Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Unexpected Encounter por sparksbtwnsugakookie

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Puedo decir que tengo un espíritu bastante rebelde.

 

Si no fuera por mi espíritu rebelde, no hubiera escapado de casa en primer lugar. Fue después de una terrible discusión con mi padre, principalmente sobre mi sexualidad y lo mucho que él odiaba el hecho de que me interesen los hombres en lugar de las mujeres. Estaba haciendo mi mejor esfuerzo para ayudarlo a entender que esto iba más allá de mi voluntad o capricho – como en algún momento lo llamó así- pero no parecía entenderlo. Peor aún, pensé que ni siquiera se molestó en asimilarlo y entender.

 

La discusión continuó, y en un momento se intensificó en algo peor. Sus manos comenzaron a volar hacia mí, y mi reacción inicial fue bastante mala dado que su primer golpe cayó directo en mi cara haciendo que me tambaleará hacia atrás; encontrándose a su acción, entre sorprendido y enojado.

 

No esperé a que un segundo golpe cayera sobre mí. Mientras la furia y la irritación me atravesaban, atrapé su puño con mi mano, sosteniendo su mirada intensa. Apretó fuertemente su mandíbula, y estaba seguro que era un gesto que había heredado de él porque me encontré copiando involuntariamente su acción.

 

Podía sentir mi sangre bombeando a través de mis venas, mientras el calor de mi cuerpo se intensificaba cada vez más. Su golpe en la cara posiblemente me hubiera roto el pómulo, pero ya ni siquiera me importaba el punzante y palpitante dolor. En cambio, estaba concentrando en decidir qué debería hacer a continuación; exhibir mi creciente ira antes de que explote y esta me consuma desde adentro lanzándole un puñetazo, o agachar la cabeza y acorbardarme, como siempre lo había hecho.

 

No esta vez.

 

Pero sabía que no debía lanzar mi puño contra él. Simplemente empujé ligeramente a mi padre hacia atrás, no lo suficiente como para hacerlo caer hacia el piso de madera dura, pero lo necesario para impulsarlo hacia atrás.

 

Sus ojos se oscurecieron con desaprobación, pero ni una palabra salió de su boca. En cambio, sus labios estaban cerrados con la mandíbula todavía sostenida firmemente.

 

“No puedo seguir viviendo aquí” Podía saborear la amargura de mis palabras cuando solté cada sílaba sin prisa, haciéndome sonar lo más firme posible.

 

Esperaba que explotara en ese momento, o al menos arrojara otros golpes y patadas, o algo así. En cambio, solo soltó una risa burlona que envió un escalofrío por mi cuerpo, recorriendo por mi espina dorsal sin piedad. "Esta bién. Por favor, estoy bastante seguro de que no necesito acompañarte hasta la puerta, Jeongguk”

 

Fue su mano señalando a la puerta de manera burlona, esa sonrisa despectiva que recorrió la esquina derecha de sus labios y esa máscara insensible que estaba pintada en su rostro viejo y arrugado lo que me había hecho saber que estaba haciendo lo correcto, que sostenerme por mí mismo sería lo mejor que podía hacer.

 

--

 

Ese fue el día en que salí caminando lejos de casa, con solo una mochila de ropa, y comenzando a vagar por la ciudad.

 

Fue difícil las primeras noches, vagando por la ciudad sin un lugar fijo adónde ir. Tengo que admitir que me derrumbé varias veces tan pronto como me di cuenta de que estaba completamente perdido. Hubo una o dos veces en las que casi decidí darme la vuelta y regresar a ese hogar tan infernal.

 

Pero no lo hice.

 

Logré hospedarme en lo que pensé sería un albergue para personas marginadas, un lugar tan silencioso que era propicio para pensar y decidir qué era lo que iba a hacer con mi vida desde ahora.

 

Mi principal ocupación, después de huir de casa, consistió básicamente en dormir la mayor parte de la mañana. Evitaba desayunar. No era tanto por el hecho de haber salido de casa con solo un par de billetes, la razón principal era no tener motivación de tan si quiera despertar. Sabía que lo que había hecho era lo correcto, pero por muchas mañanas, esto no se sentía así.

 

La mayoría de las veces era la soledad la que amenazaba con matarme.

 

--

 

Todo sucedió cuando regresaba de comprar un poco de pan por la mañana. Con la energía casi agotada por el calor del sol - que había empezado a hacerme sentir terriblemente agitado - decidí que era bueno tomar una ducha rápida antes de comer algo. Tomé mi mochila, junto a la única ropa limpia que tenía y me dirigí hacia uno de los dos únicos baños del albergue localizados en el sótano, cuando escuché una risa ronca y un grito desesperado.

 

Mis ojos se abrieron casi instantáneamente por sorpresa y desconcierto. Estaba tratando de ignorar lo que fuera que estuviera pasando cuando escuché de nuevo la burlesca carcajada, acompañada con un grito espeluznante que envió escalofríos por mi espina dorsal, y fui consciente del nudo que comenzaba a formarse en mi garganta.

