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BONJOUR. por LILITH_HIWATARI

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Despertó al escuchar como algo golpeaba su ventana, molesta por que fueran los pájaros que cada mañana le levantaban mucho más temprano de lo acostumbrado se dio vuelta para cubrirse con su almohada pero la cama estaba mucho más cómoda de lo normal y también había  no uno si no dos brazos rodeándole, resistiendo el impulso de empujarles abrió los ojos solo para notar como estas eran de dos chicas pálidas y morenas.

 

Los recuerdos de lo que paso hace horas le golpearon volviendo a horrorizarle bella recordó en donde se encontraba y la razón de este, el golpe volvió a escucharse pero esta vez no venía de la ventana si no de la puerta más bien, se levantó con cuidado para no despertar a las chicas vio a Ágata aun dormida sobre una mecedora, Bella le había ofrecido su lugar en la cama pero la vieja mujer negó esto diciendo estar acostumbrada a la vida dura por suerte tomo la manta para cubrirse, regreso su mirada a la puerta y  aun sabiendo que este lugar tenía una bestia abrió la   muy lentamente, era un carrito de comida, sobre ella una tetera así como cinco tazas perfectamente limpias y acomodadas descansaban así como una torre de galletas y pasteles.

 

-          Bonjour – saludo la tetera girándose y sorprendiéndola – un poco de té para comenzar su día señorita – ofreció amablemente entonces un grito las sobresalto Stanley quien paso velando la entrada de su habitación tomaba su rifle y apuntaba a la tetera aun medio dormido.

-          Stanley – llamo Bella acercándose lentamente al hombre y sonriendo con calidez – está bien baja eso – y el hombre hizo lo que le pidieron – ahora entra y tomemos algo de té.

-          Un buen té te despertara muchacho – dijo la tetera – y evitara que nos dispares rompiéndonos en mil pedazos – escucharon una risa tal vez proveniente de una de las tazas lo cual se comprobó cuando una de estas se presentó a sí mismo como Chip.

 

Stanley  se recompuso de inmediato sobre todo ante las delicias ofrecidas mientras la vieja tetera charlaba con ellos y repetía nuevamente que no tenían que temer, poco a poco  cada una de las otras mujeres en la habitación despertó y tras el acostumbrado grito de sorpresa porque una taza cayera en tu regazo ofreciéndote beber de ella un cálido ambiente se instaló, Bella volvió a mirar por la ventana done el frio invierno parecía haberse estacionado en ese castillo, miro hasta donde la nieve le permitió y recordó su cálido hogar aquél que ahora estaba manchado de sangre, se arrepintió de desear momentos llenos de aventura.

 

Bella no deseo tanto sus días monótonos como ahora.

 

**********************

 

Había una enorme bestia, una jodida y enorme bestia mirándoles atentamente desde las escaleras, Gastón olvido de inmediato a viejo Maurice, toda su atención estaba en la amenazante bestia que se cernía sobre ellos, era posible que Gastón los hubiera guiado a una trampa mortal, a morir en algo peor siendo desgarrados por una feroz y hambrienta bestia, no, se respondió el mismo, muy lentamente Gastón empujo a todos detrás de él, Stanley se preparó también, sabía lo que era cazar y los movimientos bruscos no estaban bien vistos, las trillizas ahogaron gritos en sus manos mientras Bella se abrazaba  su padre, entonces Lefou quien había logrado empujar la escopeta en las manos de Gastón hizo sonar su arma.

 

Todo fue un caos.

 

La bestia rugió lanzándose contra ellos, Stanley disparo más fallo dándole al candelabro sobre sus cabezas, la bestia rugió más fuerte y de un manotazo lanzo al pobre hombre, Tom empujo a las trillizas detrás de él tomando su arma apuntando a la bestia pero no disparando, mas este le ignoro pues Gastón silbo para distraerlo, otro manotazo y el arma salió volando, Lefou grito entonces lanzando sus propia arma pero la Bestia la intercepto rompiéndola entre sus garras.

 

 

La enorme bestia estaba entre Gastón y aquella puerta iba a destrozarle de eso no había duda, la bestia abrió su enorme boca, filosos y viciosos dientes llenos de saliva le hicieron estremecerse, pero Gastón no iba a rendirse no cuando fue el quien les llevo a esta trampa, con mucho cuidado deslizo su mano hasta un costado, donde su fiel cuchillo descansaba y cuando la bestia se abalanzo blandió este como una espada con tal maestría enterrándose en un costado, la bestia rugió nuevamente dando un zarpazo a Gastón empujándole contra la puerta y obligándole a soltar su arma, enojada aquella sublime bestia estaba ,listo para matarle cuando algo golpeo su espalda.

 

Lefou estaba ahí, sosteniendo el mango del arma antes destrozada como un bate y golpeándole gritándole que dejara en paz a Gastón, Bella estaba igual de aterrorizada pero con Stanley en el piso noqueado y Tom congelado en su lugar paralizado de miedo ella actuó, levanto el arma olvidad de Stanley y tras empujar a su padre apunto su arma a la bestia.

 

El clic de su pistola hizo a la bestia levantar la mirada, por un segundo todo se congelo Bella aun temblando amenazo a aquella feroz bestia mirándole directamente a sus ojos, pero estos no estaban salvajes, no había ferocidad ni sed de sangre como esperaba, como había visto en los lobos que se inmiscuían en el pueblo por los bosques, no, había un rastro de humanidad pero sobretodo mucho dolor.

 

Lefou volvió a levantar su bate para golpear a la bestia cuando el perchero se movió deteniendo su golpe, aquello rompió el momento de la mujer y la bestia, esta gruño, Lefou confundido vio al perchero quitarle el bate dispuesto a golpearlo con el mas Gastón pateo la base de este y cayó al suelo, con su cuchillo en mano estaba listo para lanzarse nuevamente a la bestia que ya rugía nuevamente cuando una voz detuvo el lugar en seco.

 

-          ¡Basta! – grito una mujer, o al menos su voz – dejen de atacar al amo así – en ese instante un carrito de comida salió detrás de las trillizas que solo soltaron un chillido sorprendido pues la tetera sobre este se movía y hablaba – son los peores invitados que hemos tenido – los regaño.

-          Ellos no son invitados – la voz pastosa y gruesa de la bestia les sorprendió, Lefou sin querer se aferró al brazo de Gastón que no quitaba de su vista al enrome animal que ahora se erguía como un ser humano – largo de mi castillo no son bienvenidos aquí – rugió y todos se estremecieron ante eso, las chicas corrieron a la puerta junto a Tom, Maurice ya estaba ayudando a Stanley a ponerse de pie para salir de ahí.

-          No – dijo Bella con valentía su arma ya bajada – no podemos salir ahí – la Bestia gruño ante esto y ella rápidamente recordó lo groseros que fueron por lo que tiro su arma y levanto sus manos – irrumpimos en su castillo por una buena razón, mi señor – trato de ser cortes no podían ser echados no con esa amenaza – pero hay un peligro mucho más grande allá afuera.

-          Yo soy más peligroso – rugió la bestia mostrando sus enormes dientes – sufrirán una muerte horrenda si se quedan aquí – amenazo.

