El sonido las aves cantando, hizo que sus ojos se abrieran frenéticamente.
Con pesadez se levantó para sentarse en su cama, y sobarse con ambas manos la cara, para poder ver claro.
— Otro aburrió día...— Murmuró serio y se preparó para la escuela.
Bajó a desayunar y encontró lo mismo de siempre.
A sus padres como locos para ir al trabajo, hablando con personas sobre importantes papeles, y ni se dignan a mirar si estaba vivo o muerto. Pasó normalmente de ellos, y fue a la cocina.
Miró en el microondas, y había comida en ella. Supuso que su madre lo habrá puesto allí temprano. Lo calentó y se sentó en la mesa a comer.
— Bueno hijo, tenemos que irnos. Tenemos una importante reunión. El almuerzo está listo, cuando regreses puedes calentarlo, es tu comida preferida. — Dijo su madre rápidamente, arreglándose el cabello frente al espejo que había en su sala.
— Pero mamá...dijiste que me ayudarías a terminar mi proyecto final. No puedo hacerlo solo. Tu eres experta en eso — Dijo el azabache preocupado.
— Lo se...pero no tendré tiempo. Lamento decirte que tendrás que hacerlo solo, aunque sea ve alguna tienda para que te lo haga, te dejo dinero.
— ¿Y papá? Él podría ayudarme — Sonrió esperanzado.
— Él tampoco podrá. Su cara volvió a su semblante frío y serio. — Gracias por su ayuda — Dijo secamente y volvió su vista a su desayuno.
A veces se preguntaba si realmente era un accidente. Un accidente que hasta hoy, sus padres ya han superado. Un accidente que no hubiera pasado si su padre si hubiera puesto el maldito condón en el momento que lo hacía su madre.
Un solitaria lágrima resbaló por su rostro. Pero no debía llorar...Un Uchiha no iba a llorar por cosas...que si eran significantes para él.
Su madre le miraba de reojo un tanto triste. Intentó acercarse a su hijo, ya que éste estaba dándole la espalda. Pero...no pudo. La vergüenza de no ser la madre que él quiere tener, la inundó.
Volvió a lo que estaba haciendo.
— Vamonos querida — su padre llegó a la sala y tomó su maletín. — Hijo te dejamos dinero por si lo necesitas.
Como si el dinero reemplazara el amor que necesito de usted , Pensó enojado.
— Ya nos vamos. Te vemos más tarde en la noche. — Él no contestó. Ambos adultos se miraron preocupados.
— Que tengas un buen día en la escuela — Dijo su padre. No contestó.
Suspiró y se fueron cerrando la puerta tras ellos.
— ¡Agh! — Exclamó furioso, y con el brazo botó todo lo que había en esa mesa. — ¡Nunca entienden! ¡¿Por que no existe alguien que me entienda de verdad?! ¿Qué sepa como siento a diario? — Dijo molesto — ¿Qué consigo? Que medio millón de chicas estén en mi tras como putas perdiendo su tiempo conmigo — Dijo y derramó otra lágrima - Primero mi hermano,y ahora ustedes...
Y era cierto. Sus padres no le prestaban ni la mínima atención, nunca le preguntaron sobre sus sueños, sobre su futuro, nunca le preguntaron como va en la escuela, nunca le preguntaron si esta o no enfermo, nunca le preguntaron si es que él amaba a alguien...Necesitaba amor de padres. Él nunca lo tuvo. Desde que era un bebé, sus padres le dejaban con una niñera, día, tarde y noche. A penas su madre le alimentaba, ya que la mayoría de la veces, tomaba en biberón. Lo único que tiene de bueno es su hermosura, a esa mirada seria y fría lo hacia ver más guapo y sexy. Razón por la cual muchas chicas lo siguen. ¡Tontas! La conoce de pies a cabeza. Ellas sólo quieren acostarse con él y tener la mejor noche de si vida. Por esp la denomina putas. En cuanto a su hermano...poco podría quejarse de él. Porque él si parecía ser una familia de verdad...hasta ese día.
Hasta la maldita de su amiga, Karin, lo acosaba día y noche.
Pero lo que más le llama la atención de ese centenar de chicas...
Naruto.
¿Qué como lo sabe?
Sasuke es un hombre inteligente, y sabe manejar situaciones. Y se da cuenta de muchas cosas rápidamente.
No se esperaba de que un hombre caiga en sus propias redes que él no tenía intenciones de usar.
Rió levemente.
Debería conocer más a fondo a ese chico, y hacer salir a flote todas sus verdades.
[...]
