Al terminar la tranquila tonada ambos se detuvieron lentamente en silencio, Alphonse dejó caer su cabeza en el hueco entre el hombro y cuello de su hermano respirando pacíficamente, descansando y apreciando la fragancia a albaricoques tan particular en él. Al cabo de unos minutos se separó solo un poco para no romper el contacto, y esbozó una hermosa sonrisa.
-¡Bailas muy mal! – Dijo el castaño entre risas mientras bajaba la cabeza, luego volvió a subirla aun sonriendo y con sus mejillas totalmente sonrojadas. –Pero ya aprenderás, ¡Yo te entrenaré! – Expresó entonces mientras colocaba con entusiasmo y fuerza una mano sobre su pecho, volviendo a reír.
-Gr-gracias… - Respondió el rubio, mientras sonreía también cerrando sus ojos en arcos. Volvió a abrirlos en cuanto sintió las manos de Al sobre ellos.
-No los cierres… Me gustan tus ojos. – Ed miró fijamente a su hermano, mientras este ahora acomodaba los mechones del rubio, dejando los sobrantes detrás de su oreja. El mayor subió las manos que tenía aun sobre las caderas de Al, pasándolas lentamente por su espalda hasta llegar a sus hombros, ocasionando que un escalofrió recorriese todo el cuerpo del castaño.
-Ah… - Articuló el menor en un susurro cerrando sus ojos, disfrutando el contacto. Edward rápidamente alejó sus manos del cuerpo de Al, mientras cerraba las mismas en puños nerviosamente a los lados de sí.
-¡L-lo s-siento! ¡¡N-no lo hice a p-propósi-
-Continúa… - Las mejillas del rubio se encendieron tal cual como lámparas, mientras se ponía aún más nervioso. “Esto no está yendo para nada bien” pensó mientras observaba los ojos aun cerrados de su hermano, rogando al mundo que no los abriese, ya que no podría resistirse en absoluto.
-E-escucha Al, c-creo que sería mejor que te vayas a la cama a dormir, T-te hará bien… - Expresó el mayor mientras miraba hacia otro lado para evitar alguna clase de problema. El menor abrió entonces sus ojos totalmente entusiasmado.
-¡Claro que quiero cantar! – Acotó animadamente mientras se alejaba de su hermano volviendo a girar por toda la casa, Edward suspiró algo tranquilo, agradeciendo la forma de cambiar el tema de conversación que ocasionaba el alcohol.
-Toki wa kanade~te… omoi wa afu~reru… (Es hora de tocar tu canción, llena de desbordantes recuerdos) - Articuló nuevamente Al sonriente, mientras miraba a su hermano de la misma forma. – Togiresou na hodo… ¡Toumei na koe~ ni~! ¡Arukidashita~!... (Con voz clara, hasta que todo se quiebre. Comenzaré a caminar) – El castaño esperó unos segundos sin obtener respuesta, entonces giró molesto la vista hacia su hermano, quien dio un gran respingo, volviendo a la tierra.
-¡Ah! Emm… Stairway to heaven~ (Escalera al paraíso) - Coreó el mayor, logrando que Al sonriese, volviendo a cantar.
-Sono hitomi e~ (Hacia tus ojos)
-Labyrinth to heart~ (Laberinto al corazón) – Volvió a corear el rubio.
-Hateshinai… mirai ga… tsuzuiteru~ (Mientras el futuro, sin fin, continúa) – Al sonrió nuevamente mientras aplaudía con entusiasmo. –¡Otra, otra! – Dijo entonces, volviendo a cantar.
-Nuke dashita daichi de… te ni ireta no na jiyuu… (En un planeta que se está deslizando, lo que obtuve fue la felicidad) - El menor cantaba animadamente la canción mientras bailaba imaginando el ritmo.
-Maybe lucky, maybe lucky. I dare say i’m lucky~ (Quizás es suerte, quizás es suerte. Me atrevo a decir que es suerte) – Coreó el rubio mientras se le hacía inevitable mover ligeramente de un lado a otro la cabeza animadamente.
