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El Suspiro de un Rey por yue-sama

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Notas del capitulo:

 

Me llena decir que con este cap, llegamos al final...

 

Muchas gracias por el apoyo y lindas palabras, los he leído todo y casi lloro al saber que les gusta mucho mi trabajo, con ellos me baso en saber cómo seguir.

 

Muchas gracias por todo, y espero que en el futuro -con mis nuevas historias-me sigan apoyando y dándoles una oportunidad.

 

Sin más aquí el cap.

 

Fue difícil… Todo lo que Sasuke le decía era difícil de asimilar.

 

 

Lo miró sin saber qué decir o hacer, mientras tanto, Sasuke estaba fijo en él, mirando sus ojos, y dioses, se sentía congelado.

 

 

—Por supuesto que Mafiaren no estuvo contento, y por eso casi hace que pierdas a mi hijo nuevamente. Sé que él me ama en secreto, o por lo menos, un deseo malsano crece sin fin en él, pero nunca pensé que seguiría mis pasos hasta la tierra de los mortales. Discúlpame por eso.

 

 

—Mhmm... —susurró.

 

 

—Sabes que no te miento, ¿verdad? —sin embargo, Naruto guardó silencio, por lo que el dios suspiró y se levantó, levantando a su vez, y sin mucho esfuerzo, al Omega, para luego comenzar a jalarlo hacia alguna parte mientras el rubio se dejaba guiar.

 

 

Finalmente, llegaron a un acantilado y a lo lejos pudieron ver a un esqueleto gigante con una espada atravesándolo, Naruto se guardó un fuerte jadeo, y sin poder evitarlo, la opresión en su pecho nuevamente creció, así que contuvo las lágrimas.

 

 

—¿Te duele el ver eso? —dijo suave.

 

 

—Sí… —sollozó.

 

 

—Es porque ellos fueron tuyos. Tus hijos… Por ello lloras sin consuelo al verlos.

 

 

El rubio apartó la mirada completamente triste, ahora todo tenía sentido, la fuerte conexión que sentía por Sasuke, el dolor de ver esos dioses fallecidos, todo…

 

 

—Comprendo —dijo menos seguro de lo que siempre estuvo.

 

 

—Cuando caíste de este plano hice una barrera, asegurándome de que ningún dios pasara al plano mortal fácilmente, porque a pesar de todo, siempre fueron parte de mí y no buscaba ningún mal para ellos, así que la única manera de pasar a la tierra de los mortales fue por esa puerta que viste. Se crearon dos, una custodiada por mí y la otra por Mafiaren, quien prometió no abrirla descuidadamente.

 

 

—Es la puerta infernua… —Sasuke asintió—. Siempre nos contaron, equivocadamente, su función. Crecimos sabiendo que detrás de ella se guardaban las almas.

 

 

—Mafiaren no necesita unas puertas para retener nada… —dijo burlón—. Él es sumamente cruel, tanto, que darles esperanzas a las pobres almas es su disfrute.

 

 

Naruto se sintió mal por aquellos desdichados, pero de pronto, como si su cabeza dejara de tener un bloqueo, boqueó consternado, Sasuke había tenido algo con ese Dios, al ser consciente de ello, el enojo comenzó a crecer potente y sus puños se cerraron fuertemente. No sabía nada de Distira o como había sido antes, pero Naruto era Naruto, y, la soberbia de un rey no se iba a quitar sólo por estar muerto, después de todo, las almas de las personas siempre dibujarán los mismos colores de cuando estuvieron vivos.

 

 

Se apartó un poco, queriendo que su enojo bajara, no podía enojarse por algo tan ridículo, eso había sucedido hace siglos. Miró a su alrededor querido recordar algo, de su vida pasada… ¿Un dios? Nunca lo hubiera pensado.

 

 

Sasuke jaló su mano y se sobresaltó, dándole una dura mirada, que hizo retroceder al azabache un par de pasos.

 

 

—¿Algo que te moleste? —rápidamente suavizó sus facciones.

 

 

—Nada —murmuró.

 

 

Sasuke lo jaló contra sí y estampó sus labios bruscamente con los de Naruto causando que la piel del Omega ardiera y que su cuerpo se amoldara al del dios sin poder evitarlo, entonces, las manos ásperas y fuertes recorrieron su cintura y sus caderas, agarrándolo un poco más fuerte de lo necesario, sin embargo, el rubio sintió un estremecimiento y alejó a Sasuke de golpe, luego miró rápidamente al bosque tras él y su corazón se aceleró al ver a una gran criatura con cara de ciervo, en ese instante, supo que estaba frente al dios Lurra, que asomaba la cabeza con curiosidad tras los grandes árboles, buscando, quizás, camuflarse.