-          Con todo respeto – dijo Bella – usted parece ser mucho más civil que aquello que asecha más allá del bosque.

-          Bella no – le ordeno Gastón pues no quería pasar más tiempo ahí, si tal vez podía derrotar a la bestia pero no quería admitir que recibió un mal golpe en su pierna.

-          Él debe saber – lo callo la chica – mi aldea entera fue destruida – señalo a los presentes – somos todo lo que queda.

-          ¿Qué bestia es aquella que los obligo a buscar refugio tan lejos? – pregunto curioso pues recordaba la aldea llena de personas y vidas no es de extrañar que quisieran arriesgarse con él a regresar por donde vinieron.

-          Son muertos mi señor – Agatha finalmente hablo – muertos que han regresado a la vida con un hambre descomunal tantos que no podemos hacerles frente – La bestia miro entonces a la pordiosera confundido, había algo en ella que le hacía familiar pero no podía decirlo realmente  - le pedimos asilo mi señor – ella se acercó hasta Bella bajando el arma de Gastón que ya estaba levantando lentamente y parándose frente al peligro – ayuda a estos pobres campesinos, como ve no tenemos con que pagar su hospitalidad pero no creo que usted sea tan cruel como para dejarnos a nuestra suerte – Gastón bufo ante esto pero Bella solo le callo nuevamente – no con esta horrible tempestad.

 

La Bestia aun miraba confundido a la mujer, la conocía, lo sabía pero no comprendía como, escucho cada palabra a la perfección y al recordar su maldición y la razón de esta resoplo, miro entonces a las mujeres, que asustadas miraban todo, a aquella que le enfrento y a los hombres que parecían listos para una batalla, si era verdad lo que decían no podía darles la espalda, si resultaban ser ladrones mentirosos desollaría a cada uno de ellos.

 

-          Bien – rugió la bestia – pero no pueden entrar a donde no han sido invitados o les matare – ordeno – Lumier y Cogsworth les mostraran donde pueden quedarse.

-          Es usted muy amable mi señor – dijo Agatha mientras la bestia resoplaba y se alejaba seguido por la tetera y el carrito.

-          Esto es una locura – murmuro una mujer – no vamos a quedarnos aquí.

-          Está bien Paulette – dijo Gastón levantando la barbilla – nos quedaremos por ahora si la bestia intenta algo simplemente la mataremos – sentencio a lo que Bella frunció la nariz.

-          No debería estar conspirando para matar a nuestro amo señor – dijo un candelabro asentándose a saltos – eso no es digno de un invitado.

-          No merecen la bondad de amo – dijo ahora un reloj a lo que Gastón resistió el impulso de patearlos.

-          ¿Vamos a ignorar que todo parece tener vida aquí?– dijo Stanley finalmente tras recuperar la conciencia y reponerse al susto.

-          El amo dijo que podían quedarse aquí como sus invitados por lo que síganme de esta manera – dijo el candelabro – mi nombre es Lumier y si alguna de ustedes bellas damas necesita algo pude pedírmelo.

-          Así parece – respondió Tom al comentario de su amigo que solo siguieron a regañadientes a la vela parlante.

-          Esto es ridículo – murmuro finalmente Gastón tras un buen rato callado.

-          Gastón por favor – dijo Bella a su lado, más adelante su padre murmuraba fascinado por los detalles del reloj.

-          Esa bestia nos matara cuando estemos dormidos – murmuro más para sí que para ella.

-          Deja de decir eso – Bella lo reprendió una vez más.

-          Bueno yo creo que es agradable – dijo Lefou -  si pasamos por alto todo el asunto de objetos encantados y waaaa  - grito cuando un plumero paso ligeramente flotando sobre su cabeza.

-          Basta Lefou – Gastón le dio un manotazo para que este dejara de aferrarse a su brazo -  solo son cacharon no son tan fuertes.

-          Gastón estas siendo grosero – bella nuevamente lo regañaba.

-          Las señoritas pueden quedarse en esta sala y los señores por aquí – instruyo Lumier deteniéndose  frente a una hermosa puerta donde una amplia habitación que posiblemente seria mil veces más hermosa si estuviera libre de polvo los recibía, pero bueno incuso así era fantástica, las chicas entraron de inmediato probando la cama, una de ellas miro el cepillo y pregunto cuál era su nombre haciendo que los otros objetos rieran ante eso.

 

Entonces el ropero empezó a cantar sorprendiéndoles y asustándoles, Gastón arrojo su cuchillo por reflejo dándole en una puerta a lo que Bella se disculpó de inmediato pero no paso a más, hasta que Lumier hablo de las otras habitaciones.

 

-          No voy a dejar a Bella y las demás mujeres solas cuando una bestia salvaje anda en el castillo – dijo Gastón cruzándose de brazos frente al candelabro que molesto le miraba por su impertinencia.

-          Disculpa pero el amo no es ninguna bestia… salvaje – agrego por ultimo Cogsworth al ver que el humano idiota seguía insultando a su amo.

-          Eso se nota – gruño en burla.

-          Bien que se quede uno con nosotras ¿qué hay de Lefou? – pensó Bella era el más agradable de todos.

-          Tampoco voy a perderle de mi vista – entrecerró los ojos en dirección al regordete hombre, finalmente lo jalo con un brazo -  Stanley quédate con ellas y si la bestia intenta algo disparas entre los ojos – ordeno para salir de ahí pegado a Lefou – Stanley se cuadro de hombros y asintió como si recibiera la orden de un genera, un capitán tal vez.

-          Eso no sería necesario – intento Cogsworth.

-          Yo decidiré lo que es necesario reloj de cuarta – le rebatió el cazador molesto, empujando con su bota al reloj.

-          Señor ha ensuciado mi honor no permitiré tal falta de respeto  - dijo el pequeño objeto levantando una pequeña espada  que más bien parecía un adorno y blandiéndola con orgullo frente al gigante, Gastón levanto una ceja divertido por la actitud del reloj más antes de pisarlo y patearlo con fuerza Lefou se paró frente al reloj  con las manos levantadas en sumisión para tranquilizarlo.

-          Por qué no nos muestra las demás habitaciones  por favor señor, err reloj – termino sin saber cómo llamarle.

-          Cogsworth – se presentó el viejo reloj guardando su espada al ver al amable hombre, Gastón bufo detrás de ellos pero Lefou solo le mando una mirada de muerte para que por favor no siquiera provocándoles.

-          Un fantástico nombre para un espécimen peculiar – dijo Maurice entonces llamando toda la atención  del reloj que gustaba de esos comentarios y liderando el camino con el candelabro muy de cerca.

-          No deberíamos – empezó a murmurar Gastón cada vez más convencido de que esta era una mala idea, mas Lefou se giró de inmediato tapándole el paso y dejando que los otros se alejaran un poco.

-          Gastón por favor estoy cansado y quiero dormir en una cama caliente por esta noche – le suplico -  solo quiero olvidar que todo esto pasó  por favor – Gastón miro a Lefou rodo los ojos ante sus palabras y aun que quería replicar no pudo ignorar la sangre, manchas de sangre seca en sus ropas, los restos de aquel violento escape, simplemente no pudo decir no.

