PDV Draco
Me perdí en la tienda, me daban una tabla dónde se anotaban los artículos que quería y se iba realizando la cuenta. Me gasté los 100.000 en un momento ya que la tienda estaba repleta de cosas hermosas. Me fui a buscar a Harry, seguro que él no se lo iba a gastar todo.
-¡Draco! ¿Ya te lo gastaste?, dijo Theo.
-¿Qué hacéis los tres juntos?
-Estábamos esperándote, dijo Harry.
-¿Por?
-Vamos a montar un vivero para los cuatro bebes, dijo Harry.
-Queremos que estén juntos, dejo Neville.
-Pero entonces tendremos que coordinar las compras.
-Draco vas a tener un presupuesto de 400.000 galeones, dijo Harry, pero vas a tener que escucharnos y no comprar solo lo que tú quieras.
-Y cada uno elige una cuna para su bebe, dijo Theo.
-Pero 4 cunas muy distintas serán un desastre.
-Si no te parece bien, dijo Neville, cada bebe puede tener su propio cuarto.
-No, no. La idea es buena.
-¿Qué hacemos con Oliver? preguntó Harry.
-Desde luego no puede quedarse en el vivero.
-No, dijo Theo, los bebes no le dejarían descansar. Al principio solo comen, duermen y lloran. Oliver necesita sus noches de descanso y no las tendría en el vivero.
-Esta tienda tiene un montón de cosas para niños de la edad de Oliver, podemos montarle a él su propia habitación.
-¿No se molestará Roy? dijo Neville.
-Podemos invitarlo a comprar con nosotros.
-¿Y dejarnos a Severus fuera? dijo Theo.
-Le preguntaremos también dirá que sí y para él será una tortura.
Las compras duraron menos de lo que pensaba que durarían y mucho más de lo que los leones creían posible. La misma tienda tenía una cafetería donde nos tomamos un descanso y unos sándwiches de almuerzo. Por la tarde las dos habitaciones estaban listas, por lo menos en nuestras mentes y ya apenas nos quedaba dinero. Para mi fue un gran regalo de cumpleaños aunque no fuese mi cumpleaños.
PDV Neville
El día había sido increíble, aunque más bien parecía un regalo para Draco, creo que era el que más había disfrutado. Pasar mi cumpleaños con mis unidos preparando las dos habitaciones para nuestros hijos había sido increíble. La tienda era extraordinaria y desde luego merecía la pena el viaje para verla.
-Bueno dijo Severus, esta noche nos alojamos en un hotel de aquí. Llegamos a un hotel de lujo y nos fuimos a nuestras habitaciones a cambiarnos para la cena.
Al entrar al salón para cenar sonó el cumpleaños feliz y allí estaba el resto de nuestra familia. Mis padres, los de Draco, Theo y Harry. Una gran cena de celebración con una hermosa tarta de postre.
Por la mañana fuimos a despertar a Harry con el cumpleaños feliz. Y allí entre juegos y risas me di cuenta de lo afortunado que era, tenía una maravillosa familia.
-¿Hacemos hoy algo especial? le pregunté a Roy.
-Si vamos a ir a visitar la ciudad. Vamos de turismo.
PDV Severus
Por fin en casa, estos dos días habían sido estupendos no lo podía negar. Pero las compras me agotaron y yo ya conocía la ciudad, pero había merecido la pena por verles disfrutar.
Ahora teníamos una lista de nacido muggles a los que visitar para ofertarles ir a la escuela primaria. Las hermanas Well, recomendadas por Hermione, iban a ser en principio las que lo harían pero este año al ser el primero de la escuela había muchos a los que visitar. Para hacerlo bien tendríamos que echar una mano. Sentados todos juntos en el desayuno les expuse el problema.
-Podríamos hacerlo nosotros, dijo Harry.
-¿Solos?
-No por parejas, dijo Draco. Yo voy con Harry y Theo con Neville.
De esta forma podemos dividir la lista en tres y dedicarle tiempo de calidad a cada familia. Además tenemos un pequeño problema, habíamos decidido contactar a las familias nada más aparecer sus nombres en el libro de Hogwarts pero algunos eran muy chicos.
-Tenemos 5 niños menores de 5 años, les dije.
-Bueno, dijo Harry, podemos montar una guardería para los más pequeños. Si ya han tenido su primer estallido mágico deben ser contactados y la situación explicada. Y los niños deben saber que siempre pueden contar con nosotros.
-Sí pero los padres ¿nos permitirán llevarnos a unos niños tan pequeños?
-Solo podemos intentarlo.
PDV Draco
Al final Harry y yo teníamos que visitar a uno de los más pequeños de la lista. Un nene de dos añitos. Lamamos a la puerta y salió un señor que solo dijo. No necesitamos nada y cerró la puerta. Que mala educación.
-Respira Draco, me dijo Harry, a veces los vendedores ambulantes molestan llamando a las puertas.
-¿Nos ha confundido con vulgares vendedores?
