-Y bien –Menciono Sanji algo incómodo, se sentía avergonzado por las acciones de Zoro- ¿A qué se debe todo esto?
-Digamos que se trata de una pequeña celebración. Escucha Sanji, no soy bueno diciendo las cosas y bien lo sabes pero quería que de algún modo supieras que de ahora en adelante vendrán muchas más situaciones peligrosas y como partes de la misma banda debemos cuidarnos entre nosotros, nosotros somos un equipo y siento que es nuestro deber proteger a los demás chicos de la banda. Sanji, es una gran responsabilidad la que llevamos a nuestras espaldas pero pensaba que… -Zoro ahora parecía igual de incomodo que Sanji el momento de entrar en la bodega- si los dos estamos juntos no hay nada ni nadie que pueda detenernos.
-Marimo tonto, ¿Me trajiste hasta este lugar solo para decirme eso?
-Estúpido cocinero, no soy como tú y no puedo decir en frente de todos lo mucho que me importas, necesitaba hacerlo en este lugar.
Parecía que Sanji nunca dejara de sorprenderse de las acciones del espadachín, cada cosa que hacia le tomaba por sorpresa y simplemente no podía ocultar todos aquellos sentimientos que le desataba cada acción producida por Zoro, era obvio que estaba feliz por aquello que estaba haciendo el marimo pero sabía que si se lo demostraba estaría perdiendo. Sanji tomo a Zoro del hombro y lo acerco a sí mismo para besarlo, aún estaba increíblemente cansado pero sabía que esa noche tendría tiempo, tendría muchísimo tiempo para estar únicamente con el otro sin que nada le preocupase.
Zoro aun parecía estar incomodo con la situación y una vez que Sanji lo noto, tomo la botella de Sake y sirvió un poco en los dos pequeños recipientes de color rojo, entrego uno al marimo y lo elevo, entonces le pregunto:
-Sé que estas cosas no están aquí por causa del azar Zoro, ¿Podrías explicarme la razón por la cual vamos a brindar?
-Ah sí, Sanji –de un momento para otro, el marimo se tornó totalmente serio- Este Sake es para simbolizar una alianza, a partir de ahora yo voy a cuidar de ti, de los demás miembros de la tripulación y del Merry.
-Bien, estoy de acuerdo con ello. Sobre nosotros recae la responsabilidad de cuidar de los demás pero aún más importarte, en mi recae la responsabilidad de cuidar de ti Zoro.
Ambos chocaron las copas y bebieron todo el contenido de las mismas. El espadachín salto sobre el cocinero y lo apreso en sus brazos, aquel abrazo era fuerte le permitía a Sanji respirar con total tranquilidad, se sentía protegido. Aquel abrazo le transmitía más sensaciones que cualquier otra cosa, en ese momento sentía que solo quería estar de ese modo con el marimo, solo quería permanecer entre sus brazos los cuales le transmitían una increíble calidez. Pensó en lo extraño que era sentirse así por un hombre pero simplemente lo acepto, ese día habían quedado unidos por un vínculo mucho más fuerte que la simple camaradería.
-Quiero sentirme así de protegido por siempre…
Zoro tomo aún más fuerte a Sanji, no era la primera vez que sentía aquello, que se sentía de ese modo, sentía que si lo soltaba le iba a perder para siempre. Sus manos que antes se encontraban inmóviles tomaron el dorso de Sanji, Zoro quería sentirlo por completo, esta vez sin ninguna excusa, sin vacilaciones, solo ellos dos sin nadie que los molestara, era como si solo ellos dos fueran importantes. Que ideas más inocentes mantenían aquellos dos amantes en la oscuridad que les proporcionaba la noche y la tenue luz de las velas que estaban en aquella sucia bodega del barco.
