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CELOS / 2MIN. Algo crece dentro de mí. por Linlim

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Notas del capitulo: Teokbokki: Pasteles de arroz con salsa picante.  
 
Bibim  Guksu: Fideos dulces. 
 
Galbi : Cosillas de ternera o res.
 
Kkultarae: Postre de hilos de miel maltosa lleno con dulce de nuez.
 
 
 
Lo siento, no pude publicar miércoles porque...
 
 
—Vamos Tae, acompáñame a la práctica.
 
 
 
—No tengo ganas JongIn, a me iré a casa, quedate.
 
 
 
—No debes estar triste, anda vamos.
 
 
 
—No estoy  triste.
 
 
 
—Lo estas, te conozco,  seguro algo pasó con MinHo.
 
 
 
—Es tu imaginación—No lo era, había pasado ya poco mas de una semana  MinHo no me contestaba las llamadas ni los mensajes, no sabia cual era nuestra situación, si seguíamos siendo novios o todo había terminado porque me negué a vivir con el, era difícil,  llorar por las noches después de intentar estudiar,   levantarme por la mañana como si nada  salir a la escuela con la zozobra. Cuando mi madre me preguntaba por el solo le decía que estaba muy ocupado y como eso era común hacia a un rato,  ya no me insistía.
 
 
 
—Si claro  y en mi imaginación te quedas como tonto pensando y  me ignoras—Un zape en la cabeza me hizo reaccionar.
 
 
 
— ¡JongIn! No me pegues.
 
 
 
Quise regresarle el golpe  pero corrió, lo perseguí  sin   posibilidad alguna de alcanzarlo, estaba a punto de claudicar porque en cualquier momento iba a sacar  un pulmón    cuando reaccioné,  ya estábamos  a en el gimnasio. 
 
 
 
—¡Mierda JongIn!
 
 
 
—¡Uuuuhhhh, eres un tonto!
 
 
JongIn reía mientras  hacia un baile ridículo y me señalaba las gradas. Vi al los chicos calentando, ya no conocía a todos. Sentí temor. Por que estaría Kyu, porque MinHo no me llamara o porque llamara y se enterara que estuve en el gimnasio  y se enojara. No sabía nada, si debía dar la media vuelta e irme o tranquilizarme  y tomar las cosas con calma.
 
 
 
Me senté en las gradas a lo bajo, recordando cuando yo era parte del equipo,   lo divertido que era, veía  a mi amigo juguetear con  los chicos, correr sudorosos, haciendo bromas, golpeándose, burlándose unos de   otros  y añore el pasado, sencillo. Donde podía bromear con las tonteras de JongIn, con la libido desbordada de JinKi, con la estatura de SugMin. Burlarnos de la novia del entrenador YiXing y sus enormes senos que ya se miraban algo caídos el día de hoy.
 
 
 
JinKi corrió a sentarse conmigo a las gradas cuando marcaron descanso, estaba todo sudado.
 
 
 
—¡Tae! Que gusto verte, ¿regresaras?
 
 
 
—No, solo vine…un rato.
 
 
 
—Que bien, te echamos de menos —Cuando hablaba salpicaba un poco por el sudor que le escurría por la frente  y el bigotillo, era inevitable no reírse…y tenerle asco. — ¡Vuelve Tae!
 
 
 
Hizo el amago de abrazarme, pero brinque en el acto, por un momento pensé lo que diría MinHo si me viera, lo avente y obvio se sintió ofendido.
 
 
 
—Tae que mal amigo eres…—Hizo un extraño aegyo. Volteé a ver no se…no siquiera estaba consciente porque lo hice, MinHo seguía molesto y no se atrevería a ir a buscarme ¿No?
 
 
 
—Ya JinKi no molestes a Tae, estas asquerosamente sudado. 
 
 
 
JongIn se sentó entre el y yo. Que por cierto estaba igual de sudado.
 
 
 
JinKi frunció el ceño  y se levantó, solo atine a agitar mi mano para despedirme de el. Solo elevó las cejas    se alejo.
 
