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Danke por Melu102

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Notas del capitulo:

Holu~ vengo a dejar el capítulo número dieciséis de esta hermosa y linda historia :3

Que lo disfruten~  

   -Y… ¿Qué es exactamente el Perro de Cristal? – Ambos hermanos habían regresado ya a su casa. Alphonse ahora, quien se encontraba sirviendo un poco de chocolate caliente para ambos se sentó en su sillón correspondiente, preguntando curioso sobre aquello que parecía tan importante para la milicia.

   -Es una figura hueca de cristal con forma de un can, hecha por un gran escultor del siglo XIX, se dice que tiene dentro una gran información sumamente importante para el ejército. – Respondió el mayor mientras le daba un pequeño sorbo a su taza.

   -Pero… ¿Para qué necesitan algo como aquello? ¿De qué les serviría información sobre el ejército de otro país? – volvió a cuestionar el castaño mientras ladeaba un poco la cabeza.

   -Tal vez para venderla, o extorsionarnos con aquello… tal vez probablemente piensen que no tiene información de la milicia si no otro tipo de esta. – Otro sorbo de chocolate bajo por la garganta del rubio, calentando placenteramente su interior. –Sea lo que sea, por más que tengan la llave para abrir al perro, si no saben en donde se encuentra la cerradura ni el mecanismo para abrirla no les servirá de nada. – Dijo entonces, mientras miraba hacia algún punto de la habitación, pensando en nada y todo al mismo tiempo.

   -Huyeron hacia el este ¿Verdad? – preguntó el menor, su hermano solo asintió

   -Debo dirigirme hacia allá lo más pronto posible, es muy probable que a este paso ya hayan cruzado la frontera.

   Alphonse se levantó del sillón subiendo las escaleras y desapareciendo de la vista de su hermano, quien luego de unos cuantos minutos comenzó a impacientarse por el ruido que se escuchaba en las habitaciones. Al terminar su taza de chocolate se dirigió hacia arriba, tratando de averiguar qué clase de cosa estaba haciendo su pequeño hermano. Al subir encontró en la entrada de su habitación una maleta muy bien acomodada con todo lo necesario para viajar, mientras aún seguían escuchándose ruidos en la habitación del castaño. Edward se posicionó frente a su puerta, encontrando a su hermano quien metía estratégica y rápidamente objetos en otra maleta. “¿Dos?” pensó el rubio con curiosidad.

   -Al… ¿Por qué dos?...

   -Dijiste que debía elegir un lugar al cual viajar juntos ¿Verdad? – Contestó el menor mientras se giraba para mirar a su hermano con una radiante sonrisa.

   -Pe-pero Al… estas no son vacaciones, es…

   -Lo sé, por eso iré contigo y te ayudaré. – Dijo entonces mientras seguía acomodando objetos en la maleta. Edward frunció el ceño, preocupado.

   -Al… esto es peligroso, ya escuchaste como descuartizaron a los guardias e incluso en el informe habían fotos. – Edward intentó convencer a su hermano sabiendo en su interior que sería en vano, cuando a Al se le metía algo en la cabeza no paraba hasta conseguirlo.

   -También lo sé, por eso mismo no pienso dejarte ir solo. - Respondió el castaño mientras su sonrisa se borraba para dejar ver un semblante de verdadera preocupación.

   -No Al, No pienso dejar que vengas conmigo, es peligroso.

   -¡Ya no soy un niño Ed! ¡¡Sabes bien que mi alquimia podría ser de gran ayuda!!

   -¡Lo sé Al! ¡¡Incluso es mucho mejor que la mía!! Pero no puedo permitir que algo te suceda, ¿Tienes la simple idea de lo que sufriría si algo malo llegase siquiera a pasarte? Por favor entiéndeme, Al – Las mejillas del menor tomaron color ante el comentario de su hermano, luego la tristeza le invadió violentamente, obligándolo a bajar la cabeza, conteniendo las lágrimas.

   -Yo… Me siento solo, nii-san. - El mayor suavizó su mirada, mirando con sorpresa y tristeza a su hermano. -… Cuando tú recibiste tu cargo como Coronel ¡realmente me sentía feliz por ti! pero… Al recordar que mientras más alto era el cargo más serían las horas de trabajo, me invadió la tristeza. Siento que cada vez te alejan más de mí, nii-san… - Edward sintió como de repente las fuerzas se le acababan y sus piernas pronto se desvanecerían dejándolo en el suelo. Alphonse hizo una pequeña pausa para poder volver a hablar -Y ahora incluso te envían a una misión en la que corres el riesgo de perder tu vida… y me siento impotente, porque no puedo ayudar, no puedo evitar que vayas a ese lugar. - Alphonse subió entonces su mirada, sorprendiendo al rubio por la cantidad de lágrimas que caían por sus ojos. –No quiero quedarme aquí esperando a que vuelvas sin yo poder hacer absolutamente nada. ¡Estoy cansado de esperar! Por favor entiéndeme, no quiero perderte Ed, no de nuevo.

