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MI FUTURO CONTIGO Viaje en el tiempo por shi san

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Mi futuro contigo

Epilogo

By Shigatsu sama

 

        No todo es tranquilidad en las relaciones, por más amor que allá la realidad de ser un humano te golpea tarde o temprano.

         Desde aquellos besos apasionados y curiosos que Ryota se había dado con Daiki aquella noche en la casa de Akashi en las Bermudas pues, no se habían vuelto a comunicar ¿miedo? Miedo de que tus sentimientos por la persona que admiras y estás enamorado te rechace y te diga: -Oye ¿Qué clase de estupidez estas diciéndome?- Eso era parte del rubio y por parte del moreno digamos que también sentía miedo pero solo lo tildaba como un fastidio insistir en algo con aquel modelo idiota era como doblar su orgullo o sea lo que sea, aquel rubio no le desagradaba para nada, en secreto el sentía algo un poco fuerte pero los humanos sienten miedo, por muy fuerte que sean.

          Por otro lado estaba un chico de cabellos celeste, se volvió un poco frágil luego de la despedida de su sombra, jamás le detendría, jamás.

-Regresare por nosotros- Taiga le decía eso en el autobús en el que iban, Kuroko negó lentamente.

-No prometas lo que no sabes sí podrás cumplir-

           ¿La vida? La vida es un plan que tienes. Hace un mes que habían comenzado a salir, era muy gratificante sentirse tan unidos sin embargo ¿El destino? Es cuando tus planes cambian automáticamente, lástima que la vida y el destino son lo mismo, van de la mano.

       Un par de años después…

-Shin shan- Un Kazunari con miedo llamo a un estudiante de medicina que iba caminando por el campus, este apenas estaba en el segundo semestre.

-Lo siento ¿Sí? No fue grato tampoco para mi saber nuestra pérdida pero necesito…-

-Si- El pelinegro bajo el rostro. Algo en ese tiempo cambio profundamente, borro su brillo.

-Te deseo lo mejor en tus clases en Estados Unidos- Sonrió forzadamente, Takao era un bonito pero también sexy doncel.

-Volveré- Dijo Midorima pero vio cómo su compañero negaba.

-Sí vuelves o no es algo normal, pero gracias por aceptar mis sentimientos. Ya no somos nada y la verdad no quiero volver a verte. Primera vez en mi vida que me siento tan mal y todo por una relación que nunca tuvo futuro, no sé ni cómo…- A lo último se calló para darse la vuelta, pensaba en ese Takao que le fue difícil ver, en sillas de ruedas, amaba mucho a Shin shan pero se amaba más a él, ni siquiera había terminado la carrera como enfermero y ya se sentía demasiado frágil, tenía unas ojeras horribles, no, tenía miedo.

         Sintió como una mano se afianzaba de su brazo.

-Te amo- Shintaro se le colocó de frente y le levanto la cara para darle un dulce beso, cosa rara en él.

-Yo también pero creo que no quiero estar con alguien que me haga sufrir ¿recuerdas? Ese Kazunari en sillas de ruedas, se veía miserable, creo que tú no me haces bien, nunca lo hiciste-

-Yo lo vi Hermoso-

        Kazunari se soltó brusco.

-Gracias al cielo no te veré más, no me vas a hacer más daño Shintaro Midorima- Dijo Takao mirándolo con una seriedad que el de gafas jamás había experimentado con él, el pelinegro salió a paso rápido de allí.

 

-¿Te vas? Pero ¡de qué demonios hablas Atsushi!- Le gritaba Himuro a su novio en la sala de su departamento.

-Muro chin tienes tu carrera para ser un profesor pero yo también quiero ser algo. Mi mamá le costó mucho conseguirme el cupo en esa escuela de cocina-

-No me amas- Dijo el pelinegro bajando el rostro, no le interesaba que se viera egoísta, pero era su novio, no lo dejaría tan fácil.

-Amo mucho a Muro chin- Atsushi que estaba sentado en el sofá del departamento de Himuro le abrazo, dándole un beso en la frente.

-Entonces no te vayas, quédate conmigo, no tienes que pensarlo tanto-

-Lo siento-

-¿Lo sientes? ¡Lo sientes! Entonces hasta aquí llegamos, ya son semanas y no te doblegas ¿te vas a ir? Entonces lárgate Atsushi- Le gritaba Himuro, estaba muy molesto ¿Por qué Atsushi no podía quedarse? ¿Qué tan grandiosos puede ser una escuela en Francia?

      Atsushi le abrazo y le tiro en el sofá besándole a juro, saboreándole deliciosamente aquellos sugerente labios sin embargo sintió un golpe en su estómago que lo dejo si aire.

-Me entregue a ti pero no más, esto se acabó Atsushi, anda a cogerte una francesa porque a mí nunca más- Le reto el pelinegro cruzándose de los brazos.

        Atsushi le miro con odio agarrando su chaqueta de cuero y saliendo de allí demasiado molesto con Himuro.

-Me pintaste pajaritos, una bandada de malditos pajaritos con todo pero era mentira ¡maldito mentiroso!- Himuro gritaba y lloraba, era un rompimiento demasiado doloroso, solo se escuchó cuando los pasos del gigante se detuvieron.

-¡Nunca te mentí maldita sea!- Grito el gigante para azotar la puerta.

-¡Te odio Atsushi! ¡Nunca debi…-

          La vida es cambiante sino pues no fuera vida, Kouki Furihata lo sabía, era una persona serena, tranquila que trabajaba en una empresa para ayudar con los gastos de su universidad. Su padre se había casado con otra mujer, tenía años que no vivía con Kouki ya que le recordaba a su difunta esposa.

         Un día Kouki llego un poco tarde y el supervisor le dejo pasar sabiendo su situación pero le mando a limpiar la sala de reuniones ya que los jefes más importantes se habían reunidos allí minutos antes.