 
 
—¡Diablos tae! No puedes tener miedo porque MinHo te vea, no eres su esclavo. —Me escupió JongIn cuan estuvimos solos.
 
 
 
 
—¡No lo hice por eso! —Quise defenderme.
 
 
 
—No me mientas, tienes prohibido ir a mi casa…
 
 
 
—Ya, por favor…—Mi voz se quebró, las cosas ni siquiera estaban bien con el, no necesitaba mas reproches.
 
 
 
Mi celular sonó  con el tono de voz que el había colocado para que lo identificara.  Mi corazón latió con fuerza.
 
 
 
Videollamada.
 
 
 
—Debo irme, lo siento.
 
 
 
—Como siempre…—JongIn solo movió la cabeza en negación.
 
 
 
—¿Porque tardaste en contestar?… ¿ que hacías?
 
 
 
— Yo solo…—Piensa, piensa ¡Ssiba, no se me ocurría nada! —…le lleve su mochila a JongIn que la olvido en el salón…
 
 
 
—¿A donde?
 
 
 
—Al gimnasio.
 
 
 
—Donde están todos los del equipo ¿no es así?
 
 
 
Media hora duré  dando explicaciones, no sabia porque me asombraba aun.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MinHo estaba a la entrada del instituto, después de la videollamada me dijo que iría por mi,  le llamó a mi madre pidiéndole  permiso para llevarme a comer y ella aceptó.
 
 
 
Me abrió la puerta de su carro y me llevó a un restaurante, era sencillo, pero mu agradable, el ramen olía al entrar.
 
 
Nos sentamos en una pequeña mesa con dos asientos uno frente al otro. Sentía un nudo en la garganta, el estaba serio, no sabia si era por la video llamada, por rechazar su proposición de vivir juntos  o por algo que no tenia idea.
 
 
 
—No has contestado mis llamadas. —Solté de pronto.  
 
 
 
—He estado ocupado…¿Te has portado bien o a has conocido a alguien en este tiempo que no nos hemos visto?
 
 
 
La indignación me llegó a los ojos, me la había pasado llorando todos estos días por el, si las cosas hubieran sido al revés, yo seria el que tendría que dar las explicaciones, pero no, ahora como siempre yo era el culpable. 
 
 
 
Ahogue un sollozo, por vergüenza, limpié  disimuladamente una lagrima.
 
 
 
—Ya, lo siento Bebe— Tomó mi mano y  la acaricio, lo único que logro es que tuviera mas ganas de llorar, por lo injusto lo la situación —He estado mu ocupado…me di de baja en la Universidad,   en casa no lo tomaron muy bien, han sido días muy difíciles. —Se pasó la mano por el cabello desordenándolo, ha decir verdad se miraba algo demacrado.
 
 
 
—¡MinHo!, no debiste hacerlo, no era…
 
 
 
—Ya está hecho, no hay sobre que discutir, solo dejaremos que las cosas se calmen un poco en mi casa, al menos tendremos mas tiempo para vernos.
 
 
 
—Por favor…—Solo negó con la cabeza.
 
 
 
Nuestro pedido llegó. Comimos en silencio.
 
 
 
—¿Que harás?
 
 
 
—SiWon vino el fin de semana, estaba furioso, pero tuvo que irse ante mi negativa de cambiar de parecer. Mi padre dice que trabajaré tiempo completo en la agencia, pagaré  completamente mis gastos, del carro, mi ropa, mi servicio telefónico, por eso no te llamaba,  pero bueno fue día de pago,  están furiosos —Dijo con una risilla como si hubiera hecho una travesura— Incluso pagaré por mis alimentos en casa.
 
 
 
—No es para menos…
 
 
 
—Esta bien, en un tiempo mas me independizaré  y será lo  mejor, tendremos un lugar para nosotros, para ir cuando queramos ¿no lo crees?—Me cuestionó.
 
 
 
—Claro MinHo, claro.
 
 
 
No estaba tan seguro si eso era algo bueno.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 ——————0—0—0——————
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
—No entres a clases.
 
