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El encanto de Chanyeol EDITANDO por SamiLocket

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¿Quién había sido aquel joven? Y si era amigo de Chanyeol... ¿Por qué no sabía que él era el esposo?

 

Grandes preguntas, pero ninguna respuesta.

 

No se había atrevido a preguntarle a su marido cuando llegó de la estación del tren acerca de aquel joven, hermoso, de ojos grandes y expresivos, labios de corazón rosados, cuerpo de infarto, trasero envidiable, y por supuesto, menor que él. Se sintió un poco triste al ver la juventud de ese chico, él no era viejo, no señor, pero tampoco rodeaba los veintitrés o veinticuatro como su visita inesperada. Estaba casado hace ya cinco años, no debería importarle demasiado su físico, solo le importaba la opinión de su marido, aun así...¿Por qué cuando vio a ese hermoso rostro en su puerta en la noche se sintió inseguro acerca de su matrimonio? No quería meterse ideas en la cabeza, aunque ¿Quién se viste de esa manera para saludar a su amigo por su cumpleaños? ¿A su amigo que estaba casado? Su corazón estaba muy angustiado, Chanyeol jamás le dio motivos para pensar en una infidelidad, eran la pareja perfecta o eso al menos el creía.

 

Necesitaba sacarse esa duda, necesitaba saber si Chanyeol había osado engañarlo por eso estaba siguiendo al joven que fue ayer a su casa. Había parado frente a un edificio cuando lo vio entrar, de seguro trabajaba ahí, era un lugar muy elegante, un lugar donde el nunca trabajaría porque Chanyeol le hizo entender que no necesitaba laborar después de haberse casado, su profesión desde hace cinco años era ser "ama de casa" y al ver que aquel jovencito de gran belleza trabajaba en un lugar muy importante, su autoestima bajo más. No trabajaba con Chanyeol, era obvio ya que ese edificio no era como el de donde trabajaba Chanyeol, lo más seguro era que en ese edificio estaba su amante.

 

Las lágrimas cubrieron su rostro, y su cara se deformó notoriamente por el llanto, aun con las evidencias puestas su corazón se negaba a aceptarlo, seguro eran amigos que se conocieron en un café, o el gimnasio, o una tienda, no tenían que ser amantes, Chanyeol le había prometido amor eterno, quería confiar en esa promesa.

 

Espero tres horas ahí frente al edificio, sentado en un café. Las camareras comenzaban a verlo raramente, había estado por mucho tiempo comiendo postres y bebidas con unos binoculares enormes de color negro en la mano derecha. Justo cuando pensó que ya era mucho tiempo vio al mismo joven de ayer salir del edificio hablando por teléfono, parecía alterado. Hizo una mueca de enfado dejando un montón de billetes sobre la mesa para salir a seguir con su misión.

 

Llegó hasta un parque que nunca había ido, pero ahí estaba, espiando al posible amante de su marido. El chico estaba sentado mirando por ratos su teléfono, habían pasado quince minutos donde nada interesante pasaba, su estómago rugió cuando escuchó al señor de los helados así que sin perder el tiempo fue a comprar uno. Al llegar a su puesto de vigilancia con el helado en mano se quedó estático al ver como su Chanyeol devoraba con devoción la boca del más pequeño, la bola de sabor a vainilla terminó en el suelo al igual que su corazón. Apretó fuertemente el cono hasta triturarlo. Pero eso no fue suficiente, tenía que seguir viendo, tenía que ver si en los ojos de Chanyeol había amor o deseo, aún conservaba las esperanzas de que el más alto tuviera un amante solo por calentura y no porque se había enamorado.

 

Estuvo de masoquista por una media hora, en la cual había visto demasiado de esos dos, no veía a Chanyeol totalmente enamorado sin embargo si muy interesado, le gustaba ese chico, era evidente que el más pequeño le correspondía con más intensidad. ¿Desde cuándo fue un mal esposo para que lo dejaran? ¿Era por su pelo? ¿Por su cuerpo? ¿Por su edad? Eso último le dolió más, nunca supo porque las mujeres se acomplejaban siempre que hablaban de su edad, y ahora él lo entendía perfectamente. Vio que Chanyeol se despidió del otro con un tierno beso dejando a su otra pareja con una sonrisa enamoradiza. Volvió a seguir a su rival hasta que llegaron a un complejo de departamentos, otro punto en contra, no solo poseía hermosura, juventud, y trabajo importante sino que también un lujoso departamento, Baekhyun quería darse por vencido.

 

¡Alto!

 

Se detuvo un segundo recordando todo lo que tuvo que pasar para que Chanyeol le correspondiera, había pasado por mucho para que alguien más viniera y se lo quitara así de fácil, de nuevo tuvo ánimos para seguir con su trabajo de Sherlock Holmes. El hombre que le robó a Chanyeol tomo el ascensor, vio por fuera hasta que paro en un número, nueve, a partir de ahora odiaba el nueve. Cuando el ascensor se volvió a abrir ya no había nadie, por lo tanto subió con las manos temblándole. Llegó al piso número nueve, entonces...ya no sabía qué hacer.

