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¿QUÉ ONDA CON ESE DUENDE? por patjes

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Notas del capitulo:

2/3

KyungSoo regreso a su casa después de despedir a Sangchu, solo quería acostarse y dormir, pero su intento fue corrompido al escuchar el timbre, se levantó de mala gana y abrió la puerta.

-Hola, KyungSoo – le saludo amable JunMyeon – Supe lo de Sangchu, me lo contó ChanYeol, y bueno… lo lamento mucho – no supo que más decir, solo vio el asentimiento del bajito – Te traje tu café y pastel.

-Gracias, JunMyeon – era verdad que deseaba estar solo, pero JunMyeon siempre había sido amable con él, no podía simplemente correrlo.

Antes de decir más, escucho nuevamente el sonido del timbre. Abrió pensando que sería su vecino, pero en cambio observo a un tipo con un gorro rojo tejido, una playera manga larga, roja con rayas azules, vaqueros y unos zapatos que terminaban en punta y un pompón en el.

-Hola, Do KyungSoo – le sonrió dejando ver unos adorables hoyuelos.

-¿Tú quién eres y como es que me conoces?

-Zhāng Yìxīng – dijo con un tono extraño - Tu duende, pero puedes llamarme Lay – extendió la mano con parsimonia, gesto que Kyung respondió con cierta desconfianza – Ahora, déjame decirte que eres el afortunado ganador del sorteo que se llevó a cabo en la tienda “Peter Pan” y sé que se supone que era Santa el que tendría que venir a cumplir tu deseo, pero está ocupado y me ha mandado a mí para escuchar tu deseo.

-¿Eh? – seguía confundido, ¿Peter Pan, duende, acaso era la tienda en donde había ido con ChanYeol? – Yo ni siquiera di una dirección, ni compre nada como para que tengan mis datos, así que es mejor que te vayas o llamare a la policía.

-KyungSoo, yo solo he venido a escuchar tu deseo, podemos cumplirlo, lo que sea, solo dime – le explico con calma.

Kyung rió sarcástico – Yo no creo en deseos mágicos ni nada, solo necesito estar solo.

-Estoy seguro que eso es lo que menos quieres, sé que odias la soledad.

KyungSoo boqueo intentando excusarse – Yo… - se detuvo y suspiro.

-Anda KyungSoo, confía, dime que deseo quieres.

-No pueden cumplir mi deseo – soltó con un poco de molestia sin percatarse que JunMyeon salía probablemente del baño y tampoco noto la mirada conectada de ambos chicos al verse por primera vez – si es verdad que puedes cumplir lo que sea, regrésame a Sangchu, a mi amigo – Lay se encontraba divagando entre la mirada de JunMyeon – Que venga hasta mí y me haga compañía – solo escucho parte de lo que le decía el bajito.

-Sí, claro – ¿había dicho compañía, quería un novio? Bueno solo quedaba preguntarle cómo le quería - ¿Cómo es?

-Color chocolate, grande, de ojos bonitos, pelaje brillante, bonita sonrisa, amoroso y fiel.

-Por supuesto, tenlo por seguro – le dijo sin mirarlo y entonces se percató de a quien veía – Bueno me voy, pronto vendré con tu regalo adelantado de navidad – hizo una reverencia de despedida a Kyung y después miro a JunMyeon del cual se despidió agitando la mano y caminando hacia atrás, hasta que en un descuido tropezó con algo y cayo, se levantó de inmediato y siguió con su despedida al chico rubio de bonita sonrisa.

-¿Qué onda con ese duende? – pregunto a su amigo, pero noto que este parecía idiotizado – JunMyeon – le llamo y este despertó de su ensoñación.

-Bueno, Do, tengo que irme – y eso le pareció raro porque nunca le había llamado Do y porque prácticamente salió corriendo.

 

Habían pasado días y nada sucedía, creyó que era muy estúpido por esperar que le devolvieran a su amigo. Solo faltaban 10 días para navidad y estaba seguro que sería un día solitario como todos los demás aunque más deprimente.

Estaba en su computadora tratando de terminar su novela cuando escucho un ruido en su sala, tomo el bate de béisbol y salió a hurtadillas, la sala estaba a oscuras pero vio una sombra no muy lejos, prendió la luz y estuvo a punto de golpear al intruso hasta que noto nuevamente el gorro rojo tejido.

-No, no, por favor no me mates – le suplico el supuesto duende que lo visito hace días – Aun soy bello y joven, solo tengo 150 años…

-¡De acuerdo, ya para! – El duende guardo silencio y se lo quedo viendo - Pero ¿Co… Como entraste aquí?

-Con magia – le dijo como si nada – Te traje tu regalo navideño – y entonces dejo ver una enorme caja de regalo.

