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Habitación 271 por Nicole Prince

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Capítulo 4: Perro verde.

 

Narrado por Law

 

Duele, joder, duele mucho.

¿Qué pasa?

¿Dónde estoy?

A pesar del dolor intento abrir los ojos. Pero joder, duele. El solo intento hace que me lloren los ojos, así que me doy por vencido de momento e intento recordar…

Lo último que recuerdo es la clase de Taekwondo, la rabia, la frustración y ahora mismo, me siento estúpido. Yo, el que siempre se jacta de su autocontrol ¿qué me pasaba?

¡¡El último golpe!! Ahora recuerdo, me dio de lleno, estaba demasiado cansado para esquivarlo y luego… luego la nada. Ahora sí, abro los ojos muy lentamente intentando obviar el dolor que me atenaza. Como ya había supuesto, estoy en la enfermería, un lugar deprimente si me dejáis añadir ¿por qué todo blanco y gris? Es horrible. Así lo único que deben conseguir es o que los pacientes se depriman o que se curen más rápido solo para poder salir de ahí.

Intento incorporarme lentamente pero veo algo que de haber estado de pie, me hubiese hecho caer de culo. ¿Kid? El pelirrojo está medio acurrucado en una butaca, al lado de la camilla en la que yo estoy acostado. Digo, ‘medio acurrucado’ porque es demasiado grande para poder acomodarse entero, no tiene que estar ni cómodo ahí ¿Qué demonios debe de hacer aquí, por cierto?  En esa pose y así tan dormido, incluso podría llegar a inspirarme algo de ternura.

 

Narrado por Kid

 

Joder, puto sillón ¿es que no tienen nada para personas de un tamaño más grande? A veces pienso que Killer tiene razón y solo sé quejarme… luego me lo pienso dos veces y me doy cuenta de la tontería que eso es. Killer no puede tener razón.

Mientras estiro mi entumecido cuerpo intento recordar todo lo que ha pasado esta mañana… Aun me siento como en shock, sigo sin creerme que todo aquello ocurriese por una simple patada. Fue mezcla de mala suerte y, para que negarlo, me excedí con la fuerza que le puse al golpe, todo eso hizo que Trafalgar al caer se diese un gran golpe contra la pared, podría haberse desnucado… ¡Por un momento creí que se había desnucado! Había sangre por todas partes… gracias a Dios, el doctor dijo que había sido un fuerte golpe y que eso, unido a la mala alimentación del joven, había causado un jaleo más grande aun, pero se recuperaría con un poco de descanso.

Nunca lo habría pensado ¡mala alimentación! ¿Cómo un tipo que estudia medicina puede ser tan descuidado? Según lo que le dijo el doctor en los años pasados tuvo que atenderlo varias veces porque el muy idiota ‘se olvida de comer’. Ahora mismo lo rebanaría en trocitos… si no estuviese tan preocupado. No soy un monstruo, por mucho que algunos piensen que sí. Aun en mis pensamientos dirijo mi mirada hacia su camilla y… ahí está observándome con los ojos como platos.

 

Cambio de narrador

 

Los dos muchachos se observan fijamente sin saber que decir. Law, por una parte, aun está aturdido y no acaba de comprender qué es lo que ocurre. Kid, por su lado, se siente un poco avergonzado por haber sido pillado desprevenido.

 

-Ehtoh…- Kid empieza a sonrojarse profundamente y el hecho de que Law no diga palabra no ayuda en absoluto.

- ¿Qué haces aquí?- le pregunta finalmente el moreno.

- “¿Qué haces aquí?, no ¿qué hago aquí?”- Eso le molesto bastante al pelirrojo quien no sabía que decir.

- Pss… te golpeaste la cabeza, muy fuerte.- Intento explicar comenzando a irritarse, pues el otro seguía mirándolo desde la camilla como si fuese un perro verde.- No me mires así, joder.

