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El Suspiro de un Rey por yue-sama

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Notas del capitulo:

 

Hola, pues lo siento por no actualizar el domingo pasado, se me complico un poco y no pude sacar el cap, perooo tengo una buena noticia, en medio de la semana sea miércoles o jueves habrá un nuevo cap.

 

Me entristeció un poco no recibir comentarios en el cap pasado…

 

Bueno sin más aquí el cap.

 

 

—Qué bonito Omega el que tenemos aquí…

 

 

Naruto lo miró altivo, si por un momento le tuvo miedo no lo demostró, nunca había dejado que le pusieran las manos encima más de dos segundos —al menos no, si no eran manos conocidas— y ese tiempo ya había pasado, así que se removió inquieto mientras el Alfa frente a él se ponía serio.

 

 

El cuchillo en su cuello lo detuvo de hacer otro movimiento rudo, después de todo no quería cortarse.

 

 

—¿Sabes quién soy? —murmuró viendo como el Alfa negaba—. Soy un rey, y manos sucias como las tuyas no pueden tocarme —dictaminó.

 

 

Esas palabras distrajeron un poco al Alfa, permitiendo que Naruto pudiera darle una patada que lo hizo tambalearse, para que así, pudiera agarrar su cuchilla para defenderse, sin embargo, el Alfa se repuso de inmediato y fue a por él, pero Naruto lo recibió con un fuerte golpe, claro que no es que el Omega tuviera más fuerza que un Alfa, pero era hábil, tantos años de entrenamiento y lucha podían a hacer a cualquiera un experto, y, un novato como lo era ese Alfa joven, no iba a poder robarle el alma. Golpeó con su codo el costado del Alfa y luego se metió entre su cuerpo haciendo una pequeña llave, logrando que el Alfa perdiera el equilibrio y cayera al suelo, para, finalmente, y sin piedad alguna, incrustar el cuchillo en la piel de aquel joven que lo miró sorprendido y con una mueca de dolor.

 

 

Naruto se alejó listo para irse, pero la voz de aquel Alfa lo detuvo.

 

 

—P-por lo menos sé que mi vida… la tomo un rey.

 

 

Naruto sintió orgullo por ello, y dioses, sabía que estaba mal, pero de él se construían leyendas, de él se hablaría con el pasar de los tiempos, de él harían pinturas y cantarían poemas…

 

 

Corrió lo más rápido posible hacia el castillo, le quedaba muy poco antes de que esos gerlaris de Eguzkia vieran el cuerpo sin vida de ese Alfa, así que, veloz, marchó cerca de la casa de Kiba y silbó fuerte mientras tocaba enérgicamente la puerta, luego siguió su camino sabiendo que Kiba entendería rápidamente, por lo que no se sorprendió al ser alcanzado después de unos minutos, y, aunque el Alfa apenas se había arreglado, al menos traía sus armas.

 

 

Kiba siempre había sido un hombre de combate, y, los dioses sabían que, cuando tienes tantos enemigos encima, no es posible dormir apaciblemente, el sueño siempre será ligero y estarás a la defensa todo el tiempo, más aún cuando estaban en tiempos de guerra, nunca se descansaba de las peleas ni de la sangre. Eran salvajes que gustaban de aquellas luchas para hacer ver quién era el mejor.

 

 

—Nos atacarán —jadeó Naruto sin mirarlo y sin que ninguno de los dos se detuviera—. Necesito a mis hombres, suena el cuerno.

 

 

—Bien.

 

 

Y así, sus caminos se separaron, Naruto al fin llegó al castillo y se escabulló al cuarto de sus hijos, no encontró a Haize por lo que no pudo evitar preocuparse, esperaba que su hijo fuera inteligente y que no se dejara agarrar por el enemigo. Luego entró a su cuarto y se asustó al ver a su hijo menor mirando por la ventana, este rápidamente volteó para ver a su madre.

