Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

FOLIE por shiki1221

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos :D Este capítulo iba a subirlo ayer (12/12) pero como era mi cumpleaños se me pasó XD por cierto, recuerdo que una lectora cumplía el mismo día que yo, si me está leyendo le mando un saludo OwO 

CAP 2: EL MONSTRUO

 

Un rumor se esparció entre los habitantes de los pueblos cercanos a la aldea de la hoja, un monstruo aterrador habitaba cerca de ellos. Se decía que poseía algunos rasgos similares a los de los humanos, pero las diferencias con ellos eran sumamente notables y causaban terror en quienes aseguraban haberlo visto y vivido para contarlo. Era una criatura solitaria que el terror había ido sembrando, una reputación se había formado por los múltiples incidentes donde este ser había herido de gravedad o simplemente asesinado a quienes se cruzaban con él. Rápidamente todos comenzaron a conocer su historia, una que se fue formulando entre las múltiples veces en las que se pasaba la voz sobre un avistamiento suyo.

En la claridad del día vagaba solo por los bosques que bordaban los límites de Konoha, cerrando los ojos suavemente dejándose embargar por imágenes que escapaban a su comprensión, lo que veía lo obsesionaba con recuerdos de un pasado difuso y doloroso. Intentaba huir de la sensación hiriente que tenía en el pecho, mas el dolor venía desde dentro y ningún lugar sería lo suficientemente lejano para escapar de lo que lo atormentaba. De su boca salían alaridos que hacían creer a quien lo oyera que era un grito de furia, sin embargo, la realidad era muy diferente al creer popular. No había rumbo que aquel ser quisiera seguir, sólo el movido por el instinto y por la más pura inercia que le dictaba seguir hacia delante.

 

Mientras tanto en Konoha los habitantes se hallaban inquietos sabiendo que tenían a un asesino peligroso en las cercanías de su hogar. El miedo estaba afectándolos a todos de manera muy profunda. Los padres de los gennin no querían que sus hijos salieran a ningún tipo de misión que los sacará de la protección de la aldea, los comerciantes no querían entrar ni salir de Konoha, aun si era ofrecida la escolta de ninjas de elite, simplemente el miedo podía más. Todo por culpa de aquella bestia que los acechaba, la economía y la cotidianidad de los habitantes de la aldea de la hoja se había roto abruptamente.

La quinta Hokage, Tsunade, recibió gran cantidad de papeles en los que se había recolectado todo tipo de información sobre aquella criatura. En su mayoría eran historias de supervivientes que vieron a ese ser y el otro tanto era de gente que había conocido a alguien que, supuestamente, lo vio y sobrevivió. Siendo que la información era, o muy escasa o muy dudosa por provenir de rumores, la rubia no tenía más opción que seleccionar a un equipo ninja que se hiciera cargo del asunto.

—¿Qué piensa hacer, Tsunade-sama? —preguntó su asistente Shizune mirándola pensativa.

—Esta situación es insoportable —exclamó frunciendo el ceño ante el misterio envuelto en el asuntor13;. Deberé enviar a un escuadrón ninja que maneje esto.

—Pero Tsunade-sama, ¿no cree que es muy peligroso ir a una misión sin saber nada del objetivo? —cuestionó mirando aquellos, prácticamente inútiles papeles con datos.

—En eso tiene razón tu asistente —habló la persona que ingresaba al despacho de la Hokage, quien no era otro que uno de los miembros del consejo.

—Danzou —dijo la rubia sin ocultar su molestia por haberse aparecido frente a ella—. ¿Qué es lo que estás buscando aquí?

—Calma —pidió indiferente—. Sólo he venido por el asunto que tiene tan intranquilos a todos los aldeanos.

—Estoy en medio de ese asunto ahora —afirmó con la indirecta de que debía largarse en ese mismo momento—. Si no necesitas nada, hazme un favor y retírate.

—Ya deberías saber que mi prioridad es la seguridad y bienestar de Konoha —espetó arrugando la cara en gesto ofendido.

—No debes preocuparte me haré cargo del asunto —declaró la quinta.

—¿Piensas sacrificar a tus shinobis como si nada? —preguntó sabiendo que Senju no era capaz de sacrificar a los ninjas que estaban bajo su cargo—. Tal y como dijo tu asistente, ¿mandarlos sin saber nada del objetivo? Eso es un acto suicida.

—¿Qué intentas proponer? —cuestionó Tsunade tras meditar las acciones más convenientes para procurar el bienestar de sus subordinados.

r13;Deja que mis anbus investiguen acerca del asunto —soltó el anciano yendo directamente al punto.

