NIÑERO POR UN DIA
By Yelmar Doker
—Ayer me la pase genial en tu casa, Sasuke-kun.
—Hm.— éste se limitó a asentir, mas ocupado con su ración de comida.
—¿Quieres pasarme las sal, Sasuke?
—Hmp
Uchiha asintió de nuevo y deslizo el salero por la mesa hasta llegar a Sai, quien agradeció con una sonrisa.
—Puef a mi me buftó maf cuodaf a na bebef...
—¡Naruto! ¡Mastica antes de hablar!— le riñó la pelo rosado, con el puño alzado.
El rubio se asustó de solo ver el puño de su mejor amiga, y se apresuro a tragar todo lo que tenia dentro de su boca. Haruno asintió, viendose satisfecha.
—Gomene, Sakura-Chan— soltó una risita nerviosa, mirando el serio rostro de Sasuke y la enojada de Sakura— Quise decir que me gusto mucho cuidar de la bebe. ¡Fue divertido! Talvez pueda dedicarme a la educación de jardín de niños...
—¿Un niño cuidando de niños?—bufó Uchiha— quisiera ver eso.
La expresión de Naruto cambio a una indignada. Sus rubias cejas se fruncieron hasta que se le formaron arrugas en la frente.
—¡Pues voy a hacerlo! ¡Y vas a tragarte esas palabras cuando me convierta en el mejor educador infantil de este país, teme!— le apuntó con sus palillos, con la mirada de todos puesta en él. Sasuke solo sonrió sin mirarlo si quiera como si se estuviera burlando de sus palabras.
—Si tu lo dices...
—¡Asi será, estoy seguro! —exclamó, con determinacion— ¡Es una promesa!
Sakura y Sai se dieron una breve mirada y ambos soltaron un suspiro de resignación al mismo tiempo. Esos dos siempre estaban peleando, así que era normal que hubiera "un poquito" de rivalidad y competencia entre ambos. Sin embargo, Naruto se lo tomaba tan enserio, que daba miedo que las cosas le salieran mal o al revés.
Naruto volvió a sentarse (se había levantado al momento de gritar), exhalando un profundo suspiro de cansancio en el proceso. Luego miro a Sasuke, con una sonrisa traviesa. Cambio de tema:
—¿Y si tenemos un hijo, teme?
Toda la comida que el moreno tenia en su boca salió hacia afuera como un volcan en erupción, y fue a estrellarse contra la estupefacta cara de la única chica en la mesa.
—¡Sasuke-kun!
—¡Sakura-Chan!
—¡Dobe!
—¿Me hablan a mi?
—¡Callate Sai!— gruñó Sakura y luego miro a Naruto, muy enojada—¡Mira lo que provocas, Naruto! ¡Por tu culpa se ah estropeado mi maquillaje! ¡Uy, enserio eres un bobo!
—¡Pero si fue culpa del teme!— señaló al moreno, que en ese momento se limpiaba la boca con una servilleta.
—¡Pero fue tu pregunta que causó todo esto!— le pego un puñetazo en la coronilla.
—¡AHHHH, QUE DOLOR! —se sobó el chinchon que le salió, con lagrimas en los ojos y una mueca compungida. Pero nadie sintió pena de él. Al contrario, Sakura le miro todavía con más enfado.
—A todo ésto, ¿que quisiste decir con tener un hijo, Naruto? —Sai preguntó, mirando todo con expresión divertida.
Sasuke carraspeó, tratando de disimular su incomodidad.
Esperaba que al Dobe no se le saliera el bocazas que llevaba dentro y hablara sobre la relación que ambos mantenían en secreto, como un mutuo acuerdo. Era eso lo que mas le había sorprendido cuando se atrevió a hablar sobre el tema de los hijos.
Pensó que ése tema ya estaba olvidado.
—Eh... —uzumaki miro a su amigo, sin tener idea de como responderle — es que... solo estaba bromeando, ¡era una broma, jeje! ¿Como vamos a tener Sasuke y yo un bebe? ¡Jajaja! — se rasco la nuca y soltó una risita floja.
—Pues tu broma a hecho que mi cara pierda su belleza, y que todo mundo se nos quede mirando como si fuesemos unos locos — replicó Haruno, que se limpiaba la cara con un pañuelo desechable que saco de su bolso.
La boca del blondo se frunció, al igual que sus ojos.
—Fue Sasuke quien...
—¡¿Quieres otro chinchon?!— le amenazo.
—No, siempre no— se escondio tras el cuerpo de Sai, sumamente asustado.
Luego de todo aquel revuelo y de terminar de comer sus raciones, cogieron sus mochilas y salieron de la cafeteria con rumbo a los salones. Sakura se despidió de ellos con una sonrisa, y una mirada de resentimiento para el rubio, tomando un rumbo diferente por su primera hora de gimnasia. Sai se despidió de ellos también para llegar a su clase de arte.
