Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una misión de Akatsuki por Uchiha Izumi

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Yo sabía que el odio hacia mi manager sería el causante de mis peores desdichas, y tú, Itachi, mi manager, eres el causante de todo esto T^T. Para vengarme (los Uchiha y sus venganzas...), he hecho lo que tú mas odias, pasando por sobre mi orgullo de niña inocente... T^T Así que Itachi, este fic es para ti con todo mi cariño de tu Izumi. A ver que piensas ahora, mi seme ^^ Este es el primer fic que escribo en el que tú no me usas como un juguete, así que ¡felicítame, Itachi-chan! Y, etto... Tengo una preguntita... -.-UU Si tú eres Itachi, y yo Sasuke, ¿somos una incestuosa pareja yaoi? O.o’

 

Aviso: Intenté que los personajes no estuvieran OOC, pero fracasé desastrosamente. Nunca me había detenido en ese detalle, pero ahora me he fijado que siempre mis personajes están OOC. T^T

 

PD: Es el primer lemon que escribo!! No es muy fuerte, pero weno... Espero que me hagan comentarios respecto a eso ^^ Quería escribir este lemon para saber cuales eran los efectos que tenía y en qué aspectos tenía que mejorar. Lo escribí a velocidad speedy (dos días en el pc, algo así como siete horas de mi vida) así que no revisé mucho los detalles... De todas formas, espero que les guste y que no sea lectura muy pesada... ¡Les pido que me dejen reviews, que me fascinan! ^^

 