 
 
–Pero Minho tengo examen…
 
 
 
—Aprovechemos que tengo la mañana libre. 
 
 
 
—Pero si es día laboral, como puedes tenerlo libre.
 
 
 
—Porque tenia que hacer varias diligencias, pero las fui realizando desde el lunes, ahora tengo tiempo libre.
 
 
 
—Podemos esperar al fin de semana. —Apenas lo había visto ayer.
 
 
 
—No quiero, esperar tengo ganas de ti.
 
 
 
—Si mi mamá se da  cuenta que falté se enfadará y sabrá que me fui contigo —Sabía que el cuidaba mucho su imagen ante mis padres así que no se atrevería a hacerme faltar, y antes había funcionado la misma estrategia.
 
 
 
—Bebe, regresarás antes de que termine la escuela anda, ¿no me amas verdad?—Dijo haciendo un puchero inflando las mejillas. Adorable.
 
 
 
—Sabes que si.
 
 
 
—Anda un rato solamente.
 
 
 
— ¿Y mi examen?
 
 
 
—Ya después lo harás, hay que vivir nuestro amor. —Dice esto arrastrándome con el, realmente no esperó mi respuesta, me había esperado fuera de la escuela cuando llegué por la mañana con JongIn  y su mamá, ya no me dejó enrar.
 
 
 
Fuimos a un hotel y decir que tuvimos sexo no basta, hicimos el amor despacio, fuerte, lento, rápido, suave,  fue maratónico, una, dos tres veces… la energía y la juventud lo permitió…hasta que mi trasero también dolió, acostados seguimos acariciándonos y dándonos amor.
 
 
 
 
 
—Tienes un barro —Dijo mientras me miraba mi rostro.
 
 
 
—No me mires es vergonzoso.
 
 
 
—Es lindo —Recostó su rostro sobre su mano y  el codo apoyado en la cama mientras me miraba con detenimiento. 
 
 
 
—Claro que no. —Oculte mi rostro con las manos.
 
 
 
—Todo tú eres lindo, hasta tu barro, le daré un beso.
 
 
 
—Claro que no, eso es… ¡asco! — Quitó las manos de mi rostro , me beso  la mejilla y ¡El barro! 
 
 
 
Me jaló  para abrazarme, apretando mi trasero,   besando nuevamente el barro. 
 
 
 
—Auch duele.
 
 
 
—¿El trasero o el barro?
 
 
 
—¡MinHo!
 
 
 
—Me gustas , te quiero, estoy enamorado de ti, no lo olvides.
 
 
 
Se levanto buscando nuestra ropa ayudándome a vestirme. 
 
 
 
Un dios desnudo, en todo su esplendor, a mis pies literalmente, colocando mis zapatos escolares.
 
 
 
 
Regresé en horario de las extracurriculares,  el semestre terminaba esa semana, busqué al maestro,   me disculpe,   convenciéndolo que no pude presentar el examen por tener diarrea,  me dió otra oportunidad, increíblemente aceptó, pero tenia que quedarme a la salida.
 
 
 
Le avisé a Minho muy feliz, porque no reprobaría, pero increíblemente se enfado, como siempre, pensó  que el maestro tenia  otra intención, pues era ilógico que el me diera una oportunidad. Dijo que iría por mi a la salida. Tuve problemas para concentrarme el examen, pensando en el energúmeno que me esperaba a la salida. 
 
 
 
Terminé de prisa el examen, ya ni siquiera me interesaba la calificación, solo quería salir pronto de ahí.
 
 
 
Caía  la tarde cuando salí de la escuela .
 
 
 
Su cara lo delataba, parado fuera del auto esperando, ni siquiera me abrió la puerta como solía hacerlo.
 
 
 
 
—Tardaste mucho. —Serio, siempre serio en ese tipo de situaciones.
 
 
 
 
—El examen   me lo aplicaron cuando el maestro terminó su última clase.
 
 
 
—Que casualidad que espero a que no hubiera nadie.
 
