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Tears of an angel [Destiel] por imaginaslarry

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Notas del fanfic:

Los personajes son propiedad de Eric Kripke. La historia es completamente mía, se prohíben la copia o adaptaciones. 

A Dean le llevó bastante tiempo aceptar que tenía un crush con cierto ángel, pero fue más fácil darse cuenta que realmente estaba enamorado ¡demonios! Debió saberlo desde el primer instante en que Castiel apareció, sin duda el momento clave fue cuándo Castiel regresó del pulgatorio, al verle de nuevo el corazón de Dean Winchester comenzó a palpitar como nunca antes, días después ocurrió lo inevitable, besó al que se supone es su amigo, los labios del ángel se sintieron tan suaves y cálidos, por primera vez se sintió en paz, como si sólo existieran ellos dos... Eso hasta que el ser celestial decidiera desaparecer, entonces las mejillas de Dean se tiñeron de un rojo, por suerte Sam había ido a desayunar.

 

Durante la noche el rubio despertó con aprensión al sentir como un lado de la cama se hundía, llevó sus manos debajo de la almohada listo para sacar su arma pero no lo hizo, a pesar de la oscuridad pudo distinguir la silueta de Castiel, los recuerdos de la mañana llenaron su mente  rápidamente sacudió la cabeza, decidió sentarse a lado del ángel. Abrió la boca dispuesto a decir cualquier estupidez cuando sintió de nuevo esa sensación... Castiel lo estaba besando, por un segundo quedó perplejo ¿Era real? Sin perder más tiempo comenzó a mover los labios de una forma lenta, de acuerdo, el otro hombre no era un experto en el tema de los besos pero aún así hacia maravillas, contra su voluntad tuvo que alejarse ya que a diferencia de un ángel el si necesitaba respirar.

 

—Lo siento Dean.

 

¿En verdad el idiota se disculpaba por darle el mejor beso de su vida? Por un segundo quiso reír pero se aguantó la risa, Sam dormía a unos centímetros.

 

—Está bien Cas, no hay nada malo en que dos hombres se besen ¿cierto? —deseaba poder ver esos profundos ojos azules que tanto extrañaba—. Además, no eres tan malo haciéndolo

 

—¿Lo hice bien?

 

Dean prefirió responderle de otra forma, junto sus labios con los ajenos, en esta ocasión no hubo calma, se atacaron los labios el uno a otro, las manos de Dean se posicionaron sobre el cabello de Castiel los cuales revolvió, minutos después el mayor de los Winchester se encontraba recostado en la cama con el moreno sobre él, ahora sus manos se encontraban sobre la espalda de Castiel proporcionando caricias lentas, Dean sonrió al sentir como su compañero de besos comenzaba a excitarse, una de sus fantasías estaban a nada de cumplirse.

 

—Cas ¿Sigues siendo virgen? —preguntó en un susurró, lo que estaba a punto de hacer era muy guarro incluso para la mojigata de Sam—.  Puedo ayudarte

 

—Pero Dean —Él nombrado posicionó las manos sobre el pecho de Castiel para luego comenzar a deshacerse de la gabardina —. Sam está en la habitación

 

—No haremos ruido, lo prometo —no supo en que momento terminó de quitarle la camisa al mayor, con rapidez abrió el botón del pantalón y bajó el zipper—. Sólo dime una cosa ¿Quieres continuar? ¿Me deseas tanto como yo a ti?  

 

—Lo hago, te deseo como no tienes idea

 

Esas palabras fueron suficiente para que su sangre hirviera, estaba consiente que Castiel era inexperto pero estuvo soñando tanto tiempo con esto y ser paciente era lo último que quería, infiernos, Castiel se encontraba igual o peor, se deshizo de la ropa del rubio en cuestión de segundos, ambos se encontraban desnudos comiéndose la boca mutuamente, Dean separó un poco al ojiazul para tomar una de las manos de Castiel para lamerle dos dedos, para beneficio de él toda la habitación se encontraba en penumbra por lo tanto su sonrojo no era visible, Dean quiso cubrirse la cara de vergüenza al llevar la mano de Castiel en medio de sus piernas, demonios, debió de mostrarle algún porno gay, abrió los ojos como plato al sentir el dedo ajeno acariciar su entrada, definitivamente se mordió la lengua al ser penetrado, entonces ¿Eso era perder la virginidad? Por suerte Castiel se detuvo por unos segundos y para cuando comenzó a mover la mano el dolor era soportable, los dedos de Castiel comenzaron a tener efecto, ya no se sentía como al principio, tanto que comenzó a mover la cadera buscando más de ese dedo, después de varios minutos Castiel retiró los dedos, haciendo que Dean rodará los ojos, sin duda lo mejor estaba por venir.