       Entro limpiando rápidamente, tomo las guías que tenía que echar a la basura y los vasos de agua sin percatarse de unos ojos rojos que le veían curiosos.

-Hola Kouki-

       El castaño sintió un tremendo escalofrío y salto asustado.

-Señor Akashi ¿Qué-

-Esta empresa pertenece a mi compañía ¿No lo sabias? No me digas que entraste a trabajar aquí sin saberlo-

      ¿Eso era sarcasmo? Bueno, eso no importaba, le tenía cierto recelo a Akashi desde que escucho pequeños rumores donde decían que Seijuro tenía aventuras con casi todas sus secretarias aunque siempre las despedía.

-Lo siento, sacare esto. Disculpe la molestia- Dijo el castaño tomando todas las cosas en una cesta para irse sin embargo fue sostenido firmemente por el pelirrojo elegante, no negaba que se veía demasiado bien en aquel traje negro con gris.

-Te ves muy simple- Akashi le veía a los ojos, muy cerca sintiendo el deliciosos temblor del castaño.

-Trabajas y estudias, yo también lo hago aunque yo soy el dueño de la empresa para la que trabajo- Le dijo con altivez.

-¿Quieres un mejor puesto? ¿Con horario flexible y sueldo más alto?- Le pregunto cerca.

-Eh… todos lo querrían, señor-

-No soy mi padre para que me llames señor, te daré ese puesto pero primero…- Akashi se acercó y le beso rudamente, es que siempre había tenido esa curiosidad, quería más. Ya sus manos aprisionaban aquellas caderas, no le importaba que Kouki lo usara para escalar puesto más altos, solo quería tener a ese castaño, castaño que ya estaba aceptando aquellos besos…

-Apenas terminemos de hacerlo llamare y te daré el puesto que quieres, será un buen pago- Se rio ligeramente y el castaño se dio cuenta ya que estaba súper embobado con aquel beso que le había encantado, era lo mejor que le había pasado.

        Sin embargo le alejo inclinándose.

-No gracias, pero hay muchas chicas lindas aquí que si apreciarían esa oferta Akashi san- Agarro y salió veloz de allí yendo directo a donde su supervisor, estaba rojo como un tomate.

-Kouki ¿Qué pasa? ¿Tienes fiebre?-

-Señor- Titubeo bastante, aún estaba emocionado y confundido.

-Yo renuncio, lo siento mucho pero creo que ya habrá alguien mejor que pueda con el puesto ¡lo siento!- Se inclinó para irse corriendo de allí.

        Recordaba ese Kouki que había gritado a Akashi san, no, algún error, quizás era un error, o solo había sido un mal sueño, albergar cosas así, no es que se despreciaba como persona solo que sabía que su lugar no era ser alguien preciado para el gran pelirrojo pero tampoco quería ser su juguete, no lo soportaría.

         Pasaron un par de años y unos meses más. Aomine estaba trabajando para ser policía en rama para criminalística. Mantenía un poco de contacto con los demás chicos porque obviamente las redes sociales tienen esa magia y vio una publicación de Kise: No quiero ver el partido solo pero qué más *Insertar cara llorosa*.

         Si, era un partido genial que hasta él quería ver de echo tenía planes con los chicos de su clase pero algo en él se removió inquieto, quería ver a Kise de nuevo ¡Vaya! tenía tiempo sin ver ese rubio idiota que en esas fotos se veía demasiado bien, se sorprendió relamiéndose los labios así que solo tecleo una respuesta: *Vamos a ver el partido rubio idiota, me brindas botanas sino no *Insertar carita aburrida*.

         Obviamente enseguida tuvo una respuesta: ¡Aominecchi me va a salvar yei! *Insertar emoticón de gatito feliz*.

          Al rato un timbre sonó y un rubio con camisa blanca de algodón fue a abrir feliz.

-¡Aominecchi! Gracias por venir, mi manager mala dijo que no podía acompañarme porque no le gusta el básquet- Fue y le palmeo con fuerza el hombro pero también haciendo un puchero.

-Que mal, vamos a ver el partido ¿quieres apostar?- Reto el moreno.

-No lo sé Aominecchi ¿Cómo qué?- Le dijo al rubio quien se sorprendió y camino hacia la sala acción que no se le paso por alto al de ojos azules que le vio los pantalones de blue jean y aquella retaguardia tan atrayente, trago grueso es que el rubio se veía tan cómodo.

         En el mismo sofá estaba en el suelo un rubio y un moreno los cuales compartían opiniones mientras el moreno tragaba.

-Oye Kise, esta comida tiene un saborcito no sé-

-Jajaja lo siento Aominecchi, es que esas galletas son orgánicas de naranja sin gluten y endulzadas con stevia, los emparedados son bajos en grasa y las cervezas igual ¡Lo siento! Es que no puedo andar comiendo muchas grasas- Dijo el rubio uniendo sus manos y bajando el rostro como rogando perdón pero el moreno se echó a reír.

-Qué tontería-

-¡No es tontería Aominecchi! Necesito cuidarme- Dijo el rubio haciendo puchero.

-No necesitas nada de eso, te ves bien como estas-

       Kise se sonrojo, era un doncel después de todo así quisiera hacerse el genial frente al moreno. Y cuando se quiso apartar un poco ya no pudo porque el moreno le agarro y lo inclino hacia atrás, si, recordaba aquellos labios, quería probar más. Y sí…

       El moreno vio a Kise que estaba inmóvil es que también quería besarle. Aomine comenzó a besarle profundamente, salvaje mientras tocaba aquella piel debajo de aquella simple camisa pero luego cambio a un beso lento, se sentía tan bien.

-¿Recuerdas aquel beso?- Pregunto el moreno uniendo sus frentes.

      Kise asintió rojo y sorprendido.