Mi monótona vida tomaba un nuevo rumbo, me habían enviado junto a Deidara y Kisame a Konoha, mi antigua aldea. La misión era simple. Demasiado simple, para mi gusto, ni siquiera entendía el exceso de personas, dos, para mí, ya era simplemente una pérdida para Akatsuki... La misión consistía en entrar a la aldea de encubierto y mantener una relación amistosa con el portador del Kyuubi. Sencillo hasta más no poder. Deidara, se había ofrecido a hacerlo él solo. A mi me parecía, además, no estaba de humor para jugar con un niño. Kisame, ya había planeado que hacer en su tiempo libre. Yo, sin embargo, tenía tiempo libre y no sabía como se usaba. Nunca había tenido el tiempo libre para estar con amigos, y tampoco había tenido amigos como para gastarlo, así que simplemente pensaba hacer nada. Tal vez vagar por ahí, recordando viejos tiempos, para así recordar mis ambiciones y poder seguir en Akatsuki, organización que empezaba a aburrirme, si me era sincero... Tal vez me alejaría, como Orochimaru lo hizo una vez... Tal vez yo hiciera mi propia aldea... Quién sabe, ahora que tenía tiempo podría trazar uno que otros planes.
 -Bueno, entonces, se supone que tengo que buscarlo... –rompió el silencio Deidara
 -En una tienda de ramen, no sé su nombre... –respondió Kisame
 -Ichiraku –murmuré, esos dos nunca escuchaban las instrucciones detenidamente.
Deidara me miró. Era raro que yo hablara cuando debía hablar, comúnmente me hubiera guardado la información hasta que fuese de vital importancia, o ellos me la pidieran directamente.
Antes de entrar escondidos a Konoha, usamos un jutsu que modificaría nuestros cuerpos por el tiempo que nosotros quisiésemos sin necesidad de usar nuestro chakra para mantenerlo, resultaba tremendamente útil, pero tenía su desventaja: No podías saber qué aspecto tendrías después de usarlo.
Deidara, de vez en cuando, reía al mirarme, así que supuse que mi nuevo físico no debía ir muy acorde a mi personalidad. Aunque Deidara ya no parecía el artista que solía ser, ahora su rostro era tosco y duro, y francamente parecía un matón con la capa de Akatsuki, que en ese momento despojábamos de nuestros cuerpos. Por otro lado, Kisame, que entre nosotros siempre lo consideré como un hombre con cara de tiburón subdesarrollado (n/a: je, je), era un guapo hombre alto, de cabello y ojos azules, y un cuerpo que ya estaba seguro tendría mucho éxito con las mujeres (n/a: y hombres ^^). Me daba una curiosidad terrible mi aspecto, pero no mencioné nada y le resté importancia. Ocultamos nuestras capas a las afueras de la aldea, y entramos por las puertas, con un aspecto soberbio como si hubiésemos invitados por la propia Hokage.
No nos pusieron ningún freno para entrar a Konoha, y una vez dentro dimos pie para el primer paso de la misión. Buscar al chico.
 -Ustedes no se preocupen, lo encontraré en un abrir de ojos. –dijo Deidara, y me sorprendió que no mencionara el arte en una de sus frases. (n/a: Ya advierto que a mi me gusta molestar a Deidara, el artista ^^)
 -Yo quiero comer algo –avisó Kisame. Yo estaba seguro que estaba ansioso por ligarse a alguien de la aldea. Él si había notado que su nuevo rostro estaba bien dotado de cualidades.
 -¿Entonces, nos separamos? –Pregunté como si nada. No tenía intenciones de molestarme mucho por cumplir esta misión.
 -esta bien, ¿Kisame, quieres venir conmigo? De todas formas tengo que buscar un puesto de ramen...
 -¡No! –exclamó Kisame, tan exageradamente alto que por poco me hace mostrar una sonrisa, que pude contener obviamente ¬¬.
 -¿Qué? ¿Por qué? –Preguntó desorientado Deidara.
 -es que no quiero ramen... –se disculpó Kisame- Nos vemos, Deidara, Itachi...
Si claro. Que excusa tan idiota, si quería irse a follar, no tenía por qué esconderlo, que ninguno de los tres lo habíamos hecho desde hace tiempo y la verdad es que yo también me sentía levemente ardiente, por no decir bastante. Y supongo que Deidara se encontraba en la misma situación. Por ahora, lo que yo quería era un espejo.
Nos separamos, Kisame con un ánimo que me asustaba. Casi saltaba de la alegría. Yo me alejé en silencio, aparentando no tener rumbo fijo, pero caminando en dirección al área comercial de Konoha, en donde habría más de un escaparate para poder verme reflejado.
Cuando ví mi rostro no pude dejar de abrir desmesuradamente los ojos.
Sonrisa amable.
Cabello rubio, largo hasta los hombros.
Tez pálida.
Ojos azules.
Mofletes abultados
En total, una cara adorable.
Además, tenía aspecto de un joven de edad totalmente desconocida, que podía variar entre trece y dieciséis años.
Por supuesto que ya entendía las sonrisas de mis compañeros, mi nuevo rostro, y mi cuerpo esbelto y alto no estaban muy acordes con mi personalidad. Ahora era un niño con cara infantil, ¿cómo no me había fijado en esto antes? (n/a: Itachi, quieres llorar ^^)
Eso si, que debía parecerle atractivo a las chicas, ya que muchas niñas de doce a quince años me quedaban mirando hechizadas, encantadas por el aspecto que comenzaba a detestar. Aunque, por lo menos me ofrecía variadas oportunidades de ligarme a alguien... Claro que con este físico, me costaría más que con el anterior que era mucho más atractivo... (n/a: Si, es que Itachi se quiere poco ¬¬U) Antes que nada, caminaría un poco por mi antigua aldea.
Después de un rato, pasé por fuera del restaurante de ramen, en donde Deidara mantenía una animada charla con el chico rubio ese, el que era el contenedor de Kyuubi, Uzumaki Naruto. No me detuve siquiera y seguí avanzando, pero en ese instante, me crucé con alguien que ya creía estaba olvidado en mi mente, me crucé con mi hermano pequeño, y nunca pensé que verlo ahora me afectaría tanto.
Ahora, él tenía unos dieciséis o diecisiete, de todas formas, se veía mayor que mi nuevo cuerpo, había crecido bastante desde la última vez que lo había visto, y pude contemplarlo con mayor detenimiento. Sus brazos, sensuales como siempre, tenían unos músculos bien definidos, que dejaban a la imaginación unos bien formados pectorales y un cuerpo digno del mejor de los ninjas. Su suave piel parecía necesitar caricias. Sus eróticos labios parecían pedir un beso. Sus cabellos, tan negros como sus ojos pero ligeramente azulados, nuevamente me pedían a gritos que me acercara a tocarlos, como hacía en mi infancia, cuando mi hermano era un pequeño e inocente crío... Puede observar nuestro parecido y lo lejanos que estábamos. Su vista se fijó en mí y por un segundo me perdí en sus profundos ojos, luego volví a fijarme en su rostro, arrogante, altanero, orgulloso, despectivo y soberbio que me hacía sentir orgullo de que él fuese mí hermano y que dejara bien claro que los Uchiha aún mandaban y eran un clan respetado. Me asombré de que mi cuerpo se paralizara ante su mirada, ¿Acaso volvía a sentirme intimidado por su contemplación escrutadora? ¿Volvía a...? no, mis pensamientos incestuosos del pasado no podían volver, menos después de haber acabado con su felicidad en su infancia. Él sonrió arrogante y siguió su camino dejándome parado en mitad de la calle, siguiendo sus pasos con mi mirada. Cuando me di cuenta de lo que hacía, me alejé corriendo y me metí a una callejuela vacía para meditar asombrado de mi reciente comportamiento. Me senté y cerré los ojos con fuerza, aún así no pude quitarme su imagen de la mente. Esa imagen me hacía recordar todo lo que sufrí por él en mi infancia... Su sufrimiento era el mío, al sentirse despreciado por mi padre, yo mismo lo odié tanto que me llené de ansias por matarlo, y así lo hice... Yo no quería matar a mi madre pero, fue ella la que me gritó descontrolada que si quería matar a Uchiha Fugaku, debía pasar por sobre su cadáver. Y así lo hice. Nada me haría dejar de tomar venganza por el sufrimiento de Sasuke... (n/a: Si, los Uchiha y nuestro deseo de venganza -.-UUU) La muerte del clan completo simplemente se dio, y al verme convertido totalmente en un asesino, preferí alejarme de Sasuke, prefería mil veces que me odiara que ver a su hermano, a quién tanto quería, convertido en un asesino, siendo arrestado por sus mismos compañeros anbu.
Su recuerdo se hacía más fuerte, y ahora además, podía recordar cada detalle de su rostro, el olor delicioso de su aliento, que mil veces me había embrujado, la suavidad de su delicado cabello, el ardiente roce de mi piel con la suya cuando yo lo pasaba a llevar casualmente, el tono de su voz diciéndome infantilmente “Niisan, niisan”, la profundidad de sus ojos, que podía pasar horas observando... Mi hermano... Orokanaru otouto yo... (Traducción de Izumi: “Mi tonto hermano pequeño”, pero quien no lo sabe aún ^^U)
Volvía a la imagen que acababa de ver... su cabello danzando al compás de sus felinos y elegantes movimientos, su trasero moviéndose a cada paso que daba al alejarse de mi, tan provocador como siempre, mi hermanito, tan sensual, y exquisitamente apetitoso como siempre.
Lo quería para mí, aunque sea por solo un día. Quería que mi sueño de juventud se cumpliera en una ardiente e incestuosa noche de placer. ¿Pero me atrevería a engañar nuevamente a mi hermano haciéndole creer solo era un chico cualquiera? ¿Me atrevería a...? La respuesta estaba clara en mi mente...
Por supuesto.
Así que me levanté con ansia y comencé la búsqueda por las calles de Konoha intentando cruzarme “casualmente” con cierto pelinegro.
Ya cuando comenzaba a desesperarme, es que entre la ausencia persistente de Sasuke, y un grupito de chicas que me seguían por todos lados, me tenían con los nervios de puntas, la tranquilidad llegó.
Él, siempre oportuno, justo cuando comenzaba a planear la muerte de más de una enana que pisaba mi sombra, apareció... Venía seguido desde lejos de un par de admiradoras, y me di cuenta de otro parecido que teníamos los dos (¿los dos populares?)... Pero, esas chicas... Me hacían sentir raro... ¿Acaso era celos? Si, supongo que eso era. ¿Por qué ellas podían demostrar tan directamente que se sentían atraídas hacia ti y yo tenía que esconderlo? Por que somos hermanos, me respondí inmediatamente a mí mismo, casi por reflejo, ese reflejo que había creado desde los doce años.
Te miré directamente. Intenté parecer tan soberbio como tú, pero con mi nuevo aspecto, no sabía si resultaría. Parece que no, pues al verme, te sonreíste divertido y te acercaste a mí.
En ese momento, me inflé lo más que pude, que después de todo, yo era un orgulloso Uchiha... Las chicas desaparecieron al instante, aunque no estaba seguro si se habían ido en verdad o solo no podía verlas porque solo tenía ojos para ti. Me miraste, como preguntándome quién demonios era, pero sin que las palabras salieran de tu boca.
Y me di cuenta de que hubiera sido algo inteligente inventarme un nombre, pero para ese instante, cualquier brote de creatividad se había esfumado, así que no me presenté.
 -Uchiha Sasuke –pude articular. ¿Era este cuerpo el que me hacía estar con esta nueva personalidad? (n/a: en realidad soy yo, que todos mis personajes están OOC, pero bueno ^^U) Mi voz era igual que antes así que tendría que intentar modificarla para que no me descubrieras.
 -Lo sé, ese es mi nombre –murmuraste con una sonrisa de burla en los labios.
 -ah... –susurré algo contrariado, ¿Desde cuando Uchiha Itachi se quedaba sin la última palabra?, es más, ¿Desde cuándo Uchiha Itachi se quedaba sin palabras?
 Me miraste sin nada más que decir así que te dispusiste a marcharte.
 -Sayonara –Te despediste con tu voz altanera y despreocupada.
 -Matte! –Exclamé sin poder aguantarme- Yo... ¿Me enseñarías la aldea?
Fue una pregunta estúpida, lo sé... Pero ya he dicho que cualquier atisbo de creatividad se había esfumado completamente de mi mente.
 -No soy guía turístico –Respondiste cortante.
Sin esperanzas de nada, hice lo que anhelaba hacer hace tiempo. Golpeé con mi índice tu frente, que por algún motivo no llevabas tu protector y tu desnuda frente parecía llamar a mis manos. Te quedaste congelado mirándome, luego un ligero sonrojo decoró tus mejillas, como si un vergonzoso recuerdo viniera a tu mente.
 -¿No me enseñas donde conseguir uno? –le pregunté sonriendo.
 -eh... –titubeaste, sorprendiéndome- si quieres...
Me quedé mirándote sorprendido, ¿acaso este gesto se debía a que te pegara en la frente como hacía cuando eras pequeño?
Comenzaste a caminar sin ni siquiera comprobar si yo te seguía. Y no lo necesitabas, pues yo te seguí ansioso.
 -¿cómo te llamas? –Preguntaste.
Nombres, nombres, nombres... No se me ocurría ninguno aparte del mío... Pero responder que me llamaba Itachi haría que te alejaras inmediatamente, ¿no? Así que respondí lo que mi limitada imaginación me permitía:
 -Itachi –¡Mierda! ¿No podía haber rebuscado más? Ahora se me venían una lista de nombres tan larga que me confundía: Shunsuke, Fujimaro, Kei, Hisaki, Daisuke, Kaneie, Meiji, Yoshio, Kyousuke... pero no, tenía que responderle mi verdadero nombre, para variar, el mismo nombre de la persona que tanto odiaba (que por cierto era yo XP)
 -Itachi... –susurró meditabundo.
 -si, ese es mi nombre. –murmuré con ganas de golpearme en la cabeza.
Pensé que daría media vuelta y se iría por otro camino, pero no lo hizo.
 -¿Y por qué sabías que me llamaba Uchiha Sasuke? –preguntó luego de unos incómodos segundos de completo silencio.
 -No es difícil saberlo. -respondí con rapidez- Eres famoso, y parece que el más popular ninja de la aldea.
Un par de elogios no dañarían el orgullo de nadie.
 -¿a si? –preguntó orgulloso, luego agregó:- Tú también eres popular, me parece.
Eso hasta me parecía un elogio, pero sabía que alguien como Sasuke no se los diría a un desconocido como yo.
 -eso creo... es que... aún no me acostumbró –murmuré sinceramente.
 -¡Ja! Suena como si acabases de mudar tu piel.
¿Eso era un chiste? Porque no era gracioso ¬¬ Aún así, con un gesto extraño en mí, me reí.
 -Y... esto... ¿dónde conseguiré un guía...?
 -Itachi, -me dijo con soltura- los guías son costosos. Yo te enseño la aldea.
Hice un gran esfuerzo por no quedar boquiabierto. Estaba tan sorprendido que no sabía que hacer.
 -¿Tú? Pero acababas de decir...
 -Te dije que no era un guía. En ese momento no pensaba en enseñarte la aldea, porque eras un completo desconocido, pero ahora es diferente, además, sé tu nombre ^^
¿Mi hermano era siempre así? Qué simpático, pensé. ¿Acaso la muerte de sus padres (y el clan) lo afectaban solo al estar frente  mí? Solo me odiaba a mí... Me dolía saber eso... Pensé que era frío siempre, pero veo que no.
 -está bien –murmuré confundido.
 -¿Qué quieres ver primero? –Preguntó Sasuke sonriendo amablemente
 -No lo sé... Lo que tú quieras.
 -Vamos, entonces
Seguimos caminando, yo simplemente seguía a mi hermano... Entonces me di cuenta del rumbo que habíamos tomado.
 -¿Qué me enseñaras primero? –Pregunté sabiendo la respuesta.
 -Mi casa –respondió Sasuke como si nada.
¿Por qué me llevaría a casa? Era sospechoso, ¿acaso ya me había descubierto? >.< pero bueno, si él quería llevarme a su casa, a su cuarto, a su cama (ya le puse un poco de mi imaginación *¬*), yo no tenía por qué tener miedo, si era exactamente lo que yo perseguía.
 -¿Qué veremos en tu casa?
 -Lo que tú quieras. Además, puedes tomarte algo...
¿Acaso Sasuke estaba loco? ¿Qué le pasaba? ¡No, ese no era mi hermano! A pesar de no poder ocultar mi sorpresa, la disfracé sonriéndole.
Ya al llegar a casa, una serie de recuerdos de un Sasuke sieteañero me llegaron a la cabeza de golpe y estuve a punto de lanzarme sobre él para abrazarlo. Mientras tanto, mi otouto (n/a: hermano pequeño, para el que aún no sepa) abría la puerta de mi antiguo hogar.
 -Entra –Murmuró fríamente (¿Ya se le había pasado la amabilidad o qué?)
Entré a la casa por la puerta que Sasuke mantenía abierta.
 -Linda casa. Es grande –susurré como si fuese la primera vez que entraba a esa casa, que aún recordaba a la perfección.
 -¿Quieres beber algo? Siéntate, estas en tu casa –dijo volviendo a ser amable.
 -Si, claro. –acepté, por cierto que estaba en mi casa.
Se alejó en dirección a la cocina. Escuché cada movimiento que hizo, desde abrir la puerta del refrigerador hasta tomar un vasito de un estante y llenarlo de líquido.
 -Espero que no le hagas asco al sake –me dijo divertido, casi retándome a probar del vaso que me ofrecía.
 -Por supuesto que no –respondí arrogante tomando el vaso y tomándomelo de golpe, sin saber las consecuencias que le podía traer a mi nuevo cuerpo.
Mi cuerpo no reaccionó muy mal, solo se sintió un poco mareado.
 -Me alegra que seas así, Itachi –susurró con voz sensual Sasuke
 -¿si? –Pregunté con voz ronca debido a la excitación que me producía ver a mi hermano cada vez más cerca.
 -Por supuesto, Itachi.
¿Por qué mi nombre sonaba tan bien si salía de su boca? ¿Por qué me sentía sexy cada vez que escuchaba mi propio nombre dicho con la voz de mi hermano pequeño? ¿Por qué cuando era pequeño no le dije a Sasuke que me llamara por mi nombre en vez de decirme “niisan”? No, espera... No, el niisan sonaba orgásmico así que me gustaba también ^__^
 -Pues me alegro, Sasuke –susurré intentando parecer sensual, pero con los esfuerzos que tenía que hacer para que mi voz no se pareciera mucho a mi voz normal, creo que fracasé desastrosamente.
Avancé un paso hacía él, dispuesto a abandonar las palabras y comenzar con la acción. Je, je.
 -¿Sabes, Itachi? –Preguntó Sasuke retrocediendo un paso.
 -¿nani? –respondí levemente irritado porque Sasuke no siguiera mi jueguito ¬¬.
 -Mi hermano se llamaba igual que tú. Mi hermano mayor.
 -¿A si? –Por lo menos, aún no me has olvidado, pensé.
 -Si, pero él me abandono. No me llevó con él en su búsqueda de poder...
Sasuke miraba a un punto fijo detrás de mi espalda, parecía que recordaba algo y noté como cerraba los puños dentro de sus bolsillos.
 -¿Tú querías ir con... –estuve a punto de decir “conmigo- tu hermano?
Alcancé a corregirme.
 -Yo quería a mi hermano. Mi meta era ser como él, aunque mi padre no quisiera. Pero luego él me abandono. Me dejó completamente solo.
 -¿Y tus padres? –pregunté por decir algo, para salir de mi ensimismamiento.
 -Mi hermano los mató.
 -¿Y no lo odias por eso?-Pregunté intentando parecer sorprendido.
 -También lo hago, pero la verdad es que yo odiaba a mi clan tanto como él. Lo único bueno del clan era él. Por eso lo idolatraba tanto.
¿Qué mierda está pasando?, me pregunté. ¿Era todo eso verdad? ¿De verdad lo que más le había molestado a Sasuke es que yo no me lo hubiese llevado conmigo?
 -¿lo querías mucho? –Pregunté con tristeza.
 -Lo amaba –susurró él.
Yo estaba sorprendido a más no poder, no podía creer lo que decía Sasuke. ¿Él había estado enamorado de mí en su infancia? ¡Pues yo también! ¡Kuso, cuanto tiempo habíamos perdido!
 -¿Y ahora? ¿Aún lo amas?
 -Si, pero también lo odio. Mi meta es cobrar venganza.
¿Por qué no se inmutaba al decirlo? Bueno, daba lo mismo realmente.