-          Bien pero si morimos en nuestros sueños será enteramente tu culpa- gruño fingiendo mal humor empezando a caminar y jalando a Lefou para finalmente entrar a la habitación donde Lumier y  Cogsworth  impartían una pequeña clase de historia sobre el castillo y su antigüedad dada las pocas palabras que escucho al entrar – tomare esta  - sonrió señalando la puerta para que los demás salieran -  ustedes vayan a buscar otras habitaciones – todos los demás ya acostumbrados a los malos modos de Gastón solo suspiraron y pasaron por la puerta Tom solo jalo a Maurice que parecía querer replicar mientras lumier murmuraba algo sobre ser muy grosero y Lefou les siguió disculpándose cuando un brazo lo jalo de su camisa y metió a la habitación -  tu no Lefou –  Gastón cerró la puerta entonces en la cara del reloj importándole poco que este lo siguiera llamado grosero  – ahí está la cama  que querías –  gruño dándose la vuelta para dirigirse a la ventana mirando por está donde vio  a la bestia pasear por el jardín donde las rosas rojas crecen más allá incluso con la poca visibilidad de la nieve sabe que aquellos muertos están acechando.

 

Lefou suspiro se sentó en la cama  miro a Gastón quien no había dejado que las mujeres tomaran cada una habitación alegando la seguridad en números pero aquí estaba empujando a todos dejándoles solos, se sonrojó un poco ante tales pensamientos, entonces vio cómo su mano derecha viajo a su muslo masajeándolo un poco mientras una mueca de desagrado cruzo su rostro.

 

Ahí estaba su razón, la bestia debió lastimarlo mucho pues Gastón estuvo apoyándose todo el camino sobre el suavemente, sonrió un poco al saber que este hombre confiaba lo sufriente en el como para dejarse ver así de vulnerable, Gastón no dejaría que otros lo vieran débil solo a él solo a Lefou, tontamente eso le hizo sentir bien.

 

********************

 

Gastón despertó cálido, algo suave y reconfortable parecía rodearle abrió lentamente los ojos para notar que aquello suave no era otra cosa más que Lefou, en algún momento durante la noche había migrado de su lugar, esta cama era mucho más grande de a las que estaba acostumbrado por lo que pensó que estaría bien, además no es como si ellos no hubieran compartido antes una cama, bien lo hicieron de niños, lo hicieron de jóvenes, durante la guerra y después de esta en su regreso a casa cuando el dinero era insuficiente para pagar por dos habitaciones en las posadas, cuando las barracas eran frías y necesitaban compartir su calor cooperar para no morir congelados, así que si, Gastón no estaba sorprendido de encontrar a Lefou junto a él, tampoco de ser el quien se aferrara a este como si fuera su manta de seguridad, no, era algo natural entre ellos, lo que le molestaba tal vez un poco fue ese sentimiento, ese fugas pensamiento que tenía cuando miraba al regordete hombre dormir, cuando sus pestañas lucían mucho más largas de lo que cualquier chica conocida, de lo bien que se veía su cabello esparcido en mechones sobre la almohada, Gastón estaba molesto, detestaba ese pequeño y fugas pensamiento sobre desear ver eso cada mañana al despertar.

 

Algo que era simplemente antinatural, aberrante, un acto ruin que no debería estar en sus pensamientos y como hacia cada vez que lo tenía escondió ese sentimiento dentro de sí, capa tras capa fue cubierto para ignorarlo nuevamente.

 

El grito de Stanley lo sacudió entonces, empujando las mantas salió de la cama, preparado como era no había quitádose la ropa, si fue incomodo pero no podía estar más alerta con una bestia al asecho, su fusil cargado aun lado de él, cerca de su alcance se levantó y tras gritar el nombre de Lefou hasta despertarlo ambos hombres salieron corriendo.

 

Encontrar a las mujeres con Stanley en una fiesta de té no era precisamente lo que esperaba, casi le dispara al ropero que nuevamente había gritado asustada al verle entrar como un salvaje agitando su arma, sus palabras no dé el, finalmente rechazando la copa de té regreso a la habitación refunfuñando, la pierna aun doliéndole resentida por el frio que se colaba en las piedras del castillo, no se dio cuenta que Lefou no estaba con el hasta que le llamo y una habitación vacía le respondió.

 

Afuera en los jardines del castillo  una bestia inspeccionaba sus rosas levanto la cabeza como un perro escuchado el ruido, no había nada, no canto de pájaros, no ardillas buscando un alimento, no lobos acechando, el bosque estaba muerto, la Bestia miro  se acercó entonces a uno de los muros que rodeaban su castillo y levantándose sobre este observo al bosque, la calma de ultratumba.

 

-          Amo – llamo lumier en el suelo - ¿está todo bien amo? – pregunto puesto que su señor nunca salía de esos muros y ahora parecía querer escapar por alguna razón.

-          ¿Oyes eso lumier? – pregunto la Bestia en su lugar.

-          No escucho nada mi señor – dijo la vela tras quedarse callada un minuto.

-          Exacto – murmuro la bestia – el bosque entero está en silencio.

-          ¿Qué significa eso? – pregunto curioso.

-          ¿Qué tal vez ellos dicen la verdad? – dijo molesto de admitir estar equivocado – algo extraño está sucediendo, nadie sale de estos muros – ordeno entonces – ni siquiera ellos – sentencio volviendo a caer sobre la nieve y dirigiéndose a su estudio nuevamente.

-          Como ordena  amo – dijo la vela siguiéndole a saltos – por cierto el desayuno está listo podrá comer con ellos y darles la noticia – pidió pero la bestia solo gruño asustándole – oh podría comer solo en su habitación como siempre y yo les hare saber sus disposiciones – termino son una sonrisa.

 

La bestia siguió a encerrarse a su cuarto, a dejarse morir como venía haciendo desde hace tiempo, mientras Lumier se encargaba de transmitir sus órdenes a los nuevos huéspedes temporales del castillo.

 

Agatha vagaba por los pasillos del palacio, vigilada por aquellos sirvientes en formas inanimadas, tenían libertad de hacerlo, más o menos vio pasar a la enorme bestia desde uno de los grandes ventanales del castillo y como si fuese llamado la bestia le regreso la mirada, el gesto molesto de esta parecía querer asustarle, atemorizarle hasta  obligarle a desviar la mirada pero la vieja pordiosera solo sonrió en su dirección, tuvo el efecto contrario, la pobre bestia se sintió indefenso, como un insecto siendo observado  por un niño juguetón en necesidad de saciar su curiosidad, así se sintió ella.

 

La Bestia bajo la cabeza dio un par de pasos más  volvió a mirar en dirección a la mujer pero esta ya no estaba ahí, por su parte Agatha suspiro, había planeado esto tanto tiempo, escondida en las sombras, bajo ese disfraz evitando que un encuentro sucediera entre aquellas almas y moviendo a sus jugadores como piezas perfectas de ajedrez para cumplir su objetivo y ahora, todo su arduo trabajo se veía entorpecido por una extraña magia, una maldición que traería mucha muerte a su paso.

 

Quizás podría hacer algo, mas ella nunca fue de las que intervenían en el trabajo de sus congéneres, si esta muerte había sido invocada ella respetaría eso, pero eso no impedía que sus planes no se llevaran a cabo, solo tendría que ser más creativa y apresurar todo.

