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Café a las tres ; Jongkey por Selene Song

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Abrir la puerta y entrar a ese lugar que lo recibía con un equipo de sonido dejando salir música a todo volumen fue un mundo completamente diferente para él. Desde el corredor, donde se quitó el saco para dejarlo colgado en un perchero, pudo ver con claridad la cantidad de gente aglomerada en la barra, y otras más de pie en el centro del lugar bailando y charlando animadamente. Jonghyun prefería sin duda los planes más calmos y menos ruidosos, y sin embargo allí había llegado sin protestar, porque Jinki lo había invitado.

Jinki era sin duda el motor de Jonghyun. El castaño, podía hacer cualquier cosa que el ojitos bonitos le pidiera, porque sí, Jinki tenía unos ojos preciosos, y cuando casi desaparecían a causa de una sonrisa a Jonghyun se le iba la vida. Solo eran amigos, lo habían sido desde siempre, cuando se conocieron en la facultad de derecho, Lee Jinki pensaba que Jonghyun era un sujeto agradable, inteligente y con un sentido del humor que lo hacía partirse de risa, por el contrario para el castaño, Jinki era mucho más que eso, tenía claro que nunca antes de conocerlo, había tenido un amigo como él, inteligente, dedicado, responsable, era su mejor compañía, aunque todo se estuviera complicando desde hace unos meses atrás, cuando llegó a la conclusión que estaba enamorado de él.

El problema era que Jin nunca había mostrado un especial interés por los chicos, lo de él eran las tías, y eso reducía considerablemente las posibilidades de Jonghyun, si acaso tenía alguna, pero aquello era un detalle mínimo para el pelinegro, siempre que pudiera tener a Jinki, aunque fuera con el título de mejor amigo, no le importaba nada.

—¡Jonghyun, llegaste! —El castaño lo recibió con una efusividad, que el corazón del mencionado estuvo a punto de salirse de su pecho.

—Te dije que vendría, ¿cómo no habría de hacerlo? —Le sonrió disimulando todos esos sentimientos que siempre traía guardados, o tal vez no tanto, tal vez sólo Jinki no era capaz de darse cuenta de la carga que acompañaban las palabras del chico cabello negro—. Parece que me estabas esperando, eh.

—De hecho, sí —Jinki se mordió el labio con una sonrisita extraña y luego tomó la mano de Jonghyun, éste último abrió sus ojos un tanto sorprendido, ¿acaso esa sería la noche en la que todas esas fantasías que siempre imaginaba, donde Jin le correspondía se haría realidad?

—¿Jinki?

Estaba aturdido, y esa jodida sonrisa de Lee no ayudaba en absolutamente nada.

—Ven, Jonghyun, muévete, quiero presentarte a alguien. —Con torpeza, dejándose casi arrastrar por Jinki, los pies de Jonghyun se deslizaron por la baldosa de madera, hasta que ambos llegaron al otro lado del living, frenó en seco justo después que Jin lo hiciera, chocando con su espalda—. Jonghyun, ella es Luna —Los ojitos de quien hablaba parecían brillar de emoción, y con ello algo en el estómago de Jonghyun se retorció, estaba casi seguro de lo que seguía—. Estamos saliendo —Anunció el mayor con una sonrisa de oreja a oreja, mostrando sus dientitos de conejo, Luna, la chica que por primera vez veía Jonghyun estaba controlándose para que su cara no pareciera un tomate, aunque su sonrisa era igual de empalagosa que la de Jinki. La peor escena que el pelinegro había presenciado en su vida. ¿Cómo hacía el intento de regresarle la sonrisa a ese par? ¿Cómo le daba palmaditas en la espalda a su mejor amigo para felicitarlo? ¿Cómo demonios fingía que aquello no le dolía, aunque la realidad era que sentía que lo estaban triturando por dentro?

—Te... Te felicito, quiero decir, los felicito —Tartamudeó de manera obvia, con ganas incontrolables de salir corriendo de allí, aunque no lo hizo, soportó aquel suplicio por media hora más, aunque claro, para Jonghyun se sintió como una eternidad, mientras veía a Jinki y a Luna sonreírse con una complicidad que le provocaba mareo.