 

 

**********
 -¿cómo dijiste que te llamabas, dattebayo?
 -Deidara –susurré. Este chico nunca había oído mi nombre, así que no me preocupé en inventarme uno nuevo- ¿oe, Naruto-kun, quieres comerte mi ramen? A mi me gusta mucho, pero creo que estoy enfermo, y sería un desperdicio que se perdiera...
 -¿en verdad? –Preguntó el chico encantadoramente feliz.
 -Por supuesto –contesté con una sonrisa amable.
 -¡Arigatou, Deidara-san! Eres un amigo fantástico...
 -¿Ya somos amigos?
 -¿te molesta? –Preguntó el chico abriendo desmesuradamente sus ojos.
 -No, por supuesto que no, me encanta que me consideres tu amigo... –Contesté mientras él me regalaba una feliz sonrisa.

 

**********
No sabía que estarían haciendo Itachi o Deidara, pero poco me importaba.
 -¡Vamos, Sakura, dale más fuerte! –Animé a la muchacha que se hallaba junto a mí.
Me había cruzado con una chica pelirrosada y muy frentona, que me miró embobada. Y sus ganas de estar conmigo se notaban tanto que decidí que esta noche se la regalaría a ella (n/a: una obra de caridad para los más necesitados). Ahora ella estaba entra mi entrepierna, después de haberme confesado que a sus diecisiete años, aún era virgen la pobre.
 -Ah, no puedo más, Kisame-koi –susurró sonrojada.
Pero ya me había arrepentido, la verdad. Ella era tan desabrida que durante toda la tarde no había podido calentarme. Llevaba media hora con mi pene dentro de su boca y yo había logrado esa erección imaginando que no era la boca de Sakura la que envolvía mi miembro, si no la boca de Itachi (si, lo acepto, él me calienta >.<). Es que ella era la persona menos erótica del mundo, simplemente era eso. Y por más que lo intentara, no podía sentirme excitado.
 -Ven, Sakura, deja hacer yo... -murmuré
Me dirigí hacia los pechos de la muchacha, pero preferí no entrar en esa zona, que ya estaba lo suficientemente decepcionado para estarlo más. Así que la volteé y la penetré sin cortesía.
 -Te quiero, Kisame-kun... –gimió la chica muriendo del placer que yo la daba, estaba muy sonrojada, un sonrojo que hacía juego con su cabello.
Desde su virginal entrada salía un chorrito de sangre (¿Tan fuerte lo había hecho?)
 -yo igual... –mentí.
 -¿te quedaras en la aldea, por mí, verdad?
 -Por supuesto –la engañé mientras le daba una última embestida, permaneciendo dentro de ella.
 -Ki... sa... me... –susurró Sakura entre gemidos ahogados, sin poder ocultar una sonrisa de gozo en su rostro.
Me separé de ella. Lo sentía, no podría regalarle la noche entera, necesitaba verdadero placer.
 -Sakura, debo irme, te prometo que volveré por ti... Te amo –mentí.
 -yo también, Kisame ^///^
Me parecía que Sakura de verdad se estaba enamorando de mí. Eso me asustaba.
Me alejé de la casa de la chica, esperando encontrar otra persona a estas horas de la noche.

 

**********

 