-Los poderes se conjuntarán, y la luz a todos mostrarán. – El castaño volvió a cambiar de canción nuevamente, mientras reía.
-El shaman observa y su justicia tendrán. – Continuó el rubio, animado.
-Esa espada que posees sabrás, que no solo es una arma más.
-Dos mundos con ella unirás~
-Esa espada que posees sabrás, que no solo es una arma más.
-¡Dos mundos con ella uniraás!
-A dos mundos el~
-Mantendrá en unión~
-Su luz traerá~
-¡Resurrección!~ - Terminó el menor mientras reía aplaudiendo.
Alphonse volvió a sonreír animadamente mientras corría hacia su hermano y se colgaba sorpresivamente de él, Edward ante la impresión lo tomó entre sus brazos tanto como su velocidad se lo permitía, cargándolo de modo que su brazo derecho se situaba detrás de las rodillas del menor y el izquierdo sujetaba su espalda, mientras el castaño se aferraba al cuello de su hermano.
-Te queda bien el papel de Tetsu. – Expresó el menor mientras reía.
-¡Oye! – Respondió el rubio con una falsa molestia, ocasionando que Al riese más fuerte.
De repente el menor se quedó callado, observando de una peculiar forma a Ed, quien se había ruborizado ante la atenta mirada de su hermano. Luego de unos minutos, el castaño ladeó su cabeza hasta acomodarse entre el hombro y cuello del mayor.
-Llévame a la cama, Ed. – Dijo el menor en tono tranquilo, amable, casi en un susurro. Edward ante tal comentario no tenía otra ocurrencia que malinterpretar aquello, logrando que se pusiese realmente nervioso mientras sus mejillas tomaban un intenso color carmín.
-A-A-Al… N-no c-creo que-
-¡Llévame, llévame, llévame! ¡No quiero caminar!... tengo sueño. – Respondió él alegremente mientras movía sus piernas de arriba hacia abajo con cada palabra articulada. Los músculos del rubio se relajaron un momento, permitiéndole dar un gran suspiro de alivio. “No es lo que creí” pensó él.
Dio entonces la media vuelta en camino hacia las escaleras, subiéndolas realmente lenta y cuidadosamente para evitar alguna clase de problema, pues aunque no lo pareciese, él también había bebido algo, no tanto como Al claro, pero debía admitir que a veces tenia algún que otro mareo. Al llegar a la habitación que si no recordaba mal debía compartir cama con su hermanito ahora ebrio, tragó saliva fuertemente mientras depositaba suavemente al chico sobre esta. Mientras Al hacia un gran intento por quitarse los zapatos, el rubio buscaba desesperadamente una forma para dejar de pensar suposiciones estúpidas.
-“Escucha Edward Elric, tu hermano solo esta ebrio, por lo que es completamente seguro que no recordará absolutamente nada durante el día.”
-Ed… - Articuló el menor al ver como su hermano balbuceaba realmente bajo cosas que le parecían a él, no tener algún sentido en lo absoluto.
-“Es muy probable que le duela la cabeza también, tal vez incluso vomite… bueno no sé mucho porque no me entero muy bien de cuanta cantidad de alcohol consumió así que es probable que incluso ni le duela la cabeza siquiera.”
-Ed~
-“Pero si algo es seguro es que no está haciendo ningún tipo de insinuación ni nada por el estilo, eres tú que estas todo enfermo y estúpido y te tomas todo demasiado a pecho.”
-¡Ed!
-“Tu hermano esta ebrio, EBRIO ¿Entendiste? Eso tampoco significa que vaya a pasarle algo malo, él está completamente bien, solo ebrio eso es todo, no te esta insinuando nada es tu pura y completa imaginación, tienes que tran-qui-li-zar-te.”
-¡Edward Elric!
-Ah… ¿Q-que pasa Al? – Dijo entonces volviendo a la tierra, mientras articulaba una sonrisa un poco nerviosa. El menor sonrió tranquilamente al ver que su hermano por fin dejaba de decir tantas cosas raras.
-Duerme conmigo, Ed. – Expresó entonces mientras extendía sus brazos, invitándolo.
