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El Suspiro de un Rey por yue-sama

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Notas del capitulo:

Hola!!!

 

Dios cuanto tiempo no? les quiero agradecer por todo, por esperar y por seguir presente

 

Quiero decir que este cap seria publicado hasta la otra semana, pero ya que es navidad quise subirlo como regalo hacia ustedes.

 

Espero les guste tanto como a mí. Aquí el cap.

—¿Por qué estás tan pegado a mí? ¿Acaso quieres dejar otro hijo en mi vientre?

 

 

—Lo que todo Alfa quiere —paseó sus manos sin descaro por la esbelta figura de su Omega.

 

 

—Pero sólo tú lo lograste.

 

 

Naruto se restregó un poco más en su marido para luego alejarse y agarrar sus armas, listo para irse de ahí, sin embargo, Kakashi lo jaló de nuevo de la mano consiguiendo que se miraran seriamente a los ojos.

 

 

—¿Por qué no voy yo, en vez de ti?

 

 

—Porque yo también quiero acción, así que, si me permites esposo mío, partiré de inmediato.

 

 

—¿Me abandonarás?

 

 

—Así como tú lo haces —sonrió disimuladamente y Kakashi bufó.

 

 

—No te acuestes con ningún Alfa —bramó.

 

 

—Umm eso lo he escuchado antes, pero… parece que las palabras son sordas para oídos que no quieren escuchar.

 

 

Naruto se soltó sin ser brusco y miró a Kakashi largamente hasta que decidió caminar e ir por su caballo, finalmente, él se había despedido de sus hijos en la mañana y ahora simplemente le tocaba partir de la capital de Ilargia, dejando a Kakashi encargado de todo. No era como si se fuera a irse por meses —tal como lo hacía Kakashi—, él no iba a reclamar tierras como suyas ni descubrir nada, tan solo iría a poner en orden las ciudadelas a las afueras de Ilargia que eran suyas y que por algún motivo estaban poniéndose turbias desde hace varias lunas.

 

 

Sabía que quienes vivían en ellas eran bárbaros y paganos en su mayoría, y Kakashi no había tenido problema con ello, pero el Omega era diferente, a él no le gustaba escuchar que maltratos y violaciones estaban siendo otorgados ahí, a mujeres y hombres libres… a niños…

 

 

Por ese motivo, había tomado el asunto en sus propias manos, y lo haría antes de que Kakashi se fuera de nueva cuenta para atacar aquella tierra que soportó el golpe fuerte de su Alfa.

 

 

Así, salió del castillo escoltado por Sasori, ¿acaso no lo había dicho antes? Sasori era un fiel gerlari y un buen arquero, la ballesta que llevaba en la mano lista para ser ocupada hacía que todos retrocedieran, era preferible que nadie se metiera con el ojo de águila. Así mismo, llevaba a sus espaldas un bello arco de roble tallado finamente completado por unas poderosas flechas con puntas de hueso.

 

 

Naruto, por su parte, portaba dos pesadas espadas, sedientas de sangre, su caballo macho lo esperaba altivo y salvaje, una montura que solo él podía dominar, ya que si algo tenia Naruto es que le eran fiel hasta el fin.

 

 

Se subió en él y estuvo listo para viajar a toda prisa, esperando por lo menos estar ahí a los dos días desde su partida de Ilargia. Comenzó a trotar y tras él escuchó el fuerte relinchar del caballo de Sasori, y, aunque no sabía con exactitud cómo había logrado que Deidara lo dejara venir, aun cuando tenían a un cachorro joven que necesitaba de su madre, se alegraba de tener a alguien que siempre le cuidaba las espaldas.

 

 

A las puertas de su vasta ciudad miró a sus demás guerreros, aunque no llevaba demasiados, ya que unos pocos bastaban para ir a hacer lo que harían, poner orden.

 

 

En su campo de visión aparecieron Kiba y Sakura saludándolo y él devolvió el saludo, y así, cuando todo se vio listo, emprendieron su viaje. Ciertamente se retrasaron un poco más de lo previsto, las noches fueron largas para aquellos que no podían dormir y solitarias para los que no tenían compañía.