Miré el hermoso rostro de mi hermano pequeño, quién había bajado la vista, parecía avergonzado.
 -no tienes por qué avergonzarte, no importa que fuese tu hermano, ni que él fuese hombre y mayor que tú...
 -Nunca dije que me avergonzase, solo siento remordimientos de por qué no le dije lo que sentía... de por qué no le digo lo que siento cada vez que lo veo...
 -Sasuke... yo... ¿te recuerdo a tu hermano?
 -¿nani? No, es solo que no pude dejar de pensar en él al escuchar tu nombre. Lo siento si te incomodé.
 -Para nada... es más, si te hace sentir bien, puedes decirme niisan. –Le ofrecí, rogando que accediera.
 -¿No te importaría? –susurró mirándome a los ojos con una mirada que me recordaba a él de pequeño, cuando me miraba esperanzado esperando a que yo aceptara ayudarlo con su entrenamiento.
 -Claro que no...
Sasuke me abrazó, incómodo.
 -Gracias, niisan...
Ese niisan salido de sus labios me conmovió... Sentí que mis piernas no demorarían en no soportar el peso de mi cuerpo y caer, así que me apoyé en mi hermanito.
 -Orokanaru otouto yo... –susurré sin que pudiese escucharme, sin esconder mi verdadera voz.
Pero él pareció escucharme. Se separó de mí y me miró directamente a los ojos.
 -hay algo en ti que me recuerda a mi hermano –aceptó derrotado
 -¿sou ka?
 -¿puedo...?
No terminó la respuesta, y poniendo sus manos alrededor de mi cintura me atrajo hacia él y me besó con fuerza.
 -Sasuke... –susurré con sus labios aún en los míos.
 -Lo siento, niisan... –susurró sin dejar de besarme, comenzando a acariciar mi espalda y despojarme de mi camiseta.
 -¿No sería mejor que lo hiciéramos en tu cama? –le pregunté.
 -Claro –dijo tomando mi mano y llevándome hasta su habitación.
Subí tirado de su mano... No me fijaba en nada más que ese suave contacto...
Que poco había cambiado esa habitación. Recordaba haber entrado a ella, en la noche, ocultando mi presencia, para observarte dormir, y si tenía suerte, robarte una caricia en los labios con los míos (n/a: nee, Itachi... TToTT eso se llama beso... ya me emocioné con estos hermanitos). Miré ahora al Sasuke de diecisiete años (ahora estaba seguro de la edad), con su cuerpo perfectamente formado, con sus músculos bien definidos, con su rostro maduro pero que conservaba esa delicadeza que tenía a los doce y con esa sonrisa que llevaba en los labios durante el trayecto hacia su habitación.
Me empujó y me hizo caer a su cama, colocándose sobre mí. Fue en ese momento en que me di cuenta de que si esto seguía así, ¡el seme sería Sasuke y no yo! Se supone que yo debería haberme lanzado sobre él, que yo sería quien lo embistiera... Y ahora no sabía si podía revertir la situación, justo ahora, pensé, que Sasuke me sacaba el pantalón con determinación.
Me di vuelta, poniéndome sobre mi hermanito y besando su cuello. Miré como él se sonrojaba y reprimía un gemido que terminó por completar mi erección. Él simplemente se dejaba besar, mientras yo le sacaba la camiseta.
 -Niisan... –Gimió sensualmente cerca de mi oído.
No sabía como podía estar ahí con ese cuerpo, y estuve a punto de volver a mi aspecto normal deshaciendo el jutsu, pero si yo hacía eso, se desactivaría completamente, y Deidara y Kisame volverían a sus cuerpos. No podía imaginar a Deidara, hablando con el chico contenedor del bijou, y volviendo a su forma original ante la asombrada mirada azul de Uzumaki Naruto (si es que ya no se habían separado, que ya era bastante noche después de todo, y la misión decía “relación amistosa” no que pasaran la noche juntos ¬¬). Y menos a Kisame, el que tendría más problemas si, en medio de una ardiente noche de pasión, volvía a su cuerpo, con su cara de tiburón subdesarrollado. ¡Ah! ¡Maldita sea! ¡Sasuke, ni siquiera me dejas pensar tranquilo con esas manos masturbando mi entrepierna por sobre el bóxer!
 -Sasuke.... –gemí embriagado por el placer. Mierda, si mi hermano quería ser seme, le daría en el gusto, aunque eso significara rebajarme a ser uke, por primera vez en mi vida.
Dejé que Sasuke me sacara los pantalones y besara mi estómago, mientras volvía a situarse sobre mí.
 -Niisan, ¿acaso permitirás que sea el seme? –se burló Sasuke.
¿Tenía que tener la última palabra siempre? Bueno, me daba la mismo, tener a mi hermano sensualmente apoyado sobre mí, era tan extremadamente erótico que me enloquecía.
 -Orokanaru otouto yo... –solté con mi verdadera voz, sin poder contenerme, haciendo que Sasuke me mirara sorprendido.
 -¡Niisan! –exclamó. ¿Acaso me descubriría?- Sabes, Itachi, eso sonó exactamente como mi hermano...
 -¿te gustó? –pregunté con dificultad (se me hacía difícil hablar debido a la explosión de placer que amenazaba por salir de mi boca)
 -Si... –gimió orgásmicamente Sasuke mientras se levantaba y comenzaba a sacarse los pantalones lenta y seductoramente, para luego seguir con su bóxer.
Yo tenía un hilito de baba cayendo desde mi boca hasta mi barbilla. Al darme cuenta de su presencia, la limpié con el dorso de mi mano, no dejaría que Sasuke se diera cuanta de la debilidad que me producía su sensualidad... Por otro lado... Él no veía a su hermano en mí... Veía a un chico flacucho, de largos cabellos rubios, y con cara de uke ¬¬... Si él no descubría que yo, Itachi, era el verdadero Itachi, no debería preocuparme por demostrar lo mucho que me gustaba la idea de ser su uke (y por cierto que me comenzaba a fascinar mucho la idea... tanto que me asustaba a mi mismo... >.<)
Sasuke estaba desnudo sobre mí, tirando de mi bóxer hasta sacarlo de un tirón. Me abracé a su cuello mientras el se lamía su mano y comenzaba a masturbarme con rapidez, produciendo que una serie de gemidos escaparan de mi boca.
 -Sa...su…ke... Sa…su...ke... –gemí.
Atrapó con su boca una nueva serie de sonidos que salían de mi boca, besando mis labios, pidiéndome entrar a mi boca. Abrí mis labios dándole el paso a esa lengua, tan inquieta, que me sabio a gloria... ¡Ah, Sasuke, tu sabor! ¡Entiendo las ansias que tuve de probarte cuando yo tenía apenas trece años!
De pronto, con una brusquedad que solo elevó mi temperatura, me situaste a tu entera disposición, buscando con tu miembro mi entrada. ¿Acaso no prepararías mi entrada? ¿Qué pretendías, hermanito?
Y entraste, brutalmente, sin preparar mi virginal entrada. Casi me partiste a la mitad, Sasuke. Y sentí un hilito de sangre caer por mi trasero. ¿Por qué tan brusco? Me dolía mucho, pero mi orgullo de Uchiha no me permitió sollozar como quería hacerlo, aunque no pude evitar que una lagrimilla saliera de mis ojos. Pero tú ya estabas adentro de mí, y eso valía todo el sufrimiento que se permitiera aguantar. Mi cuerpo poco a poco se fue acostumbrando al dolor y sentí con placer tu masculinidad moviéndose dentro de mí. Creí que podrías llegar a mi estómago con esas embestidas, pero tú ya tenías todo fríamente calculado para no partirme en dos. Entrabas y salías, de una forma que me enloquecía... Te quería tanto, Sasuke...
 -relájate... –me susurraste sin parar el ritmo de las embestidas- Ah, Itachi, eres tan estrecho.
 -Eso pasa por no humedecer mi entrada primero, orokanaru otouto –susurré, intentando con todas mis fuerzas que mi voz no se quebrara, pero una vez más, fallando estrepitosamente.
Sasuke soltó una encantadora risa, ¡Ay, hermano, me estas matando de placer! Tu encantadora risa me fascinaba… Me enloquecía… Me hechizaba…
 -Niisan… -susurró Sasuke cerca de mi oído, embistiéndome una vez más, con más fuerza.
 -Ahg, Sasuke, dale más rápido, más fuerte, ¡Motto! ¡Motto! –Me escuché gemir con lujuria. Mi voz ronca por la excitación me sorprendía. Sonaba ajena a mí.
Sasuke me embistió más y más, produciéndome un dolor brutal, pero no tanto como el placer que me producía cada golpe de caderas. Era tanto el placer que pensaré que moriría... Un nuevo par de lágrimas salieron por mis ojos... Era una prefecta mezcla de dolor y felicidad, dos emociones que chocaban con fuerza en mi interior, en la marea de sentimientos que era mi ser.
Sentí que no aguantaría más, que me correría en ese momento, era mucho el éxtasis en el que me encontraba… Me corrí con un último grito de placer, luego de un minuto, Sasuke me siguió, llenando mi cálido interior con su esencia. Mi hermanito salió de mi interior y se recostó a mi lado, abriendo las sábanas para meterse dentro de la cama, yo hice lo mismo y me acosté a su lado, abrazándolo con todo el amor que había sentido y que sentía hacia su persona.
 -hey… déjame respirar –me pidió Sasuke, así que dejé de apretarlo con furia, pero sin soltarlo. No quería soltarlo nunca, quería permanecer en ese cuerpo, en esos brazos, por toda la eternidad… Quería que Sasuke me quisiera así, que esto no fuera una simple noche de sexo, si no que dejara una marca en sus recuerdos… No quería alejarme de su cuerpo, de su pecho que se movía al compás de su respiración... Yo me sentía tan maravilloso, tan completo... que se me hizo imposible no ser sincero.
 -Sasuke… yo soy Itachi… -Le dije, esperando con toda la fuerza de mi alma, si es que aún tenía, que él me creyera
 -Ya lo sé… -susurró Sasuke, que estaba acostado dándome la espalda. Bostezó somnoliento.
 -No, yo soy Uchiha Itachi –expliqué, tomando sus hombros y moviéndolo para llamar su atención.
 -Claro, niisan…
¡Ahg, maldito otouto! ¿Acaso te burlabas de mí? ¿No entendías la profundidad de esas verdades tajantes?
 -Soy tu niisan, el asesino del clan… Quien mató a tus padres, quien te torturó con el Mangekyou Sharingan, quien te instó a odiarlo…
 -Niisan, -dijo Sasuke volteándose y mirándome tranquilamente a los ojos- no tengo idea que haces con ese cuerpo, pero si sé quien eres. ¿Acaso creías que yo me acostaría con cualquier desconocido que me encontrara en la calle? >.< ¿Quién mierda crees que soy?
Miré a mi hermano boquiabierto. ¿de verdad me estaba diciendo aquello? ¿Era verdad o me estaba tomando el pelo?
 -¿Cuándo te diste cuenta? –La pregunta salía de improvisto de mi boca, yo no la había planeado.
 -la primera vez que te vi. Me quedaste mirando y sentí ese flujo de sentimientos que siento al verte…
 -¿por qué no me lo dijiste?
 -Prefería que lo confesaras tú –me dijo divertido.
 -Lo que me dijiste en la sala…
 -Era verdad.
 ¿Por qué mierda estabas tan tranquilo y seguro? ¿Por qué yo no podía guardar la calma?
 -Sasuke…
 -Niisan… -Sasuke posó su mano sobre mi mejilla, yo incliné mi rostro buscando su calor.
 -Orokanaru otouto yo… -susurré con cariño, con ternura ¿Qué mierda me estaba pasando? x___x
 -¿Me explicarás por qué estas en ese cuerpo? No me gusta, me gustas más con el cuerpo de antes… Ahora tienes cara de uke, además. Y no te ves sexy >.<
 -¿Cara de uke, Sasuke? Si acabas de hacerme uke… Quien te crees para, además, sacármelo en cara ¬¬
 -Bueno, bueno, pero no evites la respuesta. –dijo Sasuke apoyando su cabeza en mi hombro.
Los susurros que salían de la boca de Sasuke me gustaban mucho, me hacían sentir feliz.
 -Cuando eras pequeño no hacías tantas preguntas.
Mi hermano lamió mi cuello, con esa lengua que tanto me hacía perder la razón…
 -¿te gustaba más cuando era pequeño?
 -Si –mentí a medias. Cuando pequeño me enloquecías por ser tan eróticamente tierno, y estar prohibido, pero ahora me enloquecías aún más por ser tan sexy…
 -Niisan, niisan –gimió Sasuke en mi oído, logrando que mi miembro se pusiera erecto.
 -Sasuke…
 -Se te puso dura, niisan… -susurró con voz infantil Sasuke.
 -Ah, Sasuke, no me jodas…
Sasuke beso mi cuello.
 -niisan, quiero tu otro cuerpo…
 -Yo también, pero si deshago el jutsu mis compañeros también recuperarán sus cuerpos...
Y yo también anhelaba deshacer ese maldito jutsu, ahora que estaba tan feliz hasta imaginaba qué sucedería si abandonaba Akatsuki, o por el contrario, me llevaba a Sasuke y hacía que entrara a la organización. Verdaderamente no me quería separar de mi hermanito, y ahora estaba seguro que haría de todo por lograrlo, pero deshacer el jutsu… Le mataría la entretenida noche a Kisame, y de paso, arruinaría la misión… La misión no me importaba para nada, pero Kisame se había convertido en mi amigo…

