como últimamente hacía, antojándosele irremediablemente aquel beso bajo el muérdago.

-¿Se les ofrece algo mas?- la profunda voz de Bill rompió su burbuja.

-Sería todo, William. Gracias- sin mas se retiró cerrando la puerta para darles intimidad.

Volvió a suspirar. Estaba muy mal pero sabía que podía ser peor. "No hay nada malo con ver" se dijo auto perdonándose cualquier falta de su parte. No es como si quisiera realmente algo con él, solo disfrutaba todo lo que podía ofrecerle, esta todo.

-Puedo ver la baba goteando el escritorio, Regulus-

-Uno ya no puede divagar en paz sin que lo critiquen-

-No cuando estoy presente . Si hubiera querido cotidianeidad, me hubiera quedado en casa para ver caras bobaliconas-

-Solo me preguntaba qué cara hace cuando se corre, lo usual, ya sabes- mostró su sonrisa cínica ante la expresión apática de su interlocutor.

-Qué asco tu vida- rodó los ojos –bueno, si no quieres seguir hablando, no pierdo mi tiempo-

-Descuida Tommy, apoyo tu trabajo y sabes que tan buen olfato tengo para el arte y lo que haces, es bellísimo. Así que por supuesto que seguiré apoyándote este año y todos los demás en los que sigas en el negocio- chasqueó la lengua.

-Siendo así, está bien. Te mandaré invitación para la siguiente exhibición- dijo con su usual mala cara que siempre conseguía hacerle reír.

Tenía una última junta y sabía que tenía que darle término a su conversación recreativa.

-Espero que podamos vernos en un brunch o algo así, porque rompes mi corazón cuando solo me ves para hacer negocio-

-¿Qué se le va a hacer? Si no hablaras a cada cinco minutos lo mucho que te gustan las pollas, seguro te invitaría- sonrió.

-Me parece justo-

-Hasta pronto- su amigo le dio un asentimiento de cabeza y salió de su despacho.

Jugueteó un poco con su taza vacía ya cansado por su larga jornada de trabajo, se desamarró su corbata y alborotó su cabello. Su siguiente cliente era tan ideático como pomposo, su ego no conocía límites y como alfa dejaba mucho que desear. Nada podía asquearle más.

"Son negocios" se dijo suspirando nuevamente "Es mejor acabar todo de una vez". Sabía que si seguía así de suspiro en suspiro se le iría el alma, pero no podía evitarlo.

Con una sonrisa miró entre sus cortinas cerradas y sonrió al ver a Bill tecleando con fuerza en su ordenador, concentrado en su labor como si no hubiera nadie más a su alrededor.

"Estoy volviéndome loco" se dijo desviando sus ojos a su hermosa vista del Tamesí.

El día tal cual su mente estaba nublado, entre escalas grises e índigo sin mas que pocos rayos colándose en la lejanía.

-Así que contemplando el horizonte ¿huh?- no lo escuchó entrar, pero por su aroma pudo indicarle que su socio acababa de llegar. "Al mal tiempo darle prisa" se dijo procurando que no se le notara la desazón -Buena vista-

-Señor Johnson, justo al hombre que esperaba- parpadeó taimado sentándose sobre sus rollizas piernas -¿Como le gustaría iniciar la junta de hoy?- desabotonó dos botones de camisa y percibió como sus ojos lo devoraban, tal cual lo miraban todos los demás ingratos y malagradecidos que se creían mejores que él.

Como era costumbre de alfas, olfateó su cuello, tan cerca que su aliento golpeaba su piel haciéndole sentir indefenso pese a saber enteramente que no lo era. "Maldito instinto omega" se dijo tratando de mantener la compostura.

-Antes de disfrutar el festín, quisiera hablar de finanzas si no te importa...-

-Oh- fue lo único que dijo, siendo precavido. No le gustaba a donde quería llegar si es que su corazonada era la correcta.

-Eres un hombre poderoso Regulus y uno de los mas acaudalados de Reino Unido por tanto se nota que tienes una excelente visión-

-Aja...- dijo queriendo que aterrizara en su punto de una buena vez ya que no creía en los halagos desinteresados.

-No es por ser pesimista pero me gusta ir al grano, Regulus, es mi estilo y supongo que de un socio aceptas las cosas como son-

-Por supuesto señor, no espero nada menos que eso- sonrió con encanto, una cosa era escuchar y otra muy diferente era quedarse callado ante cualquier absurdo que pudiera decirle.

