Ha transcurrido una semana desde que empecé a verme con JongIn en la barda, es cansado no podernos besar con liberta…bueno la libertad que nos permitía las escapadas al parque o al huerto de la escuela, pero sobre todo a su casa cuando hacíamos el amor. Extraños sus caricias, sus besos profundos, su lengua en mi cuerpo, su pene dentro de mi, el placer. De solo pensarlo me excito, pero no puedo dejar que mi cuerpo me traicione y mi pantalón evidencie mis sentimientos por el. Aunque mi rostro y mi peso ya lo han hecho y por comentarios de mis amigos es notorio. El director me ha llamado a su oficina, hoy viernes, es la segunda vez.
—Hola joven Lee, el director te espera.
Le sonrío a la secretaria y me dispongo a entrar.
La oficina llena de diplomas y libros me recibe. El director un poco calvo y mayor, pero con una sonrisa amable se levanta y me indica que puedo pasar. Me siento frente a su escritorio.
— ¿Todo bien?
—S-si. —Se a lo que se refiere, ya antes junto con el orientador hablaron conmigo sobre el acoso que recibía con respecto a un alumno de otro instituto, les aclaré que no era así, pero igual me dijeron debían hacer el reporte. Insistí que era un amigo mío, que mis padres pensaron que me molestaba pero no era así, hasta que entendieron la razón que entre líneas traté de explicar. El director hizo una “o” muy redonda con la boca, no supe si me juzgaba o no, la verdad es que no me interesaba. Me cuestionaron sobre el nombre del chico y el instituto donde estaba y no vi la razón para mentir. Aún así me dijeron que para evitar que mis padres se quejaran, debido a que eran mis tutores por ser menor de edad, prevalecería la cero tolerancia por si se le ocurría entrar a mi “amigo” y si yo me salía o faltaba a clases me reportarían inmediatamente con mis padres. Realmente no estaban preocupados por mí o mis padres, era por el patronato, pues si existían quejas o anomalías en la escuela quitarían algunos subsidios.
Después de un silencio incomodo y una mirada escrutadora, habló—Puedes tenerme confianza TaeMin. —Se levantó de su asiento rodeando el escritorio y parándose frente a mí.
—Es verdad señor, no he tenido ningún problema…ya lo he explicado y pensé que ustedes entendieron…
—Claro, claro que he entendido… ¿lo sigues viendo?
—No, por supuesto que no.
—Debes ser honesto hijo.
Estaba seguro que si aceptaba que lo veía lo contaría a mis padres, era más que obvio. Negaría todo. —No señor director, de verdad, he estado obedeciendo a mis padres pues ellos me prohibieron verlo. —Dije con fingida solemnidad.
—Haces bien, los padres siempre quieren lo mejor para los hijos. —Me tocó el hombre apretándolo mientras me decía las palabras.
— ¿Puedo irme?
—Si, claro pero…si en algún momento necesitas platicar o…algo, lo que sea que necesites —Se mojó los labios con la lengua. Sentí como oprimía un poco el hombro y su mano descendía por mi brazo. Me entro escalofrío. Me levanté de golpe.
—No…no lo creo, yo…
—Recuerda que un hombre mayor tiene más experiencia que los jóvenes. —Me sonrío de manera extraña. Sin retirar la mano que sostenía en mí brazo, iniciando su ascenso hasta posarse en mi hombro y nuevamente apretarlo. —Si necesitas que te de algo no dudes en pedírmelo. —Me guiña el ojo y me doy la vuelta. Siento como su mano baja por mi espalda, abro con rapidez la puerta y me salgo corriendo sin contestar la pregunta de la secretaria, aunque ni siquiera le he entendido.
Pido permiso al maestro de matemáticas para que me deje entrar a la clase , sabe que me han llamado en dirección, así que accede rápidamente.
—¡Que bien que llegas! Debemos resolver ejercicios… ¿me pasaras las respuestas?
—Claro ya sabes cual es la tarifa por ello.
—¡Tae me has timado!, además si quieres que hoy te acompañe debe ser gratis.
—Lo siento JinKi, me has dado tu palabra y hoy me acompañara JongIn.
—¡Mierda!
Me apresuro y veo a JongIn sumamente concentrado. Está logrando su cometido de mejorar académicamente.