 

"¡Ouch! ¡El bastardo me mordió!" Escuché la voz gritando desesperadamente, haciendo eco a través de la habitación frente a la escalera que llevaba al sótano. " ¡Se está escapando! "

 

"¡Átalo!" Esa era una voz diferente; profunda y firme.

 

"¡Ayuda!" El pedido era ruidoso y gutural, lo suficientemente desesperado y horrorizado para sacudirme y entrar en estado de alarma, mis ojos se movían de un lado a otro, examinando el entorno, tratando desesperadamente de encontrar la fuente de las voces.

 

De pronto, ví como un muchacho salía de una de las habitaciones, corriendo a duras penas, chocando contra mí. Nuestros ojos se encontraron y antes de darme cuenta, el muchacho soltó una bolsa negra dentro de mi mochila.

 

Una parte de mí, me decía que recogiera mis cosas y simplemente salvara mi propio trasero. Y justamente esa parte hizo que me escondiera debajo de las escaleras antes de escuchar unos pasos acercándose hacia el corredor.

 

“¿A dónde crees que vas, eh?” dijo un hombre alto y de cara alargada.

 

Estaba paralizado viendo como se llevaba al muchacho de regreso a la habitación hasta que, en un momento, recordé lo que había colocado en mi mochila. Saqué la bolsa y me quedé atónito al ver lo que estaba en mis manos. Era un revolver con varias municiones. Mi padre era policía y había visto una de estas muchas veces en mi vida, pero, sin embargo, no tenía ni la más remota idea de cómo manejar una.

 

"¡Déjame ir! ¡Ayuda!" Fue ese grito desesperado otra vez. Sonaba como si estuviera ahogado, o probablemente su garganta ya estaba cansada por los gritos de ayuda que había provocado.

 

Necesitaba irme ahora, definitivamente aquellos eran unos matones.

 

Y quizá lo hubiera hecho, para ser sincero, si no fuera porque mi cerebro estaba medio dormido y francamente frustrado.

 

Mantuve el arma en la mano y comencé a salir donde estaba escondido, convenciéndome frenéticamente de que esta era otra de mis buenas decisiones. Siempre fui bueno para tomar decisiones, ¿verdad?

 

Antes de que siquiera lo supiera, me giré sobre las puntas de mis pies y comencé a caminar hacia la fuente de los gritos y las risas que se habían fundido en la parte baja de este lugar.

 

Sabía que iba en la dirección correcta porque las voces se hacían cada vez más fuertes.

 

Estaba tratando frenéticamente de establecer un plan dentro de mi mente medio atontada, tratando desesperadamente de decidir entre una emboscada donde posiblemente terminaría muerto o simplemente una confrontación improvisada que probablemente todavía me llevaría a la muerte.

 

Esperaba alrededor de tres hombres después de estimar mentalmente, a juzgar por el número de voces que había escuchado anteriormente. Pero aparentemente, Jeon Jeongguk era el peor calculando.

 

Había seis de ellos, de pie en un semicírculo con el mismo tono de sonrisa burlona reflejada en sus rostros, mientras sus orbes estaban fijos en un cuerpo que se extendía en el suelo.

 

"¡Eh, tú!"

 

Tuve que abofetearme internamente para despertarme del breve trance en el que estaba, y mi cabeza se agitó tan instantáneamente que me sentí un poco mareado. 

 

Los seis hombres ahora estaban al tanto de mi existencia, y estaba seguro de que cada uno de ellos también tenía los ojos puestos en el revólver que tenía en la mano.

 

Mierda. ¿Ahora qué, Jeongguk?

 

"Alguien tiene un arma". La oración burlona vino de un hombre con una copa en la mano de veintitantos años, no tan alto de estatura, aunque de mirada lo suficientemente intinimidante para pasar aquel detalle a segundo lugar. A juzgar por la forma en que actuaba y el hecho de que vestía un traje en comparación con los otros, no había duda que él era su líder.

 

Los otros cinco se rieron del comentario burlón, y aunque parecían completamente histéricos y perdidos en sus risas, sus manos se habían deslizado alarmantemente hacia sus pistoleras al costado de sus pantalones, listas para sacar sus arsenales en cualquier segundo.

 

"Estaba a punto de dormir cuando sus descaradas risas me despertaron, así que vine a ver qué pasaba, y probablemente dispare algunas cabezas, si es necesario, porque ¡Dios, necesito dormir! ". Espera, Jeongguk, ¿¡Qué estás diciendo!? ¡Van a matarte, idiota!

 

El comentario salió de manera distraída, y estaba bastante seguro de que todavía estaba medio dormido, ¡por eso no podía controlar mi propia boca!

 

Pero espera ... Esto podría funcionar, si ...

 

"Así que, ¿qué tienen aquí?" le pregunté, sobresaliendo mi barbilla hacia el muchacho tirado en el suelo y poniendo una máscara de confianza y condescendencia que nunca supe que podía mostrar. ¿Qué estaba haciendo?

