Tal como recordaba Danny, el viaje a la playa fue un verdadero infierno para él. Estaba seguro que nada podría ir peor hasta que la inocente voz de su hija lo saco de su error
- Entonces tío Steve – dijo la niña sentada en la arena – ¿me vas contar sobre tus tatuajes?
- Bueno monito, este – dijo señalando su brazo izquierdo – es sobre la iluminación que se alcanza mediante la meditación.
- ¿Cómo se hace eso? – pregunto Grace intrigada
- Debes quedarte en completo silenció, cerrar los ojos y concentrarte en tu respiración hasta que sea muy pero muy lenta
- ¿Tú no sabes meditar, verdad Danno? – volvió la niña a preguntar y Steve estallo en carcajadas
- ¿Y según tú, monito, porque no se meditar? – dijo el rubio con una sonrisa intentando no mostrar su molestia
- Eso es obvio, Danno – dijo Steve
- ¿Obvio? – dijo intentando no perderse en los pectorales del castaño que resaltaban bajo la camiseta
- ¿Y el de tu brazo derecho, tío? – pregunto Grace
- Este representa el circulo de la vida – dijo el Marín señalándoselo – me lo hize cuando entre a la marina como recordatorio de que no importa donde fuera, de una u otra manera, siempre tendría un lugar donde volver. Mi Ohana
- Pero tú no estas casado, ni tienes hijo – dijo la niña – ¿como puedes tener Ohana?
- Grace – dijo su padre –, eso no se pregunta, cariño
- Lo siento – dijo la niña bajando el rostro apenada
- En realidad si tengo – dijo Steve –, una hija
- ¿Tú tienes una hija? – pregunto Danny sorprendido
- Sip. ¿Qué? – dijo al ver la mirada que le dio su amigo
- ¿Por que nunca me lo dijiste? – pregunto Danny
- Digamos que… lo descubrí recién – dijo Steve tomando un sándwich
- ¿Y…vive… aquí en Hawaii? – pregunto Danny con la voz algo quebrada por lo que carraspeo
- Si. Con su mamá – dijo dándole una mordida al sándwich
- ¿Qué edad tiene? – pregunto Grace
- Es de tu edad – dijo Steve – e igual de linda que tú
- ¡Grace! – llamo Kono por lo que la niña se fue
- Falta que me digas que por allí oculto tienes tatuado algo sobre ella y su madre – dijo Danny intentando disimular su cambio de humor
- Mas o menos – dijo Steve – tengo uno en honor a su madre, se podría decir, y planeaba pedirte que me acompañaras a hacerme otro en honor a mi pequeña
- Cuando quieras – dijo Danny con una sonrisa triste
- Genial – dijo Steve sonriendo – vamos esta noche. Después de dejar a Grace en casa de Rachel – vio a Danny hacer una mueca de disgusto – ¿Qué pasa?
- En verdad me molesta que me haga esto – dijo Danny – se supone que la tendría todo el fin de semana, pero como Stand necesita una imagen de familia feliz…
- Mejor aprovechemos estas horas para ser nosotros la Ohana feliz – dijo Steve poniéndose de pie y obligándolo al rubio a ponerse también de pie para ir a jugar con la niña y el resto del equipo, mientras Danny repetía en su mente una y otra vez la palabra Ohana .
Al caer la tarde se despidieron de sus amigos y llevaron a Grace a casa de Rachel.
- La voy a extrañar – dijo Danny triste
- Anímate – dijo Steve sonriendo – mejor vamos donde Han. Haber si te convenzo y tu también te tatúas algo
- No hermano – dijo Danny – yo paso. Pero ¿tú ya decidiste que te vas a tatuar?
- Si – dijo Steve – eo kā mākou wahi iki
- ¿o ka que cosa? – dijo Danny frunciendo las cejas
- eo kā mākou wahi iki – repitió Steve sonriendo – así es como la llamamos de cariño
- Su madre y tú – dijo Danny y Steve mueve la cabeza dubitativamente y termina asintiendo – Eso mas suena a insulto, no es de extrañar que nunca te quiera ver – dijo subiendo al auto
- ¿Y a ti quien te dijo que nunca nos veamos? – dijo Steve sonriendo
- Bueno nunca me las has presentado – dijo el rubio –, por cierto, debo añadir que eso hiere mis sentimientos
- Pues no debería – dijo Steve sonriendo – el hecho de que tú no sepas que es mi hija, no significa que no la conozcas
- Ósea que la he visto antes – dijo Danny dubitativo
- Muchísimas veces – dijo Steve sonriendo
- ¿Qué se llama? – interrogo el rubio
- Luego te enseño el tatuaje que tengo de su… madre y te darás cuenta
- Dime su nombre – pidió el detective
- Ya te lo dije y no entendiste – dijo Steve – eo kā mākou wahi iki
- Eso no es un nombre es un trabalenguas – dijo Danny
- Deja de ser quejumbroso – dijo Steve – te vas a arrugar
- Yo no soy quejumbroso – protesto Danny
No fue fácil para el autocontrol de Danny volver a ver ese mismo día el torso desnudo de su compañero pero logro sobreponerse a la prueba pensando en tiroteos explosiones y papeleos que tenia pendiente. Cerca a la media noche llegaron a casa con bolsas de comida preparada. Al día siguiente era sábado, y Grace no llegaría hasta pasado el medio día. Por lo tanto Steve pensó que podrían desvelarse en su tradicional “viernes de películas”
- Estoy muerto compañero – dijo Danny estirando los brazos. Necesitaba una ducha urgente antes de pasar vergüenza
- Si quieres te doy una mano con ese problema que has tenido todo el día – dijo Steve sin dejar de ver la televisión
- ¿Qué dijiste? – pregunto Danny sorprendido
- Y de paso te muestro el nombre de mi hija y de su madre – dijo mirándolo
- Steve – dijo nervioso poniéndose de pie, pero una mano lo jalo y cayo sobre el regazo del Marín – ¡Neandertal! ¿que crees que haces?
