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El destino de las estrellas. por ZeebZenon

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"Despierta" escuchaba decir, al parecer era la voz de mi madre. Solo lo escuchaba, realmente sentía que no podía abrir los ojos, moví la mano en ademán de que me había despertado, pero mi madre siguió hasta que abrí los ojos.

 

-Ya desperté. - dije en voz baja, sin duda las primeras palabras al despertar son las más difíciles.

-Más te vale, no vaya a ser que regrese y estés durmiendo.- mi madre seguía en la puerta, no se le veía enojada, pero su tono de voz contradecía eso.

-¿Qué hora es?

-Ya son las 12 y media.

-Joder tengo que ir a buscar a Ale.

 

Me levante de golpe y me dirigí al baño, para mí mala suerte, mi padre acababa de entrar en el baño y tarda media hora dentro. Tenía que llegar a su escuela a las 1:30 y tardo quince minutos en el autobús, me pregunto si llegare a tiempo.

Me recosté sobre la pared justo al lado de la puerta, mirando mi reloj de mano, no me lo había quitado para dormir.

Después de la media hora esperando tuve que meterme, bañarme, vestirme, agarrar lo primero que encontré, lo cual fue una camisa, pantalón, mi chamarra y unos Converse blancos.

 

Casi iba a salir de la casa cuando mi mamá me llama para sacar la basura, tuve que tardar más tiempo por estar sacando la basura, regresar y lavarme las manos, de camino al autobús no me tomó mucho tiempo, apenas eran la 1 con 10, todavía me quedaban 20 minutos, al parecer no todo estaba en mi contra.

 

Baje del autobús, ella apenas iba saliendo, estaba con dos amigas y un chico que no conozco, me acerqué para saber un poco sobre este supuesto "chico" y su relación con mi hermana, esperaba que fuese solo un amigo y que si fuese novio de alguien, esperaba que sea de una de sus amigas.

 

-¡Ale! -grité desde donde me encontraba, tanto ella, sus amigas y él voltearon a verme.

-¡Luis! -gritó mi bajita hermana y comencé a acercarme a donde se encontraban.

-Mucho gusto, soy Luis, el hermano de este Hobbit -dije presentándome a sus amigas.

-Si, este es mi poste de luz favorito- dijo mi hermana mientras me daba leves palmadas con su mano.

-Soy Maria, mucho gusto -dijo su amiga de pelo largo y lacio, ella era bajita, más que mi hermana, también era rellenita, pero no se veía mal, luego me estrechó su mano. María a veces iba a la casa, era muy educada y le costaba hablar, siempre que iba comía mucho.

-Me llamo Juliana, un placer -ella era morena y alta, su pelo estaba súper rizado y como lo tenía corto se veía muy esponjado, se veía muy bonita con sus ojos cafe claro, su cuerpo era delgado y bien formado, se veía que hacía ejercicio, de igual manera, estrechó su mano contra la mía. También había visitado a mi hermana varias veces, era un poco, ¿como decirlo? Descontrolada, siempre estaba creando un alboroto, justo como mi hermana.

-¿Y tú?, ¿Cómo te llamas? -pregunté dirigiéndome al chico con un tono un poco brusco.

-Me llamo Juan, soy el novio de su hermana, es un placer conocerlo -dijo eso con total seguridad, la suficiente como para molestarme, él era claro de piel, la altura era casi la misma que la mía, sus ojos eran de un café claro, se veía demasiado bien como para ser una buena persona, realmente no me agradaba este tipo, tenía que alejar a mi hermana lo más rápido de él.

-Bueno, tengo que llevar a mi hermana a casa de una amiga suya- dije finalmente a sus amigos -¿Nos vamos? -está vez dirigiéndome a mi hermana.

-Si.

 

Se despidió de sus amigas y ese tipo desagradable, luego nos subimos al autobús, sin duda quería quejarme de ese tipo, pero realmente no podía, mi hermana se molestaría por ello y realmente no quería que se enojara.

Llegando a la casa de su amiga, que por suerte, el autobús pasaba en frente, bajo y la vi meterse a la casa mientras el autobús comenzaba a avanzar, está amiga que estaba visitando era literalmente su mejor amiga, llevaban cuatro años de amistad, actualmente iban a diferentes escuelas y aún seguían tratándose igual, sin duda, sentía un poco de envidia, en mis largos 19 años no había tenido amigos o pareja.

 

Realmente ya no tenía nada que hacer, podía regresar a la casa, de echo, eso hice, regrese, me desvestí y me dormí, realmente sentía que debía dormir.

 

Mientras dormía, pasó algo extraño, por todo mi cuerpo sentí algo que no podía explicar, soñé que me encontraba en un campo, todo estaba oscuro, pero de repente, el cielo se comenzó a iluminar, comenzaban a aparecer estrellas, jamás había visto tantas en mi vida, me pareció extraño el sueño, pero el paisaje era hermoso, me quede embelesado, de repente sentí que debía despertar y así fue, me desperté, abrí los ojos de golpe, gire mi cabeza hacia el reloj y faltaba media hora para que tuviese que ir a buscar a Ale, me sorprendió que ese corto sueño pasara en dos horas y media, el sueño se sintió demasiado real, no reconocía el paisaje, pero sentí, como si ya lo hubiese vivido, fue sin duda demasiado extraño pero de alguna forma, me sentía feliz, como si el sueño me hubiese traído felicidad. 