-Nunca puedo olvidarlo, siempre lo recuerdo-

       Lo increíble es que el partido ya había comenzado pero ellos ni interesados en eso.

-Yo tampoco puedo olvidarlo- Dijo Ryota abrazando al moreno, acariciándolo con su cabeza, le necesitaba.

        Quería decirle que le amaba pero no podía, sentía que era muy pronto aunque Kise había guardado aquel sentimiento por años.

-Me gustas Ryota-

         Kise le miro y le abrazo casi al borde de las lágrimas asintiendo.

-Yo también Aominecchi-

        Se besaron como solo ellos dos sabían, eran perfectos el uno para el otro. Aomine tocaba uno de sus pezones sin embargo no le fue suficiente le levanto la camisa y comenzó a lamer un pezón y luego el otro para morderlos y ver al modelo, tenía sus cabellos ligeramente más largos, se le veían muy bien.

-¿Por qué me siento así contigo? Eres demasiado…- Aomine le susurraba en su oreja mientras se la mordía y sentía como el rubio le besaba mordiéndole el cuello.

       Kise le abría los botones de la camisa azul oscura y veía aquel fornido cuerpo, vaya que sería un sexy policía, beso su pecho y sintió como el moreno masajeaba sin pudor sus glúteos y soltó un gemido que alboroto al moreno tumbando a Kise al suelo y desbrochando sus pantalones.

-Vamos a quitarlos- Le susurro Aomine quitándoselos y mirando como la ropa interior también se iba, era delicioso, quería…

       Lo lamio, el miembro de Kise, le saboreo era demasiado bueno.

-Ah ¡Yo también quiero chupártelo!-

-Mm delicioso, vamos- Se colocaron en un perfecto sesenta y nueve.

      Kise le imitaba, le encantaba era grande y grueso incluso venoso, era demasiado.

-Ah, rico, ah- Gemía  hasta que al pasar un rato sintió como el moreno lo afianzaba del sofá y pasaba sus piernas a su alrededor.

         Daiki llevo sus dedos a la deliciosa boca del rubio, este los lamio en el perfecto ángulo. Comenzó introduciendo un dedo, era deliciosamente estrecho vio como el rubio arrugaba un poco su nariz, eso era bueno ¿Cómo se vería tragándoselo completo allá abajo?  Metió un segundo dedo y besaba a Kise de vez en vez, escupió con cuidado su mano y volvió a ensanchar. Ya cuando estaban listo lo supo al sentir como se contraía el rubio, había tocado aquel punto mágico

-¡Condones!-

-¿Eh?-

-¿Qué crees? Que tomo anticonceptivos o qué ¡condones Aominecchi!- Kise se cruzó de brazos y Aomine solo se llevaba las manos a la cabeza y si tenía, dos por cierto en su billetera.

-Tienes suerte idiota- Le dijo el de cabellos azul oscuro mientras le besaba y luego buscaba.

-Yo te lo pongo Aominecchi- El de ojos dorados se relamía los labios, ese miembro le gustaba.

-Pónmelo dulzura- Le dijo mordiéndole la oreja.

        Agarro y apretó la punta del condón y con un poquito de dificultad logro rodarlo por toda aquella dura extensión para soltar la punta y llenarlo hasta lo último para evitar algo de aire allí.

-Con solo agarrarme así, me hace poner más duro-

-Vamos Aominecchi, da en el blanco- Sonsaco sexy el rubio.

-Dime por mi nombre primero-

-Daiki ¡ah! No…- Justo le embistió llenándolo por completo.

-¿Duele? Uf, es que no pude contenerme- Le dijo lamiéndole los labios para ir a jugar con aquellos botones rosas en su pecho.

         Pasó algo de tiempo y así salió de aquel agujero y volvió a entrar, era caliente, las embestidas seguían y seguían.

-Ryota, me succionas rico-

-Daiki más, me das allí ¡ah!-

       Ryota gemía con las piernas abiertas luego sintió un beso del moreno indicándole que quería otra posición lo cual capto de una es que estaban súper conectados. Coloco todo su pecho en el suelo y subió su cadera y sintió una lamida justo allí.

-Primero estaba rosa y ahora rojo, es increíble- Y al termino se introdujo profundamente era delicioso entrar y golpear, escuchar ese chirrido y ese golpeteo le encendía.

-Quiero verte Daiki- Hablo Kise con ansiedad y fue escuchado todo se detuvo, estuvo frente de su amor para verse penetrado de nuevo mientras se sujetaba de aquellos anchos hombros que incitaban a más.

-¿Más amor?- Le decía un muy apurado Daiki quien el otro en el trance logro notar como este le había dicho “amor”, era lo más increíble.

-Si amor, duro como tú sabes- Le contesto dulce.

         Ryota fue el primero en venirse en ambos vientres y quedo rendido pero Aomine seguía mientras daba embestidas arrítmicas y se venía por dentro. Al culminar coloco su cabeza en la base del hombro quieto, su respiración poco a poco se calmaba.

         Pero la vida es como es…

        Ambos comenzaron una relación en la que no había una etiqueta, dicen que las etiquetas son malas pero no es así, es algo que eres o tú y la persona con la que andas son y ya. Sin embargo no eran novios o al menos no se decían así. La manager de Ryota le dijo acerca de la campaña del siguiente año que se iba a dar en Los Ángeles. Era la campaña soñada de Ryota trabajar para una marca que amaba y por dos años. Obviamente enfrento al moreno, iban a ser dos años. Allí estaban en una cafetería tranquila en el centro de la ciudad, con un té bed colors sin azúcar que tomaba Ryota y un café con leche de almendras para el futuro policía.

  -No puedo creer esto- Este se cruzaba de brazos, realmente no sabía cómo actuar ante tal situación.

