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Pétalos de cristal por Elizabeth-Hummel

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Notas del fanfic:

Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J. K. Rowling.

Notas del capitulo:

Este es el One shot que había prometido para Navidad, espero les guste :D

 

 

Pétalos de Cristal 

 

 

 

La nieve producto del frio invierno cubría todos los alrededores del Mundo Mágico, y los días en Hogwarts se habían convertido en una rutina para los estudiantes de último año. Después de que Harry Potter derrotara a Voldemort y que éste desapareciera para siempre, su vida comenzó a tener la tranquilidad que él siempre había deseado. Albus Dumbledore había decidido que los alumnos debían terminar su último año en la escuela y así decidir lo que desearan hacer en el futuro.

 

Pero aunque los problemas parecieran haber desaparecido, no era así, la rivalidad entre las casas de Hogwarts seguían tan latentes como el primer día. Aunque no había insultos o agresiones entre los estudiantes, para nadie resultaba difícil observar las miradas de desprecio o incluso odio hacia los estudiantes de Slytherin, aunque ellos parecían no ser afectados por este tipo de situaciones. Albus estaba convencido que debía encontrar la manera de terminar con esa situación en Hogwarts.

 

La clase de Pociones finalizó y los estudiantes de Slytherin y Gryffindor comenzaron a salir del aula rumbo a los pasillos para asistir a su siguiente asignatura. Harry caminaba junto a Ron y Hermione, debían aceptar que las cosas habían cambiado notoriamente desde que Potter sabía la verdad de Severus, pero eso no significaba que él hubiera dejado de ser el mismo profesor estricto al que la mayoría de los estudiantes temía. Harry rió cuando escuchó a Ron quejarse de la clase, estaba molesto porque le había descontado diez puntos, pero nada podían hacer contra eso si Neville seguía haciendo explotar los calderos durante las clases.

 

—Tranquilo, Ron. Hermione nos ayudará a recuperar lo perdido —lo animó Potter.

 

Weasley resopló. Y Hermione sólo sonrió ante las ocurrencias de Harry, era tan extraño sentirse tranquilos, sin pensar en que en algún momento algo podría suceder, ahora ellos sólo debían concentrarse en sus estudios. Continuaron platicando hasta que vieron pasar a su lado a Draco Malfoy. Él sólo los miró y luego continuó su camino, unos segundos después Pansy pasó corriendo y tomó a Draco del brazo, él le sonrió y ambos continuaron su camino, seguramente a su próxima clase.

 

Harry aún no comprendía porque a una parte de él le molestaba ver a Malfoy sonreír, más si era al lado de quien se suponía era su mejor amiga. Si bien, al final los Malfoy lucharon a su lado, parecía que su relación nunca cambiaría, tal vez lo que realmente le pasaba era que una parte de él sentía culpa, debido a que por su causa los padres de Draco habían muerto, pero intentaba convencerse de que ellos dieron sus vidas para salvar la de su hijo. Tal vez esa era una de las razones por las cuales Malfoy lo miraba con cierto odio en sus ojos. Quería acercarse a él, pero no sabía cómo hacerlo, quizás lo mejor era seguir con su vida como hasta ahora, finalmente cuando el año escolar terminara ellos no volverían a verse.

 

~**~

 

—Draco, ¿quieres ir a caminar? —preguntó Pansy, ellos tenían una hora libre en ese momento.

 

—No, gracias. Iré a mi cuarto a descansar —se negó—. Mejor lleva a Blaise, le gustará tu compañía.

 

Pansy se sonrojó, y eso hizo sonreír a Draco, no era ciego para no darse cuenta de que sus amigos estaban enamorados. Cuando estaba con Blaise él sólo hablaba de Pansy y lo mismo sucedía cuando compartía tiempo con su amiga. Cuando llegaron a la Sala Común de Slytherin saludaron a Blaise y Theo. Draco se excusó diciendo que se sentía cansado y sólo quería dormir un poco, Theo se quedó frente a la chimenea leyendo un libro mientras que Blaise y Pansy salieron unos minutos después, seguramente a dar ese paseo que ella tanto quería.

 

Draco llegó a su habitación, el ser prefecto le otorgaba una para él solo, se quitó su capa, y la corbata, fue hacia la cama y se sentó para quitarse los zapatos, corrió las cobijas y aun con su camisa y pantalón del uniforme se metió entre ellas, ya luego se cambiaría para ir a clases. Suspiró en la calidez de su cama, el día le estaba pareciendo sumamente aburrido, desde que supo que debía regresar a clases no estuvo convencido, pero Severus terminó por hacerlo aceptar, además él quería terminar sus estudios y así estudiar Pociones, deseaba ser tan bueno como su padrino, su única familia; pensar en eso lo hizo entristecer.

 

Había perdido a sus padres durante la guerra, ellos dieron sus vida para que él tuviera un futuro diferente; al ser su único heredero conservaba su mansión, propiedades y negocios familiares, pensaba que él con gusto daría todo por recuperar a sus padres, pero sabía que eso no sucedería, sólo le quedaba seguir con su vida y luchar por su futuro, eso era lo que ellos hubiera deseado.

 

De repente unos ojos color esmeralda aparecieron en su mente y lo hicieron sonreír, Potter lo miraba constantemente, ya fuera en las clases que compartían o en el Gran Comedor, estaba seguro de que él se sentía culpable por la muerte de sus padres, después de todo seguía siendo “San Potter” y eso nunca iba a cambiar. Pero Draco no lo odiaba, nunca lo hizo, lo suyo fueron peleas de niños, peleas que ahora quedaban atrás, había crecido y madurado con las situaciones que vivieron. Pero había algo más, algo que Malfoy nunca confesaría a nadie, y eso era que una parte de él deseaba que Harry Potter se acercara a él, pero tal vez eso nunca sucedería, y él tampoco estaba dispuesto a hacerlo y recibir un rechazo que lo humillara frente a todo el colegio. Decidió no pensar en nada más, cerró sus ojos y en cuestión de minutos se quedó profundamente dormido.

 

~**~

 

El día trascurrió con total normalidad, durante la hora de la cena los estudiantes ocuparon sus lugares en el Gran Comedor, deliciosos platillos se presentaron frente a ellos, los jóvenes comían mientras platicaban con sus amigos, otros como era el caso de Draco lo hacían en silencio, hasta que Pansy se acercó y le susurró al oído.

 

—Potter no te quita la mirada de encima. —Sonrió ella.

 

Draco dejó a un lado la servilleta, y con la elegancia que siempre lo había caracterizado volteó su mirada y se encontró con la de Potter, quien al verse descubierto le sonrió, pero Malfoy sólo frunció el ceño y regresó su mirada al plato de comida.

 

—Es un tarado —masculló mientras pinchaba con su tenedor un trozo de carne. Pansy lanzó una risita y luego volvió a su plática con Blaise.