KyungSoo sintió su corazón latir con fuerza ¿De verdad había regresado Sangchu? El duende le invito a acercarse y con las manos temblorosas jalo el listón rojo y vio como las puertas de la caja comenzaban a abrirse, sintió una gran emoción, parecía que las paredes caían tan lento, pero pronto cayeron al mismo tiempo levantando un poco de polvo que le hizo cerrar los ojos.

-Sangchu – dijo con los ojos aun cerrados, de a poco abrió los ojos y… - ¿Pero qué…?

No, no, no podía ser cierto, miro con enojo al duende quien aún sonreía esperando una respuesta verbal.

- No fue fácil encontrar todos los requisitos, viaje lejos, pero es lindo, valió la pena ¿Verdad que es como lo querías?   – pregunto con la sonrisa más grande.

-¿Qué rayos te pasa? ¿Quién…? – miro más de cerca y observo a un chico de tez morena clara, cabello castaño, camisa verde y pantalones de tirantes, dormir plácidamente en el medio de lo que fue la caja.

-No hagas tanto ruido, fue cansado para él, llego de otro planeta, pero es igual de humano que tú.

-¿Y por qué lo trae aquí?

-Porque tú lo pediste – le dijo brincando emocionado.

 KyungSoo nunca había conocido persona tan extraña y peculiar.

-¡Claro que no! – grito y escucho un ruido de reproche que venia del chico en la caja, este se removía estirando sus piernas y brazos y empezaba a abrir los ojos – tomo del brazo al duende y lo llevo a su recamara – Escucha bien, duende despistado, no fue lo que yo te pedí, así que llévatelo y no vuelvas a aparecer por aquí – le dijo con enojo.

Lay comenzó a hacer una serie de pucheros que le resultaban endemoniadamente tiernos, parecía como si fuera a llorar – Lo siento – y las lágrimas llegaron.

-Oye, no llores – trato de calmarlo – Está bien, pero llévatelo.

-No puedo hacer eso – lloro más fuerte y con desesperación, Do no sabía que hacer – Si descubren que me he vuelto a equivocar no me dejaran salir del polo norte y entonces no volveré a ver a JunJun y… - más llanto y mocos – no quiero dejar de verlo, él es bonito.

-¿JunJun?

-JunMyeon.

Ahora entendía la prisa de su amigo – Oye, lo siento enserio, pero no puedo tener a un chico viviendo conmigo, ni siquiera lo conozco.

Lay lloro más fuerte – Pero… - sorbió su nariz - Él es lindo, te va a agradar, por favor, por favor – se tiro al suelo, continuo llorando y pataleando tal cual un niño con una rabieta.

KyungSoo ya no aguantaba más llanto – ¡Esta bien! – grito hastiado.

-¿De veras? – se levantó rápido y sonrió tierno mostrando sus hoyuelos.

-Pero solo hasta que puedas llevártelo sin que te regañen o te castiguen.

Salió un puchero de sus labios – De acuerdo, deja que se quede contigo, yo vendré por él una vez acabe navidad, para entonces SooMan ya estará durmiendo y no se enterara.

-¿Quién es SooMan?

-Santa – se tapó la boca – Olvida eso quieres, se supone que es un secreto. Bueno vamos a que te presente con él chico.

En la sala encontraron al chico sentado frotándose los ojos en un gesto que KyungSoo creyó tierno, pero no, no podía permitirse pensar eso.

-KyungSoo, te presento a JongIn – el chico se levantó y observo que era alto, no tanto como su agigantado vecino, pero si le sacaba varios centímetros.

-Hola – le sonrió y pudo ver la blanca y hermosa dentadura.

Se sonrojo un poco – Hola ¿Tienes hambre? – fue lo que se le ocurrió preguntar.

-Mucha, fue un viaje largo.

Lay se marchó agradecido de no ser delatado por su distracción y KyungSoo se quedó solo con el chico quien prácticamente devoro sus alimentos, después de eso no sabía que decir, todo quedo en silencio, hasta que decidió mostrarle donde dormiría, el sillón, pues no tenía más cuartos, a JongIn no pareció importarle y de hecho parecía feliz, no entendía porque.

-JongIn ¿y tu familia?

-No tengo.

-¿Y que hacías antes de venir aquí?

-Nada realmente – KyungSoo lo vio extrañado – No tenía un propósito, estaba solo en mi mundo, no podía compartir con nadie allá y la verdad era demasiado triste no tener con quien hablar, así que cuando Lay llego a ofrecerme venir a la Tierra, acepte sin pensarlo, creo que aquí es más divertido, además todos celebran navidad y esa es mi fecha favorita, con muchos colores y regalos, abrazos, chocolate caliente y la grata compañía de amigos – se detuvo un momento y miro a los ojos al bajito - ¿No crees que la navidad es hermosa?