—Sería lo mismo a que yo mandará a un escuadrón —reclamó Senju golpeando la mesa de su escritorio con su puño—. Tus ninjas tampoco saben nada, estaríamos haciendo exactamente lo mismo.

—Raíz sólo investigará desde las sombras lo que pueda llegar a ser aquel monstruo, luego te pasaré un reporte detallado de los hallazgos y decidirás que acción tomar r13;explicó el líder de aquellos anbu con mucha tranquilidad aquella simple oferta.

Para la rubia cualquier cosa proveniente de Danzou era una clara señal de que algo se traía entre manos. Que aquel viejo decrepito viniera a tenderle una mano de buenas a primeras era algo más inverosímil que ella dejando el sake y las apuestas. Sin embargo, reflexionando sobre lo más conveniente de manera fría sin pensar en la persona que hizo tal propuesta, llegaba a la conclusión de que era la mejor opción. Los anbus de raíz eran especialistas en investigar desde las sombras de manera eficiente, quizás ellos sí podrían conseguir información que los pueblerinos no podían proporcionar. Se mordió el interior de su mejilla molesta por lo que iba a hacer, pero sin ninguna opción viable.

—De acuerdo —soltó finalmente la Hokage—. Dejaré a cargo tuyo la investigación de este monstruo misterioso.

—No te arrepentirás —dijo Danzou antes de salir del despacho de la misma manera en que entró, completamente imprevisto—. Por ahora —susurró una vez fuera del alcance auditivo de cualquier otra persona.

Danzou caminó a paso lento, meditaba su siguiente movimiento para deshacerse de Sasuke Uchiha. Uno de sus subordinados obtuvo información valiosa de alguien que logró verlo de cerca y lo que más destacó de aquel relato fue el terror que demostraba al hablar de ojos rojos como la sangre con puntos negros que cambiaban de forma. Eso, sumado al hecho de que se enteró de que en la batalla librada entre Itachi Uchiha y su hermano Sasuke, el vencedor era éste último, hacía de que las probabilidades y sospechas fueran muy altas. Ahora debía pensar en una manera inteligente de aprovechar lo que sabía y usarlo en contra de Tsunade para arrebatarle el puesto que tenía. Él era el único que sabía aquella tan probable hipótesis, ya que se encargó de asesinar al testigo que les dio esa información para asegurar su ventaja sobre Tsunade.

—Ustedes serán los asignados a la misión de exterminar de una vez al clan Uchiha —dijo Danzou sin siquiera voltear sabiendo que sus subordinados estaban detrás suyo oyendo atentamente.

—Sí, Danzou-sama —respondieron con sus máscaras puestas ocultando sus identidades mientras se mantenían de rodillas ante su jefe.

r13;Deberán asesinar a Uchiha Sasuke —dijo el anciano con voz firme—. No pueden permitirse fallar esta importante misión. Mantengan en absoluto secreto la identidad de su objetivo y desháganse del cuerpo cuando terminen.

—A la orden —respondieron al unísono desvaneciéndose entre las sombras para ir a cumplir prontamente con el encargo que les dieron.

Con una orden tan explícita como la recibida, los anbus de raíz no tardaron más tiempo del necesario en equiparse con las armas y provisiones para completar la misión. Se decía que el objetivo sólo divagaba en las partes más oscuras y profundas de los bosques que rodeaban al país del fuego. Localizarlo era un juego al azar, dado que éste siempre podía desaparecer su presencia a voluntad y dejarse ver sólo cuando no corría peligro. Los subordinados de Danzou se adentraron sin ningún temor a una parte extremadamente peligrosa, incluso para los ninjas más experimentados, esperando encontrar al monstruo.

La criatura que hallaron, y cuya apariencia coincidía con las vagas declaraciones de algunos testigos, al parecer de todos aquellos ojos que lo observaban era algo repulsivo. Las máscaras que portaban los ninjas enviados por Danzou era lo único que evitaba que entre ellos vieran los rostros deformados por el asco que les producía aquel ser que tenían enfrente. Se encontraba bebiendo agua, esa manera tan despreocupada de comportarse, sería su sentencia de muerte. Al estar dándoles las espaldas jamás vería el ataque, haciendo que el trabajo fuera sencillo y limpio.

Con sigilo lo rodearon para cerrarle cualquier salida que pudiera intentar tomar para huir de ellos. El filo de los kunais brillaba con la poca luz que se filtraba entre los abundantes árboles. Aunque era un detalle prácticamente insignificante, fue todo lo que Sasuke requirió para reaccionar ante el peligro inminente. Cuando la mano que sostenía aquel kunai descendió a gran velocidad, para matarlo en lo posible de un sólo golpe, Uchiha se desapareció de su campo de visión. Los latidos del corazón del atacante comenzaron a acelerarse en una sensación que él ya no debería tener: miedo. Como anbu de raíz estaba entrenado para no sentir nada, pero por alguna razón ese ser se la provocaba.

