El sábado de la siguiente semana llegó rápido y KyuHyun se encontraba desayunando tranquilamente cuando recibió un mensaje.
Pensó que sería ChangMin para confirmar su salida en la noche pero cuando vio que JongWoon era el emisor se sorprendió.
El mensaje decía que no podría recibirlo ese día en su casa y que cancelaba la clase. Que lo vería el martes en el colegio y que lo disculpara por cancelar tan de repente.
—Ya no voy a clases —dijo en voz alta, dejando el teléfono en la mesa.
Su padre dejó su periódico y lo miró.
— ¿Por qué?
—El profesor Kim me escribió diciendo que no puede recibirme en su casa. —Le mostró el mensaje a su padre.
—Bueno, entonces te quedas solo —habló su madre mirándolo—. ¿No hay inconveniente con aquello? —El menor negó.
La casa sola para él era lo que más le agradaba.
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El profesor Kim no fue al colegio durante toda la semana. Así que sus clases de música se vieron reemplazadas por clases de Historia. KyuHyun no podía estar más aburrido.
ChangMin le lanzó un papelito y cuando lo abrió frunció el ceño.
« ¿Extrañas a tu profesor?»
«No es mi profesor».
«Claro que lo es. Ya lo llamas hyung y todo. Es tu profesor :*».
«Cállate, señor Jung».
Y todos los papeles cesaron.
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KyuHyun recibió el mismo mensaje el sábado siguiente, pero esta vez no les dijo nada a sus padres. Iría a ver al profesor. Después de desayunar tomó su maleta y se fue a pie hacia el departamento del mayor.
— ¿JongIn?
La voz del mayor sonó apagada por el intercomunicador y KyuHyun se preocupó.
—No, hyung. Soy KyuHyun.
Silencio.
—Ya te abro. —Y unos segundos después la puerta se abrió.
Entró y fue hacia el ascensor pensando qué excusa darle al mayor. No podía decirle que fue a sus clases cuando ya le había enviado un mensaje. Aunque podía decir que no lo había visto. Que había estado hablando con ChangMin y luego dejó de responder sus mensajes y supuso que el suyo era del menor y por eso no lo vio. Era una excusa algo creíble y esperaba que el mayor la creyera.
Caminó despacio por el pasillo hasta que avanzó a la puerta y, antes de que golpeara, ésta se abrió.
—Alumno Cho. —JongWoon tenía una mano en la manija y otra en el marco de la puerta—. Creo haberle dicho que no viniera.
La voz del mayor sonaba cansada.
—No vi su mensaje hasta hace poco.
El pelinegro lo miró, sonrió de lado, y lo dejó pasar.
— ¿Te ofrezco algo de beber?
—Agua, por favor.
El mayor asintió.
KyuHyun se fijó que el mayor llevaba un pantalón de mezclilla algo desgastado y una camisa negra muy simple. Su cabello estaba despeinado y no llevaba maquillaje en el rostro.
— ¿No ha dormido bien? —El mayor lo regresó a ver.
KyuHyun fue hacia la sala y se sentó en el sofá viendo como el mayor se acercaba con un vaso y se lo daba. Dejó el portavasos en la mesita de café y se sentó frente a él.
—Noche difícil. —Juntó sus manos.
— ¿Con una de sus conquistas?
JongWoon lo miró con una ceja levantada.
— ¿Disculpa?
—No me diga que no tiene pareja, profesor.
—JongWoon. Y, no. No tengo pareja.
— ¿En serio? —JongWoon sonrió por la incredulidad del menor—. ¿No hay nadie? Pero si se ve que atrae a mucha gente.
KyuHyun dejó el vaso en la mesa y se sacó la maleta.
— ¿Mucha gente? —El pelinegro se acomodó en el sofá.
—Mis compañeras del colegio, sus colegas del teatro… Y no sólo mujeres.
JongWoon rio divertido.
—Te da cuenta de las cosas, chico —dijo mirándolo—. Pero no de todo.
— ¿De qué no me he dado cuenta, hyung?
La sonrisa del castaño también era ladina.
— ¿No has notado que le atraes a cierto docente del colegio? —KyuHyun parpadeó y su sonrisa se borró.
El pelinegro rio más fuerte, disfrutando de cómo esa simple frase podía bajar las defensas del menor. KyuHyun estuvo por hablar cuando el sonido de la puerta abrirse lo interrumpió.
—Hyung, donde quiera que estés, sal. —JongIn entraba con unas bolsas, que dejó en la barra, y estaba por ir a la sala cuando vio a su hermano con el menor—. KyuHyun ssi, creí que hoy tampoco vendrías. —Hizo una reverencia.
—Buenos días. —El menor se puso de pie y también lo reverenció.
—JongIn, KyuHyun se va a quedar a comer, ¿tienes algún problema con eso? —Su hermano negó con la cabeza.