 

En la mesa de los profesores Albus estaba listo para dar una noticia que tal vez a muchos le agradaría, pero estaba seguro de que habría algunos qué pensarían que era una gran tontería, aun así él no cambiaría de opinión, no lo había consultado con los profesores, pero él era el director de Hogwarts y podía tomar las decisiones que quisiera si eso significaba el bienestar de todos los alumnos. Cuando los platillos desaparecieron Dumbledore se puso de pie para comenzar a hablar. Los estudiantes dejaron de hablar entre ellos para prestar atención al director.

 

—Mis queridos alumnos —comenzó a hablar—, durante los últimos meses he sido testigo del comportamiento entre ustedes, y he llegado a la conclusión de que es hora de terminar con la rivalidad que por tantos años ha existido. —Los susurros entre los estudiantes no se hicieron esperar, aun así Albus continuó—. Es por eso que he decidido que para celebrar la Navidad se llevará a cabo un baile en este lugar. —Las sonrisas en los rostros de las chicas no se hicieron esperar, no así los hombres que sólo mascullaban molestos por esa noticia.

 

»Este no será un baile como los que hemos tenido —aclaró—, frente a ustedes verán una pequeña caja de terciopelo correspondiente a su casa. —Señaló. Y en ese momento las cajas comenzaron a aparecer frente a cada estudiante—. Dentro de ellas encontrarán un pétalo de cristal que con el correr de los días ira cambiando su color.

 

Los estudiantes observaron con atención los pétalos. Parecían pétalos de rosa, completamente cristalinos y lanzaban ciertos brillos conforme les golpeaba la luz del sol.

 

—En este baile ustedes no decidieran quien será su pareja. —Sonrió al ver la mirada llena de confusión de los estudiantes—. El día del baile esos pétalos los guiarán hasta la persona que será su compañero. De esta manera busco que la rivalidad entre ustedes termine, los pétalos poseen un hechizo que ayuda a identificar quienes comparten pensamientos similares, de esa manera ustedes podrán entender que no son tan diferentes a otras personas —informó—. El baile es un evento obligatorio, quien no se presente recibirá una grave sanción —advirtió—. Espero que ése día todos se diviertan. Y ahora todos a dormir. —Palmeó sus manos y dio por finalizado su discurso.

 

La chicas, emocionadas tomaron sus estuches con sus respectivos pétalos y hablaban con emoción de ellos, por su parte los chicos se quejaban, y aun así también tomaron sus respectivas cajas. Draco miró el suyo y el pétalo le pareció muy bonito, sin pensarlo miró a la mesa de Gryffindor y se encontró la sorpresa de que Potter lo estaba observando, desvió su mirada, se levantó de su lugar y salió del Gran Comedor en compañía de sus amigos.

 

~**~

 

Hermione sonrió cuando en cuestión de minutos su pétalo comenzó a cambiar de color y tomó un leve tono azul, supo de inmediato que al de Ron le estaba sucediendo lo mismo.

 

—Creo que iremos juntos al baile —rio ella.

 

Weasley resopló.

 

—Como si fuera a dejar que esta cosa hiciera que fueras con otra persona. —Abrazó a Hermione.

 

Harry sonrió, miró su pétalo, pero este seguía del mismo color, suspiró, tendría que esperar, sólo esperaba que le tocara ir al baile con alguien que él realmente deseara.

 

~**~

 

Draco caminaba junto a sus amigos hacia la sala común de Slytherin. Pansy, quien iba a su lado no dejaba de observar el pétalo que había aparecido frente a ella. Extrañamente comenzaba a tomar un color lila muy bonito y ella se emocionó. Miró curiosa el pétalo que Blaise tenía en sus manos y vio que estaba tomando el mismo color que el suyo, no dijo nada y simplemente sonrió. Al entrar a la sala se despidieron y Malfoy caminó hacia su cuarto, al estar solo suspiró, se quitó la cama y luego dejó la pequeña cajita sobre su escritorio, miró por última vez el pétalo de cristal y luego fue al baño a cambiarse, una vez listo, se metió bajo las mantas.

 

Suspiró, esa idea del baile le parecía una gran tontería, seguramente para muchos resultaría prometedor pero para él no. ¿Quién iba a querer ir al baile con él? Si prácticamente todo el colegio estaba en su contra. Cerró los ojos, sólo quería dormir y ya no pensar en nada, él nunca se percató de que el pétalo de cristal había brillado por unos segundos y comenzaba a cambiar su color.

 

~**~

 

—Tu idea me parece ridícula —se quejó Severus entrado junto a Dumbledore a su despacho.

 

Albus sonrió.

 

—No lo es, Severus. Creo que te llevarás algunas sorpresas —comentó tomando asiento.

 

Snape masculló, odiaba esas tonterías del director.

 

—Entonces. ¿Qué es lo que quieres que haga? —preguntó finalmente.

 

Dumbledore lo invitó a tomar asiento y luego comenzó a contarle todo lo que había pensado. Por la mirada de Severus parecía ser una locura, pero él lo escuchó con atención, y luego de quejarse y decir que era una verdadera locura terminó aceptando, finalmente tal vez con esa idea Snape podría volver a ver a sonreír a su ahijado.

 

~**~

 

Al día siguiente Harry caminaba junto a sus amigos a la clase de pociones, debía admitir que aunque descubrió que el profesor Snape no lo odiaba seguía siendo igual de estricto, incluso tal vez más. No toleraba ningún error, solía decir que si ya se encontraban en su último año debía ser capaces de realizar las pociones a la perfección. Claro que eso sólo podía hacerlo Draco Malfoy, quien siempre había sido experto en la materia y al parecer la disfrutaba al máximo. Entró al salón, y vio que Malfoy ya se encontraba junto a sus amigos, sus miradas se cruzaron por unos segundos, pero rápidamente él regresó a la plática. Harry se dejó caer en el asiento a un lado de Ron y suspiró, esperaba que ese día no tuviera ningún “accidente” con alguna poción, no era su idea seguir restándole puntos a Gryffindor. Unos minutos después Severus entró al salón, puntual como siempre, cerró la puerta fuertemente y pronto las ventanas del lugar corrieron la misma suerte.

 

—Hoy haremos algo diferente —comenzó a hablar—. Ustedes van a realizar una poción que requiere de un profundo estudio y por supuesto destreza para realizarla correctamente. —Los estudiantes comenzaron a mascullar, Harry miró a Hermione, esperaba que su amiga pudiera ayudarlo—, para realizar dicha poción trabajarán en parejas.

 

La sonrisa se hizo presente en todos los alumnos, comenzaron a hablar entre ellos, y alguno incluso ya sabían con quién deseaban trabajar. Pero sus sonrisas se borraron cuando Snape volvió a hablar.