 

 

El rubio se llenó de ternura, importándole poco que estaba frente a un dios, luego su mente se aclaró rápidamente, dándose cuenta de que el que estaba frente a él, era uno de sus hijos. Miró a Sasuke encontrándolo sonriendo orgulloso, tal como si estuviera a punto de enseñarle uno de los mejores tesoros del universo.

 

 

—Acércate —la voz fue fuerte y Naruto miró a aquel dios acercándose a ellos.

 

 

Los árboles se movían por la fuerza ejercida mientras la criatura se hacía más y más grande a cada paso que daba, permitiéndole comprender porque todo era tan grande, pues Lurra era gigantesco a pesar de que no tocaba el suelo, Naruto alzó la cabeza para mirarlo, era hermoso, entonces, no pasó mucho tiempo para que los demás dioses se reunieran a su alrededor, haciendo un semicírculo con sus cuerpos, y entre ellos el rubio pudo reconocer a Ederra y Egia.

 

 

De pronto, un fuerte movimiento sacudió su débil cuerpo por lo que Sasuke tuvo que sostenerlo contra él, luego miró como por la puerta del acantilado aparecía un dios que era más grande que todos los presentes, así que supo de inmediato que se trataba de Indarrean.

 

 

Miró maravillado a aquellos que eran sus hijos de otra vida y no supo qué decir, segundos después sus ojos presenciaron el momento en que todos ellos comenzaron a transformarse a su forma humana para finalmente tocar el mismo piso que él estaba tocando.

 

 

El silencio fue cómodo, todos ellos lo miraban con amor, logrando que su corazón se derritiera. Nunca había visto tal devoción hacia él.

 

 

—Bienvenido —susurró la chica, una bella mujer de facciones delicadas, ojos blancos y larga cabellera negra.

 

 

—Madre—finalizó Lurra, con sus bonitos ojos, iguales a los de la diosa, brillando.

 

 

—Es un honor poder verte de nuevo —dijo el chico alto cuyos cabellos estaban atados en una cola. Su aspecto era fuerte y decidido, recordándole que él había sido el primero de sus hijos.

 

 

Luego, Naruto desvió su mirada hacia el joven de cabellos de plata que estaba un poco alejado y se acercó para sostener su mano, recordando el suave tacto que lo hizo sonreír.

 

 

—Tú me trajiste aquí, ¿no es así, Hidan? —murmuró y el dios asintió suavemente, dejándole ver tanta melancolía en él que no pudo evitar abrazarlo, al diablo si eran dioses, el lazo que sentía era sumamente fuerte como para ser ignorado, de inmediato fue correspondido con un débil abrazo.

 

 

En ese momento, Naruto sólo quiso cuidar las penas de aquel dios que era tan bueno.

 

 

—¿Qué es lo que pasa? —pregunto suave, como sólo una madre podría hacerlo.

 

 

—F-fue culpa de Kakuzu que tú murieras, que no estuvieras aquí con nuestro padre… Nos privó de tu amor y sabiduría...

 

 

Naruto sintió una punzada de dolor en su cuerpo, claro que sabía que uno de sus hijos lo había traicionado, pero su corazón ya no guardaba rencores, mucho menos tratándose de un hijo suyo, muy por el contrario, su viejo corazón latía desesperado por abrazar a cada uno de ellos, aun cuando uno podría quitarle la cabeza.

 

 

—Has llevado esta pena durante mucho tiempo, ¿no es así? —el dios asintió levemente—. Deja tus ataduras atrás, porque ahora puedes verme y eso es todo lo que importa.

 

 

Miró de reojo a Sasuke, quien parecía complacido, de hecho, parecía estar bien… todo parecía encajar.

 

 

—Ellos estaban ansiosos por verte —dijo Sasuke, y Shikamaru fue el primero en reaccionar bufando y apartando la mirada.

 

 

Por su parte, Naruto sonrió, iba a tener tanto tiempo para saber todo lo que se había perdido y comprender más a esa parte de su alma que se perdió con el tiempo.

 

 

*

*

*

 

 

—Dime porque estoy haciendo esto, Omega —dijo Sasuke de mal humor.

 

 

—Porque es necesario —dijo firme sin ceder y Sasuke bufó, exactamente como Shikamaru lo hacía, Naruto rió feliz, pues ahora sabía que padre e hijo se parecían más de lo que pensaban.