 

Los seis llevaban el mismo rostro de percepción errónea y vacilación, y pude ver líneas de confusión serpenteando en sus rostros.

 

Así que me encaminé hacia el grupo, acercándome a ellos con el ritmo más seguro que había logrado en mi vida, mientras dejaba que mis labios se movieran ligeramente hacia la derecha de una manera casi burlona, como lo hizo mi padre cuando voluntariamente me sacó a “patadas” de la casa.

 

Noté que tres de los seis habían sacado sus arsenales, señalándome vacilantemente. Traté de mantener el rostro despreocupado, a pesar de que literalmente me estaba consumiendo por dentro.

 

El que parecía ser el líder, simplemente siguió mirándome como si fuera lo más interesante. Incluso ladeó la cabeza hacia un lado, como un niño admirando un juguete nuevo.

 

Me detuve frente al grupo, mirando a cada uno de ellos sin ninguna expresión visible. Sabía que no era nada intimidante, y seguramente me había equivocado un poco. Pero, ciertamente, me estaba divirtiendo con esto.

 

"Guarden sus armas, muchachos, no lo necesitarán" pronunció el líder, con sus ojos aún fijos en mi.

 

Desde un vistazo pude ver que los demás hacían algunos gestos en desacuerdo con sus labios, pero no dijeron nada. Poco a poco empezaron a guardar las pistolas en sus respectivas fundas, con los ojos todavía mirándome con la misma mirada alarmada y titubeante.

 

"¿Quién eres, muchacho?", Preguntó el líder, más molesto que curioso.

 

Levantando una ceja, pregunté, "¿Es esto necesario?"

 

"Sí, porque si no nos lo dices, todas nuestras armas estarán fijas en tu cabeza y te volarán los sesos".

 

"¿Esperas asustarme con esa amenaza tímida?" Me encontré soltando una risa burlona, antes de ponerme de rodillas. "Será mejor que respondas mi pregunta primero, amigo. ¿Qué tienes aquí?” Llevé mis dedos hacia la barbilla del muchacho y lo levanté para poder mirarlo a los ojos. Estaba seguro que por unos instantes se mostraba entre confundido e incrédulo ante mis acciones.

 

Estaba respirando con dificultad; pude sentir el aire salir corriendo de sus fosas nasales e incluso a través de la tela que amordazaba su boca.

 

Me tomó por sorpresa cuando apartó con fuerza su barbilla de mis dedos.

 

"Está bien, amigo, es solo un bastardo", dijo el líder, una sonrisa parpadeó en sus gruesos labios. "Verás, estamos en el medio de la búsqueda de... “algo” invaluable, y este chico es nuestra clave para encontrarlo".

 

Así que tenía razón todo este tiempo. Ese muchacho había sido secuestrado.

 

Entonces, Jeongguk, ¿cómo vas a ayudar a este muchacho?

 

Lanzando una última mirada al chico, finalmente me levanté nuevamente para encontrarme con los ojos del líder. "Eso suena interesante. Ha pasado un tiempo que tuve una cena adecuada, y parece ser que encontrar ese “algo” podría traerme también algo para mí. ¿Te importa si me uno a ustedes?”

 

Allí estaba de nuevo, diciendo cosas que ni siquiera recordaba haber pensado. Espontáneo no era la palabra correcta para esto.

 

Miradas vacilantes y cejas arqueadas fueron las primeras respuestas que recibí, antes de que uno de los muchachos finalmente dijera: "Ni siquiera te conocemos, ¿y esperas que te permitamos unirte a nosotros?"

 

"Lo sé, lo sé, pero creo que probablemente me necesites tanto como yo te necesito".

 

El líder finalmente dijo: "Tiene razón. Podríamos necesitarlo. Él fue lo suficientemente valiente como para venir aquí solo con un arma en la mano y enfrentarnos a todos, solo porque lo despertamos de su sueño. Necesitaremos de su audacia en el futuro”

 

Pude ver somo el líder se acercaba al más alto, susurrándole un par de indicaciones al oído.

 

"¡Bienvenido a la pandilla, amigo!" Se acercó a mí, antes de aplaudir cálidamente con su mano.

 

Tenía que admitir que tenía la sonrisa más genuina y encantadora en un matón. "Gracias amigo."

 

Los otros se acercaron a mí e hicieron lo mismo, aunque sus sonrisas no eran tan cálidas y acogedoras como las del líder.

 

"Mi nombre es Park Jimin y él es Namjoon" dijo señalando al hombre alto.

 

Le devolví calurosamente el apretón de manos y la sonrisa, "Jeon Jeongguk" e hice lo mismo con Namjoon

 

“Luego irás conociendo a los demás” concluyó Jimin, con un par de quejidos por parte de los otros cuatro.

 

"Antes de continuar, necesito que me entregues tu revolver" dijo Jimin con extrema seriedad.