 

—C-Cas ¿Tienes protección? —Sintió a su amante buscar algo alrededor del colchón, la repuesta del ángel le sacó una fuerte carcajada, se maldijo internamente. 

 

—Tengo mi espada

 

—Eso es suficiente, ahora tienes que...

 

—Lo sé Dean, tengo que hacer lo que el repartidor de pizza le hizo a la niñera.

 

Dean sintió un poco de miedo... A quién engañaba, eso le excitó más.

 

—De acuerdo tigre, hagamoslo despacio, no soy una actriz porno y tu no eres humano

 

—Jamás te haría daño

 

Castiel se acomodó mejor en medio de sus piernas, Dean cerró los ojos y contó mentalmente hasta diez, sintió la punta del miembro de Castiel punzando su entrada, era oficial, necesitaba gritar en lugar de eso se cubrió la boca con ambas manos, Castiel fue abriéndose paso con mucho cuidado, le tomó varios segundos llegar a un poco menos de la mitad de su tamaño, la sensación de presión era increíble, los humanos tenían razón, el sexo es magnífico. Terminó de empujar hasta estar adentro por completo, no era tonto, podía darse cuenta que Dean no lo disfrutaba tanto como él por lo que decidió acariciar el rostro del rubio, mientras que él permanecía quieto en el interior del cazador.

 

—Mueveté

 

Jamás había estado tan de acuerdo con una orden, comenzó a mover la cadera en un vaivén, al principio lento y suave pero conforme pasaron los minutos la necesidad aumento, y en este punto ambos habían perdido la cordura, Dean era un lío de saliva, se mordió el labio inferior tratando de callar los gemidos, jamás se imaginó que ocupar la posición de abajo se sentiría tan bien, no era momento de pensar en aquello, su mente se nubló al sentir como Castiel tocó un punto muy sensible, entonces comenzó a golpear una y otra vez provocando que el ojiverdi comenzará a retorcerse sobre la cama, el primero en alcanzar el orgasmo fue Dean, trató de recuperar el aliento mientras que Castiel seguía moviéndose dentro de él, varios minutos después sintió cómo su interior fue llenado por una sustancia liquida y pegajosa, la sonrisa que se formó en sus labios fue enorme, había sido su primera vez de Castiel.

 

—Ángel, por tu propio bien espero que no me contagies alguna enfermedad.

 

La siguiente media hora Castiel estuvo diciéndole que los ángeles no se enferman, lo que hizo gruñir a Dean, de todas formas lo abrazó y se durmió de esa forma.

 

Después de esa ocasión tuvieron más encuentros, en los asientos traseros del impala, algún baño público, motel, incluso después de resolver un caso de vampiros de alguna forma terminaron en el bosque haciéndolo como dos animales, literalmente, por las noches Dean esperaba a que Sam se duermiera para que Castiel viniera a su cama, en las noches que Sam permanecía despierto leyendo información del caso correspondiente él rubio tenía que salir de la habitación con alguna excusa barata, de una manera u otra siempre terminaba entregándose por completo a Castiel.

 

Era un Viernes por la tarde, se suponía que sería normal, no tenían ningún caso por resolver, lo único extraño es que él ángel había desaparecido desde en día anterior, después de dedicarle una mirada profunda se había ido sin decir una sola palabra, después de casi cinco meses estar separado de Castiel por mucho tiempo lo hacia sentir enfermo, enfermo de una manera en la que no se podía levantar de la cama, y para lo único que lo hacia era para ir al baño y usar el retrete para vaciar el estómago, lo que es extraño, no había ingerido un solo alimento, así es, Dean Winchester sin comer. Había perdido la cuenta de las veces en que había vomitado, tal vez está era la octava o novena vez, no estaba seguro, salió del baño para encontrarse con un Castiel mirándolo con enojo incluso con asco, y lo que dijo lo confundió más.

 

—Tenemos quesacartea esaabominación.


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