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Solo Por Ti por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

PAREJA: Neville/ Severus


DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3


ADVERTENCIAS: Es un AU (universo alterno) En un mundo sin magia donde se rigen bajo las normas del Omegaverse. Hay relación chico-chico, sexo explícito (LEMON) y probablemente palabras altisonantes. Están advertidos!


CAPÍTULOS1/2


NOTAS DE LA AUTORA: Hola pequeños, con mucha emoción de ver su interés en esta historia, decidí continuarla por un poco más. Mil gracias Hope, Solange, Cris, Leyna y Reiko por comentar! y para aquellos que desean la continuación de Sirius y Draco les digo que estoy trabajando en ello para traerles un nuevo capi (probablemente dividido en 2 nuevamente jeje). asi que por el momento la pareja de este momento es Neville y Severus! si no les gusta esta parejita, les pido me disculpen, pero no pude contenerme de escribir algo de ellos :P Ya regresaré con Draco y Sirius la siguiente entrega! (pinky promise n.n)


A leer se ha dicho~

 


SI TU ME QUISIERAS


I


El colegio Hogwarts era una secundaria y preparatoria que prometía un trato justo y sin prejuicios para las diferentes clases sociales alfa, beta y omega; cualquier falta entre clases por ligera que fuera ameritaba expulsión, por tanto tenía los mejores estándares de tolerancia en el país.


Era por ello que Neville Longbottom estuvo deseoso de asistir a esa escuela cuando cumplió los 11 años de edad. Su anhelo era inmenso y no podía esperar para poder entrar. Los pesados comentarios ofensivos que recibió por parte de la mayoría de la gente que conoció y principalmente de sus abuelos sobre lo lento que era su cerebro, lo poco coordinado que era en acciones y la gran diferencia en personalidad junto con capacidad de su padre, fue uno de sus motores por buscar un lugar de paz donde podía ser el mismo sin molestar a nadie.


Que equivocado estuvo de la utopía que se planteó en su imaginación.


Los primeros tres años posteriores a su ingreso pudo comprender que si bien era cierta la norma número uno del colegio, no todo era color de rosa.


El prejuicio seguía existiendo tan palpable en el aire, siendo un gran dominio por parte de las prepotentes alfas quienes se quedaban con lo mejor, seguidos por los resignados betas que no perdían la oportunidad de ver por encima del hombro, hasta llegar al eslabón más débil que eran los pocos omegas que quedaban, quienes eran sometidos constantemente contra su voluntad.


La mayoría de los profesores se hacían de la vista gorda si el percance era mínimo, pero aunque quisieran tapar el sol con un dedo, si la ofensa era mayor, se tomaban cartas en el asunto.


Si, durante esos primeros años su estatus en la vida siguió siendo el mismo.


Las burlas durante esos tres años previos al examen médico que determinaría su futuro no se hicieron esperar. Cualquiera que lo viera lo consideraba un bichejo, un 0 en la escala del 1 al 10 en cuanta competencia y aptitud.


"Soy un alfa" fue lo que pensó cíclicamente durante 30 largos minutos en los que releyó el papel de la enfermería ese agradable día soleado como si no pudiera creer su su suerte fue echada y salió airoso con el mejor de los presagios. Pudo hacer un baile mental mientas celebraba jubiloso su momento de gloria que solo le pertenecía a él.


No era un bueno para nada como su abuela Augusta siempre le hizo hincapié y que tantas veces le hizo llorar sin poder hacer nada al respecto, tanto que ni la voz consoladora de su querida madre al otro lado de la puerta le llegaba, lo único capaz de traspasar las paredes era la fuerte voz de la abuela diciéndole "¿Cómo, siendo hijo del ilustre alfa Frank Longbottom y de la respetada omega que es Alice, terminó siendo así de inútil?"


Ser un alfa aunque le daba gratas remuneraciones, era también más exigente con las expectativas que la gente tenía sobre ellos, o eso decían. Pero sea como fuere, por ese pequeño momento podía sentirse un poco orgulloso consigo mismo; ya no sería tratado de manera inferior y estaba seguro que podía sobrellevar la vida gracias a este golpe de suerte.


"¿Aunque, que es lo que realmente te hace ser un alfa?" se preguntó más de una vez.


