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CELOS / 2MIN. Algo crece dentro de mí. por Linlim

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Notas del capitulo:

Lo siento, dije que actualizaría martes, pero tuve contratiempos, estaba muy cansada, pero bueno compensó con un capítulo mas largo.

Seguiré actualizando doble por semana, pero ya no diré que día, para no incumplir, solo queda seguro la del.domingo.

 
Bunsik: Comida callejera.
Twigim: Verduras o papas o salchichas fritas.
 
 
 
 
 
 
 
 
Es sábado y caminamos por el gran  Seúl. 
 
Hemos estado saliendo casi todas las noches, pues MinHo compro tarjetas para el metro y hemos visitado varios lugares,  somos como turistas sin dinero. Ayer fuimos a Gangnam, pero no lo he disfrutado, es hermoso con sus lujosos locales  y hermosas vistas a edificios, pero MinHo se ha sentido mal por no poder entrar a ningún lugar, no me ha importado, realmente disfrutó de cualquier lugar siempre que esté con  el, podríamos  estar   en medió de un camino solitario, sentados bajo un árbol, pero estaría feliz. 
 
 
Pero parece ser que cree que por no tener dinero podría aburrirme o arrepentirme de  haber huido con el, pese a que insistido en que me basta con tenerlo a mi lado y que no necesitaba entrar a ningún sitio de moda. 
 
 
No me creyó.
 
 
La consecuencia de esa salida fue que  por primera vez desde que huimos,   dormimos sin hacer el amor, se dio la media vuelta y durmió dándome la espalda, aunque sé que no dormía.  Eso me rompió el corazón, pero no quise agobiarlo con mis quejas, me hubiera sentido avergonzado si creyera que solo lo buscaba por el sexo, preferí dejarlo descansar. En la mañana después de regresar de correr, porque increíblemente tiene ánimos para hacer ejercicio por las mañanas,   vino de mejor humor, me hizo el amor dos veces, una en la ducha y otra en la cama, dijo que esta noche sería diferente, lo ha dicho  con una gran sonrisa y no supe porque, pero no importaba, pues el hablaba  mientras yo disfrutaba mi orgasmo, así que solo escuché palabras.
 
 
Y aquí estamos caminando  por las iluminadas  calles de Myeong-dong, con sus edificios llenos de vida, los enormes anuncios de todos los locales.  Está abarrotada de puestos callejeros de comida, de tiendas de recuerdos, de restaurantes, del  pulular de las personas, de turistas, de gente joven y muchas no tanto.  Todo tan vivo y alegre, tan diferente a ayer. Hemos entrado a algunas tiendas y aunque no compramos nada, es divertido observar objetos, desde los más típicos hasta los más estrafalarios. En varias ocasiones me ha preguntado si quiero algo de las cosas que tomo, pero me niego.  
 
 Caminamos muy juntos pretextando que no hay espacio para andar debido al gentío, el lleva su mano sujetando  mi cintura a lado de el y desearía que fuera un poco mas allá. De cuando en cuando frota sus dedos por encima de mi camisa, los dedos que están en oposición al pulgar, aunque este de vez en cuando lo usa para hacer  círculos sobre mi piel sensible. Siento la tela, pero siento mas su tacto, tibio, tengo ganas de voltearme y abrazarme a el, a su fuerte pecho, a sentir la calidez que emana de si, que me abrigue con sus brazos, que me envuelva, quisiera esconder  la cabeza bajo su cuello, llenarme de su aroma, sin importar que halla gente o que me juzguen. 
 
 
 
 
 Pero tengo miedo y no me atrevo. Pero lo desearía.
 