—¡Atrás de ti! —gritó uno de sus compañeros anbus intentando preverlo del ataque.

—¿Qu…? —ni siquiera tuvo tiempo de entender que era lo que sucedía cuando su corazón ya había sido extraído de su pecho.

Se podía observar con claridad como la presa que Konoha seguía pasó a ser el cazador en cuestión de segundos. Aquel que alguna vez fue conocido como Sasuke Uchiha, ahora deformado por un poder maligno, sostenía despreocupado el corazón del anbu que lo atacó. La sangre corría por su mano proveniente de aquel órgano cuyo calor aún conservaba. Aquellas uñas largas eran fuertes y afiladas como aquellos kunais que sostenían los anbus de raíz al salir de sus escondites para comenzar una ofensiva más directa. Los ojos de Sasuke cambiaron a un rojo aún más poderoso que el sharingan que alguna vez tuvo en su forma normal. Todo sucedió de manera brutal y rápida, no había pasado ni siquiera una hora desde que lo intentaron cazar, cuando ya se podía ver como esa parte estaba llena de cadáveres. No teniendo nada más que hacer allí, Uchiha emprendió una nueva caminata, dejando a su paso huellas de la sangre dispersa.

Al no haber noticias de los primeros subordinados que Danzou mandó, tuvo la sospecha de que habían fallado. Sin embargo, se negaba a creerlo, sus subordinados eran ninjas altamente entrenados. ¿Cómo no eran capaces de asesinar a alguien como el mocoso Uchiha? Ordenó a otros ninjas a verificar la situación de los primeros encomendados y las noticias no fueron para nada satisfactorias. Los cuerpos sin vida que eran devorados lentamente por las alimañas que habitaban esa zona fueron una prueba confiable del fallo que tuvieron en la misión. El jefe de raíz estaba enfurecido por no haber obtenido lo que quería, pero no todo estaba perdido, al menos no según él. La Hokage aún no sabía quiénes ni cuantos anbus fueron a la misión, así que no tendría que revelar su fallo.

Para Sasuke sus días de recorrer los caminos con cierto grado de libertad acabaron de un momento a otro. Desde aquellos asesinatos que cometió en defensa propia, los ninjas con máscaras anbus no dejaban de aparecer una y otra vez. La lucha por la supervivencia era el pan de cada día para él, al cerrar los ojos sus sentidos lo hacían sobre reaccionar a cualquier mínima señal de algo cerca suyo. Era una medida necesaria que adoptó de manera instintiva para asegurar su supervivencia, dado que los enviados de Danzou llegaban uno tras otro intentando reclamar su vida. Todos y cada uno de los asesinos que intentaron algo en su contra, no sólo fallaron, sino que también terminaron muriendo en sus manos.

El responsable de todos esos atentados apretaba su bastón cada vez que recibía como noticia un nuevo fracaso. Sabía que el clan Uchiha era poderoso, pero en el estado en el que se encontraba el único superviviente debería ser pan comido librarse de él. Era un hueso duro de roer y tantas veces había intentado exterminarlo con nulo resultado. El tiempo continuaba corriendo provocando que Tsunade le pidiera resultados de aquella investigación que según el anciano iban bien, pero de la cual nunca le entregó algún reporte sobre el avance que tenía. Ella comenzaba a sospechar que estaba sucediendo algo raro, no sabía a ciencia cierta de que se trataba, pero intuía que era algo que Danzou quería mantener oculto por alguna razón, seguramente egoísta.

Con la constante presión de la Hokage y la ineptitud de los shinobis a los que le encargaba matar al Uchiha, no tuvo más salida que recurrir a medidas extremas por lo que él mismo se haría cargo de librarse de esa aberración. Si quería que las cosas salieran perfectas debería de hacerlo con sus propias manos, dada la ineficacia que demostraron todos sus subordinados. Sin dar ningún aviso ni explicación al respecto, emprendió el viaje hasta uno de los páramos donde recientemente se hallaron los cadáveres de los últimos ninjas que intentaron cazar al portador del sharingan. Lo buscó durante algunos días, parecía que debía poner todas sus facultades como shinobi, incluso para localizarlo.

