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Una mirada dice más que mil palabras. por Quijano

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Notas del capitulo:

Bien, aquí llego con la cuarta parte de la historia. Mantengo lo que he dicho, es corta, no se olviden de eso. En realidad, no me gusta demasiado hacer lemon, y tampoco soy experta en alargar historias y mantener una buena trama, así que es posible que no dure mucho más que unos cuántos capítulos.

De cualquier manera, no se angustien, tan pronto haya terminado, comenzaré algún proyecto que gane mi corazón, aunque todavía no tengo muy claro cuál...

 

Tan pronto terminaron de comer, ambos jóvenes se sentaron juntos, quizás más cerca el uno del otro de lo necesario.

Sasuke sabía que trabajar con Naruto no sería tarea sencilla. Pero había accedido, y él era un hombre de palabra.

 

-       Primero que nada, tienes que entender lo que es la tabla periódica. – declaró Sasuke de manera tosca al rubio.

-       Pues tengo que avisarte primero que lo de química no se me queda nada – avisó Naruto como si aquello fuese un mal chiste. –. Me han explicado cientos de veces las propiedades de los metales y sigo sin saber ni una sola.

 

Sasuke lo miró de mala gana. ¡Tenía que estar bromeando! ¡Apenas la noche anterior había prometido que sacarían un cien! Tomó su cuaderno de apuntes especiales, era una libreta que él, meticulosamente, rellenaba cada tarde luego de clases, acomodando a su parecer los temas y sus partes más importantes.

 

-       Entonces aprenderás a hacer resúmenes, para comenzar. – espetó el pelinegro con molestia.

-       ¿Y de dónde saco la información? No… espera, cambio la pregunta, ¿qué información debo sacar?

Sasuke suspiró fuertemente. Estaba metido en un lío bastante profundo.

-       La tabla periódica fue creada por Mendeleyev, y esta se divide en dos grupos principales: las columnas verticales se les conoce como familias, y las filas horizontales son llamados periodos.

-       Sí, sí… eso sí lo sé. – replicó el rubio ya aburrido.

-       ¿Y bien? No te veo escribiendo, idiota.

-       No lo necesito.

-       ¿Seguro? Bien. El primer grupo son los metales alcalinos. El segundo son metales alcalinotérreos. El tercer grupo son lo lantánidos. El cuarto son los actínidos. El quinto los metales de transición…

-       ¡Detente! – reclamó Naruto nervioso al ver que Sasuke aceleraba su explicación y él no conseguía coger una palabra. –. Ahora sí. ¿El primero eran los metales qué…?

Sasuke sonrió con superioridad. A ese ritmo Naruto no podría ayudarle en el trabajo y tampoco tendría que lidiar con él en las tardes.

-       Los metales alcalinos. El segundo grupo son alcalinotérreos. El tercero son los lantánidos. El cuarto son los actínidos. No. Actínidos no lleva hache, idiota – Sasuke comenzó a bajar un poco la velocidad para permitir que el contrario realizara sus apuntes con mayor facilidad. Incluso corrigiendo sus errores estúpidos. –. El quinto grupo son los metales de transición. El sexto son otros metales, como el aluminio o el estaño. El séptimo grupo son semimetales. El octavo grupo son los no metales. El noveno son los halógenos. Y el décimo, y último grupo, son los gases nobles.

-       ¿Y por qué hay un grupo que es de otros metales? – preguntó Naruto desconcertado tan pronto dejó de escribir.

-       Porque esos elementos químicos tienen un estado de oxidación variable, y no cuentan con electrones de valencia en su interior.

-       Creo que lo entiendo…

-       Más te vale.

 

Media hora después de que hubiesen comenzado con el repaso de los temas, Naruto comenzó a sentirse aturdido por la cantidad de información que el moreno le proporcionaba. Sasuke explicaba temas que ni siquiera habían visto en clases, y añadía a sus apuntes todo tipo de información que le fuera posible recabar de internet y de la librería de la escuela.