 

 

Caminó rápidamente por los pasillos que le llevarían hacia aquel gran castillo que estaba en la montaña, tan grande que podría acunar a un dios con facilidad. Un momento después la emoción lo embargó, y fue difícil no correr, las puertas frente a él eran enormes, pero sólo bastó un suave empujón para abrirlas, siendo recibido por un gran salón.

 

 

La música y gritos de júbilo se escuchaban por todo el recinto, logrando que Naruto se sintiera en casa. No fue necesario hacer mucho para hacerse notar, ya que, poco después de abrirse las puertas, los presentes comenzaron a voltear y el revuelo creció. Vio a muchos de sus gerlaris ahí —las almas jóvenes que se habían perdido—, todos gritaron al verlo y Naruto casi llora al saberse querido aun cuando la muerte se los había llevado.

 

 

Lo recibieron entre tragos y joyas, y Naruto sacudió su cuerpo aplaudiendo al ritmo de la música, bebiendo y recordando su juventud, pero a lo lejos, en lo profundo del gran salón, vio una cabellera singular y su corazón se aceleró mientras corría entre la multitud en esa dirección.

 

 

Sus ojos se cruzaron con el verde de la mirada contraria y no pudo evitar irse contra ella, besando sin remordimientos los labios ajenos mientras que las manos de la Alfa se posaban sobre su trasero reteniéndolo para no caer.

 

 

El jadeo que ella dio murió entre sus bocas, y, cuando Naruto se alejó tan sólo un poco, la Alfa lo miró incrédula y un poco alterada.

 

 

—Naruto —susurró.

 

 

—Sakura…

 

 

Aquella que había sido su Alfa destinada lo abrazó fuerte y lloró como una niña contra su hombro, por su parte, Naruto sólo acarició sus cabellos, consolándola.

 

 

—Lo siento. ¡Lo siento tanto!

 

 

—Basta… Fuiste fiel hasta el final.

 

 

—Yo te amaba tanto… No me arrepiento de haber muerto así.

 

 

—Ni yo de haberte amado como lo hice.

 

 

Y así, con un pequeño roce de labios, se reconocieron y se lamentaron.

 

 

*

*

*

 

 

Sasuke miró a su pareja y suspiró un poco, luego se acercó y besó suavemente los hombros descubiertos mientras sus manos paseaban delicadamente por la piel desnuda, disfrutando de los pequeños ronroneos de su pareja.

 

 

Naruto estaba arreglándose el cabello en una trenza mientras apreciaba el lugar donde habían decidió descansar.

 

 

—Si tú eras mío y yo tuyo, ¿por qué Sakura fue mi destinada? —preguntó el rubio.

 

 

—Porque no quería que estuvieras solo durante toda tu vida de mortal. Quería que estuvieras con alguien y que se amaran, pero a veces ni siquiera la voluntad de los dioses gana… Conseguiste a otro hombre y tuve que ceder para no matarlo.

 

 

—Gracias…

 

 

Naruto volteó el rostro y acarició la cara de Sasuke, volviendo a juntar sus labios para luego separarse y verse directo a los ojos. Amaba todas las formas de Sasuke, amaba su cara, la forma de sus pómulos, sus ojos y sus cabellos.

 

 

Sus manos tocaron gentilmente su piel y no se retuvieron de besarse, sus labios jugaron y se derritieron mientras sus lenguas se enredaban con pasión y los gemidos morían ahogados.

 

 

Las manos de Sasuke bajaron hasta sus pantalones deslizándolos lentamente por sus piernas, entonces, Naruto jaló la cabellera azabache sin pena, sintiendo la brisa rozar su piel. Su corazón estaba desbocado mientras Sasuke acariciaba sus nalgas, dioses… se sentía flotar y su sangre se calentaba poco a poco.

 

 

Sasuke lo alzó y Naruto enredó sus piernas en las caderas del dios. Pronto fue puesto contra el suelo —parecía que no pesaba nada ya que Sasuke lo había colocado tan fácilmente—, y ambas pelvis se rozaron, entonces, el rubio no dudó en acunar al contrario entre sus piernas, jadeando cuando la presión fue más fuerte.

 

 

Sasuke comenzó a besar lentamente su mejilla para descender por su cuello, estremeciéndolo por completo al sentir sus labios quemando sobre él.

 

 

—¡Ah! —gimió dulcemente cuando Sasuke tocó entre sus piernas, yendo directamente a su entrada que ya lubricaba —aunque un poco menos que cuando estaba vivo—, por lo que abrió un poco más las piernas, levantando su cadera, deseoso de más.

 

 

—Sabes que no hay vuelta atrás —dijo ronco contra su cuello.

 

 

—L-lo sé, mhm….

