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El destino de las estrellas. por ZeebZenon

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Y así había concluido el sábado, llegamos a la casa y yo dormí como si nada, tratando de ignorar lo que había sucedido ese día, pero al final supongo que no fue suficiente, antes de conciliar el sueño no pude dejar de pensar en él.

     Soñé nuevamente con el paisaje, ese hermoso paisaje y me di cuenta esta vez, que había alguien a mi lado, pero sigo sin saber quién es, no podía girar la cabeza para ver de quién se trataba, aun cuando era mi sueño, no lo podía controlar, mi vista estaba fija en las estrellas, como vivo en la ciudad no veo paisajes como este todos los días.

     Desperté en un frío y gris domingo, mi sábana estaba tirada en el suelo al igual que mi almohada, incliné mi cabeza para ver por la ventana, realmente parecía que el cielo tenía ganas de llorar, luego me fijé en la hora que marcaba mi celular, me había despertado a las 7:04 de la mañana, era lo más temprano que me había levantado en toda mi vida, sin despertador, claro. Levantarse temprano era tan duro, "ah, volví a dormirme con la ropa puesta" dije para mis adentros, detestaba dormir con la ropa puesta, normalmente dormía con un bóxer nada más y cuando hay frío uso pantalón deportivo y sudadera, iba a ser un día aburrido, eso estaba asegurado, hacia un poco de frio, hasta me daban ganas de ponerme un suéter y salir a tomarme un café, pero no porque soy bien pinche flojo, pero de todas formas debía regresar a mi departamento, mañana era lunes y debía asistir a la universidad.

     Seguíamos sin cambiar de horario, las mañanas eran claras aun cuando estaba nublado, pero sin duda prefería el otro horario, el horario de verano; aunque todavía faltaban algunos meses, sin embargo, seguía prefiriendo despertar y que este oscuro y que de tarde todavía allá luz, porque de esa forma era más seguro para mi hermana andar a esas horas fuera de la casa.

     Después de alistar mis cosas estaba listo para irme, mi departamento no estaba lejos de la casa pero me gustaba estar por mi cuenta, trabajando por las tardes como mesero en un restaurante podía pagar el alquiler, era un trabajo estresante, tenía que tener habilidad y equilibrio para no tirar cosas, pagaban muy bien a la semana y el alquiler lo pagaba cada mes; incluso puedo decir que varios clientes llegaban por mi, no soy egocéntrico, pero lo sabía porque siempre se me quedaban viendo, con ojos de fascinación, era una mirada diferente de la que recibía de mis compañeros, los cuales me miraban con desprecio.

     No sé desde cuándo, pero soy capaz de percibir la forma en la que miran las personas, debe ser porque nunca me ha importado como me miran, aunque no tenga mucho sentido no hay otra forma de que yo lo entienda.

     Llegué a mi departamento siendo las 10 de la mañana, no tenía ganas de cocinar así que salí a comer, había un restaurante económico enfrente.

 

-Luis, viniste-dijo la señora que atiende el mostrador.

-Claro que sí, Doña Martha, usted sabe que me gusta su comida.

-Siéntate, ahorita te lo llevo a tu mesa.

 

     Desde que comencé la universidad llevo viniendo a este lugar, al principio porque era cerca pero luego fue porque comencé a ver a Doña Martha como una figura materna, durante el comienzo de la universidad realmente extrañaba a mi mamá, así que fue justo lo que necesitaba.

     Pasaron como 15 minutos y Doña Martha me trajo unas puntas de lomo al albañil, literalmente era carne con pimiento y cebolla asada, era mi comida favorita, realmente amaba la carne, ¿ensalada?, ¿verduras?, ¿frutas?, ¿Qué es eso? Termine de comer, me pare a pagar pero tarde porque me puse a platicar con Doña Martha, le contaba cosas acerca de mí, de mi familia, le contaba anécdotas gracias, propias o anónimas, tan pronto se acaban los temas de conversación solo cruzamos miradas y sabemos que es un "hasta pronto", pague y me fui de vuelta a mi departamento, eran las 11 y no tenía nada más que hacer, así que encendí la laptop y puse algo de música, aleatoriamente comenzó a reproducirse My demons de Starset, me gustaba mucho la letra de esa canción.