-Tu empresa se ha estancado, primor. Estadisticamente ya alcanzaste todo el crecimiento que un omega como tu podría obtener, contra todo pronostico lo lograste y he de decir que es admirable y osado, no me entiendas mal. Adoro tu fuego y pasión para los negocios, pero ya no veo posibilidad de un mayor crecimiento con tu liderazgo-tomó su barbilla como si por un momento pensara que lo tenía en sus manos.

"Sabía que sería una pésima reunión" dijo en su mente.

-Es curioso que lo diga señor Johnson ya que mi empresa ha liderado las encuestas por cinco años consecutivos y es la mas prospera en el negocio, no hay nada que nos detenga, claro, lo digo sin afán de ofenderlo ni a sus estadísticas- su propia voz era terciopelo, ajena a la molestia que sentía en la boca de estomago.

–Si bien es prospera, la curva se ha mantenido por esos cinco años sin cambio, querido mío. Como digo, eres admirable, pero necesitas ayuda-

-¿Y porque cree que lo cité, primor. ¿o a todos mis inversionistas? Uno siempre requiere una mano amiga de vez en cuando- hablo bajo y lento para que lo captara.

-¿Pero por cuánto tiempo piensas que puedes seguir haciendo esto, Regulus? Si bien eres bello, encantador y el mejor en cambiar favores sexuales por bienes monetarios que disfrazas por contratos, ¿Cuánto tiempo más seguirás siendo joven?- esa pregunta lo dejó tieso.

Nadie se metía con eso.

-Espero que lo suficiente- intentó que la molestia no se reflejara en su rostro, pero sin mas se levantó de su regazo. Estaba a una infinitesima de segundo golpear su cara.

-Estas cerca de los cuarenta. No es fácil para un omega una vez que pierde su mas fuerte atributo-

-¿Y usted que propone ya que esta tan interesado en mis atributos?-

-Hacerte el favor de hacerme tu alfa. Piénsalo. Soy alguien que tiene cinco de las 100 mejores empresas redituables del mundo, mi renombre puede ayudarte infinitamente y ya no tendrás que venderte para compensar tu falta de talento…- sintió su nariz olfatear su cuello nuevamente y la cólera invadía cada poro de su piel.

-Yo fundé de cero esta empresa hasta llevarla a la cima y si bien no lo hice solo, más del 70% del trabajo y el mantenimiento fue gracias a lo que usted llama mi falta de talento… así que le pido amablemente se aleje si no desea salir lastimado después…-

-Vamos Regulus, no es como si fuera a morderte de una vez. Solo quiero demostrarte mi poderío… nada más-

-No lo repetiré- pidió amablemente. La advertencia fue dada y el jamás dudaba.

-¿Qué podrías hacer? ¿Llamar a seguridad?- esa fue la gota que derramó el vaso. Si estaba determinado a insultarlo en cada uno de sus ámbitos personales, no respondería. Agradecía ser un experto en las artes marciales y tener la fuerza y destreza suficiente para no ser un indefenso omega a merced de la turba de animales que había en el basto universo.

Sintió un acaloramiento y maldijo a todos los alfas malparidos del mundo como ese que tenía chillando después de cinco movimientos para tumbarlo y amordazarlo como el cerdo que era.

"Mierda…" murmuró sintiendo como su celo se adelantaba por cinco días "Y todo por este hijo de puta" se dijo rebuscando con manos temblorosas en su cajón alguna pobre píldora inhibidora que pudiera ayudarle.

Se recargó en su silla acalorado y echó la cabeza para atrás.

La puerta se abrió estrepitosamente probablemente por el ruido que hizo para volcar a su ahora ex –socio el señor Johnson de Irlanda y rió por sus caras perplejas, principalmente la de Bill.

-No mentía sobre que sabía cuidarse solo-

-Nunca bromeo con la seguridad William. Ahora llévense a este individuo lejos de mí, no quiero volver a verlo en mi vida-

Pudo ver a su escuadrón de élite temblando entorpecidos por las hormonas que comenzaba a emanar su cuerpo. Estaba pasando otra vez y solo podía maldecirse.

-Pensé que le tocaba dentro de… c-cinco días…- murmuró el pelirrojo desviando la mirada. Pese a ser beta, también podía percibirlo y notó su arrebolamiento.