 

 

El rubio llevó sus manos a la extraña prenda de vestir del dios y la bajó sin vergüenza, después de todo, él nunca había sido tímido a la hora de la intimidad, por el contrario, siempre estuvo seguro de lo que deseaba y de lo que buscaba, así que no se avergonzó al mostrarse sensual y listo para Sasuke.

 

 

—¿Comprendes lo que te he dicho?…

 

 

—Lo hago —dijo mirándolo directo a los ojos.

 

 

Naruto rodó poniéndose encima del dios y estiró su postura, descansando su trasero contra la pelvis de Sasuke y comenzando a rozarse mientras gemía sin quitar sus ojos de los contrarios. Se mordió el labio y se permitió disfrutar del momento, sin pensamientos malos o sentimientos confusos. Por lo que recordaba, la primera vez que habían estado juntos —como mortal—, había sido ruda y confusa, pero ahora… sus pieles se acariciaban sin prisa y los susurros y respiraciones eran maravillosos y acompasados.

 

 

El rubio hizo más presión y Sasuke lo tomó de las caderas, entonces Naruto apartó su cabello poniéndolo a un lado de su hombro y siguió con su trabajo, tocándose para los ojos que lo comían con deseo, luego bajó sus labios para besar el pecho de Sasuke mientras sus manos acariciaban el pene suavemente, tentándolo, y, cuando se sintió ansioso y vacío no pudo aguantar más, así que se alineó contra el miembro duro y bajó sus caderas jadeando, sus ojos se cerraron y arqueó la espalda cuando entró completamente, enseguida comenzó a rodar sus caderas con ritmo apoyándose en el pecho de Sasuke y moviéndose sin descanso con los gemidos saliendo sin vergüenza de su boca.

 

 

Cuando abrió sus ojos y miró a Sasuke, este no podía dejar de verlo, entonces sus manos se apretaron contra sus caderas casi dolorosamente, y luego fue volteado, ahora quedando él abajo y pegando un gritillo cuando Sasuke arremetió con fuerza.

 

 

Después de eso, todo fue una maraña de placer.

 

 

Las estocadas tomaron velocidad y profundidad, de tal manera que Naruto apenas podía enfocar a Sasuke por las lagrimillas de placer, por su parte, el azabache había cambiado a su forma de semidiós demostrándole a Naruto que lo estaba disfrutando tanto como él, ya que no podía controlarse.

 

 

Sus labios eran abusados al igual que su entrada mientras sus uñas arañaban la piel contraría al mismo tiempo que Sasuke dejaba chupetones y mordidas en la suya.

 

 

Sin poder contenerse, abrió más las piernas y gimió dulcemente contra el cuello de Sasuke, logrando que este gruñera y que las arremetidas comenzaran a ser bruscas.

 

 

El rubio no pudo evitar venirse fuertemente cuando Sasuke tocó su miembro, gimiendo sin aire el nombre del azabache, para que, segundos después, el dios mordiera su hombro al correrse en su interior y Naruto se sintiera morir, porque, a pesar de que no había sido una mordía como cuando estaba vivo, la intensidad se sintió igual, dejándolo casi sumiso contra el suelo y dispuesto a todo.

 

 

Ahora estaba sensible y sofocado, sus ojos se cerraron y Sasuke lo abrazó contra sí fuertemente, consolándolo.

 

 

—Te amo —murmuró.

 

 

—Yo también te amo —respondió suavemente.

 

 

*

*

*

 

 

—Estarán jodiendo como lo hacían antes —dijo con rencor.

 

 

—No traicioné a mis padres sólo para escucharte quejarte de todo.

 

 

—Tú no sabes nada, Kakuzu —dijo el pequeño dios—. Te tengo aquí, en mi palma.

 

 

—No estaría aquí de haber sabido sobre el placer oscuro que guardas por mi padre.

 

 

El dios secuaz de Mafiaren se alejó de ahí, entonces, el otro agarró su brazo y lo miró directamente, para luego empujarlo con furia, logrando que se lastimara.

 

 

—¿Acaso estás insinuando que te irás? ¿Quieres correr a los brazos de tu madre?

 

 

—Supongo que no nací para ser malo.

 

 

—Lo eres —dijo Mafiaren—. Nunca serás perdonado. Mataste a tu propia sangre hace mucho tiempo atrás y no habrá manera de que te perdonen.

 

 

Kakuzu agachó la mirada empujando al dios Mafiaren lejos de él.

—No debí…

 

 

—No mientas —gritó—. Quieres regresara los brazos de tu hermano, pero… tú, eres mi títere.

