—Gracias por ayudarme JongIn, creí que no iba a terminar nunca con todos estos deberes —Afortunadamente no me habían expulsado por mis faltas pero debía ponerme al día con todo y aun tenía pendientes.
—No te preocupes, me agrada ayudarte y mantenerme ocupado.
—Lo estas entre el equipo y las clases.
—Lo se, creo que me he vuelto mas listo, no es tan complicada la escuela después de todo, solo necesitaba prestarle atención.
—Si, me has sorprendido.
— ¡Oye! —Una almohada voló a mi cara. —Significa que no me creías capaz. —La verdad es que mi amigo no era el mejor estudiante, desde la elemental, muchas veces hice sus deberes y le pasé algunas respuestas en el examen.
—¡Claro que confiaba en ti!
—Pues debes hacerlo, porque a demás de ser sexi y guapo también soy inteligente.
—Si claro JongIn y también mentiroso —Rodé los ojos. Otro cojín llego a mi cara. Su celular sonó. Lo vi sonreír ante la notificación y sus enteleridos dedos que hacía un momento decía no podía mover mas por tanto escribir en la computadora, ahora lo hacían a un ritmo digno de secretaria de oficina.
—Oye si sigues sonriendo así te van a doler tus mejillas. —Comentario que ignoró. Se había acostado en su cama, ni bien acababa de terminar de escribir, cuando el sonido de una nueva notificación llegaba. Terminé de hacer unos ejercicios de matemáticas atrasados que me acababa de explicar mi amigo. Comencé mi ensayo de ciencias sentado en el escritorio y mi amigo seguía mensajeandose. De cuando en cuando lo escuchaba soltar alguna carcajada que sonaba como hiena en la película del rey león. Su boca la abría exageradamente cuando se reía..
Después de un rato empecé a guardar mis cosas, debía ir ya a casa a cenar para luego poder hablar por teléfono con mi novio como todas las noches antes de dormir. Me gustaba tanto hablar con el que era curioso como no se nos acababan los temas de conversación. El realmente sabía escucharme, me hacía sentir importante, al menos para el.
—JongIn ya me voy a ir.
—Lo siento Tae, es que estaba un poco ocupado… —Por un momento dejó de textear.
—Eso veo, supongo que estas redactando el informe de ciencias en tu celular, estas tan concentrado.
—Naaa, no es nada, solo… un amigo de otra escuela. —Trató de restarle importancia con un ademan de la mano.
Nuevamente sonó el celular. Lo vi sonreír y corrí a arrebatarle el celular. Sabía que el me ganaba en fuerza, pero corrí el peligro por curiosidad. Luchaba como entrenador de sumo, agarrándome de la cintura para tratar de quitármelo, pero por fin vi el nombre : Chen.
— ¿Quién es?
—Alguien que conocí.
—Me suena su nombre…no se por qué…
—No lo creo, es solo alguien que apenas conocí la semana pasada.
—Te ves muy contento.
—Es muy gracioso, dice cosas…no se, es muy divertido, cuenta chistes muy malos, sus ojos se hacen pequeños cuando se ríe y…
—Te gusta.
—¡NO!
—No tienes porque gritar. — Me solté de el, por salud de mis oídos. Me senté en su cama.
—Digo no… ya sabes es solo un amigo, empezamos a llevarnos, es todo, además no se si le gusten los chicos y…
Mi celular sonó.
—Hola bebé ¿Qué haces?
—Vine a casa de JongIn para que me ayudara con mis deberes atrasados.
—Pudiste decirme y hubiera ido a ayudarte, no creo que a tus padres les habría molestado.
—Tú también tienes cosas que hacer, es mejor esperar y vernos el viernes para que mis padres no pongan pretexto…
—Bueno, ya ve a tu casa, para que podamos hablar con calma.
—Si, ya me iba…
—Bueno, te hablo en quince minutos. —Colgó.
—Lo siento JongIn debo irme, luego me mandas mensajes contándome de tu chico…
—¡No es mi chico! —El celular nuevamente sonó.
—Claro, contéstale antes de que te reclame.
Corrí a mi casa, debía darme prisa para poder hablar con mi novio.
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La semana me pareció una eternidad, pese a que me divertía con mis compañeros de clase y sobre todo porque hablaba por teléfono con MinHo todos los días. El miércoles había ido a mi casa pero siempre estábamos monitoreados. Esperaba el fin de semana porque sus padres se irían y podríamos estar solos, aunque fuese un rato.