 

***************

 

La tarde paso tranquila, ningún incidente sucedido, todos estaban demasiado casados y asustados para ir a explorar el castillo, simplemente se sentaron en el gran salón y se dejaron ser atendidos por los sirvientes peculiares del castillo, incluso Gastón quien no estaba acostumbrado a tanto silencio pareció pensativo todo el tiempo frente a un sillón en la chimenea, a diferencia de lo que todos esperaban tener a Bella ahí cerca podría ser la perfecta ocasión para conquistarla, cortejarle o intentar algún avance después de todo él fue quien les había mantenido con vida todo este tiempo.

 

Más la situación no era la adecuada, Gastón tenia mejores cosas que pensar, el dolor en su pierna había disminuido un poco pero un quedaban muchas preocupaciones, peligros que debían afrontar, la bestia que los acogió aun podía destrozarles a la mínima oportunidad y aun que su plan seguía siendo matarle y apoderarse así del catillo por ahora era muy arriesgado, todo aquí tenia vida y existía una pequeña posibilidad que matar a la bestia dejaría a todos los sirvientes inutilizables, no podían darse ese lujo, no por ahora, necesitaban toda la ayuda necesaria, así que en razonamiento de Gastón no mataría a la bestia porque era necesaria y además Bella parecía muy firme en ser educados.

 

El silencio sepulcral de la noche fue roto por un pequeño sollozo Claudette quien había estado inusualmente callada todo el día finalmente se rompió empezó a llorar recordando todo los eventos traumáticos del momento, su hermana intento consolarle, incluso Bella pero la pobre chica había estado reteniéndolo tanto tiempo ella solo lloro, Gastón apretó el posa manos de su silla furioso ante la situación, sintiéndose impotente por no poder hacer nada más que aceptar ser protegidos por una bestia y sus sirvientes hechizados, el llanto de Claudette solo le recordaba su fracaso al protegerles hasta ahora.    

 

-          Tranquilízate ya mi niña – dijo la amble tetera que mantenía su té caliente – no llores estas a salvo aquí – más la joven solo sollozo más al recordar el horrible destino de su madre y hermana anteriormente.

-          Claudette – dijo bella con ternura – sé que estas asustada todos los estamos –confeso – y está bien tener miedo no puedo pedirte ser valiente ante tal situación pero por ahora estamos bien.

-          ¿Bien? – dijo la joven – estamos encerrados hay una bestia rondando el castillo – dijo ella entre sollozos - ¿Qué pasara cuando se enfade? – pregunto realmente temerosa – no podemos huir o ellos nos mataran y quedarnos es igual, la bestia puede…

-          No creo que eso vaya a pasar- la interrumpió Bella – la Bestia del castillo ha sido muy amable con nosotros – Gastón solo resoplo ante esto pero Bella lo ignoro – nos da refugio y comida caliente alguien que ofrece su apoyo en momento de necesidad debe tener buen corazón – animo ella.

-          Bella tiene razón - dijo la tetera – el amo puede tener mal temperamento pero no es mala persona.

-          Esa cosa no es una persona – refuto el cazador.

-          Gastón por favor – dijo Bella molesta – no puedes rebajarte un rato, estamos cansados solo no presiones – suplico.

-          Eres ridícula Bella, el infierno esta sobre nosotros y tu estas ahí confiando en una Bestia – ataco molesto el viejo cazador.

-          El mundo no está terminando Gastón – la joven se levantó entonces parándose frente al cazador – estas siendo melodramático.

-          Abre los ojos – Gastón se levantó igual – los muertos están caminando y devorando a los vivos – levanto sus manos con frustración  - hasta yo sé que eso no es una buena señal y no soy muy religioso.

-          Estas asustándonos – dijo Bella notando como el llanto de la trilliza comenzaba otra vez – eso no ayuda.

-          ¿Ayudar? – pregunto incrédulo – eh hecho todo por mantenerlos con vida, ¿Qué más quieres de mi Bella? _ pregunto furioso – ¿que tome tu mano y te cuente una historia para alejar las pesadillas? – dijo con sarcasmo

-          Eso no – murmuro Bella más fue interrumpida antes de que alguna pelea empezara.

-          Esa es una gran idea – dijo Agatha – porque no nos cuentas una historia querida, siempre has tenido gusto por leer – aplaudió la mujer – cuanta algo para nosotros.

-          Esto es ridículo – resoplo Gastón.

-          Creo que es perfecto -  la tetera apoyo – una historia para olvidar lo que sea que hayan pasado es buena idea.

-          Podría ayudarnos a tranquilizarnos – accedió Bella yendo a sentarse nuevamente – veamos no tengo ningún libro pero tal vez pueda recordar mi libro favorito – sonrió con melancolía, Gastón se dejó caer derrotado y de muy mal humor al ver que efectivamente Bella contaría una historia, ridícula historia a su parecer – en la hermosa Verona, dos familias de igual nobleza se centra nuestra historia.

 

Bella comenzó entonces contado su historia tratando de recordar cada detalle de esta, ignorando los resoplidos de Gastón, siendo animada por todos quienes escuchaban cada palabra con gran atención y así siguió la noche donde la joven intento aliviar un poco la carga de aquellos corazones, el dolor con la distracción de una aventura que alguna vez leyó.

 

En el corredor del pasillo la enorme Bestia no pudo evitar quedarse a escuchar la historia más cursi del mundo en voz de aquella joven encantadora.

 

Al día siguiente mientras desayunaban la terrible Bestia se hizo presente, todos se tensaron en la mesa siendo rodeados por esta quien finalmente se sentó en la cabecera y empezó a comer con sus feos modales, su sirvientes estaban gustoso de que su amo diera ese paso a la socialización pero los invitados sentían terror puro, hasta que Agatha comenzó a comer nuevamente  tras saludar al amo y poco a poco todos empezaron a comer aun tensos.

 

-          Una biblioteca – dijo la bestia finalmente.

-          ¿Disculpa? – Bella quien estaba más atenta de la Bestia preguntó curiosa.

-          Dije que tenemos una biblioteca en el castillo – miro a la joven – podría mostrárselas.

-          Eso sería maravilloso – sonrió Bella animada ante eso, por su parte Gastón solo volvió a resoplar.

 

Y así fue como en la tarde todos entraron a la enorme biblioteca del castillo, Bella casi llora al verla, Maurice estaba maravillado y todos los demás jamás habían visto tanta cantidad de libros, incluso Lefou que no sabía leer se maravilló por las hermosas portadas que parecían adornadas con hilos de oro, y Bella corrió  a ver cada uno de los libros revisas aquellos tesoros inigualables, los demás le siguieron más por curiosidad que por realmente deseo, pronto la biblioteca estaba llena de murmullos sobre los libros y su posible contenido.

 

Fue extrañamente cálido, aquel castillo vacío se llenaba de vida nuevamente y a la bestia no le importo incluso si estaban muy ruidosos, Gastón miro todo con aburrimiento, giro un globo terrestre de mala gana y cerro un libro quitando su separador solo porque si, quería desquitar su frustración arrancando algunas hojas pero sospechaba que de hacerlo no solo Bella lo odiaría sino además la Bestia posiblemente le arrancaría los dedos uno a uno, en su lugar hizo lo segundo mejor molestar a Lefou.