 

Take me high and I'll sing (Súbeme y cantaré)

Oh, you make everything okay (Oh, tú haces todo tan bien)

We are one in the same (Somos uno mismo)

Oh, you take all of the pain away (Oh, tú te llevas todo el dolor lejos)

Save me if I become (Sálvame, si me convierto en)

My demons (Mis demonios)

 

     Aun si no lo aparentaba, era una canción de amor.

     Me encantaba escuchar canciones en inglés, pero claro, solo escuchaba las que me gustaban sus líricos al español, buscaba la forma de entender las cosas que me gustaban, más bien, buscaba entender todo, cuando algo ya no lograba tener respuesta enloquecía y luego, lo olvidaba, no necesitaba agobiarme  cuando no entendía algo, me he estado diciendo eso, pero aun así, sigo pensando en las cosas sin respuesta del pasado, del presente y sé que seguirá siendo así en el futuro, en conclusión, yo no olvido y si, es muy confuso, pero al fin de cuentas que importaba, mientras yo comprendiera cómo hacía las cosas estaba bien.

 

     Desperté a las 6:20 de la tarde, no sé en qué momento me dormí, pero decidí hacer un poco de ejercicio, mi buen físico no se mantenía con magia. Hacia sentadillas, lagartijas, abdominales, todo lo que pudiera hacer en casa, a veces salía a correr o jugar basquetbol, se me daban muy bien los deportes. Terminando y estando cansado tome agua y espere a dejar de estar caliente para meterme a bañar. Me sentía suertudo, puesto que no tenía tarea de ninguna materia, por dos razones, ya la había hecho o no me habían dejado tarea así que pude ponerme a dormir tranquilamente y sin preocupaciones.

 

     Ya era la tercera clase, eran las 10:30 a.m. y no había llegado el profesor, había justificado su falta con una situación médica, así que teníamos tiempo libre hasta las 2 de la tarde, planeaba irme de vuelta a mi departamento, pero me encontré con el hermano de la mejor amiga de mi hermana, no puedo seguir llamándolo de esa manera, necesitaba saber su nombre, o bien podía llamarle arbusto, pero me sentiría un bravucón si hiciera tal cosa.

 

-!Hey¡ - le dije, ya que estaba lo suficientemente cerca como para no gritar. -Quería hablar contigo, ¿Tienes tiempo?, ¿Estas ocupado?, ¿Tienes clases?

 

     Aparentemente se sintió un poco abrumado por la explosión de preguntas, puesto que tan pronto como termine de preguntar se fue, yo no lo iba a detener, así como así, por lo que lo deje irse, realmente seguía pensando que me odiaba, todavía lo alcanzaba a ver, de pronto me entró algo, apresuré el paso y llegué a él. "Quiero saber tu nombre" llegue a pronunciar con un tono de desesperación en mi voz, mientras yo le sujetaba por el brazo, literalmente él me estaba viendo hacia abajo, era realmente alto.

 

-Pedro.

-¿Ah?- pronuncie con algo de confusión.

-Querías saber mi nombre ¿verdad? Mi nombre es Pedro. Aunque pudiste haberle preguntado a mi hermana por eso, si no, a tu hermana.

-Con que, Pedro- después de haber estado un poco desesperado y confuso le sonreí, mi cara había pasado de expresión a expresión- ¿Quieres que vayamos por un café?

-Ah... por supuesto.

 

     Después de esa corta conversación, fuimos al café más cercano el cual se llamaba "La cabaña", ahí dentro sí que tuvimos una conversación más larga, teníamos unos cuantos gustos en común, pero él nunca había escuchado a Starset, es algo lo cual yo no podía perdonar, rápidamente le escribí mis canciones favoritas en una hoja de alguna libreta suya. Luego intercambiamos números, se aproximaba la hora a la que tenía que regresar a mi aula, así que me despedí.

 

     Paso la clase y se me acerco una compañera a preguntarme si iba a ir a comer, le conteste que no, pero la verdad si, había quedado en comer junto con Pedro, nos veríamos en la entrada.

 

     Todo estaba tan lleno de gente, pero realmente lograba alcanzar a verlo, debido a que era muy alto, y eso que yo soy realmente alto, el me vió y comencé a hablarle.

 

-A veces me ofende un poco, para la altura promedio mexicana soy muy alto.

-No sé si debas comenzar una conversación así, pero mi abuelo es francés, supongo que eso tiene que ver.

-También eres muy güerito, hasta podría decirte gringuito.

-Bueno, tú tampoco eres tan moreno.


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