   Edward no pudo contener las ganas de llorar esta vez, corrió hacia su hermano arrodillándose como él y estrechándolo fuertemente en sus brazos, derramando miles y miles de lágrimas, diciendo entrecortadamente su nombre entre sollozos. Le había hecho un daño irreparable a su hermanito, a su razón de ser, Alphonse solo quería estar a su lado y él se lo estaba negando como un completo imbécil. Se sintió un estúpido al saber que esperaba que Al lo entendiese cuando él mismo no lo estaba haciendo con su hermanito.

   -Lo siento Al… en verdad lo siento. – Alphonse acariciaba la espalda del mayor con suavidad consolándolo. Edward sintió por un momento querer tirar todo al carajo, el trabajo, la misión, el reloj, todo. Recordó entonces que no sería nada fácil salir de aquel chiquero, cualquier intento de renuncia podía significar el secuestro de familiares o amigos, extorsión o alguna manipulación de cualquier tipo, se sintió frustrado, impotente, un completo imbécil.

   -Está bien nii-san… no te preocupes. – Edward se separó de su hermano y con ambas manos quitó las lágrimas de los ojos del castaño, mientras besaba su frente.

   -Te prometo que nunca vas a perderme Al, te lo juro. – Alphonse sonrió extendiendo sus manos para quitar también las lágrimas del mayor. Edward cerró sus ojos ante la calidez de los dedos de su hermano, quienes suavemente recorrían los caminos de lágrimas, secándolos sublimemente.

   -Gracias, nii-san.

   -¿Me prometes que tendrás cuidado en todo momento? – Preguntó entonces el rubio ante la mirada atenta del menor, este asintió con una sonrisa, calmando un poco la preocupación de su hermano. –Bien… entonces nos vamos mañana.

   -De acuerdo… ¿Qué quieres cenar, nii-san? – Dijo Al levantándose lentamente, Ed sonrió.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

   En las pequeñas pero potentes tierras de Creta, en la cuidad de Shinjuku, dos jóvenes despertaban con los brillantes rayos del sol que se colaban entre los carteles de cartón, que se encontraban frente al vidrio de un pequeño auto color crema estacionado en la calle un poco alejado de la cera.

   Quien despertó primero fue un chico rubio de aproximadamente unos 19 años, con ojos de un color miel, cabello corto y despeinado hacia arriba, como si una corriente eléctrica se lo estuviese sosteniendo constantemente. Con un semblante de completa alegría, como si todo a su alrededor estuviese brillando constantemente. Llevaba puesta unos pantalones cortos hasta las rodillas de color marrón, un chaleco verde y y una playera blanca, así como también medias del mismo color y unos tenis pardos. 

   -Nee Ban-chan, ya es de día. – Expresó el chico mientras intentaba estirarse en el pequeño auto del lado del acompañante. Al no obtener respuesta alguna, decidió llamar nuevamente. –Nee nee, Ban-chan, ya es de día, despierta. – Como respuesta solo obtuvo un ronquido por parte de su compañero, “siempre es lo mismo” pensó el chico mientras con su dedo picaba la mejilla del chico. –Baaan-chaan, ya es de día~ – El rubio se aproximó a la frente de su compañero para depositar un pequeño beso, pero fue abruptamente interrumpido por un manotazo que le dio de lleno en la cara.

   -¿¡El que la que donde de la wah!? – El chico despertó abruptamente mirando hacia el frente descubriendo los potentes rayos de sol que se colaban por los cartones. ¿¡¿EHH!?! ¡¡Ya es de día!! ¡¡Mierda Ginji!! Eres un perezoso ¡Deja de dormir y levántate que hay que trabajar! – Expresó mientras le pegaba otro manotazo al ojimiel y salía abruptamente del auto, golpeándose la cabeza en el acto.

   -¡Ban-chan! Duele. – Dijo el rubio sobándose la cabeza.

   -¡Mueve el culo y sal del auto! – Respondió el chico de aproximadamente 19 años, quien pese a su apariencia aparentaba tener aún más de los que tenía realmente. Castaño y con el pelo realmente alborotado por todas partes, con una larga camisa blanca y pantalones oscuros, zapatos del mismo color e infaltables lentes redondos, pequeños y de un hermoso color violeta, los cuales intentaban infructuosamente cubrir el sublime e hipnotizaste color azul de los ojos del chico.

   Encendió un cigarrillo dejándose llevar por el placentero sabor del tabaco, “el primero del día” pensó mientras miraba el cielo, “Otro día en esta escoria de mundo”, dijo entonces para sus adentros, hasta que su compañero se paró a su lado, sonriendo. Ban revolvió los cabellos del ojimiel sonriendo un poco, “a veces vale la pena estar vivo” pensó nuevamente, mientras le daba otra calada a su cigarro. 

Notas finales:

No voy a explicar cosas sin sentido, solo imaginen que Shinjuku está en Creta y se acabó XDD

Y si… son los GetBackers, ni me pregunten por qué, solo diré que necesitaba ponerlos a ellos, porque tanto como los hermanos Elric, ellos son mi vida e infancia <3

¡Muchas gracias por leer! Se los agradezco mucho <3

Bye~


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