Nunca había experimentado el "celo" como le mencionó más de una vez su amoroso padre, ni las ganas de morder a alguien "¿se habrá equivocado la enfermera de la escuela?" eso a veces le molestaba con curiosidad, pero consideraba que si era un error, estaba dispuesto a vivir con ello, pues ser catalogado como un alfa para alguien como él, era lo mejor.


Cuando se dio cuenta que, en efecto era un alfa, fue cuando por primera vez en su vida experimentó ese ardor sordo en su interior ante las deliciosas feromonas en al aire de cierto omega que nubló su vista.


Jamás había sentido algo tan fuerte e intenso como aquello rayando en la excitación en los 15 años de su vida. Su cuerpo descontrolado por sus hormonas enloquecidas y su propio miembro tan duro como una roca en sus pantalones era ajeno a cualquier impulso racional.


"Pese a que en su estado calmado y consiente nunca le hubiese echado mano a Draco Malfoy, ahí estuvo, sobre él como un animal salvaje, ansiando desgarrar su ropa y poseerlo nada más tenerlo a un palmo de distancia.


-Ni te atrevas a tocarle un cabello, Longbottom o haré que repitas el año- el profesor Severus habló con su profunda voz que taladró hondo en su cerebro haciendo que se detuviera parcialmente.


Se sintió tan acalorado, pero había algo en la presencia de ese adusto profesor que siempre conseguía confundir su mente y hacerle temblar, generalmente de miedo… pero ese momento no era como los días normales, en ese instante no era guía de sí mismo y su propio instinto dominante de alfa eclipsaba al beta que era Severus Snape.


El mayor tembló al percibir su fiereza, pero sin amilanarse tiró de su brazo llevándoselo a rastras.


Neville ya no pudo escuchar más de lo que dijo pues solo un agudo zumbido era presente en sus oídos. Sumido en ese agónico calor jadeaba entrecerrando sus puños al punto de sangrar sus palmas.


Apenas lograba ver donde estaban.


El aroma del profesor de química era muy fuerte haciéndole intuir que se encontraban en su oficina privada/ aposentos/ salón de torturas en el sótano. Entre ese denso humo de perdición pudo notar la estancia pulcramente arreglada. Estantes llenos de libros y otro tanto de reactivos seguramente acomodados de menor a mayor toxicidad. Los ácidos lejos de las bases, no estaba realmente seguro pues no veía con claridad más allá de su nariz.


-Menos mal que no eres tan horroroso como antes-murmuró Severus Snape quitándole de manera hábil el cinto liberando en el acto su adolorida erección. Los ojos acerina centellaron con lo que veían dándole el visto bueno antes de tomarlo con sus dos manos.


Gruñó.


Su parte racional le costaba seguirle el hilo a lo que estaba pasando. ¿A qué clase de dimensión cruzó? Pues el hecho de que su profesor de química, el ogro de su vida estudiantil, el demonio que siempre se burlaba de su poca aptitud en clase estaba brindándole placer con su boca con una intensa expresión de regocijo en su rostro como si estuviese chupando una paleta, iba más allá de cualquier lógica.


-Dios…- gimió de una manera tan obscena que de haber estado consiente se habría cubierto la boca por la vergüenza. Era demasiado para soportar. Aquellas manos hábiles para hacer cualquier preparación molar estaban demostrando de qué estaban hechas, moviéndose por todo su largo, jugueteando hábilmente con su escroto.


No era suficiente.


Por muy excitante que fuera, su instinto ansiaba más de lo que esa deliciosa lengua podía darle o incluso sus manos.


-¡¿Pero qué mierda, Longbottom?!- blasfemó el mayor al ser arrojado sin previo aviso sobre el escritorio despejado.


El alfa tomó el liderazgo y Severus podía notarlo por lo oscurecido de sus ojos chocolate y como jadeaba pesadamente, aun erecto e insatisfecho. Su pantalón se rasgó antes de romperse enteramente por el ímpetu que empleó el menor. Sus manos ansiosas empleaban más fuerza de lo normal tocándolo, abarcando cuanta piel podía alcanzar, olfateándolo. Lo presionaba contra la cama con su cuerpo, queriéndose abrir paso en su interior.


-¡Si serás idiota Longbottom!- rechistó el mayor arrebolado con el ceño fruncido; pero el instinto llamaba y solo pudo jadear cuando lo tomó dentro.