 

**********

 

Miraba el techo, sin ánimos y con sueño… Miré a mi lado, donde la cama de Naruto estaba inmediatamente al lado de mi futón. Y pensar que después mi organización acabaría con ese chico contenedor de bijou… Por Kami, él no tenía la culpa, no tenía por qué morir… Demonios, parece que al final había creado verdaderos lazos amistosos con ese chico… El chico que, apenas conociéndome, me preguntó si tenía a dónde dormir, y luego me había ofrecido amablemente que durmiera en su casa. Tenía ganas de contarle toda la verdad, pero…Él se sentiría traicionado por mí, y perdería su amistad, cosa que no permitiría… Un alto ronquido de su parte me hizo volver al la realidad, el rubio kitsune me había inspirado… (n/a: Deidara-chan y el arte…) Tosí y el chico se removió.
 -¿Necesitas algo, Deidara-san?
 -Naruto-kun, te tengo que contar algo –Demonios, se suponía que no iba a contárselo.
 -Está bien, te escucho...

 

**********

 

Estaba en un cuarto de hotel que había pagado para pasar la noche. Abracé a mi nueva conquista, ahora era nada mis ni nada menos que un joven ninja, llamado Hyuuga Neji. Le acababa de penetrar, sintiéndome verdaderamente bien, esto era mil veces mejor que haberlo hecho con Sakura, me sentía verdaderamente bien. Neji me había dicho, además, para mejorar toda esta situación que esto solo duraría una noche, y que él ya tenía pareja, un chico llamado Lee, me parece (no estaba prestando atención XP). Aún estaba en su interior, y me parecía que hacerlo con un hombre era mucho mejor que con una mujer (n/a: Obvio, si acaba de hacerlo con Sakura... ¬¬)... Ah, este chico si sabía lo que hacía. Sabía cómo hacer para calentarlo a uno. Su largo cabello negro se pegaba a su cuerpo producto a la transpiración.
 -Kisame... más rápido –Me pidió el chico. Y yo no pude negarme.

 

**********

 

Mi hermanito miró al techo con expresión aburrida.
 -Los rubios son unos dobes... –susurró para sí.
 -Vamos, Sasuke... A mi tampoco me gusta este cuerpo. Tampoco me gusto rubio >.<
 -¿Me vas a contar tu misión?
 -No. Además, no creo que funcione... Deidara es muy marica...
 -¡Ja! ¡Mira quien lo dice, el cara de uke!
Puse mis manos en los hombros de mi hermano y lo agite violentamente mientras él sólo me miraba con su mejor cara de burla.
 -¡Siempre serás un orokanaru, otouto!
 -Y té eres un perfecto uke, je, je.
 -¿Quién te crees...? ¡Si hubiese tenido mi verdadero cuerpo hubiese sido diferente!
 -Si, por supuesto... –susurró Sasuke con sarcasmo
 -¡Obvio! –Gemí como un niño.
 -Itachi, por muy mayor que seas, por muy cara de seme que tenga tu verdadero cuerpo, de entre los dos el que es seme soy yo y nadie más. –Me dijo riendo alegremente.
Fruncí el ceño. Quería defenderme, pero ahora se me hacía incapaz pelear con él.
 -Está bien –acepté sorprendiéndolo (y no me extrañaba que me sorprendía a mí más aún)
 -¿estás bien, niisan? –preguntó Sasuke exagerando la preocupación.
No respondí nada, y me abracé a su cuerpecito desnudo. La verdad es que ni yo sabía si me encontraba bien ^^U (¿vamos, Uchiha Itachi haciendo estas cosas? A nadie se le podría haber ocurrido...)
Sasuke se removió, algo incómodo.
 -Naa, niisan... ¿esta fue tu primera vez?
 -¿de uke? si...
 -Tu entrada era virgen...
 -Si... –susurré hundiendo mi rostro en su pecho.
 -Debió dolerte bastante... No me preocupe de prepararte para mis embestidas... ^^U
 -No, si me di cuenta... Claro, si no era a ti a quien le metieran ese miembro que te gastas ¬///¬
 -Gomen, gomen ^///^U
 -Está bien... de todas formas me gustó... ¬///¬
 -masoquista ¬¬
 -Si eres tú esta bien... –suspiré. Menos mal que mi hermanito no vería mi sonrojo. (Que molestan los sonrojos. Los odiaba...)

 

**********

 

 -Nee, Kisame... ¿Ya estas cansado? –Me preguntó Neji mirándome divertido con sus ojos blancos.
 -Por supuesto que no... ¿Y tú?
 -No... ¿vas por otra o lo dejarás?
Ajá, con que provocándome... Ya verás, chico, te mataré de placer, ju, ju, ju. ^^ (n/a: Qué alguien me quite el teclado, que me estoy asustando TToTT tengo miedo...)
Lo coloqué sin dificultad en cuatro patas, y me coloqué sobre él, acaricié con lujuria su estómago, haciendo que una serie de gemidos orgásmicos salieran de sus labios. Esos sonidos, música para mis oídos, me daban unas ganas tremendas de besarlo, pero ya que estaba en esta posición, no debía desaprovecharla. Acerqué mi miembro erecto a su experta entrada (n/a: es un adjetivo coherente? O.o?) y lo penetré suavemente, intentando recordar cada sensación, pues no sabía cuánto tiempo tendría que esperar hasta volver a sentir un placer similar... Sus gemidos también quería recordarlos, y como una de sus piernas se tensaba a causa del placer, pero sin dejar de relajarse para hacerme la tarea más fácil... Era simplemente un joven encantador... Sus gemidos eran de sonidos tan suaves e infantiles que me llenaban de morbo, y estar en su interior era indescriptible... Demasiado placentero para ser reducido a palabras... Cuando comencé a masturbarlo, mientras iba aumentando la fuerza y velocidad de las embestidas, llegó al clímax corriéndose sobre mis manos... Me llevé parte de su esencia a mi boca, para probar nuevamente su sabor... Y después de unos segundos, me derramé en su interior, abrazándolo y permaneciendo dentro de él a pesar de que su interior se había contraído por el placer...
 -Kisame... me duele... –susurró Neji con una voz eróticamente ronca.
 -¿quieres que salga? –Pregunté con tristeza.
 -¿Mi interior es tan bueno?
 -Es fantástico, no quiero salir de ti nunca...
 -Entonces... quédate un rato más...
Pero en los momentos que deben ser infinitos, siempre hay algo que los acaba monstruosamente, en este caso, una frente.

 

**********

 

Me levanté y me senté a un lado del kitsune.
 -Verás... Naruto... espero que no te enojes, pero si lo haces... Te entenderé completamente...
 -¿Qué es lo que quieres decir, Deidara-san? –Preguntó Naruto con seria curiosidad- Habla, prometo que no me enojaré...
 -Este no es mi cuerpo... Yo... soy un miembro de Akatsuki...
 -¿nani? –Susurró Naruto alejándose un poco de mí- ¿qué dices, Deidara? Tú no puedes ser un miembro de Akatsuki...
 -Somos tres los que hemos venido a Konoha... Pero Itachi y Kisame han pensado que la misión era muy fácil y me han dejado solo...
 -¿Uchiha Itachi está aquí? Tengo que avisarle a Sasuke...
 -¿Me crees? ¿Me crees que soy de Akatsuki?
Naruto salió del ensimismamiento en el que había caído al escuchar el nombre de Itachi y me miró.
 -¿Por qué me lo cuentas?
 -No lo sé... -Bajé mi vista, confundido- Supongo que... como has sido tan amable conmigo... he pensado que no merecías que te estuviese engañando...
 -¡Pero si esa era tu misión! ¿Por qué me dices esto? ¡Explícame!
Su mirada reflejaba verdadera confusión...
 -Nos enviaron para ganarnos tu amistad... Pero creo que quien gano una amistad fui yo... y...
 -No... –Susurró Naruto negando con su cabeza- Es mentira... Es una broma... ¿A que sí, Deidara-san?
Sentí verdadera angustia... Y no sé por qué, pero al ver todo ese desconcierto en el rostro zorruno de Naruto, sentí remordimientos... me arrepentí del todo daño que había hecho... Quise ser inocente de todo lo malo que en el cielo se me acusaba... Tan inocente como ese joven de diecisiete años que me había entregado su amistad...
Sin pensar en todas las consecuencias que produciría lo que me proponía a hacer, hice los sellos que acabarían con el jutsu y me devolverían mi cuerpo...

