Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Suspiro de un Rey por yue-sama

[Reviews - 138]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!

Pues como dije aquí está el cap!

Hice uno votación por el grupo de facebook asi que los votos fueron para que actualizara hoy, así que aquí esta!

Espero les guste, y sin más que decir, este es el  penúltimo capítulo... y habrá un pequeñísimo extra.

Muchas gracias por sus comentarios, les quiero mucho!

Sin más aquí el cap.

 

Naruto parpadeó, la oscuridad cubría sus ojos y las suaves caricias en sus manos lo desconcertaban, un suave susurro fue cantado, y luego, todo quedó en calma, entonces sus ojos se aclararon y puedo ver un bosque… parecía ser un bosque de enormes pinos, árboles que no tenían fin, y dónde la humedad y el frío eran fuertes, todo estaba oscuro gracias al clima.

 

 

Se estremeció fuertemente al ver un gran venado aparecer, era completamente grande y de fuego, se veía majestuoso y soberbio frente a él, sus ojos brillaban encendidos y su pelaje de fuego bailaba con el sutil viento.

 

 

Naruto lo miró atento, no sabía si tener miedo o admirarse por ese enorme animal, entonces, el venado bajó la cabeza en forma de saludo y dio la vuelta, así que supo que quería que lo siguiera, sus piernas comenzaban a entumecerse por haberse quedado parado tanto tiempo y su corazón latía rápidamente.

 

 

Estaba muerto, ¿verdad? No podía haber un ser tan majestuoso más que en las leyendas e historias, y es que ahora reconocía al ser frente a él, era el mismo de sus sueños, aquel que acompañaba a Sasuke, y que el moreno, en su forma de mortal, tenía tatuado en su brazo.

 

 

Siguió tras el enorme animal sintiéndose muy pequeño en esa gran inmensidad. Todo era muy parecido a la tierra, sólo que la belleza era sobresaliente, Naruto miró embelesado un helecho con la forma del rostro de una hermosa mujer, lo tocó con sus pequeñas manos, sintiendo la suavidad, y entonces, sus ojos se llenaron de lágrimas y la melancolía brotó desde el centro de su pecho.

 

 

—Siento haber llegado tarde para recibirte —la voz quebró su sufrimiento y Naruto volteó a verlo casi de inmediato, era su Dios, era Sasuke y estaba hermoso, tal como aún lo recordaba, su vieja memoria no lo había engañado, en su lugar, había guardado el recuerdo fiel del hombre que había amado silenciosamente.

 

 

—¿Estoy muerto?

 

 

—Así es… Estás en mis tierras, donde siempre tuviste que permanecer.

 

 

Naruto quiso sonreír, pero sólo miró de reojo a la bella escultura de plantas, Sasuke se acercó más a él, estaba en su forma de hombre, con su cabellera larga y suelta, su pecho al descubierto y sus ojos negros brillando como una noche estrellada.

 

 

—¿Tienes dolor al verla?

 

 

—Consume mi pecho —dijo el Omega y Sasuke sonrió un poco.

 

 

—Alguna vez fueron dioses… Son los restos que quedaron en estas tierras, lo demás fue consumido para crear la tierra de los mortales. Ahora, así como ella —se refirió a la silueta—, sólo quedan piezas que permiten recordar que alguna vez existieron.

 

 

Entonces, Sasuke alzó su mano esperando que el rubio la tomara y no pasó mucho para que eso sucediera, luego, ambos caminaron por los enormes lugares y Naruto apreció como todo se mostraba antes sus ojos.

 

 

—Todos son iguales a ti —dijo con tono monótono—. Todos miran maravillados el plano de sus dioses…

 

 

—¿¡Ellos están aquí!? —preguntó Naruto y Sasuke asintió.

 

 

—Pero no es el lugar que te corresponde… Tu lugar está con los dioses.

 

 

—Pero…

 

 

—Eres mi pareja —dijo Sasuke—, No creí que lo olvidarías.

 

 

Naruto miró al hombre frente a él y supo que no se equivocaba, su cuerpo ardía por un simple toque y sus labios codiciosos pedían por el rudo deseo. Nunca se sintió más conectado con Sasuke, que estando ahí.