 

 

Naruto miraba las estrellas tirado en el pasto alto mientras escuchaba a lo lejos las risas de sus guerreros comiendo en la fogata de su campamento, no es como si no compartiera con ellos, pero ese día no estaba de humor para ello, no supo la razón, por lo que prefirió concentrarse en unir las estrellas con sus delicadas manos.

 

 

Las estrellas… aquellas que no podían ser reflejadas en unos ojos tan oscuros como el ónix… ¿Por qué no podía dejarlo ir fácilmente? Habían pasado casi dos meses de la última vez que lo había visto. Dos meses desde que huyera de su lado y no le dejara más que un frío recuerdo de labios rozándose por un efímero momento de pasión.

 

 

Estaba enojado consigo mismo por no soltar aquel fantasma de recuerdos, un esqueleto que tuvo que haber sido enterrado hace mucho.

 

 

Se preguntó si los dioses miraban su infortunio y se sintió apenado por ello, pero ahí quedaron todos sus pensamientos al sentir como era retenido contra el suelo, ejerció fuerza para soltarse, pero a su vez miró a su atacante, la Alfa pelirrosa lo miraba intensamente con sus ojos verde.

 

 

Se quedó quieto por un momento y el aliento de ella cayó sobre su cara, permitiéndole notar lo ebria que estaba.

 

 

—¿Por qué me acosas cuando estás tomada?

 

 

—No lo sé —dijo mirándolo.

 

 

—Es que sólo agarras valor de esa manera… Quítate —dijo incómodo.

 

 

—No —fue firme.

 

 

—¿No? No me hagas reír, te daré una patada y…

 

 

Sin embargo, sus labios fueron tomados con una fuerza que lo dejó quieto y sorprendido, ¿qué demonios estaba pasando? Sakura lo besaba fuertemente, no teniendo cuidado con sus colmillos de Alfa y lastimando sus labios.

 

 

Por años deseo fielmente eso, pero el pasado con Sakura era un chiste de mal gusto nada digno de recordar.

 

 

Naruto gimió cuando la Alfa lo tocó entre sus piernas, apretando su pene y no pudo retener la lengua que aprovechó el momento para meterse en su boca acariciando todo a su paso. Simplemente se quedó helado y no supo qué hacer, después de todo, estaban lo suficientemente lejos para no ser vistos, aunando la oscuridad y el pasto alto que escondían sus cuerpos fácilmente.

 

 

Naruto cerró los ojos y respiró mejor cuando Sakura dejó de besarlo, llevando sus labios groseros a bajar por su cuello. El rubio gimió quedito y trató de hacer fuerzas para quitársela de encima —ya que era más pesada que él—, pero por más que lo intentó no pudo hacerlo.

 

 

El gruñido y los dientes que rozaron su cuello lo dejaron quieto y la sumisión vino a él de manera casi automática, después de todo Sakura era más que una simple Alfa… era su Alfa destinada, y con ello, venían las ganas de entregarse a ella. Su toque no le era para nada repulsivo y su cuello ardía con deseo de ser mordido por ella… ¡Maldición!

Se removió inquieto, pero lo único que logró fue que Sakura comenzara a bajar con brusquedad sus pantalones, abriéndose paso entre sus piernas.

 

 

Dioses, se erizó por completo cuando la Alfa comenzó a masturbarlo y él gimió contra su boca con sus ojos conectados, luego la pelirrosa agarró sus manos para inmovilizarlo y cuando estuvo húmedo Sakura sonrió con malicia.

 

 

—Estás húmedo y hueles bien.

 

 

—B-basta —soltó entrecortado—. Déjame…

 

 

—No.

 

 

Sus dedos tantearon la entrada húmeda y ansiosa y Naruto jadeó listo para ser jodido mientras echaba la cabeza para atrás. Cuando sus manos fueron liberadas y sintió la desesperación de Sakura por bajarse los pantalones, supo que era definitivo, luego sintió la punta de su pene tocar su humedad y contuvo la respiración, pero cuando ella al fin iba a dar el empuje una voz los interrumpió.