 

—Yo seré quien decida con quien trabajarán. —La desilusión se hizo presente en el rostro de los estudiantes. Comenzó a mirar a su alrededor, finalmente luego de un escrutinio decidió como conformar las parejas—. Weasley. —El nombrado brincó al escuchar su apellido—. Trabajará con Granger, con suerte harán un buen trabajo. —Aquello hizo reír a algunos. Snape continuó conformando los grupos por algunos minutos más—. Potter, trabajará con Malfoy, con eso me aseguraré que no estará perdiendo el tiempo. —Hizo énfasis en la última palabra.

 

Draco miró a Severus y tuvo deseos de replicar, pero la mirada severa de él lo hizo cambiar de opinión, miró a Potter y él le sonrió, pero Malfoy sólo frunció el ceño y se concentró en leer el libro que estaba abierto frente a él. Finalmente luego de diez minutos Severus terminó de armar las parejas.

 

—Bien, ahora quiero que se reúnan con sus respectivos compañeros, dejaré especificado todo lo que deben investigar y los pasos correctos para realizar la poción.

 

Mientras Severus escribía en la pizarra comenzaron a escucharse el sonido de las sillas al ser corridas por los estudiantes, además de algunos murmullos. Harry miró a Draco y suspiró, era más que obvio que él no se levantaría para ir a su lado, así que fue él quien tomó sus cosas y dándole su lugar a Hermione caminó por el estrecho pasillo entre los bancos, Blaise al verlo levantó sus cosas, y sin decir una sola palabra dejó su lugar vacío y se reunió junto a Pansy.

 

—Malfoy. —Fue el saludo de Harry.

 

—Potter —respondió levantando su mirada.

 

Harry suspiró, esto sería un trabajo muy complicado. Dejó sus cosas a un costado del banco y se sentó prestando atención a lo que Snape explicaba, realmente parecía una poción complicada, miró a Malfoy y lo vio completamente concentrado y con una sonrisa en su rostro. Por unos segundos Harry sintió que Draco tenía una sonrisa muy bonita, en ese momento sintió un calorcito en el bolsillo de su túnica. Extrañado, metió la mano y sacó el pequeño pétalo de cristal, se sorprendió al darse cuenta que comenzaba adquirir un extraño color plomo. Rápidamente lo guardó en su lugar y continuó prestando atención a la clase.

 

Una hora después finalmente la jornada terminó y antes de salir Severus les advirtió que el trabajo escrito debería estar listo en dos semanas, la poción la realizarían en el salón y esa sería la evaluación práctica. Harry respiró con tranquilidad, vio como Draco guardaba sus cosas y comenzaba a caminar hacia la salida, tuvo que seguirlo y lo interceptó en el pasillo.

 

—¡Malfoy, espera! —gritó Harry.

 

—¿Qué quieres, Potter? —preguntó con cierto tono de fastidio.

 

—¿Cuándo quieres que nos reunamos para comenzar el trabajo? —inquirió.

 

—No lo sé, en cuando tenga tiempo te avisaré. —Y sin decir ni una sola palabra más se marchó del lugar. Harry suspiró y luego caminó de regreso para reunirse con sus amigos quienes lo esperaban al otro lado del pasillo.

 

—Tranquilo, Harry. Es Malfoy, y él es un experto en pociones, así que sólo debes soportar su mal humor y tendrás una excelente calificación —lo animó Ron. Hermione se cubrió el rostro con una mano, ¿cómo Ron podía decir esas cosas?, aunque era más que claro que eso era una broma. Aun así Harry se permitió sonreír.

 

—Sí, supongo que tienes razón. —Continuaron su camino hacia el salón de Transformaciones, no querían llegar tarde, la profesora podía dar tanto miedo como el mismo Snape cuando llegaban tarde al salón.

 

~**~

 

Para Draco era un alivio no tener que compartir más clases durante ese día con Gryffindor. Mientras caminaba por el pasillo hacia el salón de “Estudio de Runas Antiguas” se preguntaba, ¿por qué su padrino lo obligó a hacer equipo con Potter? Seguramente él terminaría haciendo todo el trabajo, Harry era un desastre en pociones. Suspiró, debía armarse de paciencia, no arruinaría una buena calificación por su culpa. Tan concentrado estaba en sus pensamientos que perdió el equilibrio cuando Pansy lo tomó fuertemente del brazo. Volteó a verla y ella le estaba sonriendo.

 

—Draco, yo quería trabajar contigo —se quejó ella.

 

—Bueno, vas a trabajar con Blaise, eso es bueno —le recordó, Pansy suspiró.

 

—Pero él no es tan bueno como tú. —Miró a Blaise—. Potter tiene suerte —recordó, Blaise se carcajeó al escuchar eso.

 

—No lo creo, trabajar con Draco no es fácil —bromeó. Malfoy no sabía si ofenderse o tomar las palabras de Zabini como una broma.

 

—Mejor ya vámonos, se nos hará tarde. —No siguieron hablando y continuaron. Se desviaron hacia uno de los pasillos para llegar al salón correspondiente.

 

Durante la clase Pansy le mostró ilusionaba el pétalo de cristal que poseía, al mirarlo seguía con aquella tonalidad lila, y pudo comprobar que la de Blaise se encontraba en la misma condición, así que estaba completamente seguro que ellos irían juntos al baile.

 

Cuando finalmente las clases de la mañana dieron por terminadas decidió ir a dar un paseo por el jardín del colegio, así que tomando sus guantes y bufanda salió del castillo, caminó por los alrededores del lugar y se dedicó a observar el lago, cuando una silueta conocida llego hasta él.

 

—¿Qué quieres ahora, Potter? —inquirió él.

 

—¿Cuándo comenzaremos con el trabajo? —Draco suspiró.

 

—Búscame en la biblioteca cuando las clases de la tarde terminen.

 

—De acuerdo.

 

Draco se despidió y decidió ir a su sala común, descansaría una hora antes de su siguiente clase. Cuando la jornada terminó se encaminó hacia la biblioteca y se sorprendió al ver a Harry en el lugar, caminó hacia él y luego de saludarlo se sentó en uno de los lugares vacíos. Malfoy le pidió que fuera a buscar un libro que necesitaban para comenzar el trabajo, una vez que el libro estuvo en la mesa Draco comenzó a leer y explicar las cosas que Harry no comprendía mientras ambos iban escribiendo en sus pergaminos.

 

—Vaya, no pensé que fueras tan bueno explicando estas cosas —alagó el chico. Draco sintió sus mejillas calientes y supo que se había sonrojado al escuchar esas palabras.

 

—Pues yo no pensé que fueras a comprender esto tan rápido —dijo intentado fingir que nada de lo que Harry le había dicho lo había afectado cuando no era así.

 

—Bien, continuemos —lo animó.

 

—De acuerdo. —Draco continuó con sus explicaciones y sin pensarlo habían trascurrido dos horas, pero para ellos parecía que había pasado minutos desde que comenzaron a trabajar.

