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Danke por Melu102

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Notas del capitulo:

Holu~ como una buena autora, dejo el capítulo número veintidós de esta… emm historia xd (Se me acabaron adjetivos o no tengo imaginación XD) en fin~

Que lo disfruten~

Ambos hermanos bajaron las escaleras, Al ayudó en todo momento a su hermano para evitar un problema e intentar apaciguar el dolor, por lo que bajaron un poco lento del lugar, en cuanto pudieron divisar la sala de la bruja, en la que había varios sillones muy antiguos con diseños de la misma antigüedad que al menor le parecieron realmente preciosos, entre muchísimos más adornos y decoraciones de la misma vejez, que realmente comenzaban a encantarle. Edward al notar la expresión de encanto en su hermanito soltó una pequeña risa, que hizo sonrojar a este, en cuanto divisaron la mesa con cinco sillas y a tres personas se detuvieron un poco, no pensaron que más personas viviesen en aquella casa.

   -Por aquí, chicos~ - Expresó María haciendo un pequeño ademán con su mano para llamar a los hermanos, estos al llegar se sentaron en sus sillas correspondientes mientras María se dirigía hacia la cocina. Al saludó cordialmente a los dos chicos que se encontraban frente a ellos, Ginji respondió alegremente mientras le daba una patada a su compañero bajo la mesa, Ban reaccionó y saludo también, cordialmente.

   María regresó con la cacerola en sus manos y la depositó sobre la mesa, se quitó los guantes y aplaudió una vez, dispuesta a hablar.

   -Bien~ Edward, Alphonse, ellos son Ban Mido y Ginji Amano, juntos tienen un servicio de recuperación llamado “GetBackers” – Dijo animada la mujer.

   -Mucho gusto. – Expresó Ban, neutralmente.

   -Hola, ¡mucho gusto! – Expresó Ginji con su interminable energía. Ambos hermanos asintieron cordialmente mientras María volvía a  hablar.

   -Bien, pequeño Ban, pequeño Ginji, ellos son Edward y Alphonse Elric, son alquimistas y los encontré totalmente desamparados en el túnel que lleva hasta Creta. ¡Me dio tanto pánico cuando vi a aquellas criaturas a punto de abalanzase frente a ustedes! Creo que fui algo lejos cuando los destrocé ji~ - María soltó una pequeña risa inocente que fue totalmente graciosa para Ban.

   -¿De qué hablas vieja? ¿A cuántas personas y cosas raras has matado en tantos miles de años sin tener ni un poco de compasión siquiera eh? – Expresó el ojiazul mientras reía animadamente, la risa calló en cuanto María tomó la cabeza de Ban y la estrelló contra el plato que se encontraba frente a él.

   -Saluda a los invitados BAN~ - Respondió María oprimiendo fuertemente la cabeza del castaño, causando un poco de nerviosismo en ambos hermanos.

   -Ah… es un placer conocerlos, señores recuperadores. – Expresó Alphonse inclinando su cabeza, Edward imitó a su hermano.

   -Ighualfmente. –Dijo Ban pegado a la mesa siendo soltado al momento en el que termino de hablar. –Ahh ¿¡Podrías dejar de golpearme cada rato?!

   -En cuanto dejes de llamarme “vieja” lo haré~ - Expresó la morena con falsa alegría.

   -¿Vieja? – Pregunto curioso Alphonse al ver a la señorita, por su apariencia se veía realmente joven, como unos veinticinco o veintinueve años.

   -¡JA! ¡Vieja le queda chico! ¡Esta tiene como más de cien años! ¡Pero lo oculta fácilmente y no envejece nunAHHH! – Expresó el ojiazul levantándose de la mesa, y siendo golpeado una vez más por la señorita bruja.

   -¡SILENCIO BAN~! – Respondió la mujer mientras le colocaba una mordaza a Ban.  -Solo tengo noventa y nueve años~ - Expresó entonces, dedicándose a juntar los pedazos restantes de cerámica de lo que antes era un plato.

   -Increíble… usted se ve muy joven. – Acoto Edward sorprendido, logrando que María soltase una risilla avergonzada.

   -Ji~ Gracias amorcito~

   -Ah… déjeme ayudarle María-san. – Interrumpió Alphonse acercándose hacia los pedazos de cerámica y depositándolos de nuevo sobre la mesa. Juntó sus manos y le dio su antigua forma original a los trozos.