-Es trabajo, podemos mantener nuestra relación a distancia luego podemos hacer planes-

-Sabes que mis estudios cada vez están más pesados- Le dijo algo cortante haciendo que esa hermosa sonrisa dorada desapareciera de los labios del rubio.

-Daikicchi… por favor-

-Escucha Ryota, no puedo retenerte y no podemos obligarnos a que nuestra relación muera en base a un te amo vía Facebook o instagram-

-Pero siempre te he amado ¡siempre!-

-Hasta así de triste te ves muy bien- Le miro Aomine fijo con una sonrisa ladina.

-¿Sabes Ryota? Te digo algo gracioso… Yo también te amo-

-¡Casémonos! Así me iré y seremos esposos y…- Justo sintió un beso en su cabeza.

-Vamos, te acompaño a tu casa. Hoy tengo toda la tarde y lo que resta del día libre-

      Una semana paso y Kise Ryota partió del país sin su corazón completo.

      Lo que fue doloroso es ver que seis meses después Tetsuya subió una foto donde al lado tenia a un Aomine que le miraba relajado y un: “Mi valiente novio”. Aunque no fue el título de la foto sino la respuesta del mismo moreno: “Deberías de invitarme comida por ser tu valiente novio”.

       Ryota al menos no era el único que se sentía roto, ya que un chico de cabellos bicolor rojo y negro estaba en una oficina tarde de la noche miraba aquellos comentarios ¿Se habían vuelto novios? Bueno, Aomine era la ex luz de su Tetsu. Si le dolía y no iba a preguntar. Si, hablaba a veces con Tetsu por mensajes y le trataba amable, le necesitaba. La vida había jugado con el tigre también ya que su sueño de ser basquetbolista profesional se vio truncado luego de que su padre le pidiera con tristeza que le ayudara con la sucursal de la empresa que tenían en Estados Unidos ya que había caído enfermo y su padre nunca había sido malo con él es solo que las cosas solo suceden y prefirió meterse de lleno al patrimonio de su familia, sin rencores.

      Himuro era otra vida, era un excelente estudiante que cuando veía un fin de semana se convertía en el doncel que todos se querían llevar de los pub ¿Era por Atsushi? No es que haya sido por el gigante aunque si tenía que ver, había pasado tiempo y esa yaga era cicatriz en su pecho es solo que quería divertirse y no es que salían todos los fines de semana pero si todos los que podía. No obstante nunca había eliminado Murasakibara de sus redes sociales, miraba como habían chicas que le etiquetan fotos donde les regalaban dulces lo cual hacia que su corazón hiciera una capa impermeable ¡Que hiciera lo que quisiera! Él ya estaba haciendo lo que quería así se sintiera miserable al otro día de la fiesta, así se sintiera vacío, de igual se había divertido qué más daba. Y más al enterarse que Murasakibara después de tres años había pasado navidad en Japón con su familia y no le había dicho absolutamente nada, de igual, le daba igual.

 

-Kouki, de verdad tenía algo de esperanzas con estos presentes sé que solo son flores y no sé si te gustan…- Akashi mentía a lo último sonriendo levemente apelando al lado súper amable de aquel chico, de hecho se había cerciorado de que los girasoles y las rosas eran las favoritas del castaño con el que hablaba a través de la línea telefónica.

     Kouki se mordía el labio mientras un mechón algo largo y castaño caía por su mejilla espléndidamente, el pelirrojo le había estado pretendiendo desde hacía un par de meses que se enteró que trabajaba para una editorial la cual había tenido varios contratos con una de las extensiones de la corporación Akashi.

-Oh Akashi san ¡Lo siento! Gracias por las flores, no me desagradan solo que he estado confundido pensé hasta que era algún error de mensajería-

-Por eso tenían una tarjeta “Para Kouki, de Seijuro”. Desde que llegaste a la oficina como asistente de tu jefe de editorial no pude darme por vencido, Kouki-

-¿Darse por vencido? ¿De qué manera? Uno hace lo imposible por llevar un trabajo impecable-

-No hablo de trabajo, hablo como una persona que a pesar de ser tan eficiente y eficaz es torpe a la hora de dejarle en claro a cierto chico que me gusta y que por favor me dé una oportunidad- Akashi amaba sentirse así, expectante, el suspenso y sobretodo hablar con Kouki, es que tenía una curiosidad.

      Kouki quedo mirando a la nada, si, si quería ¡lo deseaba tanto! Pero…

-¿No está jugando conmigo o sí?- El castaño tembló un poco.

-Estoy siendo serio ¿Irías a cenar conmigo?-

-¡Si! Yo, está bien Akashi san- Dijo un poco nervioso.

-Gracias ¿Te parece bien el martes a las ocho?-

-¿Mañana?-

-¿Es un mal día?-

      Oh Dios eran tantas preguntas y solo dos corazones agitados.

-No, está bien y a las ocho pero en qué lugar-

-Pásame tu dirección y te pasare buscando es mejor, no quiero un no por respuesta- El pelirrojo se le notaba en su tono la ligera sonrisa a lo que el castaño se sonrojo feliz.

-Está bien-

         En esa cena no ocurrió nada más que sonrisas, halagos para el chef  y un muy nervioso Kouki que se relajaba de vez en vez hasta que…

-Quiero una segunda cita, podemos ir a ver una película ¿me harías el honor?- Dijo el pelirrojo llevándose a la boca un pie de manzana con crema fresca deliciosamente a la boca viendo una sonrisa de aceptación de su compañero.

-Claro pero con una condición, yo pago- Una sonrisa amable y dulce hizo que ya, Seijuro proclamara amor por aquel chihuahua.