— Sasuke-kun te lave tu uniforme de deporte.
- Sasuke-kun te preparé tu almuerzo.
— Sasuke-kun te hice onigiris.
Su cabeza ya iba explotar de tanto Sasuke-kun. Recibió todos sus obsequios como un caballero.
Llegó a sentarse a su respectiva mesa que estaba junto a la ventana. Y decidió contemplar la ciudad, esperar a que ese tal Naruto a que llegue, y pueda analizarlo.
Volvió a reír.
[...]
— ¡Mil veces no! — Se negó por vigésima a usar un uniforme de mujer.
— ¡Por dios, Naruto! Pontelo, llegaremos tarde por tu culpa — Dijo molesto Kiba.
— Pontelo ahora — Dijo su madre seria que le causaba miedo. No tuvo remedio. Se lo puso.
Su madre le hizo un cola y le dio una mochila de mujer con su almuerzo.
— De acuerdo. Actúen normales. Kiba haz como si recién conoces a Naruko y andas con ella por pedido de Naruto. — El aludido asintió.
— Ok. Vamonos...Naruko-chan — Dijo burlón el castaño.
— ¡No me jodas! — Lo golpeó. — ¡Deja de hacer eso! *
**
Su madre los dejó en la escuela.
— De acuerdo. Actúa normal. Te presentarán como nueva estudiante.
Ingresaron a la escuela. Todo normal, hasta que la campana sonó. Kiba se sentó en su asiento. Y Naruto quedó parado en la puerta.
— ¿Tú debes ser la hermana mayor de Naruto? — Le preguntó el profesor de química. Este asintió. — Vaya...son tan similares. Tu hermano es un... no se que como decirlo. Vamos, ingresamos y te presento a todos — Dijo, y ambos ingresaron.
Todos las miradas se posaron en la supuesta chica parada al frente. Sasuke abrió los ojos sorprendido...demasiada belleza o tal vés...
— Buenos días, alumnos.
— Buenos días, Kakashi-sensei. — Tenemos un nueva estudiante, que fue transferida de una de las mejores escuelas privadas de Tokyo. Presentate querida.
— E-eh...yo — Estaba completamente avergonzado. Ladeó la cabeza.
No. Él ahora no era Naruto. Era Naruko. Nadie podía sospechar.
"Recuerda hijo, Naruko es similar a ti" Recordó lo que su madre le dijo anteriormente.
— Me llamo Naruto Uzumaki, soy natural de aquí, en Konoha, pero estudiaba en el internado privado de Tokyo. Como deben saber, soy hermana de Naruto, él fue transferido al internado. Espero que nos llevemos bien y seamos amigos. ¡Gracias! — Terminó su pequeño discurso. Y dijo todo perfectamente como lo práctico con su madre. Mentir que la supuesta hermana que viene de Tokyo.
— Bien. Sientate a lado de Inuzuka — Dijo el profesor de cabello plateado. La suerte estaba ayudándole.
Al menos le hizo sentar junto a su mejor amigo.
— Bueno alumnos...continuamos con la clase anterior. Saquen sus libros, y diriganse a la página 123 — Todos hicieron como el sensei ordenó.
— El plan esta resultando... — Susurró Kiba.
— O eso es lo que parece — Le contestó el rubio susurrando.
— Pero cierta persona no deja de quitarte lo ojos de encima... -Naruto confundido, giró la cabeza y vio a Sasuke mirándolo con esa expresión seria...tan sexy.
De inmediato se sonrojó.
— Tonterías — Le respondió.
— Mira el lado bueno, al menos tu deseo se esta cumpliendo... — Tiró una pequeña risa.
— Silencio Kiba...el sensei se molestará — Advirtió Naruto.
— Como si pudiera pillarme...
— Joven Kiba...¿Se puede saber lo que le estas diciendo a Naruto-san? — Preguntó serio el sensei.
— Emm... Solo me estaba preguntando de que trata la clase y yo solo respondí...— El profesor miró a Naruto como buscando aprobación, si lo que dijo es cierto.
— E-es cierto, sensei. — Esta bien. Qué no vuelva a ocurrir... — Dijo y volvió a escribir en la pizarra.
— ¡Uff! Por poco.
— Si, por poco casi te envían con el director... — Dijo molesto Naruto.
— Callate. La clase transcurrió normal, hasta la hora de almuerzo. — Vamonos, Naruko — Dijo Kiba. Tuvo que decir eso, porque había personas alrededor.
— Si.
Y de la nada aparece una chica un peliroja.
"¿Ahora que quiere la perr... Digo, que debe querer Karin?
