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El destino de las estrellas. por ZeebZenon

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Escuche sonar el timbre de la puerta, me apresure a abrirla, con la esperanza de que Pedro estuviera del otro lado de aquella puerta gris, pero sin duda alguna no fue así, la persona que se hallaba en frente de mi departamento era mi hermana, tenía lágrimas en los ojos y se adentró a abrazarme tan fuerte como pudo, sus lágrimas seguían cayendo y se quedaban impregnadas en mi playera, cerré la puerta con seguro y me adentré hasta la cocina del departamento, hice una taza de chocolate caliente, todo eso mientras mi hermana aún me sujetaba, cuando al fin logre que se soltara, la lleve a la sala, la senté en el sofa y le entregue la taza de chocolate caliente, ella subió las piernas y se hizo bolita, ella ya se había calmado hace unos minutos, pero tan pronto como dio un sorbo soltó más lágrimas.

 

-Esta caliente.

-Debería hacerte sentir mejor así.- entonces apoyo la taza en la mesita de centro y me estiro la mano.

-Dame papel para limpiarme los mocos.

-Si hablas así en frente de tu novio dejara de quererte.- Aparentemente hice la elección incorrecta de palabras, mi hermana empezó a llorar más fuerte, la vi agarrando un cojín y lo empezó a acercar a su cara, sabía perfectamente que estaba enojada y se quería limpiar la nariz con eso, pasamos unos momentos forcejeando el cojín hasta que me moleste -¡DETENTE YA! -Este era ya el segundo error que cometí en esa hora, lamentablemente me di cuenta hasta que vi su expresión, suspire- Lo siento, pero limpiándote los mocos en mi cojín no arreglaras nada, dime que sucedió... por favor.

-Mi... -agitó la cabeza en negación- Juan, el chico que conociste el día que me fuiste a buscar.

-¿Tu novio?

-Mi exnovio

-Oh -rápidamente me di cuenta que ese malparido había lastimado a mi preciada hermana.

-El fue a una reunión con sus amigos, se emborrachó y -la lagrimas que me había costado detener habían vuelto a desbordarse de sus ojos, pero las lágrimas no la lograron detener y prosiguió- él se besó con una compañera suya.

-¿Se emborrachó?, ¡pero él todavía tiene 16!

-Es dos años mayor que yo, tiene 18.

-Ay, Ale -me senté al lado de ella y la abrace, luego comencé a acariciarle el cabello -No sabes escoger hombres, pero, no te preocupes, todavía eres joven, no tienes que estar sufriendo de esta forma solo por un pendejo.

-Si, lo sé, pero realmente lo amaba, creí que estaríamos juntos para siempre, creo que solo yo pensaba eso.

-Vamos, estoy seguro de que encontrarás a alguien, tal vez no ahora, pero si algún día, pero quiero que enserio recuerdes lo que te diré a continuación -sujete su cara por ambas mejillas para verla directamente a los ojos -tu felicidad nunca debe de depender de otra persona, solo tu puedes hacerte feliz a ti misma, y tampoco debes dejar que nadie te haga sentir infeliz, ni tu misma, ni nuestros padres, ni yo, mucho menos un chico todo pendejo de 18 años que no sabe cual es su tolerancia al alcohol -logre hacer que se riera un poco -tienes mucho tiempo para encontrar a alguien a quien entregarle tu amor, pero siempre teniendo en cuenta que tú eres tu número 1, tu familia el número 2, si tu pareja está bien con ser tu número 3 pues adelante.

 

Cuando termine de hablar Ale cerró los ojos, al poco de unos minutos se durmió, la cargue hasta mi cama, revisé el teléfono y eran las 7:00 p.m. nunca creí ver a mi hermana dormirse temprano, principalmente porque ella detesta dormir. Aproximadamente cinco minutos después me llegó un mensaje de mis padres diciéndome que Ale había desaparecido y que no contestaba el celular, les dije que estaba en mi departamento, "Ni siquiera le avisaste a nuestros padres", dije para mis adentros, me sentía un poco alterado, era la primera vez que un chico lastimaba a mi hermana, pero yo no tenia como encontrarlo, aparte, que planeaba hacer si lo encontraba, ¿solo golpearlo como si no hubiese un mañana?, no era la mejor solución, de echo, ni siquiera era una solución, decidí deje de pensar en eso y me fui a la cama con mi hermana, era un poco chica pero todavía entrábamos ambos, tenía tiempo que no dormíamos juntos, me sentí un poco nostálgico, tarde unos veinte minutos en dormirme, seguía teniendo varios pensamientos en mi mente, recordé que hasta hace unas horas yo estaba un poco deprimido y que la persona que yo quería ver era a Pedro, me puse a pensar un poco si yo sufriría igual que mi hermana a causa de Pedro, solo que Pedro y yo no teníamos una relación, él no parecía del tipo que tomara, tampoco del tipo que besaría a alguien solo por estar borracho, Pedro era la primera persona de la cual me enamoraba, pero yo no era gay, no tenía ningún interés en los hombres, aunque tampoco en las mujeres, solo tenía ese interés con Pedro, solo con él.

 

El sueño que tuve esa noche fueron más bien recuerdos del pasado, supuse yo que fue por todo lo que había pasado antes, fueron sueños en los que mi hermana todavía era una bebé, pero yo me veía de la misma forma en que me veo ahora, mi mamá estaba acostada cargándola, me pregunto si la quería cargar, obviamente dije que si, me la paso suavemente, como algo frágil, como un tesoro preciado, ella estaba durmiendo plácidamente, me llene de una indescriptible felicidad. "Ella es tu hermana menor, tu deber como el hermano mayor es amarla, cuidarla y protegerla", me dijo mi madre del sueño, no le respondí, pero en su rostro se veía una sonrisa, ella sabía perfectamente que yo lo haría incluso si no me lo pedía. Desperté, mi hermana seguía durmiendo, revisé el celular, eran las 10:45 a.m. un poco más e íbamos a levantarnos a comer.

Me levante tratando de no levantar a Ale, me dirijo hacia la cocina, puse a calentar agua para café, hice unos sándwiches y los puse a tostar, serví todo en la mesa del comedor y me dirijo a despertar a mi hermana. "Ale, despierta, lávate la cara y los dientes, luego ven a desayunar", mi hermana obediente se dirigió al baño, regreso y desayunamos, hacía tiempo que no pasábamos tiempo así.

 

Después de desayunar salimos a pasear un poco, pero me dijo que ya quería regresar a la casa, entonces la llevé de regreso. Mis padres estaban listos para regañarla pero le dije que se fuera a su cuarto y le expliqué a mis padre lo sucedido, fueron un poco más comprensibles a la hora de regañarla y lograron hablar tranquilamente.

 

Ahora yo tenía que regresar a mi departamento donde había dejado mi depresión en pausa.

 

También tenía que seguir pensando en aquella persona que era mi estrella, la qué al mismo tiempo podía llegar a romperme el corazón.

 

 

Porque él era la estrella que me destrozaría algún día.


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