 

Extrañamente Harry no podía quitarle los ojos de encima. Mientras Draco hablaba, Potter miraba sus ojos, esos que tenían un color gris tan particular, fue en ese momento en que se percató de algo, estaba prácticamente seguro que el pétalo de cristal que poseía había adquirido esa misma tonalidad, pero ahora que lo veía se dio cuenta de que el pétalo adquirió un tono tornasol, y más fue su sorpresa al comprobar que ese color gris se mezclaba con un color esmeralda parecido a los suyos. Draco se dio cuenta de la mirada de Potter sobre él y lo miró con el ceño fruncido, él estaba explicando algo sumamente importante y Potter parecía estar en otro mundo.

 

—Si vas a estar así mejor dejamos el trabajo para otro día —dijo llamando la atención de Harry—. Me molesta estar hablando de algo importante y que tú no prestes atención. —Comenzó a guardar sus cosas. Antes de guardar su último libro Harry se lo impidió poniendo una de sus manos sobre la suya.

 

—Lo siento, es sólo que al ver tus ojos recordé algo importante. —Sonrió, Draco sintió algo extraño en su pecho, y rápidamente quitó la mano de Potter para guardar sus cosas.

 

—Mañana continuaremos con el trabajo, nos vemos. —Draco se puso de pie y se marchó de la biblioteca. Harry permaneció en el mismo lugar, buscó en su túnica el pétalo de cristal y sonrió. Sí, el pétalo estaba adquiriendo un color muy parecido a los ojos de Draco, pero también a los suyos, sólo que ahora eran mucho más claro.

 

«¿Es posible que sea mi pareja en el baile?», se preguntó así mismo, pero si eso llegara a suceder seguramente Malfoy no lo aceptaría, es más estaba completamente seguro que lo dejaría plantado en frente de todos. Harry suspiró, y tomando sus cosas se marchó hacia su sala común.

 

~**~

 

Draco llegó a su cuarto y respiró profundo, luego caminó hacia la cama y se sentó en ella, miró sobre su mesa de noche el pequeño estuche que contenía el pétalo de cristal y rápidamente lo tomó, cuando abrió la pequeña caja la sorpresa se hizo presente en su rostro. Con sus delicadas manos tomó con cuidado el pétalo y lo observó, tenía un leve tono color esmeralda mezclado con gris, un color que conocía muy bien porque era el tono de sus ojos, era extraño que dos colores se combinaran ya que se suponía que sólo adquiría un solo color.

 

«No puede ser», pensó Draco «No puedes ser tú», negó Malfoy, Harry no podía ser su pareja en el baile, era simplemente imposible.

 

Decidió no pensar más en eso, guardó nuevamente el pétalo de cristal en su estuche y luego lo dejó en el cajón de la mesa de noche, no iba a verlo más, no hasta el día del tan esperado baile. Fue hacia el baño y se cambió, una vez que estuvo listo con ropa más cómoda, sacó sus libros y comenzó a hacer su tarea. Mientras escribía miró su mano derecha, esa que Potter había tomado, no podía negar que sintió algo extraño al sentir ese toque, pero borró esos pensamientos, Harry nunca pensaría en él de otra manera que no fuera su “Némesis”.

 

~**~

 

Los días continuaron su curso con normalidad, aunque en los corredores ya comenzaba a percibirse el “Espíritu Navideño”. Harry y Draco se reunieron durante cuatro días seguidos en la biblioteca y terminaron su trabajo escrito, ahora sólo faltaba realizar la poción y finalmente dejarían de tener que pasar tiempo juntos, y aunque ninguno de los dos fuera a decirlo, habían sido unos días maravillosos, en los que descubrieron facetas de ellos mismo que no conocían. Draco resultó ser muy bueno dando clases, y Harry no resultó tan cabeza hueca como Malfoy siempre pensó, además él tuvo mucha paciencia con Potter, quien había tenido algunos erros, que de no haber sido por Draco, hubieran ocasionado una nota muy baja.

 

—Bien, creo que ya estamos listos para realizar la poción. —Ambos se encontraban en la biblioteca revisando el trabajo, Draco miró la hora y faltaban veinte minutos para que la clase comenzara—, creo que ya debemos irnos, la clase comenzará pronto. —Comenzó a recoger sus cosas.

 

—Sí, trato siempre de llegar a tiempo, sino el profesor Snape lo usará como excusa para quitarnos puntos —bromeó. Draco sonrió al escuchar eso. Sí, su padrino era sumamente estricto.

 

—Entonces vámonos. —Antes de comenzar a caminar hacia la salida de la biblioteca Harry lo detuvo tomándolo de la mano, y nuevamente ambos sintieron un hormigueo en sus extremidades

—. ¿Qué quieres? —preguntó.

 

—¿Crees que podríamos volver a vernos luego de presentar el trabajo? —preguntó, tenía una pequeña esperanza de que Draco aceptara, después de tantos años de rivalidad tal vez era hora de dar vuelta la página.

 

—Nos vemos todos los días —respondió Draco esquivando la pregunta. Suspiró cuando vio a Potter fruncir el ceño—, no lo sé. —Debía aceptar que Harry le provocaba sentimientos encontrados, y simplemente ya no sabía si lo que deseaba era que siguiera cerca de él o que se mantuviera alejado.

 

Harry ya no dijo nada, simplemente soltó la mano de Draco y lo vio marcharse, se tomó unos segundos para luego seguir el mismo camino. Al llegar al aula de pociones, se reunió con Ron y Hermione.

 

—¿Ya tienen todo listo? —le preguntó ella.

 

—Sí, con Draco lo revisamos hace unos minutos. —No se percató de que había llamado a Malfoy por su nombre de pila, sus amigos intercambiaron miradas.

 

—Lo llamaste por su nombre —dijo Ron, al escuchar eso Potter se sorprendió. Se encogió de hombros como no dándole importancia.

 

—Lo dije sin pensar —se excusó. No siguieron hablando porque en ese momento Severus entró al lugar, inmediatamente ordenó que se sentaran junto a sus compañeros de equipo ya que ese día realizarían la poción para la cual habían estado recabando información.

 

Harry se despidió de sus amigos y ocupó su lugar al lado de Draco, él estaba concentrado revisando una última vez su trabajo, luego lo dejó a un lado listo para entregarlo cuando fuera necesario. Snape dejó escrito en el pizarrón los pasos a seguir para crear la poción correctamente y ellos pudieron comenzar. Draco fue indicándole a Harry cada paso que debía hacer para no tener accidentes.

 

—No pongas eso todavía. —Lo detuvo Malfoy—, hay que esperar a que los ingredientes estén perfectamente integrados. —Harry se acercó y miró el contenido del caldero, era verdad, los ingredientes aun no tenían una consistencia uniforme.

 

—Lo siento —susurró, dejando el ingrediente a un costado del caldero. Malfoy suspiró.

 

—No importa, ponlo cuando yo te diga —dijo sin dejar de revolver la poción.

