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Stony Xmas Multiverse por arelii-ierOo

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—Necesitábamos un descanso.


—Y alejarte de esa cantina. —Añadió el Sheriff entre dientes mientras descendían de ambos caballos.


—Como sino hubiese llevado botellas conmigo. —Se jactó Stark al comenzar a descargar su equipaje que prácticamente consistía en licor.


—Sigue siendo menos que lo que hay en el pueblo. —Tomó también sus pertenencias, las cuales contenían lo necesario para su supervivencia en los siguientes dos días.


Tony se sentó sobre un tronco caído, tomando su primera botella del día al abrirla con inmensa alegría. —Relájate. Serán las mejores vacaciones de tu vida. Timely no se desmoronará sin nosotros.


—Temo que se caiga a pedazos contigo. —Bromeó a la par que reunía unas cuantas rocas y ramas. Comenzó a apilarlas, formando una fogata aún sin encenderse.


—Aún es de día. Te preocupas demasiado. —Mencionó Tony al saber exactamente lo que Steve pretendía.


—Nos mantendrá calientes justo después del atardecer y también podremos cenar. —Mencionó sin mirarle, se hallaba concentrado en su tarea.


Pasaron los minutos, los cuales se convirtieron en horas. El ambiente era demasiado tranquilo a las afueras del pueblo. De vez en cuando se escuchaba el sonido de algunos animales, pero ninguno que amenazara con robarles su alimento.


Steve había llevado consigo algo de carne seca y vegetales que comenzó a asar con una vara. Llevó consigo suficiente agua, pero no se resistió a la propuesta de Tony a compartir algo de su segunda botella. Al fin y al cabo, si él bebía, era menos alcohol para Stark.


—Has estado más callado de lo normal y no me has regañado tanto como siempre, Danny Boy. —Soltó Tony luego de hartarse de tanto silencio alrededor.


Steve ni siquiera se quejó del apodo que Tony utilizaba cuando quería hacerle molestar debido a su árbol familiar irlandés. —Sólo… pensaba.


El castaño le observó con atención, se había percatado de que Steve casi no había comido, sino que sólo jugueteaba con los trozos de carne y zanahoria con calabaza.


—¿Sobre…? —Cuestionó. Temía que se tratara de nuevo sobre Barnes. Aquel tema no le había dejado en paz a pesar de haber transcurrido demasiado tiempo.


—James. —Susurró Steve. Tony sólo bebió otro sorbo de su botella. —Y en Nat. —Aquello tomó a Stark por sorpresa, pero no deseó interrumpirle. —¿Sabes? Bucky nunca planeó casarse, pero ocurrió. Tuvo una buena vida antes de morir. Nat no ha buscado un reemplazo, prefiere ser una viuda.


—¿A qué quieres llegar? —Cuestionó Tony. Tal vez su licor había sido demasiado para el sheriff.


Steve suspiró, apoyando los brazos en sus piernas y perdiendo la mirada en el centro de la fogata. —Hace muchos años que renuncié a la idea de casarme y tener una familia, pero ahora lo doy por hecho.


Esta vez fue el turno para Tony de juguetear con lo que tenía en mano. Balanceó el líquido de la botella de un lado a otro. —No pensaba que fueses a arrepentirte.


Steve rió como respuesta, una risa corta y en un tono bajo, lleno de ironía. —No me estoy arrepintiendo, sólo me pregunto por qué nunca lo quise.


—Bueno, para comenzar… siempre estás ocupado, ni siquiera notas a todas las mujeres que te miran en la cantina.


—Estoy muy ocupado haciendo mi trabajo y cuidando de ti. —Hizo una pausa, girando para mirarle. —¿Cómo sabes que me miran? No apartas la vista de tu vaso.


—No necesito ser un genio para saber que te miran. —Acarició de nuevo la boca de la botella con los labios, inclinándose hacia atrás para beber los últimos sorbos.


Steve no dijo nada al respecto. Probó de su comida y miró por unos segundo más las cenizas encendidas que salían despedidas del fuego. —Soy feliz así.


El mecánico abandonó la idea de buscar más alcohol, optando por alcanzar un trozo de carne y darle una mordida. —Creo que yo también. Al menos lo más cercano a “feliz”.


Sonrió Steve, aquello había sido un progreso abismal en contraste a las intensas y repetidas depresiones que solía tener Stark y el por qué de su alcoholismo al no estar encerrado con sus proyectos. —Puedo considerar eso como mi regalo de Navidad.


El pueblo no celebraba como en las grandes ciudades. Sin obsequios o cenas costosas, sólo un día para dejar de lado el trabajo, reunirse con la familia y amigos o acercarse a la iglesia. Pero en ese momento sentía que no necesitaba de más.


—De hecho éste iba a ser tu regalo. —Tony tomó de nuevo de entre su ligero equipaje una botella diferente a las anteriores y que entregó al rubio.


—¿Whisky irlandés? Nunca dejas de burlarte de mí. —Observó a detalle la botella. Hacía tiempo que no veía algo así, por lo que dedujo que debió ser muy costoso haberla traído desde Europa.


—No lo hice para burlarme de ti… pero esto sí, Danny. —Tony sonrió, sentándose más cerca a Steve. —¿Conoces una canción llamada “The Carol Of The Birds”?


Dejó la pregunta al aire, por supuesto que Steve la conocía. Le observó con incredulidad. Aquella canción la recordaba debido a su madre, Sarah. Durante la época de invierno la cantaba para él. Había sido parte de su herencia, pues ella la aprendió para cantársela a su padre, quien la había apreciado gracias a que su madre también se la recitaba cuando era un niño. Aquello lo había olvidado hacía tiempo luego de la muerte de ambos y debido a que nunca más volvió a escucharla.


Estaba a punto de contarle aquella historia a Tony, pero él ya se encontraba tomando algo de aire y comenzando a entonar.


 


When rose the eastern star, the birds came from a-far,


In that full might of glory.


With one melodious voice they sweetly did rejoice


And sang the wonderous story,


Sang, praising God on high, enthroned above the sky,


And his fair mother Mary.


 


The eagle left his lair, came winging through the air,


His message loud arising.


And to his joyous cry the sparrow made reply,


His answer sweetly voicing.


"Overcome are death and strife, this night is born new life",


The robin sang rejoicing.


When rose the eastern star, the birds came from a-far.


 


Steve escuchó con atención cada estrofa de la pequeña melodía. No sólo su carga emocional le había conmovido, sino que debía admitir que Tony siempre había tenido una hermosa voz. —Eso fue…


—¿Impresionante? ¿Increíble? ¿Fabuloso?


—Sí…


Aquella respuesta hizo que Tony contuviera la respiración por un segundo. —Me alegra.


—Gracias, Tony. —Steve bebió del whisky, ofreciéndole después la botella al contrario.


Ambos se mantuvieron en un cómodo silencio bajo las estrellas, aguardando por terminar del elixir y dando inicio a una de sus mejores Navidades.

Notas finales:

Página: HAIL Stony Armour And Shield

Perfil: Areli iero


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