- Eso lo sé-

- Bien, el médico dijo que a lo mejor no recordabas algo, que podrías tener una ligera conmoción. También te dejó ahí una bandeja, para que comieras al despertar.- cada vez el pelirrojo gruñía mas.

- No tengo hambre gracias- Law ni si quiera se molestó en echarle una mirada a la bandeja de comida.

- Come, acabas de sufrir un golpe muy fuerte en la cabeza y un poco de comida te haría bien.- Kid no pensaba sonar tan brusco, pero al fin y al cabo es su forma de ser.

- No- simple y llano, Law no pensaba comer y menos pensaba permitir que ese tío le diese órdenes.

- ¡¿Qué no!? ¿ACASO NO TIENES UN POCO DE CABEZA, ENANO DELGADUCHO? A LO MEJOR SI COMIESES MEJOR NO ESTARIAMOS EN ESTA SITUACION, PORQUE CLARO…- Lo siguiente fue completamente ininteligible a oídos del enfermo, quien por primera vez en toda la conversación había perdido la compostura. Mientras, Kid sin darse cuenta de la expresión del moreno, seguía refunfuñando por lo bajini.

- Me… ¿me estas echando la culpa?- Law seguía sin creérselo.

- ¡Come!- le dice Kid finalmente poniéndole una bandeja en el regazo.

 

Esta vez Law decide hacerle caso, pero no porque hubiese decidido seguir esa orden, ni mucho menos porque tuviese hambre. Si no porque la expresión del pelirrojo, unido a su cara que parecía querer competir con el color de su pelo, le estaba haciendo mucha gracia. Poquito a poco y mordisco a mordisco Law consiguió terminarse lo que para él era una gran bandeja de comida.

 

- Yah tah- le dijo al pelirrojo con boca de niño chiquito y una sonrisa también un tanto infantil.

- Bien – Kid le cogió la bandeja y la dejo en la primera repisa que tenía a mano, sorprendido por la cooperación del mayor.

- Y dime, Kid… ¿desde cuándo te preocupas taaaanto por mi?- le pregunta el moreno con una de sus típicas sonrisas ladinas y poniendo énfasis en el ‘tanto’.

- No lo hago.-

- SÍ-

- No-

- Sí-

- He dicho que no, maldito enano- Law disfrutaba haciendo enfadar a ese gigante con temperamento infantil.

- Bebé- esto último dicho con una gran sonrisa de satisfacción.

- ¿¡Pero cómo te atreves!?- Kid ya estaba por agarrarlo a golpes cuando recordó que el otro estaba herido y, quiera aceptarlo o no, en parte el tenia la culpa.- Me tengo que ir a clase ahora, cuando termine volveré a verte y más te vale hacer todo lo que te digan.

- Claro, Eutass-ya, aquí estaré- Trafalgar acompaña esta frase con una sonrisa angelical.

 

Eutass no sabía que le daba peor espina, si la sonrisa angelical del moreno o su cooperación tan tranquila. El infierno se congelaría el día en que Trafalgar Law aceptase una orden de nadie, y menos aun de él. Y tal y como Kid había imaginado, aun no había terminado de cerrar la puerta cuando Law ya se había levantado y empezado a recoger sus cosas.

Y la tarde pasó para uno y para otro, concentrados cada uno en sus cosas. Kid empezó las clases con tranquilidad, junto con su gran amigo Killer; un rubio, algo extraño, pero que le había demostrado una y mil veces que podía contar con él en sus peores momentos. Y Law por su parte… se tiró horas y horas, leyendo algunos de sus libros favoritos de medicina con un gran termo de café al lado.

Todo hubiese sido de lo más normal de no ser porque no llegaban a concentrarse del todo, había algo que rondaba por sus cabezas pero no tenían claro por qué. Law por su parte, no podía evitar pensar en lo extraño que era ese pelirrojo con el que tantos problemas habían tenido, solo llevaban dos días en esa habitación y el mundo parecía estar dando vueltas de campana. Kid por otra parte, no dejaba de preguntarse si el moreno le habría hecho caso y estaría haciendo reposo… ¿habría merendado algo, un snack aunque fuese? Y a la vez se reprendía mentalmente por esto ¿qué coño le importaba a él?