Lo encontró caminando solitariamente sin prestar atención a las nimiedades a su alrededor. Los animales podían moverse cerca suyo sin temor alguno, dado que Sasuke no reaccionaba de manera brusca ante ellos, algo contrario a lo que pasaba en cada ocasión en la que se veía con alguna persona. Su carácter era violento y de temer, para cualquiera que quisiera conservar la vida lo mejor era no provocarlo dándole la distancia que necesitaba para hacer lo que gustase. El anciano de Konoha, ingenuamente creyó que las defensas del Uchiha estaban bajas, por lo que probó con un ataque directo. El resultado: Sasuke cortándole la garganta. Enormes borbotones de sangre salieron de la garganta abierta del anciano, siendo una muerte rápida. Sin embargo, Danzou contaba con el poder de los sharingan que se había implantado en su brazo.

Sin importar las veces ni los métodos a los que recurrió Danzou siempre acababa muriendo, siendo forzado a usar el poder de los sharingan que poseía. La gran desventaja era que al hacerlo el ojo de sharingan que tenía implantado perdía su luz, o en otras palabras perdía todo su poder siendo un ojo ciego. Sasuke usó todo el repertorio de jutsus que tenía contra aquel enemigo tan difícil de exterminar, la victoria fue del más joven de los contendientes. Aun así, no se libró de consecuencias, Sasuke estaba agotado, herido y complemente solo. Cuando aquella batalla finalizó y el cuerpo de Danzou dejó de levantarse ante él, buscó un refugio donde esperar a que sus heridas sanarán.

 

 

Unos días luego de que Danzou desapareciera completamente sin dejar rastro, los dos miembros restantes del consejo le exigieron a Tsunade el envío de un equipo shinobi para buscarle. La rubia Hokage tenía sus dudas acerca de los motivos del ausentismo de aquel anciano tan entrometido, mas no podía permitir que un miembro de su aldea corriera peligro, pese a lo mucho que lo detestará. Shizune fue a llamar a ciertos shinobis que deberían completar esta misión, por órdenes de Senju tendría que seleccionar a aquellos que tuvieron tiempo libre. Pronto el equipo seleccionado para la tarea fueron Naruto, Ten Ten y Rock Lee, los dos últimos al ser de rango chunin no compartían todas sus misiones con Neji, quien era jounin.

La misión era corta y aparentemente sencilla de realizar era simplemente recolección de alguna información que les diera indicio de hacia dónde dirigir la mirada. El último destino que unos pocos pueblerinos les indicaron era hacia una zona altamente peligrosa donde se decía que un monstruo recorría los páramos dejando muerte y cadáveres a su paso. Un rumor que era fácilmente ignorados por ninjas experimentados que no se dejarían intimidar por un poco de folcklore proveniente de un misterio sin resolución hasta el momento. Los tres se separaron para tomar sus respectivos terrenos de búsqueda y abarcar la mayor área posible ocupando el menor tiempo para ello.

Rock Lee saltaba a través de los árboles buscando algún rastro dejado por Danzou, aun si fuese una pista pequeña la que encontrase podrían buscar algún significado útil para encaminarse hasta el desaparecido. Observó a diversas criaturas del bosque rehuyendo de él, o al menos así lo creyó hasta darse cuenta de que no estaba solo. Una sombra, cuya forma no alcanzaba a distinguir por la velocidad a la que se movía se abalanzó contra él. Intentó defenderse y se sorprendió horriblemente cuando sus ataques de corta distancia fallaban miserablemente. El dolor azotó su cuerpo sin siquiera notar en que momento recibió el daño que demostraba su ropa desgarrada y la sangre que derramaba con lentitud de sus heridas.

Lo que haya sido responsable del ataque al chico de las cejas pobladas fue repelido, temporalmente, por el oportuno ataque de Ten ten, quien con su kunais logró que aquella sombra que se abalanzaba contra su compañero tomará algo de distancia.

—¿Estás bien, Lee? —preguntó la kunoichi buscando con la mirada a sus alrededores.

—Algo herido, pero puedo soportarlo —contestó adolorido por las sangrantes heridas.

—Debemos estar alerta —dijo ella más para sí misma que para su compañero.

Aquellas palabras fueron tan inútiles como sus armas cuando aquella criatura se hizo presente destruyéndolas como si sólo se trataran de simples juguetes. Sea lo que fuere aquella entidad con apariencia humanoide les infundía un temor jamás conocido, tanto Rock Lee como Ten Ten jamás conocieron algo similar. El instinto salvaje que clamaba por sangre y muerte estaba en el aire y evidentemente era proveniente del recién llegado que los miraba fijamente con una aterradora tranquilidad que indicaba que de atacar ellos saldrían perdiendo. Era algo que ambos shinobis sentían como una humillación, ya que en esos momentos sólo deseaban correr sin importar nada, el instinto de supervivencia parecía estar a punto de ganar la batalla contra su sentido del deber. Mas aquel extraño ser les facilitó la elección al quitarle las opciones. El movimiento realizado en contra de los shinobis de Konoha fue rápido, tanto que no alcanzaron a verlo.