 

¿Qué le diría cuando lo vea? ¿Le reclamaría como en las películas? ¿Lo arrastraría de los pelos mientras lo amenazaba de muerte para que se aleje de su marido? Hoy día Baekhyun era un mar de preguntas.

 

Tocó el timbre mirando el piso, no quería ver el rostro terso y joven del otro, no quería. La puerta se abrió alterando su corazón, por un momento pensó que el joven podía escuchar sus latidos.

 

— ¿Si? ¿Qué desea? — La voz tranquila lo hizo sentir pequeñito, y eso que él no era muy alto que digamos.

— ¿Por qué? —Fue lo único que pudo decir, fue muy bajo su tono de voz pero estaba seguro que lo había escuchado.

— ¿Tu?... —Alzó su rostro ya con lágrimas y lo miro tristemente, el que le abrió la puerta se sorprendió de verlo ahí, lo hizo pasar de inmediato.

— ¿Por qué? —Volvió a preguntar, solo quería saber por qué sus ojos se fijaron en alguien casado.

—Te juro que no lo sabía, él nunca me lo dijo, jamás pensé que él ya estaba casado— Ambos estaban sentados en el sillón, ninguno se miraba a la cara.

—Ahora lo sabes y aun así lo sigues viendo—Atacó Baekhyun en defensa de su matrimonio ya fallido.

— ¿Acaso...acaso me has estado espiando? —Se sorprendió Kyungsoo ante el atrevimiento del pequeño rubio.

—Tenía que hacerlo, no puedes juzgarme por querer ver quién era el amante de mi marido.­—Baekhyun se molestó y lo miro enfurecido.

—No soy un amante, un amante sabe que su pareja está casada y lo acepta, yo no sabía de tu existencia, así que no soy un amante, grábatelo—Kyungsoo también se molestó, él no era un amante, claro que no, tenía dignidad.

—Entonces, ¿Por qué lo estabas besando hoy? —Baekhyun lo enfrentó con dureza a pesar de que quería salir corriendo de ahí.

—Quería vengarme, quería seguir haciéndole creer que no se nada y cuando menos se lo esperaba pagarle con la misma moneda—Sonrió maléficamente Kyungsoo.

— ¿Enserio? ¿Ya no lo quieres? —Baekhyun tenía esperanzas de recuperar a Chanyeol.

—No, puedo deprimirme un día, pero al siguiente no puedo seguir sufriendo por lo mismo, el no valía, ni valdrá la pena, por lo que mejor es olvidarme de él. Mira, hasta hace unas horas quería vengarme pero no pude, no tengo porque gastar mi tiempo, he decidido que simplemente le termino mañana y asunto arreglado— Kyungsoo con esa respuesta sintió que su conciencia estaría tranquila, y lo estaba porque no pensaba volver con Chanyeol.

— ¿Lo dejaras en paz? —Los ojos de Baekhyun brillaron cual estrella fugaz, ya que podría tener una oportunidad de reconquistar al infiel de Chanyeol.

— ¿Por qué quieres luchar por él? ¿No te das cuenta que te fue infiel? —Kyungsoo no lo entendía, la mente humana aún era un dilema para él.

—Claro, es mi marido, algo debí haber hecho mal para que venga a ti, quiero pensar que es por una acción o algún hábito y no por mi edad o mi cuerpo. —Baekhyun comenzó a llorar—mírate, eres todo un modelo perfecto de amante, tienes todo lo necesario—Kyungsoo quiso aclarar que no era un amante pero al ver como se desmoronaba el otro en su sillón, decidió abrazarlo—tienes cada maldito punto a favor, puedes seguir tu vida sin Chanyeol pero yo...yo no soy nadie, mírame, traigo puesto un buzo, no me maquillo, en lo único que soy bueno es limpiando, no trabajo en empresas importantes, tengo treinta y cinco años, tuve solo dos novios en mi vida, uno en mi adolescencia y el es otro Chanyeol que al final decidió casarse conmigo, claro que luchare por él, lo necesito.

 

Kyungsoo lo consoló por diez minutos y luego fue a traerle un té, lástima que cuando volvió el chico estaba durmiendo sobre su sillón. Estaba cansado, apenas y termino su trabajo en la mañana, luego Chanyeol con su discurso barato de que lo amaba, que por favor lo perdonara, en ese momento le dijo que si para luego vengarse. En el camino a su casa desistió a esa idea. El panorama era diferente ahora, no sabía que pensar, Baekhyun estaba hundiéndose en una depresión y no estaba seguro si dejarlo caer o ayudarlo.

 


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