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El emperador egoísta por LukAye

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Notas del fanfic:

Hooolaa~! Hi~! Koniichiwa~!! ah saludaba en distintos idiomas xD

Nah en serio, hace tanto que no escribía o publicaba un OS xD Y esto es gracias al “Sultán” el magnífico (Doramas quien te juna? ah)y por una cancioncita que… no sé cómo se llama, ni tampoco sé cómo era la letra, solo el sonido y vaya que frustración es no saber de dónde viene… bueno, lo peor  q pueda pasar que si esa melodía no exista y solo lo fue un producto de mi imaginación  ;_;

En fin, no digo nada

And enjoy it! Maybe…

 

Un cuerpo femenino danzaba solo con un velo rojo que le cubría su parte íntima. Movía lentamente sus caderas mientras que sus brazos se elevan y descienden como alas. Su cabello negro como el azabache cubría sus pechos también, pero por cada giro que daba era descubierto ante los ojos del emperador más poderoso del momento, el emperador Kwon. Quien estaba sentado sobre sus almohadones mientras que sus esclavos lo abanican con plumas de pavos reales.

Con sus joyas de diamantes, de oro puro, su túnica de seda blanca y su irreconocible corona, sencilla pero especial, hace un ademan a su bailarina para que se le acerque. Sin embargo un par de golpes de su puerta lo interrumpe, refunfuñando al castaño que permite el ingreso.

 

- Majestad – reverencia una de sus criadas – ha llegado los esclavos que el emperador Dong mandó como agradecimiento por defender su territorio.

 

- Bien, prepárenlos. Y que esta vez revisen si alguien no tengan enfermedades, la ultima vez casi estuve en riesgo de perder mi imperio.

 

 

 

La criada asiente marchando para dar el aviso del preparativo, que consta revisar a los hombres esclavos si están preparados para trabajos forzosos o sólo para mandarlos al calabozo. En cambio a las mujeres las revisan si están para ser futuras esposas de su majestad o ser sirvientas.

 Cuando el sol desciende de a poco, Ji Yong se dirige hacia su trono en donde conocerá a los nuevos esclavos. Sus guardias lo guiaban hasta la entrada del gran palacio en donde su trono era iluminado por techos de vidrios de colores. El espacio del lugar era tan grande como el interior del  Taj Mahal, decorado con antorchas, criadas y guardias que permanecen en su lugar hasta que sean llamados.

Los nuevos esclavos estaban arrodillados, siendo vigilados por los guardias que los apuntan con sus armas filosas. Cuando el emperador llega al frente de su trono, la mano derecha de este, el pasha Lee Seung Hyun, anuncia su presencia.

 

- Todos de pie que el emperador Kwon está presente.

 

 

 

Lo esclavos hicieron caso manteniendo su miradas en el piso, sin embargo el pasha Lee los exigió que mirase a su majestad quien mantenía su mirada fría a los nuevos, mirando cada ojos sin brillos al saber sus destinos. Notó que hay algunas mujeres embarazadas en el cual, él tiene una regla estricta con eso: si la mujer está embarazada y no es del emperador, se pedirá que lo aborte. Si este está de buen humor, al bebé lo manda con otra familia en un pueblo, para que no sufra con la vida de esclavitud y que termine muriéndose de hambre.

Pocos bebés sobrevivieron gracias al humor de Ji Yong pues, la mayoría de los niños terminaron con los leones.

Continuando en examinarlos, recorriendo rápidamente los ojos de tristezas de los demás, hubo uno que le llamó la atención.

Pensaba que era casualidad, así que volvió a ver a sus ojos y efectivamente, están brillando; sus ojos brillan como las estrellas de las noches de luna llena pero de colores como la gema Ópalo, haciendo que el corazón del emperador se altere. Miró a su pasha, quien tenía una mirada seria, y le susurra si ve algún brillo en los ojos de cierto esclavo en el cual, sin moverse de su lugar, le responde que no.

Sin más, el emperador Kwon da un largo respiro mirando al hombre pelinegro que tiene la cabeza agachada.

 

 

 

Esa misma noche, desde la ventana de su habitación que muestra la salida del palacio, ve como los esclavos hacen caminos desde la entrada del lugar, corriendo inútilmente la arena del desierto, dejando espacio para las baldosas de ladrillos. Sin embargo, a quien le mira más es a ese hombre que sus ojos le llamó, meditando si es cierto lo que vio.

Porque según las historias de sus ancestros, cuando alguien ve que los ojos de otros brillan como la gema Ópalo significa que es su verdadero amor, la persona destinada a estar a su lado. Nunca pensó que fuera un hombre, pero su corazón late al verle, puede que sea verdad por su reacción. Quiere estar más cerca de él para ver perfectamente su rostro, pero  desgraciadamente estará ausente por dos días para firmar un acuerdo con el imperio de Wook.

 

 

 

*-*-*

 

 

Dos días después, cae el cumpleaños del emperador y tanto como los sirvientes como los esclavos decoraron los pasillos, patio y en el gran central del trono con terciopelos verdes con gemas de oro, diamantes, plantas Strobilanthes Dyeriana de hojas violetas con bordes verdes y muchas flores silvestres.

Ji Yong ha quedado fascinado cuando lo recibieron así. Aunque le intrigaba más como decoraron su jardín favorito, el “Jardín Mastani” honor a una guerrera que trágicamente se suicidó en su palacio.

Como es el horario de descanso para los esclavos, no es de esperar que ellos invadieran su jardín, sentados bajo los árboles, alimentando a los peces de su fuente, hablando animadamente como si fuera una salida en el pueblo. Pero no le dio importancia, ya que vio a su esclavo sosteniendo un pequeño ramo de flores silvestres llevándolo a su dirección.