 

        Kouki se encontraba aun en la oficina arreglando unos diálogos y al fin terminaba así que subió sus brazos haciéndolos sonar e incluso sus dedos. Hoy iba a ir a ver la película con Akashi, solo había bastado esa cena para que él no reconociera su lugar algo lo impulsaba, quería al pelirrojo ¿y si fuera un poquito egoísta? Pero es que le quería y mucho por eso había aceptado la salida al cine ya que sus planes habían sido salir una vez y no más para no ilusionarse tanto.

        Un teléfono sonó…

-Furihata kun, hay alguien afuera buscándole- Era Kei san, el portero de a editorial.

       El corazón de Kouki retumbo.

-Está bien ya bajo- Titubeo bastante para irse al baño y enjuagarse un poco la cara, se miró al espejo y sonrió.

        Al llegar a la calle miro u auto blanco y un pelirrojo esperándole así que corrió hacia él.

-Kouki ¿Listo para la película?-

-Buenas noches, si-

        Seijuro tomo su mano llevarlo a la puerta del auto. Ambos ya en el vehículo…

-Kouki- Le tomo la mano y le dio un beso que hizo estragos en la columna vertebral del castaño.

       Sei era tan elegante y guapo, eso pensó sonrojándose un poco para ver aquel rostro blanco acercándosele poco a poco, aquellos labios también ¿miedo? No, deseo ¡quería ese beso! ¿Para qué negarlo? ¿Cómo negar que el cielo era azul?

       Seijuro beso por encima aquellos labios que vaya se sentían tan dulces al tacto, lamio ligeramente para adentrarse y salir de control porque sus manos fueron directamente a aquellas caderas del doncel.

-No quiero que te hagas ideas, voy muy en serio contigo ¿entiendes?- Hablo seriamente.

-Yo-

-Tu y yo ¿Quieres ser mi novio?- Dijo aun sobando sus mejillas y mirándolo directamente.

-¿Yo?-

-Jajaja ¿Quién más? Hey, no llores-

-Si, por favor-

-Si lo dices así es como si la propuesta me lo hubieras hecho a mí- Le sonrió y le beso travieso a lo cual Kouki respondió abrazándole.

-Akashi san ¿Qué película veremos?-

-Mm elígela tú así como tú me dejaste ordenar en el restaurant, ahora te toca elegir-

-Jaja está bien-

          Pidieron palomitas de maíz, gaseosas y algunas galletas de chocolate ya que a Kouki le gustaban. La película era de acción muy buena.

-Son las veintidós y media ya, wow que se pasa el tiempo rápido-

-Te llevo a casa, no te preocupes. No quiero que tu abuela se moleste por llevarte tan tarde-

-Oh mi abuela, ella murió hace un año ¡hey! Ya está bien, ella hizo un gran trabajo cuidándome-

-Ya veo, lo siento mucho- Dijo el pelirrojo tosiendo.

-Oh tu garganta, quizás fueron la palomitas cuando lleguemos te doy agua-

-Está bien-

          Kouki miraba los posters uno tras otro tras la ventana del auto, estaba feliz en eso sintió como su mano era sujetada por otra, era demasiado bonita la sensación que sentía.

-Aquí tiene-

-Gracias- Seijuro comenzó a beber el agua, estaban en la sala la cual era bastante normal sin lujos pero cómoda.

        De repente se instaló un silencio que hasta el gran Akashi Seijuro no supo interpretar ¿sería algo bueno, malo, regular? Se levantó y dejo el vaso de agua en la pequeña mesa de cristal y le sonrió al castaño que estaba de pie en el umbral que dividía la cocina y la sala, este se asombró al percatarse de un beso en su mejilla.

-Que pases buenas noches, quizás ya estás muy cansado-

       Ay Akashi era tan lindo ¡no se podía ir así como así! Eso era lo que pensaba Kouki y no supo pero antes que el pelirrojo volteo hacia la salida él le agarro de su manga beige.

-Sí quieres no te vayas, es decir, tan pronto yo…-

-Jeje Kouki no podría ya que pueda que te ataque- Le dijo amable y un poco bromista Seijuro sin embargo.

-Atácame- Kouki estaba rojo.

        El de ojos rubí ni corto ni perezoso fue agarro a Kouki y lo estampo contra la pared para besarlo apasionadamente sintiendo como su amante le respondía era delicioso, vaya que la realidad superaba a la ficción ¡era tan genial! Sin embargo bajo la intensidad del beso y se separó para darle un besito simple y volver a besarle pero esta vez con dulzura.

         Sus manos agarraban con fuerza aquellas caderas hasta bajar y levantar la pierna y pegarse más, Kouki estaba mareado literalmente así que se afianzo de los hombros de Seijuro.

-Vamos a hacerlos- Hablo con su voz de mando entremezclada con suplica a la que le fue aceptada.

-Vamos a mi cuarto-

-Eres hermoso ¿lo sabias?- Le dijo mirándole fijamente el pelirrojo ligeramente más bajo.

-No, pero tú si eres hermoso-

         Ambos sonrieron felices, era genial, subieron esas escaleras como si al final les estaba esperado el cielo.

          Seijuro lo beso.

-Todo va a estar bien porque yo te amo-

-Sei… yo también-

        Era tan emotivo que Kouki se le llenaron sus ojos de lágrimas dejando escapar una traviesa. Su camisa de color vino era desbotonada mientras que su pecho recibió varios besos que subían hasta su cuello. Akashi se quitó su suéter beige quedándole su camisa blanca de rayas mínimas  azules con blanco la cual su novio se la ayudo a quitar por completo mirando aquel pecho amplio y un poco musculoso, era increíble.

         El castaño sin saber fue colocado en la cama mientras su novio se le subía desabrochándole el pantalón para quitárselo.  Estaba temblando, no se oponía solo estaba un poco asustado ¿era virgen? La verdad no, había perdido la virginidad a inicios de su vida universitaria sin embargo cuando termino aquella relación en la que no fue valorado decidió cerrarse un poco.