 

Veinte minutos después Draco permitió que Harry echara el resto de los ingredientes, poco a poco la poción fue adquiriendo un color celeste claro, miraron la pizarra y sonrieron al comprobar que era la tonalidad que debía adquirir. Diez minutos antes de que la clase finalizara Severus comprobó cada una de las pociones. Muchos estudiantes quedaron decepcionados al comprobar que prácticamente todo lo que hicieron fue un fracaso.

 

—Una poción perfecta —alagó Severus—, aunque tal vez todo el mérito es suyo. —Miró a Draco, él rápidamente negó.

 

—No, lo hicimos entre los dos —dijo con seguridad. Cuando Harry escuchó sus palabras sonrió. Severus masculló pero finalmente asintió.

 

Cuando la clase finalizó, Snape dio las calificaciones, por supuesto Potter y Malfoy habían recibido una nota excelente, aunque muchos murmuraban que seguramente todo era trabajo de Draco ya que él era experto en la materia. Antes de que todos se marcharan dejaron los trabajos escritos en el escritorio de Severus, de esa forma fueron saliendo uno a uno del aula de pociones. Harry terminaba de aguardar sus cosas cuando Ron y Hermione se acercaron a él.

 

—Bien, creo que tu suplicio terminó —dijo Ron, refiriéndose al hecho de que ya no tendría que trabajar con Malfoy.

 

—Por favor, Ron. No digas tonterías —pidió Hermione, él sólo se encogió de hombros, por su parte Harry suspiró.

 

—Sí, supongo que tienes razón. —Se encogió de hombros, no comenzaría una discusión con su mejor amigo en ese lugar. Los tres salieron juntos y vieron a Draco caminar delante de ellos junto a sus amigos. Inconscientemente Malfoy volteó su mirada y Harry no pudo hacer otra cosa que sonreírle. Draco se sintió tan extraño al ver ese gesto que simplemente volvió a la plática con sus amigos.

 

~**~

 

El tiempo trascurrió lentamente, Harry y Draco debían admitir que extrañaban compartir las tardes en la biblioteca. Era día miércoles cuando en uno de los pasillos Potter se atrevió a interceptar a Draco, había pensado en él en todos esos días, y la verdad deseaba pasar más tiempo con él, no entendía el motivo, pero una parte de él no quería que ellos volvieran a ser los mismo de hacía años, la guerra y sus peleas habían quedo a atrás, era hora de dar vuelta la página y comenzar a escribir una nueva historia.

 

—¿Podemos hablar? —preguntó. Draco se llevó una mano a su pecho.

 

—Potter, casi me matas del susto —se quejó. Harry rió tontamente.

 

—Lo siento, es que quería pedirte un favor. —Draco enarcó una ceja, ¿un favor? En que podía ayudar él a Potter.

 

—¿Qué quieres? —la curiosidad obligó a Draco a tomar la decisión de escuchar lo que Harry quería pedirle.

 

—Pues tú eres excelente en pociones, ¿quisiera pedirte si podrías ayudarme a entender algunas dudas que tengo? —La verdad, esa era una simple excusa para pasar más tiempo con él, pero aun así también necesitaba una buena calificación en la materia si quería entrar a la escuela para Aurores.

 

Draco iba a negarse, pero algo en él lo hizo aceptar.

 

—De acuerdo, encuéntrame en el lago a las dos de la tarde, tengo una hora libre —informó.

 

—Está bien, nos vemos. —Harry salió corriendo por el pasillo, Draco rió cuando lo vio chocar con un joven menor que él. Suspiró, debía aceptar que Potter lo hacia sonreír muchas veces.

 

Retomó su camino a su cuarto y al entrar algo lo hizo abrir el cajón de la mesa de noche, encontró el escuche del pétalo de cristal y lo abrió con curiosidad, tomó el objeto entre sus manos y lo sintió cálido, eso era extraño, además de que el color comenzaba a cambiar, ahora los dos colores comenzaban a oscurecerse y cada vez se parecían más a los ojos de Harry y a los suyos.

 

«No puede ser», pensó, iba a guardar el pétalo en el mismo lugar, pero cambió de opinión y lo dejó en el bolsillo de su túnica.

 

~**~

 

A las dos de la tarde ambos se encontraron en el lugar indicado, la verdad era que hacia frio y estaba nevando, pero con un simple hechizo cambiaron eso, se sentaron al pie de un árbol frente al lago y Potter sacó sus libros, Draco de inmediato comenzó a explicarle lo que él no comprendía.

 

—¿Entendiste lo que te acabo de explicar? —preguntó Malfoy. Harry frunció el ceño y negó.

 

—La verdad no —dijo con una sonrisa nerviosa. Draco suspiró.

 

—De acuerdo, te lo explicare nuevamente. Presta atención. —Le dio unos golpecitos en la cabeza y luego regresó la mirada a sus apuntes para volver a repetir lo que minutos antes le había explicado.

 

La verdad era que Harry no le había prestado atención por estarlo contemplando durante los minutos que estaban juntos, y es que hacía varios días que no lo tenía cerca, además siempre se perdía en el color de sus ojos, pero ese día los ojos de Harry cambiaron de rumbo y se posaron sobre los rosados labios de Draco, parecían tan suaves y tersos que se preguntó, ¿qué se sentiría besarlos? Cuando aquel pensamiento llegó a su cabeza se sorprendió, nunca había pensado en Draco de esa manera, años atrás le habría parecido una locura, pero ahora y no era así.

 

Cuando terminaron de estudiar Draco no puedo evitar estornudar, y es que ese día se había olvidado su varita y bufanda en su cuarto por haber salido tan rápidamente para no llegar tarde a su encuentro con Harry.

 

—¿Tienes frio? —preguntó Potter.

 

—Un poco —confesó Draco. Sin pensarlo Harry se quitó su bufanda y la colocó alrededor de su cuello. Se había quedado helado ante aquella acción, cuando Harry terminó le sonrió.

 

—Listo, ahora no tendrás tanto frio —comentó Potter. Draco tomó la prenda entre sus manos y no puedo evitar sonrojarse.

 

—No puedo ir por el castillo usando una bufanda de Gryffindor. ¿Qué van a decir los demás? —dijo intentando quitársela pero Harry se lo impidió.

 

—No tienes que decir nada. —Lo miró con seriedad—, ya no existe una rivalidad entre nosotros.

 

—Tampoco somos amigos. —Draco tomó la prenda con una de sus manos.

 

—Podrimos serlo. —Sonrió Harry. Esas palabras descolocaron a Malfoy, ¿él quería ser amigo de Potter? Extrañamente esa idea no le agradaba demasiado, porque aunque no quisiera admitirlo tal vez deseaba ser algo más.

 

—No sé si yo quiero ser tu amigo —dijo finalmente—, lo siento. Tengo cosas que hacer, nos vemos. —Recogió sus cosas y se quitó la bufanda para regresársela, sin esperar respuesta de Harry comenzó a caminar rápidamente hacia el castillo.