Una casi invisible lluvia de ataques que combinaban cortes, patadas y puños se sucedieron contra ellos, en forma similar a como caía lluvia, tan intempestiva y veloz que esquivarla resultaba sencillamente imposible. Ambos jóvenes gritaron del más profundo dolor por el daño recibido, alaridos que hicieron eco en el bosque, retumbando hasta sus confines. Últimas exclamaciones de ambos antes de caer en la inconsciencia por la pérdida de sangre y el lacerante dolor que vencía con facilidad todo el entrenamiento ninja que recibieron para soportar de manera casi inhumana cualquier daño que sus cuerpos recibieran.  Aquella criatura se acercó con lentitud a ellos, pensando o quizás sólo verificando que ambos estuvieran completamente muertos. Cuando de forma repentina un golpe directo a su cara lo hizo retroceder unos pasos.

Naruto, quien había estado recorriendo su área asignada se movió en dirección a donde supuso provenían los gritos de dolor de sus compañeros. Sin detenerse a estudiar terreno o identificar a su enemigo se lanzó al ataque para alejarlo de los inconscientes compañeros quienes ni siquiera eran capaces de intentar huir de la inminente muerte. Pronto cuando los ojos azules estudiaron a detalle aquel oponente frente suyo, no pudo más que abrir los ojos en la más infinita sorpresa. Lo reconocía. ¿Cómo no hacerlo? Aquella imagen de su amigo entregándose al chakra diabólico que le ofrecía la rastrera serpiente que se lo arrebató de su lado.

—¡SASUKE! —gritó intentando captar la atención de su mejor amigo. Sin embargo, sólo recibió como respuesta un leve gruñido semejante al de un animal.

Sorpresivamente el de la larga cabellera dio un ataque directo al rubio, dejándole como única salida defenderse de los ataques usando otros de igual poder. Las habilidades de Naruto habían crecido en ese tiempo y aun así sentía que seguía sin superar a su rival de antaño. Se le veía errático y violento atacando cual animal que siente que su territorio ha sido invadido. Intentó gritar y hacerlo reaccionar con palabras, pero al igual que en sus encuentros anteriores no llegaron a los oídos ajenos, aunque sentía una ligera diferencia. Veces anteriores Sasuke le contestaba, así fuera con explicaciones confusas, excusas que nadie entendía o simples comentarios sarcásticos y burlones. Esta vez no hubo nada de aquello, simples gruñidos salvajes que no dejaban entrever alguna palabra o a siquiera algo similar al lenguaje.

Se mantuvieron enfrascados en una batalla duradera y agotadora, el jinchuriki hasta tuvo que recurrir al chakra del zorro para no desfallecer frente a su oponente. Se negaba rotundamente a dejar ir a Sasuke de nuevo y el demonio disfrutó usando su deseo para liberar aún más de su poder. Tanto tiempo sin saber de su mejor amigo, ahora teniéndolo enfrente no permitiría que se fuera de su lado, no había razón para que continuará manteniéndose aquella infernal distancia entre ambos. Su poder se acrecentó con sus sentimientos egoístas de obtener al otro sin importar qué. Una recreación de su batalla en el valle del fin fue lo que puso final al enfrentamiento actual. Un choque entre el rasengan y el chidori, siendo este último superado por el primero, mandando a volar al Uchiha, quien, herido y cansado, sólo se dejó caer en la oscuridad de la inconsciencia.

El rubio respiraba completamente agitado por el esfuerzo aún conservaba los rasgos en su cara que hacían visible el uso del chakra del zorro demonio. Hizo su jutsu clones de sombras para que auxiliarán a sus compañeros heridos, mientras él en persona se aproximaba a su rival. Uchiha se hallaba inconsciente y herido, aunque esa no era razón para no atarlo, debía llevárselo pronto antes de que despertará e intentará atacarlo y huir nuevamente de su hogar. Tal y como prometió de niño así fuese por la fuerza se llevaría a Sasuke a donde pertenecía y no lo dejaría huir pasará lo que pasará.

 

Unos meses después, Uzumaki reposaba en su cómodo asiento de Hokage portando aquella capa que lo destacaba como tal. Docenas de papeles que debía firmar como parte de su obligación como representante de la aldea se encontraban apilados uno sobre otro en montañas que parecían no tener fin al intentar firmar algunos y ver cómo sin importar cuando leyera y firmara la cantidad que le restaba seguía siendo la misma. Cabeceaba cansado de sus horas en la misma posición que entumecía sus músculos y cuyo aburrimiento de tanto papeleo sólo lo hacía desear dormir un buen rato. En medio de su batalla para que Morfeo no se lo llevara en horas laborales apareció su confiable amigo a rescatarlo del tentador sueño y descanso que sus ojos pedían.