— ¿Tú estás bien?
Se acercó a JongWoon y lo tomó de las mejillas, inspeccionándolo.
—Sí.
—Mírame a los ojos. —JongWoon lo hizo—. Tan sólo es cansancio. ¿Tú no…?
—No —se apresuró a decir el mayor.
—Me alegro. —Le sonrió y golpeó sus mejillas—. Hoy haré ravioli, ¿has comido ravioli, KyuHyun ssi? —habló yendo a la cocina. El menor negó—. Bueno, es tu día de suerte.
—Hoy morirás envenenado —comentó el mayor de todos. Su hermano le lanzó un trapo de cocina a la cara.
— ¡Yah! He cocinado para ti los últimos años y no has muerto. No espantes a KyuHyun ssi. —JongIn empezó a sacar todo lo de las bolsas.
—Viniste a tomar clases de canto, ¿no? Vamos a tener clases de canto. —Le sonrió y fue hasta el piano siendo seguido de KyuHyun quien no entendía del todo la situación.
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La siguiente semana JongWoon ya fue al colegio y KyuHyun lo fue a ver en su turno.
—Su hermano es muy agradable, profesor. —Se sentó a su lado.
—Lo es. —Sonrió. La pareja de la vez pasada estaba en el árbol.
— ¿Los conoce? Quiero decir, sólo a ellos no les dice nada cuando están juntos. —KyuHyun vio a la pareja besarse.
—No, pero están en último año. Déjalos disfrutar de un romance de colegio. Al final de todo esos no duran —dijo en un murmullo.
Su voz se había tornado grave, más grave de lo normal.
— ¿Usted también tuvo un romance de colegio que no funcionó? —KyuHyun se atrevió a preguntar.
El pelinegro parpadeó y luego miró a su alumno. El chico lo miraba inocente y curioso. Y JongWoon sabía que ese KyuHyun frente a él era el verdadero.
—Sí. —Cruzó las piernas. KyuHyun sonrió. Sabía que le había dado cuerda al lado parlanchín de JongWoon—. Fuimos pareja durante todo el colegio y gran parte de la universidad.
— ¿Estudiaron lo mismo?
El pelinegro negó con la cabeza.
—Estudiábamos en diferentes facultades. Yo en la de arte, ella en la de matemáticas. —KyuHyun asintió varias veces—. Fuimos felices durante todo el tiempo en el que estuvimos juntos.
El silencio que le siguió a esas palabras le dio tiempo a KyuHyun para pensar en su hyung tomado de la mano a una chica, riendo con ella, bailando con ella, cantando para ella. Siendo su amante...
Sacudió ligeramente la cabeza eliminando esos pensamientos.
Sin embargo, por el letargo del profesor, sabía que había algo más detrás de aquellas palabras. KyuHyun no sabía si debía seguir preguntando o esperar a otro día, pero la curiosidad que sentía era más grande que su propia prudencia.
—Y, ¿qué sucedió?
—La encontré besándose con mi mejor amigo. —Y las palabras le cayeron como balde de agua helada.
El castaño parpadeó y miró al frente, procesando la información.
—Pero eso no fue lo peor —comentó el mayor sacando a KyuHyun de su letargo. Estaba por contarle el resto de la historia cuando el timbre sonó informando que el recreo se había terminado.
—SooWan, es hora de irse.
Los chicos los regresaron a ver, asintieron y, tras un corto beso se separaron.
— ¿No que no los conocía?
—No puedo llamarlos por siempre como la pareja del árbol, ¿no? —Sonrió dulce.
KyuHyun correspondió la sonrisa reparando en el vacío en los ojos del profesor.
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Estaba acostado en su cama pensando en todo lo que el profesor le había dicho. No creyó que habría una historia de un corazón roto en la vida de JongWoon. El mayor se veía como el rompecorazones. Sin embargo, un rompecorazones siempre inicia cuando le rompen el corazón.
Se incorporó de la cama y llamó a JinKi.
— ¿Vamos al cine? —El chico al otro lado hizo un sonido de aprobación.
—Estoy con JongHyun así que él también va.
—No hay problema. Nos vemos allá a las cuatro —Terminó la llamada.
Vio el reloj. Aún tenía media hora para arreglarse y llegar.
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No vio nada de la película. No pudo quitarse de la cabeza a JongWoon y toda la historia tras él. Ahora entendía por qué su mirada solía ser carente de emociones cuando no estaba en clases.
Era una persona que había sido lastimada por la vida. Por el amor.
—Por una chica —susurró llamando la atención de JinKi que le preguntó qué sucedía—. Nada. —Miró a la pantalla.
Él quería saber qué le había pasado a JongWoon. Ya le había contado parte de la historia, ahora que le cuente toda. No podía dejarlo en ascuas.
E iría al día siguiente a buscar respuestas.