 

Harry tomó su bufanda y suspiró, metió la mano en su túnica y sintió el pétalo más cálido que otras veces, al mirarlo sonrió, el cristal había adquirido el color perfecto entre los ojos de Draco y los suyos, era un tono muy hermoso, eso lo hizo pensar en que él sería su pareja en el baile, pero si era así estaba seguro de que él estaría solo ese día, porque Malfoy nunca aceptaría asistir a ese evento juntos.

 

~**~

 

Draco llegó a su cuarto y se encerró en él, se llevó una mano a su pecho y sintió su corazón latir rápidamente, sintió un calorcito extraño, buscó en el bolsillo de su túnica el pétalo de cristal y al sacarlo comprobó con ojos abiertos que la pequeña joya había adquirido ese particular tono tornasol entre el color de sus ojos y los de Potter. ¿Cómo era eso posible? Se suponía que el pétalo les indicaría quien sería su pareja el día del baile, pero él no podía asistir con Harry, eso era imposible, pero aunque lo negara una parte de él quería ir en su compañía a ese evento, aunque no estaba seguro si Potter estaría tan alegre de saber quién sería su pareja.

 

~**~

 

Durante el resto de los días Draco evitó a Potter, y aunque Harry hizo todo para poder hablar con él fue imposible, finalmente decidió rendirse y esperar hasta el baile. Eran las ocho de la noche y el Gran Comedor había sido decorado de una manera hermosa, el techo estaba hechizado de forma en que se podían ver las estrellas. Harry se encontraba en su cuarto terminando de arreglar su túnica de gala, Ron y Hermione ya se habían marchado, no era necesario de un pétalo de cristal para saber que asistirían juntos. Cuando el reloj marcó las ocho y diez, el pétalo –que Harry había dejado sobre la mesa de noche -, comenzó a brillar, Potter lo miró con interés, y una proyección salió del objeto, podía verse la escalera principal que llevaba al Gran Comedor y luego unos números que indicaban la hora en la que debía estar allí, cuando vio aquello rápidamente terminó de arreglarse, ya que se suponía que debía estar en ese lugar a las ocho y cuarto. Una vez listo tomó el pétalo de cristal y salió de la sala común de Gryffindor. Cuando llegó al lugar indicado no vio a nadie, suspiró. Comenzaba a pensar en que tendría que asistir solo al evento, pero una voz conocida lo hizo voltear su mirada.

 

—No puede ser —murmuró Draco parado al pie de las escaleras, cuando el pétalo de cristal que el poseía comenzó a brillar mostró ese lugar y la hora en la cual debía encontrarse con su compañero, pero al llegar no pensó en ver a Harry esperándolo, eso no podía ser real, él no podía ser su compañero en el evento. Esta dispuesto a marcharse, pero no tuvo tiempo de dar ni un sólo paso cuando Harry lo tomó de la mano.

 

—Espera, Draco. No te vayas —pidió usando su nombre de pila. Cuando Malfoy lo escuchó volteó su mirada con sorpresa.

 

—Me llamaste Draco —dijo. Harry sonrió y luego soltó su mano.

 

—Pues ese es tu nombre —bromeó—, ¿vas a marcharte? —preguntó.

 

—Esto debe ser un error, no puedes ser mi compañero en elbaile. —Se llevó una mano a su frente. Harry frunció el ceño.

 

—¿Por qué no? —Draco abrió la boca para responder, pero Potter lo interrumpió—. Sé que durante muchos años no nos llevamos bien, pero eso ya quedó atrás, pasamos muchos días trabajando juntos y no nos quisimos matar —bromeó, y Draco mostró una pequeña sonrisa—. Vamos juntos al baile, vamos a divertirnos sin que nos importe lo que los demás digan o piensen. —Extendió su mano esperando en el fondo de su corazón que Malfoy la tomara.

 

Draco se perdió en sus pensamientos por algunos segundos. No sabía qué hacer. ¿Qué dirían todos los demás? Estaba más que claro que muchos no eran felices con el hecho de que hubieran permitido que estuviera de nuevo en Hogwarts, a pesar de haberse comprobado que él no era un Mortífago. Pensó en que dirían sus padres, ¿estarían de acuerdo? Pero luego recordó las palabras de su madre. Narcissa sólo deseaba que él fuera feliz, que hiciera su vida como deseaba, que él mismo escogiera a sus amigos, y a la persona con la cual le gustaría pasar el resto de su vida, inocentemente miró los ojos de Harry, eso color verde esmeralda que brillaban con intensidad y parecían esperar con emoción una respuesta positiva de su parte.

 

No llegaba a comprender del todo que le estaba sucediendo con Potter, pero dejaría de pensar en el qué dirán y haría lo que él deseara, y lo que quería hacer en ese momento era ir al baile con Harry Potter. Con decisión se acercó hasta Harry y tomó su mano con confianza. La sonrisa de Harry no podía ser más amplia en ese momento.

 

—Potter, sabes que todos hablaran de esto mañana, ¿verdad? —preguntó mientras bajaban las escaleras.

 

—Lo sé, y no me interesa —respondió con seguridad—, y dime Harry. Estamos empezando de nuevo. —Le sonrió. Draco pensó que él tenía una sonrisa muy bonita que hacia latir con fuerza su corazón, tal vez, y sólo tal vez se estaba enamorado de Harry.

 

Cuando entraron al Gran Comedor no tomaron en cuanta el silencio que reinó en el lugar, contemplaron el ambiente, el techo estaba hechizado para que pareciera una noche estrellada. Había un enorme árbol de Navidad en el centro del lugar. Las mesas estaban cubiertas con manteles blancos y sobre ellas se desplegaban una serie de candelabros que flotaban en diferentes direcciones alumbrando la velada, había también una gran cantidad de comida realizadas para la ocasión. En la mesa de profesores, Dumbledore miró a Severus y le sonrió, él sólo masculló por la bajo. Draco y Harry se miraron, no sabían hacia qué dirección encaminarse.

 

—Iré a hablar con mis amigos —dijo Malfoy finalmente. Harry asintió.

 

—De acuerdo, yo haré lo mismo. —Antes de que Draco se marchara Potter lo tomó de la mano—, vas a bailar conmigo, ¿verdad? —Draco sintió un calorcito en sus mejillas y terminó asintiendo, para luego marcharse.

 

~**~

 

—Draco —llamó Pansy, quien había asistido al baile con Blaise—, ¿tu compañero era Potter? —preguntó impactada.

 

—Sí, y no espero que me den su “aprobación” —advirtió—, yo decidí aceptar venir con él y eso es todo. —Sus amigos intercambiaron miradas.

 

—Pues si tú estás bien con eso nosotros también. —Blaise se encogió de hombros—, aunque siempre pensé que tantas peleas terminarían en algo como esto. —Sonrió.