-Está bien, tranquilo. Estoy aquí contigo y tú conmigo-

-¿De verdad? Vas a estar conmigo y no me vas a votar- Kouki lloraba, tenía miedo de que al cabo de aquellas palabras cortara la magia y luego despertara hacia la realidad por eso le volvía a salir una lágrima.

-De verdad, mírame-

        Kouki lo miro y sonrió junto a su novio relajándose un poco más para ir besarlo él mismo cuando sintió algo durísimo en su rodilla, vaya…

-Parece doloroso- Trago abriendo aquel pantalón y sacando el juguete sorpresa que era de un tamaño demasiado tentador, ambos respiraba agitados.

-Quiero probarlo-

-Mm pruébalo amor mientras te preparo-

         Kouki lamia aquel pedazo de carne de arriba abajo para luego succionar la punta e intentar meter más mientras arrugo su rostro al sentir un dedo mojado entrar en su cavidad. Así paso un rato. Sejuro lo alejo ya que sí seguía así haría se viniera, lo acostó y ahora él le iba a hacer un pequeño oral mientras le preparaba mejor.

-¡No! Está bien, está sucio-

-Tu si pudiste chupármelo ¿yo no puedo?- Le sonrió lascivo a lo que Kouki gimió un poco sintiendo aquellas deliciosas succiones.

-Ah, no… Sei-

-¿Te gusta?-

-Si, más Sei ¡Ah!- Kouki se removió brusco al sentir como ya los dedos de Akashi tocaban su punto de adentro.

-Ahora si- Dijo Akashi un poco agitado, pasando las piernas de su novio arriba de sus caderas exponiendo su pene a aquella jugosa cavidad.

-¿Seguro?- Akashi jugo un poco.

-Vamos Sei-

-Vamos Sei ¿Qué?-

-¡Mételo!- Grito un poco.

           Akashi arremetió adentrándose de una embestida. El castaño le había dolido.

-Ah, no te muevas tan rápido-

           Su novio asintió y le beso salvajemente para dejar u caminito mojado a través, delicioso. De algunos minutos comenzaron a removerse colocando en alerta al pelirrojo que quería hundirse en aquella. Embestía a la castaño que echaba su cabeza hacia atrás sintiendo aquel delicioso arremetimiento. En un rato Seijuro lo acomodo de lado para meter su miembro de nuevo y comenzar con la actividad aunque de lado.

       El sonido resbaladizo y obsceno hacia que ambos enloquecieran un poco más de placer.

-¿Por qué eres tan rico?-

-Mm Sei, más duro, más… ¡ah!- Kouki gemía demasiado, mientras sentía como una labios le alcanzaban para separarse luego y dejar un hilo de saliva.

          En una Akashi comenzó a masturbarle y sintió como Kouki se venía mientras que el ya hacia movimientos arrítmicos llenando por completo aquel agujero con tres chorros… quedaron jadeando mientras se rieron y se dieron un beso sin embargo no había pasado mucho cuando sintieron la necesidad de más.

          El castaño estaba en cuatro mientras Seijuro le embestía desde atrás sujetándole aquellas caderas.

-Ah, no ¡Sei más!-

-Te voy a romper-

-Rómpeme ¡ah!- Decía un castaño que gemía fuerte al sentir una nalgada.

 

         Un par de años más pasaron y un Kouki emocionado llamaba a sus amigos pero entre ellos dos en especiales, escribía en su laptop una invitación sencilla. Imprimía y ya era una que rezaba el nombre de Kagami Taiga y la otra con Kuroko Tetsuya.

-Te ves muy feliz, eso es un alivio-

-Claro Sei, estoy feliz. Las cosas irán en el patio de tu casa y allí nos casaremos es que el espacio es tan grande y tan verde-

-Y tú casa también. Haru me dijo que solo habrá cincuenta invitados cuando mucho y que al menos accediste que un periodista estuviera en la fiesta y solo porque le conoces-

-¿Querías algo más grande? Sí quieres yo, no quiero hacer algo que no quieras- Kouki bajo el rostro agarrando el sobre dorado cuando sintió un beso en su frente y luego uno duro en sus labios.

-Tú decides amor, por mi está bien-

-Pero tu padre…-

-No sabes lo que me costó para que estuviera a raya en nuestra relación pero va a venir- Le sonrió.

-¿Me vas a ser feliz o ya no me quieres?- Akashi fascinaba hacerse el inseguro ante su castaño que reaccionaba de manera tan…

-Yo no te quiero, yo te amo Sei y sí es por hacerte feliz hare lo que sea-

-Prométeme que no te alejaras de mí, amor- Le dijo Seijuro sujetándole de la cintura y de la cadera para besarle juguetonamente.

-Nunca- Ambos se volvieron a besar cuando sintieron una tos, era Haru una chica de cabellos  negros en una cola, era la organizadora que ayudaba a Kouki.

-¿La invitaciones?-

-Oh, Sei voy a seguir con las invitaciones ya tengo las de Kuroko y Kagami-

-Ok amor, solo faltan las de los demás ¿te lo encargo?-

-Si solo que le llevaras la invitación personal a Midorima, Murasakibara y Aomine-

-Como digas-Le dijo el pelirrojo guiándole un ojo.

      Kouki estaba rojo como amaba y deseaba al gran Akashi.

-Sí, tu futuro esposo está más bueno que comer con la manos pero ya vamos a continuar con las entradas-

      Kouki se avergonzó y comenzó a imprimir las demás invitaciones.

       Todos aceptaron las invitaciones de la boda del emperador y el chihuahua. Llego la boda un cuatro de noviembre en el patio verde de una enorme mansión. Había rosas blancas por todas partes mientras que la zona de las mesas tenía manteles blancos con servilleteros dorados y centros de mesa con jarrones esbeltos y altos dorados los cuales tenían una esfera llena de rosas blancas.