-Eso creo.
Volví a llamar pero no me abrieron. Por supuesto la abrí con magia pero llego con muy malas formas el tipo de antes y lo petrifiqué.
-¡Draco! ¿Estás loco?
-No, estoy demostrando que somos magos y no se te ocurra levantarlo. Mejor nos explicamos primero.
-Señor, dijo Harry, perdone a mi compañero. Puede ser difícil de creer pero no queremos hacerle daño, solo sentarnos y que nos escuche.
Me senté junto a Harry y despetrifique al hombre.
-¿Qué me ha pasado?
-Por favor, siéntese.
-¿Quieres que me siente después de lo que me has hecho?
-Perdóneme pero me pareció que iba a atacarme.
-¡Entraste en mi casa!
-Señor es por el bien de su hijo.
-Si amenazas a mi hijo te mato.
-Basta, dijo Harry. Lo siento mucho pero somos magos la magia existe y su hijo es un mago.
-¿Es esto cámara indiscreta?
-¿Que si es qué?
-Draco un momento. No, no es cámara indiscreta. Mi compañero le ha dejado paralizado y no debería haberlo hecho. Mire cuando un niño mago nace en una familia que no es mágica se siente muy, pero que muy solo. Se siente un bicho raro y ningún buen padre quiere eso para su hijo.
-Si mi esposa y mi hijo estuviesen aquí habría llamado a la policía.
-Escuche no queremos hacerle daño.
-Te llamas Draco ¿cierto?
-Si
-Mira Draco eres un desconocido que ha invadido mi casa y si mi familia estuviese aquí tendría que protegerla y llamar a la policía es lo más lógico.
-Pero su hijo ha tenido un estallido mágico.
-No ha pasado nada extraño.
-¿Cuando vuelven?
-Pronto y les quiero fuera antes de que lleguen.
-Por favor, dijo Harry, la magia es real y su hijo es mágico.
-Demuéstralo.
-Unos cuantos hechizos después y de redecorar de varios colores el salón.
-La magia existe.
-Claro, dijo Harry, y ese es el motivo de que estemos aquí.
-Cariño, estamos aquí.
-Estoy en el salón con una visita.
-Chicos estas es mi esposa Ely y ni hijo Peter.
-Encantado Señora.
-Por favor, llamarme Ely.
-Amor, ha pasado algo curioso con Peter.
-Bueno no ¿por?
-Cualquier pequeña cosa.
-Bueno David, el otro día no encontraba su peluche favorito y cuando me quise dar cuenta estaba abrazado a él. Me quede perpleja ya que pensaba que no estaba cerca de él, estaba tan segura que empecé a buscarlo por la casa temiendo que empezase a llorar. Debí de mirar mal.
-Ely estos chicos me han convencido. No te asustes. ¿Podéis hacer magia?
Harry y yo empezamos a lanzar hechizos. David abrazaba a Ely y le decía no temas amor.
-¿Magia?
-Ely somos magos. Mi compañero Harry y yo hemos venido a verles ya que su hijo es también un mago.
-¡No!
-Ser mago no es malo, dijo Harry.
-No somos delincuentes, tenemos escuelas, trabajos, los aurores son nuestra policía y también tenemos un Primer Ministro.
-A mi hijo ¿no le pasa nada malo?
-Solo es mago, eso no es malo.
David le explico a su mujer lo que le habíamos dicho a él antes y se quedó muy pensativa.
-Quiero a mi hijo, nos dijo Ely, y quiero que crezca feliz.
-Por eso hemos venido, dijo Harry. Yo de pequeño vivía con mis tíos. Mi familia no era mágica y la magia les asustaba. Es duro crecer siendo un bicho raro. Ahora hemos creado escuelas primarias ya que estas no existían en el mundo mágico.
-Pero si trabajan ¿quién cuida a los niños?
-La familia, contestó Draco, los elfos domésticos, los amigos, a veces se juntan los niños para recibir clases pero lo normal es ser educados por las familias.
-No todo el mundo tiene familia, dijo Ely.
-No somos muchos por lo que muchos estamos emparentados y nos conocemos bastante. Pero la verdad es que el mundo mágico necesitaba unas escuelas primarias. Hace más fácil el cuidado de los niños.
-Les permitirá relacionarse y aprender cosas, dijo Harry, el modelo lo hemos copiado de las escuelas muggles.
-Mu... ¿qué?
-Perdón no mágicas. Lo no mágico lo llamamos muggle y es necesario que los niños magos aprendan también cosas sobre este mundo que compartimos.
-¿Podemos pensarlo?
-Claro
-¿Cuánto cuesta?
-Se ha decidido que los no mágicos paguen aproximadamente lo mismo que iban a pagar en una de sus escuelas ya que las monedas no son las mismas y con el cambio las libras salen perdiendo.
-Bueno, dijo Harry, ¿podemos volver el sábado por la mañana?
-Si, dijo David, así podremos pensarlo.