 
 
 
 Lo mas que hago es echar el cuerpo hacía esa mano que me guía. Dejar que me hable al oído porque el bullicio no me deja escuchar ¿Eso es creíble no? Nos detenemos en una tienda de bunsik, nos han dado pinchos con twigim de salchichas. Se ha quemado y he podido ver su comida media molida en la boca, pero lejos de darme asco, me ha preocupado. El se ha sonrojado por ser “tonto”, pero a mi me  parece adorable, nos reímos de que el mío se ha caído y  ha quedado a la mitad por el movimiento que hice al hablar. Unos cuantos wones en la cena nos han hecho mas que felices. Eso me basta, ojala y MinHo pudiera entenderlo.
 
 
Seguimos caminando, aunque no se a donde me dirige, pero lo veo con una cara un poco sospechosa.
 
— ¿A dónde vamos MinHo?
 
—No se…a algún lugar…
 
—MinHo, ya es tarde, deberíamos irnos.
 
—¿Te regañará tu mamá si llegas tarde?
 
Una punzada en el pecho, no he hablado con ellos, no se que pensaran, seguramente estarán preocupados, no tienen idea de donde estoy, no he querido llamarlos porque se que las palabras de mi mamá pueden hacerme sentir culpable, debí decirle algo a HaYii pero sabía que tarde o temprano la convencerían de hablar, solo una llamada rápida a JongIn para avisarle  que estaba bien, pero no lo dejé hablar, no quería saber, no quería pensar sobre el asunto.
 
—No, claro que no— Involuntariamente agacho la cabeza.
 
—Lo siento…bebé…soy un estúpido —Me levanta la cara con la mano y me ve con culpa —Yo siempre digo cosas que no van.
 
No quiero que se vuelva a sentir culpable como ayer.
 
—No, no te preocupes, es que no conozco y tengo miedo de no saber como regresar.
 
—Por eso tu chico te ha traído ¿no?, se como llegar.
 
— ¿Y como es que mi chico sabe? —Le pregunto entrecerrando los ojos, eso es sospechoso.
 
—La recepcionista me dio algunas indicaciones por la mañana.
 
¿La que se quería comer a mi novio? Vaya tipa tan fresca.
 
Comienzo a caminar molesto y el trata de detenerme por la mano, pero se la aviento, me sigue e insiste en tomarla. 
 
—Solo me dio información…
 
—Le gustas. —No pregunto, afirmo.
 
—Pero ella a mi no.
 
Sigo caminando, voy  empujando gente.
 
— ¿A dónde vas?
 
¡Ssiba! No tengo ni idea donde estoy ni a donde debería ir.
 
—A la estación del metro. —Digo dudando.
 
—Esta del otro lado. —escucho una risa ahogada de su parte, se está burlando porque sabe que estoy perdido.
 
Camino en sentido opuesto, pero me toma la mano y con la otra enlaza nuestros dedos. Me congelo.
 
—Tengo sed, compremos algo de beber.
 
Entramos a un minisúper tomados de la mano. Al entrar un hombre mayor con gabardina y maletín acompañado de otra mujer con características similares nos ven las manos, algo comentan entre ellos. Inmediatamente trato de soltar a MinHo que me mira extrañado. Los ve a ellos y les regresa la mirada, siguen caminando,  hacen como que nos ignoran.
 
 Consigo soltarme.
 
 Tomamos las bebidas  sin hablar, toma la que sabe que es mi preferida, porque siempre recuerda los pequeños detalles. En el momento de pagar los volvemos a ver, a la pareja que juzga. MinHo nuevamente entrelaza nuestras manos y los mira, se denota orgulloso y seguro, yo tengo miedo, de ser juzgado y rechazado.
 
Ellos nos ven y nuevamente la mirada que califica y sin hablar me dice que eso no es correcto. Pagan y dicen algo inteligible, pero es algo malo por sus caras. MinHo no me suelta.
 
Un  joven de mirada amable y cabello medio a rape  que se ocupa de  la caja los ve y nos mira después, se asoma un poco por el mostrador y al percatarse de   nuestras manos entrelazadas sonríe. La pareja juzgadora se va, nos toca pagar.
 