 

 

Se sintió confundido y muy perdido, y el Dios lo supo, lo atrajo contra su cuerpo y buscó sus labios en un beso que perduraría hasta el final de los tiempos. Naruto jadeó y se dejó hacer, lloró sin consuelo mientras sus labios danzaban, deshaciéndose en los brazos fuertes que lo sostenían con tranquilidad y aprecio.

 

 

—Traté…

 

 

—Fuiste el mejor —Sasuke supo a lo que se refería y lo consoló—. Nunca estuve más orgulloso de alguien. Fuiste hermoso hasta el fin y tu historia nunca se olvidará…

 

 

—Mis hijos…

 

 

—Hijos que crecerán y formarán sus propias leyendas, tal como tú lo hiciste. Fuiste una buena madre, siempre lo has sido.

 

 

Sasuke besó sus mejillas con cuidado, frotando la delicada espalda de aquel hermoso rey, luego acomodó suavemente sus cabellos rebeldes tras sus orejas y sonrió al sentirlo con él, por su parte Naruto lo abrazó de vuelta.

 

 

Lo que Sasuke llevaba esperando este momento había sido mucho tiempo. Tanto, tanto tiempo…

 

 

—¿Por qué todo es tan grande…? —dijo suavemente mientras Sasuke lo ponía sobre su regazo, ambos se habían sentado en la yerba y miraban a su alrededor.

 

 

—Porque los dioses somos enormes y esto está hecho para nosotros.

 

 

—Siento que me perderé en esta enorme inmensidad…

 

 

—No será así, porque no soltaré tu mano.

 

 

Naruto ocultó su cara contra el pecho desnudo de Sasuke sintiéndose liviano y sin fuerzas, cerró los ojos y quiso descansar.

 

 

*

*

*

 

 

La melodía sonaba triste, Haize miró como las llamas consumían a lo que una vez fue su madre, Naruto, rey de Ilargia, hijo del gran Minato, terror de las bestias y nieto de Tsunade, la mata dragones. Asesino de Denbora y madre de un semidiós,

 

 

Estaba orgulloso de su madre y siempre lo estaría, no había momento en el que no recordara haberlo amado y sentirse afortunado de ser su hijo.

 

 

Miró con dolor como su hermano menor estaba en el suelo, y es que, quizás no lloraba, pero sus ojos vacíos miraban más allá del fuego, por su parte, Mahats era un mar de lágrimas que era consolado por Zerura, y Badén no se había presentado, dolida por todo había decidió soportar el dolor sola.

 

 

Kakashi estaba ahí parado, dándole el último adiós antes de retirarse para no volver más. Haize sabía lo que le pasaría a su padre, un lazo era demasiado fuerte, así que ahora, Kakashi simplemente se iba para morir en paz, alejado de todos.

 

 

Gaara estaba ahí, presenciando el adiós de su rey. La función del sabio se había acabado, el favor de los dioses se había perdido cuando su vista había vuelto, pero, aun así, estaba tranquilo, una nueva etapa en su vida comenzaba.

 

 

Pronto, comenzaron a cremar a los demás gerlaris que habían muerto en batalla, y Haize, tal como todos los presentes, guardó respeto. En ese instante, el Alfa sólo pudo pensar que al fin Naruto iba a poder reencontrarse con ese Dios.

 

 

Fue el último en irse de ahí, pues, por tradición, los cuerpos se dejaban consumir toda la noche para recoger sus cenizas al día siguiente, pero él no se fue, esperó hasta que las llamas se apagaron, y vio con alivio, que la joya de oro puro que había puesto no se había desecho con el calor, haciéndole entender que su madre ya estaba en la presencia de los dioses.

 

 

Se sabía que, si la joya de oro se deshacía bajo el calor del fuego, esa persona no contaba con la voluntad de sus dioses.

 

 

Finalmente, con su alma más tranquila, comenzó a recoger las cenizas de su madre.

 

 

*

*

*

 

 

Cuando sus ojos se abrieron, miró el gran cielo azul, parecía ser tan profundo que no tenía fin, y no había un sol como tal, simplemente, claridad.

 

 

Se aferró a algo y rápidamente recordó, levantó la mirada encontrando a Sasuke a su lado, y, aunque sentía que su cuerpo había descansado una eternidad, Sasuke parecía haber esperado tan sólo unos minutos.