 

 

Luego, con un movimiento de mano lo doblegó. Kakuzu gruñó, enojado al no darse cuenta de que se había rebajado a tanto, él también era un dios, pero siempre sería reconocido por sus malas acciones. Un destino fatal

.

 

Se levantó y comenzó a alejarse de ahí mientras Mafiaren lo miraba marchar.

 

 

—Volveré…

 

 

—Claro, ya que tus cadenas están atadas a mí.

 

 

Y una fuerte carcajada se escuchó.

 

 

*

*

*

 

 

Naruto abrió los ojos sintiendo su cuerpo flojo, a su lado descansaba Sasuke, la yerba se pegaba al cuerpo del azabache alimentándose de él.

 

 

Naruto sonrió, luego escuchó un sonido agudo y un gran eco, pensó que Sasuke se levantaría, pero no fue así, el sonido volvió a aparecer y Naruto miró a todos lados sin encontrar algo que causara ese sonido, entonces, su piel cosquilleó y pronto miró como su cuerpo comenzó a brillar y las memorias empezaron a llegar. No había palabras ni sentimientos, recordó todo, y supo que ahora, todo estaba bien.

 

 

Se levantó contemplándose, recordándose en ese lugar, jugando y amando a Sasuke, sus poderes, su vida… su muerte.

 

 

Caminó hacia el acantilado y miró al vacío, un lugar tan etéreo… se dejó caer en él.

 

 

En ese instante, todo se detuvo, la tierra tembló y se quebró un poco, una gran bola de fuego surgió iluminando la escena y de entre las llamaradas un ser resurgió.

 

 

Pronto todo se volvió oscuridad y claridad.

 

 

El sonido quebró el espacio y tiempo, fue tan fuerte como el llanto de un niño al nacer, tan silencioso como el silbido del viento, y entonces, el dios despertó, levantándose de su sitio de descanso para ver lo que pasaba.

 

 

 Sasuke miró desde el acantilado como sucedía todo, con su pecho llenándose de orgullo, lo que había soñado muchos siglos atrás al fin estaba pasando, Distira estaba surgiendo completamente como un dios, algo que nunca se llegó a completar antes.

 

 

Las llamas se consumieron y dejaron a la vista a una figura completamente blanca, era majestuosa, luz y fuerza conviviendo con armonía y perfección, pero todo acabó cuando vio a su hijo aparecer, Kakuzu corría a toda prisa dejando sus huellas en el suelo.

 

 

Sasuke estuvo a punto de transformarse y defender lo que una vez no pudo, pero bastó tan sólo que Naruto alzara uno de sus brazos y emitiera una onda para que Kakuzu se golpeara contra el suelo y ya no pudiera levantarse, entonces, Naruto se acercó lentamente hacia él, y sus rodillas tocaron la tierra, alzando a su hijo caído entre sus brazos, dándole un suave confort y susurrando palabras que se quedarían sólo entre ellos.

 

 

Sin saber que un “Lo siento” y un “Te perdono” habían sido pronunciados.

 

 

Naruto se separó de su hijo y se levantó, alzándose en el aire y brillando como nunca lo había hecho, sintiéndose vivo y con fuerza.

 

 

Miró a todos sus hijos reunirse lentamente, curiosos por el llamado de un dios, sabiendo que todo iba a estar en balance nuevamente.

 

 

Kakuzu se levantó del suelo y se permitió mostrar un poco de debilidad solo por una vez, la única vez en la que Hidan podría volver a tocarlo y besarlo.

 

 

Naruto sintió su mano ser agarrada mientras su poder era liberado y su vida era entrelazada con la de su alma gemela.

 

 

Eran dioses, eran todo, perdurarían en el tiempo y verían caer el mundo a pedazos cuando todo se detuviera. Serían amados y alabados, odiados y olvidados. Cantarían y gritarían sus historias a los cuatro vientos.

 

 

Perdurarían hasta que sus corazones se hicieran piedra y se quebraran.

 

 

Ambos dioses se miraron y juntaron sus frentes, estando seguros de que enfrentarían todo lo que viniera y cuidarían fieramente lo que les tomó tanto tiempo recuperar.

 

 

Hasta que el apocalipsis llegara y todo acabara.

 

 

Ellos serían felices hasta el fin.

 

 

Serían leyendas contadas y secretos susurrados…

Notas finales:

Les quiero mucho y espero que lo sepan.

dar clik para ver.

esquleto

 Si hay alguna duda por última vez por favor hacerla, con gusto contestare.

 Acuérdense hay un pequeño extra que subiré pronto, muchas gracias por todo

 Nos vemos

 PD: espero le den oportunidad a mis nuevas historias, que seguiré subiendo pronto.

 


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