   -Woow, muchas gracias pequeño Al~ - Expresó María mientras aplaudía animadamente mientras Ban fruncía el ceño sin decir nada, bueno… ciertamente no podía hacerlo por la mordaza en su boca.

   -Wooow ¿¡Como hiciste eso!? ¡Es increíble! Ban-chan ¿Eso es  la tal alacena? – Expresó Ginji animado, Edward ocultó una pequeña risa mientras Ban se quitaba la mordaza y le daba un coscorrón a su compañero.

   -¡Se dice “Alquimia” tarado! Y ciertamente es así… pero no del todo. –Respondió Ban seriamente mientras miraba al menor de los Elric, cuestionando la anterior acción que había ejecutado. – No recuerdo haber visto que la alquimia pudiese utilizarse sin un círculo de transmutación... – Dijo mientras ahora, se dedicaba a mirar a Edward, quien se había puesto algo nervioso. –A menos que intentases algo prohibido y hayas salido con vida… eso si es impresionante.

   -… - Ambos hermanos bajaron su cabeza solo un poco, y tanto María como Ginji notaron la tensión en el ambiente.

   -Ban-chan… ¿No crees que los estas presionando bastante? – Preguntó Ginji mientras tomaba los hombros de su compañero, sentándolo nuevamente en la silla.

   -No… está bien, supongo que podemos contárselo… ¿Te parece bien, Al? – Preguntó Edward mirando a su hermano, este le devolvió la mirada algo preocupado.

   -Nii-san… te hace daño contar aquello, ¿por qué no-

   -Si no lo hacemos seguirán desconfiando de nosotros, Al. – Interrumpió el rubio mientras caminaba su expresión seria por una nostálgica sonrisa, mirando a su hermano. –Pero si a ti te hace daño entonces no lo-

   -Está bien, no te preocupes. – Respondió Al volviendo a su asiento y sentándose junto a su hermano, tanto María como Ginji imitaron su gesto, luego de un rato en que María terminaba de servir el guisado y volvía a su asiento, los hermanos comenzaron a contar del pasado hasta la actualidad y como llegaron hasta aquel túnel. 

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   -Al final, ni siquiera sabemos en donde se encuentra aquel perro… - Terminó de comentar Alphonse mientras todos escuchaban expectantes y Ban le pedía el quinto plato de guisado a María, quien lo tomó y comenzó a servir nuevamente.

   -Su historia… es muy triste, chicos.  – Comentó Ginji mientras bajaba la mirada y luego volvía a levantarla, sonriendo. –Pero lo importante es que siguen unidos, y estoy seguro de que nada los separará, ¿Verdad que sí Ban-chan? – Expresó alegre mientras miraba a su compañero, quien luego de unos segundos expresó una pequeña sonrisa y asintió.

   Ciertamente, Ban se encontraba más tranquilo, no habían intentado la transmutación humana para algo malo en sí, y tampoco se habían vendido a los militares por poder o alguna ciega razón. No se veía que tuviesen mala intención en ningún aspecto por donde lo mirara y también sus sospechas sobre aquel chico, el menor, se habían aliviado. Ahora entendía como era que sentía tantas vidas en su interior, pero faltaba algo más, algo que no terminaba de convencerlo.

   En cuanto se dio cuenta que mantenía la vista sobre Alphonse y este le miraba con una avergonzada sonrisa por la insistente mirada que le entregaba, Ban desvió su vista mientras acomodaba sus lentes.

   -Lo siento… - Expresó Ban mientras sostenía el plato que ahora María le pasaba.

   -Ah, no, no se preocupe. – Contestó el menor mientras agitaba suavemente sus manos, quitándole importancia al asunto, sonriendo.

   -Mmm, así que entonces, lo que deben hacer es llegar a Creta, ya que suponen que los ladrones huyeron allí, ¿Cierto? – Preguntó Ginji tratando de mantener toda la información en su cabeza.

   -Así es. – Contestó Edward mientras pedía otro plato de guisado.

   -Mmm, ah, ¡Nosotros somos de Creta! Podríamos ayudarlos a pasar, ¿Verdad Ban-chan?

   -¿Mmh? Ahn sji, clharo, cohn un par deh arrheglosh tfodo se sfolucfiona. – Expresó Ban mientras se atiborraba todo el guisado.

   -¡AAH! ¡¡DEJAME ALGO A MI TAMBIÉN BAN-CHAAN!!  - Gritó Ginji mientras se acercaba al plato del ojiazul e intentaba que su compañero le convidara algo.