 

**********

 

 -¡Kisame! –Gritó una voz chillona, tan aguda que casi rompe mis oídos.
Miré en dirección a la puerta, parecía que Sakura la había abierto a golpes...
 -¿Sakura, que haces aquí? –Pregunté aún en el interior de Neji.
 -¿qué hace él aquí? –preguntó ella con esa voz que carcomía mis oídos, apuntando con el índice hacia el chico que se hallaba debajo de mí. Neji comenzó a moverse incómodo, al parecer ya quería que yo saliera de su interior
 -Cállate y vete de una vez, niña, que nos estás molestando –Murmuré mientras mi mano, sin pudor alguno, se dirigía hasta la erección del chico y la comenzaba a masturbar.
Sakura se quedó un segundo parada ahí, en el umbral de la puerta, inmóvil.
 -Se lo contaré a Lee, Neji. –susurró la chica con los ojos empañados en lágrimas
Neji parecía nervioso, pero no tenía tiempo para preocuparse, yo seguía dándole placer.
 -Cálmate, Neji... Relájate, que tu interior se está contrayendo... –Murmuré, totalmente indiferente de Sakura, que aún miraba.
Resoplé, irritado mientras salía del cómodo interior de Hyuuga Neji.
Neji calló rendido a mi lado, y lo rodeé con un brazo.
 -Está bien, habla ahora, Sakura –le dije a la chica, que ahora parecía aún más frentona por la expresión que tenía su rostro por los sollozos. (n/a: xP)
 -¿No que me querías solo a mí? –exclamó la chica entre lágrimas. Me fijé en sus manos, tenía una bolsa con lo que parecía comida. Si no tenía cuidado su contenido llegaría a mi cara, seguramente.
Miré a Neji, que a pesar de los gritos mezclados con llantos, se había quedado entre dormido, agotado.
 -A él no lo quiero. –le dije a Sakura con rostro serio- Y a ti tampoco. Recurrí a este chico para experimentar el placer que tú no pudiste darme.
 -Yo solo amo a Lee –susurró somnoliento Neji.
 -Exacto –afirmé mientras abrazaba al Hyuuga y él apoyaba su cabeza sobre mi pecho.
Sakura tenía una expresión en el rostro, que no sé que significaba, pero la hacía ver bastante fea. De pronto, miré  Neji, y no pude dejar de notar mi pecho, que se había vuelto azul y escamoso. Levanté las manos hasta mi rostro y horrorizado comprobé que había recuperado mi antiguo rostro.
 -Ne...Neji... –gimoteó sorprendida Sakura, como buscando respuestas.
Neji abrió los ojos...

 

**********

 

Abrazado a mi hermano, con mi rostro en su pecho,  noté cierto ardor en todo mi cuerpo. ¿Alguien habría deshecho el jutsu? levanté mi sonrojado rostro hasta poder mis manos, que de un tono pálido había pasado a ese bronceado que llevaba normalmente.
 -Niisan... tu cuerpo...
Me separé de Sasuke. Él parecía sorprendido, pero alegre de que yo volviese a mi antiguo cuerpo. No dejaban de pasarme preguntas por la mente, pero la expresión sonriente de mi otouto me devolvió a mi realidad: Estaba con Sasuke, con mi nuevo cuerpo, y él ya comenzaba a abrazarse a mí, buscando mi calor... Y yo se lo daría...

 

**********

 

 -¿Me crees ahora? –Le pregunté, conciente de su sorpresa al verme con mi verdadero cuerpo. Ahora, el tosco y moreno rostro había dado paso a uno delicado y blanco. Mi cabello, de color oscuro, corto y revuelto, habían pasado a un largo y peinado cabello rubio, mis ojos, que habían sido oscuros se aclaraban, y mi cuerpo volvía a ser de una consistencia delgada.
 -¿Deidara? –Preguntó impresionado Naruto.
 -Si, soy yo... A estas horas, Itachi y Kisame también deben estar volviendo a su forma, si no lo han hecho ya... Creo que intentarán matarme luego...
El chico comenzó a moverse inquieto.
 -Anoo... to... ¿Y ahora, me matarás? –Preguntó lenta y pausadamente.
 -¿Matarte? No, en un principio no fue mi misión, y si lo fuese no pensaría hacerlo...
 -¿Doushite...?
 -Ya te lo dije. No podría dañar a alguien que se mostró tan amigable conmigo.
 -Pero, si eres de Akatsuki...
 -¿Crees que por ser de esa organización tengo obligadamente que ser malo? –pregunté con una amarga sonrisa.
Naruto asintió lentamente, tragando saliva.
 -Puede ser con los demás... –susurré-, pero no me incluyo... Antes que nada soy un artista, después de todo...

 

**********

 

 -¿Entonces, me dejarás ser el seme esta vez? –le susurré sensualmente al oído mientras acariciaba su trasero.
 -Por supuesto que no >.<
 -Eres un niño llorica –murmuré con un leve toque de irritación, mientras acercaba uno de mis dedos hasta su entrada.
Sasuke se removió, algo sonrojado, moviéndose para que no pudiese penetrarlo con mis dedos.
 -¡Yo soy seme! –exclamó mi hermanito. No podía negarme a sus caprichos, simplemente no podía...
 -Está bien, pero trata de no sacarme lágrimas esta vez, orokanaru otouto... ¬¬
 -¿Sou ka? –preguntó él, casi ilusionado.
 -A ver que puedes hacer, Sasuke.
Sasuke sonrió con arrogancia (totalmente bipolar ¬¬), mientras bajaba con su boca desde mi estómago hasta mi entrepierna.
Nunca imaginé que algo me podría excitar tanto como ver a mi sexy hermano pequeño, con ese cuerpo perfecto que, aunque me costara aceptarlo, era más lindo que el mío, acercando sus sensuales labios hasta mi entrepierna... Pasó su lengua por mi intimidad de arriba abajo, haciendo que mi espalda se doblase a causa del placer y la morbosidad que me producía ese ángel de cabello negros azulados y piel blanca que era mi hermanito Sasuke mientras se lamía una mano... Metió un dedo dentro de mí, mientras yo separaba las piernas, jugueteó un poco con su dedo dentro de mi cavidad antes de introducir el segundo dedo... Sus dos dedos me produjeron unas ligeras convulsiones, y cuando el tercero estuvo dentro, comenzando a moverlos en círculos, mi erección terminó por completarse... Antes de acercar su bien desarrollada intimidad a mi entrada, lamió mi estómago... Introdujo su miembro dentro de mi cuerpo suave y placenteramente para ambos... Unos sonidos que solo había escuchado al estar con él salieron de mi boca semiabierta cuando toda su longitud estuvo dentro de mí... Ah, nuestros gritos y gemidos se mezclaban haciendo un hermoso coro orgásmico que nos calentaba más de lo que estábamos. Sabía que mi rostro estaba completamente sonrojado, y que estaba siendo el perfecto uke para aquel seme que se hacía llamar mi hermano pequeño, y que mucha gente no creería la escena que estaban viviendo los hermanos Uchiha... Aún seguía creyendo que en esta incestuosa relación yo debía ser el seme... después de todo yo era el hermano mayor y mi miembro no estaba en pleno desarrollo como el de Sasuke (de tamaño no hablaré porque estábamos casi iguales), aún así yo también era más alto y fuerte, más robusto, con músculos más definido... Ah, pero que bien la usaba el hermano de mierda que me gastaba... Demonios... Ni podía pensar con la mente fría teniéndolo ahí, haciendo lo que quisiera conmigo... Partiéndome... Con esa mirada fría y serena que me devolvía si yo lo miraba con enojo por alguno de sus bruscos movimientos hacia mi persona... Era tan humillante que tu hermano pequeño, que supuestamente yo mejoraba en todo, me estuviese matando de de esa forma: de placer... Ah, si tanto habías buscado con tu deseo de venganza matarme, solo tenía que decirte que morir de placer era una forma que no me esperaba, je, je...
 -Ah, otouto, dale más fuerte... –grité entre gemidos... estaba cansado... el vaivén de caderas agotaba más que un entrenamiento ninja...
 -Lo que tú quieras, niisan... –me respondió Sasuke con voz orgásmica mientras aumentaba el ritmo de las embestidas...
Luego, Sasuke separó más mis piernas... La ingle me dolió un poco ¬¬... Pero con esa posición Sasuke hacía simplemente magia... Maravillosos movimientos... Su pene llegaba hasta lo más profundo de mí ser... Y desde ahí (desde lo más profundo de mi ser) salían los gemidos más sonoros que mi boca había lanzado en su vida...
 -¡Soy tu uke, Sasuke! –Grité mientras me movía como poseído. Y es que Sasuke me estaba poseyendo tanto carnal como espiritualmente.
 -Itachi... –gimió Sasuke corriéndose en mi interior.
Me derramé en su pecho, mientras Sasuke, sin salir aún de mi interior me abrazaba...
 -Sasuke... ya me importa una mierda rebajarme a ser tu uke... –le susurré antes de besar sus labios...
 -Niisan... –murmuró Sasuke con algo de incomodidad- no puedo permanecer más tiempo dentro... estás lleno de semen...
Yo lo sabía... Mi interior estaba tan completo de semen que se me hacía imposible no contraerme a causa del placer... Mi hermano se separó de mí, y paso su mano sensualmente por su propio vientre, tomando entre sus dedos parte de mi semen y llevándoselo a la boca. Verlo ahí, sobre mí, chupándose los dedos cubiertos de mi semen por poco me produce una feroz hemorragia nasal... (n/a: a mi igual... y eso que yo lo estoy escribiendo, Itachi)
Lo besé, haciendo que se formara en nuestras bocas una sabrosa mezcla formada por su saliva, la mía y parte de mi propio semen... Sus manos acariciaron mi pecho, mientras yo enredaba mis dedos en sus suaves cabellos azulados... Su lengua buscó la mía... Tan irresistible... La recibí en mi boca con ansia, ansias que solo podía provocarme mi hermanito... El sabor de tus labios, Sasuke, eran el pecado... Y yo era el pecador que disfrutaba al caer en esa tentación que era tu boca...
Te separaste de mí y me miraste fríamente antes de preguntar:
 -¿Después, me abandonarás denuevo?
 -Ven conmigo... Únete a Akatsuki y permanece a mi lado por el resto de la eternidad... Seamos dos almas inmortales unidas por el amor...
Palabras que querían salir de mi boca desde hace tanto tiempo... Palabras que salían desde esa misma profundidad de las que antes escapaban esos fuertes gemidos que habían logrado erizar mi piel.
 -Irme de Konoha... –susurró Sasuke, acostándose a mi lado, y esquivando mi mirada.
 -¿No dejarías Konoha por mi? –le susurré sensualmente al oído mientras tomaba su mentón y dirigía su vista hacia mí. Seguía serio, con su vista gélida quemándome al mirarme... Sasuke... ¿acaso de verdad no dejarías Konoha nuevamente? La dejaste por buscar poder y matarme... ¿Pero no la dejarías por estar a mi lado? La forma delicada en la que giraste tu cuello cuando moví tu mentón, me hicieron sentirme al lado de un muñeco de cristal, pensé que si te tocaba mucho podrías romperte en mil pedazos, así que aleje mi mano de tu mentón, aún esperando respuesta a mi pregunta... Entonces, comenzaste a hablar, moviendo tu rostro para mirar aquel techo que se te hacía tan interesante