El sábado HaYii se quedó con su pretendiente nerd en una cafetería a dos cuadras de donde vivía MinHo y nosotros tendríamos una hora –tiempo mínimo para unos besos y lo que se pudiera- después me reuniría nuevamente con mi hermana para contestar la llamada de mi madre, estando juntos, pues seguía con es práctica, tratando de proteger mi castidad inexistente. Afortunadamente aún no descubría que HaYii asistía a citas, sino adiós escapadas.
Llegamos a casa de MinHo que ya no sentía tanta culpa, bueno si la tenía pero yo me encargaría de quitársela con besos.
—¿Quieres agua bebe? —Me sonrío como siempre lo hacía, con un rostro amable y ojos llenos de amor o tal vez yo era demasiado cursi y eso pensaba o imaginaba.
—Si amor.
Mi celular sonó y me asusté pensando que mi madre ya estaba en estricta supervisión. Aunque después de leer el mensaje hubiera preferido fuera de ella. Por un momento me descolocó sin estar seguro de quien era.
— ¿Ya te mandó mensajes tu mamá? —MinHo regresaba con el agua y me vio leyéndolo.
—N-no, no es ella. — Mentalmente tuve una lucha para decidir si debía decirle o no. —¿Me das un beso?
—Si…¿quién te mandó el mensaje? —Me dio un corto beso.
—No lo se, numero equivocado, supongo. —Traté de restarle importancia, como el se sentó a mi lado, me acerqué para tratar de darle un beso mas largo y profundo.
—¿Cómo sabes si es equivocado? Puede ser un número desconocido pero no equivocado. —Me detuvo y se me quedó viendo. Me empecé a poner nervioso, sabía como era y estaba seguro que se molestaría.
—No importa, debemos aprovechar la hora que estaremos juntos. —Nuevamente traté de darle el beso jalando por su cuello. Me rechazó nuevamente, poniendo una palma en el pecho empujándome un poco, su rostro ya no sonreía.
—¿Qué decía el mensaje?
—No entendí. —Con el era mas difícil mentir, con mi madre ya me había habituado decirle una que otra mentirilla de vez en cuando, pero con mi novio no, el era muy observador, decía que cuando me sentía avergonzado por decir algo sin sentido me tapaba la boca, cuando estaba enojado mordía el labio por dentro y cuando tenía un orgasmo apretaba los dientes y los mostraba. El identificaba mucho mis emociones por mis gestos y ademanes.
Me seguía mirando, podía ver como su enojo iba en aumento y me estaba apanicando.
—Dame el celular, tal vez yo pueda descifrar el mensaje tan complejo.
Lo miré a los ojos, se avecinaba una tormenta y esa era la razón por la que no quise borrar el mensaje, sería mas sospechoso además de haberme puesto nervioso. Opté por entregárselo.
—¿Por qué tiene contraseña tu celular?
—Porque luego me mandas mensajes “inapropiados” , si mi mamá los llegara a leer sabes que se enojaría, por eso lo bloqueo.
—Ok, dame la contraseña.
Ya habíamos tenido una discusión por meterse a mi Facebook, pero si ahora me negaba, al final sabía me terminaría convenciendo y solo lograría que se molestara más al leerlo, porque pensaba que le ocultaba algo. Así que se la di.
Lo vi leer el mensaje. Su mandíbula se tensó, frunció el ceño. Se pasó la mano por la cara y se mesaba el cabello. Ya conocía esa reacción, estaba muy, pero muy molesto. Por un momento temí que me lanzara un golpe.
Respiró profundo antes de preguntar— ¿Quién te mandó esta mierda?
—No lo se…te dije que era número equivocado.
— ¿Cómo sabe que no puedes salir?
—No lo sé.
Empezó a leer el mensaje en voz alta.
—“¿Te animaste a venir? si quieres puedo ir por ti y regresarte mas tarde. Por favor ven, no te arrepentirás, vas divertirte”
—¿QUIÉN DEMONIOS ES TAEMIN? —Me gritó, ya no podía contener su molestia.
—De verdad …de verdad que no lo se, no conozco el número, no lo tengo registrado…no dice mi nombre…debe estar equivocado. —Mi voz se empezaba a quebrar, pero si lloraba pensaría que si era culpable.