Shikamaru Nara se había convertido en el consejero y mano derecha de su amigo rubio, por lo que tenía permitido tomarse la confianza de golpearlo con un libro para hacerlo reaccionar de su intento de tomar una corta siesta en el trabajo. La cual si llegaba a ser como las que él mismo acostumbraba de pequeño, tardaría varias horas en despertar y eso sólo incrementaría la cantidad de documentos que debería revisar y firmar. Eso a su vez retrasaba al Nara, quien era el que se encargaba de darles una segunda opinión y archivarlos donde correspondiese una vez que estuviera seguro de que no tenían algún error o falla a corregir. Con lo observador que siempre fue el perezoso Shikamaru no era de extrañar que de inmediato notara un corte en la mejilla del Uzumaki.

—Oye, Naruto, ¿qué le sucedió a tu rostro? —preguntó con tranquilidad el Nara.

—¿Ehh?¿Esto? —cuestionó señalando la zona donde estaba la herida.

—Sí, eso r13;afirmó con un leve cabeceo.

—No es nada de qué preocuparse —negó algo nervioso por la mirada que no se despegaba de él intentando obtener algo de información.

—¿Seguro? —cuestionó con duda palpable.

—No hay de qué preocuparse ttebayo —aseguró con una gran sonrisa que de cierta manera lo tranquilizaba un poco.

—¿No habrá sido alguna novia o sí? —sonrió con picardía Shikamaru.

—Por supuesto que no —negó con rapidez el blondo.

—Tranquilo —dijo el del peinado de piña levantando las manos en señal de rendición—. Es sólo que como nunca has salido con chicas, no tienes novia ni nada similar. Al menos que se sepa.

—No me hace falta —afirmó con seguridad.

—Pero seguro has tenido tus momentos ¿no? —soltó el comentario de manera despreocupada— Hay ocasiones donde tienes moretones y marcas pequeñas.

—No tengo novia y jamás la tendré —la seguridad de los ojos azules al decir esto era bastante notoria—. No quiero, ni necesito una.

—Bueno, yo sólo decía —se encogió de hombros el otro—. Yo ya me retiro a mi casa.

—Salúdame a Temari ttebayo —despidió en tono alegre Naruto.

Continuó tan sólo unos momentos más en aquella oficina, el suficiente tiempo como para que nadie anduviera rondando por esos lares. Al estar seguro de que nadie vería el destino ni la ruta que usaba, se encaminó a paso apresurado ansioso de llegar. El Hokage cada día, desde hacía tanto tiempo iba por ese lugar con la única intención de verlo, debía ir a su lado, era una necesidad que apenas conseguía refrenar el tiempo suficiente para atender los deberes de la aldea. De ser posible, quizás permanecería cada minuto a su lado sin importarle el mundo exterior ni nada más. El final de ese camino que usó el rubio lo conducía directamente hasta la prisión de Konoha, pero él no iría a la zona normal donde estaban los criminales de poca calaña. No señor, su destino era ir hasta una celda especial de alto secreto, tan importante que, únicamente él tenía permitido el acceso.

La mirada antes alegre y brillante que todos conocían del Hokage repentinamente cambió a una más fiera su pupila parecía haberse afilado como la de un felino a punto de cazar una presa. Caminó decidido con un porte imponente acercándose hasta una celda poblada de sellos que suprimían el chakra. Allí, entre los barrotes de la celda limitando el espacio de quien se hallaba dentro, estaba a quien deseaba ver Naruto. No conforme con la limitación que representaban los barrotes, aquel estaba limitado por cadenas y sellos. Aún seguía vivo, aunque no fuese algo que se supiera por las personas en general, el secreto más atesorado por su Hokage seguía con vida oculto de todos quienes pudieran dañarlo o alejarlo de su lado.

Sasuke aun transformado por el sello de la maldición era prisionero de quien fuese su mejor amigo. Uzumaki lo sabía, era espantosamente consciente de que tanto el cuerpo como la mente del Uchiha ya no eran las mismas, habían sido absolutamente modificadas por el poder corrupto otorgado por Orochimaru. Aun así, para él seguía siendo Sasuke, su apariencia podía ser diferente, pero era él, ante sus azules ojos, seguía siendo aquel azabache que compartió con él en el equipo 7. Era ese el motivo de su ansiedad por encontrarlo en aquel lugar que destino únicamente para él, donde yacía desnudo a la espera de su visita diaria. La única persona que podía tener contacto con Sasuke era un derecho exclusivo suyo, por eso se acercaba viendo al otro ansioso por su llegada. Tiró de la cadena que adornaba el cuello de su prisionero y lo atrajo hasta su propio cuerpo para acariciar con delicadeza una de sus mejillas alguna vez blanca.

