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Trick or Kiss? por mistdowner

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Notas del capitulo:

Si se preguntan por la actualización de los demás fics, cofcofMafiacofcof estoy en ello. Ojalá sepan entender que para una bobita como yo que recién sale del nido como lo es la secundaria, la universidad es dura. MUY DURA. 

 

De todos modos espero les guste los otros proyectos que he estado haciendo :( 

 

Siempre escribo cuando puedo, surgen ideas y...bueno. Vengo a dejarles lo que tengo(?)

La relación de Jack y Elsa era algo incomprensible para la mayoría de chismosos que gozaban de seguirles la pista. La pareja era escurridiza, silenciosa y atenta a cualquiera que quisiera seguirlos o hasta fotografiarlos. Los rumores de que eran amantes secretos eran fuertes en los pasillos de la preparatoria, pero a ninguno de los dos involucrados le importaba lo que dijeran o dejasen de decir aquellos que no tenían vida y los perseguían como si las suyas fueran lo más interesante del mundo. Hace años Jack se había mostrado muy interesado en la mayor de las Arendelle, dando inicio a conjeturas y suposiciones alocadas: algunos decían que ambos eran familia, y que tanto Jack como Elsa lo sabían, por eso mantenían su supuesta relación en secreto; otros decían que ambos eran personas insaciables en la cama, y que por eso mantenían una relación abierta con el fin de saciarse en otros cuerpos, pero que finalmente siempre volvían a los brazos del otro porque se amaban, y finalmente estaban aquellos que apostaban su vida a la idea de que tanto Frost como Arendelle tenían un compromiso arreglado por sus padres, pero que ninguno aceptaba tal acuerdo matrimonial, uniéndolos por la causa de boicotear los planes de los actuales dueños de Overland industries y la aclamada y prestigiosa familia Arendelle.

Jack siempre tenía ganas de echarse a reír como idiota cada vez que se enteraba de un nuevo rumor. Y es que la gente tenía muchísima imaginación. Si bien era el hijo y heredero de una famosa compañía de juguetes, su padre, Norte, jamás le obligaría a casarse con alguien. ¿Hola? ¿Siglo veintiuno? Como fuera, era mejor dejar que los bocones hablaran y los tontos siguieran con sus tonterías. Él tenía cosas más importantes que hacer.

—¡Y se arruinó!—repitió como por quinta vez. Ambos jóvenes, allí detrás de las gradas del campus se encontraban charlando. O más bien, Elsa soportaba el monólogo de lamento que Jack le soltaba sin piedad.—Lo había planeado todo. Esta vez sí lo haría, lo juro. Compré muchas películas y videojuegos, e iba a cocinar la comida favorita de Hiccup y...— Elsa enarcó una ceja, divertida por aquello último que el albino había soltado. Jack paró en seco sus palabras, para gruñir y corregirse.—Bien, soy terrible cocinando. Pero de todas maneras iba a intentarlo. Y si salía mal, pediría una pizza. – sin más, se llevó ambas manos al cabello, repasándolo con exasperación. Elsa esperó con calma a que Jack dejara sus lamentos internos para comenzar a hablar.

—Vaya, sí que te esforzaste.—soltó como prueba, atenta a la reacción de Jack.

—¡Lo sé! – gritó el joven. Se le veía frustrado y contrariado, quizás tratando de convencerse a sí mismo de qué esta vez sí que invitaría a su enamorado, y se declararía luego de tanto tiempo guardando sus sentimientos. Aunque Elsa sabía que solo era una mentira. Jack siempre hacía lo mismo: pasaba semanas enteras planificando la cita perfecta en la cual se declararía finalmente a su amigo, compraba todo lo necesario, ensayaba lo que diría, y finalmente en el momento en el que debía invitarlo, se acobardaba y desechaba todos sus planes a la basura. La rubia chica sabía que aunque hubiese o no habido una fiesta de Hallowen, Jack se habría echado atrás con el plan. — En serio quería pasar esa noche con él. — se lamentó.—Quizás podría haberme...

—¿"Declarado"?—Jack se estremeció ante la mención de aquella palabra, en una extraña mezcla de bochorno y miedo. Elsa viró los ojos al notar el ligero temblor en el chico. —Pensé que ya habíamos hablado de esto.—Siguió la rubia, sonriendo como una madre ante el desastre de su hijo. Jack suspiró, llevando por instinto la mano al pecho. Debajo de su ropa y contra su blanca piel, un collar en forma de copo de nieve descansaba brillante y hermoso. El albino siempre buscaba aferrarse a tal joya cuando necesitaba pensar, calmarse o simplemente recordar el vínculo que guardaba con Hiccup.