 

-       ¡Sasuke! ¡Para ya! Dudo mucho que nos pregunten por la toxicidad de los elementos.

-       Ese es el motivo por el cual te va mal en tus notas. No te interesa nada que no te parezca importante.

-       ¡Pues claro!

-       Y seguro con tu inteligencia nada te parece relevante. – atacó Sasuke con burla.

-       A mí tampoco me encanta vivir en tu casa, imbécil. Pero las cosas como son. Así que omite tus ofensas, no quiero pelear contigo.

La madurez de Naruto ante la situación molestó aún más a Sasuke. ¡Él debería ser el serio! ¡Debía ser él quien pusiera un alto!

-       ¿Y bien? ¿Por qué no has llamado a tu mami para que te rescate de mis horribles tratos? ¿O es que sigue sin preocuparse por ti?

 

Sasuke no vio venir la reacción de Naruto ante sus palabras. Sin tiempo para reaccionar, recibió un fuerte y certero puñetazo en la mandíbula, volteando su sorprendido y enfadado rostro.

 

-       Como vuelvas a mencionar a mi madre, me aseguro que no pronuncies una palabra por un buen tiempo – a Sasuke esa amenaza le pareció mucho más macabra de lo que esperaba. Naruto había dejado de parecer el niño alegre e insistente de siempre. Lucía serio, e incluso su mirada se había oscurecido. –. Terminamos por hoy.

 

Naruto tomó sus cosas de la mesa y subió a la que era su alcoba, encerrándose ahí. Sasuke tenía ganas de gritar, de insultar al rubio, de reclamarle a su padre todo lo acontecido, pero tendría que esperar.

Subió las escaleras con sus cosas, tratando de apartar su mente del incidente, intentando meditar alguna otra maldad que pudiera acabar con la paciencia de Naruto para que se fuera de ahí.

Al pasar por la habitación del rubio, lo notó. Ahí estaba otra vez ese llanto que había escuchado hacía unas semanas atrás. Rodó los ojos en señal de exasperación y se metió a su recámara, sin olvidar dejar la puerta abierta para no ganarse una pelea con su hermano.

 

.

.

.

 

Sasuke ya se había resignado a hacer el trabajo por su cuenta. Habían pasado tres días desde la pelea con Naruto, y desde entonces el rubio había evitado con mayor afán chocarse con él. Hacía todo lo posible por apartarse del pelinegro cada vez que lo tenía cerca. Y él, por su parte, había tenido que esconderse de su padre y de su hermano durante esos días debido al moratón que se había formado en su mentón. No quería tener que explicarles los motivos de su deplorable apariencia.

Cada vez que se miraba al espejo se preguntaba, por un segundo, si no se habría extralimitado con Naruto para que le hubiese propinado semejante golpe, pero siempre desistía de esa locura con la tonta excusa de que todo era culpa de su padre.

 

Aquella relación estaba destinada al fracaso desde que Fugaku había tomado la decisión de juntarlos, pero tal parecía que solo él pensaba de esa manera.

 

Tomó su caja de Camel, aún sellada, la abrió y arrugó el envoltorio para depositarlo en la basura. Cogió un fino cigarrillo y se lo llevó a la boca, justo al tiempo en que escuchó unos pasos firmes dirigirse a su habitación. Demasiado tarde para fingir estar ocupado y evitar que lo vieran.

 

-       Sasuke. – habló Itachi con voz neutra.

-       Hmp.

-       ¿Ya has pensado acerca de tus relaciones? Sabes perfectamente que todo se mueve con influencias y poder. Sería bueno que tomaras consciencia y dejaras de hacer pasar penas a nuestro padre. Preocúpate un poco más por tu futuro. No me interesa si es un hombre, pero busca a un buen partido que traiga consigo un buen apellido.