 

El regordete hombre maravillado por aquello tomo sin saberlo un libro lleno de imágenes, dibujos sobre los viajes de algún explorador que ilustraba sus viajes con aquellos fascinantes descubrimientos.

 

-          Lectura interesante – pregunto una voz detrás de él sorprendiéndole Lefou sobresaltado cerro el libro.

-          Yo estaba – dijo nervioso – solo mirando – intento devolver el libro pero Gastón lo tomo nuevamente y abrió para verlo.

-          Parece un buen libro.

-          No lo sé – se encogió de hombros – sabes que no se leer – suspiro Lefou – solo miraba las imágenes sabes, lo sé es tonto.

-          Mon ami – dijo Gastón sonriente – los libros no son tontos – dijo cerrándolo.

-          Pero tú siempre dices que son una pérdida de tiempo – dijo confundido el hombre.

-          Es tonto creer que un libro es mejor cuando tú puedes vivir esa aventura – sonrió – pero supongo que está bien para hombres como tú – dijo regresando su mirada al estante de libros y buscando entre estos – aquí – dijo tomando un pequeño libro – este es perfecto para ti.

-          Pero no puedo leerlo – Lefou se sintió indefenso ante la mirada de Gastón que solo levantaba una ceja ante esto.

-          Entonces encuentra alguien que lo haga – dijo como solución.

-          No sé si Stanley sepa leer – murmuro bajito – tal vez Maurice.

-          Oh podría leerlo yo para ti – dijo Gastón a lo que Lefou levanto la mirada para ver a Gastón verlo de forma extraña – igual a como hacían antes.

-          Esos eran manuales de guerra Capitán – respondió recordando los viejos días de gloria de su amigo, los peores de su vida.

-          El amor no es tan diferente – respondió en su lugar lo que confundió a Lefou y bajo la vista al libro preguntándose de que se trataba tal libro, una pequeña realización se formó entonces en su cabeza, era posible que Gastón se ofrecía a leerle una historia de amor, mas a levantar nuevamente la vista Gastón ya no le miraba su atención completa estaba en alguien más.

-          ¿Gastón? – intento llamar su atención con suavidad.

-          Tal vez lo lea más tarde Lefou, necesito aire fresco – termino el cascador alejándose de su amigo y saliendo de mal humor de la biblioteca.

 

Ahí al otro lado de la habitación Lefou observo como Bella revisaba maravillada los libros en su poder, parecía leer algo a la Bestia que al mismo tiempo hablo sorprendiéndola, bella sonrió tan cálidamente y la Bestia por primera vez no pareció atemorizante, estaba pacífica y parecía muy a gusto con Bella quien de igual manera gustaba de su compañía.

 

Eso debió molestar a Gastón, a su viejo amigo, era tonto pero era tal vez la primera vez que Gastón sufría lo que él desde hace años, celos, después de todo ver a la persona que amas sonriendo a alguien más debía doler.

 

Lefou mira su libro nuevamente, lo apretó contra su pecho y suspiro, se dijo que tal vez era un bella historia de amor, poemas de los más sublimes, lo que fuera estaba ansioso por leerlo pues Gastón lo había elegido para él, Lefou nunca se sintió tan importante como ahora.

 

Gastón por su parte se había relajado demasiado, olvidado donde estaba, que esto no era uno de sus sueños y que alguien podría verle, luego estaba Bella quien parecía cada vez más interesada en esa Bestia, estaba harto tenía que hacer algo pero por ahora no podía dar un paso en falso, no con la muerte esperándoles detrás de esas paredes.

 

 

*******************

 

-          Lefou – sonrió Bella viéndole mirar la pasta del viejo libro, pasar sus dedos con verdadero amor por las letras doradas y suspirando en aquel banco – veo que has elegido un libro – dijo sonriente - ¿Qué tal esta? – pregunto curiosa.

-          No tengo idea – dijo ruborizándose – yo no sé leer – bajo la cabeza ante la obvia pregunta de Bella – Gastón lo eligió para mí y esperaba – se murió el labio – esperaba que tu o tu padre pudieran leerlo para mí – dijo no mencionando que de hecho lo que realmente quería era que Gastón se lo leyera.

-          ¿puedo? – pidió y Lefou se lo entrego de inmediato esperando por fin saber de qué trataba el libro, escuchar aquel bello título sobre un amor pasional que definiera lo que Gastón realmente sintiera por él, una confesión silenciosa de su deseo por…

-          El rey de macedonia– murmuro Bella en su lugar – parecer una biografía – dijo – algo típico de Gastón – rodo los ojos.

-          Yo no entiendo – murmuro el hombre las esperanzas de su pobre corazón aun anhelantes de una esperanza.

-          Alejandro  Magno fue un rey de macedonia cuyas conquistas y extraordinarias dotes militares le permitieron forjar, en menos de diez años, un imperio que se extendía desde Grecia y Egipto hasta la India – le aclaro bella, Lefou suspiro entonces sintiéndose estúpido por creer que Gastón le daría algo diferente, claro que su amigo le daría un libro sobre un militar, eso era tan típico de Gastón  - no parece ser lo que esperabas – dijo Bella.

-          No – suspiró Lefou – pensé que – más apretó los labio ante la mirada de Bella, casi confiesa algo inaudito con ella – nada – negó – posiblemente solo quería leerlo el mismo – murmuro.

-          Ejem – una garganta se aclaró entonces, la Bestia estaba ahí mirando anhelante a Bella, Lefou no era estúpido entendió el mensaje y se levantó rápidamente.

-          Bueno debo irme Bella – sonrió a la chica – iré  a ver si Gastón necesita el libro – se excusó y salió de ahí antes de que pudiera detenerlo.

-          ¿Qué fue eso? – pregunto la Bestia confundido por que el recordaba haber quedado con ella a leer.

-          No estoy muy segura – murmuro viendo al regordete hombre caminar al castillo entre la nieve, la Bestia se sentó a su lado y entonces ella se giró a mirarle - ¿Qué sabes sobre Alejandro Magno? – pregunto curiosa.

-          Que  construyo un impero en la antigua Grecia – dijo no muy seguro por su respuesta.

-          Eso es todo – dijo decaída ella.

-          Bueno mi padre gustaba de mantener libros prohibidos – hizo una mueca – aquellos ejemplares que eran destruidos por sus ideas y únicos, él los amaba – dijo recordando – creo haber visto uno que hablaba sobre él, más en claro sus relaciones románticas – y la Bestia apretó lo labio  haciendo una mueca recordando el contenido.

-          ¿Por qué haces esa cara? – pregunto cada vez más curiosa Bella - ¿Qué clase de relaciones?

-          Él tuvo varias esposas de las diferentes tierras que conquisto – murmuro la Bestia.

-          ¿y? – insistió.

-          Y eso es todo – apretó nuevamente los labios pero Bella le lanzo una mirada amenazante – bien – suspiro a Bestia – menciona algunas otras relaciones prohibidas, sodomitas para ser exactos – Bella se llevó ambas manos a la boca sorprendida, mas luego pareció confusa no entendiendo que clase de mensaje podría ser ese – podemos regresar a…

-          No – le corto Bella cerrando el libro que la Bestia ya había  abierto – tienes que contarme todo, esto es mucho más interesante.

