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Por equivocación. por Mimod

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Notas del capitulo:

La personalidad de Thomas se descubre más escandalosa.

¿qué tan perra creen que es?

-¿Qué dices Thomas? ¿Quieres tener sexo conmigo?

La pregunta me resonó en el oído interno antes de llegarme al cerebro. Esa voz.

La voz era de Gally, varonilmente, era de aquel chico frente a mí.

La puerta de la habitación estaba entreabierta, las luces del pasillo entraban por las rendijas del dormitorio intensamente, mientras que en el interior, una única lámpara iluminaba las cuatro paredes.

Observo al muchacho, alto, rubio, con pecas adornandole el tosco rostro y sus extremidades corpulentas.

Podría domarme muy bien si se quitara el pantalón. Pensé.

Cuando miro más allá de la entrada puedo distinguir a Jonh, entre la multitud del primer piso, del otro lado del pasillo, sujetando una botella de licor en las manos y escupiendo saliva de entre la boca por la risotada que le hacía presión en el abdomen, rodeado de un montón de compañeros.

Se estaba divirtiendo. ¿Por qué no podía hacerlo yo?

Conciente de que estaba ebrio y de que había bebido muy deprisa, me giro hacia Gally. El chico esperaba una respuesta. ¿Cómo por casualidad lo había presentido?

Me adelanto hacia la puerta, la tomo del marco y la empujo en dirección al cierre casi con brusquedad, luego me muevo hacia Gally y, sin pensarlo, en dos largas zancadas cubro la distancia que nos separa y me arrojo en sus brazos súbitamente, alcanzando con las manos su nuca y con las piernas rodeando su ancha cintura.

¿Hasta qué punto podría complacerme? ¿Tanto como para perdonarle sus golpizas de primer año?

Planto mis labios sobre los suyos al instante y nos sumergimos en un salvaje beso apasionado.

Tenía ganas de hacerlo, tenía ganas de que me tocara.

Sus grandes manos me rodean las espaldas con fuerza y se roza con los brazos, dándome calor.

Al cabo, se separa de nuestro beso con una gran sonrisa en el rostro. Yo sólo le miro, sin entender por qué para.

-así me gusta shank.

Quería decirle "no hagas que me arrepienta", pero al momento, me deja caer en el aire y aterrizo sobre una acolchonada cama fría. Un gemido se me escabulle de entre los labios mientras la sensación de vómito y mareo me nubla la mente. Me percato de que Gally se deshace de su chaqueta y de la playera, entretanto se me pasa el malestar. Parpadeo un par de veces.

¿Por qué demoraba tanto?

Aparece en seguida, delante de mí. Le miro el rostro, un tanto sonrojado.

Se inclina y comienza a besarme de nuevo. No, esta vez delicadamente, casi como si me rozara.

La sensación de ardor asalta mi entrepierna y en ese segundo, Gally acerca nuestros cuerpos de una manera extremadamente protectora, tocándome tiernamente. ¿Acaso me recordaba a alguien?

Siento sus dedos acariciando mi abdomen desnudo, aunque no recordaba haberme quitado la playera en ninguna ocasión, siento sus besos recorriéndome el cuerpo y, en un plazo de tiempo, su mano en mi entrepierna con la bragueta desabrochada....le siento entrando lentamente. Comienza a masturbarme tranquilamente. Mas al poco se detiene.

Ahora, sé de cuando mi pantalón deja de formar parte de mi vestuario, quedando en calzones, los cuales eran blancos. No tuve que mirarlos, lo recordaba cuando los había elegido un par de horas antes.

En vez de seguir tocando aquella zona, el muchacho gatea hacia mí desde mis piernas tranquilamente y yo le miro, embobado.

El alcohol me seguía nublando la vista en ratos y la poca luz me exasperaba continuamente. Tal vez era mejor así, por la mañana no le recordaría mucho.

Mientras reflexionaba sobre aquello, lo que fue un segundo, escucho un azote parecido al de una puerta abriendose. Gally desencaja la mano de mi entrepierna de inmediato, un reflejo, y se voltea hacia la puerta del dormitorio. Yo permanezco quieto, con la impresión de mareo volviendo.

El muchacho se aleja de mi cuerpo y me deja expuesto. Y aún entonces, no logro comprender lo que miro.

¿Quién era aquel chico que me miraba fijamente?

Casi al momento, otro muchacho hace acto de presencia detrás del primero. Este era un poco más alto.

Entonces, comienzan a hablar y puedo distinguir a Gally de pie, haciendo frente a los espectadores.

-¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué entran así?- La voz era definitivamente de él.

-Gally.- Esa pronunciación ciertamente la conocía, más que eso, pertenecía a Jonh. Cierro los ojos paulatinamente.

-Te lo voy a decir una vez.- Continúa.- Aléjate de mi hermano.- Escucho sordos golpes sobre la alfombra de la habitación al tiempo que Gally vuelve a hablar, reaccionando al tono amenazador de su amigo.

-Hey, hey. Le he preguntado, Jonh, enserio.- Otra vez le surgía el tono estupido.

Jonh pareció ignorarlo, porque después dijo:

-Thomas, vístete.- Abro los ojos y les devuelvo a los tres muchachos una mirada confusa. ¿Qué más podía hacer? El ardor de mi entrepierna había desaparecido.

Jonh estaba a un paso delante de Gally, con una mano en camino a retenerlo lejos de mí delante de su pecho desnudo, y una mirada penetrante en sus ojos verdes. En tal escena, el decorativo del dormitorio perdía el interés

-Vale. -Me giro sobre la cama con lentitud. Era sorprendente que Gally no hubiera notado mis cicatrices.

Tanteé por el suelo hasta que encontré mis pantalones. Una serie de charlas se libró al rededor de mí en aquella oportunidad. En algún momento, alguien cerró la puerta y la poca luz del dormitorio se atenuó aún más. ¿Por qué me costaba tanto mirar?

Traté de ignorar las palabras que fluían en torno a mí, pero me fue imposible obviarlo.

-¡No vuelvas a tocarlo, ¡¿Me oíste?!- La dulce voz amenazante de mi hermano en emisiones bajas me llevó al momento en que posó sus palmas sobre mi nuca en el cuarto de baño unas pocas horas antes. Eso me había tranquilizado de manera inesperada. Una sensación reconfortante.

-Es una fiesta amigo, tranquilízate, no quería hacerle daño....

Después de aquello, las palabras perdieron sentido para mí. Dejé de reconocerlas y olvidé al poco de que hablaban.

Me pasé la playera por el cuello de manera ruda y me retrasé en darme cuenta de que ya estaba listo.

Me encontraba sentado en la orilla lateral de la cama, cuando alguien tocó de mi brazo derecho. Volteé a ver de quién se trataba pero perdí el interés cuando se dirigió a mí en palabras.

-¿Cómo te encuentras?- Sigo mirando aquel semblante familiar, aunque no pudiera reconocerlo en tal estado beodo.-Vamos, te llevo a casa.- El suave tono de voz que emanó de aquel chico me dio la confianza para tomarle de la mano que me entregaba.

Conozco esta mano. Me sorprendí pensando aquello. Te conozco.

Notas finales:

Espero que sigan leyendo.


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