 Yo te prometo que yo jamás te hare una promesa

Que no pretenda cumplir jamás me iré a la francesa

Yo te prometo una luna desnuda que sea testigo de nuestra locura

Que al final de nuestros días nos va a sobrar una sombra

Que no cortare más flores solo por no adornar otras

Que confundirás tus manos con las mías

Yo te prometo amor que eres lo más bonito que he visto en mi vida (88)

        El pastel era de tres pisos blanco con detalles en dorado y los novios eran dos estatuillas doradas. Todo era genial, música con violines en vivo. Kouki con su cabello un poco largo hasta sus hombros estaba vestido delicadamente con un traje blanco con una pajarita dorada muy elegante en su cuello y con una rosa blanca en su bolsillo. Su ramillete era un pequeño ramo de rosas blancas con un lazo dorado, venia caminando feliz y lentamente con los nervios de punta mientras que la música que Seijuro le dedico cuando habían empezado de novios sonaba despacio.

Porque cuando un hombre ama a una mujer un doncel

Es como si le empezara a parecer

Que lleva tiempo dormido

Pensando que estaba vivo

 Yo te prometo contigo… envejecer (88)

        Seijuro con un traje negro y con una rosa blanca abrió su mano para agarrar la mano de su futuro esposo. Eran felices allí en frente de todos se unieron como esposos sellando la unión con un beso.

         Un hombre de cabellos rojos con negros miraba la pareja y levantaba su copa a lo que Akashi le correspondió dándole señal que cierta persona estaba allí, cerca suyo. Efectivamente, encontró a un Kuroko con el cabello no tan corto parecía una celebridad coreana, se le veía hermoso y no es que no le hubiera visto antes, solo que este había llegado con Takao y Himuro.

-Vaya, se ven muy felices ¿Cómo estas Kuroko?-

-Veo que no tan bien como Kagami kun- Le dijo, estaban frente a la mesa de los bocados.

-No, me alegro de verte de nuevo-

-Claro- Respondió, su pecho estaba alterado pero debía controlarse, habían pasado muchos años, no había caso.

-¡Los novios comenzaran a bailar! Así que amigos seguido ustedes pueden acompañarlos en la pista- Dijo el chico que era encargado de la música y el entretenimiento.

        Una dulce canción que derretiría a cualquiera comenzó a sonar… When I look at you

Everybody needs inspiration

Everybody needs a song

A beautiful melody

When the nights are long

´Cause there is no guarantee

That this life is easy

        Kouki miro a Seijuro con un infinito agradecimiento, ambos fueron al centro de la pista. El pelirrojo pidió su mano la cual obtuvo. Comenzaron a bailar lentamente.

       En una esquina Takao coqueteaba con un hombre sin embargo no dejaba tranquilo la silueta de un Midorima que le veía fijamente, en un minuto le perdió de vista ¿A dónde se había ido Shin shan?

Yeah whe my wordl is falling apart

When there´s no light

To break up the dark

That´s when I, I

I look at you

When the waves are flooding the shore

And I can´t fint my way home anymore

That´s when I, I

I look at you

-¿Me permites? Tengo que acompañar a mi Akashi como amigo en su baile-

-Shin… Midorima ¿eh?- Primera vez que el pelinegro se había quedado sin palabras.

-Vamos bakao, solo es un baile- Le dijo el de cabellera verde arrastrándole hasta la pista.

-Te he visto ¿sabes? Pero es como si no quisieras que te dirigiera la palabra en el hospital-

-Eres el doctor nuevo, no tenemos ningún paciente en común- Dijo algo dolido, no podía negar que cuando se enteró de que Midorima estaba en piso de cirugía le había entrado un ataque de felicidad y profunda tristeza por eso prefirió alejarse y nunca cruzársele, menos mal que hospital era grande.

-Ya veo… ¿Te gustaría salir conmigo, Kazunari?-

       Esa voz, Takao alzo la vista asombrándose y enrojeciéndose.

-Eres un oportunista- Le bromeo Takao refiriéndose a que toda aquella atmosfera romántica le hacía imposible el negarse.

         Midorima se le acercó y le beso profundamente haciendo una explosión de mariposas internas en ambos.

-Sí, si quiero salir contigo Shi shan- Le sonrió dentro del beso el de ojos plateados con rasgos azules.

            Antes había ocurrido lo mismo pero con Tetsuya que estaba sentado feliz por su amigo Kouki pero que de igual de vez en vez veía a Kagami hablando con Kise y su pareja, un estadounidense algo mayor con barba y esmoquin pero noto como Aomine sacaba a bailar a un Ryouta que estaba preciosamente vestido con su cabello ligeramente más largo, era un bello doncel.

-¿Me harías el honor? Acompañemos a Furihata, digo a Kouki Akashi- Le dijo un Taiga con algo de barba que se le veía muy bien.

When I look at you

I see forgiveness

I see the truth

You love me for who I am

Like the stars hold the moon

Right there where they belong

And I Know I´m not alone

-Kagami kun claro que si- Sonrió Koroko levantándose para ir a la pista.

-Te ves muy bien-

-Kagami kun se ve mejor, es todo un hombre de negocios, muy ocupado- Bromeo u poco el más bajo quien agacho la cara, no quería estar allí ya que sentía como esos sentimientos que había reprimido surgían y dolían.

-Me dolió ¿sabes? Cuando supe que salía con Aomine, claro que ya paso pero…-

-Tenía que intentarlo, tú no estabas aquí aunque a la final todo se acabó rápido-

-Aunque no me creas te lo diré, te amo Tetsu-

          Unos preciosos ojos celestes se abrieron con mejilla sonrojadas. Tetsuya le dio un golpe en la cabeza al tigre quien iba a replicar pero sintió un ligero beso rápido, ambos se miraron y se volvieron a besar.

