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Cuestión de perspectivas por Nino

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Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen, estos son de la autoría de Haruichi Furudate, yo solo los tomo prestados con fines recreativos y sin ánimo de lucro [aún]

El día viernes paso de manera rápida y monótona, aunque con pequeñas y significativas diferencias. Tales como el beso de buenos días que se dieron al encontrarse al salir hacia el colegio. Los muchos que compartieron en el almuerzo, donde ninguno pudo dejar las manos alejadas del cuerpo del otro.

Adolescencia.

Era la mejor forma de llamar al repentino calor que le daban esos besos, y al que sus manos tomaran consciencia propia y no quisieran alejarse del cuerpo de su mejor amigo.

Justo en ese momento se encontraban en Shimada’s Mart, comprando algunas cosas para su ya tradicional noche de calidad. La saga de “Jurassic Park” era el repertorio programado para la esa velada, y en verdad era una pena, porque entre los planes de Kei no estaba ver películas en absoluto. A lo lejos el pecoso intentaba elegir alguna fritura, regalándole sonrisas de cuando en cuando y él no podía evitar sonreírle de vuelta, como si fueran cómplices de alguna travesura…Eso le gustaba.

Al final salieron del lugar, antes se despidieron de Shimada-san, quien le dio una palmada afectuosa en el hombro al pecoso y una sonrisa afable a él. El camino a casa también fue agradable, con Yamaguchi muy pegado a su costado y con el roce constante de sus dedos al caminar, todo eso solo aumento sus ansias por llegar pronto a casa del menor para estar solos.

Al llegar se pusieron cómodos, vistiendo ropa de descanso y preparando todo para su velada de cine en casa. El rubio se dejó caer en el mullido sillón del castaño, mientras este colocaba el primer disco de su saga favorita. Se recostó mientras el pecoso seleccionaba las preferencias de lenguaje, les gustaba ver las películas en el idioma original -no porque el doblaje fuera malo, solo se trataba de un gusto personal-

— ¡¡Oye!! —reclamo el otro al verlo, el ojimiel solo se recorrio hacia un lado, el Cataño bufo fingiendo molestia para después acostarse en el lugar cedido. Pasó sobre el rubio y se acomodó, acurrucándose contra el costado de este.

Sin tardar demasiado el más alto comenzó a enredar sus dedos en las suaves hebras oscuras, entreteniéndose en sentí la sedosidad del cabello del menor, concentrándose en la película y sintiendo mucha paz de repente, cómodo y en casa. Era sorprendente como algo tan cotidiano podía ser tan maravilloso.

— Tsukki — el llamado del más bajo capto su atención. Giro su rostro para toparse con la mirada brillante del otro. Observo la bonita cara pecosa, los brillantes ojos avellanados adornados por pestañas largas y gruesas, la nariz pequeña y respingada, sus labios húmedos, suaves y carnosos, coloreados por un rojo muy natural y precioso.

Ante el último pensamiento no pudo evitar juntar su boca con la del castaño. Tadashi ronroneo gustoso y enredo sus brazos alrededor del otro. Sus labios se reconocieron al instante y sus lenguas se reencontraron gustosas, enredándose juntas y bailando el mismo son.

El más alto ladeo su cuerpo, buscando una posición más cómoda para comerle la boca al otro. Aprovechando la nueva disposición el menor paso una pierna sobre él, dejándola reposar sobre la cadera del rubio, quien no pudo evitar que sus dedos se hundieran en la piel firme de los muslos de moreno. Apretó, sintiendo la piel hundirse bajo sus dedos.

Y sus manos ambiciosas no pudieron quedarse quietas, y se lanzaron a explorar, subiendo para apoyarse en la suave curva de los glúteos del castaño. Cuando se dio cuenta ya los estaba apretando, permitiendo que la carne se amoldara perfectamente a sus manos y escuchando los jadeos provocados por sus atrevidos toques.

Tadashi imito sus acciones y exploro con sus manos, aventurándolas bajo la camiseta blanca, acariciando el abdomen plano, rozando apenas el inicio de la mata de un rubio más oscuro de vello bajo el ombligo. Sus dedos subieron por los peldaños hechos por las costillas, repasándolas una a una, como si las contara.

- Tsukki, deberías comer más, estas muy flaco – le dijo, separándose levemente con sus labios aun rozándose.

- Cállate Yamaguchi – sentencio, ganándose un bufido divertido del menor como respuesta.

Las manos del pecoso continuaron su camino reptando hacia la espalda, donde intentaron estirarse lo máximo posible, tratando de abarcar la mayor cantidad de superficie a su alcance. Sintió la piel del mayor erizarse al contacto con sus dedos y sonrió con autosuficiencia.

El bloqueador sintió la sonrisa del menor, en venganza empujo su cuerpo, aplastando al pecoso contra el respaldo del sofá. Metió una de sus piernas entre las del otro, sintió al tiempo como el muslo del castaño descansaba contra su entrepierna.

Empujo la rodilla hacia arriba, presionando la ingle de Tadashi. El moreno rompió el beso, gimiendo ante la sensación de placer tras el toque. Abrió los ojos y miro fijamente al de ojos claros, como si de una invitación se tratara empezó a mover la cadera contra la larga extremidad, en un vaivén insinuante. El rubio se lamio los labios y gimió en un todo bajo, ante las caricias que su propia intimidad recibía como movimiento reflejo de los de su amigo.