 

 

—Nos atacan… —dijo Naruto.

 

 

—Lo sé…

 

 

Naruto agarró su armadura de cuero y sus armas, detrás de sus pasos venía Argia decidido a cuidarle la espalda. De pronto el cuerno sonó fuerte, rompiendo el silencio de la fría madrugada, siendo necesario que se tocara tres veces, para informar de la inminente guerra.

 

 

Baden salió de sus aposentos sorprendida, mirando a su madre y hermano, se alistó rápidamente y agarró su arco, pues, aunque no era excelente en combate cuerpo a cuerpo, los dioses la habían bendecido con una excelente puntería. Los tres salieron veloces y buscaron sus caballos, pues así el camino sería más rápido.

 

 

Cuando se adentraron en el centro, Naruto pudo ver cómo, ante sus ojos, las llamas consumían algunos hogares. Su corazón se estrujó dolorosamente, su reino, el que había sido cuidado por tanto tiempo, estaba siendo destruido. Miró a sus gerlaris venir hacia él, listos para el combate, el coraje que sintió fue indescriptible, así que alzó su espada y gritó fuerte, de inmediato, todos ahí gritaron secundándolo y comenzaron a avanzar, Naruto bajó del caballo, nunca se quedaría atrás, no dejaría a su pueblo, por lo que, cuando los traidores aparecieron, la lucha comenzó.

 

 

Hubo sangre, gritos y jadeos.

 

 

Fue un caos que se consumía.

 

 

Sudor y tierra, dedos cortados, ojos de fuera, cráneos expuestos y tripas al aire.

 

 

Naruto miró con rencor a todos aquellos que peleaban en su contra, se fue contra sus oponentes como sólo él podía, y, aunque no recordaba cuantos habían caído bajo su puño, ni mucho menos cuantos habían caído bajo el puño de Argia, sólo podía mirar a su cachorro lleno de sangre.

 

 

—¡¡Arqueros!! —Gritó Naruto—. ¡¡¡Ya!!!

 

 

Y pronto, una lluvia de flechas voló hacia los enemigos, dejando a muchos postrados en el suelo con más de dos flechas en sus cuerpos. Badén lideraba a los arqueros, así que tenía bien claro que su trabajo sería cuidar las espaldas de todos los gerlaris posibles.

 

 

Naruto empujó fuertemente a una Omega y ambos cayendo al suelo, él encima de ella, y  sin piedad, atravesó su cuello llenándose de su sangre. Se levantó sin aliento, su pecho subía y bajaba rápidamente, la adrenalina corría en sus venas y sus huesos tronaban por el esfuerzo.

 

 

Respiró un poco observando atentamente a su alrededor, miró sus bajas y supo que estaba perdiendo más hombres de los que debía, entonces, chasqueó la lengua y tuvo que hacerse para atrás, tenían que reagruparse y pelear como una sola unidad, estaba seguro de que Iruka tenía a más gerlaris de los que tenía él en ese momento, y si bien, habían matado a muchos, sabía que todavía quedaban más.

 

 

—Retirada —dijo Naruto y Argia sonó el cuerno nuevamente.

 

 

No era cobardía, era ser consciente de cuáles eran sus ventajas y cuáles no. Se llamaba ser estratega.

 

 

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Estaban enfrente del castillo, el sol se asomaba y alumbraba todas aquellas cenizas, así Naruto miró las alegrías de las personas consumirse, civiles inocentes habían muerto, mujeres libres habían sido profanadas.

 

 

Ahora Kakashi estaba a su lado y sólo podía sentirse un poco mejor —tan solo un poco—, al saber que Kakashi se había equivocado, y, que, por su culpa, se había desencadenado todo lo que estaban viendo. Después de todo, Naruto no había hecho el esfuerzo de llamarlo, quería que él se levantara por los cuernos, que él mismo se diera cuenta de su error. No habían cruzado palabras más que una cruel mirada por parte del rubio que causó que el Alfa rey bajara la cabeza.