Neville ya no pensaba nada coherente y solo gozaba. Marcaba el ritmo con sus fuertes estocadas, derritiéndose por su abrumadora calidez y lo estrecho que lo constreñía. Desconocía sus propias manos que apretaban los pezones endurecidos dentro de la camisa arrugada, su propia lengua que delineaba la nuca del mayor con deseo insano. Ese acto reflejo de dominancia que de nada servía entre alfas y betas, pero que su propio ser le pedía hacer. Una mordida, solo una que los uniría para toda la vida.


Antes de poder hincarle el diente, se contuvo como el último grito de aliento de su autocontrol y lamió el delgado cuello, succionándolo hasta enrojecer su suculenta piel.


Las cetrinas mejillas estaban teñidas de rosa y sus oscuros ojos estaban inyectados con deseo que le hacía aún más daño pues la criatura en su interior enloquecida sucumbía en el éxtasis de estocadas frenéticas y aguerridas.


Sin saber qué fue lo que se apoderó de él, tomó la boca del mayor con la suya, acallando sus deliciosos gemidos que arrancaba cada que lo estimulaba y se clavaba más en su interior. Sus labios finos le correspondían, instándole en una lengua desconocida a que se fundiera con él.


Mordiéndose el labio ahogó un gemido al correrse violentamente en ese cálido interior. Lo escuchó protestar, pero su voz distante no llegaba a la dulce cima donde se encontraba.


Se desplomó contra el suelo, agotado. El químico levantándose pesadamente se dirigió al baño azotando la puerta tras de él. Su lado animal y primitivo estaba complacido, pero como persona racional que era regresando a sus facultades, estaba asqueado por su comportamiento y deseoso de esconderse en un profundo agujero de tierra para no volver a emerger.


"¡¿Qué fue lo que hice?!" se cuestionó horrorizado.


Ver para creer todo lo que le hizo al profesor Snape, pero lo peor del caso es que no se arrepentía. Ser participe e incluso detonante de todas esas facetas jamás vistas en el rostro estoico y generalmente maquiavélico fue más de lo que esperó, pero le gustó verlo."¡¿Porque alguien como él puede verse así de sexy?!" se preguntaba mordiéndose el costado de su uña, nervioso por ser asesinado por su profesor de un momento a otro.


-¿P-Porque dejó que… que…?- intentó preguntar en cuanto salió.


Ocultó su propio bochorno por verlo así en bata recién salido de la ducha. "Concéntrate" se dijo desviando la mirada a cosas más aburridas como los pesados tomos de bioquímica de Lehningher y de Harper sobre el escritorio. El mayor secando su largo cabello negro que aunque lucía la mayor parte del tiempo grasoso, era de una sedosa textura, bufó comprendiendo a que se refería.


-Por cuatro sencillas razones Longbottom. Una: las pastillas/ inyecciones supresoras son caras para malgastarlas en tantos idiotas alumnos cachondos- exclamó dejando de lado su toalla oscura para el cabello -Dos: como dije, no estas de tan mal ver, eres físicamente tolerable, supongo. Tres: me gusta el sexo ¿Qué más se puede agregar a eso?- lo regresó a ver con la ceja arqueada haciendo ruborizar al menor.


-Y Cuatro: sé que no eres lo suficientemente estúpido para mencionar esto que se nos fue de las manos pues no te iba a dar el servicio completo- su sonrisa ocultaba pobremente su aura asesina, haciéndole sudar frío –además, sabes que si llegas a causarme algún problema puedo asesinarte de la peor manera posible sin siquiera ensuciarme las manos y de la manera más limpia que parecerá una muerte natural-


-Claro…- murmuró perdiendo el poco color que tenía en el rostro. Severus dándose por bien servido abrió su puerta prácticamente sacándolo a patadas de ahí.


-Ahora largo, que me debes unos pantalones- dijo al cerrar la puerta de golpe sin importarle golpear su muy aturdida testa"


De vez en cuando hacia remembranza de aquel acontecimiento extraordinario, no por la melancolía de no volver a repetirse, sino por lo improbable que aún le sabía pese a un año de haber transcurrido.


Las miradas frías y palabras burlonas por su incompetencia en el laboratorio no se hacían esperar, su mordacidad y su constante búsqueda en castigarlo le producía pensar que todo ese encuentro digno de cualquier película XXX fue obra de su febril mente.