 

Pansy sonrió ante sus argumentos, eso era muy cierto, Draco debía admitir que siempre hablaba de Potter, aunque sólo lo hiciera para criticarlo. Malfoy ya no dijo nada, se dirigió hacia donde se encontraban las bebidas y tomó un poco de jugo de calabaza, sentía la mirada de todos sobre él, pero no les dio importancia. Ya no pensaría en lo que los demás dijeran.

 

~**~

 

Harry se encontraba en las mismas condiciones, sus amigos prácticamente se tiraron sobre él en una avalancha de preguntas.

 

—Ya basta —dijo finalmente—. Si yo decidí venir con él es sólo mi decisión no suya. —Los miró con seriedad. Hermione caminó hacia él y le sonrió.

 

—No tienes por qué dar explicaciones, Harry. Es tu vida, puedes hacer lo que quieras —lo animó.

 

—Si compañero. —Ron puso una mano sobre su hombro—. Es sólo que es extraño verlos juntos —aceptó—. Pero tú mismo lo dijiste, la guerra ya pasó y es tiempo de dar vuelta la página.

 

Potter sólo sonrió al escuchar las palabras de sus amigos, miró hacia el lugar en el que se encontraba Draco y él al verlo le sonrió, esa sonrisa que se colaba hasta lo más profundo de su corazón. Sí, debía aceptar que Draco le gustaba, tal vez siempre fue así, sólo que ese sentimiento se ocultó durante tantos años debido a su mala relación, pero ahora todo podía cambiar, sólo esperaba que Malfoy sintiera lo mismo. Los estudiantes disfrutaron del exquisito banquete que fue preparado para ellos y cuando fueron las nueve de la noche Dumbledore se puso de pie.

 

—¡Mis queridos estudiantes! —dijo en voz alta llamando la atención de los presentes—. Espero que estén disfrutando de esta velada. —Sonrió—. Espero que disfruten de la compañía de sus acompañantes, tal vez en las últimas semanas observaron sus respectivos pétalos de cristales —comentó—. Esa pequeña joya no sólo indicaba el lugar donde se encontrarían con sus parejas, sino que tiene algo mucho más especial, tal vez no todos lo hayan percibido, pero ese pétalo de cristal es capaz de sentir y trasmitir los sentimientos de quienes lo posean, no sólo podía cambiar su color por aquel que a ustedes más les llamaba la atención —dijo—. Sino también que también en algunos casos podría brindar una calidez que sólo se da entre las personas que sienten una tracción una hacia la otra. —Su mirada fue hacia Harry y Draco quienes escuchaban todo con sorpresa—. Esa tibieza representa un nuevo sentimiento que comienza a florecer por otra persona, espero que quienes sintieron esa calidez no ignoren lo que comienza a nacer en lo más profundo de su corazón, el amor. —Sonrió—. Ahora espero que continúen disfrutando de la velada.

 

La música comenzó a escucharse en ese momento y las parejas comenzaron a colmar el centro del Gran Comedor, Hermione obligó a Ron a dejar de comer e ir con ella a bailar, y aunque su amigo quería seguir disfrutando del banquete decidió compensar a su novia. Sin poder evitarlo y recordando las palabras de Dumbledore caminó con decisión hasta el lugar donde se encontraba Draco, quien al verlo llegar le sonrió.

 

—¿Vas a invitarme a bailar? —le preguntó con cierto tono de burla.

 

—¿Vas a aceptar? —replicó extendiendo su mano. Esta vez Malfoy no dudó en tomarla.

 

—No pensaba quedarme sentado toda la noche —bromeó.

 

Sin importarles que todos tenían los ojos puestos en ellos ambos decidieron disfrutar de la compañía del otro, Draco no podía evitar reír al ver bailar a Harry, y es que era muy malo para ello, pero aun así él se tomó la molestia se guiarlo y con cada pieza que se escuchaba iba mejorando. Se tomaban de las manos, Potter lo hacía girar y él reía ante eso, en algunas ocasiones daban vueltas juntos, era simplemente divertido y Draco pensó que hacía mucho tiempo no se sentía así, pero luego pensó que era la compañía de Harry que lo hacia sentir alegre y divertido. La velada trascurrió entre risas, algunas caídas por parte de estudiantes y una que otra sanción de Severus al descubrir parejas fuera del Gran Comedor. Cuando el reloj marchó las doce de la noche todos festejaron la navidad, pero Harry no quería que la noche terminara aún.

 

—Estoy cansado —dijo Draco dejándose caer en una silla—, creo que es hora de que nos vayamos, ya casi no hay nadie. —Miró a su alrededor.

 

—¿Te gustaría ir a la torre de astronomía? —Harry no iba a andar con rodeos, esa misma noche le diría a Draco todo lo que le estaba sucediendo. Malfoy iba a negarse, pues ya era tarde y realmente estaba cansado, pero algo en la mirada de Potter lo hizo aceptar.

 

—Sí, vamos. —Ambos salieron del Gran Comedor, sin darse cuenta de la sonrisa que tenía Albus en ese momento, o la mirada de reproche de Severus.

 

~**~

 

Subieron las escaleras hasta el lugar indicado y al entrar Draco fue directamente hacia la barandilla en donde se apoyó, el viento era frio y la nieve no se había detenido. Se atrevió a sacar su mano y dejar que un poco de nieve se derritiera en ella, sintió el frío en la palma de su mano, aun así sonrió.

 

—¿Te gusta la nieve? —preguntó Harry situándose a su lado.

 

—Sí, me gusta —aceptó—, debo decir que no me agrada el frio, pero la nieve tiene algo especial, me recuerda a mi niñez. —Recordar esos momentos felices hacia que su alma se sintiera más tranquila al saber que a pesar de perder a sus padres aún tenía esos bellos recuerdos en su memoria, esos que nunca nadie podría quitarle—. ¿Sobre qué quieres hablar conmigo. —Estornudó al terminar de hablar, Harry rio y decidieron refugiarse del frío.

 

—Tal vez te parezca extraño, pero me agrada tu compañía —dijo Harry—. Sé que durante muchos años fuimos “enemigos” pero en estas últimas semanas creo que hemos llegado a conocernos mucho mejor que en estos años. —Draco enarcó una ceja—. Lo que intento decirte es que me he dado cuenta de que eres especial. Lo supe desde el momento en que mi pétalo de cristal comenzó a tomar una coloración perfecta entre el color de tus ojos, que por alguna razón me gustan demasiado y de los míos —reconoció finalmente. Mientras buscaba en el bolsillo de su túnica la joya y se la mostraba a Malfoy.

 

La sorpresa se hizo presente en el rostro de Draco. Jamás pensó que eso pudiera ser posible, miró a Potter y vio en sus ojos la verdad, esa que ahora mismo le estaba revelando, no sabía que decir, y simplemente él también buscó su pétalo de cristal y se lo mostró.