—E-es que no quisiera perderlo.—admitió con vergüenza en la voz, bajando el rostro como si hubiera admitido algún crimen. Elsa lo miró con ternura, acercándose a él y estrechándolo entre sus brazos. Ella bien sabía cómo se sentía Jack respecto a sus sentimientos hacia Hiccup. Había presenciado todo el proceso de él al aceptar su enamoramiento. Y no, no había sido un lindo cuento de hadas y colores pasteles. Jack temía con horror la idea de perder a Hiccup, incluso cambiar algo en su amistad o estropear la relación volviéndola incómoda. Quería tanto al castaño que había estado guardando sus sentimientos por años, sintiéndose lo más bajo del mundo por "traicionar" así la confianza de su amigo.

Jack era alguien puro y noble. Elsa lo había notado ni bien el chico se acercó a ella para tenderle la mano aquel día de invierno en el cual ella se encontraba devastada por la muerte de sus padres. Él era increíblemente sensible, juguetón y hasta cierto punto infantil. A pesar de mostrarse indiferente, en realidad tenía un gran corazón cálido y si alguien necesitaba su ayuda, él no dudaba en brindar apoyo y diversión. Siempre lograba que los que lo rodeaban sonrieran divertidos, ya sea por una idiotez de las suyas o su sola presencia risueña y agradable. Él siempre lograba que uno olvidase los problemas y cediese ante lo alegre de la vida.

Pero "algo" en él cambió cuando conoció a Hiccup, ese pequeño chico escuálido que cierto día se mudó a la ciudad e ingresó a la escuela hace ya más de diez años. Elsa nunca había notado a Jack ser tan competitivo y berrinchudo con alguien. Parecía otra persona en presencia del adorable pecoso, siempre tratando de estirarle el pelo para que Hiccup le pusiera atención, o armando idiotas retos para ver quién de los dos era el mejor. La amistad y rivalidad entre ambos creció al punto en el que Jack consideraba a Hiccup algo así como un hermano: le abrió su corazón, le dejó ver cosas que ni siquiera ella conocía, dejándolo expuesto y vulnerable. Y aun así, Hiccup lo aceptó gustoso, cerrando con fuego lo que parecía ser la mejor de las amistades.

Fue desastroso para Jack el enamorarse. Elsa no entendía cómo no se había percatado de que algo así podría pasar. El hecho es que cuando Jack quiso darse cuenta, se encontraba enredado en una red de sentimientos confusos, frustración e incógnitas. Elsa había tratado, sutilmente, de sugerirle la idea de que quizás se había enamorado de Hiccup. Pero para un inmaduro Jack de tan solo trece años, la idea de tener algo más que amor fraternal hacia el pecoso chico era aberrante. Los años pasaron, y Jack trató con todas sus fuerzas de demostrarse que no estaba enamorado: se volvió un pequeño galán que presumía sus hermosos ojos azules a cualquier chica que se le insinuase, trató de alejarse de Hiccup y resguardarse del "problema". Pero eso solo empeoró todo.

—No lo harás. Hiccup no podría hacerte eso.—contestó sincera Elsa, alejándose un poco del abrazo y cerciorándose de que la gente no estuviera observándolos. Jack pareció indeciso ante aquellas palabras.

—Quizás. –Suspiró cansado. Tener tantos pensamientos en su cabeza amontonándose, sumados a las sensaciones vergonzosas que se amontonaban en su pecho burbujeando por salir era agotador. Tener que reprimir todo aquello era agotador. – Quizás ya debería darme por vencido.—comentó como si nada. La idea rondaba su mente hace ya muchos meses, cuando la (maldita pero muy maldita y desgraciada) pubertad había hecho su magia con Hiccup. El castaño ya no era un escuálido chico pecoso de dientes chuecos y torpe andar. Jack había tratado de negar la realidad por el espacio de cinco años, pero al llegar a los actuales dieciocho, su estúpida mente se había rendido ante lo obvio: Hiccup era jodidamente hermoso.