El corazón del emperador comenzó a latir aceleradamente, sus manos se ponen inquietas tocando sus anillos de piedras grandes. El pelinegro estaba a pocos metros de donde estaba mientras veía, sonriendo, el ramo. Ji avanza hacia él para recibir las flores pero cuando llegan a estar frente a frente, el esclavo pasa de su lado. Sin embargo, el emperador siguió de largo captando lo que pasó. Con su pulsera de plata ve el reflejo del cuerpo del hombre yendo hacia la fuente, en donde esta un par de esclavas en el cual, lo entrega a una de ellas el ramo.

 Asimilando lo que paso, se acerca hacia su guardia preguntando quien es ella.

 

- Es una de las esclavas que nos regalo el emperador Dong por su agradecimiento, su majestad – respondió haciendo que el castaño vuelva a ver a la chica que olfateaba a gusto los ramos que recibió.

 

 - Devuélvanla, tenemos suficientes.

 

- ¿También al resto de las mujeres?

 

- Solo ella – rechinó los dientes viendo a los ojos del guardia para luego, irse a la entrada del palacio para continuar con sus tareas del mandato.

 

 

 

Cayendo la noche, el castaño se quedo pensando por lo que pasó, pues, nadie ignora al emperador Kwon Ji Yong. El ser más poderoso del imperio que ha tomado tres reinados haciendo que los otros emperadores sean sus sirvientes ahora mismo. Como el pasha Lee Seung Hyun que perdió sus tierras al enamorarse de una espía que mandó Ji Yong para sacar información. También puede comenzar una guerra para terminarla ganando en la mitad del día, incluso puede elegir a cualquier criada para acostarse y que terminen siendo las madres de sus hijos, cosa que pasó tres veces. En conclusión, tiene el poder de hacer lo que quiera.

Pero no para que un simple esclavo lo notara. Suspira yendo hacia su puerta para llamar a su guardia, dándole una misión urgente al esclavo.

 

 

*-*-*

 

 

- Su majestad – reverencia el esclavo pelinegro una vez llegado a la fuente del Jardín Mastani – ¿Que es lo que necesita de tanta urgencia?

 

 

 

Cuando lo vio llegar, a Ji Yong se le sale la sonrisa apreciando, por primera vez, el rostro detalladamente del hombre. La luz de la luna lo hace ver como si fuera un hombre transformándose en lobo para devorarlo. Sin embargo, por mantener esa sonrisa por un tiempo hace que el otro le incomode, además porque su majestad aun no ha dicho nada.

 

- Quiero que arranques las flores del pequeño jardín pero de esa esquina – señaló – y que me lo des a mí…

 

 

Sin decir nada, el esclavo obedeció arrancando las flores silvestres de distintos colores convirtiéndolo en un pequeño ramo. Una vez hecho, vuelve hacia donde está el emperador entregando el objeto, pero el castaño suspiró frustrado.

 

- Cuando entregues algo a tu emperador, siempre tienes que decir “Esto es para usted, mi majestad”

 

- Perdón… – mordió su lengua – esto es para usted… mi majestad.

 

 

 

Ji Yong trago en seco, le duele el hecho que tiene que obligar a alguien decir lo que quiere escuchar y hacer. Pero ignoró ese sentimiento para ponerlo en una escena que realmente fue por la cuenta del esclavo, como lo hizo con la esclava que lo mando al otro reino.

 

- Gracias – agradeció tomando el ramo – son hermosas – sonrió mientras las olfateaba – ya que estamos tan cerca… ¿Puedes decirme su nombre?

 

- Choi Seung Hyun, mi majestad…

 

- Seung Hyun… igual que mi pasha derrotado – rió – bueno, puedes ir a lo que estabas haciendo.

 

 

 

Dicho esto, el esclavo desapareció rápidamente del escenario sin antes de reverenciarlo.

El frio viento de la noche es lo único que Ji Yong puede sentir, una frialdad que de a poco apaga sus cachetes cálidos. La luna se oculta entre las nubes, nubes oscuras que advierten una fuerte tormenta. Tormenta que con un simple viento hace que las flores que sostenía, perdieran sus pétalos y entendió.

Todo esto es una señal de sus ancestros en el cual, conoce perfectamente lo que significa. Pero lo ignora, no le importa lo que llegara a pasar porque confía en el camino que eligió por más que termine en guerra, en pérdidas de tierras, joyas o en muerte.

 

 

*-*-*

 

 

El cumpleaños de Ji Yong continuaba al día siguiente en donde los guardias, militares, esclavos, criadas, emperadores y reyes de otros imperios se reúnen en el palacio para el gran almuerzo junto con el cumpleañero. Gran cantidad de ganados eran sacrificados, inclusive los del otro reino sólo para el almuerzo.

El castaño, mientras escucha a su pasha sobre los mandatos que tiene que aprobar, mira atentamente a Seung Hyun, quien le falta poco a que termine su plato para luego continuar con sus trabajos. Cuando nota que esta a dos bocado de levantarse, interrumpe al pasha Lee para llamar a su guardia que estaba detrás de él, susurrándole a que le dé un plato de más a cierta persona.

Sonríe al ver como el esclavo era detenido por el guardia entregándole el plato, haciendo que volviera a sentarse y comer sin decir nada. Soltó una tímida risa cuando el guardia susurra al oído del otro diciéndole que le tiene que agradecer al emperador una vez más.

 

 

 

Una vez terminado el almuerzo, la mayoría se levantan para continuar con sus respectivos trabajos quedando un vacio total en el salón. Pero cuando Seung Hyun estaba por salir del palacio, lo detiene una mano que lo agarra su hombro.

 

- ¿A dónde crees que vas? – preguntó el guardia de hace rato – ¿No te olvidas que tienes que agradecer su majestad por el plato de mas que te ofreció?

 

- … Perdón por mi distracción… – se dio la vuelta – ahora lo hago.

 

- ¡Hey! – Detuvo – no iras sin un presente ¿no?

 

- ¿Presente? ¿De dónde lo consigo? – preguntó asustado.

 

- Bueno no sé… crea algo o robe algo. Si llega ser lo último, no se lo diré a nadie, solo tienes que darle un regalo de agradecimiento.