Cuando el otro moreno se fue, Sasuke aprovechó aquel momento para tomar a Naruto del brazo y arrastrarlo. Éste no tuvo tiempo de decir nada. En menos de cinco segundos ya estaban dentro del cuarto de limpieza que había debajo de las escaleras del primer piso.
—¿Que demo...?
Uchiha cerró la puerta con el pestillo, antes de girarse lentamente, con una mirada que presagiaba peligro. Naruto no pudo evitar dar dos pasos hacia atras, a pesar de que el cuarto era tan pequeño como un armario. Su espalda chocó inevitablemente contra la pared.
—Eh... ¿Estas enojado?
Sasuke no contestó. Le siguió mirando con seriedad y en silencio. El rubio empezó a preocuparse. Frunció el ceño.
—¿Sasuke?
—No tenemos mucho tiempo— le cortó— Kakashi-sensei podria darse cuenta de nuestra ausencia. Así que, seré directo: ¿Que pretendes? ¿Que nos descubran?
—No se que estas hablando...
—No te hagas el desentendido, Dobe. Sabes bien de lo que hablo.
—¡No se! ¡¿Porque no me lo dices tu?! —se cansó.
—Estuviste a punto de delatarnos— masculló en voz baja. No era el mejor lugar para tener esa conversación — Y eso puede perjudicarnos, ¿lo sabes, no?
—Es que... —musitó, cabizbajo—... yo se que lo nuestro es un secreto, pero ¿porque tiene que ser así? ¿Porque no pueden saberlo nuestros amigos, al menos? No estaríamos haciendole daño a nadie. Es tan frustrante...
—Lo se, claro que lo se— suspiró — yo también estoy harto de ésto. Pero ya lo habíamos hablado. Nadie puede saberlo.
Naruto inspiró una profunda bocanada de aire y la retuvo unos segundos.
—¿Y si dijera que no puedo seguir así?
Sasuke se tensó. Su rostro no delataba nada de lo que sentía, pero su corazon se había acelerado imperceptiblemente.
—¿Que quieres decir?
El rubio no se molestó en mentir.
—Talvez deberíamos darnos un tiempo... —meneó con la cabeza— no se, Sasuke. Si seguimos así, talvez nunca podamos vivir nuestra relación como una pareja. Siempre estaremos escondidos de los demás. ¿Eso es lo que quieres? Porque yo no...
—Entonces... quieres terminarlo— interrumpió — ¿Esa es la mejor forma que tienes para solucionarlo? ¿Despues de todo, te rindes?
—¡Digo que quizás sea lo mejor! ¡No lo que quiera!— se acercó al moreno y puso ambas manos sobre su rostro— ¡Quiero tener una relación normal! ¡Sin tener que escondernos de nadie! ¡Tener una familia! — se acercó, hasta rozar sus labios contra los suyos— Seremos incapaces de tener hijos, o de casarnos en este pueblo de mierda, pero quiero, de verdad quiero estar contigo Sasuke...
Lo ultimo se oyó como una suplica y los labios de Sasuke temblaron.
—Yo...
—Por dios, no es tan dificil, maldición —apreso su cuello con suavidad — solo tienes que darte el valor para salir del closet. Sé que al principio será complicado, pero luego todo mejorara, te lo prometo...
—No puedes prometer éso. Mi padre...
—Es un cerdo homófobo, lo se— levanto su quijada con una mano para verlo a los ojos. Éstos estaban brillosos— pero aun tienes a tu madre, a tu hermano, a tus amigos, me tienes a mi. Hazlo, no por lo que dirán, sino por ti. Se valiente, Sasuke. Atreverte a salir del clóset no te hace menos hombre. Al contrario.
—Todo esto que dices, suena tan maravilloso... pero...
—¿Pero?
—No puedo— se deshizo de las manos con movimientos suaves, desviando su mirada a otro lado, pero volviendo a mirarlo otra vez.
—¿Entonces? ¿Que pasara?
—Comprendo tu dolor, Naruto— contestó en voz temblorosa y un poco ronca— pero no me pidas que te siga. Ésto me supera.
El rubio entendía a lo que Sasuke se refería, pero no era fácil encontrar las palabras correctas para contestarle sin empezar a recriminarle que era un cobarde, o simplemente rebatir sobre eso.
Sasuke no estaba dispuesto a pagar el precio, esa era la verdad.
No rompieron el contacto visual hasta que el moreno se dió la vuelta, abriera la puerta y saliera de allí. Alejandose de la persona que mas quería... aunque nunca se lo dijera...
Por otro lado, Naruto se quedo en aquel sitio por un largo tiempo, con los pedazos de su corazón roto, intentando a toda costa no caer hasta desmoronarse.
Esa había sido su oportunidad para ser feliz...
pero, como un tonto, lo había desperdiciado.
Ambos.