- Danno ¿Qué sientes por mi? – preguntó Steve mirándolo fijamente
- Eres mi mejor amigo – dijo Danny mordiéndose los labios
- ¿Solo eso? – dijo Steve con la voz apagada – en cambio tú eres mi mundo. Sin ti nada tiene sentido
- ¿Qué hay de tu familia? – pregunto con el mismo tono dolido y apagado
- Creo que acabo de perder mi Ohana – dijo mirando y con un tono apagado
- Intenta arreglar las cosas con ella – sugirió Danny con un esfuerzo sobre humano, estaba lanzando al hombre que amaba a los brazos de alguien que quizás ni merecía a Steve. Su Steve
- Es lo que estoy intentando desesperadamente hace semanas – dijo Steve acariciándole el rostro – pero tú solo me rechazas. Es por eso que mañana a primera hora presentare mi renuncia a cinco cero. Solo te pido un beso – suplico Steve – ese y mis dos tatuajes será todo lo que me lleve de ti y de Grace.
- ¿De que hablas? – dijo Danny alarmado ya
- Mañana entregare mi renuncia irrevocable a cinco cero y me voy de Hawaii – dijo Steve – me hace daño estar cerca tuyo y no poder decirte cuanto te amo. Tú solo lloras por Rachel que jugo contigo y no te da la gana de ver que me estoy muriendo por tener que callar mi amor – Danny solo lo miraba atónito. Steve acababa de decirle las palabras que él tanto añoraba y él simplemente no lograba reaccionar
- Pero… ¿y tu hija? – susurro Danny – Puedes formar una familia, tu hija, su madre y tú
- En realidad – dijo Steve – no hay madre de mi hija. Lo que hay es padre
- ¿Cuál es la traducción de tu tatuaje? – dijo con voz temblorosa
- Nuestra pequeña monito – dijo con una sonrisa triste
- El otro… – pregunto Danny mordiéndose el labio
- Dice Danno y esta… – Steve cerro los ojos –. Mira, te deseo lo mejor. Ojala Rachel se de cuenta pronto del privilegio que es tener al lado al hombre mas maravilloso del mundo y vuelva para hacerte feliz
- Tú… – susurró Danny sonriendo – ¿me muestras tu tatuaje? El otro
Steve lo miro fijamente y se puso de pie, entonces Danny sintió miedo, terror de realmente perder al hombre que amaba sin confesarle su mas intimo secreto, pero Steve no se fue, sino empezó a quitarse el cinturón y lentamente lo abrió. Danny no daba crédito a lo que sus ojos veían. Ahí frente a sus ojos, sobre el coxis del Marín, estaban cuatro simples palabras, cuatro palabras que cambiaban su mundo.
- “Propiedad de Danno Williams” – susurro el rubio – ¿cuando…?
- Hace meses, un año ya – dijo Steve subiéndose el pantalón, pero es detenido – ¿Qué haces?
- Allí dice que esto es de mi propiedad – dijo sonriendo – así que tomo posesión de lo mío
- Danny, esto no es un…
Pero no pudo seguir hablando porque Danny empezó a besar esa zona de su cuerpo. En un determinado momento las piernas le fallaron y cayo sobre el sofá en el que antes estuvo sentado. Danny no perdió tiempo y trepo hasta sentarse en sus piernas para envolver sus piernas en la cintura del Marín mientras se abrazaba a su cuello para atacar a los labios hasta dejarlo sin aliento
- Maldito animal – susurro Danny separándose de sus labios lo suficiente para hablar – me he pasado todas estas semanas huyendo de ti porque me lo provocas todo y tú simplemente vienes y…
- ¿Cómo qué te lo provoco todo? – dijo Steve sonriendo con arrogancia – ¿Y como es eso de que huías de mi?
- ¿Yo dije eso? – dijo Danny – creo que tanta patada voladora te esta afectando
- No, señor – dijo Steve – tú lo dijiste. Yo te lo provoco todo
- Sueña Nean…n – estaba diciendo Danny cuando su boca fue asaltada por los desesperados labios del Marín
Lentamente lo acostó en el sofá pero Danny se giro sobre el otro y cayeron de espalda por lo que Steve lanzo un grito
- ¡Mi espalda! – Danny lanza una carcajada – si quedo paralítico como termináremos esto
- Déjamelo a mi – le susurro el rubio al oído mientras besaba su cuello.