Por primera vez desde que tenían aquellos encuentros casuales, Sanji quiso ser quien tomaba totalmente el control de la situación así que tumbo a Zoro sobre la colcha que estaba en el suelo y se subió sobre el causándole una sonrisa al espadachín, el cocinero apenas si pudo notarlo con la tenue luz proveniente de aquellas velas que para aquellos momentos ya estaban terminando su ciclo de vida. De forma lenta y despreocupada Sanji elimino todas las prendas de ropa que llevaba Zoro en su dorso y comenzó a besarle, sintiendo aquella piel dura y áspera llena de cicatrices de guerra, quería al igual que el otro, sentirlo todo, recordar cada parte de su cuerpo con el tacto. Zoro simplemente no lo soporto más y sin ningún rastro de delicadeza quito la camisa de Sanji tan fuertemente que algunos botones salieron rodando por todo el suelo, el rubio en lugar de enojarse sintió como su libido aumentaba, y bajo su mano del pecho de Zoro pasando por su vientre hasta llegar a su entrepierna solo para sentir lo que era obvio, la gran erección del otro que buscaba ser atendida, bajo ligeramente aquel pantalón desgastado para poder tener total control del otro, el marimo se limitó en ese momento a ser atendido por Sanji.
Sanji comenzó a masturbar a Zoro primero de manera lenta pero luego aumentando considerablemente su ritmo, le gusto tener el poder sobre aquel hombre y más cuando comenzó a escuchar aquellos sonidos que Zoro trataba de ocultar en el fondo de su garganta, cuando el cocinero sabía que el otro no aguantaría mucho más tiempo sin venirse comenzó a masturbarlo aún más fuerte, cosa que Zoro no pudo permitir ya que tomando a Sanji por la cintura lo levanto un poco para poder sentarse entre las piernas del rubio, en un rápido movimiento de manos propio del espdachin despojo a Sanji casi por completo de sus pantalones y lo dejo tan indefenso que sintió como el cuerpo de su amante se erizaba por una corriente de aire fría que entraba por una pequeña abolladura de la bodega, simplemente se negaba a que Sanji tomara por completo el control de la situación.
Zoro tomo a Sanji como este lo había tomado hasta hace solo un momento, ambos estaban en ese vaivén por demostrarle al otro quien era mejor, quien tardaba más en venirse, Sanji intento tomar ventaja y acercando sus labios al cuello de Zoro puso su aliento cálido sobre el mismo antes de morderlo, entre todo el sudor y las respiraciones entrecortadas el espadachín termino primero algo sorprendido por las acciones de Sanji. En ese momento la bodega se encontraba en total oscuridad ya que todas las pequeñas velas habían llegado a su fin así que solo quedaba el sentido del tacto para saber en qué estado se encontraba el otro. Sanji no tardo mucho más en terminar. Ambos se recostaron sobre aquella colcha en el suelo, compartían el sudor, sus esencias y sus alientos se entremezclaban en pequeños besos ocasionales, les costaba bastante respirar.
Ambos cayeron dormidos cuando los primeros rayos del sol atravesaron las ventanas del Merry, en esa noche se habían jurado protegerse y habían sido presas de la pasión insaseable del otro, intentando siempre dominar al otro, Sanji pensó que había sido muy divertido pero simplemente no podía dejar de pensar en las veces en las cuales había estado a total merced de Zoro y de cómo eso le excitaba aún más, ¿podría un día de estos consumarse todo ese amor? Sanji era un caballero y la mera idea le aterraba demasiado, el hecho de tener a Zoro dentro de él se veía como una idea tentadoramente descabellada que rondaba por su cabeza pero que no hacía nada más que asustarle demasiado, por el momento se dejó envolver por los brazos de Zoro y cayo profundamente dormido.
Zoro sintió el barco entero estresarse, al darse cuenta ya era de día y se encontraba completamente solo en la bodega ¿En dónde carajos estaría Sanji? Al darse cuenta, su ropa estaba perfectamente doblada en el suelo, no quedaba restos de la botella de sake ni de las pequeñas velas de la noche anterior. El espdachin se vistió lo más rápido posible y al salir a la cubierta se encontró con que casi habían sido arrollados por un tren ¿Un tren en el medio del océano? Le costaba creer lo que estaba pasando, le costaba bastante creer lo que había acabado de ver pero al preguntarle a Nami la situación, ella confirmo lo que el marimo acababa de ver.