—Hola soy Baekho  — Toma las bebidas y las marca — Saben, siempre hay gente que se cree mucha mierda, pero es gente ignorante, estamos en pleno siglo XXI, no vale la pena darles importancia. —Sonríe con amabilidad y habla mientras cobra.
 
—Gracias. Es bueno saber que no toda la gente es igual. —Le doy una sonrisa, me siento mejor de no ser juzgado por todos.
 
MinHo choca con el la mano y le comenta algo, pero ya no los escucho, comienzo a caminar a la salida. Esto es… ¿raro? ¿Diferente?...ayer estuve triste, hace un rato sentí culpa, hace un momento tuve miedo, luego estoy feliz, es una montaña rusa todo, no puedo evitar sentirme confundido, tengo sentimientos encontrados, estoy  feliz de estar con MinHo, también me siento un poco perdido. No me arrepiento, pero en el fondo quisiera que todo estuviera en calma, sin preocupaciones, pero estoy consciente que huí  por voluntad y acompañado. Mi decisión no ha cambiado.
 
Veo desde la  calle, como una chica muy linda, de cabello largo y vestido vaporoso es tomada de la cintura por su novio o al menos supongo lo es, pues  la ha sorprendido, ella brinca por el susto y al voltearse el chico le da un beso en los labios, ella intenta correr mientras ríe, pero el le toma la mano, se pierden entre la gente.
 
Son libres de besarse, de tomarse de la mano y caminar juntos, pasan desapercibidos, a nadie le importa. Es inevitable volver a sentir tristeza.
 
— ¿En que piensas bebé? —Su voz me sobresalta, me entrega mi bebida.
 
—Nada…nada importante.
 
— ¿Estas bien? …¿es por las personas esas…?
 
—No, solo…estoy un poco cansado, eso es todo.
 
— ¿Quieres que te lleve a un lugar especial?
 
Asiento, siempre que estamos juntos es especial, prefiero dejarlo que el decida.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
—Ya les he dicho, no los puedo dejar pasar.
 
—Pero nos hemos formado y todo
 
—Pero son menores de edad, ya se los he dicho. —El tipo enorme y corpulento vestido de negro,  nos repite con fastidio, yo ya lo he entendido pero MinHo no.
 
— ¡No lo somos! —MinHo insiste en algo que es mas que evidente.
 
—Mira si me sigues fastidiando te voy a meter mi pie por el trasero y no en un sentido que lo disfrutes. —Le dice el sujeto de seguridad ya molesto.
 
—MinHo vámonos. — Lo jalo.
 
Veo que la recepcionista le  ha sugerido este local y me doy cuenta que es en una zona de establecimientos gay, he visto parejas, en su mayoría de hombres tomados de la mano, manoseándose, incluso  al pasar por un callejón, dos chicos se besaban como si se fueran a aspirar un pulmón. 
 
—Mira — Le dice el tipo ya bastante fastidiado —Hay un lugar que deja que entre quien quiera, pero es un poco…extravagante.
 
MinHo acepta la sugerencia y el sujeto le da las indicaciones para llegar. 
 
Caminamos  por  varias calles, el bullicio va disminuyendo, al final de una estrecha calle, húmeda, pasamos por un estrecho pasillo lleno de puestos cerrados, al final la entrada tenuemente iluminada por un anuncio Neón que dice “Heaven”,  aunque la H no se ilumina completamente.
 
Me da miedo el lugar.
 
—Espera bebé.
 
Me deja parado, yo solo observo, tengo frío y tiemblo o tal vez no es el frío. El habla con un tipo de mala cara y cabello relamido que resguarda la entrad.  Solo pienso que si hubiera un temblor o un incendio difícilmente escaparía de este lugar.
 
—Ven, podemos entrar. 
 
Me empuja al establecimiento, por un estrecho pasillo nuevamente, es corto y deja ver un lugar no tan grande , hay una barra donde varias personas están arremolinadas pidiendo tragos, no es muy grande la estancia, al fondo, sobre una tarima,  iluminada con luces amarillentas, una banda de rock  toca un poco desafinado, la mayoría tiene maquillaje, sombras y delineador que oscurece su rostro, cantan como si se quisieran suicidar. En el centro,  algunas personas bailan en la pista y…son chicos, todos,  vaya, se tallan un poco,
 
— ¿Asustado?
 