—Hola, Teme —saludó Naruto con una sonrisa torcida.

La corta distancia entre ellos era lo que permitía que distinguieran los rasgos de la cara de quien tenían en frente. La luz escaseaba en aquel recóndito lugar donde el respetable y venerado Hokage dejaba que sus más bajos instintos se liberaran mezclándose con los sentimientos que luchaba por reprimir. Siempre tener que anteponer a la aldea por sobre sí mismo, cualquier deseo era censurado. Con excepción de uno: tener a Uchiha Sasuke para él solo.

Un gruñido ininteligible escapó de los labios de Sasuke, en su estado parecía más un animal salvaje que un humano. Ya no había razonamiento o recuerdos de nada. Sasuke parecía moverse bajo los efectos de sus instintos. Buscaba comida, atacaba a quien intentaba herirlo, todo como si en verdad hubiera dejado de ser humano. Sin embargo, Uzumaki creía lo contrario. Aquel frente a él seguía siendo Sasuke, su apariencia no importaba. Él era Uchiha Sasuke y eso era todo lo que importaba, especialmente por pertenecerle al rubio.

Años persiguiéndolo a sol y a sombra, entrenando hasta sentir que sus huesos estaban a punto de quebrarse por el esfuerzo sobrehumano que hacía para estar a su nivel. Dolor y esfuerzo que al fin traían su debida recompensa: era el Hokage. Su sueño estaba cumplido y con ello acarreaban los beneficios, como tener a su lado a su eterna obsesión:  el último de los Uchiha. Se acercó hasta sus ataduras metálicas y se deshizo de ellas con facilidad.

Intentó besarlo, siendo esquivado por el prisionero que respondió dando un golpe con su mano. Las afiladas y largas uñas de Sasuke dejaron nuevos cortes en la cara del de ojos azules, quien ya tenía algunas marcas de sus encuentros anteriores. En esos momentos, donde el ex-vengador perdía el juicio atacándolo, era cuando Naruto debía ponerse firme con él. Aunque no fuera su culpa no podía dejar que perdiera el poco control que hallaba bajo la sumisión de sus encuentros carnales.

El portador del sharingan se sacudía violentamente haciendo rechinar las cadenas que lo mantenían prisionero. Uzumaki de inmediato lo abrazó con fuerza recibiendo sus arañazos y puñetazos ocasionales. Agradecía infinitamente que el poder del Kyubi lo ayudara a cerrar sus heridas en poco tiempo; de ser una persona normal no sabía siquiera si viviría. Pasaron largos momentos en los que Sasuke gemía y gritaba sin razones aparentes, perdido en su propia mente. Sólo dentro de su psique se podría entender la causa de sus tormentos.

Cuando los movimientos más frenéticos cesaron, Naruto se permitió volver a mirar de frente a Sasuke. Éste se veía más relajado que momentos atrás, sus ojos rojos permanecieron fijos en los azules y luego en la sangre que caía del rostro herido del rubio. Tal y como si fuera un animal curando las heridas de su pareja, sacó la lengua y comenzó a lamer la sangre y las heridas. El Hokage ya conocía ese proceder de su “amigo”. Siempre que en un episodio de perdida de auto control y hería al jinchuriki, Uchiha lamía las heridas a consciencia. Con cuidado pasaba su áspera lengua limpiando los caminos carmesíes que quedaron tras su ataque, mientras el Hokage sólo se limitaba a quedarse quieto y dejarlo hacer lo que quisiera.

Pacientemente esperó a que el otro terminará, nunca había tenido aquella virtud, mas desde que Sasuke estaba allí encerrado por su designio, aprendió a tenerla para poder complacer a su prisionero. Cuando los labios del Uchiha dejaron ensalivadas las heridas que causó, Naruto se permitió usar su mano para mover su mentón haciendo que sus miradas se encontraran. Se sentía un depravado por lo que hacía. ¡Se aprovechaba de que Sasuke no estaba en sus cabales! Y lo peor es que ¡NO LE IMPORTABA! Si debía ser hipócrita y mentiroso para que nadie se metiera entre ellos, eso haría y, de hecho, es lo que venía haciendo desde que lo nombraron héroe por una victoria que no obtuvo.