 

 

En esos momentos, Haize llegó montado en su caballo y fue directo a ellos.

 

 

—Están fuera de los muros, esperan el combate final ahí.

 

 

—¡Deshonra! —gritó alguien—. Maltrataron a nuestra gente ¿y ahora se dignan a buscar una pelea llena de honor?

 

 

—¡Impropio!

 

 

—¡Cobardes!

 

 

Toda la gente exclamaba su enfado, sus tristezas y decepciones, Kakashi sintió el peso y Naruto tuvo que dar razón, él también se sentía así, era un código entre gerlaris nunca atacar el reino que quería ser conquistado sino llevar la batalla a un punto neutro, donde civiles y niños no fueran tocados, pero ellos no habían respetado aquella tradición, en su lugar, habían masacrado cachorros y gente inocente, ¿y ahora querían tomarlo en serio?

 

 

Naruto sabía que Iruka era inteligente, sabía que ahora estaban débiles y no sólo en cuanto a las fuerzas sino también de corazón…

 

 

Algunos estaban siendo consumidos por el dolor de perder a un ser querido mientras que muchos otros estaban cegados por el enojo, pero, si de algo estaba seguro Naruto, era de que tenían que continuar y pelear hasta más no poder.

 

 

—¡Silencio! —bramó Haize y todos voltearon a verlo—. Mi cachorro a perecido bajo las manos de esos hombres —informó y Naruto contuvo su aliento, ¡no podía ser verdad!—. Mi semblante es serio, pero mi corazón está destrozado. Ellos no tienen perdón, pero no pelearé por venganza, pelearé porque sé que mi reino corre peligro, no los dejaré desamparados, no como mi padre lo hizo.

 

 

Haize miró a su padre a los ojos y Kakashi retrocedió, desde ese momento Naruto supo que Haize había reclamado el puesto de rey, ni más ni menos. Miró a Zerura, su pelo negro tapaba parte de su cara, cara que no demostraba ninguna expresión, pero no interrumpió, quizás porque también sabía que su padre había tomado malas decisiones.

 

 

—¡Sí! —gritaron todos ahí.

 

 

—Dejaremos nuestro aliento ahí, ¡seremos fuertes! ¡¡El Dios Indarrean estará dándonos fuerzas!! ¡¡¡Jugaremos nuestras vidas y gritaremos nuestras victorias!!!

 

 

Hubo un fuerte estruendo entre la gente, habían recuperado el espíritu de pelea y Naruto asintió al verlo.

 

 

Cuando Haize se retiró un poco, Naruto llegó hacia él y agarró su cara, pero el Alfa no lo miró ni por un momento, sus rudas manos quisieron alejarlo, sin embargo, Naruto no lo permitió, le dio un golpe y luego volvió a agarrarlo de la cara, haciendo que lo viera, pudo notar que su hijo estaba siendo fuerte mientras su corazón sangraba, entonces lo llevó hacia su hombro, donde buscó su aroma para calmarse y ronronear un poco, en ese momento la esencia de Haize cambió a una melancólica, por lo que Naruto lo abrazó con fuerza, sintiendo las lágrimas mojar sus ropas y provocando que él también quisiera llorar.

 

 

Su nieto había fallecido, sin llegar a conocerlo, sin llegar a verlo, no supo cómo era, y ahora, nunca lo sabría.

 

 

—N-nació hace dos noches —murmuró con la voz ronca—, era un hermoso varón… Se llamaba Ur. Tenía tus ojos, mamá…

 

 

—Cachorro… —consoló dejando que su hijo buscará confort en él. Haize ya era todo un hombre, era alto y tenía que encorvarse para buscar su cuello—. Shh, shh… —arrulló.