—N-no…
 
—Desde que llegamos a la zona no has hablado casi nada…bueno a decir verdad desde que vimos a esas personas en el…
 
—No importa, estoy bien, es solo que…no se es raro.
 
—Bueno, se que no es el mejor lugar, pero ¿te gusta bailar no? por eso quería traerte a un lugar…ya sabes…así, para que te sintieras mas …libre.
 
Se que lo hace porque ayer fue un  mal día y quiere hacerme feliz, no entiendo su inseguridad, pero igual le agradezco el esfuerzo.  Nos acercamos a la barra, MinHo consigue un banco y el se para a mi lado. Escuchamos a la banda, no es mi música preferida, no entiendo mucho porque es en ingles.
 
—Es de Linkin Park se llama Burn it down, es buena la rola. —Me habla muy cerca de la oreja y me da escalofríos. Pide bebidas, me la tomo de un trago, me raspa un poco la garganta, pero estoy muy nervioso  como para pensar,  le pido otra para poder relajarme , pero  los vasos no se ven muy limpios y las axilas expuestas del bartender no ayuda mucho. 
 
—Tranquilo, no tenemos prisa, no debemos llegar temprano. Me sonríe, me abraza la cintura y coloca su barbilla en mi cuello mientras escuchamos la música.
 
Después de casi una hora, por fin se despide la banda y comienza la música bailable. Los juegos de luces de colores brincotean formando figuras,  otras luces estrambóticas se encienden y apagan, es un poco ensordecedora la música pero el ambiente se siente mejor en la penumbra.  MinHo me balancea un poco y yo bailo levemente, pero cuando suena Likey de Twice y la pista se arremolina con  más gente como si fuera posible, lo jalo al centro, es divertido ver como muchos chicos imitan los pasos de manera bastante coordinada. MinHo se mueve torpemente. 
 
— ¿Sabes que me recuerda esa canción? —Me sonríe con malicia.
 
 
 
 
La primera vez, bueno la mía…no, la nuestra. Nuestra primera vez que hicimos el amor.
 
 
 
 
Van cambiando de canciones, la mayoría de mucho ritmo, hasta que ya entrada la madrugada llega la música suave, se escucha Paper hearts de Jung Kook, las luces bajan, las de color morada hacen ver el lugar mortecino. MinHo me abraza, coloco mi oído en su pecho, es mi lugar seguro, sus brazos me envuelven.
 
—Te amo.  — Recoge mis mechones de cabello sobre mi frente, solo se ve parte de su cara, la que ilumina la luz extraña y mortecina, se acerca a mi lentamente y  dejo que me bese, es suave, siento el sabor de licor en sus labios,  pero sigue siendo su sabor, tan propio de el, la suavidad de su lengua en la mía, sus manos acariciando bajo mi polera, yo coloco las manos en los bolsillos de sus vaqueros. Ladeo mi cabeza y nuestros labios se ajustan con más precisión.  Aspiro su aliento. Ha cambiado la canción, pero no deseo que nos separemos. Me oprime mas hacía el, siento el bulto de su erección y comienza el ascenso de la mía. 
 
 
 
 
Gimo. El gime.
 
 
 
 
Estamos a media pista, lo empujo con fuerza y volteo a los lados pensando que nos están viendo. Tengo el mismo miedo que experimenté  cuando nos encontramos con la pareja juzgadora. Pero rápidamente me doy cuenta  de algo.
 
 
 
 
Nadie nos presta atención. Somos una pareja mas.
 
 
 
 
Nos ignoran, otras parejas ya se besan, pareciera que no les importara, cada quien está mas preocupado por la boca de su pareja…en algunos casos son mas de dos. Y no solo se preocupan por las bocas pues se están metiendo mano o manos.
 