 

"¿Es necesario tanto recelo?, ¿sigues sin confiar en mi?" le contesté, con una falsa indignación marcada en mis palabras.

 

"No es asunto de confianza, Jeongguk. Puedo ser amable pero tampoco soy idiota. Tú me entiendes"

 

Por un minuto, toda la confianza que había ganado se estaba por ir; cuando de pronto, observe de reojo al muchacho, mirándonos de forma extrañamente placentera.

 

“Y bueno, ¿en que estábamos?” Jimin y los demás muchachos desviaron su atención de nuevo al hombre en el suelo.

 

Acercándome ahora con mayor tranquilidad, pude observarlo mucho mejor.

 

Tenía la figura de un hombre de estatura baja, no extremadamente delgado pero lo suficientemente pequeño en comparación con los otros cinco hombres a su alrededor, a excepción de Jimin. Tenía las manos atadas a la espalda y estaba amordazado con una tela oscura. A pesar que su cabello negro estaba hecho un desastre, completamente bloqueando sus ojos de mi vista, era seguro que había recibido varios golpes en el rostro antes de mi llegada.

 

A pesar de su contextura, podía decir que era un muchacho sobre los veinticinco. Por la forma en la que vestía, estaba bastante seguro que no era un simple chico que encontraron en la calle, y mucho menos un indigente. Él debía venir de una familia adinerada, no era sorpresa el porqué lo habían secuestrado.

 

Jimin sacó la mordaza de su boca y le preguntó:

 

“Te lo voy a repetir por ultima vez. ¿Dónde escondiste a Kim Taehyung?”

 

¿Kim Taehyung?

 

No consiguieron ninguna respuesta por parte de él. Entonces, uno de ellos lo sujeto de los cabellos, levantado su rostro a su altura, cogiendo su quijada con desdén. Tenía un corte debajo del ojo izquierdo, los pómulos de color púrpura oscuro y el labio inferior roto.

 

“¡No te creas tan importante, maldito bastardo! ¿Crees que los Kim estarán muy agradecidos por proteger a su apreciado hijo?” preguntó soltando una risa burlona.

 

“¿Te crees muy importante por follarte a su despreciable heredero?” Jimin preguntó.

 

El pelinegro reaccionó ante lo dicho por Jimin con una patada torpe sobre él. El más pequeño agitó su rodilla, dándole un certero golpe en las costillas.

 

“¡Oh!, ¿no te gusta que hable así de tu noviecito? Al parecer no conoces las historias nocturnas de tu perra Taehyung”

 

“¡No te atrevas a dirigirte a-!”

 

“¡Quieto!” Namjoon lo apuntó con un revolver, que tenía resguardado debajo de su chaqueta.

 

“Tan eficiente hyung” Jimin sonrió, pasando por el lado de Namjoon, acariciando su rostro.  “Regrésenlo a la bodega, no le den nada de comer ni de beber hoy. Vamos a ver si sus tripas crujientes lo alientan a abrir la boca”

 

Los dos hombres corpulentos cogieron a Yoongi de los brazos arrastrándolo fuera de la habitación.

 

“Señor, ¿qué vamos a hacer con él? Min Yoongi no soltará nada a estas alturas” preguntó uno de ellos.

 

“Lo sé” dijo Jimin terminando de beber su copa de vino.

 


“¿Quiere que nos encarguemos de una vez de él?”

 

“No, dejémoslo así por ahora. Tal vez esos malditos millonarios nos den algo por entregarle al oportunista del guardaespaldas de su hijo” Jimin dejó la copa vacía en la pequeña mesita a lado de la puerta.

 

 “Además, me da mucha curiosidad como mantenía tan contento a la perra de Tae. No me molestaría dejarlo correrse sobre mí con tal de oír los roncos gemidos de los que tanto Tae me hablaba” guiñó el ojo Jimin saliendo de la habitación.

 

“Podrá ser el jefe, pero realmente eso fue asqueroso” dijo en voz baja uno de sus secuaces, siguiéndolo hacia la puerta.

 

“Jimin es su líder, ¿verdad?” le pregunté a Namjoon, viéndolos salir.

 

“Así es. Que no te distraiga su pequeña estatura y su cara bonita, es bastante perverso cuando quiere algo”

 

“¿Quién es Kim Taehyung?”

 

“El pequeño hijo de Los Kim, importantes accionistas de la más grande compañía minera en occidente”

 

“¿Qué relación tiene Jimin con él?”

 

“No seas tan curioso, niño. Y recuerda que debes dirigirte a él como Señor Park, es bastante quisquilloso con las posiciones y edades”

 

Baje el rostro, distrayendo mi mirada hacia las escaleras en medio de la sala. ¿Qué es lo que pensaban hacer con el tal muchacho llamado Min Yoongi?

