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Danke por Melu102

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Notas del capitulo:

Holu~ ¡PERDON! ¡De verdad tardé mucho en actualizar! Pero todo tiene una explicación. Verán, me descompuse y no me podía mover de mi cama ¡ni siquiera para poder agarrar el portátil! Lo único que tenía a mano era el celular, muchas botellas de agua y una palangana para… bueno, por las dudas XD

Aun me siento un poco mala, pero no los quería dejar sin capitulo, así que les dejo este, disculpen la tardanza :”(

Que lo disfruten~

Dos personas caminaban tranquilamente por los amplios pasillos exteriores del cuartel de Ciudad Central, el primero acompañaba al segundo lentamente mientras era saludado respetuosamente por todas las personas que pasaban por casualidad a su lado, mientras el segundo, se dedicaba tranquilamente a admirar el paisaje del parque del cuartel, el cual  era sublimemente adornado de distintos colores de marrón, debido al pleno otoño que se cernía sobre la ciudad.

   -Veo que es tratado con bastante respeto, General. – Se aventuró a decir Alphonse, observando el respeto con el que saludaban al moreno.

   -Por supuesto que tienen que tratarme con respeto, soy General, deberían incluso inclinarse ante mí. – Respondió Mustang con falsos aires de superioridad, logrando que el menor riese ante el comentario.

   -No puedo imaginar a mi hermano hacer tal cosa. – Dijo entonces Alphonse aun riendo, logrando que el moreno también riese.

   -Por cierto, Alphonse… - De pronto el rostro del General se tornó serio, mientras observaba hacia el frente. –Creo que deberías tener más cuidado con Dussek, puede parecer una buena persona, pero por alguna razón no termina de convencerme, tal vez sea mi imaginación, pero me da mala espina. – Dijo entonces ante la mirada ahora seria del menor sobre él.

   -Entiendo, mi hermano piensa lo mismo que usted, además… Teniendo en cuenta los conflictos que hemos tenido con los altos mandos anteriormente, es mejor mantenerse alejado para evitar problemas. – Respondió el castaño pensativo, para luego reflejar una sonrisa triste. –Disculpe si le ocasioné problemas, General.

   -No eres ningún problema Alphonse, a los demás les encanta que vengas a visitarlos, solo queremos advertirte que tengas cuidado. No estés triste ¿de acuerdo? – Expresó Roy calmadamente y sonriendo, mientras acariciaba con cariño los cabellos del menor, logrando que este sonriese.

   -Sí, muchas gracias, General. – Respondió entonces Alphonse, sonriendo.

   -Ah~ Te he dicho que solo con “Roy” está bien. – Acotó el moreno, con una falsa lagrimilla en su ojo derecho, logrando una risa por parte del menor.

   -Disculpe. ¡Ah, es cierto! Tome usted. –Dijo el castaño, mientras le entregaba una bolsilla atada con un listón azul, la cual contenía galletas en su interior. –Entréguele también estas a la Teniente Coronel Riza, por favor. –Expresó nuevamente, entregándole otra bolsilla.

   -¡Ah, gracias! Estaba muriendo de hambre. –Respondió Roy, articulando una cara graciosa.

   -¡¡A USTED QUERIA ENCONTRARLO!!  

   -¿Eh?

Ambos giraron su vista entorno a una cabellera rubia que se movía con molestia, dando grandes zancadas con cada pisada. Llegó hasta donde ellos se encontraban, maldiciendo entre balbuceos.

   -Oh, Acero ¿Cómo te encuen-

   -¿¡QUE DIABLOS SIGNIFICA ESTO!? – Gritó Edward mientras le mostraba la pequeña nota al moreno.

   -¿Eso? Ah, ajajaja ¿De qué hablas Acero? Es tu trabajo como Coronel. – Respondió Mustang entre risas. –Yo también tenía mucho papeleo cuando tenía tu cargo ¿Recuerdas?

   -¡AHH! ¡USTED NO TIENE CASO! – Gritó nuevamente el rubio, para luego girar su vista hacia donde se encontraba su hermano. –Al… ¿Qué haces aquí? Te dije que no vinieses. – Le dijo entonces, un poco más calmado.