 

**********************

 

El dolor en la pierna de Gastón se curó en los siguientes días, una noche peculiarmente fría el dolor en la pierna fue intenso, pues Gastón apenas si protesto sobre algo esa noche durante la lectura de Bella, cualquiera diría que Gasón sería un odioso enfermo, que se quejaría hasta fastidiarles pero quien realmente lo conocía bien sabía que era todo lo contrario, Gastón se sumiría en sí mismo tragándose el dolor y no pidiendo ayuda, típico de él.

 

Así que Lefou noto el dolor en Gastón y busco la forma de ayudarle, termino contándole a la tetera puesto que esta se negó a ayudarle si no le confesaba todo y además la mujer podía ser muy persuasiva, así que ella personalmente superviso la curación de Gastón, una pomada extraña después, muchas vendas y algunas compresas así como miles de maldiciones por parte del cazador por no querer ayuda Gastón termino por recuperarse.

 

 Entonces empezó a recorrer el castillo, buscaba memorizar el castillo así como cualquier salida por alguna emergencia, también observo los jardines y aseguro que nada entrara a los al rededores, hasta que casi entra al ala oeste y  la Bestia lo mata, pelearon, se gritaron y amenazaron pero después de eso quedo claro que nadie, absolutamente nadie podía ir por ahí.

 

Gastón no estaba conforme con eso, pero de nuevo eran invitado y por ahora debía jugar bonito, después de ese particular incidente Lefou se sumó a sus caminatas de inspección, patrullaje lo llamo Gastón, invasión de la privacidad lo llamo el, como quiera Lefou mantenía un poco de la cordura del viejo cazador quien amenazaba con volverse loco atrapado ahí.

 

Una tarde mientras recorría el castillo sin Lefou pues este pasaba mucho tiempo socializan con los sirvientes hechizados, les había perdido el miedo y parecía pasar mucho tiempo tomando el té con la vieja tetera algo que el odiaba, pero esa tarde sin querer lo encontró estaba sentado junto a un ventanas mirando insistentemente un libro, el pequeño libro que le dio, casi lo había olvidado, ahí estaba Lefou mirando el libo sin entenderle, la Sra. Potts como se había presentado la tetera le ofreció muchas veces leerlo por él, pero siempre negaba, no quío saber su contenido hasta ese día.

 

-          ¿Quieres que lo lea para ti? – pregunto Gastón sorprendiéndole, Lefou parecía asustado de ser atrapado así.

-          No – respondió a lo que Gastón levanto una ceja – digo ¿no estas ocupado?

-          Este lugar es aburrido – suspiro – está volviéndome loco no salir de aquí – gruño sentándose junto a el – estamos en temporada de cacería maldita sea – gruño – teníamos un viaje programado de dos semanas – le recordó.

-          Cierto ya tenía casi todo listo – sonrió Lefou pues había estado ansiando ese viaje los últimos meses, un viaje donde solo ellos dos libres en el bosque sin odiosas mujeres que le robaran la atención de Gastón, de Bella.

-          Lo sé – gruño – y todo se fue a la mierda – dijo con fastidio, tomo entonces el libro y lo abrió.

-          No tienes que leerme – suspiro Lefou  poniendo una mano sobre la página – sé que lo detestas.

-          No seas ridículo Lefou – rodo los ojos – es esto o probar mi puntería con la vajilla –sonrió.

-          Entonces me sacrificare  - dijo quitado su mano – todo sea por no defraudar a la sra. Potts – suspiro entonces – aunque tenga que escucharte hablar sobre un general romano.

-          Es un rey de macedonia – replico Gastón - ¿Cómo sabes de que trata? – pregunto curioso.

-          Bella leyó el titulo – suspiro Lefou – quería saber de qué trataba, pero no me leyó nada, solo me dijo sobre las conquistas y – se mordió el labio – en realidad no dijo nada especifico – Gastón frunció la nariz entonces al saber que alguien había leído el libro para Lefou mas este se ilumino de inmediato y sonrió.

-          Entonces podemos saltarnos esa introducción aburrida – dijo pasando la hoja –Alejandro estudia así como otros muchos niños de la aristocracia macedonia, bajo la tutela de Aristóteles – empezó a leer levantando la vista con un brillo en sus ojos -  Hefestión fue su amigo de la infancia, quien estudiaba igualmente – y la voz de Gastón se convirtió en algo hipnótica para Lefou, quien se dejó envolver con esta, no le importa que el libro fuera de hecho  sobre guerras e imperios, que fuera lo más aburrido en su opinión solo escuchar la voz de Gastón era perfecto.

 

Hasta que la voz de Gastón se silenció y al levantar la vista para saber por qué toda la felicidad en su rostro se esfumo, estaba mirando por la ventana, abajo en los jardines donde la nieve lo cobijaba todo estaban dos figuras ya conocidas, la primera era un mujer quien sonriente lanzaba bolas de nieve a su compañero, a aquella bestia en diversión.

 

El agarre en el libro de Gastón se apretó, el cazador se levantó de golpe dejando el libro en el suelo y saliendo de ahí, había estado bien, tranquilo, feliz de leer el libro para Lefou cuando de reojo, mientras levantaba la vista para observar la sonrisa boba del hombre observo algo en la nieve, sus malditos reflejos de cazador le hicieron voltear a ver solo para presenciar eso, Bella su amada bella divirtiéndose con la horrenda bestia, todo el buen humor, el placer de hace unos instantes fue destruido y reemplazo por rabia, ignoro todo, solo se levantó y salió de ahí.

 

Lefou no entendía por qué Gastón estaba tan molesto, si Bella estaba jugando infantilmente con la Bestia pero no era para tanto, solo estaba siendo amable, que una mujer tan hermosa como ella amara a una Bestia como esa era ridículo, imposible, antinatural, casi tan blasfemo como lo que el sentía por Gastón y sin embargo él lo amaba, Lefou  volvió a mirar a Bella, lo feliz que esta era y se preguntó si acaso ella entendía que esto estaba mal.

 

Pues todos sabían que no podía tener un buen final, una relación tan aberrante nunca saldría bien, el más que nadie lo sabía de primera mano, pero tal vez solo tal vez si pudiera, si e quedaban aquí, en este castillo, donde l nieve parecía reinar, un mundo ajeno de exterior de sus leyes absurdas, tal vez dios seria misericordioso aquí, tal vez podrían ser felices aquí, negó con la cabeza, puede que Bella lo consiga, que ella sea feliz con una Bestia pero alguien como él jamás, alguien como Gastón jamás lo miraría como la Bestia hacía con Bella.

 

*******************

 

-          ¿Qué pasa Lefou? – la vieja tetera se acercó al joven que parecía desanimado, más de lo usual esa mañana.

-          Nada sra.  Potts – negó con la cabeza.

-          Sra. Potts  - bella entro entonces abriendo las puertas de la cocina de par en par - la Bestia dice que podemos hacer un baile, te imaginas eso Lefou – dijo al notar al hombre sonriendo de felicidad -  jamás eh estado en uno.

-          ¿Yo tampoco, pero crees que es tu sabes algo apropiado? – pregunto confuso dado la situación.