 

“Hey, irás aprendiendo un poco del negocio con el tiempo” Namjoon me sacó de mi ensueño. “Eres bastante joven y lindo, usa eso y Jimin podrá ser más flexible contigo”

 

Los otros muchachos volvieron a ingresar a la habitación a presentarse también, pero olvidadizo como siempre, sus nombres volaban en mi mente pasando a segundo lugar después de que lo pronunciaron.

 

Para ser honesto, no podía dejar de pensar en el muchacho. Min Yoongi. Necesito pensar en una forma de salvarlo.

 

"Fue grosero de su parte no haberme presentado al muchacho", le dije.

 

Namjoon dejó escapar una risa bastante curiosa: "Ya ha captado tu interés, ¿verdad?".

 

Me sonrojé ante lo afirmado por Namjoon, y sabía que los otros probablemente vieron el rubor evidente en mis mejillas. Encontré mis labios haciendo algunos movimientos, tratando de defenderme, pero ni siquiera pude controlar un sonido. Tenía millones de excusas nadando en mi cerebro, y simplemente no conseguí sacar una.

 

"No te preocupes, amigo. Como verás, aquí no tenemos problema con ello. Pero como ya lo habrás notado, no eres el único que tiene su interés fijado en él.”

 

Sabía a lo que se refería Namjoon. Park Jimin, su líder.

 

“Bueno, necesito que uno de ustedes se encargue de no despegarle un ojo a Yoongi, además de alimentarlo” dijo Namjoon, acomodándose la chaqueta.

 

Dos de ellos comenzaron a quejarse.

 

“A comparación de lo que el jefe piensa, considero que es necesario tenerlo con vida si queremos localizar a Taehyung. Hambriento o no, no creo que abra la boca hoy” concluyo Namjoon. “Entonces, ¿quién lo hará?”

 

--

 

Debido a que me había convertido en el nuevo del grupo, decidí ayudar a cuidar de Yoongi aprovechando la confianza de Namjoon; así no sospecharían de mi plan.

 

El plan era sencillo, mantener con vida a este chico el tiempo más largo posible hasta que se me pueda ocurrir algo más. Vaya plan.

 

Yoongi comenzó a alejarse arrastrando los pies, pero detuvo sus movimientos una vez que me vio. La mirada frenética en sus ojos fue reemplazada por el mismo tono de enojo que tenía por la tarde.

 

Traté de no prestar atención al hecho de que su mirada era tan intensa que me hizo cosquillear incómodamente la piel, y en su lugar empecé a revisar las cuerdas en sus manos atadas a las varillas de metal, antes de darle de comer.

 

"Mmpphh ..." Era él, luchando por que sus palabras fueran escuchadas.

 

Levanté mi mirada para encontrarme con sus ojos. De manera automática, saqué la mordaza lentamente de su boca, y la dejé colgando alrededor de su cuello.

 

“Déjame ir, por favor” dijo Yoongi, con ojos suplicantes.

 

“Sabes muy bien que no puedo hacer eso, Yoongi” me puse de cuclillas para alcanzarle un poco de agua. Yoongi giró su cabeza, cerrando los labios con fuerza.

 

“Necesitas hidratarte, puedes tener un golpe de calor metido en esta-“

 

“¿Hidratarme?” soltó una risa amarga. “Realmente eres nuevo en esto, ¿cierto? ¿Tan siquiera sabes cómo manejar eso?” Yoongi dijo, apuntando con su barbilla a la pistola colgada en mi cintura.

 

“Yo solo-“

 

“¿Tienes idea en lo que te estas metiendo? Estos tipos no la pensaran dos veces para reventar esa bonita cabecita tuya si se enteran que todo lo que les dijiste es pura basura”

 

Desvié mi mirada al piso, mordiéndome el labio.

 

“Tal parece ser que solo eres un mocoso sin rumbo. Luces bastante joven para joder tu vida a lado de esa mierda de gente”

 

Fruncí el ceño ante su acotación, estaba cansado que las personas me dijeran lo que debería o no hacer. “Tengo dieciocho; diecinueve en unos meses”

 

“Entonces ahora deberías estar emborrachándote en una juerga universitaria en vez de estar alimentándome”

 

“Crees saber demasiado, ¿verdad? Hace unos meses huí de casa, no es como si tuviera algún lugar a donde ir”

 

“Debes de dejar de meterte en los asuntos de otros, entonces”

 

“Yo solo quería una ducha cuando te oí-“ hice un pausa, “creí que alguien necesitaba ayuda”

 

“¿Y acaso has hecho algo?”

 

“No tiene caso seguir aquí si no piensas comer.”

 

“Entoces es cierto lo que dice Namjoon”

 

Volteé a verlo, con una mirada interrogante.

 

“Te gusto” afirmo Yoongi.

 

“Eres bastante confiado para decir eso” murmuré, dejando el vaso de agua en el suelo.

 

“Sueltame y veremos” Yoongi acercó medio cuerpo hacía mi.

 

“Ya te dije que no puedo” contesté.