Aquello probablemente fue un error por parte del mayor, aunque para él, se sintió endemoniadamente bien.


…≈~°°*°°£Ï3°°*°°~≈…


Con forme pasaba el tiempo, Neville abrumado veía como sus amigos cercanos y uno que otro compañero se abría paso con uñas y dientes pese a su estatus, mientras que él seguía siendo el mismo.


Su querido amigo Harry Potter para ser un beta, era un excelente deportista, gentil y con buenas calificaciones; su amiga Hermione pese a ser una omega, era la chica más inteligente de toda la escuela superando incuso en conocimientos a muchos maestros, incluso veía como Draco Malfoy en su condición de omega, jamás bajaba la mirada ni se intimidaba por los comentarios hirientes que le lanzaban, sino todo lo contrario.


-¿Vas a algún lado, escoria?- cuestionó Zabinni bloqueando el paso de la biblioteca al rubio acompañado de Hermione. Neville solo podía verlos por el borde de una columna no muy seguro si debía intervenir o no.


Su ferviente sentido de la justicia le demandaba interponerse entre los omegas y los buscapleitos alfas, pues era lo correcto, pero la cuestión en ese caso era: ¿sería bien recibido su acto heroico? Porque si lo pensaba, el rubio aun le tenía pulla y le miraba con mal gesto por habérsele arrojado de esa forma el año anterior, aun sin perdonarle. "Siendo tan orgulloso, seguro y me termina odiando más por meterme en lo que no me importa" se dijo acongojado.


-Déjanos en paz Zabinni, que si un maestro te ve te puede ir muy mal, pueden expulsarte- amenazó Hermione en voz alta, pero el moreno solo amplió su cínica sonrisa.


-¿Crees que se atreverán a ponerme un dedo encima sabiendo quien soy yo?- rio tontamente junto con sus dos secuaces –además ¿Quién les creería algo a ustedes dos insignificantes omegas contra la palabra de un alfa?- la chica se ruborizó avergonzada sin apartarle la mirada, fulminándolo. El moreno apartando de golpe a la chica, tomó del rostro al peliplateado quien con su mejor gesto lucia sereno –ahora por esta ofensa que es su asquerosa presencia y por la intromisión de tu querida amiga pobretona, chúpamela Malfoy y tal vez los perdone-


-Lo siento Zabinni pero ese es solo el derecho de tu padre… aunque pensándolo bien, no sé realmente cuál de todos los hombres de la prostituta de tu madre es tu verdadero padre- lanzó mordaz haciendo palidecer a la castaña quien parecía que de un momento a otro se desmayaría, mientras que el italiano poniéndose de mil colores, alzó la mano para atestar un golpe.


Neville antes de poder asimilarlo se interpuso.


Nunca fue bueno peleando, pero la valentía descomunal que lo invadía le hizo salir sorpresivamente victorioso de su encuentro. Tal vez fue porque no soportaba las injusticias hacia los más débiles como las que se enfrentó la mayor parte de su vida, o porque recordó en ese momento al profesor Snape y su férrea protección a sus alumnos pese a aparentar ser siempre indiferente a los problemas.


Fuera cual fuera su motivo oculto, estaba agradecido por haber intervenido pues tanto Hermione como Malfoy estaban intactos. Suspiró agradecido por haber obrado bien y se dejó caer recargando su cabeza contra la pared.


Percibía un sabor a metal en su boca y su ojo izquierdo comenzaba a hincharse, pero tanto Zabinni como sus dos secuaces Crabbe y Goyle salieron corriendo amenazándolo de que se las pagaría. No podía importarle menos.


-¿Por qué lo hiciste Longbottom? ¿Quieres enmendar tú "error" por casi violarme en plena cancha?- los colores se le subieron al rostro negando con la cabeza.


-Era lo correcto por hacer- declaró aun sintiéndose avergonzado por ese comportamiento tan penoso de sus quince años -Lo siento por ello… ya te había intentado pedir perdón pero siempre me mandabas al demonio- soltó una risilla –así que hoy te pido perdón adecuadamente. No fue mi intensión, jamás te habría puesto un dedo encima, mucho menos sin tu consentimiento-


-Que caballero eres- ironizó.