— Vaya, Kiba-kun, ligaste rápido con Naruko-chan — Dijo burlona.
— No estoy ligando. Solo que prometí a Naruto que cuidaría a su hermana — Dijo Kiba serio.
— Ya veo...— Me miró de arriba a abajo. Como siempre...las perras querían ver si tienen competencia, pensó Naruto
— Si nos disculpas, debemos almorzar. — Dijo su amigo rodeándola para largarse de allí.
— ¡Espera...! — Karin tomó del brazo a Naruto.
— ¿Sucede algo? — Preguntó el rubio.
— Emm...nada. No es nada.
Y se fue corriendo.
— Qué rara.
— Y encima es fan de Sasuke — Dijo Naruto con un tic de enojo en los ojos.
— Respira. No parece interesado en ella. Ambos subieron a la azotea.
En como van las cosas, parece que ambos fueran novios.
Sasuke salió de su escondite. Si. Estaba espiando y escuchando todo. Al menos, por hoy, podrá librarse de Karin. Ahora debía hacer algo más importante.
En la azotea, dos chicos comían tranquilamente sus alimentos.
— El plan salió a la perfección — Comentó su amigo.
— Mhm...
— ¿Ahora que tienes?
— ¡Todo! El plan salió bien, pero aún no pensamos como volveré a la normalidad. ¿Y si me quedo así de por vida? ¡Dios! Tendría que cambiar mi nombre, mi DNI, vivir en otro lado, así nadie se burlará de mi...— Dijo frustrado el chico.
— Lo se, pero...mira el lado bueno de las cosas. Al menos tu deseo se hizo realidad.
— No parece. —
¡No seas tonto! — Le dio un leve golpe — Cuando te dije que te miraba, te miraba de una manera distinta. Su mirada seria estaba más blanda y tenía un brillo que no pude descifrar. Se enamoró.
— Tal vez...
— ¿No estas feliz?
— ¡¿Y como quieres que este feliz?! Solo un 5% me alegro, pero el 95% no. Él se enamoró de una mujer, no de mi verdadero yo.
— Hay algo que no puedo descifrar, uno; que te hayas convertido en mujer, y dos; qué el deseo se realizo demasiado rápido, deseos como los tuyos suceden después de dos días. Esto demasiado raro — Dijo sobandose el mentón.
— Ahora Karin me odiará...— Naruto hizo un leve puchero.
Mientras hablaban, un joven subía las escaleras hasta llegar a la puerta que daba a la azotea.
Captó la atención de ambos jóvenes.
— Eh...lamento interrumpir.
— No pasa nada, Sasuke-san. — Kiba sonrió.
— Etto... Necesito hablar con Naruko — Fue directo. Sin vacilar... O por el Etto tal vez si dudó.
— No hay problema. Nos vemos Naurko-chan, iré a ligar por ahí... —
Y en un movimiento rápido, desapareció.
— ¿Puedo sentarme? — Preguntó como todo un caballero.
— Cla-claro... — Le sonrió. "Idiota, no eres Naruto, eres Naruko, actúa como ella".
— ¿Te gusta comer Ramen? — Preguntó.
— Eh...Si. Es mi plato favorito. - Se quedó callado.
— ¿Pasa algo? — Preguntó el azabache.
— Nada. No pasa nada.
— Así que eres la hermana de Naruto...nunca me lo esperé. Nadie del salón sabía de tu existencia — Dijo mirando al piso.
— Es que...casi no tengo contacto con esta familia. Hay un problema, y por eso me fui a estudiar a Tokyo. Con Naruto somos mellizos, yo soy su mayor por siete minutos. Nací primera yo, y después él.
— Vaya...Parecen ser muy unidos — Sonrió melancólicamente y desvío la mirada..
— Si...— Lo miró con pena.
Él tiene problemas más mayores que él. Su hermano.
- ¿Qué te trae por aquí? - Preguntó el rubio.
- Verás...yo...Quiero conocerte más - Dijo algo rápido y levemente sonrojado.
Naruto abrió los ojos sorprendido. ¿Será?.
- Claro.
- ¿Por que no salimos después de clases? - Sonrió Sasuke. Sonrió. Si. Sonrió. Y solo para él...o ella.
- ¡Hai! - Dijo emocionado.
- Volvamos a clase. Naruto asintió.
Mientras caminaban, ninguno decia palabra alguna. Naruto se adelanto, quedando Sasuke un poco atrás. Sasuke sonrió...pero sonrió como si algo que hizo, salió bien...y no era pedirle salir.
¿Qué habrá hecho Sasuke?
Continuará...