 

 

—Creo que interrumpo algo.

 

 

—Vete —gruñó la Alfa y Naruto se hizo pequeño, no estaba en su mejor momento, se sentía débil en voluntad y expuesto, las feromonas de excitación de la Alfa lo habían mantenido sumido en un dulce veneno, y ahora, el fuerte olor a posesión y enojo lo tenían nervioso.

 

 

—No creo que esté correcto…

 

 

Y fue ahí cuando Naruto se dio cuenta de quién estaba parado viendo la terrible escena… Kiba, su fiel Kiba estaba ahí.

 

 

—Quítamela —dijo rápido y Kiba forzó a Sakura a soltarlo. La Alfa gruñó fuerte y Naruto se resistió valientemente a caer nuevamente.

 

 

Por su parte, Kiba tuvo que noquearla para que dejara de pelear y quitársela de encima, luego respiró agitadamente y antes de ver su desnudez, le puso su capa encima del cuerpo para cubrirlo e hizo una reverencia para irse de ahí, llevándose el cuerpo inerte de Sakura,

 

 

Al finalizar todo, Naruto sólo dejó caer su cabeza contra la tierra y suspiró pesadamente, para después, con el orgullo mancillado comenzar a subirse de nuevo su pantalón y mirar al cielo de nueva cuenta.

 

 

Quizá Gezur estuviera riéndose de sus malas pasadas.

 

 

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Cuando llegaron a la ciudadela notó a dos guardias no oficiales protegiendo la puerta de entrada, ambos eran altos Alfas que inspiraban miedo.

 

 

Naruto ocultó mejor su cabellera para que no notaran que era él, ya que no estaba muy seguro de lo que pasaría si se sabía que el rey había llegado ahí, simplemente no quería hacer ningún gran embrollo.

 

 

Al verlos, los dos Alfas que cuidaban la entrada sonrieron.

 

 

—¿Qué dirían sus majestades al saber que sus hombres vienen aquí?

 

 

—Al infierno —dijo el otro—. No sabía que les gustaba cazar a lindas conejitas forzarlas en el suelo y dejarlas preñadas.

 

 

Naruto gruñó molesto, y bajó la mirada apretando sus puños.

 

 

—Cada quién con sus gustos, amigo mío —dijo Kiba—. ¿Nos dejarán pasar O tendremos que aguantar la fría noche aquí?

 

 

—Oh no, claro que no. Pasen —dijo uno—, y disfruten de la perversión.

 

 

A Naruto se le revolvió el estómago cuando ambos Alfas olfatearon el aire, notando que entre ellos había Omegas y que él era uno, estuvieron a punto de protestar, pero todo se fue a la mierda cuando le jalaron la capucha dejando ver su hermoso rostro, causando alarma en ambos Alfas que gruñeron enojados y listos para atacar. Sin embargo, la flecha que Sasori lanzó fue a dar de lleno a la mano de uno de los Alfas quién sostenía una espada, listo para hacerle daño a Naruto. El Alfa gritó adolorido dejando caer la espada mientras el otro era retenido por el resto de sus hombres.

 

 

Él no se inmutó, y en su lugar, lo miró de reojo dándole la mirada más helada que podía, viéndose altivo y nunca bajando la cabeza, para finalmente hablar con voz imponente.

 

 

—Escucha bien, soy Naruto, un Omega que es rey, y de mí depende si quiebro tu cuello o te utilizó como alimento para los perros…

 

 

Sin más, comenzó a trotar hacia el interior de la ciudadela notándola en muy mal estado, era un pequeño rincón de Ilargia que había sido olvidada por los dioses. Tonu, sería su nombre después de esto, una ciudad completamente sumida en sombras.

 

 

Varios ancianos estaban tirados en la calle aguantando el frío de la noche mientras que muchos Omegas estaban prostituyéndose, y los que no, tenían sus miradas llenas de terror y soledad. Se miraban enfermos y sucios.