 
 
—Había alumnos haciendo la limpieza en el salón donde mi aplicó el examen, otros estaban en sala de maestros, el director no se va …—Error
 
 
 
—El director que te ofreció dinero…
 
 
 
Ahí íbamos de nuevo.
 
 
 
La discusión se alargó  hasta Angang, llegamos al prado para hablar,  MinHo me observaba. No quería darle la cara, estaba muy cansado de discutir por banalidades. Bajamos del auto, me paré dándole la espalda tapando mi rostro.
 
 
 
 Me dió la  vuelta, me tomó del brazo volteándome,  yo aun  me tapaba la cara con las manos.
 
 
 
—No hice nada malo, no entiendo porque siempre me culpas de algo malo, hoy tuvimos una gran mañana para que ahora por nada discutas.
 
 
 
—No bebé, mírame— Dijo quitándome las manos que tenia sobre la cara. —No llores— mis lagrimas caían sobre mi rostro abundantemente.
 
 
 
Estuvo convenciéndome hasta que me tranquilizó.
 
 
 
—Anda que en tu casa no pueden verte llorar se preocuparan. Acarició mi mejilla y se me quedo viendo frunciendo el ceño. Tu barrito está muy rojo
 
 
 
—Ya no lo mires me da pena—Sonreí apenado dentro de mi llanto, sorbiéndome los mocos.
 
 
 
—Siempre estás hermoso no importa si tienes un barrito. Ven vámonos
 
 
 
Tomó mi mano y  me dejó en la esquina de mi casa, un poco mas alejado, porque se supone que el trabajaba y no podía estar conmigo o sospecharían algo si sabían que había faltado   a clases.
 
 
 
—Te veo mañana.
 
 
 
—Ehh— Estaba en finales, el ya no iba a la escuela, pero a mi me quedaba aun esta semana, un ultimo examen  un reporte
 
 
 
— ¿No quieres?
 
 
 
—Si solo pensé que como te ví hoy en la mañana … debes trabajar.
 
 
—No quieres verme—Dijo serio.
 
 
 
—Claro que si. —Dije dando una sonrisa tratando de ser convincente
 
 
 
—Ok, te paso a traer a la salida de la escuela, te llamo mas tarde por teléfono.
 
 
 
Me mando un beso volado y se fue.
 
 
 
Entre a mi casa corriendo subiendo las escaleras. Había avisado previamente que tenia actividades extracurriculares  por eso llegaría tarde. Me creyeron.
 
 
 
—Tengo que estudiar tengo un último examen mañana.
 
 
Tenía apenas unas  horas para estudiar, ya que mas  noche seguro MinHo me estaría hablando por teléfono.
 
 
Bajas a cenar Lee TaeMin—Ella no tenia idea de lo que en realidad  me pasaba.
 
 
 
—Si en 1 hora.
 
 
 
¡ Ssiba! ahora solo tendría una hora.
 
 
 
Entre a mi cuarto parándome en el espejo de cuerpo entero observando mi rostro, acaricie mi barro,  deberían darme un Oscar , cuando me voltee a ver a MinHo mientras me reclamaba  lo del maestro tape mi rostro aprovechando a pellizcarlo, dolió tanto que las lagrimas corrieron rápido por mi rostro, era la única manera en que le solía  convencerlo rápido  para que  de dejara de reclamarme por cosas sin sentido, como  lo del  maestro,   esa era mi herramienta: Las lagrimas y funcionaba , dolió pero valió la pena.
 
 
 
Ahora debía  estudiar, mis  notas habían bajado considerablemente de hacia un tiempo a la fecha, si bien el que me dejara un poco mas libre por su universidad y su  trabajo ayudó, siempre el celular me distraía, que    se ausentara un semana me había ayudado un poco a terminar trabajos extras encargados por los maestros para regularizarme, aunque no bastaba, sobre  todo cuando me ponía a llorar, hasta JongIn iba mejor que yo.
 