Según su reloj de pulso eran la una y cincuenta de la noche, cuando por fin decidió que no podía estar más en ese lugar, mirando como esa chica extraña le comía la boca a su mejor amigo en una esquina con poca luz en aquel departamento.

Jonghyun se sentía desinflado, no había otra palabra que lo describiera mejor que esa, todas sus ilusiones que Jinki le correspondiera alguna vez se habían ido a la basura, y eso lo enfermaba. Intentaba no pensar demasiado en la situación, pero era mucho más fuerte que él, su corazón dolía. ¿Cómo se hacía a la idea que el chico que quería estaba con alguien más?

Al llegar al edificio donde vivía, se encontró con una escena particular que trascurría más exactamente en su piso, justo al frente de su departamento, eran alrededor de las dos y quince de la mañana cuando llegó y encontró un montón de maletas y cajas en el pasillo. Era una hora bastante inoportuna para ocupar un nuevo hogar, pensó Jonghyun.

—Hola. —Le saludó una voz masculina a sus espaldas, mientras intentaba abrir la puerta de casa.

—Hola. —Respondió el pelinegro por inercia, girándose un poco para no verse descortés, aunque en realidad le importaba muy poco conocer a los nuevos inquilinos.

—Soy Kim Kibum, nuevo en el edificio.

Jonghyun tenía en frente un chico ligeramente más alto que él, de cabello castaño y ojos particularmente bonitos, como de gato, tal vez porque estaban delineados con lápiz negro.

—Kim Jonghyun... ¿No es muy tarde para mudarse?

—Lo sé, pero la compañía de trasteo me retraso, intento guardar todo con cuidado para no despertar a nadie.

Con ello, Kibum lucia verdaderamente apenado, y Jonghyun volvió a darle una mirada a todas las cosas que aún le hacían falta por entrar.

—Buena suerte con eso, Kibum.

Debía ayudarlo, por cortesía o porque el pobre niño de verdad parecía necesitar una mano, pero Jonghyun no quería saber nada del mundo por esa noche, todavía tenía en la cabeza la sonrisa de Jinki y de Luna, necesitaba dormir. Terminó de abrir la puerta y entró a su departamento dejando a Kibum en el pasillo.

* * *

Salir con su can Roo siempre lo despejaba, así que temprano por la mañana, Jonghyun alistó a su mascota y fue con ella a recorrer el parque que estaba justo frente al edificio, por eso lo había escogido, porque además que sus departamentos eran acogedores, tener cerca un lugar donde pasear a Roo era justo lo que necesitaba.

Debía admitir que verla jugueteando por allí lo distraía un montón, justo lo que necesitaba.

—¿Jonghyun? —Su nuevo vecino estaba frente a él usando ropa deportiva y una bandana en la cabeza, él también sostenía de una cadena a una pequeño canino peludito de color negro.

—Kibum, buen día.

—No sabía que tenías un perro, lindo.

El castaño le sonrió mientras Jonghyun le respondía en su cabeza que obviamente no podía saber que tenía un perro porque se conocían hace un par de horas.

—Bueno, ella es Roo, odia salir.

—Así que la torturas.

—Algo así... Bien, iba por un café, si me disculpas...

—Te acompaño —Kibum fue rápido, y aunque Jonghyun no había aceptado, tampoco se negó, así que se acomodó a su lado caminando junto a él. Jonghyun sentía vergüenza de estar con Kibum, no era nada personal, pero mientras él traía ropa casual negra, el conjunto deportivo del castaño era rojo, y esa maldita cosa que estaba usando para que su cabello no se pegara a su frente era ridícula, además, ¿eso que traía puesto su mascota era un disfraz de conejo? Ugh, si quería un conejo debía comprarse uno. Aun así, con toda esa molestia saliéndole a flor de piel, no se negó a que le acompañara a la cafetería, porque ¿qué más podía salir mal después de su terrible noche el día anterior?

Notas finales:

historia corta, capitulos cortos.

Café a las tres también está disponible en wattpad : https://www.wattpad.com/story/125562780-caf%C3%A9-a-las-tres-jongkey ♥ 


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