Se pensó que decir para no dañar al chico - No, no lo creo, yo creo que es solo un día fabricado para generar ganancias a las empresas con la tonta excusa de reunirse entre familias, más bien pienso que si quieres reunirte y desear cosas buenas a otros puedes hacerlo cualquier día y no solo en navidad, además todo es más caro, lo que afecta en gran medida mi economía - bueno lo intento.

El chico lo miro sorprendido - ¿Entonces… no habrá navidad en tu casa?

-No, como ves a mí no me gusta gastar luz en foquitos multicolores y tampoco me gustan las decoraciones de ese barbón o de los renos, no, eso no es lo mío.

JongIn bajo la mirada tratando de ocultar su decepción – Ya entiendo, lamento molestarte, solo es que… nunca había festejado la navidad y quería celebrarla desde este año, pero bueno, podremos hacerlo juntos el próximo año.

-¿Qué? – ahora recordaba que nadie le había dicho al chico que tendría que regresar a su hogar una vez pasara navidad – JongIn, lo que sucede es… Tú… Bueno. Tu regresaras a casa una vez termine navidad.

-¿A casa? ¿Nos mudaremos?

-Pues… no, solo tú. Regresaras a tu hogar – JongIn a simple vista parecía ser un tipo rudo y grande pero con esas palabras lo vio tan pequeño y desprotegido que se sintió culpable – Yo de verdad lo siento, pero no puedo tenerte aquí conmigo.

-Trabajare duro, puedo conseguir un empleo y tratarte bien, se hacerlo, lo he leído, puedo formar lazos, seré el compañero que pediste.

-JongIn, perdóname, pero aun así no puedes quedarte conmigo, yo soy un alma solitaria, no me gusta compartir con nadie mi espacio, además soy huraño y enojón, así que por favor no digas más.

Observo al chico levantarse y dirigirse al sillón – Esta bien, no te molestare más con eso, me iré cuando sea necesario.

Ahora se sentía culpable, atormentado e idiota. Igual y si hacia cosas por JongIn no se sentiría tan mal – Haremos navidad, cocinare lo que más te guste ¿Qué te parece eso?

Los ojos de JongIn se iluminaron un poco – Bien, me gustaría pasar una navidad acompañado ¿Podemos adornar un poco?

Sabía que le daría migraña con tanto adorno, pero era lo menos que podía hacer – Si, mañana iremos a comprar adornos.

Después de saltar por un buen rato en el sillón logro que el chico se callara y durmiera, lo miro desde arriba, su rostro era tranquilo, sorpresivamente sus manos le picaban por querer pasar las palmas por los sedosos cabellos castaños del chico, pero no, era KyungSoo y él no era de mostrar esa clase de  actos cariñosos.

 

Como prometió al siguiente día fueron a tiendas en busca de decoraciones navideñas, compraron luces, esferas, dos botas navideñas, un pequeño Santa que bailaba casi idéntico al de la cafetería y, por ultimo un árbol de tamaño mediano y bien gordito, todo a petición de JongIn, al terminar se quedaría en banca rota, pero si eso ayudaba a su conciencia, lo haría.

Entraron con las manos llenas de tantos arreglos a su usual cafetería, donde encontró con Joy y sus preguntas llenas de curiosidad porque ella también sabía el odio de KyungSoo por la fecha y después vio a JunMyeon y no estaba solo, el duende estaba junto a él.

Pidió lo de siempre pero JongIn no sabía que pedir, por lo que dejo que probara de su amarga bebida y su no tan dulce pastel.

-Soo, no me gusta esa bebida, es muy amarga.

Se había acercado otra de las empleadas de la cafetería quien no dejaba de ver a JongIn, Kyung pensó que si seguía así le haría un hoyo en la cabeza.

-Yo te traeré algo más dulce ¿Eso te gustaría? – le pregunto coqueta.

-Si, por favor – le mostro su perfecta dentadura y KyungSoo sintió un poco de enojo invadir su mente.

La chica le trajo un chocolate y un pastel con más chocolate y una fresa encima, JongIn lo probó y fue como si hubiera degustado la cosa más deliciosa del mundo, ahora veía que JongIn era dulce incluso en gustos, tan diferente a él.

-Wow, esto esta delicioso, muchas gracias… - observo el prendedor de la chica con su nombre – Kristal – y la chica parecía que se desmayaría, ambas, Joy y Kristal se alejaron aun suspirando y volteando a ver a SU regalo navideño.

-Sabes leer.

JongIn bufo – Claro que sí, ¿acaso creías que era tonto?