-          Lefou es el momento perfecto – declaro a joven poniendo sus manos en sus caderas -  todos estamos decaídos, un poco de ánimo nos vendría bien.

-          Si claro un baile estoy extasiado – termino con sarcasmo total.

-          Vamos Lefou – dijo la tetera – eso no animara también, hace años que el castillo no estaba tan lleno de alegría y ahora un baile – suspiro - Madame  Garderobe estará encantada, seguramente tendrá bellos vestidos para las damas y fantásticos trajes para los caballeros.

-          Si Gastón estará extasiado – imagino el rostro molesto del su amigo.

-          Vamos siempre habla de lo buen bailarín que es y bueno ahora podrá demostrarlo – Bella ánimo.

-          Claro querrá bailar contigo toda la noche – dijo decaído.

-          Lefou, ¿has leído finalmente el libro? – cambio de tema drásticamente sentándose a un lado de él.

-          Gastón empezó a leerlo el otro día, pero supongo que se aburrió.

-          Querido estoy segura que yo podría – interrumpió la tetera al notar lo decaído del joven.

-          Deberías preguntarle quien fue  Hefestión – dijo Bella en su lugar.

-          ¿El mejor amigo? – dijo confundido – ¿por qué eso es importante?

-          Así que ya lo abordo, bueno – dijo sonriente – pregunta ¿quién era para Alejandro?

-          Bella realmente no tengo idea de lo que hablas – le miro confundido.

-          Solo pregúntale – alzo la voz la chica.

-          Bien lo hare – levanto las manos en redención – aunque podrías decírmelo tu sabes – más la joven solo sonrió y negó con la cabeza.

 

Más tarde esa noche fiel a las predicciones de la Sra. Potts todos y cada uno de los vestidos fueron hechos por Madame  Garderobe, quien con su inusual habilidad así como algo de magia al parecer cosió hermosos patrones en los vestido de las chicas, incluso a Agatha quien agradeció su vestido nuevo con muchos halagos, con los caballeros fue un poco más fácil excepto por Lefou y Gastón, el primero se negó rotundamente a participar en eso alegando que nunca encajaría en uno de esos trajes que vio a Stanley usar, el tipo sonrió al escucharlo y poso más de la cuenta siendo burlado por Tom, finalmente lo convencieron y termino con un hermoso traje de chaleco negro.

 

Gastón fue difícil porque no podían atraparlo, no porque se estuviera escondiendo no, el hombre aun vigilante revisaba cada centímetro del castillo analizándolo todo hasta que un descansapies llego ladrando tirándolo al piso y obligándole a perseguirlo, entonces fue empujado a una habitación donde el armario lo esperaba y zaz, pum, chaz un Gastón elegante salió de ahí.

 

El traje era azul rey y Gastón lo odio completamente, el lucia más el rojo en sus palabras más ya no había nada que hacer, el baile seria en unos instantes  e incluso con la música sonando él tuvo que admitir que era agradable, bueno más o menos.

 

-          No puedo creer que este bailando con él, primero la estúpida idea del baile y ahora están bailando – Gastón refunfuño desde su esquina mirando con desagrado a una pareja en especial en la pista de baile.

-          Ve a bailar con una de las trillizas entonces – Lefou a su lado suspiro no muy feliz de esa idea, pero no era como si pudiera ofrecerse a bailar con el cierto, Gastón nunca lo aceptaría.

-          Tom y Stanley están en eso, no voy a arruinarles este momento – acepto a regañadientes - no con esta calma.

-          Así que vas a quedarte aquí  - sonrió Lefou a gusto con la idea de que Gastón estuviera a su lado toda la noche.

-          Bailemos – dijo sorprendiéndole.

-          No – respondió a lo que Gastón levanto una ceja por su negativa - es decir… ¿frente a ellos? – Gastón rodo los ojos tomo su mano y lo levo al balcón lejos de las miradas indiscretas.  

-          Listo aquí nadie nos vera  - y tomo a Lefou por la cintura para dejarse envolver por la suave música que se escuchaba ahí, Lefou estaba sorprendido ellos habían bailando antes si, pero fue en la taberna  en mucha gente y entre canciones de guerra con mujeres, nada como esto, no un real baile entre ellos, no donde se tocaran.

-          ¿Gastón? – pregunto Lefou queriendo romper el tenso momento, lo que fuera para que no hiciera algo estúpido como besarle y destruir su amistad – ¿quién es  Hefestión?

-          Te lo he dicho ya – sonrió.

-          Hablo para Alejandro, su relación con el – dijo tragando saliva.

-          Mon ami – rio Gastón al ver su nerviosismo – preguntas sobre eso en este momento – dijo deteniéndose entonces y mirando finalmente a los ojos de Lefou con intensidad -  Hefestión fue la persona más importante para Alejandro, no solo fue su mejor amigo y comandante de su caballería, fue su todo, su consejero, su amigo, su amante.

 

Un cálido sentimiento empezó a brotar del estómago de Lefou, bajo la intensa mirada de Gastón, en ese momento, con ambos brazos cubierto por el hombre más alto, por finalmente tener la atención desea, Lefou sintió que iba a desmayarse en cualquier momento pues Gastón estaba ahí, quizás diciéndole algo, tratando de confesar quizás un gran secreto, Lefou se sintió mareado tuvo que sostenerse de los brazos de su amigo para no desfallecer más aun así no dejo de mirarle, no desvió la mirada ni un segundo por miedo a romper el silencio, a destruir aquel hechizo o ilusión en la que se encontraban.

 

-          Justo como tú eres para mí Lefou – confeso finalmente en un susurro, la calmada mirada de Gastón, el firme perfil de ese hombre solo escondía un maremoto de sentimientos estallando en su interior, la ansiedad, esperanza, amor todo golpeando su ser para finalmente obligarle a confesar algo en ese momento, aquí en el fin del mundo Gastón libero sus emociones esperando no cometer un error.

 

No parecía serlo, pues sentir a Lefou estremecerse por sus palabras, escucharlo jadear de sorpresa y mirar aquel amor en su ojos fue la mejor recompensa de todas, porque ese pequeño hombre sentía lo mismo que él, y sin dejar de mirarlo, sin dejar que de su memoria escapara un solo segundo se inclinó para finalmente reclamar aquella boca con la que tanto había soñado como suya, solo un poco más  para obtener su premio.

 

-          Lo siento – dijo una pequeña voz que Gastón reconoció como la de bella, por lo que de inmediato y como acto reflejo se alejó de Lefou rompiendo su corazón sin saberlo – no sabía que estaban aquí.

 

Gastón miro a Bella como su mano estaba tomada por la bestia frunció su nariz y salió de ahí furioso, recordando que la mujer  a la que debía ganar su corazón, aquella que debía ser su esposa, con quien engendraría un digno heredero prefería la presencia de una fea y sucia bestia, todo pensamiento de Lefou fue olvidado en un instante.

 

 

*************************

 

-          Señor revisando las trampas esta mañana encontramos algo inusual – dijo Lumier a la Bestia quien dejo de leer su libro, junto a el Bella se levantó siguiendo a la pequeña vela.