 

**********

 

Me levanté ante una mirada horrorizada de parte de Naruto, probablemente aún creía que yo lo mataría, pero no era así. No podía matarlo aunque quisiera, y es que nunca, nadie, ni mi mejor amigo (n/a: lo pongo así porque se me a olvidado el nombre del amigo de Deidara, je ^^U), ni alguien de Akatsuki, ni las personas de mi infancia, nunca nadie, me había tratado con tanta simpatía. Nunca nadie se había preocupado así por mí... A nadie le había importado si tenía donde dormir, nadie nunca se había preocupado de preparar el baño para que me bañara, o me habían hecho una taza de chocolate como lo había hecho Uzumaki Naruto. Lo observé... Esa carita de niño inocente me hacía sentir una ternura que pensé que nunca alguien me provocaría... Tenía miedo y con justa razón. Mi misión era engañarlo y lo había hecho... Ahora me dolía...
 -Deidara... –susurró Naruto.
 -¿Aún no me crees que no pienso matarte? –Él bajó la vista- Entiendo... Ya te engañé una vez, no merezco tu confianza...
 -No es eso... –murmuró él levantando la vista para dirigirme una sincera mirada.
-¿No? –susurré inquisitivamente, sorprendido.
El negó con la cabeza.
 -Nunca nadie... se había traicionado a sí mismo por mí... Nunca a nadie le había interesado mi seguridad de tal forma...
Bajé la vista. Exacto. Había traicionado a Akatsuki, la organización que me acogió y me había traicionado a mí mismo y a mi orgullo de ninja.
 -Nunca nadie se había preocupado por mí como tú los has hecho... –susurré, y las palabras actuaron sobre mí como un veneno que me acababa lentamente.
Naruto se acercó a mí, y arrodillado sobre la cama, me rodeó con sus brazos. Sentí su abrazo como una dolorosa despedida. Él sabía que yo me iría, y que probablemente nunca más lo volvería a ver. Acaricié sus cabellos antes de separarme de él.
 -¿Te irás? –me preguntó.
 -Tengo que hacerlo. Pero antes, prométeme algo.
Él asintió antes de mirarme con cara de pregunta.
 -Akatsuki siempre será tu enemigo... Y si por alguna razón me dejan seguir ahí... No dejes que te pase lo mismo que a mí. Si te piden matarme... No dudes en hacerlo.
Me miró con sus ojos sorprendidos y contrariados.
 -Yo...
Antes que pudiera darme alguna negativa, besé sus entreabiertos labios y desaparecí de su casa.

 

**********

 

Neji gritó asustado, mientras se alejaba de mí, y de pronto, un damasco, creo, estaba en mi cara. Maldición. Esa chica tenía una fuerza y una puntería asombrosa...

Me pasé una mano por la cara, sacando la fruta que se había deshecho por la fuerza con la que había sido lanzada. Miré hacia la puerta. Neji, desnudo y con sus ropas en la mano, estaba al lado de Sakura, que había caído de rodillas al suelo.

Con un pedazo de la blanca sábana de la cama, me limpié el rostro y me vestí tranquilamente, a sabiendas que las miradas de los dos chicos estaba pendiente de cada movimiento. Ahora estaba alerta por si a la pelirrosada se le ocurría lanzarme una cosa nuevamente. Sentí como la chica susurraba el nombre de Neji, que parecía lo suficientemente sorprendido como para caer en cuenta que aún estaba desnudo.

 -Sakura... –susurró el ojiblanco sin apartar su mirada de mí. Aún no se creía que este era mi verdadero aspecto. Lo siento, Neji. Pensé divertido.

 -Neji, él es un miembro de Akatsuki...

Detuve un segundo mis movimientos, sorprendido de que esa chica me conociera.

 -¿na... nani? –murmuró Neji y supe que debía estar abriendo desmesuradamente los ojos.

 -Vi su fotografía en el despacho de la Hokage...

Ya vestido completamente, me levanté y me dirigí, con una sonrisa burlona en los labios a la puerta.

Pase al lado de ambos chicos, despreocupadamente, como si su presencia no me afectara en lo más mínimo, y la verdad es que así era. Ellos se quedaron ahí, congelados y sin habla mientras yo me alejaba de ahí queriendo descubrir quien de mis compañeros había deshecho el jutsu.

 

**********

 

Algo nervioso, por el miedo a que prefirieses quedarte aquí, te escuché en silencio. Tu mirada, concentrada en el techo, y el tono de tu voz me indicaron que lo que dijeras sería tu última palabra y que, de acuerdo o no con la decisión, lo que oiría debería ser suficiente para dejarme tranquilo, aunque me rompiese el corazón.

 -En la tarde, cuando nos cruzamos, sentí que te conocía. Esa mirada ya la había visto aunque no se parecía a ninguna que yo pudiera recordar... –Sasuke hizo una pausa, pero decidí que no lo interrumpirías hasta que acabase de hablar- Luego, comparé esa mirada con la de mi hermano, y a pesar de ser ojos totalmente diferentes, la forma de mirar era idéntica. Y yo sé mejor que nadie cómo es la forma de mirar de Uchiha Itachi –la última frase parecía haberle dolido al pronunciarla- Cuando te vi por segunda vez no me cayó duda de que eras tú. Usabas un henge o algún jutsu, no lo sabía, pero estaba seguro de que aquel rubio con aspecto debilucho era en verdad el Uchiha Itachi a quien tanto odiaba. Y tú me mirabas, pero no con odio... si no con algo de deseo... Esa mirada que he visto en los ojos de todas esas personas que me consideran un ninja atractivo. Y no me gustaba esa mirada, pues me sabía a burla... Me pregunté de cuántas más formas pretendías humillarme... Y te odié tanto que planeé tu muerte... Pero no me conformaba con matarte, quería humillarte, para luego acabar contigo, pero cuando estuvieses con tu verdadero cuerpo. No me conformaba con el cuerpo de un niño con cara de inocente... Así que te traje a casa... Me sorprendió que me dijeras que te llamabas Itachi... Pensé que te burlabas de mí, así que pretendí que no me importaba la coincidencia de nombres... Ya estando en casa, aún seguía sorprendido por todas tus insinuaciones... De verdad querías que te llevara a la cama, a pesar de ser mi hermano... Y seguí tu juego... Era una asombrosa forma de humillarte... Actuaría como si de verdad te amara, te llevaría a la cama, sería brutal contigo, te obligaría a volver a tu cuerpo, y luego, cuando no pudieras defenderte, te mataría... Pero volviste a tu cuerpo... Y no pude hacerte daño... Eres mi hermano y nunca te perdonaré... pero tampoco puedo llevar a cabo mi venganza... Sé que te sentiste humillado, y en su momento lo disfruté... pero también estoy conciente que pudiste no dejar que sucediera... Y lo dejaste pasar por mí... Y si me dañaste... Y si me dejaste a la deriva... Nada de eso quita que seas mi hermano... Mi única familia... Una de las personas que más quise... de verdad te quería, niisan... te respetaba... eras el pilar de mi infancia... y me dejaste abatido, triste y en la más completa soledad... –Sasuke dejó de hablar unos segundos, para reunir las fuerzas suficientes para poder pronunciar alguna palabra más- Parte de lo que dije en la sala... es cierto... Parte de mi niñez la pasé odiándote por dejarme solo y no llevarme contigo... en ese tiempo aún tenía la esperanza de que nada fuera cierto... que volverías a buscarme y me llevarías a cualquier otro sitio... Que llegaras con cualquier tonta excusa... Que me explicaras por qué habías matado al clan... En ese tiempo cualquier explicación, por muy estúpida que fuese, me hubiese bastado para seguirte a donde tú quisieras...