 

 

—Ellos llegaron, eran muchos… No pude, ¡no pude! Agarraron a Ur y lo despedazaron —dijo con dolor—. Malditos bastardos. Enloquecí, solo logré matar a dos… los demás se fueron, huyeron dejándome con su pequeño ser…

 

 

Naruto sintió pesado el corazón, miró como todos se reunían buscando el mejor plan de ataque, suspiró tembloroso, a punto de quebrarse. Entonces, Haize se levantó y pudo ver como su cría limpiaba sus ojos e iba hacia los demás para montar su plan.

 

 

Por su parte, él se quedó envuelto en un silencio que consumió su ser.

 

 

*

*

*

 

 

Fue en cuestión de segundos que la batalla estalló nuevamente, Naruto se defendió lo mejor que pudo, y, aunque su cuerpo comenzaba a agotarse, vio con orgullo como sus gerlaris peleaban fielmente.

 

 

Cuando miró a Iruka peleando entre toda esa gente, supo que tenía que ir contra él, si Haize no iba a buscar venganza para Ur él sí lo iba a hacer. Nunca perdonaría a ese maldito conde por tratar de robarse su reino, y mucho menos por lastimar a los suyos.

 

 

Naruto trató de quitarse a dos hombres de encima, pero falló cayendo al suelo, entonces trató de levantarse, pero escuchó el relincho de un caballo y vio como Argia llegaba levantando su espada y cortando la cabeza de uno de ellos mientras el otro era empujado por el caballo.

 

 

El casco de Argia brillaba bajo los rayos del sol, y el Omega se sintió orgulloso de él, sabía que sería un buen hombre.

 

 

—Estaré siempre orgulloso de ti. Recuérdalo…

 

 

—¡No me lo digas ahora! —gritó—. Cuando esto acabe, dímelo, y lo tomaré en serio.

 

 

Naruto sonrió un poco apagado y asintió, entonces Argia se alejó rápidamente.

 

 

Cuando sintió un fuerte dolor atravesar su cuerpo y pronto un vacío se instaló en él, bajó la mirada y pudo ver una espada atravesando su pecho. Escuchó la risa burlona a sus espaldas, luego la espada fue sacada bruscamente de su cuerpo y Naruto cayó al suelo nuevamente, agarrando la profunda herida que sangraba sin parar, en ese instante la respiración comenzó a fallarle y sus ojos se llenaron de lágrimas.

 

 

—¡El gran rey está postrado a mis pies! —gritó feliz—. Frente a una puta como yo, ¡la madre de un semidiós!

 

 

Naruto miró de reojo a Iruka, y, aunque quiso despedazarlo, no tuvo fuerzas, escupió sangre y miró con rencor a aquel que había tomado su vida.

 

 

—No se e-esperaría otra cosa de ti —bramó—. Una herida a traición era de esperarse…

 

 

—¡Cállate! ¡Tú no sabes nada! —gritó—. ¡Tenía que hacerlo! ¿¡Crees qué es lo que yo quiero!? Mi padre me ha obligado, ¡mi Alfa lo ha hecho! —gritó histérico—. ¡Amenazaron con matar a mi cría!

 

 

—Y por ello mataste…

 

 

Cuando sintió unos fuertes brazos rodeándolo y levantándolo Naruto tuvo que callar y mirar a aquel que lo sostenía, era Kakashi, su Alfa, sintió su calor y entonces supo que estaba muriendo, él estaba helado y su cuerpo se sentía flácido.

 

 

Kakashi había visto el momento exacto en el cual Naruto había caído, y, sin pensarlo dos veces, fue directo hacia él, sintiendo el temor de su Omega en carne viva, al llegar miró a Iruka con dolor.

 

 

—¿Por qué? —dijo Kakashi—. ¡Me traicionaste! ¡Ese no era mi hijo!

 

 

—Era necesario… Este reino tiene que ser de mi padre… yo tenía que ganarlo para él. Esa era la única manera de infiltrarme y ganar.

 

 

—Estúpida decisión —escupió Kakashi y Naruto se acurrucó más contra él—. Ahora pagarás por lo que hiciste.