-¡Draco!- rechistó Hermione agitando su esponjoso cabello –ignóralo Neville, aunque su lengua afilada este diciendo eso, lo que realmente quiere decir es que acepta tus sinceras disculpas y ambos te agradecemos por lo de hace rato, realmente nos salvaste, aunque debió de haber intervenido un profesor- dijo ofuscada pasándole una botella de agua fría para ponerse en su ojo morado –creo que iré a hablar con la profesora McGonagall, seguro ella podrá tomar cartas en el asunto, gracias nuevamente Neville- asintió sin esperar respuesta la chica, dándose media vuelta en dirección de la dirección.


Ambos chicos se quedaron viendo, pero hartándose rápidamente del silencio, Draco habló.


-¿Por qué recibiste el golpe por mí, Longbottom? No tenías que hacerlo-


-Porque era lo correcto- reiteró entre sonrisas –de todas maneras ese tonto quedó diez veces peor-


-Eres un idiota ¿te lo habían dicho?- exclamó el rubio negando con la cabeza porque no podía concebir que alguien generalmente cobarde hubiera hecho algo tan atrevido como eso.


-Si muchas veces antes, no eres el primero Malfoy-


…≈~°°*°°£Ï3°°*°°~≈…


Con una mejor actitud quería enfrentar su último curso. Sus calificaciones no eran las mejores, pero comprendía que si no mejoraba, no podía lograr mantener su orgullo intacto.


Quería ser botánico, pero para ello necesitaba tener excelentes calificaciones en biología, matemáticas, química y física. No tenía problemas con matemáticas pues el profesor Lupin era muy agradable y sabía explicarle adecuadamente para que lo comprendiera; la biología para él era pan comido y en más de una ocasión la profesora Sprout lo elogió en clase haciéndole sentir importante. Lo que realmente le aterraba era aquella materia que siempre lograba quitarle el sueño y aterrarle en forma de pesadilla: la química.


Sabiendo cuales eran sus problemas, decidió tomar cartas en el asunto.


Ya que pedirle ayuda a Severus Snape no estaba en sus planes de corto plazo, mucho menos porque tenía la certeza de que este se mofaría de él por su ineptitud y pésimo rendimiento en química, se autoconvenció que era mejor no ir a molestarlo; además con forme pasaban los días se daba cuenta que era más consciente de su presencia y con solo oler su esencia era suficiente para ponerlo caliente. "Pedirle su apoyo, imposible" se decía horrorizado.


Su opción era lógica y ahí se encontraba en el despacho del profesor Lupin, quien con solicitud le sirvió un poco de té de canela con un chocolate al lado de la taza mientras revisaba sus calificaciones de modo analítico.


-Yo creo que puedes lograr tu meta en este último año Neville. Eres un buen alumno, por tanto con proponértelo y con al menos una gran dotación de nueves junto con un buen examen de admisión, lograrás entrar a la universidad que quieras- aseguró el profesor Lupin regresándole sus papeles con una sonrisa.


-Muchas gracias profesor. Es por eso que vine a verlo… estaba esperando que pudiera impartirme clases privadas de química, sé que usted es muy bueno y podrá hacer que entienda, porque por más que intento estudiar por mi cuenta, no entra la información… mi abuela dice que tengo el cerebro duro-


-Me gustaría ayudarte Neville, pero no creo poder, lo siento- dijo regresando a ver su calendario en la pared con una expresión triste. El menor bajó la mirada triste pues la otra opción que le quedaba era irle a llorar a Hermione que le prestara sus prolijos apuntes con la esperanza y bendición del espíritu santo tener una oportunidad de mejorar sus notas –sin embargo, estoy seguro de poder convencer a Severus que te enseñe-


Neville palideció al instante.


-No quiero molestar al profesor- se apresuró a contestar, procurando que el miedo no se apoderara de su cuerpo que comenzaba a temblar -sé que me odia y no quiero darle más motivos- el castaño rio como si aquello fuera imposible de ser y palmeó su hombro mirando fijamente sus ojos.


-Tonterías Neville, Severus puede ser algo seco, ya lo que creo que sí, pero lo bueno de él es que le interesan sus alumnos y si realmente deseas aprender, no hay nadie más diestro para enseñar química que él-


 


 

Notas finales:

 Espero que los pocos que se hayan quedado a leer esta historia les haya gustado :3 Mañana (si dios quiere) subo la siguiente parte y espero tardarme una o máximo dos semanas para el siguiente capi de Sirius y Draco!

Les mando muchos besitos!


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