 

 

 

Dicho esto, el guardia lo empuja hasta la entrada del pueblo en donde los de clase baja vendían sus objetos artesanales. El esclavo suspira mirando de aun lado al otro en busca algo digno para el emperador.

Sin tener éxito, descansa un rato sentándose debajo del árbol. Suspira nuevamente apoyando su cabeza en el tronco, pero unos chillidos de niños corriendo por el pueblo lo distraen de su frustrada misión, viendo como los chicos son felices jugando con total libertad del mundo a las carreras o luchando con sus ramas como si fueran espadas. La nostalgia de su infancia recodó, memorizando a sus hermanos y hermanas jugando en el lago de su antigua casa hasta que llegaron unos soldados que invadieron su pueblo, matando y llevando a sus familiares y vecinos. Lo último que recuerda es que los soldados quemaron todas las casas y vio todo negro.

El grito de un niño lo vuelve a la realidad, viendo como sobaba su muñeca sin darse cuenta que se le rompió la pulsera. Ningún chico se dio cuenta y se fueron cuando sus madres los llamaron.

Seung espero un momento por si ellos volverían pero nada, así que sigilosamente se acerca al dichoso objeto para tomarlo e irse apresuradamente antes que lo descubran.

Una vez que llegó a la entrada del palacio, el guardia lo reconoce y lo arrastra hacia al emperador, quien estaba sentado en su trono comentando el trato de unión de pequeños pueblos pobres. Al notar la presencia de ambos, baja de su trono para saber a qué vienen aunque por dentro lo sabe.

 

 

- Su majestad – reverenció el guardia – el esclavo quiere decirle algo – anunció. Pero el pelinegro se mantuvo en silencio por miedo a que rechazara su regalo y que lo castigue, pero el guardia lo trae de vuelta codeándole su costilla.

 

- ¡Ah! Eh… esto es para usted mi majestad – entregó el objeto con la cabeza abajo– le agradezco por el plato que me ofreció.

 

- Awww~ que tierno – sonrió con un leve sonrojo tomando el objeto para examinarlo – apreciare su regalo.  Puedes volver a tus deberes.

 

 

 

Dicho esto, ambos reverenciaron antes de salir del palacio para que continuaran con el trabajo.  Mientras que Ji Yong vuelve a sentarse en su trono continuando en escuchar el trato, aunque su concentración se enfoca en esa pulsera que le regaló el dueño de su corazón. Esa gema verde brilla como sus ojos cuando ve a su chico cerca, junto con el cuero de cabra negra que sostiene la piedra, formando un lazo de ambos objetos, como ellos en cualquier momento.

No puede ver la hora que el pasha Lee termine con el trato para ir a verlo.

 

 

*-*-*

 

 

El sol desciende de a poco anunciando el atardecer del día. El emperador junto con sus sirvientes quienes le abanican su rostro, salen del palacio para ir al patio en construcción, en donde los esclavos trabajan sin descanso bajo el fuerte y caluroso sol mientras que la arena del desierto los hacía arder sus pies.

Y lo vio, martillando una roca para darle forma humana mientras secaba su sudor con la mano libre. Ji Yong le susurra a uno de sus sirvientes a que le dé un poco de agua a Seung Hyun para que se hidrate.

 

- ¿Sólo al que esta martillando?

 

- Solo a él.

 

 

El sirviente obedeció sirviendo el vaso desde una jarra de metal, aunque por un momento dudaba cruzar la línea que separaba entre la sombra del palacio con la fulminante tierra que el sol lo toca. Pero al escuchar que su emperador tocía con su ceño fruncido, caminó rápidamente hasta llegar en donde estaba el esclavo con su piel que se tornaba colorado.

Cuando el pelinegro notó la presencia del sirviente y más sosteniendo ese vaso metálico lleno de agua, sintió como su espina dorsal temblaba. Dio una ojeada atrás del tipo para confirmar que su majestad estaba mirándolo.

Tragó en seco aceptando el vaso, mientras tiene que pensar que darle él como agradecimiento.

 

- ¿Sabes lo que debes hacer después de esto, verdad? – comentó serio el sirviente.

 

- Si… cuando termine con esta parte lo hago – suspiró cansado.

 

- No puedes ir por tu cuenta, el emperador te indicará cuando ¡por Alah! – Suspiró – se nota que no has escuchado nada en tu primer día.

 

 

 

 

Cuando el cielo oscurece y los grillos comienzan a cantar, es el momento en que todos deberían estar dormidos. Pero un soldado se infiltra a la habitación húmeda de los esclavos, arrastrando a uno de ellos de los brazos quien ni siquiera tuvo tiempo de ponerse en pie. Lo llevó al baño donde le tira un balde de agua fría para que este más despierto, seguido con arrastrarlo hasta la fuente del Jardín Mastani, donde le dice que espere unos minutos para que llegue el emperador, y que prepare la ofrenda.

Seung Hyun solo lo mira suplicándole que lo saque de ahí.

 

- Son órdenes su majestad.

 

 

 

Dicho esto, el soldado abandona el lugar dejando solo y con frio al esclavo; ni siquiera se molesto en secarlo o darle una tela por lo menos.

El viento de la noche lo golpea sin cesar haciendo que su piel se torne de gallina y que estornude más de una vez. Lo malo de ser un esclavo es que apenas tiene un par de ropa para el resto del año o al menos que su majestad tenga un buen humor para darles más, cosa que casi nunca pasa.

Lo detesta, porque es como los demás emperadores: egocéntricos, autoritarios, agresivos y  hacen lo que quieren. Al menos el emperador Dong fue un poco considerado con sus esclavos dándoles colchones para dormir.

Como desearía volver a ese reino.

 

- ¿Que tanto piensa? – Interrumpió Ji Yong sonriendo – ¿Estuviste esperándome?

 

- Esto es para usted, mi majestad – inclinó entregándole una piedra con forma de corona.