 

“Solo suéltame una mano, ¿sí? Ya casi ni las puedo sentir” Era un hecho que Yoongi solo estaba jugando conmigo, pero, no pude resistir el impulso de desatarlo.

 

“Voy a desatarte la mano derecha solo para que puedas comer mejor, ¿esta bi-?”

 

A penas soltada la soga de su muñeca derecha, Yoongi cogió de mi camisa hacia adelante; no me di cuenta de lo que en realidad estaba pasando hasta que encontré mi mano derecha apoyada encima de su entrepierna, con mi rostro muy cerca al suyo; producto del repentino ataque.

 

“Eres bastante directo”

 

“Yo no quise-“intenté quitar mi mano pero Yoongi sujetó con fuerza mi muñeca.

 

Debería estar asustado, sin embargo, mi corazón no paraba de latir con fuerza dentro de mi pecho. La noche era tan silenciosa que incluso podía escuchar los latidos del corazón de Yoongi a través de su camisa blanca; solo que el suyo era un poco menos errático que el mío, pero no me importaba.

 

Llegué a un punto en el que realmente quería saber cómo sabían sus labios. Y como si Yoongi hubiese leído mis pensamientos, los presionó fuertemente contra los míos.

 

Al principio me quede tieso como una piedra sin responder. Pero estaba demasiado ocupado saboreando el hecho de que sus labios sabían tan bien y que eran mucho más placenteros que el primer y último par de labios que había besado hacía un mes, que ya ni siquiera me importaba en lo más mínimo.

 

Pero luego sucedió lo más extraño; comencé a devolver el beso, dejando que sus labios se movieran junto con los míos, estableciendo un ritmo de apremiantes presiones y breves intervalos de jadeo cuando el beso se intensificó. Fue el gemido bajo en la parte posterior de su garganta lo que hizo que mis manos volaran hacia la parte posterior de su cabeza, pasando mis dedos por sus cabellos.

 

Mi mente estaba nublada por la repentina pasión y deseo. Esto no estaba bien, si Namjoon o Jimin entrarán por esa puerta estaríamos jodidos ambos. Por tanto, en un momento de razón, me separé bruscamente de él, cayendo mi trasero fuertemente contra el piso.

 

“No hagas que nos maten a los dos” dije poniéndome de pie, volteando mi rostro -distrayéndome con el pequeño tazón y cubierto que había traído conmigo - intentando tranquilizar los latidos de mi corazón.

 

“Eres bastante lindo”

 

“Y tú eres un idiota” contesté. Tomando una porción de avena en la cuchara, antes de acercarlo a su boca. “Tienes que comer”

 

“Si no quieres involucrarte, es mejor que te vayas ahora”

 

“Creo que ya es bastante tarde para eso” farfullé. “Ahora come”

 

Yoongi me miró, con una chispa de sorpresa en sus ojos. Luego me dio una sonrisa indescifrable, antes de abrir su boca y ceder.

 

Yoongi comió en silencio, y al terminar, acomodé las cosas sucias aún costado. Procedí a atar nuevamente la mano derecha de Yoongi, sin ninguna resistencia por parte de este último. En su distracción me puse a observarlo con más detenimiento. Era bastante atractivo, aunque tenía unas visibles sombras sobre sus parpados inferiores.

“Deberías intentar dormir. Las ojeras no te ayudarán en nada si tienes algo pensando en cómo salir de aquí” dije.

 

“Sufro de insomnio desde los dieciséis” me asombré por su respuesta. No porque fuera extraño que alguien sufriera de insomnio, si no era el hecho que compartiera algo personal conmigo. “Las pastillas suelen ayudarme”

 

“Eso te volverá dependiente” afirmé. “Bueno, mi madre hacía lo mismo y lo único que le provocó es volverse casi adicta hasta que tuve un paro respiratorio”

 

“¿Por qué estas contándome esto?”

 

“No lo sé. Supongo que tenemos que comenzar a acostumbrarnos el uno al otro” respondí, sentándome junto a él.

 

De pronto el silencio comenzaba a invadir la habitación. Sin que Yoongi dijera nada, empecé a cantar.

 

“Miré fijamente este espejismo,

en busca de respuestas que aún tienen que llegar.

Elegí una falsa solución,

pero nadie me demostró estar equivocado.

De cabeza, alucinando.

Quiero despertarme completamente,

ver el suelo abrise.

Tú me dices que está bien,

me dices que estoy perdonado, esta noche.

Pero ahora nadie puede salvarme,

estoy sujetando una luz,

estoy sacando toda la oscuridad  de dentro de mí,

porque nadie puede salvarme”

 

Yoongi giró su rostro hacía mi, con los ojos abiertos, bastante sorprendido. Abrió la boca como si intentará decir algo, pero no dijo nada. Solo atinó a decirme que continuara. Y así lo hice.

 

Antes de darme cuenta, Yoongi se había quedado dormido; apoyado a la pared, inclinado hacia mi hombro.

 

Me levanté con cuidado, dirigiéndome a la puerta, saliendo de la habitación con un plan maquinándose en mi cabeza.