-Cásate conmigo Tetsu-

-Jeje si, así nunca nos vamos a separar sino te jalare de las orejas y te encerrare en un sótano con mil perros callejeros como castigo- Le miro Kuroko divertido a lo que Taiga sonrió asintiendo, totalmente de acuerdo.

        Haciendo una rebobinacion, un poco antes se encontraba con Murasakibara un moreno que veía triste como su hermoso Kise estaba con un vejete en vez de con él, pero quería tenerle, al menos un momento y miro como Midorima estaba arrastrando a un pelinegro a la pista asi que fue rápido tras Kise que estaba hablando también con Kagami.

-Hola chicos- Saludo.

-Hola Aomine-

-Hey ¿Cómo estas Aominecchi?- Le sonrió sin aquella sonrisa el rubio quien solo sintió como era jalado.

-Disculpe ¿me presta a Kise? Vamos a acompañar a nuestro amigo en su baile, y tu Bakagami también, no seas lento Tetsu también necesita acompañar a su amigo en la pista- Dijo el de cabellos azules oscuros llevándose a un rubio un poco impactado, sentir de nuevo a Aomine tan cerca era genial pero tan doloroso es como ver que la persona que amaste y amas nunca va a ser para ti.

Yeah when my wordl is falling apart

When there´s no light

To break the dark

That´s when I, I

I look at you

When the waves are flooding the shore

And I can´t find my way home any more

That´s when I, I

I look at you

-Aominecchi me sorprendes, pensé que no querías bailar- Dijo Kise evitando la sorpresa de sentir aquellas manos en su espalda y en su mano así que coloco su cabeza en la base del cuello del moreno quien sonrió.

-Te ves hermoso rubio- Dijo llevándose por el ritmo lento y romántico.

-Gracias Aominecchi, tú te ves muy bien puedo sentir tus músculos- Dijo Kise, su tono era triste.

-¿Por qué estas así de triste?-

-Porque la persona que siempre he amado no me amara, cuando todo estaba bien vienes y me sacas a bailar ¿te gusta verme sufrir? ¿Es tu hobby nuevo?-

-Déjalo entonces, deja a tu gringo viejo. No sé si te diste cuente rubio idiota pero siempre te he amado- Le hablo fuerte Aomine.

-Te hiciste novio de Tetsu, me dolió muchísimo- Kise agarro y le golpeo el hombro sin verle a los ojos aun, casi se le salían las lágrimas.

-Aunque ya ha pasado tiempo pero de igual, me hiciste sentir mal, te odio Aominecchi-

-Cásate conmigo, invitaremos a todos, se mi Ryota- Susurro Aomine en la oreja de Kise quien se estremeció y asintió.

-Está bien pero sin me llegas a mentir te voy a matar, terminare con Robert por las buenas- Sonrió Kise evitando como pudo las lágrimas de conmoción.

-Eso espero, Ryota-

-Mira Aominecchi!- Kise miraba como Midorima besaba a un sonriente Takao que lloraba, mientras que Kagami también besaba a la vez que cargaba a un Tetsuya feliz.

-Bakami ni Midorima perdieron el tiempo-

-Tu tampoco Aominecchi- Le dijo Kise riéndose y jalándole la nariz.

-Mira a Murasakibaracchi ¡aw que romántico!-

           Antes de eso, una vez más…

      Un Murasakibara con cabellos cortos y vestido elegantemente veía como Himuro comía y le miraba con odio e indiferencia.

-No se tu Murasakibara pero yo si voy a ir por Kise así tenga a ese viejo a su lado-

-Suerte Mine chin-

-Anda por tu odioso chico, han pasado años pero… deberías intentarlo- Dijo el moreno yendo por su rubio.

         El gigante se aproximó al pelinegro que hablaba con un chico que solo quería ligar con él.

-Nos disculpas- Hablo el de ojos violetas un poco serio desde luego que el pobre chico salió disparado de allí.

-Atsushi, es tan diferente verte en vivo y en directo y no en tus publicaciones- Dijo el de cabellos largos un poco más allá de sus hombros.

-Muro chin, vamos a bailar-

        Himuro suspiro y asintió. Ambos comenzaron a bailar lentamente.

-Te odio Atsushi-

-Yo amo a Muro chin-

-Eres un mentiroso-

-Sigues con eso Muro chin, yo no soy mentiroso- Le dijo un poco fuerte agarrando más su cintura para apegarlo a él y mirarlo fijamente.

-Si, me dejaste aunque eso ya paso, ya no importa- Dijo el pelinegro bajando el rostro.

-Salgamos juntos Muro chin-

-Je siento decir esto pero, he salido con muchos tipos, creo que demasiados. No creo que quieras a alguien como yo-

-Entonces no salgamos y cásate conmigo, no quiero que salgas con nadie más que yo, espera…- El gigante se apresuró y dejo solo a Himuro.

-¡Te vas otra vez!- Himuro estaba molesto pero miro como el gigante regresaba con un ramo de rosas rojas y colocaba una rodilla en el suelo mirándole atentamente.

You appear just like a dream to me

Just like kaleidoscope colors that cover me

All I need

Every breath that I breathe

Don´t you know you´re beautiful

Yeah, yeah…

-Tatsuya ¿te casarías conmigo? Te he investigado y no tienes novio-

        Himuro se le escapaba una lagrima mientras miraba aquella escena era como de película y se sonrojo para inclinarse un poquito y besar a un Murasakibara que se levantaba y le abrazaba con una mano besándole profundamente.

.

.

.

Fin del epilogo.

Notas finales:

Si quieren saber por qué Takao estaba en sillas de ruedas y quizas otras cositas más al llegar los menores con sus padres diganme para subirlo la otra semana sino pues esto termina aqui. Dejenme cariñitos o reviews en la cajita blanca de abajo, no sean flojos como yo jajaja :( FELIZ DOMINGO


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