Después de distribuir respuestas entre JinKi y SungMin ,ya que necesito recabar fondos me apresuro a mandarle mensajes a mi novio para confirmarle nuestra cita usando el teléfono de mi amigo. En el descanso JongIn me acompaña a la barda, para mi cita con MinHo. Tiene mas tiempo libre desde que dejó a XiuMin. Afortunadamente es menos quejumbroso que JinKi al cargarme…y me chantajea menos.
Después de los típicos besos, que si bien son cortos, me roba el aliento lo vi mirarme con preocupación. Cada que abría la boca para decir algo volvía a cerrarla.
—Dime que pasa por esa cabeza MInHo— Le acarició el cabello para animarlo.
—Sabes…creo que debería ir a hablar con tus padres.
—Ni de broma.
—Bebé, no podemos seguir así.
—MinHo mi mamá te atacará ya no con una escoba, seguro agarra una guadaña…no, ni hablar de eso.
—Tal vez si me conocen, si se dan cuenta que no es un juego —Me acaricia la cara y me mira con esos ojos profundos, su mirada triste y un poco desesperada. —Te amo y no puedo dejar que las cosas se quedan así sin hacer nada, debemos intentarlo, Después de todo ¿que perdemos? —Me atrapan sus palabras. No podría negarle nada a este hombre.
— ¿Te atreves a ir?
— ¿Por ti? Lo que sea. —Dice con la seguridad mas grande que he visto en un chico de instituto.
Suspiro. No espero mucho, pero es mejor que no hacer nada.
—Bien, ve el domingo, mi padre está todo el día en casa y si las cosas se ponen difíciles es el único que puede controlarla.
—Bien, te veo a la salida…aunque sea de lejos. Recuerda que te amo —Un suave beso y con ganas de mas es nuestra despedida, suena el timbre y nuestro clandestino encuentro se ha terminado. No le menciono lo del director, una preocupación mas no nos ayudaría.
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El fi de semana me porté de lo más cortés con mi mamá. Le ayude con la limpieza y las compras, ordene mi habitación, le ayude con la ropa y la limpieza del patio, mi madre se veía de mejor humor, aunque claro seguía incomunicado, con el internet y con el celular aún no había cedido, pero estaba mas amable conmigo, parecería que lo estaba superando. Al menos ese fin de semana dejó el discurso de porque no debería salir con el “pervertido musculoso” y de que dejara de influirme por su físico. Era buena señal. Mi padre, pese a que se daba cuenta que a la salida MinHo me miraba desde el otro lado de la acera no me decía nada. Y HaYii era mi cómplice, le emocionaba que MinHo fuera a “formalizar” con nuestros padres. Yo le decía que no exagerara, pero no podía dejar de fantasear con la posibilidad de que nos dieran permiso. Mi lado “so, so gay” realmente se creaba un dorama con la idea. JongIn también me infundía ánimos, me decía que tarde o temprano mi madre me tendría que aceptar, pues era evidente que me amaba y solo actuaba de esa manera por preocupación.
El Domingo por la tarde, durante la comida casi no pude digerir bocado, mi estomago estaba constreñido por la situación. Me ofrecí a lavar los trastes, lo que a HaYii le encantó. Me acompañaba. Cada 5 segundos levantaba la mirada para ver si llegaba MinHo. El reloj marcó las seis de la tarde, la hora de su llegada. El fresco otoño soplaba moviendo las hojas regadas en el pasto. Sentía el temor oprimir mi corazón con fuerza.
Parado en la entrada, perfectamente peinado de lado, una camisa gris, un saco informal y un pantalón oscuro lo hacía ver como si fuera a pedir trabajo. Le hice una seña con la mano. HaYii dio un pequeño grito que solo logró sobresaltarme mas de lo que ya estaba. Me sequé las manos en una servilleta de papel que ella me ofreció y me tomó de la mano. Nos dirigimos a la sala donde mis padres platicaban y tomaban té. Se fue a sentar con ellos.
El timbre sonó. Mi mamá hizo amago de levantarse pero le dije que yo iría. Sentía que todo me sudaba y cuando digo que todo…era ¡Todo!
Le sonreí a ese hombre perfectamente arreglado, que olía delicioso y que había ido a ver a mis padres para pedir permiso para poder tener una relación de noviazgo conmigo. Si hace un año alguien me hubiera dicho que un hombre así, sería capaz de hacer algo así por mí, no lo habría creído. Definitivamente los” te amo” que me decía frecuentemente MinHo, ahora los creía fervientemente.
Pensé en darle un beso rápido en los labios, parándome de puntillas pero el se negó.