 

 

Seguía confundido, pero Sasuke no lo dejó pensar cuando empezó a besar y olfatear su cuello. El rubio gimió quedito y arañó la piel cuando los labios de Sasuke hicieron más presión, su piel se erizó y sus caderas se movieron cuando Sasuke lo presionó más contra él, pero cuando Naruto buscó en la parte inferior de su Dios, Sasuke lo detuvo con los ojos oscuros y llenos de deseo, luego jadeó un poco y lo consoló con un suave beso, por su parte, el rubio lo miró sin comprender, hasta que Sasuke habló.

 

 

—No es tiempo de que te tome… Antes, necesito contarte algo y saber si puedes comprender.

 

 

Naruto asintió y Sasuke le hizo una señal para que se levantara y fuera con él, así, miró más paisajes de los que nunca pudo imaginar. La tierra de los dioses era hermosa y basta.

 

 

Llegaron a un acantilado en el que había una puerta por la que entraba un brillo y por la que caía agua hasta hacerse una gran y escandalosa casada que llenaba las tierras, y, aunque el Omega no pudo comprender, era increíble.

 

 

Sasuke lo miró y jaló su brazo llamando su atención.

 

 

—Ese es el portal que ocupamos para viajar hacia ustedes, es aquí donde podemos ver a los mortales.

 

 

Naruto miró el agua, notando que se reflejaba las personas, no solo de Ilargia sino de todo el mundo, y su boca se secó.

 

 

—Pensé que sólo eran nuestros dioses…

 

 

—En cada cultura somos conocidos con diferentes nombres… para algunos puedo ser un Dios mientras los demás son ángeles, y Mafiaren puede ser el diablo y los demás demonios. Hemos existido hace muchos siglos y seguiremos existiendo lo que perdure el tiempo.

 

 

—Esto es realmente complicado —murmuró.

 

 

—Y se torna aún más complicado… Escucha atentamente, te contaré una historia…

 

 

«Cuando el plano de los dioses comenzó a existir, estaba completamente solo, era un retoño del tiempo que eclosionaría y se haría dueño y señor de las tierras, pero luego descubrí, que no era así, había otro ser que también fue puesto en ese plano para no estar solos

 

 

Nací sin un nombre, sin un espacio ni un lugar, estaba vacío y con una terrible soledad, tanto, que mi alma pudo consumirse, después de todo, el tiempo de un dios es demasiado eterno. Sin embargo, el otro retoño, pequeño y puro, eclosionó y me salvó de ese destino, su presencia fue hermosa, era pequeño y tímido. Era todo amor, y a la misma vez, era una nada.

 

 

Fue natural que un sentimiento comenzara a surgir y la soledad a ser olvidada, nos complementamos, mientras yo daba la vida, él la quitaba, completábamos un ciclo sin fin, y amábamos la forma en la que comenzamos a llevar nuestro mundo.

 

 

Juntos le dimos forma, convirtiéndolo en algo suyo y mío. Entonces, decidimos llamarnos según nuestra función, así que, como yo podía otorgar vida, fui llamado Bizitza, y, como él otorgaba muerte, fue llamado Heriotza.

 

 

Y, aunque la muerte era algo relativamente triste, no había momento más hermoso que cuando Heriotza hacía su trabajo, era tan respetuoso y amable, nunca hubo un atisbo de maldad en sus actos.

 

 

Fuimos sabios, y, a pesar de tener una inmensidad para nosotros, nunca la sentimos grande porque nos llenábamos el uno al otro.»

 

 

Naruto miró atento a Sasuke, su perfil era hermoso mientras sus ojos vagaban por el agua mirando atentamente todo.

 

 

«Lamentablemente, todo cambió cuando un retoño igual de pequeño que Heriotza, se presentó. Para entonces yo había logrado transformarme hasta mi máximo como Dios, aprendiendo a manejar todo mi poder, mientras que Heriotza comenzó a estancarse y nunca logró su plenitud, a pesar de ser tan fuerte como yo lo era.

 

 

Por su parte, el capullo era débil, tanto que no pensé que sobreviviera sin un poco de ayuda, por lo que le di un poco de mí para que pudiera eclosionar, pero, eso no fue bien visto por Heriotza, y fue ahí, donde comencé a perderlo, hasta que finalmente, su inocencia se hizo pedazos cuando lo descubrí queriendo matar al capullo.

 

 

Fue doloroso ver ese movimiento egoísta.

 

 

Fue desde ese momento que decidí dar lo mejor de mí para que eclosionara y el ser dentro de él viviera, así que no dude ni en un segundo en darle la mitad de mi alma.