— ¿Ya te diste cuenta que nadie nos ve?
 
Sonrío apenado y asiento.
 
— ¿Podemos seguir en lo que estábamos?
 
No contesto, actúo.
 
Paso los brazos por su cuello y lo jalo hacía mí. Su manos oprimen mis glúteos y me acerca a el, su hombría llega a la altura de mi ombligo por la diferencia de estaturas. Me volteo y comienzo a bailar con el ritmo de la música lenta,  tallando mi trasero en su pierna, muevo las caderas de manera circular, incitándolo.  Bajo y subo por sus largas piernas haciendo ondulaciones con mi cuerpo, me giro y pongo la mano en su pecho y la bajo lentamente, mi rostro queda a la altura de su hombría y levanto la vista, el me ve desde la altura, me lamo los labios y el sabe lo que eso significa. Me jala y me levanta. Me ataca nuevamente con un beso, mas cargado de pasión. Nuestras bocas hacen ruido al separarse, el termina con el beso y no estoy feliz,  quiero mas de el, es la primera vez que podemos expresar nuestro amor libremente frente a otras personas y se siente bien. Nuevamente me siento libre.
 
—Si sigues bailando así, no me voy a controlar y te haré el amor en la pista. 
 
La idea me excita pero eso sería demasiado.
 
—Ven, vamos por una cerveza.
 
Pero la música nuevamente salta y suena Lie de Jimin de BTS.
 
—No, ve tú, me quedo bailando. 
 
Asiente y se aleja. Me siento un poco mareado, ya hemos tomado varios tragos, pero aún así me siento capaz de  imitar  los movimientos del cantante, al menos algunos. Veo a mi novio en la barra,  un chico con cara delicada y con  camiseta de malla  le toca el pecho con un dedo y lo resbala hasta la cintura pero MinHo lo detiene, el chico insiste, se le acerca para decirle algo al oído pero mi novio  da un paso hacía atrás y lo empuja un poco. 
 
Es obvio, el es muy guapo y este lugar es una invitación para buscar pareja. MinHo sigue tratando de esquivarlo. Se que lo rechazará, no tiene caso que me torture observandolos. Cierro los ojos y me dejo llevar por la música, han cambiado la canción y ni siquiera me había dado cuenta. Pero igual vuelvo a tomar el ritmo.  Siento unas  manos que me aprieta contra su cuerpo, sigue el ritmo conmigo, se agacha un poco y siento como trata de embestirme  por encima de la ropa, pero el segundo movimiento es mas agresivo y siento el hedor a alcohol, demasiado fuerte, reacciono al tacto, no son las manos de MinHo, pero no tengo tiempo de reflexionar veo a MinHo caminado frente a mí, se abalanza al cuerpo que está tras de mi y apenas tengo tiempo de quitarme. 
 
 
 
Todo es un caos. Esto es un deja vú.
 
 
 
Gritos, golpes. Los puñetazos  se los lleva MinHo, el tipo tiene cara dura, es notorio que sabe pelear,  al menos peleas callejeras, pues le ha dado un golpe cerca de los bajos a MinHo que apenas a podido rechazar.  Después de unos minutos que transcurrieron muy lentos, se encienden las luces amarillentas y ahora que lo observo es mayor que mi novio, ya es un hombre, los músculos en sus brazos son más grandes, lleva una camiseta abierta de los lados, dejando ver sus pectorales.  Pero mi observación solo dura un  momento , cuando siento que dos gorilas los jalan a la salida y corro tras el, el pasillo es tan angosto que es  difícil salir juntos. Los avientan a la calle y corro hacía MinHo para ayudarlo, toco su cara, tiene un pómulo inflamado y su camisa manchada de sangre, pero rechaza mi mano.
 
Un chico pasa a nuestro lado.
 