 

- Es muy hermoso – sonrió tomando con ambas manos la piedra como si fuera el objeto más frágil del mundo – gracias.

 

 

En un momento de silencio, Ji guarda la piedra en su bolsillo para luego tomar con ambas manos, el rostro del esclavo quien tenía la mirada hacia al piso. Lo levanta para mirarle a los ojos y con timidez, sus labios acarician la mejilla del pelinegro.

La reacción del esclavo no se hizo esperar, aunque se contuvo en no hacer escándalo en su presencia. Solo abrió ampliamente sus ojos, esperando que el castaño termine con el beso.

 

- ¿Sorprendido? – sonrió con sus mejillas teñidas de carmesí – yo también, nunca he hecho algo así con alguien de su estatus. Siéntese especial – terminó dándole otro beso en el mismo lugar – esto se vuelve una adicción… – susurró.

 

 

 

Inesperadamente una tormenta se hace presente acercándose al palacio con sus rayos que gruñen alrededor del lugar, haciendo que el joven emperador tragase su saliva. Ambos miran hacia el cielo viendo como las nubes claras se cambian a oscuras junto con los rayos blancos; es como si un volcán hiciera su erupción, expulsando el humo negro.

 

- P-Puedes volver a dormir – ordenó.

 

 

Agradeciendo, el esclavo se marcha hacia la habitación y para la sorpresa de Ji Yong, la tormenta se aleja del palacio, dejando el cielo despejado y con estrellas. Sin más, resopla yendo a dormir.

 

*-*-*

 

De a poco los rumores se convierten en realidad, casi todos saben quién es el preferido del emperador. Se notaba desde lejos como Seung Hyun obtenía trabajos suaves, fáciles o casi nada. Que recibía ofrendas, alimentos de más e incluso, cuando lo permiten, duerme en la habitación de los invitados que es especialmente para emperadores.

 Los celos y envidia no se hicieron esperar dentro del reinado, haciendo que otros esclavos o algunos de alto estatus imitaran a Seung Hyun física y mentalmente, pero nada. El pobre pelinegro no sabe lo que pasa en su alrededor, ni menos la intención de Ji Yong. Bueno si, pero trata evitar algún contacto con él y en no aceptar sus ofrendas. Sin embargo, tiene prohibido rechazar los regalos, ni ignorarlo.

 

*-*-*

 

Falta poco para la semana de entrenamiento, en donde la mayoría de los hombres del palacio deben ir a otro imperio hermano para ser entrenados por si llegara una guerra de parte de sus enemigos. Seung Hyun no se salva y esto hace poner triste a Ji Yong  porque no lo verá por una semana. Aunque eso no lo detiene en enviarles sus ofrendas y ánimos.

 Suspira mientras ve desde su ventana, como los guardias y criadas preparan a los esclavos para la hora de salida. Pero unos golpes desde su puerta lo distraen.

 

- Pase.

 

 

 

Una mujer cerca de sus cincuenta, entra con sus papeles enrollados. Es la encargada en entrenar a las criadas para satisfacer al hombre y servir a futuros emperadores.

 

- Su majestad, falta poco para la noche de “Luna Llena” ¿Ya decidió con cual criada pasará su noche? Así la preparo previamente para que quede satisfecho.

 

- ¿Puedes esperar por una semana?

 

- Pero mi señor, para esos días estará la luna nueva – sorprendió la mujer.

 

- Es mejor que sea naciente a que terminara la magia – declaró.

 

 

 

Una vez dicho esto, la señora se retira de la habitación dudando lo que le dijo.

Ji Yong suspira dando la última mirada hacia la ventana que muestra lo vacio que quedó el patio de salida. Ahora tiene que pensar que ponerse para la esperada “Luna Nueva”, en que cree que cuando dos cuerpos se unen al nacimiento de la luna, se forma un lazo entre esas personas. Aunque también es una excusa porque Seung volverá dentro de esos días y quiere elegirlo, para que sus cuerpos y alma se unan.

De ahí sabrá si son el uno para el otro.

 

 

Sin embargo, durante los días de entrenamiento en el otro reino, Seung Hyun era explotado solo porque es el favorito del emperador. El sargento le daba latigazos porque tuvo más alimentos que un soldado fiel podía tener en una década trabajando. El odio que hay en ese lugar es grande, haciendo que todos estén en su contra, humillándolo, ahogándolo en las madrugadas duchas frías y lo que colmó el vaso fue cuando diariamente una criada lo visitaba para dar las ofrendas que Ji Yong los enviaba para él.

La furia de la gente no se hace esperar descargando su ira ¿Cómo un simple esclavo puede enamorar al hermoso emperador?

Su semana será dura.

 

 

Mientras tanto en el palacio, el castaño ha estado organizado pedidos para la esperadísima “Nueva Luna” con nuevas telas, piedras y frutos frescos. Pero a su vez, le ha tomado como rutina ir hacia la gran ventana de su cuarto en donde puede ver el gran desierto. Desde ahí puede ver quien llega y quien se va pues, es la única salida del palacio; a su izquierda hay un pueblo cubierto por grandes muros y en su derecha esta la entrada del palacio en donde los soldados y los guardaespaldas vigilan la entrada y esquina del lugar.

Pero Ji Yong solo se enfoca al frente, imaginando como los reclutas vuelven del entrenamiento y a él.

 

*-*-*

 

 

- Su majestad, la luna llena es esta noche ¿Ya decidió con cual criada pasara la noche? ¿O quiere que yo lo elija?

 

- Espere hasta mañana.

 

- Pero mi señor, he preparado algunas que tienen hermosas caras y no quiero que se–

 

- ¿Hiciste eso sin mi permiso? – Interrumpió levantando su mirada de los papeles que estaba leyendo – Te he dicho que esperaras hasta que yo lo ordene o hasta la noche de nueva luna… me has desobedecido… – se levanta de su silla para caminar hacia la puerta – tienes que darte cuenta que en este reino, se cumple cada palabra del emperador. Si alguien no lo cumple por más mínimo que sea, será penalizado, sea quien sea – golpea tres veces la puerta.