 

--

 

Todos estaban dormidos.

 

Así que finalmente me había decidido.

 

De todos modos, no tenía un gran plan. El plan era simple, desatar a Yoongi y huir. Correr como fugitivos hacia donde nuestros corazones nos llevaran.

 

Me levanté lentamente, tratando desesperadamente de no despertar a nadie, antes de ir de puntillas hacia la bodega.

 

Alumbré la vista con mi celular cuando me di cuenta de algo;

 

Él se había ido.

 

--

 

Nadie estaba allí.

 

No era suficiente con que mi padre creyera que fuera estúpido. Realmente lo era. 

 

Pensé por un momento si era mejor huir o dejar que Jimin me encontrará. Fingir que no sabía nada o suplicar clemencia porque simplemente era lo bastante idiota para darme cuenta de lo que hice.

 

Decidí empacar mis cosas y salir de allí. Estaba huyendo y otra vez, no tendría a donde ir.

 

Mi vida se estaba convirtiendo en un ciclo repetitivo en el cual no entendía desde cuando empezó a joderse o cuando al fin terminaría.

 

Por mi mente cruzó la idea de regresar a casa. Me imaginaba a mi padre tan lleno de sí, sonriendo de forma petulante, repitiéndome por enésima vez lo mucho que tenía razón en todo.

 

Me encontré en la entrada del albergue, mirando atrás mío lo que por un buen tiempo fue mi hogar. Me quedé mirándolo por un buen tiempo hasta que decidí que era tiempo a echar andar.

 

Estaba tan perdido en mis pensamientos que al tirar de mi mochila sobre mis hombros no me percaté de la figura detrás de mí.

 

“Auch” lo escuché gemir. “Cielos, en serio, no podrías tardar más”

 

Esto realmente no estaba pasando. Era obvio que incluso mis oídos estaban comenzado a traicionarme.

 

“Hey, Jeongguk” Yoongi jaló de mi muñeca. “Tenemos que salir de aquí ya. El auto esta esperando en la otra cuadra”

 

“¿Auto?” pregunté aún fuera de mi.

 

“Sí. Las cosas salieron mejor de lo que pensé. Hemos estado siguiendo los pasos de Jimin por mucho tiempo y esta era la única forma de poder dar con él. Y sin duda todo fue gracias a ti”

 

“¿Y-yo?”

 

“La pistola que encontraste contiene un dispositivo GPS adherido al arma y a las municiones. No solo podremos controlar el paradero de Jimin si no de toda la red en la que es parte cada vez que haga uso de ella. Ese imbécil es un psicótico, no habrá forma de que no la utilice en cada punto que tenga un trato que resolver. Taehyung tenía razón en la mayor-“

 

“¿Qué haces aquí, entonces?

 

“¿Perdón?”

 

“Sí lograste salir, ¿por qué sigues aquí?"

 

“Porque gracias a ti salió todo como esperaba. Si no hubieses cogido el arma, si no hubieses confrontado a la gente de Jimin, si prácticamente no hubiese metido tus narices donde no te llamaban, posiblemente, no estaría aquí conversando contigo”

 

“Entonces, esto es simplemente parte de tu agradecimiento” susurré para mí mismo. ¿Qué es lo que estaba pensando? “Okay, vamos”

 

Yoongi volvió a tomar de mi muñeca, paralizándome.

 

“No sé lo que estés pensando pero-“

 

“No tienes que explicarme nada más Yoongi. Sin pensarlo ayudé en algo que la verdad no llegó a entenderlo incluso cuando lo acabas de explicar. Hace unos minutos estaba lidiando con la posibilidad de quedarme y aceptar las consecuencias de mi estupidez o huir como siempre lo he hecho. Pero aquí estoy frente a ti, devolviéndome un favor del que no tenía ni la más absoluta idea.” dije, con una mezcla de emociones a punto de desbordarse en mi; tristeza, decepción, amargura.

 

“Jeongguk…”

 

“Puedes dejarme en la estación de autobuses. Tengo un boleto de regreso a casa”

 

“Jeongguk, detente”

 

“Puedo ser solo un mocoso sin rumbo para ti, Yoongi, pero el más desorientado aquí es mi corazón. Hace unas horas sonreía por la idea de huir con alguien que a penas había conocido porque estúpido o no, quería creer que, aunque nada en mi vida esté bien, una historia de novela cliché quizá podría funcionar para mí” sin darme cuenta un par de lagrimas comenzaron a tomar su curso sobre mis mejillas.

 

“Es extraño pero te ves muy lindo cuando lloras” Yoongi susurró, intentando tomar mi barbilla.

 

Me alejé ante el acto, ahora era cierto que la única emoción que llenaba en mi era la amargura. Podía ser estúpido, pero no sería alguien de qui se puedan burlar más.