—No es el momento más conveniente. —Pero me sonrío con dulzura.
—Pasa. —Me tomó la mano y pasamos el recibidor. Lo vi caminar con seguridad.
*"El miedo se había apoderado de mi estomago y en ese momento mi mayor preocupación ya no era regresar lo que había hecho de comer mi madre, sino que nuevamente la madre de TaeMin me rechazara, no cabía la duda de que intentaría cualquier cosa por estar con el. Había puesto en una balanza mental las opciones que tenía y había preferido empezar por la que consideré la mas “correcta”. Sentía la mano sudorosa de TaeMin. Diablos este chico me tenía loco."*
—Papá, mamá …MinHo, mi …mi novio quiere hablar con ustedes.
Cuando ellos voltearon vi como el rostro de mi madre se desfiguraba.
— ¿QUÉ HACE ESTE PERVERTIDO EN LA CASA?
Iba a ser difícil tratar con la señora, el grito había hecho temblar a TaeMin, per yo no me acobardaría. Apreté más fuerte su mano.
—Buenas noches, vengo a hablar con ustedes de mi relación de noviazgo con su hijo.
Mi padre le hizo un ademán con la cabeza en forma de saludo, no podría decir que fue cordial pero tampoco vi molestia en su cara. HaYii levantó la mano en su típico saludo.
— ¡LÁRGATE DE MI CASA ! —Mi madre hizo ademán de levantarse pero la mano de mi padre la retuvo.
—Mamá solo escúchelo…
—NO VOY A ESCUCHAR SUS TONTERÍAS….
—Por favor señora, solo deme un momento, mis intenciones…
—TU SOLO TIENES MALAS INTENCIONES …
—Mamá solo escuche al novio de TaeMin, se ve que es muy amable con el.
— ¡Tu estas defendiendo a un extraño en lugar de darme la razón!
—Señora si ustedes me dan la oportunidad de conocerme…
Un florero voló a la cabeza de MinHo que atinó a esquivarlo y empujarme para que no me tocara, aunque era obvio que iba para el, pues mi madre tenía buena puntería.
Sus palabras de súplica siempre chocaban con las de rechazo de mi madre. No importaba cuanto se esforzara MinHo.
*"En verdad esta intentando hacer las cosas de la manera correcta, pero la madre de TaeMin parecía implacable y reticente a aceptarme, ya había esquivado un florero, un libro y una figurilla de metal que pasaban silbando por mi cabeza, de no ser por su esposo ya se habría parado a atacarme con uñas y dientes."*
—TaeMin es mejor que despidas a tu amigo, para que tu mamá pueda controlarse.
—Pero papá el quiere hablar con ustedes de manera formal…
—Anda hijo, se obediente. —Me sonrió con tranquilidad, no se veía enfadado.
—NO VOY A DEJAR QUE LO TOQUES, TAEMIN NO TE ALEJES DE AQUÍ…AHORA ENTIENDO PEQUEÑO GRANUJA, POR ESO ESTUVISTE TAN SERVICIAL ESTOS DÍAS…—Se revolvía como fiera enjaulada porque mi padre no la soltaba, de no ser por ello, la mesa de centro hubiera sido utilizada como arma letal—¡HAYII NO LOS DEJES SOLOS! —Mi padre asintió.
—Hasta luego señores, que tengan una buena noche. —MinHo hizo una reverencia y se dio la medía vuelta.
— Y NO ES HASTA LUEGO ES HASTA NUNCA…Y NO SON NOVIO PORQUE TAEMIN NO TIENE PERMISO DE TENER UN NOVIO.
Caminamos hasta la entrada.
*"Me sentí derrotado, ni siquiera me habían dado la oportunidad de hablar con ellos, estaba dispuesto a aceptar sus condiciones, lo que nos pidieran, pero realmente quería que aceptaran nuestra relación, tenía mucho miedo que por la presión de ellos, el terminara abandonándome. Los pies me pesaban, lo mismo que el alma."*
—Bueno no-novio de TaeMin, déjame decirte que a mi me agradas.
—Gracias no-cuñada. —Sonrío MinHo siguiéndole el juego.
—¡ LEE TAEMIN! VEN ACÁ.
—Debemos entrar y tu tienes que irte.
—¿Seguimos juntos en esto bebé? —Me vio con profunda tristeza.
Le sonreí para infundirle ánimos y apreté su mano. —Hasta el final.
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