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Intermitente (YoonMIn) por Selenebts

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Notas del capitulo:

Pueden encontrarlo también en Wattpad bajo el mismo nombre.

¡Disfruten!

Sopesaba todo el día. Odiaba tener que cargar con tantos libros, pero amaba mi trabajo o eso quería creer. Mi rutina era simple, siempre creí amar la simpleza, me casé con un hombre simple, él era todo lo que yo no era por lo que nos complementábamos a la perfección. Generalmente él despertaría primero y dejaría mi café listo sobre mi escritorio antes de marcharse, yo despertaría y lo cogería tibio entre mis manos. Era lo común y como dije, ciertamente simple.


 


Nunca me pregunté tanto por algo hasta que la vida me llevó a ello. Creí fervientemente que todo lo que estaba viviendo era normal, lindo e incluso sospeché que vivir sin ninguna pasión era lo mejor, pues jamás había sentido tal cosa. Mis días eran siempre monótonos y no había grandes cambios. Pensé en un momento que era yo quien impedía que los días fueran más apasionantes, pero no era así, simplemente no me pasaba, no era para mí.


 


HoSeok se marchó como cada día y esperé hasta escuchar la llave en la cerradura para abrir mis ojos y comenzar mi día. Comúnmente acostumbraba a dormir en ropa interior, algo quizá muy malo para el invierno inminente, y aún así algo que no podía evitar. La ropa se volvía incómoda y de todos modos me la quitaba estando dormido, me sentía prisionero con ella, odiaba las ataduras. Aún no sé cómo fue que decidí casarme.


 


Arrastré mis pies hasta el baño luego de dejar que la brisa me caminara por todo el cuerpo y produjera un pequeño escalofrío, y comencé a cepillar mis dientes. Definitivamente debía comprar un cepillo nuevo, las cerdas estaban tan gastadas que iban en cualquier dirección. El cepillo de HoSeok era otra cosa, siempre tan pulcro, limpio, nuevo; como el aire primaveral.


 


El agua de la ducha al principio congeló hasta el último centímetro de mi piel pero poco a poco comenzó a calentarse creando esa especial sensación placentera en todo mi cuerpo. Era cautivo de la bella sensación del agua caliente sobre mi piel. HoSeok se quejaría y saldría corriendo de la ducha si sintiera el agua en su piel a tal temperatura. Lo dije antes, él y yo somos muy distintos.


 


Terminé de asearme y ya listo me senté sobre mi silla de trabajo, sí, trabajaba en casa y por dios que aquella había sido, no sé si la única, pero sí la mejor decisión  que había tomado en toda mi vida. Nadie estaba rompiendo mis tímpanos ni creando disturbios a mi alrededor, era yo y la computadora portátil, mi café y los libros que debía editar. Sí, era un editor y uno bastante sedentario y aburrido, como aman llamarme mis amigos.


 


Mis migrañas eran recurrentes cuando debía corregir novelas de Kim TaeHyung. Aún no era capaz de descifrar con exactitud cuál era su propósito en la búsqueda constante de palabras inexistentes o neologismos baratos. Aún así había que admitir que eran las obras que más lograban maravillarme, pues convertía en flor  una banal piedra.


 


Estiré mis manos y así mis dedos, ellos eran los encargados de todo el trabajo, o al menos así era la mayor parte del tiempo. Lo único de este trabajo que no toleraba era cuando un autor quería conocerme en persona y por ello siempre trabajaba con la misma gente.


 


Revolee los ojos ante la vaga idea de conocer un autor nuevo y fue allí que caí en cuenta de la fecha, hoy mi rutina cambiaba, hoy era distinto y si no hubiera sido por el post-it en mi laptop lo habría olvidado por completo.


 


Tenía que cambiarme rápidamente por ropa de calle e ir al centro, a un café más precisamente. Hoy tenía que salir con HoSeok por nuestro aniversario. Él seguramente esperaba algo de mí hoy temprano, no lo sé, tal vez, él es el detallista de la relación. Yo simplemente estoy a su lado.


 


Volví al dormitorio a cambiarme rápidamente. Cogí la billetera, las llaves y casi corrí a la salida.


 


Era tedioso salir al aire libre, sentía que mis ojos se derretían por el sol que pese al frío no menguaba en su resplandor.


 


Tardé alrededor de media hora en llegar a la cafetería en la que siempre quedábamos, cerca de su trabajo. Había olvidado comprarle cualquier cosa, pero repito, yo no era el detallista de la relación. Nunca tuve ganas de hacer algún regalo o algo fuera de lo cotidiano y él lo sabía a la perfección, tanto así que jamás exigía nada, era tranquilo, apacible y demasiado alegre.


 


Estaba sentado en la mesa que acostumbraba. No era un fanático del trabajo, pero mientras más lejos de las personas a mi alrededor mejor, por lo que traje conmigo mi laptot. Hice un lugar en la pequeña mesa y comencé a trabajar. Eran las ocho de la mañana y HoSeok había mencionado días antes que era conveniente encontrarnos alrededor de las nueve.


 


Él trabajaba durante todo el día, llegaba en la noche entradas las once y media. Por ello él decidió que lo más adecuado sería vernos en la mañana hasta el medio día, para poder almorzar juntos. Acepté su sugerencia, pues una vez al año debía ceder en algo de su agrado.


 


Estiré mi cuello para observar a mi alrededor. Un panorama general me servía para ubicar personas y cosas. Sólo había una persona en todo el lugar, quizás había llegado demasiado temprano. La persona, más bien el chico, que se encontraba limpiando una de las mesas llevaba un delantal típico de las personas que trabajaban en el café.


 


En mi mente rebobiné incansablemente esa contextura corporal, el color de cabello rubio; pero jamás había visto a esa persona antes. Deduje en el acto que no era más que un nuevo empleado. Bajé la mirada a la pantalla nuevamente y seguí con lo mío.


 


  — Disculpe... ¿qué desea pedir?— Una pequeña voz se coló por mis oídos y en segundos visualicé unas manos sujetando una libreta y un bolígrafo. Lentamente subí hasta encontrarme directo con sus ojos. 


 


Rehuyó de mi mirada, pues sus ojos no tardaron en parpadear rápidamente y mirar cualquier cosa que no fuera yo. Me sentí superior, me sentí extraño. Observé sus labios apretarse por sus dientes y como su nuez de adán se movía con lentitud.


 


El silencio era incómodo o al menos lo era para él puesto que sus manos comenzaron a jugar con la libreta. Esperaba una respuesta, mi respuesta.


 


— Estoy esperando a alguien— respondí mirándole fijo nuevamente pues mentiría si dijera que sus ojos no llamaban mi atención, la manera en que respiraba, cómo portaba esa pequeña mueca en su rostro, estaba totalmente incómodo ante mis palabras.


 


Bajé la mirada a su delantal y vi su nombre en una pequeña placa.


 


— Park JiMin—hablé.


 


—¿S-sí?—se exaltó apenas con el sonido de mi voz.


 


Esto estaba volviéndome poderoso.


 


  — Un café cargado.


 


— En-enseguida— tartamudeó luego de dudar si anotar o no el pedido.


 


Entre tropiezos se escabulló de mi mirada a una velocidad fugaz.


 


Aquello que siempre busqué estaba ahí, delante de mí, dubitativo, nervioso. Allí estaba la pasión que siempre leí en aquellas interminables novelas.


 


 


r13;r13;r13;d57;r13;r13;r13;


 
Notas finales:

^^ThreeDollarss


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