—Yunho …¿estas bien? —La malla de la camiseta del chico  deja ver sus pezones, su pantalón esta rasgado a la altura de los glúteos, estoy seguro que si se agacha y estoy a sus espaldas podría verle el trasero, su  ropa grita fóllame por todos lados.  Trata de levantar al tipo,  pero este se tambalea y avienta un golpe a la cara del chico que cae de bruces.
 
Trato de ir  ayudarlo pese a que ya me cae mal porque seguro fue la causa del problema, pero MinHo me detiene.
 
— ¡ERES UNA MALDITA PUTA! —Lo levanta el que nombró como Yunho y lo jalonea  del brazo, pero el chico no se defiende, un segundo golpe cruza su rostro dejándolo nuevamente en el suelo.
 
 
El tipo se tambalea y empieza a andar, el chico tirado se levanta y camina tras el, veo  como se van peleando, los gritos y manazos vuelan. El callejón es muy estrecho para caminar todos, así que esperamos a que lleguen al final y den vuelta.
 
Comienzo a caminar cuando desaparecen  al finalizar el callejón.  Escucho los pasos de MinHo tras de mi. Vamos callados, su mano ya no toca mi cintura y me siento solo. Me abrazo a mi mismo, el calor del local contrasta con el frío de la madrugada. Hay una ligera llovizna.  Al salir del callejón la pareja  ya están pegados a la pared, se ven  como una masa amorfa de brazos y bocas, se besan con pasión y pareciera que tienen sexo sobre la ropa. O tal vez si están teniendo sexo al juzgar por los orificios de los  pantalones del chico.
 
Solo quiero irme de aquí y estar con MinHo abrazados bajo las sabanas, sentirme tibio bajo su cuerpo.
 
De hecho quisiera estar en mi casa, con la seguridad que no nos correrán, atacarán o golpearán. 
 
 
 
 Estoy cansado. No se si física o emocionalmente.
 
 
 
Tomamos un taxi. Llegamos al hotel en silencio. Después de entrar a nuestra habitación decide hablarme.
 
—Báñate.
 
Tengo la esperanza que el me alcanzará en la ducha. Pero no es así. Cuando salgó está observando el paisaje  por la ventana, al escucharme voltea y se mete a duchar. No me importa no secarme el cabello y opto por acostarme, ya no tengo sueño. La cama me parece enorme. Está fría.
 
Es una eternidad la que tarda en regresar. Se acuesta pero no me abraza. Nuevamente me da la espalda por segunda ocasión. 
 
¿Debería disculparme? , no lo provoqué, no creo que pueda pensar que coqueteé con alguien. No entiendo, un chico se le acercó de manera insinuante y no me molesté.  No entiendo porque esta enfadado conmigo.
 
Me volteo y me acerco a su cuerpo, siento como se tensa. 
 
—No fue mi culpa.
 
Suspira, pero no me contesta.
 
—Yo no lo provoqué.
 
Silencio.
 
 —Lo hiciste, la forma en que bailas… era tan sensual…no, corrijo, era tan sexual, era lógico que pareciera que enviabas señales para tener sexo con alguien.
 
—Estaba contigo, se suponía que no tardarías en regresar…nunca tuve intenciones de mandar…esa señal que dices.
 
—Además dejaste que te tocara…
 
—Por un momento me confundí…pensé que eras tu…no puedes creer que yo… —Le toco la espalda intentando voltearlo para que me vea.
 
—¡Entiéndeme  TaeMin como me sentí al  ver como te manoseaba el tipo ese! —Se ha incorporado de la cama quedando sentado, me ha gritado y está molesto. 
 
—Yo vi como su  novio te  estaba te tocaba y no fui a golpearlo a gritarte.
 
—Pues yo no puedo ser como tú…quedarme callado viendo como te tocan… además es la segunda vez que pasa…yo  me enojo porque … ¡porque a  mi se me importas!  —Suspira —…porque yo si  te amo.
 