Sus manos canelas delinearon el cuerpo de piel grisácea. ¿Le repugnaba aquella apariencia? Para ser honesto, no. Lo que le molestaba era que aquella fue la apariencia que usó cuando se enfrentaron en el Valle del Fin. La última imagen que tenía del azabache era la que le otorgó el poder de la marca de maldición. Eso sólo podía relacionarlo con Orochimaru, el hombre que los separó cuando niños. Hervía de cólera al oírlo hablar de Sasuke como si fuese su propiedad, pero ya no más. Ni siquiera el legendario sannin logró obtener a Sasuke por completo. Odiaba saber que el estado del Uchiha se debía a que Orochimaru intentaba controlar su mente. Sin embargo, él sería el ancla del moreno, él permanecía a su lado sacándolo de su tormentosa convivencia con la serpiente.

La mente de Uchiha, se perdía cada vez que Naruto hacía lo propio de sus visitas: besarlo. Capturar sus labios hasta que su mente se perdiera en la lejanía y que sólo se entregara a él sin restricciones o pensamientos absurdos que interrumpieran aquel momento. Era allí y tan sólo por efímeros instantes que el rubio sentía que el verdadero Sasuke tenía esperanza de volver a la normalidad. Cuando en medio de besos apasionados y caricias libres de pudor, el de cabellos antes oscuros lo miraba como en antaño.

Uzumaki no recordaba cuando inicio todo. ¿Cuándo dejó de ser un simple amigo que cuidaba de Sasuke a uno que moría de ansiedad durante horas a la espera de poder tocarlo? No lo sabía y francamente, ya no le importaba. Aquel ser que, temido por todos, considerado un monstruo sanguinario se rendía ante sus besos y gustoso le hacía lugar entre sus piernas. Una vista que lo tentaba y producía efectos casi inmediatos en su hombría. Sus dedos ensalivados por su propia lengua atendieron la rosada entrada que se mostraba dispuesta ante él.

Le había tomado mucho tiempo adivinar y poder afirmar que conocía a Sasuke. Siendo normal era difícil entenderlo con lo cerrado y callado que era, empero ahora que no era capaz de pronunciar palabras y sólo emitía gemidos y chillidos similares a los de un animal, contaba únicamente con su instinto, la práctica y la experiencia para poder complacerlo. Introdujo sus dedos junto a su lengua para prepararlo, aunque ya estuvieran acostumbrados a mantener relaciones sexuales, nunca Naruto dejó de lado los cuidados y los mimos que le daba a su amante previamente a la penetración.

Cuando sintió que aquel ano estaba listo para él, subió su cabeza y pegó su frente a la de Sasuke, entró con lentitud disfrutando del rostro contorsionado de Uchiha, junto a los superficiales cortes que hacia el moreno con sus uñas. Era típico de aquel Teme, meter las manos entre su ropa para dejarle enormes marcas que sin dudas llamarían la atención de todos. Los ondulantes movimientos del rubio crearon una sinfonía de gemidos y alaridos surgidos de la garganta del último Uchiha. Los bajos gemidos de Naruto pasaban casi desapercibidos, pero Sasuke les ponía una especial atención guiándose por ellos para saber cuánto lo disfrutaba Naruto.

La rutina establecida se cumplía cuando sus cuerpos se sentían desfallecer luego del placer que se otorgaban mutuamente. Naruto se retiraba lentamente del interior de Sasuke, pero lo abrazaba contra su pecho con cariño aferrándose a ese cuerpo. Las lágrimas siempre se agolpaban en los ojos azules al pensar que Uchiha no era el de siempre y que su magnetismo sumado a los incontrolables sentimientos que tenían por él eran los que lo impulsaban a quedarse lo más posible con él.

—Aunque no me entiendas, quiero decirte que no dejare de buscar como regresarte a la normalidad —prometió el rubio acariciando la mejilla de un muy cansado Sasuke—. ¿Y sabes por qué lo haré? Porque te amo, y por eso no me importa cuánto tiempo tengo que esperar por ti ttebayo —dijo recibiendo unos leves gemidos de parte de su amante—. Aunque no me entiendas quiero que mis sentimientos te alcancen.

 

Lo hacen y por eso te dejé tomarme aquella vez en que todo comenzó, porque sabía que cuando dijiste que me amabas era real y nunca dejaste de repetirlo”

 

CONTINUARÁ…

 

 

 

 

 

Notas finales:

Todos saben que no soy de pedir reviews pero el día de hoy amor yaoi funcionó mal y según un aviso los reviews de menos de 30 horas fueron borrados, así que si alguien me dejó algun comentario agradecería si lo reenvia. Yo atesoro los que tengo, y no me gustaría que nadie crea que yo los borré o algo por el estilo.

 

Hasta la próxima janne n_n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).