   -Ah… lo siento nii-san, es que te olvidaste tu almuerzo y yo… bueno, vine a traértelo. – Respondió Alphonse con un semblante un poco triste, mientras le enseñaba la caja a su hermano. Esto logró que el mayor suavizara su mirada de enojo a una más arrepentida.

   -Ah, no… discúlpame a mí, no debí olvidarlo, lo siento. – Expresó entonces Edward, mientras sujetaba entre sus manos el almuerzo. En cuestión de segundos el castaño volvió a sonreír alegremente, logrando que un sonrojo adornase las mejillas del mayor.

   -También te traje galletas. –Dijo Alphonse entusiasmado, mientras se las enseñaba también.

   -Ah… gracias Al. – Respondió el rubio aun sonrojado, mientras tomaba también las galletas.

   -Emm… Roy-san, ¿No le importaría acompañarme hasta la puerta del cuartel? Supongo que así nii-san no se preocupará tanto.

   -Claro, no hay problema.

   -Nos vemos en casa, nii. – Expresó el castaño con dulzura, a lo que Ed respondió con una sonrisa.

   -Sí, ten cuidado.

~~~~~~~~~~Edward~~~~~~~~~~

Me dirigí contento hacia mi oficina, podría tener pilas y pilas de trabajo, pero solo con ver a Al toda preocupación o estrés se iba por completo. Y qué mejor que tener su deliciosa comida y galletas para animarme el día entero, simplemente no necesitaba más que eso. Al lo era todo para mí.

Entré despacio hacia mi oficina, como si al abrir la puerta mágicamente el papeleo se haya escapado por la ventana o algo parecido, al notar que seguía allí solté un gran suspiro, hoy sería un largo día.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

   -Roy-san.

   -¿Si?

   -Gracias – Expresó el menor, con una tranquila sonrisa en sus labios.

   -¿Eh, por qué? – Preguntó curioso el General.

   -Usted siempre le deja todo su papeleo a nii-san y lo envía a misiones que no sean de demasiado peligro o requieran de asesinar a alguien. Gracias por proteger a Ed, Roy-san. – Respondió el castaño con una enorme y pacifica sonrisa. El moreno sonrió también y miró hacia el frente.

   -Los jóvenes no deberían presenciar la muerte de esa forma. –Expresó el General, aun mirando hacia el frente. –Gracias por notarlo, Alphonse. – Dijo nuevamente, a lo que el menor respondió inclinando la cabeza hacia abajo, en gesto de respeto.

Luego de unos pasos más por los pasillos, llegaron a la amplia e imponente puerta, siendo recibidos cordialmente por la recepcionista del cuartel.

   -Bien, ten cuidado al cruzar la calle, Alphonse. – Expresó el moreno en forma de broma, logrando que Al soltase una gran carcajada.

   -Lo tendré. Nos vemos General. – Respondió el castaño, dándose la vuelta y saliendo por la gran puerta.

~~~~~~~~~~Alphonse~~~~~~~~~~

Crucé tranquilamente el patio delantero seguido del gran portón del lugar, saludando cordialmente a los guardias de la entrada. Caminé algunas calles más hasta divisar algún banco en alguna vereda u parque, realmente me sentía un poco cansado, no recordaba haber caminado tanto como para cansarme de aquella forma, pero de seguro era falta de costumbre. Encontré uno que descansaba a la sombra entre dos árboles y me senté en el a descansar un poco las piernas. Al cabo de unos minutos pude sentir como algo pequeño rebotaba sobre mi cabeza y caía sobre la otra punta del banco.

   -¿Eh?

Notas finales:

Uyy ¿Qué será esa cosa que le rebotó a Aru en la cabeza?

¿Será un ovni?

¿Hiromu Arakawa-sensei?

¿Terminará Edward con el papeleo a tiempo?

¿Volverá Anacleto de las vacaciones que yo no le otorgué >:v?

¿Me bajará la fiebre y dejaré de hacer preguntas estúpidas?

¡Todo en el próximo capítulo señores!

Gracias por leer~


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