- Tsukki – gimió el moreno en un ronroneo alargado.

Tras el sonido Tsukishima mando al diablo el autocontrol. Aprisiono con sus largos dedos las caderas ajenas y haciendo uso de su fuerza cambio de posición, quedando recostado de espaldas y dejando al más bajo sobre él.

El menor soltó un jadeo de sorpresa ante el movimiento inesperado, rompiendo el beso y alzando la vista para observar el rostro del más alto. Rio ante la vista del rubio con los lentes mal puestos y la cara roja. El ojimiel solo frunció el ceño y espero a que el otro se acomodara mejor, el cual quedo sentado sobre su pelvis. El pecoso rio risueño acomodándole las gafas.

- Silencio Yamaguchi – ordeno simulando una embestida, haciendo que el contrario pegara un pequeño saltito sobre su entrepierna, provocando un pequeño gemido en ambos.

El silencio y la quietud reinaron un momento. Este tipo de cosas eran muy diferentes a compartir un par de besos, y toquetearse por aquí y allá. Podía ver en la cara de Yamaguchi que también lo sabía, esto podría resultar incómodo y darles un golpe de realidad…Kei se sintió extraño con el ambiente repentinamente tenso.

- Yo… - cualquier palabra que fuera a salir de su boca murió al sentir las caderas del menor restregarse contra su entrepierna. El castaño acomodo mejor sus manos sobre el abdomen del otro para apoyarse y volvió a hacer un movimiento de rotación. Soltó un suspiro tembloroso y miro fijamente al rubio, observando su reacción.

El blondo solo le devolvió la mirada expectante, esperando el próximo movimiento. Al no ver rechazo el sacador de apuros inicio un suave vaivén mientras mantenía la mirada fija en la del otro, soltando suspiros y mordiéndose los labios, rozando su intimidad contra el vientre bajo de Tsukishima y frotando su trasero contra la erección ajena.

El bloqueador gruño y tomo con brusquedad los muslos del pecoso, las subió hacia las caderas y luego sostuvo la cintura con firmeza para ayudar a aumentar la velocidad del movimiento. El vaivén se convirtió en un ir y venir rápido, y descuidado. Sus cuerpos jóvenes les exigían terminar con esa tortura rápidamente, y hacer las cosas con cuidado no los dejaría satisfechos.

Tadashi tomo de la camiseta al más alto, halando para que se levantara. El rubio se incorporó rápidamente, invirtiendo posiciones. El moreno se movió rápido quedando boca abajo, levanto las caderas y en un arranque espontaneo el bloqueador bajo el pantalón contrario arrastrando con él la ropa interior, dejando a la vista el bonito trasero de su amigo.

- ¡Tsukki! – jadeo sorprendido el castaño, sin embargo se tranquilizó con rapidez. Abrió sus piernas un poco, bajo su pecho y levanto lo más que pudo las caderas, ofreciéndose casi obscenamente. Pero su ceño fruncido y la cara roja eran un claro signo de la vergüenza que lo embargaba.

Por un momento el mayor no supo que hacer, se quedó en blanco, miró fijamente la imagen pintada por su amigo para él y después a su entrepierna, la cual al parecer había entrado en un pánico repentino. Escucho un lamento salir del castaño y lo observo incorporarse, intentando acomodar su ropa con los ojos vidriosos, y el rostro descompuesto en una mueca avergonzada. Vistiéndose rápido salió corriendo al baño de la planta baja.

- Yamaguchi, espera – supo que reacciono tarde cuando intentando alcanzar al menor solo obtuvo una puerta cerrada en la cara, suspiro pesadamente – Yams…lo siento, de verdad, no sé qué me paso solo…solo me quede en blanco – no hubo respuesta, sin embargo no pudo evitar que su corazón se quebrara al escuchar un fuerte sollozo del otro lado.

- Yo sabía que esto era posible, no tienes que disculparte – contesto el número doce con la voz quebrada por lo sollozos – No esperaba que funcionara – agrego con el dolor incrustado en cada palabra.

El más alto no sabía que decir, se limitó a recargar la frente contra la puerta del baño mientras escuchaba al otro hipar y suspirar del otro lado.

- Tsukki – llamo el menor de pronto.

- ¿Si? – contesto intentando sonar calmado.

- ¿Podrías irte a casa? -

Notas finales:

¡Halo chicos! No voy a decir nada acerca del porque tarde tanto en actualizar, porque mi mima sabe que fue pura y llana falta de organización.

Pido un montón de disculpas por el final de este capítulo *dogeza* De hecho pensé mucho en si cambiarlo o no, XD yo me dije que este fic solo iba a tratar de smut puro y duro, pero mi lado dramático siempre quiere ser el centro de la atención y termina complicando las cosas.

Lo resolveré, se los prometo, ya estoy pensando en algo para que no se vea tan forzada la resolución de todo eso…y bueno, puede que haya algunos errores de gramática u ortográficos que también resolveré más tarde y con calma.

Ciao.


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