 

 

Entonces, Haize apareció y sin piedad alguna golpeó al Omega dejándolo en el suelo y aplastándolo con sus pies, luego pasó uno de ellos a la garganta presionando e Iruka gimió quedándose sin aire, el Alfa lo miró directo a los ojos, el azul y el café chocaron, y presionó más fuerte, se escuchó el claro traqueo de los huesos, por lo que el Omega pataleó y golpeó desesperado la pierna del Alfa rubio, pero no logró moverlo ni un poco, pronto se escuchó un sonido parecido al que hacen las ramas al romperse y el último alarido que ese conde había dado se quedaría guardado en la memoria de Naruto.

 

 

—¡Mamá! —llegaron rápidamente cada uno de sus hijos, pero Naruto no pudo decir nada, simplemente los miró a cada uno de ellos, y supo que había hecho bien su trabajo. Sus ojos pesaron y recordó la voz de Gaara, 16 años atrás… ahora sabía que la llegada de aquel había marcado un destino carmín…

 

 

Ahora comprendía que era su destino…

 

 

Pronto escuchó el vitoreo de victoria y suspiró, el último suspiro que daría en esa vida como mortal, al saber que todo había terminado y que habían ganado.

 

 

Así, cerró los ojos y todos allí supieron que el tiempo había acabado.

 

 

*

*

*

 

 

Gaara se petrificó por completo quebrando el vidrio que estaba en sus manos y llevando sus manos sangrantes a su pecho, estaba agitado…

 

 

Su corazón se contrajo dolorosamente, escuchando la suave respiración de su acompañante.

 

 

—Ha llegado la hora, mi querido sirviente…

 

 

—Mi señor… yo no…

 

 

Y Gaara volvió a callar cuando sus ojos comenzaron a aclararse, las siluetas de las cosas comenzaron a parecer borrosas y Gaara supo que la profecía se había cumplido.

 

 

Sus ojos se llenaron de lágrimas y con dolor aceptó que su rey había fallecido.

 

 

Porque él sabía, que, quien moriría, sería aquel hermoso Omega que siempre buscó de él, pero no había tenido el valor suficiente para confesarlo, y durante todo ese tiempo cargó con ese dolor solo.

 

 

El joven chico que estaba ahí se acercó besando cada uno de sus párpados y le dio una sonrisa sutil.

 

 

—No llores, porque tu rey será llevado de mi mano hacia un nuevo lugar, donde festejará con nosotros.

 

 

Gaara asintió y vio salir al Dios Egia de ahí, era hermoso, y, aunque nunca antes lo había visto, siempre lo supuso.

 

 

Así, con el dolor en su alma, supo que todo había acabado.

 

 

*

*

*

 

 

Haku bajó del caballo rápidamente y corrió hacia el círculo, apartando a todo lo que se interponía en su camino. Habían recibido el mensaje de Kakashi, y Zabuza, no dudó en llegar rápidamente a Ilargia para dar apoyo, un apoyo que los había ayudado a ganar la batalla.

 

 

El Omega llegó y cayó al suelo mirando a Naruto.

 

 

—Dioses, no…

 

 

Todos los gerlaris que sobrevivieron la tempestad se encontraban arrodillados, mirando como su rey estaba recostado contra el pecho del rey Alfa mientras sus hijos lo lloraban, y, aunque había sido una victoria para ellos, era la victoria más agridulce de la historia.

 

 

Porque, el hermoso sol de Ilargia, se había apagado…

 

Notas finales:

Bueno, no tengo mucho más que decir que queda el final... porque no podría hacer un final tan tan... ya sabe.

 Gracias por leer y espero saber que les pareció el cap.

 Pondré imágenes de cómo me imagino a los hijos de nuestro naru. -dar clik para ver-

 Haize

Zerura

Mahats

Baden

Argia

Si tienen alguna duda por favor hacerla.

Nos vemos

 


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