—Por favor TaeMin no pienses que soy estúpido, “vas a divertirte” —Hizo comillas con los dedos—ese sujeto quiere follar contigo —Comenzaba a caminar de un lado a otro.
—De verdad…como crees, como crees que podría hacer “eso” con alguien mas si salgo contigo…tu me conoces…yo no soy así de fácil…
—Tal vez no soy lo suficiente para ti…no lo sé.
—No MinHo, yo no buscaría salir con alguien mas.
Lo vi escribir en el celular.
—No contestes…—Se volteó fúrico a verme—…le estas dando importancia a quien no la tiene…
— ¿Tienes miedo a que tu “amiguito” se enoje?
—¡NO! …no se quien es, te lo juro, créeme, si estuve esperando el fin de semana para estar contigo.
— ¡No contesta! … ¡Maldita sea!
Me paré a su lado para tratar de leer lo que escribía: “Quien mierda eres” escribía una y otra vez lo mismo. Se metió al Kakaotalk History, pero afortunadamente no tenía fotos personales, solo algunas fotografías del bosque. Ya sabia quien era, como pude ser tan tonto, estaba seguro que cuando lo viera me iba a sentir muy avergonzado, aunque esperaba nunca volvérmelo a topar.
Marcó desde mi celular, pero no contestaron. Enojado tomó su celular y marcó el mismo número y puso en alta voz.
—Pregunta quien es.
Asentí. Cuando se diera cuenta quien era, estaría mas molesto.
— ¿Si? —se escuchó la voz.
—Hola…disculpe ¿de quien es este número?
Se escuchó el silencio y colgaron.
—¿Por qué colgó?
—No lo sé…escuchaste lo mismo que yo.
—Dime la verdad ¿ lo conoces? …escuchaste su voz ¿lo identificas?
—¡NO! solo dijo una sílaba, como iba a saber quien es… —Si identifiqué la voz con esa única silaba, pero no quise decirle, afortunadamente no la identificó.
Marcó nuevamente, pero lo mandó a buzón. Una y otra vez. Aventó su celular al sillón y se sentó. Se notaba la tormenta interior, su mirada me asustaba un poco.
—Seguro es tu amante…
—Como puedes pensar eso de mi…
Me acerqué a intentar abrazarlo, pero me rechazó levantándose y sentándose en el otro sillón individual. Me coloqué a tras de el intentando abrazarlo por la espalda, pero aventó mis brazos.
Tenía miedo que después de todo lo que habíamos pasado, terminara conmigo por una tontería sobre todo, porque no era mi culpa.
Ya sin poder evitarlo empecé a llorar.
—No llores TaeMin, van a pensar en tu casa que te hice algo.
¿Algo? Me lo estaba haciendo, me estaba culpando de tener a alguien mas , sin pruebas y sin razón.
Nuevamente intente acercarme a el, pasé mis brazos por su cuello y el los empujaba, una y otra , me senté a horcajadas sobre el.
—MinHo, solo teníamos una hora y la estamos desperdiciando…en algo sin sentido.
—¿Sin sentido? En verdad crees que no tiene sentido que a mi novio un tipo le diga que puede ir por el ¿Eso no tiene sentido? Tiene tanta confianza como para ir hasta tu casa…
—…ni siquiera se quien es.
—…siendo que yo tardé meses en poder llegar a tu casa, tenia que ir por ti a casa de JongIn y el piensa ir por ti a tu casa…
—¡Ahí lo tienes! Si yo lo conociera no permitiría que fuera por mí a casa.
Seguí intentándolo. Al menos ya no me rechazaba, me dejó seguir sentado sobre el, seguí llorando para conmoverlo, lo abrazaba y aunque se revolvía un poco, se dejaba hacer. Sabía que esa era la única manera de convencerlo, ya había funcionado en otra ocación. Intenté besarlo, pero volteaba su cara, iba yo dejando besos por su cuello, cuando lo vi cerrar los ojos sabía que estaba ganando la batalla. Comencé a mover mis caderas.
—No TaeMin…no hagas eso…no por convencerme…
—No lo hago por convencerte —Claro que era la razón—Lo hago porque te deseo…solo a ti…—Le susurraba en su oído.
— ¿Eres mío?
—Siempre mi amor, solo tuyo. —Parecía que había ganado la batalla.
— ¿Me eres fiel?
Detuve mis movimiento, lo miré fijamente, aún mis lágrimas corrían y cuando hablé, no pude evitar sentir que se me quebraba la voz.