 

—Creo que yo también comienzo a sentir lo mismo —aceptó, pues su joya tenía el mismo color que el de Harry, esos que nunca había visto antes—. Además, cada vez que nos reuníamos sentía una tibieza que jamás pude percibir antes. Esa calidez de la que habló Dumbledore hoy. No estoy seguro, pero creo que eres una persona especial para mí, o tal vez podría serlo en el futuro, aún no lo sé claramente.

 

—¿Crees que podemos tener un futuro juntos? —preguntó Harry. Malfoy se encogió de hombros.

 

—Eso sólo podremos saberlo con el tiempo, por ahora podríamos comenzar siendo amigos —propuso extendiendo su mano, la cual Harry tomó sin dudarlo.

 

—Estoy de acuerdo. —Ambos rieron luego de unir sus manos, y darse la oportunidad de comenzar una amistad, esa que había tardado siete años pero que al fin llegaba, y tal vez con el tiempo podría convertirse en algo más.

 

—Feliz navidad, Draco. —Sonrió Harry.

 

—Feliz navidad, Harry. —Y Draco pensó que seguramente ese sería uno de los mejores recuerdos que tendría en su vida.

 

~**~

 

Meses después…

 

—Apresurarte, Potter. Pareces un anciano —se burló Draco mientras arrastraba su baúl por el campus de la universidad mágica. Unos metros detrás de él, Harry caminaba de forma mucho más lenta, quien a diferencia de él cargaba dos baúles.

 

—Podrías ayudarme —gruñó Potter.

 

—Dijiste que harías cualquier cosa para que aceptara ser tu novio, ahora cumple —le recordó con gracia.

 

Harry masculló por la bajo, ambos comenzaron a convivir de manera más seguida luego del baile en Hogwarts, y aunque se volvieron grandes amigos, Harry deseaba tener otro tipo de relación con él, pues con el paso de los meses aceptó que estaba enamorado de Draco Malfoy, pero él aún no le había dado una respuesta a su propuesta de ser pareja, desde eso ya habían trascurrido tres meses, esperaba pronto tener una respuesta positiva.

 

Se habían graduado de Hogwarts hacia algunos meses atrás, Draco ingresaría a la carrera para pocionista y Harry deseaba convertirse en Auror, era una gran noticia saber que ambas carreras estaban en la misma universidad, no así en la misma ala del edificio, aunque Harry había logrado conseguir que lo instalaran en el mismo cuarto que Draco.

 

—Camina, Harry, se nos hará tarde. —Hermione pasó a su lado, ella estudiaría medimagia.

 

—Ni modo compañero, tendrás que seguir luchando, pero seguro que un par de meses te da una respuesta —lo molestó Ron entre risas. Harry frunció el ceño, Weasley también decidió convertirse en Auror, aunque ese era el sueño de ambos y ahora por fin comenzaba a convertirse en una realidad.

 

Cuando finalmente llegaron a la que sería su habitación, Draco entró primero y dejó su baúl al pie de la cama, mientras Harry dejaba el resto en la puerta y luego se dejó caer en una de las dos camas, ni siquiera le preguntaría a Draco cual quería él.

 

—Que flojo eres, Harry —bromeó sentándose a su lado.

 

—Parece que traes piedras en ese baúl. —Señaló el equipaje. Draco no le dio importancia a sus palabras y dio unas palmaditas a su lado, una clara señal para que Harry se sentara, y él así lo hizo.

 

—Si quiero —dijo finalmente, la verdad era que siempre tuvo una respuesta a la pregunta de Harry, simplemente tuvo deseos de hacerlo sufrir un poco, pero ya era momento de aceptar sus sentimientos por Potter.

 

—¿Si qué? —Draco resopló y se cruzó de brazos.

 

—Si quiero ser tu novio —confesó finalmente.

 

Harry tuvo deseos de ponerse a saltar en ese momento, al fin Draco le daba esa respuesta que durante meses deseó escuchar, iba a decir algo, pero en ese momento vio una cadena brillar en el cuello del chico, sin pensarlo y ante la mirada extrañada de Malfoy sacó el pequeño objeto, se sorprendió al comprobar que se trataba del pequeño pétalo de cristal.

 

—Aún lo tienes —susurró. Draco masculló.

 

—Sí, pero estoy seguro de que tú ya no tienes el tuyo —se quejó. Harry sonrió con malicia.

 

—¿Qué me darás si te compruebo que aún lo tengo? —preguntó.

 

—Lo que quieras —dijo con seguridad.

 

—Que así sea entonces. —Harry metió la mano en el bolsillo de su pétalo y extrajo una pequeña cadena, en ella se encontraba sujeto aquel pétalo de cristal que los había reunido, Draco lo miró sorprendió pero luego sonrió—. Ahora con tu permiso voy a cobrar mi premio.

 

Sin que Draco pudiera responder sintió los cálidos labios de Harry sobre los suyos, le tomó unos segundos darse cuenta de lo que estaba sucediendo, pero finalmente cerró sus ojos y abrazó a Harry correspondiendo a su beso, ese beso que debía aceptar había esperado durante mucho tiempo y que ahora era una realidad. Cuando se separaron ambos sonrieron.

 

—Gracias ti ahora puedo decir que creo en el amor —confesó con seguridad Draco, ya no sentía vergüenza de decir lo que sentía.

 

—Ahora que te tengo a mi lado mi vida vale mucho más —manifestó Harry—, sé que ambos podremos ser muy felices.

 

Sonrieron para luego besarse nuevamente. Cuando se separaron, Draco apoyó su cabeza en el hombro de Harry mientras él ponía una de sus manos sobre la suya. Ahora que Malfoy formaba parte de su vida, Harry deseaba llenarla de hermosos momentos, esos que con el tiempo se convirtieran en bellos recuerdos.

 

Ese día ambos comenzaban a escribir una nueva historia juntos, eran dueños de sus vidas y estaban dispuestos a compartirla. Para Draco, Harry era esa paz que durante mucho tiempo no tuvo, pero ahora que estaba a su lado era feliz, por su parte Potter sintió que Draco era lo que siempre soñó tener en su vida, y sólo deseaba hacerlo feliz. No podía imaginar una vida sin estar a su lado. El destino es extraño, tiene giros inesperados y reúne a las personas que creyeron nunca poder estar juntos. Draco y Harry eran ellos mismos estando juntos, nunca cambiarían, sólo podía agradecerle a la vida y a esos pequeños pétalos de cristal por haber encontrado a la persona que siempre desearon tener a su lado por el resto de sus días.

 

*Fin*

Notas finales:

Y este fue mi pequeño regalo de Navidad. Espero les haya gustado :D

 

Ya saben que también publico en wattpad, les dejo el link por si quieren seguirme ahí también ;) https://www.wattpad.com/user/Elizabeth-Hummel

 

Ahora me despido y espero que pasen una hermosa Noche Buena y una bella Navidad!

 

Bye <3

 

 


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