Y no lo decía con morbo o un doble sentido ( al menos, no abiertamente). Hiccup había desarrollado músculos que se marcaban ligeramente en su abdomen, su rostro había adoptado facciones más duras y toscas, pero para nada desagradables; su simple cuerpo se había estirado y adoptado una figura varonil y su torpe andar se había transformado en el paso de un joven seguro de sí mismo. Hiccup era hermoso. Jack se odiaba por pensar aquello, por sentir aquella sensación cálida en su vientre al verlo quitarse el uniforme de educación física en los vestidores, por aceptar cansado de luchar contra sí mismo que su amigo era terriblemente divino, casi irresistible. Se odió más al pensar que quizás miraba de esa forma al castaño solo porque estaba enamorado.

—No, no. ¿Por qué hacerlo ahora?—preguntó levemente escandalizada Elsa, alejándose del albino y mirándole como si un tercer ojo hubiera aparecido de repente en su frente.

—Astrid—contestó él, como si fuera lo más obvio del mundo. Elsa terminó por endurecer el gesto de disgusto.

—Eso ya pasó.—dijo con algo de apuro. Jack viró los ojos.—Solo quieres una excusa para rendirte.

—...—Jack se quedó en silencio, incapaz de sostenerle la mirada a su amiga. Elsa por su lado sonrió de lado. Ya lo tenía, y debía apresurarse a quitarle esas locas ideas de la cabeza.

—Vacilaste.—le recalcó victoriosa.

—¿Y qué? – preguntó fingiendo indiferencia. Frustrado nuevamente, se dio media vuelta. No por descortés ni nada por el estilo. Elsa sabía que solo estaba ocultando el sonrojo en su rostro.

—Jack, tómalo de esta manera. Quizás en la fiesta puedas declararte. ¿Qué mejor que un ambiente alegre y relajado para...eh... admitir tus sentimientos?

—Es la peor idea que has tenido nunca.—la reprendió el albino, haciendo que Elsa mirase el cielo pidiendo paciencia.

—Bueno. Quizás puedas aprovechar la fiesta para relajarte. Ya luego pensaremos en algo para que puedas decirle a Hiccup que lo a...

—¡Bien!—la interrumpió Jack, enfrascándose más en sí mismo. Parecía que la sola mención de "Hiccup" y "amar" en la misma oración aun le producía conflicto. No pudo culparlo.

—Y deja esas ideas sobre Astrid. Ocurrió hace mucho.—advirtió la mayor de las Arendelle. Jack, aun de espaldas a ella, se dignó en mirarla por sobre el hombro, realmente decaído.

— ¿Y si vuelven?—se preguntó. El cuestionamiento quedó flotando en el aire, haciendo que Elsa pudiera percibir, aun sin ver de frente a Jack, como le dolía el solo recordar aquella época en la cual Hiccup estaba perdidamente enamorado de Astrid Hofferson. Ella misma se incomodó, recordando como Jack había tenido que aguantar mucha desesperación por borrar sus sentimientos, y además mucho dolor al ver como otra persona se llevaba el corazón de su amigo. Fue desastroso.

—No lo harán. —contestó ella.—Ya es pasado. Mejor enfócate en la fiesta. La pasarás bien.

—¿Tú no irás? – Preguntó desencajado. –Moana dijo que asistirías.

—No. Yo, uhm... tengo que verme con alguien.

—¿Q-qué?—preguntó impresionado Jack, de repente mandando al diablo su antigua postura y encarando de frente a la rubia.-- ¿Quién?—esta vez su tono fue más serio. Elsa alargo una sonrisa al notar como Jack sacaba a relucir esa faceta de hermano mayor con ella. De cierto modo le pareció tierno.

—Un amigo.—simplificó, sin ganas de ahondar en el tema.

—¿Qué amigo?—preguntó Jack, obviamente tanteando hasta donde podía llegar a obtener información de los labios de Elsa. Ella puso "esa" expresión: sonriendo misteriosamente, moldeando la acción de sus labios a un enigma que, se notaba, le encantaba confundir, mientras sus ojos trataban de ser lo más inocentes posibles, fallando en la terea de esconder aquel destello de diversión oculto detrás de sus largas pestañas. – Bien, no me digas. De todos modos me enteraré tarde o temprano.—se "ofendió" Jack, haciendo que Elsa comenzara a reír por lo infantil de su reacción-- ¡No es gracioso! 

 

Notas finales:

Actualizaré en cuanto pueda <3 


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