—Totalmente fiel, solo te amo a ti…
Me abrazó con fuerza, enterró su cara en mi cuello y yo me aferré a el con la misma fuerza, me cargó y como en otras ocasiones me llevó a su habitación, me desvistió con prisa y con mas prisa se desvistió el. Sacó un frasco nuevo de lubricante del cajón del velador, me abrió las piernas y con mucha prisa trató de prepararme, pero no duró mucho tiempo. Se tiró encima de mí y me penetró con un poco de rudeza, fue algo doloroso, pero no me quejé, no quise decirle nada. Se mantuvo quieto, empezó a besarme con furia y yo trataba de llevarle el ritmo, pero era imposible, me comía los labios y me ardían ya un poco, cuando comenzó a moverse, mi cuerpo ya se había adaptado un poco a el, pero no resultó tan fácil, pero no dije nada, cerré los ojos tratando de concentrarme en el mas mínimo placer que pudiera experimentar. Sus brazos estaban aferrados a mis hombros para tratar de apoyarse en ellos y poder mantener el movimiento constante.
—Abre los ojos TaeMin. —Demandó.
—Si. —Los abrí.
— ¿Por qué los cierras?
—Para concentrarme en el placer —Acaricié su rostro con sumo cuidado.
—Nunca los cierres cuando hagamos el amor.
—Si —Comencé a mirarlo. El ritmo se hizo más suave, empezó a ser mas placentero. Cada determinado tiempo daba una estocada mas profunda, para llegar hasta la parte que me hacía estremecer.
— ¿Te gusta así?
—Si…—Entrecerré los ojos.
—Que no cierres los ojos…
Los abrí y sentí como empezó a masturbarme de manera errática, estaba mas concentrado en el ritmo, se hizo mas rápido, los movimientos eran ondulantes y sumamente estimulantes.
—Me gusta…me gusta como me haces el amor.
—¿Eres mío?
—Siempre tuyo… MinHo— Y pude sentir como eyaculó dentro de mi, sentí la tibieza correr dentro de mi. Unos movimiento más, aceleró la estimulación en mi pene y también obtuve mi orgasmo. Pero aún había un dejo de dolor punzante en mi cuerpo y en mi corazón.
No teníamos mucho tiempo, me limpió lo mejor que pudo y nos vestimos con prisa. Me lavé con agua fr+ia el rostro para que no se notara había llorado. Me prestó unos lentes oscuros. Llegamos a la cafetería con diez minutos de retraso, ya teníamos una llamada perdida de mi madre, tanto HaYii como yo. Le marcamos y prometimos llevarle unos muffins de nuez para que disfrutara las delicias que ofrecía el negocio y ya de paso, comprobaríamos que estuvimos en una cafetería.
Ya me sentía mas tranquilo de que MinHo ya no estuviera molesto.
El lugar era sencillo, con un ventanal que dejaba entrar la luz externa proveniente de la calle, un escaparate con pasteles diversos y un mostrador pequeño con diferentes postres. Mesas para cuatro personas y sillas altas de madera y hierro. Mi novio me dejó decidir que tomaríamos nosotros, pedí malteadas y comimos pastel. Era muy divertido ver a SuHo como se reía y hacía comentarios con timidez cada que HaYii le hacía plática. Me caía bien que fuera tan respetuoso pero también tolerante. Sabía que MinHo era mi novio y no nos juzgaba. El se adaptaba fácilmente a la conversación y al lugar, siendo que parecía, por la ropa, que su situación económica debía ser mejor que la nuestra.
La tarde pasó tranquila, con varias llamadas de control policiaco, o sea, llamadas de mi madre.
SuHo se ofreció a llevarnos a Angang en su auto, cosa que nos agradaba más porque no tomaríamos el autobús. HaYii se fue en el asiento del copiloto y atrás MinHo y yo. Antes de bajarnos mi novio se dirigió a mi.
—Bebé, dame tu celular. —Me lo dijo muy tranquilo.
— ¿Qué?
—Dame tu celular, tú te quedaras con el mío.
—Pero…si mi mamá me llama…
—Redirecciono la llamada…además solo te llama cuando estas conmigo, si estamos juntos yo te paso el celular. Ya pensaré que le diremos después si te llama y no estamos juntos.
Sabía que si me negaba, mi novio nuevamente generaría un conflicto bélico y no exageraba.
A partir de ese momento, se quedó con mi celular.