 
 
Ahora a estudiar.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Las vacaciones intersemestrales  llegaron, había sido traumático, pero lo logré,  no con tan excelentes calificaciones, fui reprendido, pero al menos no culparon a MinHo -que si era el culpable. Pero al ser mi último semestre  mis notas deberían mejorar si quería ir a la universidad, seria todo un reto.
 
 
 
En la casa de MinHo las cosas no iban mejor, si bien  tenia un sueldo un poco mas alto que antes,  tenia horario de oficina y era tratado como un empleado mas, con su mismo puesto  de auxiliar de oficina, pero al menos no le hacia pagar sus alimentos en casa, eso si, los gastos de gasolina  y el pago del servicio  de telefonía celular,  si iban por su cuenta.
 
 
 
El iba en algunas ocasiones por las tardes después del trabajo a verme o  el fin de semana, si bien a no nos restringían con horarios o días de visita,   yo no tenia permitido salir,  por mis bajas calificaciones, el  a veces acompañaba a mi padre al trabajo el sábado  o le llevaba el almuerzo, el domingo ayudaba a mi madre a preparar un postre o la comida. Ellos realmente lo apreciaban.
 
 
 
Una semana antes del inicio de clases, no o tuve  ni la mas remota idea de cómo MinHo había logrado convencer a mi mama de dejarme ir con el por un fin de semana, aunque si le sumaban el carisma,   su caballerosidad con ella, era entendible, convenciéndola a ella, mi padre no objetaba. Al menos ella ya no estaba tan preocupada por cuidar mi impureza, digo mi pureza.
 
 
 
Viajamos a Seúl, después de horas de camino, desayunamos en un  puesto callejero, calamar a la parrilla   y teokbokki.
 
 
 
Recordé con nostalgia la vez que huimos de casa,   las cosas ahora eran tan diferentes, hasta mi padre me había dado algo de dinero para el hospedaje, mi madre me hizo prometer que tendría un comportamiento decente  frente a los demás,   que confiaba en mi  nos deseo buen viaje.
 
 
Llegamos al mismo hotel que la vez pasada, económico,   limpio, y a no estaba la misma recepcionista,   no pude negar mentalmente que me daba gusto que no le coquetearan a mi novio.
 
 
 
Por supuesto que hicimos el amor al llegar a la habitación, pero una sola vez.  Era curioso, habíamos ido evolucionando, era verdad que a veces cuando teníamos cortos periodos  de abstinencia el sexo era algo salvaje, pero en general era mas, profundo, mas emocional, teníamos mas confianza el uno con el otro de lo que nos gustaba mas o las posiciones, y a podía pasear sin ropa frente a el sin avergonzarme tanto, incluso orinábamos con la puerta abierta y… solo eso.
 
 
 
Un poco mas tarde nos bañamos, solo besos  se me hizo un poco extraño que no insistiera en algo más. Me pidió me arreglara  lo mejor que pudiera.
 
 
 
El se vistió bastante formal,  con unos pantalones grises  de vestir, bastante entallados, zapatos mu lustrosos, una camisa  blanca con cuello mao,   un blazer gris. Demasiado formal a mi parecer.
 
 
 
Yo no iba tan preparado, una camisa en un turquesa oscuro, con motivos en azul marino,  de manga larga, un pantalón simple ,  azul oscuro,   un chaleco azul marino con bolsillos. Zapatos cómodos.
 
 
 
 
Me sorprendió  cuando salimos del hotel  me tomó de la mano. Estuve un poco reticente al respecto,  así que optó  por pasar el brazo por mis hombros. Me dijo que iríamos a un lugar especial, yo  aun no sabia la razón del viaje. Nos dirigimos al centro de Seúl para tomar el teleférico que nos llevaría al monte de Namsan. MinHo me tomó de la cintura  y me llevó a  una esquina, asió  una agarradera mientras me seguía sosteniendo en un tímido abrazo, ambos veíamos por el gran cristal la ciudad de Seúl hacerse más pequeña. Era un gran espectáculo. No tardamos mucho en llegar. 
 
 
 
Bajamos y  no pude evitar preguntar.
 