 

- S-Su majestad, y-yo solo hacia mi trabajo, quería com-complacerlo y… – entra un par de guardias.

 

- Llévenla al calabozo, hasta el nuevo aviso – anunció Ji Yong yendo a su escritorio de marfil.

 

- Perdóneme mi señor, n-no quería hacerle enojar ¡YO NO MECEZCO ESTO!

 

 

*-*-*

 

Finalmente llegó el día, y la encargada de criadas fue reemplazada por alguien más longeva, quien preparaba el baño, las flores perfumadas, joyas para la persona quien pasara la noche con el emperador. Aunque sus preparativos fueron interrumpidos porque los gritos de los soldados anuncia sus llegadas. Los reclutas para la guerra han llegado, en el cual todos los del palacio deben reunirse en el salón principal en donde el castaño los recibirá para su bendición.

A todo esto, llama a la señora susurrándola a que llevara al hombre de la tercera fila para la noche. La longeva tragó en seco y asintió para irse directo en donde Ji lo indicó.

 

 

*-*-*

 

Seung Hyun, no entendía a que se debe que la señora lo llevara apresuradamente hacia una habitación. Ni tampoco al ver como las criadas lo bañaban, le cortaran un poco el pelo; que le vistieran con pantalón holgado, una bata de seda blanca con mangas que le llegan hasta los codos. Para finalizar todo, le ponen un turbante de terciopelo con una gema verde en el centro, decoran joyas en su cuello, manos y orejas para dar el último toque en perfumarlo, dejándolo como si fuera un nuevo rey del imperio.

Una vez terminado, lo guían hacia un pasillo chico que dirige a la habitación del emperador.

 Los sirvientes, militares, guardias y esclavos lo miran con desprecio al verlo bien vestido y más sabiendo que irá a pasar la noche con su majestad, algo que Seung Hyun no sabía, hasta que llegó hacia la puerta ingresando a la habitación.

Y lo ve, de espaldas, con una gran tela trasparente rojo que cubre mayor parte de su cuerpo, pero se nota su espalda desnuda, con un short con encaje marcando su muslo. Cuando se da vuelta, nota que sus ojos están delineados, su cuello decorado con un collar de gema verde que hace juego con el del esclavo, sin mencionar su corona de siempre. Haciendo que ambos se vean como una pareja combinando sus vestimentas.

Una vez que la puerta se cierra, Ji se le hace una seña al dedo para que se acercara hacia su gran cama.

 

- Siéntate…

 

 

Obedeció mirando al piso, su nervios ataca internamente, su mente no procesaba lo que está pasando al momento. Sin embargo, unas manos acarician su mejilla, obligándolo a mirarle a sus ojos.

 

- Compláceme…

 

 

 

Dijo luego que uniera sus labios, moviéndolos para que el otro abriera su boca cosa que le costaba accederle. Ji Yong al no sentir que no le sigue la corriente, lo empuja suavemente para recostarlo y ponerse encima de él, chocando ambos pechos desnudos. El sonrojo no tardó en aparecer, el emperador intenta mantenerse tranquilo mientras que su corazón late como los bombos musicales. El esclavo puede sentir como el pecho del otro se presiona cada vez más, sintiendo como el corazón de su majestad acelera.

Tragó en seco mirando hacia la ventana, mientras que el castaño reparte, tímidamente, besos en su mejilla. Pero lo que le llamó atención al pelinegro, es que el cielo estrellado de a poco es tapado por nubes negras, quitando la iluminación de la habitación, haciendo que las velas sean las únicas que los iluminen.

Sin embargo, sus manos eran tomadas por Ji haciendo que su concentración vuelva hacia él, quien lleva ambas manos en sus muslos, luego pasando por su cintura, pecho y terminando por las mejillas. Dándole un par de besos en los dedos.

 

- Tócame, tócame por favor, mi cuerpo pide mucho de usted hace tiempo. No tengas miedo, no hay límite para esta noche mágica… – suspira – compláceme.

 

 

 

Suelta sus manos para quitarse la bata trasparente, su corona y sus joyas, haciendo lo mismo con el esclavo. Se besan nuevamente pero con un Seung Hyun siendo obligado, sintiendo como los dedos de su majestad apretaba sus brazos, hundiendo sus uñas para que accede al beso. Mantuvo ese dolor por un buen tiempo mientras que los labios del otro movían intentando acariciar los suyos o que ingresara su cabida húmeda. Por resignación, el pelinegro de a poco abre su boca, aunque con solo abrirlo un poco hizo que el otro tuviera la oportunidad de comer sin piedad su boca. Mezclando salivas, chocando sus dientes y para su fortuna, que le haya dejado de clavarle las uñas pero rastros de sangre derramaban un poco por su brazo.

 

- Por favor, no te quedes quieto, haz lo que te salga de usted – susurró acariciándole la mejilla.

 

- Perdón mi majestad – habló finamente – pero me siento incomodo. Es bueno que satisfaga sus necesidades pero creo que te confundiste de persona.

 

- Tonterías – rió dándole besos en la mejilla mientras acaricia su pelo negro – ahora, hazme sentir bien ¡¡O TU CABEZA ESTARÁ RODANDO EN LAS JAULAS DE MIS LEONES EN EL DIA DE MAÑANA!! – amenazó tirándole del mechón.

 

 

La victima tragó en seco mirándolo con miedo a los ojos furiosos que su majestad muestra. Temblando, su mano acaricia la nuca del castaño atrayéndolo hacia su boca haciendo un beso con más intensidad e intimo que puede, sacando un sonrojo del otro. Ambos se besan otra vez de la misma manera; acariciándose como si fueran de terciopelo, con suavidad apreciando cada parte del cuerpo hasta que llegaron a la zona más íntima, haciendo que la pareja se tocaran tímidamente. Uno por el temor de hacerlo mal y el otro porque es la zona de su amado a que le debe tratarlo con cariño.