-Eh… ¿¡EHH!? – Toda la concentración que tenía construida en su mente se derrumbó completamente ante tres simples palabras, dejándolo totalmente destruido y enamorado de aquella sonrisa que ahora le dedicaba Al atentamente. –N-no, Al, yo… em… voy a… esto… - Edward sacudía torpemente ambas manos haciendo todo tipo de formas sin sentido en el aire. Se detuvo abruptamente en cuanto Al tomó sus manos y las entrelazó lentamente con las suyas, jugando con ellas suave y tranquilamente mientras una pequeña risa salía de sus labios. El mayor quedó completamente hipnotizado ante la dulce mirada de su hermano, a veces no podía entender como era tan jodidamente perfecto, como absolutamente todo a su alrededor brillaba con gran intensidad si él se encontraba cerca. De repente Al aplicó una fuerza que tomó a Ed de sorpresa, el menor lo atrajo hacia sí, depositando la cabeza del rubio sobre su pecho, quedando el mayor sobre su hermano. Al deslizó la coleta que sujetaba el cabello de Ed dejándolo suelto, jugando suavemente son sus hebras doradas, mientras el mayor se encontraba más rojo que un tomate, totalmente tenso mientras intentaba no mover ni un solo musculo.
-Durmamos juntos, Ed. – Expresó entonces el castaño con una pacífica sonrisa, Mientras el rubio se incorporaba quedando frente a su hermano.
-Al… yo, esto…
-¿No quieres? – El semblante del menor ahora portaba un aire de tristeza, preocupando a Ed.
-No, ¡no es eso! Es que… yo… - El rubio bajó la cabeza, derrotado. – Esta bien… - Dijo entonces, logrando que la sonrisa retornase en su hermanito.
El mayor se incorporó completamente para sacarse los zapatos, dar la vuelta y recostarse al lado de su hermano, cubriéndolos a ambos con las mantas. Al se acercó de inmediato a su hermano aferrando la cabeza en su pecho mientras reía suave pero alegremente, como si de un niño de tratase, Ed acarició sus cabellos suavemente mientras respondía el abrazo con su brazo libre, sonriendo.
-Bien… buenas noches, Al… ¿Al? – El mayor callo ante la mirada atenta de su hermano, quien había subido su cabeza hacia arriba observando a su hermano con un brillo tan particular que a Ed le pareció haberse hechizado.
El menor sonrió nuevamente, acercándose aún más hasta llegar lentamente hacia los labios del rubio, rozándolos primero suavemente, para luego no romper el contacto. Edward cerró sus ojos por inercia, y apretó aún más el abrazo que estaban compartiendo, apreciando y guardando cada sensación que ahora Alphonse le provocaba en lo más recóndito de su ser, para no olvidarlo nunca. El menor mordió suavemente el labio inferior de su hermano, y este como hipnotizado abrió un poco su boca, permitiéndole entrar. Ambas lenguas ahora se acariciaban mutuamente, dejando que ambos seres sacaran a la luz todo aquello que habían ocultado en sus interiores. Cuando el aire ya no se hacía presente en los pulmones de ambos se vieron obligados a separarse, dejando como ultima unión un pequeño hilillo de saliva. Edward al reaccionar ante aquello supo que no había sentido en su vida un ardor más intenso sobre sus mejillas, el menor esbozó una sonrisa, un poco agitado.
-Me… lo debías… – Tal comentario dejó en gran duda al mayor de los Elric dejándolo un poco confundido, pensando que tal vez ese comentario era cosa del alcohol. –Feliz navidad, Ed. – Alphonse cerró entonces sus ojos mientras volvía a ocultarse en el pecho de su hermano. Este quedó pensando un gran rato sobre aquello. “Técnicamente, esta ebrio por lo que seguro no recordará absolutamente nada.” Pensó él. Pero eso le hacía pensar seriamente que significa en cierto sentido que estaba abusando de su hermano.
-Después de todo, no va a recordarlo. –Susurró entonces con una sonrisa y cerrando sus ojos para entregarse a los brazos de Morfeo, decidiendo guardar aquello para el solo. Después de todo, ser un poco egoísta no le hacía mal a nadie.