 

 

En la habitación 271

 

Trafalgar Law hacía rato que había dejado de intentar concentrarse en el libro que aun sostenía en las manos. Le dolía errores la cabeza, así que después de darse una ducha y cambiarse la venda, se había metido en la cama con unos pantalones de chándal viejos pero muy cómodos con la intención de tomarse uno de los analgésicos que le habían recetado. Se insultó mentalmente cuando se dio cuenta que se los había dejado en la sala de enfermería. Así que simplemente se tiró bocabajo en su cama, rogando a Dios que le permitiese dormir.

 

- ¿Tora?- una voz infantil le llegó desde la otra parte de la puerta. Un toque. Dos. Nadie contesta.- Mmmmmmm ¿Torao? ¡TORAO!- Luffy empezaba a desesperarse- Torao no puedo entrar en mi habitación…- Pero Law estaba demasiado cansado, demasiado dolorido, demasiado dormido.

 

Así que Luffy se quedó sentado delante de la puerta 271, con unos morros que le llegaban hasta el suelo y esperando ver aparecer a su amigo, quien siempre le sacaba de apuros como este. Y el tiempo pasó… y se quedó dormido.

Y así se lo encontró Kid cuando volvió de las clases, dormido y apoyado en el quicio de su puerta. Le hizo gracia la extraña postura en la que estaba el pequeño, de piernas cruzadas, con los codos sobre las rodillas y la cabeza sobre las manos ¿Cómo puede ser que alguien duerma así puesto?

 

- Oe, despierta niño- con la punta de las deportivas le empujaba suavemente, o al menos lo que para Kid era suavemente.

- Auch…- Luffy estaba un poco desorientado y bastante dolorido, realmente esa postura no era nada cómoda y el suelo menos aun.- ¡¡Kiddy!! Menos mal que estas aquí…-

- ¡Oye! Suéltame.- Luffy se había agarrado a su pierna con alegría y fuerza.

- Torao no conteeeeesta- Luffy hacia pucheros tristes, aun agarrado a su pierna.

- ¿Torao? ¿Quien coño es Torao?-

- ¡¡El!! No seas tonto, Kiddy ¿Quién va a ser?- Finalmente Kid acabó por entender que hablaba de Law y mentalmente se lo apuntó para cuando necesitase reírse un rato del moreno.

- ¿Qué te pasa?-

- Ehtoh… no puedo entrar en mi habitación…- Luffy había cambiado sus pucheros de tristeza por una sonrisa divertida.

- ¿Por qué? ¿Has perdido la llave o algo?-

- ¡Ven, te lo mostrare!

 

Sin esperar si quiera respuesta por parte del pelirrojo, el activo pequeño agarra a Kid de la mano y lo arrastra con él. Sin saber cómo Kid se ve obligado a correr por cantidad de pasillos esquivando a los pobres desgraciados que se encontraba por su camino. Finalmente Luffy se para delante de una puerta: habitación 578.

 

- Esta es-

 

La cara de Kid era un poema. No sabía cómo pero el pelinegro se las había arreglado para partir por la mitad la llave de su habitación y ahora le mostraba sonriente la mitad que aun tenía en la mano mientras Kid observaba la otra parte que aun seguía en la cerradura. Pero no solo eso, sino que estaba bastante claro que el menor, en un supuesto intento de abrir su puerta, la había intentado forzar de mil formas, incluso había dejado profundas marcas en la madera.

 

- Dios bendito… ¿Cómo has hecho esto?