Después de la extraña situación, la tripulación del sombrero de paja conoció a Kokoro, un amable ancianita y a su nieta Chimney, un pequeña niña con un conejo de mascota. Kokoro rápidamente les explico sobre el Umi Ressha y aunque inicialmente les costó entender el concepto de un tren que viajara por el océano rápidamente se hicieron a la idea de que finalmente se encontraban en Grand Line y cosas así no debían ser poco comunes de ver, la tripulación había llegado entonces a Water Seven, la ciudad de los astilleros, el lugar perfecto para poder reparar al Merry y con una carta de recomendación de la anciana Kokoro para reparar el barco, los tripulantes del sombrero de paja se instalaron en la ciudad.
Durante toda la mañana A Zoro le fue imposible hablar con Sanji, seguía sin saber muy bien que había pasado durante la mañana, no estaba de muy buenos ánimos ya que eso le había arruinado completamente la mañana, aun así encontró el momento perfecto para hablar con cuando les encomendaron cuidar el barco mientras los demás se adentraban en la ciudad del agua.
-Y bien Sanji, estaba mañana desperté y me encontraba completamente solo.
-Bien sabrás marimo de mierda –menciono Sanji exhalando el humo de su cigarro, parecía algo irritado- Que tengo ciertas responsabilidades en este barco, debo encargarme de la cocina y eso es lo que hice esta mañana.
-Es una lástima que no te quedaras conmigo un poco más ero-cook, tenía muchas cosas que deseaba hacer contigo.
Sanji callo un momento, pensó en el tono tan socarrón que Zoro tenía decir las cosas, de cómo le irritaba a sobremanera esto en el espadachín pero como al final termino gustándole hasta su modo de decir las cosas, Sanji realmente no estaba molesto y de hecho se alegraba de estar a solas nuevamente con el espadachín, tiro el cigarro por la borda y se acercó lo suficiente a Zoro como para susurrarle algo al oído.
Zoro retrocedió un paso y miro a Sanji a los ojos por uno segundos antes de voltear la mirada, estaba algo nervioso y desconcertado, le volvió a mirar fijamente para encontrarse con una mirada llena de pasión; el marimo se estaba acercando al cocinero cuando de repente el Merry estaba rodeado por un grupo de extrañas personas vestidas con overol… algunos ladrones supusieron ambos. Aquellas extrañas personas amenazan a Zoro y a Sanji pero a ambos no les cuesta mucho trabajo repelerles, solo se trataba de un grupo bastante débil, aun así y debido a esto ambos debes mantenerse alerta debido a que el Merry puede estar sujeto a mas futuros ataques.
Zoro estaba molesto ya que esos debiluchos que ni siquiera habían dado una buena pelea le habían quitado la posibilidad de estar con Sanji… y ese modo más aun después de lo que le había susurrado.
Las cosas en Water Seven iban demasiado rápido incluso para el ajetreado ritmo al cual estaban acostumbrados seguir los Mugiwaras, en tan solo una tarde les habían robado, habían intentado saquear el Merry y Robin había desaparecido, ese tipo de cosas no dejaba demasiado tiempo para sus vidas privadas pero aun peor… el mismo grupo de personas que habían intentado saquear el Merry habían golpeado fuertemente a Usopp, cosa que la banda no pudo permitirse dejar así, por lo tanto fueron a defender su honor y a recuperar lo que era suyo, aun así nada los había preparado para una de las cosas más duras durante todo su viaje, darse cuenta de que el Going Merry no podría seguir navegando y que por lo tanto este sería el fin de su aventura. Aquella noche, Luffy peleo contra Usopp y ni Sanji ni Zoro pudieron hacer algo para evitarlo, los ánimos estaban por los suelos y no había tiempo para sus juegos, aquella noche la banda de los piratas del sombrero de paja perdió a uno de sus tripulantes, el cocinero y el espdachin sentían que le habían fallado a su promesa de cuidar a todos los miembros de la banda, ellos habían fallado.