 

 

Aguardé por mucho tiempo, hasta que al fin pudo abrirse y ver nuestras tierras. Fue el ser más pequeño y hermoso que pude admirar, un hombre de rasgos preciosos y con dos joyas por ojos, toda su piel brillaba y su presencia era fuerte.

 

 

Supe que era mío sin importar nada, yo le había entregado la mitad de mí, y ahora, nos uníamos irremediablemente. Entonces, le di un nombre, Distira, y fue lo más hermoso que había creado hasta ese momento.

 

 

Fui su fiel mentor, y nunca lo dejé perderse, lo vi florecer como un Dios dulce y vehemente, mientras tanto, Heriotza se llenó de celos y maldad, no podía dejar de pensar que yo no ponía mis ojos en él y que ya no compartíamos el sentimiento que antes estaba.

 

 

Fui cruel, ahora lo reconozco, pero el lazo que me unía a Distira fue mucho más fuerte de lo que una vez sentí por Heriotza…

 

 

Él nunca me perdonó por el abandono, y por ello, el ser puro con el que había compartido tanto, se marchó, consumiéndose en la oscuridad y soledad. Volviéndose un ser terriblemente malo.

 

 

Así que, cuando vi sus intentos de asesinar a Distira, supe, una vez más, que no podría alejarme de él, y entonces, peleé con garras y dientes contra Heriotza, dejándolo en tan mal estado que terminó recluyéndose de mí y de Distira, prometiendo que nunca iba a perdonarme por lo que había hecho.

 

 

Su poder estalló y quebró el plano de los dioses en dos, y vi el preciso momento en el que él y la mitad de nuestras tierras, comenzaron a caer. Tan sólo pudo ver las marcas de combate en su preciosa piel mientras notaba que sus ojos ya no estaban, y que, en su lugar, escurría sangre por sus cuencas, mientras se abrazaba a sí mismo.

Pronto dejó de llamarse Heriotza para luego ser conocido como Mafiaren, Dios del inframundo, el ser más cruel que todos iban a conocer.

 

 

Supe que había sido mi culpa y me atormenté largo tiempo por ello, pero Distira estuvo allí y me hizo salir del letargo que me había autoimpuesto, y así, el sentimiento que una vez sentí por Heriotza resurgió fuertemente, ahora por Distira.

 

 

Amé a ese hombre tanto como puedes imaginar, era el único para mí y fui el único para él.

 

 

Por siglos estuvimos bien, fueron siglos de paz y de consuelo, formando lo que ahora vez.

 

 

Un mundo perfecto…»

 

 

Naruto miró a Sasuke, parecía tan dolido al contar su historia, una historia que nunca había escuchado, ni los bardos más antiguos pudieron contar la historia tal como Sasuke lo hacía, el dolor que presenciaba le hacía saber que el Dios no mentía, y que ese, había sido el inicio de todo.

 

 

Su corazón latía rápidamente y no se dio cuenta del momento en que su mano tomó la de Sasuke, apretándola suavemente, sin embargo, este se desconcentró y su forma de semidiós salió a flote, por lo que trató de ocultarse, pero Naruto negó y besó sus mejillas con delicadeza, entonces, Sasuke lo contempló durante un largo momento, hasta que Naruto habló.

 

 

—Sigue, por favor… —el Dios asintió.

 

 

«Un día, Distira desapareció, y me tomó mucho tiempo poder encontrarlo. Cuando lo hice, lo encontré con un pequeño bebé en brazos, algo que nunca imaginé que pudiera pasar. Él había huido de mí porque no sabía qué le pasaba a su cuerpo, él había concebido a un Dios en su vientre, tuvo un hijo mío… Nuestro. Le pusimos Indarrean, fue un niño rudo y con demasiada fuerza, y, después de él llegaron muchos más…

 

 

Tuve demasiados hijos con Distira, fuimos una familia muy unida, así, mis hijos tuvieron hijos, de manera que nuestro plano nunca estuvo más vistoso y lleno, o por lo menos fue así hasta que toda esa paz acabó cuando Mafiaren quiso subir y destrozar toda nuestra felicidad.

 

 

Tuve que encerrarlo en un cuarto en el inframundo, tuve que retenerlo contra su voluntad para prevenir que hiciera un quiebre en el tiempo, pero fue inevitable, uno de mis hijos me traicionó y se postró a los pies de Mafiaren, dejándolo salir y después de eso, todo fue caos.