 

Yoongi tenía el rostro tranquilo, aunque algo decepcionado por mi actitud. “Jeongguk no me malinterpretes, sigo creyendo que eres un mocoso. Pero dudo que tu vida este tan jodida como lo piensas. Cielos, a penas estas dejando de ser un adolescente"

 

“Si piensas burlarte, yo-“

 

“Déjame hablar, ¿si? " Yoongi soltó un suspiro. “Hayas sido tú o cualquier otra persona, hubiese devuelto este favor de todas formas. Pero el hecho que desde hace más de una hora este parado aquí, sin importarme que alguno de los hombres de Jimin pudiera salir en cualquier momento y verme afuera en lugar de estar adentro amordazado, ¿no te dice algo?”

 

Yoongi esperaba una respuesta, pero yo seguía en silencio mirando hacia un costado, evitando así cruzar miradas con él.

 

“¡Por Dios!, Hoseok piensa que estoy bastante loco pero quizá tenga razón. Ni en más alocada idea hubiese pensado perder la cabeza por un niño"

 

“No soy un niño”

 

“Quedamos en que sí lo eres”

 

“No estoy muy seguro si esto va a terminar como las novelas cliché de las que hablas, pero la idea de escuchar tu voz antes de dormir definitivamente no suena mal para mi”. Yoongi tomó mi barbilla de nuevo, levantando mi mirada hacia él.

 

Estaba rojo como un ajitomate y lo sabía, porque mis mejillas no paraban de arder. Pero no importaba. Porque esto era real.

 

“¿Se supone que ahora debería besarte?”

 

Mordí mis labios anticipando lo suyos y sucedió, sentir la fricción de sus labios contra los míos una vez más. Apoyé mi rostro sobre el espacio entre su cuello y hombro, avergonzado y sorprendido por la forma tan íntima que nos encontrábamos. Yoongi sosteniendo mi cintura, y yo cayendo en su abrazo.

 

“¿Esto esta bien?” dije al recordar la razón por la que Jimin lo tenía atrapado. “Taehyung... No volverás con él, luego de esto”

 

Yoongi sonrió. “¿Y por que lo haría?”

 

“Parecías bastante enojado cuando Jimin despotricaba contra él”

 

“Sí, Tae es muy importante para mi” No era la respuesta que pensaba escuchar. “Hey, ya te dije que dejarás de asumir cosas. No voy a negar que en algún punto sobrepasamos la línea de una simple amistad, pero ambos decidimos que no iba a funcionar”

 

“Eres un playboy”

 

“Por supuesto que no. Taehyung es más como una familia para mi. He pasado años a su lado cuidando de él que me alegra hacer esto por su seguridad. Y porque claro, su padre me lo pidió”

 

“Pero uno no se acuesta con la familia…”

 

“Ya te dije que decidimos-“ lo corté, soltando una risa al ver el rostro indignado en Yoongi.

 

“Gracias” dije, dejando un pequeño beso en la comisura de sus labios.

 

“¿Y eso?”

 

“Por no dejar que sea el único que pierda la cabeza” Yoongi sonrió, mostrando ligeramente sus rosadas encías. Era injusto decir que yo era lindo cuando lo veía sonreír así.

 

“Sabes que me gustaría seguir y contestarte algo mucho más cursi, pero Hoseok va a dejarnos si no nos apuramos” Yoongi dijo, cogiendo mi mano, interlazando sus largos dedos con los míos.

 

“Podríamos continuar en el auto”

 

“Vaya, no pensé que eras de los cursis”

 

“Sé que te gusta” dije riendo.

 

“Tengo mejores ideas para después” el contestó, y podía sentir mis mejillas enrojecerse de nuevo.

 

“No puedo esperar a verte llorar de nuevo, pero esta vez en mi cama”

 

“Ja, y así dices no ser un playboy” corrí de su agarre hacia la camioneta cruzando la calle, con un muchacho haciendo señas afuera de él

 

“Tú debes ser Jeongguk” dijo el pelirrojo.

 

“Y tú debes ser Hoseok” respondí, subiendo en la partera trasera de la camioneta. Yoongi tomó el asiento de copiloto y el auto se pusó en marcha.

 

No estaba seguro a ciencia cierta a donde nos dirigiríamos, o si esto era realmente correcto, pero me bastó ver la mirada de Yoongi por el retrovisor para saber que nada de eso importaba. Porque esa persona, se había vuelto, sencillamente mi hogar.

 

 

FIN.

 

Notas finales:

Esta publicación es básicamente para complacencia propia ya que tenía fijado volver a escribir algo antes que termine el año y pues, ¡he cumplido!

Para ser sincera, este fic tenía pensado concluir en "Él se había ido" pero debido a que estamos en fiestas y que no quería despedir el año con algo angst, en la madrugada lo volví a editar para colocar el final cliché que a medio mundo nos gusta. ¡Vale que sí!

Gracias por dedicar una parte de su tiempo a leer esto.

Les deseo un, ¡Próspero 2018!... y sigamos siendo el soporte de estos 7 enanos el año que viene <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).