 
 
—¿MinHo porque venimos?
 
 
 
—Bebé, cuando cumplimos un año, por la Universidad no tuve tiempo de que celebráramos, hoy te compensaré. 
 
 
 
Solo asentí  y agradecí con una sonrisa que el solía decir amaba. Mas tarde se lo demostraría con besos.
 
 
 
Caminamos por la gran explanada que se extendía por la cima del monte Namsan . Era muy evidente que tenía todo planificado.
 
 
 
Me llevó  al acuario.
 
 
 
 Entramos, visitamos enormes peceras y  nos reímos un poco al ver que un pez tenía la mirada parecida a MinHo,  mientras el boqueaba,   simulando nadar, pero luego me  dijo que uno muy menudo se parecía a mi. Ya no era tan gracioso, pero comenzó a quererme hacer cosquillas  y lo perdoné prontamente.  Caminamos muy  juntos uno del otro,  nuestras manos se rozaban de vez en vez. Cuando  verificaba que nadie  nos miraba— o al vez si— me robaba un cortos besos en los labios o las mejillas, era inevitable no sonrojarme, yo le daba un golpe en su pecho,   el solo sonreía. 
 
 
 
Cuando comenzó a caer la noche, me dijo que subiríamos a la Torre de Namsan, prefería no hacerlo por los costos, pero   dijo que no me preocupara por ello, aunque era imposible. Al subir, entramos al tercer  restaurante, en el último piso, estaba bastante concurrido. Era redondo, con ventanales que lo recubrían en 360°, se podía observar todo Seúl a esa altura.
 
 
 
El ordeno la comida por ambos. Todo estaba delicioso , el Bibim  Guksu, el Galbi. No pudimos beber vino por no ser mayores de edad, pero igual disfrutamos todo.  
 
 
 
El restaurante giraba cada 45 minutos, generándonos una sensación extraña pero agradable.
 
 
 
Todo era emocionante, novedoso, me sentía mu contento.
 
 
 
Cuando llego el postre de kkultarae  MinHo lucia un poco nervios, comencé a preocuparme, tal vez los alimentos no le habían caído muy bien.
 
 
 
Al terminar de cenar,  pagó la cuenta, caminamos para acercamos a el enorme  ventanal, a un parte  un poco mas alejado de las mesas centrales,   me pidió que observara el exterior, era una vista increíble, todo Seúl iluminado por las luces nocturnas que contrastaban perfectas en a oscuridad.
 
 
 
 Una escena perfecta.
 
 
 
—Es hermosa la vista MinHo —El estaba parado tras de mi, la diferencia de estaturas y  complexión física era muy notoria, me sentí pequeño a su lado.
 
 
—Bebé,  si miras allá—Señalo el lado izquierdo,   extendiendo su brazo —¿Lo ves?
 
 
 Asentí, sobresalía el puerto iluminado.
 
 
 
— Es el mar del oeste, extenso, profundo…como mi amor por ti. Sentí el susurro en el oído,  voltee.
 
 
 
Saco una cajita negra de un bolsillo  cubriendo con su cuerpo el mío, libre de curiosos, tomó mi mano. Puso un anillo.
 
 
 
—¿Te casarías conmigo?
 
 
 
Lo mire extrañado, digo, lo amaba, pero no podíamos casarnos.
 
 
—No es legal…
 
 
—Bebé, no piensas mas allá, no es hoy, no será mañana, es solo una promesa, un certeza de que quieres tener un futuro conmigo, que algún día seremos una familia…es solo es un si  o no.
 
 
 
 
Notas finales:

...tenía que investigar para escribir las última parte del capítulo.

 

 

Todo lo descrito,existe, tal como lo describo, bueno no soy muy buena describiendo, pero algo así.

 

Es en Seul donde fueron la primera vez que huyen. Leí uka vez en un blog, que en la vida real TaeMin quiere tener una cita en la Torre de Namsan.

 

Espero publicar el próximo domingo, aunque sea muy tarde para quienes leen lunes.

 

Anniong!!!


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