-No, claro que no, solo que pensé que al estar solo en un planeta, no tendrías conocimiento de algunas cosas.

-Leer  es una de las cosas que me mantenía cuerdo y a salvo de la soledad. 

Bueno eso lo podía entender perfectamente KyungSoo, pues él también amaba leer y olvidad su soledad.

Apenas llegaron a la casa y sus paredes blancas y sin vida comenzaron a tomas color, pusieron juntos el árbol, lo decoraron y solo faltaba la estrella, el árbol no era tan grande, pero tampoco KyungSoo, así que le estaba costando poner en su lugar esa maldita estrella, pronto su centro de gravedad se vio adelantado y estuvo a punto de caer encima del árbol, no sucedió gracias a los fuertes brazos de JongIn.

-¿Estas bien, Soo?

-Sí, sí, gracias – le dijo pero no hizo nada por separarse de los brazos de su compañero y es que se sentía tan bien, tan cómodo y tan protegido, reacciono y se alejó un poco - ¿Quieres ponerla tú?

Lo hizo y con una gran sonrisa y KyungSoo se sintió extraño, no sabía que podría tener gustos por los chicos, y no es que antes hubiera tomado gustos por alguna chica, tal vez era homosexual y apenas lo descubría, aun así no podía tomar cariño por alguien quien se iría pronto.

Terminaron sentándose a comer la merienda al pie del árbol, observando todo lo que habían logrado y sinceramente a KyungSoo también le gusto, tenía mucho tiempo de no adornar en navidad, desde que era un niño, y eso le trajo recuerdo que intentaba reprimir.

Como si JongIn pudiera leer su mente, le pregunto – Soo ¿Por qué odias la navidad?

-Ya te lo había comentado.

JongIn asintió – De acuerdo, ahora dime tus motivos reales – KyungSoo se removió incomodo, nunca había hablado de eso con nadie, pero que más daba, el chico se iría, no importaba si conocía su razón.

-Yo… no siempre la odie, de hecho la amaba y me gustaba mucho festejar en familia, pero… - suspiro – justo el día de noche buena descubrí algo que hubiese preferido no hacerlo.

-¿Qué fue?

-Mi padre, se supone que ese año no habría regalos para mi hermano, ni para mama o para mí porque no le había ido tan bien en su trabajo, yo lo entendía, siempre le pasaba todo, lo tenía en una especie de pedestal muy arriba, le admiraba por ser una gran persona. Pero justo ese día mamá me había mandado a comprar cosas para una cena sencilla de navidad, ya estaba regresando cuando escuche la voz de mi padre, pero había alguien más, me escondí en una esquina para lograr escuchar su conversación – KyungSoo gruño.

-¿Qué escuchaste?

-Fue algo así como “te traje esto, cariño” Era una mujer mucho más joven que mi madre, papá le entregaba un celular costoso y la chica se le colgaba y besaba, no aguante más, salí corriendo de ahí, esa vez no recibimos nada de él y no importaba, pero tampoco parecía tener la mente con nosotros, yo sabía porque y no fui capaz de decirle a mi madre que alguien más veía y besaba a papá. Lo deje pasar y justo al otro año tampoco había dinero ni para una cena navideña y fue cuando él se largó, justo en navidad, se fue sin decir nada y eso destrozo a mamá, nunca más volvió a ser la misma, por eso trate de alejarme pronto y lo logre unos años después – sintió la mirada de JongIn sobre él – Sé que es absurdo y-

Fue cortado cuando sintió unos brazos rodearlo, se estremeció, nadie había hecho eso por él y era ¿cálido? No estaba seguro de como sentirse, pero fue realmente bueno.

-Debió ser duro para ti, pero ahora puedes empezar de nuevo.

Y entonces sintió su mejilla húmeda, llevo su mano hasta esta y descubrió de provenía de sus ojos, era una lagrima, otra lagrima salió de esta y no logro limpiarla porque JongIn se había adelantado a hacerlo, pronto sintió los labios del otro sobre sus ojos, deteniendo mágicamente su llanto, y por primera vez desde hace muchos años, correspondió un abrazo y se aferró fuerte a él.

No sabe cuánto tiempo pasaron así, pero si sabe que poco después al escribir su novela comenzó a tener un mejor final y que estaba más inspirado. JongIn lo inspiraba.

Notas finales:

Este día se siente un poco triste ¿No creen? Bueno al menos si para los muchos que seguimos a Shinee, es triste que una persona tan joven, talentosa y gran ser humano nos deje.

"La muerte no existe, solo se muere cuando se es olvidado"

Recordemos siempre al chico que nos hizo cantar y bailar con alegria.

RIP JongHyun

 


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