El último apoya su cuerpo con el pecho del otro para que lo abrazara. Como una mujer pura siendo correspondida, el castaño lo abraza comenzando a sollozar de felicidad.

 

*-*-*

 

 

 

Sale el primer rayo del sol que cae sobre los ojos de Ji Yong, quien los abre viendo como el esclavo estaba yendo hacia la puerta para marcharse.

 

- ¿Te vas sin despedir a tu majestad? – Detuvo el castaño levantándose de la cama mientras se pone su túnica roja – levanta tu cabeza joven… – obedeció el pelinegro haciendo como el castaño se sonroje al ver sus oscuros ojos – me… me encantó la noche en que hemos pasado y me gustaría repetirlo – se acerca hacia él – y a usted… ¿Cómo le pareció?

 

- Eh…bien… – respondió bajando su cabeza – su majestad ¿Puedo ir? Sino el general se va a enojarse si no llego a tiempo.

 

- Bueno, pero antes tienes que darme un beso, es lo que hacen la gente que pasa su noche aquí – excusó intentando ponerse serio.

 

 

 

Ansioso, su corazón late desesperado al pensar que tipo de beso le dará. O que sus labios se mantienen juntos por un tiempo, o que sus labios se acaricien con suavidad, o pequeños besos repartidos en su cuerpo o que sus bocas se devoren como la noche. Con eso último Ji Yong se abanica el rostro con su mano por ese pensamiento impuro; sin embargo, un beso o más bien un pico hizo que reaccionase. Cuando menos se dio cuenta, el esclavo desapareció de la escena.

Ni tiempo tuvo para examinar ese beso, pero conocía de que tipo es, el beso menos deseado ¿Qué hizo mal? Modio su lengua para aguantar el nudo en su garganta.

Tal vez… tal vez, estaba apurado. Si eso es.

 

 

*-*-*

 

A partir de esa noche, Seung Hyun era obligado en visitarlo a su habitación en donde se dan caricias y besos ante las luces de las velas haciendo que el emperador sea más cariñoso con su gente. Para la desgracia del pelinegro, eso no lo hace feliz queriendo que todo esto se termine pero se mantiene callado, pues, no tiene permitido protestar en contra del emperador.

Pero a lo largo del tiempo, ha notado que otros esclavos también complacen al emperador más de un par de veces en el cual, obtienen la recompensa más valiosa: la libertad.

Indignado, se pregunta porque su majestad todavía no le ha dado una recompensa. También quiere ser libre, formar su propia familia con la mujer de su corazón, tener su propia casa con rebaño, sentir ese sentimiento de no ser forzado, explotado, humillado, dejar de ser el perro de alguien. Con todo lo que ha hecho, el emperador seguramente le concederá su deseo y más si se trata de él.

 

 

Siendo la hora de dormir, y en la habitación de Ji Yong, ambos se toman de la mano mientras que sus frentes se apoyan. El castaño no ha dejado de sonreír al sentir la calidez de su amor.

Luego de un beso en la nariz, Seung posa su mano en la mejilla de Ji para acariciarlo haciendo que este suspirara.

 

- He… He notado que los otros esclavos tuvieron sus recompensas por complacerte.

 

- Me encanta que hables, tu voz es hermosa... – suspiró nuevamente – porque ellos me hicieron feliz – miro a Seung – pero usted me hace más feliz. Haces que mi corazón baile como las aves de mi preciado jardín.

 

- ¿…Entonces puedes cumplir mi deseo? – preguntó con miedo.

 

- Cumpliré todo lo que quieras – respondió besando sus manos.

 

 

El esclavo toma aire para relajarse y soltar sin miedo a su anhelado deseo.

 

- Quiero mi libertad – dijo firmemente.

 

 

 “¿Libertad?”

 

 

 

Pensó viendo como el pelinegro lo toma de las manos. Pero la sonrisa de Ji desapareció. Su rostro se torna preocupante, su corazón bombardea de miedo. Aunque sabe que él le hizo feliz en los últimos meses, haciendo que sus sentimientos sean blandas.

Tener una vida sin él, es lo menos que había pensado. No quiere perderlo, no quiere que se vaya, ni mucho menos… que tenga una familia. Sin darse cuenta, estaba estrujando la mano de Seung quien se quejaba en silencio, ahogando sus gritos. Y lo decidió.

 

- Creo… creo que hay excepciones – soltó la mano – puedes pedir lo que sea – se levanta para ir hacia la ventana que mostraba esas nubes negras que se acercaban nuevamente al palacio – menos tu libertad.

 

Y un rayo se hizo presente ante los ojos de Ji Yong enfrentando a las advertencias de sus ancestros.

 

 

 

A la mañana siguiente, el emperador estaba lidiando con sus mandatos, leyendo un trato del otro reino en el cual le ofrecen más esclavos y seguridad a cambio de un pedazo de su territorio y su protección por si llegara una invasión. No le convenció de todo.

 Junto con su par de criadas, sirvientes y guardias, Ji Yong da su típico recorrido por todo el palacio mientras lee los otros papeles para llegar a su jardín favorito en el cual, los esclavos toman su primera hora de descanso. Aunque lo que le llamó la atención es que una de sus esclavas tiene su panza muy abultada ¿En donde se metió todo este tiempo para que no la viera?

Rápidamente se dirige hacia esa mujer que acaricia su futuro bebé junto con el otro esclavo, sentados al borde de la fuente.

 

- Sabes cómo terminara ese niño si llega a nacer ¿No?

 

- ¡Oh su majestad! – se sorprendió la esclava, dándole una reverencia en el piso junto con el hombre – perdóneme, s-sé que no le pedí permiso pero este bebé nos ha unido.

 

- El niño es el fruto de nuestro amor – continuó el otro besando los pies de Ji – por favor no lo mate…

 

- … denle el aborto – anunció a su criada – ustedes están para limpiar la mugre del palacio, no dar amor – rechinó sus dientes hacia la pareja de esclavos.