— ¿Cómo puedes poner en duda mi amor por ti?  He dejado mi casa y mi familia por ti…
 
Siento unn nudo en mi garganta y no puedo hablar, me acuesto y le doy la espalda, me tapo hasta la cabeza y trato de no hacer ruido al llorar, ya que no puedo contener las lagrimas. 
 
Su mano toca mi hombro. 
 
—Lo siento, eso no se escuchó bien.
 
Guardo silencio y el se acomoda tras de mi y me abraza, pasa su brazo por mi cuello y me sirve de almohada, se pega a mi y siento sus labios en mi cabeza.
 
—Perdóname, sabes que soy muy celoso.
 
—No te doy motivos.
 
—Se que tu no, pero eres tan inocente y ese tipo…cualquier tipo tratará de aprovecharse de ti.
 
—Pero no puedes culparme…al menos no debes.
 
—-Pues no hagas cosas que me molesten. Prométeme algo.
 
—Dime.
 
—Nunca volverás a bailar.
 
¿Nunca? Es una palabra muy fuerte, amo bailar, me falta ir a la universidad y tener la libertad para ir a fiestas. Ahora se supone soy libre y ya no podré hacerlo ¿No es como demasiado?
 
—MinHo tu sabes que yo amo bailar…
 
—¿Mas que a mi?
 
¿Tengo opción?
 
—No, no más que a ti. Te lo prometo, no volveré a bailar.
 
Sus manos se escurren a mis pezones y los masajea, su boca viaja a mi cuello y empieza a besar, succiona  y estoy seguro que va dejando marcas en el.
 
—No MinHo, no quiero. Trato de empujarlo, pero no tengo fuerzas o me miento a mi mismo pensando que no las tengo.
 
Recuerdo como el tipo le hablo al chico y este lo siguió  pese a que lo golpeó,  lo perdonó.
 
¿Soy yo como ese chico? Tal vez no, MinHo nunca me ha golpeado. Jamás me ha dado motivo para sentir celos, ha rechazado a otros chicos por mí, incluyendo al de esta noche. No he pensado con claridad, el también ha dejado su hogar  por mi, porque mi familia me prohibió verlo cuando pudo simplemente cambiar de novio. El me llevó a presentar con su familia. El vendió su carro y su celular para obtener dinero para el viaje. 
 
 
 
Soy egoísta, solo he pensado en mí.
 
 
 
Me giró y estoy frente a su rostro. Lo acarició, lo observo. Beso sus pómulos, con cuidado el que esta golpeado, subo hasta sus parpados, seguro tendrá un morado mañana.
 
—Sabes bebé, cuando lo hicimos por primera vez...te canté una canción pero no la terminé. —Me besa suavemente en los labios — ¿Puedo terminar de cantártela?
 
Asiento. Me empieza a acariciar y resbala la ropa por mi cuerpo, se que me ve a hacer el amor, por la forma en que me acaricia y me toca, preparándome para poseerme,  mientras lo hace, comienza a cantarme.
 
 
 
 
 
“Al final de un vergonzoso día 
 
Lleno de incómodos errores
 
Tu eres mi fuente de orgullo, estas esperando por mi.
 
Esos pequeños hombros tuyos, 
 
Aquella pequeña manos tuyas
 
Se convierten en una cálida manta.
 
Al final de un exhaustivo día
 
Has trabajado duro, realmente has trabajado
 
Incluso para ti.
 
Mis hombros grandes, mis grandes manos
 
Se convierten en un cálido consuelo al final del día…”
 
 
 
 
 
 
Se queda callado, mientras se acomoda entre mis piernas, siento como se hunde lentamente en mí. Me siento lleno, literal y metafóricamente.
 
 
 
—TaeMin, quiero que al finalizar el día, estés ahí esperándome — Los movimientos son lentos y sensuales —…quiero que todos los días estés esperando por mí… ¿Tu también quieres?
 
—Si, también quiero estar para ti —Gimo de placer — Siempre  al finalizar el día.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Notas finales:

La canción sigue siendo "End of day" de Jonghyung.

 

Anniong!!!


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