   -¡Fuera idiota! ¡El que lo toma primero se lo queda! – Contestó con gracia el castaño mientras le quitaba del alcance el plato a Ginji.

   -¡NOOO! ¡¡NO SE VALE!! ¡¡¡BAAAN-CHAAN!!! – Los tres restantes en la mesa reían ante la ridícula pelea de ambos personajes allí presentes, al mismo tiempo los Elric se sorprendían al ver como tenían tanto estomago como para atiborrarse tan pronto toda la cacerola, puesto que era bastante grande.

   -Oh~ ¡Ban, Ginji! Los invitados también deben comer ¿Sabían? – Expresó con enojo la mujer mientras tomaba a ambos recuperadores de sus orejas.

   -Ay… Lfo sfientho~ - Expresó Ginji con la boca llena.

   -¡Suéltame, vieja bruja! – Acotó Ban mientras volvía a ser golpeado por la mujer.

   -Y… ¿Ustedes cuando creen que deberían ir hacia Creta? – Preguntó Ginji a ambos hermanos con una alegre sonrisa.

   -Ah… pues, supongo que lo más pronto posible. No queremos tener problemas en caso de que pudiesen acceder a la información. – Respondió Edward mientras el menor asentía.

   -Pero… ¿No dijeron que por más que tuviesen la llave y el perro, si no sabían como funcionaba el mecanismo para abrirlo entonces no serviría de nada? – Volvió a cuestionar Ginji mientras ambos hermanos ahora se miraban son saber que hacer exactamente.

   -Es mejor que nos quedemos aquí un poco más hasta que las cosas se calmen, pensar una estrategia e investigar mejor. Además, seguramente esas cosas los deben de estar buscando, no creo que su creador se quede de brazos cruzados al descubrir que una vieja bruja desintegró a sus mascotitas, Ay… - Acotó Ban mientras encendía un cigarrillo y lo llevaba a su boca.

   -Es cierto~ Además, sus heridas no han sanado el todo, será mejor que descansen~ - Intervino María mientras tomaba las cosas de la mesa y las llevaba hacia la cocina para asearlas.

   -Pero… -Edward iba a hablar nuevamente, pero fue interrumpido por la morena.

   -Está bien~ No pasará nada, no creo que puedan abrir ese perro~

   -Ah, déjeme ayudarle a lavar, señorita María. – Expresó Alphonse mientras se levantaba de su asiento. María se giró hacia él, sonriendo.

   -Mmm~ Tal vez puedas ayudarme con algo mejor~ - Respondió entonces, guiñando un ojo. Todos en la sala pestañaron con curiosidad, mientras la morena reía animadamente. –Las heridas de tu hermano aún no han sanado del todo, y yo no he usado tanta magia en un buen tiempo, ¡que estoy totalmente agotada!~ - Expresó entonces, articulando una graciosa cara de cansancio. Ban sonrió con gracia, ya veía por donde venía la cosa. Ginji miró a su compañero con una sonrisa, conocía cuando Ban se había enterado de algo que él todavía no.

   -A… ¿A qué se refiere, María-san? – Preguntó entonces Alphonse, con algo de temor en sus palabras, tenía sospechas, pero no quería preocuparse demasiado, tal vez no era lo que pensaba. María rio ante la mirada preocupada del menor y volvió a hablar.

   -Me refiero, a que tu curarás las heridas de Edward~ - Respondió mientras se giraba para llevar los trastos a la cocina.

   -¿¡Qué!? ¿¡¿QUEÉ!?! – Todos menos Ban y María, quedaron totalmente sorprendidos ante las palabras de la señorita bruja. Ban sonrió, esta sería una buena noche.

Notas finales:

Uuuy ¿Qué se te acaba de ocurrir María? Xd

Aaquiii vamoshh~

¿Podrá el pequeño Al curar las heridas físicas de su hermano?

¿O tal vez le deforme la espalda? Xd

¿El estómago de Ban y Ginji será infinito?

¿Dejará Ban de llamar “vieja” a María-san? ¿O seguirá recibiendo putazos?

¿Podrá Melu conseguir la suficiente inspiración para dedicarle algo decente a Atelín? Xd

¡Todo y más en el próximo capítulo!

Gracias por leer~

Toki wa kanadeeeeeteeee~ Omoi wa afuuuuureeeruu~

Togiresou na hodo… ¡¡TOUMEI NA KOEEE NIIIIII!! (Okno XdxD)

Los quiero <3


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