 

 

 

Cuando les dio la espalda para seguir su camino, la mujer fue alzada por los guardias, llevándola hacia la habitación de la curandera quien abortará al niño. Los gritos y sollozos de ambos no se detuvieron durante el camino, la pareja de la mujer intentaba detener a los guardias cosa que terminó desnucado.

Por desgracia, la mujer no salió viva de la habitación.

 

Por otro lado, al recordar que les dijo que el niño los uniera, no evitó pensar la idea de tener un bebé junto con su Seung Hyun. Tal vez con eso ellos estarían más unidos, además, al saber que será el futuro padre, también será el futuro emperador, aunque por reglas familiares está prohibido que un esclavo esté en el trono, pero es algo que puede modificar. Es una propuesta que nadie se negaría.

 

*-*-*

 

Esa misma noche, Ji Yong llamó a su curandera para pedirle un gran favor en qué consiste que use su magia para que pueda embarazarse. La señora se ha quedado sin palabras al escuchar tal propuesta, negando a cumplir su deseo imposible.

 

- He visto que has curado esa peste negra del esclavo, haz hecho un milagro con el brazo roto de mi madre y además, reviviste al bebé de mi hermana – mantuvo el silencio – así que… puedes hacer a que quede embazado – se dio la vuelta – ¿Me escuchó?

 

- S-Si, pero su majestad, eso nunc–

 

- Usted misma dijo que tiene el poder para todo.

 

- Pero no me refería a eso… nunca hice eso y tampoco se ha visto un hombre en esa situación.

 

- Pues hará que pase. Seré el primer emperador en concebir su propio heredero – suspiró para mirarla – tiene hasta el primer rayo del sol en buscar sus materiales. Si al final no lo logra, todo el mundo sabrá que usted es un fraude.

 

 

*-*-*

 

En la siguiente noche, Ji Yong esperaba con ansias a su enamorado, quien ha notado una leve diferencia al castaño: sus ojos mostraban más brillos de lo normal como si obtuviera su felicidad absoluta. El castaño se levanta de la cama para darle el beso de siempre.

 

- Hoy haremos algo nuevo mi amor – acarició su mejilla – algo… que se ve mal visto pero lo que se hace acá, se queda acá – acaricia su pecho para sacar su túnica – haremos un acto de Sodomita… – declaró comenzando el ritual mordiéndole los labios del otro quien lo corresponde. Sin embargo lo que le sorprendió es que su majestad lo recostó rápidamente a la cama para desnudarse rápidamente – haremos algo más que tocarnos amado mío…

 

 

 

*-*-*

 

Con el paso del tiempo, han notado que la panza de su majestad ha crecido hasta que sobresale de la túnica. La sorpresa en el palacio no se hizo esperar, quedando antoninos al verlo como si fuera una atracción. Pero como el bulto se hizo más grande, algunos de sus mandatos hacia el exterior tuvieron que ser canceladas porque su cuerpo se ha puesto débil. Entonces al notar que sus enemigos se expanden al hacer tratos con sus aliados, decidió asignar al pasha Lee Seung Hyun como su reemplazo para firmar algunos mandatos. Mientras que el castaño se dedica a acariciar las pataditas de su bebé en el cual, le falta poco para su nacimiento. A su vez, mandó hacer trajes para la coronación de Seung, que será el nuevo emperador aunque sin su consentimiento. Y también ordenó a sus esclavos renovar su habitación para agrandar. Nunca se vio al emperador tan entusiasmado por una simple coronación.

Pero por otro lado, al esclavo nunca pensó que terminaría así. En vez de darle la libertad, lo encarceló con un bebé a bordo.

Jamás olvidará esa charla con su majestad que le dijo que una vez puesto la corona lo tendrá todo: poder, riqueza, nadie estará en su contra, puede hacer lo que se antoja y estar al lado de Ji Yong para el resto de su vida. Es algo que cualquier ser aceptaría, pero este solo quiere salir del infierno y no sabe como porque lo tienen vigilado.

 

- ¡¿Qué?! ¿Te permitió salir del palacio? – exclamó un esclavo.

 

- Solo para visitar a mi abuela enferma, pero por dos días y volveré, es importante verla. Qué bueno que nuestro majestad me dejó – comentó feliz el otro hombre haciendo que a Seung se le ocurriera una idea.

 

 

*-*-*

 

 

- ¿Tu madre está enferma?

 

- Acabo de recibir una carta suya diciéndome que quiere verme antes de que empeore o se muera y necesito verla – comentó sin verle a sus ojos – y quiero saber su aprobación su majestad – tomó sus manos para acariciar y besar.

 

- …No lo sé ¿Tan grave es la situación?

 

- Muy grave cariño…

 

 

 

Ji Yong se mantuvo en silencio procesando lo que le comentó, tomando sus mano para acariciarlas mientras piensa que hacer. Desde que elijó a Seung como su futuro esposo en la “Luna Nueva”, este nunca salió del palacio. Y a todo esto ha pasado un año… ¿Por qué no dejarlo? Total se trata de su futura suegra y es mejor pisar con el pie derecho.

 

- Esta bien…

 

 

*-*-*

 

 

Desde su ventana, puede ver como Seung Hyun se marcha cruzando el mini pueblo, a los guardias y a los militares que cuidan la entrada del reino para que finalmente, camine por ese desierto de arena que de a poco, hace que su figura desaparezca. Ji Yong apoya su mano al vidrio viendo como su amado se aleja cada vez más.

 

 

*-Flashback-*

 

- ¿Estarás para el nacimiento de nuestro hijo? – preguntó aunque el otro no respondiera –  amor, es importante para el bebé conozca el rostro de su padre, quiero que tu seas el primero que lo toque – comentó tomando la mano del otro para que acaricie la panza abultada en gestación – así que… ¿Estarás para el nacimiento del niño?