Steve le acaricio la cintura mientras le quitaba la camisa y abría el pantalón. Bajo los besos hasta el borde de su ropa intima y con sus dientes lentamente lo quito de su lugar, para empezar a besar la entrepierna del rubio mientras este gemía a mas no poder. Acaricio con ambas manos esos globos que le gritaban que se hundiera en el valle que los dividía y que servía de puerta hacia un paraíso donde Steve era el único con permiso de entrar y habitar. Los movimientos eran lentos, tan lentos que bien podría hacer un arrastro entre uno y otro, estaba a puntos de exigir celeridad cuando todo su mundo estalló en mil colores y sensaciones. A la lejanía escuchaba como el comandante le juraba amor eterno una y otra vez. Luego intentaría recordar, ahora solo quería sentir
El sueño lo venció después que Steve lo envolvió dulcemente con sus brazos para acomodarlo en su pecho. Tenia mucho por que vivir, pero si en ese momento la muerte lo reclamaba, él la recibiría con la mejor de las sonrisas en sus labios
Era el primer día de la semana y todos estaban haciendo el papeleo habitual cuando el rubio llego al cuartel y se sentó en su cubículo sin hablar con nadie. Se notaba que estaba furioso
- ¿Todo bien, hermano? – pregunto Chin
- ¡Nada esta bien! – grito el detective – al menos no si ese loco ninja esta cerca
- ¿Ahora que te hizo? – pregunto Cho sonriendo
- Se puso a enseñarle a mi bebe a lanzar patadas y puñetes a diestras y siniestras – grito Danny
- Pero Grace se lo pidió – dijo Cho
- ¡Pero sé podía negar! – grito Danny – ¡destrozaron la sala!
- Buenos días – dijo Steve entro con una sonrisa de oreja a oreja – no es un lindo día
- ¡Quita esa cara de una vez – exigió Danny –, pareces un psicópata! Lo olvidaba, ¡eres un maldito psicópata que hace volar todo y ahora planeas que mi bebé también lo haga!
- ¿Peleas conyugales en el Edén? – pregunto el gobernador entrando sorpresivamente por lo que todos se pusieron de píe
- Buenos días, señor – dijo Steve cuadrando los hombros mientras los demás lo imitaban
- McGarrett, necesito la ayuda de cinco cero en para un tema delicado – dijo Denning –
- Pasemos a mi oficina – dijo Steve
- En unos días vendrá de visita el gobernador de Nueva York y quiero que cinco cero se encargue personalmente de su seguridad – dijo Denning sentándose frente al escritorio del Marín una vez que este cerro la puerta
Ambos hombres hablaron cerca de media hora, cosa que solo incrementaban los nervios de los subordinados. Mas aun cuando vieron que el gobernador recibió una llamada que cambio las facciones de su rostro. Cuando la reunión termino salieron de la oficina, el moreno se despidió, pero antes de salir del lugar se giro hacia Danny
- Detective Williams – dijo llamando la atención del rubio – yo entendió que este muy enamorado y confié en su pareja, pero si fuera usted le echaría el ojo a lo que le enseña a su pequeña monito, el parecido con su compañero es preocupante – dijo segundos antes de que suene el celular de Danny –, conteste es urgente. Y por cierto, felicidades por hacer publica su relación, aunque en la isla ya todos sabíamos de ella. Espero la invitación a la boda – y con ello se fue
- Hola – dijo Danny por su celular mientras todos lo miraban con mas nerviosismo aun – ¿Cómo que…? Llego en diez minutos – y colgó
- ¡¿Le enseñaste a Grace a hacer trampas y bombas de humo?! – grito el rubio furioso
- En unos días irán de paseo y son útiles ese tipo de cosas – se intento defender el castaño
- ¡Inicio una batalla campal durante el recreó! – grito aun mas alto
- ¡Esa es mi grumete! – dijo Steve sonriendo
- Dame las llaves de ¡mi! auto – exigió Danny
- Estas muy nervioso para conducir. Yo te llevo – dijo Steve gentilmente
- Yo lo mato – dijo Danny – pero antes le hago un nuevo tatuaje y gratis
- ¿Y cual seria ese tatuaje? – dijo Chin sonriendo
La sonrisa casi maniática de su rubia obsesión le advertía que no quería ese tatuaje bajo ningún precio, pero que de igual manera se lo haría en cuanto descubriese que realmente nunca había presentado su renuncia a cinco cero y todo había sido una mentira para que el detective finalmente aceptara sus indirectas. Y aunque el rubio era un hombre tranquilo, Steve era él único que realmente sabia que detrás de esos buenos modales y actitud tranquilizadora había un arma letal que solo él lograba activar y lo hacia añorar sus tranquilos años en el frente del campo de batalla rodeado de bombas y tanques
- ¡Maldito Neandertal! – grito Danny – apúrate
- Ya voy cariño – dijo Steve mientras escuchaba las risas de sus compañero y pensaba que tal vez no era un buen momento para pedirle a su novio hacerse juntos un nuevo tatuaje
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