 

 

Naruto quiso hacer mucho en tan poco tiempo, si hubiera sabido que tan malas eran las condiciones, hace tiempo que habría buscado hacer algo. Ellos, los reyes que nunca fallaban, ahora lo habían hecho con la gente de Tonu.

 

 

Miraba a las madres acogiendo a sus bebés tiernos y tratando de darles calor, algunos otros lloraban la pérdida de sus hijos, ya helados y azules.

 

 

Se le cayó la cara de vergüenza, en ese lugar nadie regía, por eso se había salido de control. Se bajó de su caballo y caminó viendo todo a su alrededor, luego llamó la atención de los Alfas que estaban con las prostitutas, causando una mueca en su bello rostro.

 

 

—¡No! ¡¡Basta!!

 

 

Los lamentos llegaron a sus oídos y Naruto frunció el ceño, comenzó a caminar rápido hacia los quejidos, entrando a la zona comercial en la gran plaza del lugar, y se llenó de cólera y enojo al mirar cómo, ese Alfa fuerte y grande, tenía acorralado contra una vieja mesa de madera a ese pobre y joven Omega mientras le arrebataba con brusquedad toda la ropa, teniendo como público a varios Alfas y Betas quienes miraban el espectáculo.

 

 

¿Qué les pasaba? ¿Cómo podían ver eso y disfrutarlo?

 

 

Se acercó con firmeza y empujó con rabia al Alfa, botándolo al suelo, éste rápidamente gruñó viéndolo mientras él se dedicaba a ayudar al Omega a pararse y tratar de cubrirlo con su capucha. Hasta que, cuando el Alfa se levantó del suelo, Naruto empujó al bello y mancillado Omega hacia sus hombres, y estos, rápidamente lo agarraron.

 

 

—¿Quién te crees, estúpido Alfa? —pregunto Naruto.

 

 

—Alguien que te va a joder.

 

 

—Algo que sólo mi esposo puede hacer. Nunca me rebajaría a que un bruto como tú tocara mi suave piel.

 

 

—No eres más que un insignificante Omega. Usando mi voz te dejaré comiendo mi pene.

 

 

Naruto apretó sus armas con sus manos listo para rebanarle la lengua y vio a su alrededor, notando que la mayoría de los presentes estaban interesados en lo que pasaba ahí, así que dejaría bien claras sus intenciones.

 

 

—Tan insignificante Omega —alzó la voz—, que es el rey de todo.

 

 

Todos ahí se quedaron callados, algunos lo habían reconocido de inmediato mientras que otros no, por su parte, el Alfa se acercó demasiado a su cuerpo y Naruto empuñó sus espadas en respuesta, pero algo más captó su atención, a lo lejos vio una cara peculiarmente conocida, Sasuke estaba ahí, comiéndole la boca a un inocente Omega quién sonrojado le pedía más.

 

 

Su rabia creció, así que, cuando el hombre estuvo lo suficientemente cerca, dejó ir una fuerte patada en su pecho haciéndolo retroceder y luego levantó sus espadas cortando rápidamente sus brazos. El Alfa gritó desangrándose rápidamente, y Naruto levantó la mirada mostrando su rostro lleno de salpicaduras de sangre.

 

 

—Soy Naruto, el asesino de Denbora. Hijo del terrible Minato y nieto de la mata dragones, esposo de Kakashi, el Aseezina. Sólo, un insignificante Omega… —dijo con cruel burla y con ello, cortó la cabeza del Alfa que había caído arrodillado frente a él, provocando una exclamación asustada de todos los presentes.

 

 

Cuando levantó la mirada nuevamente, sus ojos se endurecieron al conectar con los de Sasuke —quien había visto todo—, y sacudió su espada para quitarle el exceso de sangre que corría por su hoja, luego se dio la media vuelta sabiendo que tras él dejaba la mirada oscura que tanto había anhelado.

 

 

Notas finales:

Espero saber que les pareció, muchas gracias por todo de verdad.

 

Feliz navidad espero estén pasándolo de lo mejor con sus familias, les quiero mucho.

 sakura -dar clik para ver.

Nos vemos pronto


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