 

- … Si – musitó agarrando su bolso saliendo de la habitación pero el otro lo detiene agarrando de la tela de su túnica.

 

- ¿Me lo prometes? – Al no ser respondido, resopló –  Seung ¿Prometes estar para el nacimiento del niño? – ante la insistencia, el pelinegro suspiró de resignación para ver a sus ojos.

 

- Si, lo prometo.

 

 

Dicho esto, la sonrisa de Ji no se hizo esperar y su corazón aliviado esta, tironeando de la tela para darle un pequeño beso de despedida.

 

*- Fin del flashback -*

 

 

- Estaré esperándote… – dijo acariciando su barriga.

 

*-*-*

 

 

Cuatro días después, Ji Yong  tuvo un ataque de contracción que lo despertó, en el cual su grito se escuchó por todo el palacio ¡El bebé esta por nacer! ¡El heredero del trono esta por nacer!

Las criadas y la curandera fueron inmediatamente a su habitación donde lo acomodaron entre muchas almohadas para que esté semisentado. Tanto como las ayudantes como la curandera estaban tan nerviosas por el parto y mas tratando de un hombre. Lo veían tan complicado porque el orificio no estaba suficientemente dilatado, en el cual no tuvieron otra que ensancharlo manualmente con sus manos bañadas de aceite de flores, haciendo que el chico gritara de dolor agarrando las otras almohadas y los estrujara. Aunque les resultó bien pues, la cabeza del bebe se asomaba de a poco.

Una criada acomodo la tela debajo de las piernas para sostener a la criatura que estaba por la mitad de su cuerpo.

 

- N-No lo… to… toques mmmhh – titubeo el emperador.

 

- Está por salir por completo– anunció la curandera haciendo que la chica agarre al bebé para que no toque el suelo.

 

-N-NO TOQUES A MI N…NIÑO!! AHHHHHGG

 

- Pero su majestad, el bebé no debe estar en el piso se va–

 

- ¡Seung! ¿…Seung… esta acá?

 

- No mi señor. Novata agarra al bebé y llévalo a limpiarlo – ordenó la señora a una joven.

 

- ¡NO TIENES PERMITIDO TOCAR A MI HIJO! ¡SOLO SEUNG PUEDE! ¿DONDE ESTA ÉL?

 

- P…Pero mi señor, él no ha vuelto – pero viendo como Ji Yong sudaba y agonizaba del dolor, quiso calmarlo – p-puede que llegue más tarde o a la noche quizás… es que… es que… hay mucha gente en el camino, por eso es que aun no llegó… y por…

 

 

Pero Ji Yong se desmayó del dolor.

 

 

*-*-*

 

Cinco años después, el imperio se ha esparcido en otras tierras, el emperador ha dominado los territorios de sus enemigos, cosa que tranquilamente pude formar su propio país. Mientras que su hijo Seung Segundo, ya con cuatro años, es un niño muy hiperactivo y dotado que sus otros hermanos pues, ha aprendido manejar su espada de madera y comportarse como un verdadero príncipe dando tratados de alianza de otros reyes. Sus dos hermanas mayores por tres años, están a cargo de las criadas al igual que sus madres y el primogénito de seis lo mandaron al otro palacio, preparándose para ser el heredero del trono. El menor no puede tomar la corona pues, la tradición indica que estén ambos padres en el palacio.

Y Ji Yong aun mantiene las esperanzas. En sus tiempos libres, pone su silla de marfil en frente de la ventana para ver si él vuelve. Viéndolo atravesar de ese caluroso desierto para cumplir con la promesa de estar juntos para toda la vida.

Ha mandado cartas, ofrendas y ropas pero este no ha respondido. Sus mensajeros le comentaron que no sabe en donde está.

Sus guardias se ofrecieron en buscarlo y traerlo de vuelta, sin embargo, el emperador los rechaza diciéndoles que Seung volverá por su cuenta.

Aunque por las noches sus esperanzas terminan en lágrimas silenciosas, sintiendo como su corazón se oprime en no saber nada de él. Aunque al día siguiente bombardea de que volverá.

 

 

Cae la noche y el niño vuelve de su entrenamiento de espadas, ingresando al baño para ducharse para luego usar su túnica para dormir, sin darse cuenta de que su padre aun permanece sentado al frente de la ventana.

 

-Padre ¿Por qué estás viendo hacia la ventana?

 

- … porque… me gusta ver la luna.

 

 

 

Lo que no sabe, es que Seung Hyun está tendido sobre la arena, bañado de sangre, sin vitalidad en su cuerpo, sin brillos en sus ojos.

Unos bandidos lo atacaron, un grupo de los cuarenta ladrones lo mataron para tomar sus joyas que tenia puesto, rompiendo su vestimenta y llevándose sus sandalias. Todo esto pasó cuando él volvía de ver a su madre.

El cuerpo, con el tiempo, fue enterrado por la arena gracias a las tormentas de viento que a veces pasa, haciendo que nadie notara su cuerpo en descomposición.

 

 

Al final, los ancestros tenían razón.

Notas finales:

Gracias por leer! ♥

La verdad estaba entre dos finales, una que es este y la otra que creo que dejaría un final abierto para una secuela, pero luego dije que no porque lo empeoraría como lo hago siempre y  terminaría como ese perro dentro de su casa quemada xD

 

Y como no encontré esa música, tuve que conformarme con una turca (Tarkan <3) y el resto india como “Deewani Mastani” de la película “Bajirao Mastani” (no la vi pero me leí alto resumen, comentarios y videos quedé… ay :c )y “Ghoomar”. Me encantó tanto… hasta que me dieron ganas de bailar sus coreos.

Ah! Y volví luego de ver a la gran inspiración de mis Fics… Bruno Mars. Que pisó ayer a Argentina para su show y… y… “When i see your face…” aigo! Fue espectacular ♥

 

En fin, nos leemos pronto! *se va tomando té para su garganta y relajarse por su cuerpo golpeado*


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