-Dile a Mayen que guíe a los guardias al ascensor y clausure este piso. No quiero que vengan corriendo como estampida y golpeen mis hermosas paredes de caoba- sonrió desganado.

-Nadie quiere eso. ¿y tener que gastar medio millón de libras en repararlo? Ni dios lo desee- Regulus rio por la certera respuesta pese a su estado. Era increíble -¿quiere que le hable al vicepresidente?- el omega no pudo evitar hacer una mueca de desprecio.

-A ese ni me lo menciones… sigue vetado de mi vista también-

-Otro más a la lista negra. Entendido- hizo como que tachó algo en su cuaderno invisible.

-Ya tomé una píldora… estaré bien en 30 o tal vez 40 minutos… Mi cuerpo es terco cuando lo médico y tarda más de la cuenta, si quieres evacua también para que te sientas seguro-

-No quiero dejarte solo…-

Sus piernas temblaron y Bill rápidamente se acomidió a recogerlo.

-Tenias que ser un caballero en dorada armadura ¿verdad?- La lucha interna, la sensatez y lo salvaje en sus ojos azules. Era adorable verlo en ese estado por él. Su bondad no tenía límites y estaba agradecido.

El acaloramiento era superior que se besaron con fiereza. Un toque anhelado a diferencia del alfa que sometió. Nada de repulsión o molestia sino todo lo contrario. Lo deseaba.

Sus bocas se buscaban y por instinto su pelvis se movió haciendo que el pelirrojo reaccionara con un gruñido. Lo quería ahí y ahora que le arrancara la ropa sobre su escritorio de madera y le clavara hasta las entrañas su miembro colosal.

Temblaba, y gemía por su contacto. El instinto era fuerte y Bill se resistía inútilmente.

-No- negó tomando su mano que bailaba sobre su cinturón amenazando cruzar la linea. Si hubiera estado en sus cinco sentidos sentiría tal adoración por la fuerza de voluntad que tenía. "Debes de amarla demasiado..." se dijo sintiendo su frente contra la suya y su jadeo salvaje al reprimir los instintos primitivos.

Era repulsivo tener el aroma de alguien mas en su piel, pero el contacto del beta era tan preciado y como pese a no desearlo, respondía dulcemente a su fricción. Sus manos fuertes lo apresaban, apenas rosando sus piernas desnudas y sus ojos azules brillaban con fiereza contra los suyos.

Pudo sentir su pantalón humedecerse y el gruñido de Bill ahogando su orgasmo con vergüenza. Regulus rodó a un lado y suspiró por última vez en el día.

-Uff…- aspiró con fuerza cuanto aire pudo. El aliento le faltaba y noto alegre que el celo finalmente cedía. Miró su reloj de pulsera "Si, 25 minutos. Que efectivo" bufó sarcástico.

-Esto… sí que esta fuera del reporte…-

-Solo nos frotamos con ropa, Bill, no fue nada del otro mundo. Un amigo ayudando en un momento de crisis a otro- dijo quitado de la pena.

-Suena tan humanitario diciéndolo así pero ¿Por qué me siento sucio?-

-Porque tu pantalón esta mojado- enrojeció hasta las orejas haciéndole reír divertido cuando cubrió sus ojos.

-Eres adorable, Bill- no podía estarle mas agradecido que eso.

 

…≈~°°*°°£Ï3°°*°°~≈…

 

Esa había sido la ultima gota que necesitó para que la compresa de sus ilusiones, su obsesión inexplicable terminara de romperse, obligándole a finalmente a hablar nada mas regresar a su pequeño hogar junto al mar.

Fleur ajena a su estado mental cansado y expresión de lunático, lo recibió como hacia años no la veía, con una sonrisa curvando sus generosos labios y un sonrojo en sus blancas mejillas, hablaba con su rápido acento algo acerca de papel y letra cursiva del numero 14. Ni tiempo tenía para analizarlo de tan pulsante que iba el tren de su pensamiento.

-¿Que es lo que opinas, Bill?-

-Creo que debemos anular el compromiso-


 

Notas finales:

Es todo por el momento, bebes! Espero que les haya gustado! Los adoro y nuevamente me disculpo por lo lento que voy con la historia! Espero ponerme las pilas y apurarme para terminar finalmente todas las parejas ;)

Les mando besitos! Hasta pronto!

PD. El siguiente capi será finalmente de Remus y Lucius y la montaña rusa de emociones que ha sido su relación! Se titulará: Reescribiendo las estrellas :P Espero que les guste n.n


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