 

 

Mafiaren golpeó con furia y rencor este plano, matando a muchos de mis hijos, y como dice la leyenda, los cuerpos de esos dioses caídos formaron sus tierras.

 

 

La batalla duró muchos días, tal como ustedes los mortales dirían.

 

 

Distira esperaba a mi último hijo cuando todo eso pasó, y, aunque lo intenté, llegué demasiado tarde, Mafiaren se había ido en su contra, lanzándolo al vacío, y, cuando quise saltar hacia él para atraparlo, ya que Distira no había podido sacar su máximo aún y por ello no podía transformarse completamente, no pude hacer nada, Mafiaren se fue contra mí, y sus titanes malformados me impidieron el paso, así que, para cuando al fin pude deshacerme de ellos, supe que era tarde, bajé al otro plano encontrando las tierras ya formadas, y vi a mi pareja completamente desangrado por el golpe, sus manos estaban encima de su vientre y en su hermoso rostro sólo había un pequeña mueca.

 

 

Fue el dolor más grande en mi vida.

 

 

Había perdido a mis hijos y a mi pareja, sólo sobrevivieron los más fuertes, Indarrean, Lurra, Ederra, Egia y Gezur…

 

 

Sin embargo, después de eso me distancie de ellos, y volvió a pasar el tiempo, busqué consuelo en donde menos tuve que haberlo buscado, en los brazos de Mafiaren, al principio se sintieron bien contra mi cuerpo, recordé a Heriotza y supe que podía darle una oportunidad más.

 

 

Así, tuve hijos con el…»

 

 

Naruto arrugó las cejas y miró a Sasuke con cierto enfado mientras que él negó con una pequeña sonrisa.

 

 

—No sobrevivieron, no eran tan fuertes para vivir en este plano, al menos no como los hijos que había tenido con Distira. Así fue como decidimos mandar a nuestros hijos a esas tierras…

 

 

—¡Fueron los primeros hombres! —exclamó Naruto sorprendido.

 

 

—Así es —confirmó—, nos dimos cuenta de que lograron sobrevivir en ese ambiente, así que vimos por ellos hasta que crecieron y pudieron defenderse solos. Se reprodujeron entre ellos sin saber que un lazo de hermandad los unía, y así, poblaron la tierra de mortales…

 

 

«Las primeras generaciones fueron increíblemente fuertes, casi semidioses, pero según pasó el tiempo, esas características se fueron perdiendo, quedando simples mortales con castas diferentes, siendo solamente, aquellos que eran Alfas, sorprendentemente fuertes.

 

 

Juré proteger a aquellos que de verdad necesitaban de mi ayuda, mientras que Mafiaren prometió llevarse a aquellos que eran malos.

 

Nos distanciamos después de eso, yo entré en razón y entendí que Mafiaren no era Heriotza y que no volvería a serlo nunca, por el contrario, era el mismo Dios que me había quitado a mi alma gemela.

 

 

Espere por años ver renacer a Distira, pero eso nunca pasó, ni un retoño en este plano y ningún bebé en el de los mortales.

 

 

Perdí las esperanzas…

 

 

Hasta que nació un pequeño bebé en una familia de granjeros, con bellos ojos como joyas y un hermoso cabello rubio, teniendo la misma aura de aquel al cual yo había amado, pero siendo un simple mortal.

 

 

Creció para convertirse rey y realizó hazañas maravillosas, al verlo, recordé como había sido en vida Distira y no pude apartarme de ese joven Omega, ese Omega hermoso como ningún otro.

 

 

Fue por ello que tuve que cruzar para conocerlo y hacerlo nuevamente mío…»

 

 

—S-soy yo —dijo en un susurro casi sin voz y Sasuke lo miró fijamente.

 

 

—Te busqué por mucho tiempo, tenía que atarte a mí, así que busqué darte aquel último hijo que no pudiste darme. Argia es el último de mis hijos…

 

 

Notas finales:

Espero les gustara tanto como a mí... con esto cierro varias cosas que yo quería cerrar, si tienen dudas por favor hacerlas.

dar clik para ver -imagenes del capitulo-.

venado

figura de la mujer

cascada.

 

Nos vemos, si salgo, el domingo con el último cap...

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).