Sasuke me miró. Pareció divertido por mi confuso rostro.

 -Sasuke... –le susurré queriendo abrazarlo y llorar... Si, como oyen, que era cierto... En esos momentos mi grandeza se corrompió por las ganas de llorar como un niño... pero no me lo permití...

 -No puedo seguirte ahora, niisan... Ahora mi orgullo está roto por dejarte con vida... Aunque no me arrepiento...

Levanté mi mano en dirección a su rostro, pero sin llegar a tocarlo.

 -Sé que no merezco tu perdón... Pero quiero que sepas, que matar a tu padre (n/a: si, como si no fuese padre de Itachi también), fue por ti... Por cómo te trataba...

 -Si crees que me sentiré culpable de la muerte del clan más de lo que me siento ahora estás equivocado. Yo no fui los suficientemente fuerte para defenderlo, pero tú eres el responsable directo por matar a todos y cada uno de los miembros, y en verdad, niisan, no quiero hablar de eso...

 -está bien... –Una vez más me mostraba sumiso a sus deseos...

 -Ahora vete antes de que me arrepienta por dejarte con vida.

Me levanté. No, él no se arrepentiría nunca de dejarme con vida... Yo no lo permitiría...

 -¿puedo venir a verte algún día? –esperaba que esa fuera la última muestra de mi debilidad.

Él, simplemente no me respondió, esbozó una sonrisa mientras se incorporaba.

 -Prométeme que no dejarán que te atrapen ni que te hagan daño –susurró.

Le sonreí. Esa debía también ser la última muestra de debilidad que tendría para conmigo.

 -Lo prometo. Tú también, cuídate y hazte fuerte, otouto...

 -es lo que hago siempre, niisan –susurró él con unas sonrisa de medio lado, tomando su ropa.

Me vestí rápidamente con mi propia ropa, que había aparecido al terminar el jutsu, ya queriendo salir de esa aldea. Antes de irme de aquella, mi antigua casa, me saqué el anillo que llevábamos todos los miembros de Akatsuki, lo llevé a mis labios, y luego, tomando una la mano derecha de mi hermano, lo puse en su anular.

 -¿Acabamos de hacer el amor y ya quieres casarte conmigo? –Preguntó Sasuke con una mirada burlona.

Si era un chiste era muy aburrido. Deje ese anillo en ese dedo sin pensarlo ¬¬

 -Para que no olvides este día... este anillo es una promesa –le dije- de que cuando quieras, puede entrar a Akatsuki.

Sasuke me sonrió y se llevó el anillo a la boca, en donde lo besó.

 -Arigato, niisan...

Sasuke se levantó y dejó que yo besara esa boquita que me enloquecía.

 -Sayonara, orokanaru otouto yo... –le susurré antes de desaparecer de su habitación.

 

**********

 

Vi aparecer a Itachi, con una sonrisa. Por lo menos, parecía que a él no le había afectado que Deidara deshiciera el jutsu.

Solté el cuello de Deidara, que llevaba unos minutos apretando y miré como Itachi, sin prestar atención siquiera en nosotros, tomaba su capa y se la ponía.

 

**********

 

No ví cuando Itachi llegó, pues estaba ocupado intentando respirar, Kisame estaba muy enojado, parecía que no le había agradado para nada que yo deshiciera el jutsu. Itachi, en cambio, no dijo palabra cuando se puso la capa y me miró interrogante.

 

**********

 

Por lo que ví al llegar al sitio en donde habíamos escondido nuestras capas, era Deidara quien había deshecho el jutsu, y al parecer de los tres, el mayormente afectado, como yo había supuesto, había sido Kisame.

Miré interrogante a Deidara. ¿Qué pasó con la misión? Preguntaban mis ojos aunque yo permanecí en silencio. Kisame y Deidara me conocían o suficiente como para descubrir lo que mis ojos quisieran decir.

 -Uzumaki Naruto es mi nuevo amigo –dijo Deidara.

Me parecía que ocultaba información, pero sus ojos eran sinceros al decir que el niño contenedor del bijou era su amigo. Si había algo más, no me interesaba.

 -¡pero no tenía que deshacer el jutsu así como así! –exclamó Kisame extendiendo sus manos en dirección al cuello de Deidara.

 -Los tres sabíamos perfectamente que al deshacer el jutsu todos nos convertiríamos, así que debíamos saber qué hacer si eso sucedía. Kisame, si no estabas pendiente de ese hecho, no es culpa de nadie más que tú –le dije a Kisame.

Esperaba haberle dejado bien en claro a Kisame que si quería intentar matar a Deidara, que no se le ocurriera hacerlo en mi presencia, pues estaba de buen humor y no me importaba lo que le hubiese pasado a mi tiburoncete compañero. Tampoco estaba de humor como para defender a Deidara de la espada de Kisame ni para llevar un cuerpo sin vida hasta quien sabe dónde sería el próximo sitio de reunión para Akatsuki. Últimamente, nos movíamos tanto que era imposible saber hasta donde llegaríamos. Esperaba, por lo menos, que el próximo sitio en el que estuviera, estuviese muy lejos de Konoha y de mi propia sangre.

Nos alejamos de Konoha en silencio, pues yo no solía hablar, Kisame estaba enfuruñado, y Deidara estaba sorprendentemente pensativo... Por otro lado, yo solo quería pensar en aquel que dejaba en la más profunda soledad, por segunda vez en su vida...

 

Fin. Se acabó.

 

Izumi: A que me quedó kawaii, nee, Itachi? ^^

Itachi: Te mataré a ti y a tu clan, Uchiha Izumi.

Izumi: Pensé que ya habías matado al clan Uchiha... ^^

Sasuke: *burlón mostrando el anillo de Akatsuki* ¿A que quieres casarte conmigo, hermano? Je, je, fue un hermoso regalo, pero déjame pensarlo... Si, lo pensaré después de haberte matado...

Itachi: ¬¬ Sasuke, eres la persona más aburrida de todo el clan... Cada vez que intentas hacer un chiste te sale fatal...

Kisame: Naa, Izumi, Acaso me odias o qué??

Izumi: No, me caes bien...

Kisame: Pensé que habías dicho que ni a tu peor enemigo le darías a Sakura para que le follara...

Izumi: Es verdad... No sé en qué estaba pensando.

Neji: Y a mi qué? Primero me ligas con Lee, y luego haces que Kisame me folle.

Lee: Que Kisame qué, Neji-koi??

Neji: O.oUU

Sakura: *con ojeras* Kisame, yo aún te amo, llévame contigo a...

Kisame: Muérete niña...

Deidara: Oye, Izumi, yo quería un lemon con tu hermano.

Naruto: Deidara... *ido*

Inner: Weno, eso fue, ya se pueden ir todos.

Izumi: La verdad es que ya no quedan todos... Neji le dijo algo a Lee y los dos se fueron tomados de la mano... Deidara se esta llevando a mi niisan... Kisame acaba de matar a Sakura y ya se fue... Solo quedan estos dos...

Inner: Itachi y Sasuke... Cuanto tiempo hacía ya que ninguno me miraba con esa cara de odio...

Sasuke: Izumi... yo confiaba en ti...

Izumi: Ya empiezas con ese rollo, Sasuke? T^T

*Itachi se lanza al cuello de Inner*

Itachi: sé, que fue tu idea, perra...

Inner: Ahg, Itachi suéltame!!!

*Izumi se masajea las sienes*

Izumi: Hay por ahí alguien a quien le haya gustado...?? TToTT O acaso todos me quieren matar... ¡Oye, Itachi, suelta a mi Inner! ¡Sasuke, ayúdame! Sasuke... ¿Sasuke...? ¿qué te pasa, querido...?

Sasuke: X__X

Izumi: Lo perdimos... Inner... ¿tú también ya mueres?

Inner: X___X

Itachi: Sigues tú, Izumi....

Izumi: O.o’ Eh, bueno, Gracias a los que leyeron esto... Agradecería los comentarios por mi primer lemon... eh... también agradecería anestesia y curitas para las heridas que me hará Itachi... T^T De verdad espero que a alguien le haya gustado... ¡No, Itachi, nooooooooooooo!

*Itachi tira shurikens a Izumi, por suerte ella ya está acostumbrada a eso y los esquiva todos*

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).