 

Después de meditarlo un rato y no encontrar explicación alguna, decidí meterme a bañar tranquilamente para refrescar mi cabeza.

 

Mientras el agua de la regadera caía sobre mi, el recuerdo del sueño lentamente se desvanecía pero me pareció que en el sueño, había una persona a mi lado, realmente no sé si es un recuerdo del pasado o simplemente un sueño muy realista que me estaba volviendo loco.

 

Salí del baño y me vestí, ya era la segunda vez del día que me bañaba y cambiaba de ropa, no me sentía más fresco que otros días, tampoco me sentía más descansado, tan solo un poco más feliz.

 

Baje por las escaleras, mi madre estaba sentada en la mesa comiendo un pedazo de pastel de chocolate, ¿de donde lo habrá sacado?, bueno, igual no importaba, odio las cosas dulces, salí de la casa y camine a la parada de autobuses, de alguna forma era demasiado consciente sobre mi alrededor, nunca me había importado lo que sucedía cerca de mi, pero ahora no podía ignorarlo, subí y sentí un escalofrío, pero no le di importancia, me senté en los asientos traseros, cuando miré hacia adelante, había un muchacho durmiendo, parecía de mi edad, llevaba ropas que le cubrían casi toda la piel, me pregunté si no sentía calor, su cabello era rizado y se veía muy esponjado, sin duda necesitaba un corte de cabello, solo estaba dos asientos más adelante, pero escuchaba los ronquidos del chico a la perfección, e incluso me di cuenta de que este estaba babeando, sin darme cuenta solté una carcajada, la señora sentada frente a mi me volteo a ver cómo si yo fuese un bicho raro, pero tal vez lo era, porque realmente pensaba que la esponjosa bola de pelo que estaba sentada más adelante se veía muy ¿adorable?, ¿linda?, no podía dejar de mirarlo, realmente no podía, era demasiado extraño, nunca me había fijado mucho en alguien, nunca me había interesado en alguien, pero él se estaba llevando toda mi atención, como si esa fuera su intención.

 

Cuando estaba cerca de mi parada vi que el arbusto seguía durmiendo, así que decidí pararme e irle a preguntar si ya se había pasado su parada, cuando toque su hombro, el muchacho se sorprendió, no sé si estaba despierto, puesto que su reacción fue instantánea, pero cuando sus ojos se cruzaron con los míos, lo sentí, lo vi, el mismo sentimiento, el mismo paisaje que vi en mi sueño, sus ojos eran de un café demasiado claro, no se cuál sería el nombre exacto del color, pero sus ojos eran hermosos, el chico al verme se sonrojó, su piel era tan clara, que me di cuenta que tenía pecas y un montón de lunares, también que el rojo de su cara se veía de aquí a la luna, supuse que se sentía avergonzado porque se había dormido en un autobús y un completo extraño lo estaba despertando, de alguna forma, entre en un estado de shock por unos instantes desde el momento en que nos vimos cara a cara, tarde un poco en reaccionar, se me había olvidado para que lo estaba hablando, aunque, desde un principio, ni siquiera sabía porque lo estaba hablando, ¿porque me llamó la atención?, ¿porque me parecía lindo? ¿O simplemente por mera curiosidad?.

Al fin pude pronunciar unas palabras.

 

-Disculpe... lo siento por haberlo despertado, quería preguntarle si ya se le pasó su parada, la siguiente es la mía- el chico proceso las palabras durante unos segundos, luego miro al rededor de golpe, después de ver su alrededor me miró otra vez a los ojos.

-La... la siguiente es mi parada también. -su cara todavía seguía a rojo vivo.

 

Tras escuchar eso se paró, el arbusto era demasiado alto y eso me molestó, nos bajamos, pudo haber sido raro lo que acababa de suceder, pero no tan rato como lo que sucedió después, el chico y yo nos dirigíamos a la misma casa, el chico saco sus llaves y abrió la puerta, entonces me dejo pasar, ni siquiera me pregunto quién era o si porque estaba ahí, solo me dejo pasar, por un momento me preocupé, si siempre hace eso algún día le terminaran robando o algo parecido.

Al llegar a la sala vi a mi hermana con su amiga y me dijo que solo esperará a que ella guardara sus cosas.

Tan pronto como entramos a la casa el chico se había ido directo a su cuarto, bueno, creo que era su cuarto.

 

Mi hermana se despidió y yo igual, su amiga me agradaba mucho, fuimos a la parada, subimos e instintivamente nos sentamos en los asientos traseros.

 

-No sabía que tu amiga tenía un hermano.

-¿Eh?, ah, si, luce un poco extraño con esa ropa que le cubre todo el cuerpo, pero es muy agradable.

-¿Ya has hablado con el? 

-Si, siempre que voy hablamos, ¿por qué?

-Siento que me odia.

-¿Por que lo dices? 

-Una corazonada.


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