 

Sasuke miró a su hermano sin entender una sola palabra de lo que él hablaba. Itachi no se metía de esa manera en sus decisiones personales, siempre había sido mucho más tolerante.

 

-       ¿Cómo el plan de papá falló ahora vendrás tú a darme un sermón sobre con quién salir? – respondió a la defensiva luego de encender su cigarro.

-       No entiendo nada de lo que dices – atajó Itachi casi severamente. –­. Pero hablo en serio.

-       ¿Esperas que crea lo que dices? ¡Como si fueras a cederle tu habitación a cualquiera que venga a esta casa! – Sasuke pudo leer a la perfección la mirada de su hermano. Realmente no tenía idea de lo que estaba hablando. –. Antes de que tu invitado llegara, nuestro padre me dijo que tenía a otra persona que presentarme, a un chico, para variar. Planeaba juntarme con Naruto, pero bueno, todos aquí han notado que preferiría comer tierra un año a estar en la misma habitación que él.

-       ¿Él te dijo explícitamente que quería que estuvieras con Naruto?

El tono que Itachi empleó en la pregunta fue uno que Sasuke no comprendió. ¡Era evidente que así lo había hecho! Es decir, su padre no tenía que decir todas aquellas palabras para que Sasuke supiera de qué iba todo eso.

-       Dijo que tenía que conocerlo. Me gustase o no. Incluso me dijo que no se trataba de una amistad. No hace falta ser un genio para poder atar los cabos, Itachi.

-       Para ser tan inteligente, puedes ser un completo estúpido. – reclamó Itachi con frustración. Sasuke le puso una cara de pocos amigos, y cuando estaba por armar un verdadero alboroto, su hermano prosiguió. –­. Naruto no ha venido a ser tu pareja. Él necesitaba un sitio dónde quedarse por el viaje de sus padres, y nosotros le ofrecimos el nuestro. Nuestro padre te pidió que lo conocieras porque tú serías el responsable de su cuidado ya que nosotros trabajamos y pasamos gran parte de la semana ocupados.

 

… Y sí. Se sentía realmente estúpido. Naruto le había causado curiosidad cuando lo conoció. Esos ojos lo habían hecho delirar en más de una ocasión desde esa cena. Y, aunque solía decir idioteces, tenía que reconocer que la voz que tenía, también era de su agrado. Incluso el día que estudiaron química se percató de que no era un idiota, o al menos no completamente. Podía entender a la perfección como los demás, si es que se le explicaba con mayor detalle. Pero él había ignorado todo aquello por creer que era un capricho de su padre el verlos juntos.

 

-       En realidad, aunque Minato sea un buen amigo de nuestro padre, temo decir que su apellido no tiene poder alguno. Ni aquí, ni en ningún lado. No sería beneficio nuestro el emparejarte con él. Y aunque nunca te impondríamos una relación, como te gusta pensar, preferimos pensar que podría ser un buen amigo, y solo eso.

-       Soy un imbécil. – dedujo en voz alta.

-       Eso no lo pongo a discusión. Ahora, ¿podrías pensar en lo que te he dicho de tus relaciones?

 

Sasuke ignoró la pregunta de Itachi. Dio una calada a su cigarro y extendió la mano para dejar la ceniza en el cenicero que siempre estaba en su mesa de noche.

 

Había tratado a Naruto peor que la basura de un callejón, y todo porque era suficientemente idiota para no comprender lo que se le había pedido. Y él no solía ser así. Él siempre había entendido muy bien cuando su padre, o Itachi, le pedían algo. ¿De cuándo a acá era tan torpe como para no saber interpretar a su propia familia?

 

Itachi suspiró derrotado, molesto por dentro de que su hermano fuera tan terco como para no escucharlos en los temas importantes. Resignado, salió de la habitación del menor, y en esta ocasión ya cerrando su puerta de manera permisiva.

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, y poder leer de ustedes pronto, o al menos de algunos.

Sin más que decir, por hoy, me despido. Buenos días, tardes o noches.


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