 

En las cocinas Cogsworth se mantenía alejado del pequeño conejo que se retorcía en la jaula, Gastón, Lefou y Maurice ya estaban ahí, todos mirando con horror y curiosidad al conejo que debería estar muerto y sin embargo seguía moviéndose intentando alcanzarles.

 

-          ¿Qué es eso? – pregunto la Bestia entrando al lugar.

-          ¿está muerto? – pregunto Bella.

-          Lo estará pronto – gruño Gastón levantado su arma dispuesto a dispararle para acabar con la amenaza.

-          Espera un momento – rugió la bestia – no hasta saber ¿qué está pasando?

-          Eso – dijo Gastón – es lo que ocurrió con nuestro pueblo – más la bestia solo se miró confundido.

-          Los muertos – dijo bella – ellos se levantaron y devoraron a otros y estos a su vez se levantaron – explico – te lo dijimos es un caos allá afuera.

 

La bestia miro al conejo que intentaba liberarse con rabia, miro la sangre y como medio cuerpo de este estaba aplastado, el animal debería estar muerto y sin embargo estaba ahí vivo luchando por salir y atacarles, trato de imaginarse como seria que un pueblo entero pasara por eso, como se verían y simplemente no pudo.

 

-          ¿las demás trampas? – pregunto en su lugar tenía que alimentar a todas las personas en su castillo ahora.

-          Están vacías mi amo – dijo Lumier – esta fue la única en atrapar algo – murmuro mirando con desagrado a la criatura – desháganse de ella- ordeno al ver como el cazador salía de ahí de inmediato.

-          Si mi amo – dijo Lumier inclinados viendo salir a la bestia y la mujer, mientras hacia un ademan para que fuera desechada más Maurice lo interrumpió.

-          Espera – dijo el hombre tomando la jaula – tal vez podríamos conservarlo un poco más.

-          Escucho al amo – dijo Cogsworth – esa cosa se ve peligrosa.

-          Puede ser pero es a única oportunidad que tenemos para estudiarla – miro con fascinación a la pequeña presa – no tendremos otra oportunidad así.

 

Lumier levanto una ceja ante esto, Cogsworth negó con la cabeza pero el viejo terco consiguió lo que quería, en otra habitación las dos trillizas restantes chillaban alrededor de Gastón quien ya estaba preparándose para salir, poniéndose capa tras capa de ropa un aburro cálido y cargando su arma listo para un posible suicidio.

 

-          Bella – llamo Lefou al ver entrar a la mujer con la Bestia – debes detenerlo  va a salir – le suplico.

-          ¿Qué? – dijo confundía – ¿Gastón que está pasando? – pegunto al hombre que incluso en esos momentos arreglaba su cabello.

-          Las trampas no van a atrapar nada, todo a los alrededores está muerto – murmuro – iré más arriba a las montañas y traeré carne – dijo con convicción.

-          Estás loco – dijo Bella – has visto al conejo ellos siguen ahí afuera vas a morir – trato de detenerle.

-          Olvidas con quien estás hablando – enarco una ceja.

-          Es demasiado peligroso Gastón – dijo Lefou – no vayas.

-          No vamos a morir de hambre en este castillo – dijo finalmente- mira la vela y el reloj estarán bien pero nosotros debemos alimentarnos – luego miro a la bestia - ¿Qué pasara cuando el tenga hambre? – levanto una ceja – no vamos a ser su cena –  un gruñido asusto a las mujeres que chillaron ante esto pero por lo demás todo estaba tranquilo.

-          Entonces voy contigo -  dijo Lefou – te ayudare y…

-          No – lo empujo – te quedaras aquí a salvo.

-          He ido a cazar contigo antes

-          No cuando hay cosas tan peligrosas asechando – negó rehusándose a arriesgarle así. 

-          Lleva a Maltes entonces – sugirió pues el caballo seguía en los establos.

-          No voy a dejarte sin tu caballo, será demasiado ruidoso – murmuro.

-          No podrás tu solo.

-          Iré a cazar yo entonces – gruño la bestia – este es mi castillo mi responsabilidad.

-          Gracias pero no creo que sea buena idea – Gastón lo empujo con suavidad – si terminas como uno de ellos será mil veces peor para nosotros – la bestia resoplo ante el obvio insulto a sus habilidades por lo que rugió y Gastón apunto su arma listo para disparar cuando Bella se interpuso entre los dos.

-          ¡basta! – dijo regañándoles – ambos basta, tu intención es buena Gastón, tiene razón moriremos aquí si no hay comida pero no iras solo – antes de que el cazar pudiera replicar Bella lo calló – sé que eres muy bueno Gastón y extraordinario pero tendrías que cazar algo realmente grande para que al menos pudiéramos sobrevivir un tiempo de lo contrario te arriesgarías demasiado y no podrías cargar tu solo la presa – la bestia sonrió entonces ganador de la discusión cuando Bella lo miro – y tú, sé que eres muy grande y posiblemente seas bueno al cazar pero Gastón es el mejor cazador de la aldea y créeme es bastante bueno por lo que ambos debe ir.

-          No – dijo Gastón

-          Me rehusó – gruño la bestia.

-          Escuchen – suplico la mujer – necesitamos a ambos, lo entienden cierto, sin ustedes no sobreviviríamos – los miro fijamente – por favor.

-          Bien – dijo de mala gana Gastón, mientras la bestia solo asentía.

-          Perfecto y recuerden, no mueran por favor – y Bella corrió  abrazar a cada uno de ellos – suerte.

 

Gastón lanzo una última mirada a las personas que debía proteger, sus ojos se detuvieron en Lefou quien parecía querer decirle algo, mas Gastón solo asintió en su dirección y salió de ahí, llegando a la pared la bestia presumido como era de un salto paso el muro, Gastón rodo los ojos pero termino por escalarla y ambos así miraron al bosque, aquel silencioso que lucía mucho más aterrado, ellos se internaron en dirección a las montañas, en el castillo un silencio sepulcral cayó sobre todos.

 

Horas más tarde aquel silencio se convirtió en caos, la muerte les había encontrado. 

Notas finales:

Y bien Alejandro magno fundo un gran imperio pero se dice que posiblemente mantuvo así como muchos hombres de la época relaciones homosexuales, no solo con  Hefestión su mejor amigo si no con sus eunucos, ahora debemos recordar que en ese tiempo este tipo de relaciones no se condenaban y de hecho se alentaban en los ejércitos, se decía que un ejército lleno de amantes lucharía con más fervor que uno normal y tiene sentido ya que pelear para mantener a salvo a tu pareja es más fácil que por un completo extraño, el punto es que en ese tiempo estas relaciones eran comunes y permitidas, Gastón entrega este libro a Lefou para inconscientemente declarar su amor por él, en su mente se ve como Alejandro un conquistador bravo guerrero y a Lefou como  Hefestión su amigo de la infancia leal, su confidente y bueno lo más importante en su vida, cuando  Hefestión murió Alejandro cayó en una enorme depresión llegando incluso a colgar al médico que lo atendió.

El libro me lo invente.

 

Así que Gastón quiere a Lefou pero su cabeza le dice que a quien debe amar es a bella, consigue el trofeo, esa es su meta.

 

Quien va a morir en el próximo y ahora si último capítulo no se lo pierdan.

 

Una galleta?

Un chocolate??

Un Lefou para Gastón??? 


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