- No sé…- la cara de Luffy era pura confusión- A veces me pasa shishishi-

- ¿Y ahora qué?-

- No sé, normalmente es Torao quien me ayuda con esto peroperopero no contesta- Al recordar que Law no le había abierto la puerta, el pelinegro volvía a hacer tristes pucheros… que derritieron un poco el corazón de Kid. Repito, un poco, tampoco nos emocionemos.

- Bueno, vente conmigo, llamaremos a recepción desde nuestro cuarto.

 

Ahora de una forma más relajada ambos muchachos volvieron a la habitación de Kid y Law. Durante el camino, el joven pelinegro le contaba a Kid su día y cómo había llegado hasta esa situación. También le habló de Law, de su carrera y de sus amigos. Eutass lo escuchaba entre divertido y estupefacto.

A primera vista Luffy parecía un joven bobo y atolondrado, pero fijándose bien, Kid pudo comprobar que lo que había tomado por estupidez era todo sinceridad, amabilidad e inocencia. Era un chico increíblemente activo y bastante divertido.

De todas formas ¿cómo había llegado a llevarse este joven con Trafalgar? No podían existir dos jóvenes más diferentes.

Una vez de vuelta en la habitación del pelirrojo, entraron los dos lentamente. Kid para no molestar al moreno y Luffy imitando a su nuevo amigo pero sin entender nada.

 

 

Narrado por Kid

Intenté entrar en silencio y con cuidado, realmente no sabía si el moreno estaba ahí o seguiría en la enfermería.

 

- “Si… claro…”- pensé irónicamente.

 

Y ahí estaba él, tirado en su cama, bocabajo y sin camiseta. Sin necesidad de acercarse mucho, Kid notó que el muchacho llevaba el pelo aun húmedo y el olor a su champú aun estaba en el aire. Vaya idiota. Seguro que no había hecho caso a ninguna de las indicaciones del médico.

 

- ¡¡TORAO!! ¿Qué le pasa?- Luffy se había asustado al ver la venda en la cabeza del moreno.

- Shhhh- intenté hacer que no gritase pero era tarde, Law ya estaba despierto en menos de un segundo. ‘Sueño ligero’ me apunté mentalmente.

- ¿Luffy-ya? ¿Qué haces aquí?-

- Torao ¡no sabes lo que me ha pasado! ¿pero qué te ha pasado?- Puro caos, como siempre. Vi como el delgado moreno se iba incorporando lentamente y con cuidado, se veía que aun le dolía.

 

Me ardían en la boca las ganas de decirle que tuviese cuidado, que tenía que cuidar esa herida. Pero decidí que por hoy, ya había traicionado bastante mis principios. Así que me fui a duchar, el día había sido muy largo y sentía los músculos de mi espalda agarrotados y el resto del cuerpo pesado y muy cansado.

Mientras cogía mi toalla y neceser pude oír como el pequeño le contaba la increíble historia que me había contado a mí antes y al girarme un poco para ver la expresión del moreno, me sorprendió ver como lo miraba con cariño y comprensión. Me costaba creer que este era el Law que tanto disfrutaba sacándome de mis casillas.

Pero nada en toda esa escena fue suficiente para avisarme de la situación en la que me iba a ver envuelto cuando saliese de la ducha.

Aun en toalla y con la piel húmeda, salí tranquilamente de la ducha sin esperarme que el pequeño torbellino me atacase sin piedad saltando sobre mí.

 

- ¡¡Kiddy!! Que me quedo a dormiiiiiiiiiiiiiiir-

 Mi cara era pura sorpresa pero mi sorpresa fue mayor cuando el muy insensato se agarró de mi en la emoción del momento, arrastrando tras de sí la toalla. No hubiese sido para tanto, pues los tres somos hombres, si no hubiese visto la mirada de lujuria que me dirige Law antes de que me dé tiempo a ponerme la toalla de nuevo.

 

- Shishishi, lo siento Kiddy- sentí mi cara enrojecer completamente.

 

Esta noche va a ser muy larga.

 


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