Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una mirada dice más que mil palabras. por Quijano

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, bueno, ya. Volví con otro poco de la historia, que ya está cerca de terminar. Espero que me tengan mucha paciencia con los tiempos que manejo, lamento mucho hacer esto cada vez...

 

Disfruten.

 

Aquella charla con Itachi le había servido de mucho. Si bien todavía no podía jactarse de haber recuperado lo perdido con su hermano, sabía que, al menos, iba por un mejor camino ahora.

 

Tres días habían pasado de esa conversación, y todavía no hallaba el valor para hablar con Naruto, quien, a su vez, se encontraba cada vez más desilusionado con respecto al beso. Creía que la primera semana no habían hablado del tema por estar preparando el proyecto, pero ahora, que no tenían nada que entregar, solo podía pensar que, quizás, Sasuke lo había besado en un intento de fastidiarlo, y que él era el único que sentía esa atracción.

Sasuke se había percatado del cambio de ánimo de Naruto. Aunque este no lo evitaba, y tampoco era grosero con él, no seguía sus bromas y ya tampoco molestaba al azabache. Y no podía entender qué estaba sucediendo si parecían estar tan bien.

 

–      Oye, idiota, más tarde pasarán en la televisión la película de Eso, la nueva – informó Sasuke.
–      Qué bien – respondió Naruto sin entusiasmo.
–      ¿Solo eso? ¿Estás bromeando? ¡No ponías atención a la tabla porque esperabas ansioso su estreno en tv!
–      No tengo ánimos.
–      ¡Bien ahí, Sherlock!

 

Naruto ni siquiera sonrió con el sarcasmo del moreno. Sencillamente permaneció recostado en su cama con la puerta abierta, sin siquiera ver a Sasuke.

 

–      ¡Muévete de esa maldita cama! – exigió el pelinegro exasperado –. ¡Lo juro, Naruto! ¡No te comprendo! Un momento estamos bien, y al siguiente volvemos al principio. ¿Qué mierda traes ahora?
–      Nada que te interese, imbécil.

 

Ese era el primer comentario mordaz que recibía del rubio en esos días. Bien, oficialmente algo estaba muy jodido ahí y averiguaría qué, así tuviera que fastidiar a Naruto toda la tarde para que lo dijera.

 

–      Si no me interesara, no te lo hubiera preguntado, maldita sea.
–      ¿Cambiará en algo que te lo diga? – inquirió con ironía.
–      Cambie o no, me lo vas a decir. No eres una mujer, ni yo tu novio para andarte rogando las respuestas. Anda ya, que me estoy cansando aquí parado.
–      Nadie te pidió que te quedaras ahí. Vete.
–      ¿Por qué tienes que ser tan cabezota? Dímelo. Sabes que encontraré la manera de que lo hagas de todos modos.
–      Sasuke, vete. No quiero hablar, ¿sí?

 

Naruto se mostraba decaído y con el rostro compungido. Sasuke realmente meditó la opción de irse y dejar que Naruto mejorara su humor por sí mismo, pero desistió de esa idea rápidamente.

 

–      Y yo quiero saber qué te pasa. Alguien recibirá lo que quiere, y te aseguro que seré yo.
–      Como siempre.
–      ¿A qué viene eso? – Sasuke enarcó una ceja, no comprendía el tono que Naruto había empleado antes.
–      A que siempre haces lo que se te da la gana y te importa un carajo lo que los demás opinen o sientan – recriminó Naruto perdiendo los estribos. Estaba molesto. Estaba dolido. Y quería externarlo.
–      Naruto, necesito que empieces a explicarte aquí, porque te juro que estoy perdido.
–      ¡Te importó una mierda lo que yo pudiera pensar o sentir! ¡Me besaste porque te vino en gana hacerlo y luego hiciste como que nada sucedió! ¿Adivina qué, Sasuke? ¡Algo pasó! ¡Pasó que me besaste para saciar algún retorcido pensamiento tuyo!

 

Sasuke observó a Naruto en silencio. Estaba sorprendido. Naruto estaba demasiado enojado, casi tanto como la vez de la fotografía, y esta vez sí que era su culpa. Claro, en parte, pues no lo había besado porque sí, tampoco había actuado como si nada hubiera sucedido. De ser por él, lo habría besado cada día que siguió a ese, pero sus estúpidos pensamientos lo habían mantenido al margen del rubio desde entonces.

 

–      Insisto. Eres un completo estúpido sin cerebro – dijo acercándose a Naruto, sentándose sobre la cama, a un lado del rubio.
–      Si solo vas a burlarte de mí, lárgate de aquí – replicó Naruto sintiéndose aún más ofendido y humillado por la reacción del pelinegro.
–      Contéstame una cosa antes, Naruto. ¿Estás preparado para que todo el mundo sepa que eres homosexual? ¿Para qué todos te vean saliendo con alguien? ¿Para besarte en público y todas esas mierdas que hacen las parejas?

 

Naruto se quedó callado. No lo había pensado antes. Lo había intentado con Shikamaru, el chico con el que salía en la fotografía que Suigetsu había impreso, pero todo se había ido al traste cuando se convirtió en el hazmerreír del colegio anterior solo por ser gay.

 

–      ¿Eso qué importa? – preguntó por lo bajo.
–      Responde.
–      No.

Sasuke suspiró, sabía que su temor era bien fundamentado: – En efecto, te besé porque me dio gana hacerlo. Pero no me ando besando con cada hombre que veo, Naruto. Lo hice porque me gustas. No actúe como que nada hubiera pasado. No ha pasado un solo día en que no lo recuerde a la perfección. Pensaba confesarte mis sentimientos de todos modos, pero sabía que solo tendría una respuesta. Esta. Sabía que no estabas listo para ser el centro de la atención de todos, así que decidí dejarlo así. Quería dejarte pensarlo, quizás podrías aceptar lo que te pregunté, pero veo que tampoco sirvió de mucho esperarlo.

 

Sasuke se levantó de la cama bajo el escrutinio de Naruto. Estaba demasiado impresionado por lo que le acababa de decir el moreno como para poder responder de inmediato.

 

–      La película comienza en dos horas. Si te interesa verla, estaré en la sala.

 

No le dio tiempo a responderle, Sasuke ya se había marchado de ahí. Naruto azotó los pies con fuerza sobre la cama, como si fuera un berrinche, y cerró los ojos con fuerza. Se sentía emocionalmente destrozado. No quería herir a Sasuke como él creía sentirse antes. Tampoco estaba seguro de poder lanzarse al extremo de besarlo en público todavía.

Tenía que hacer algo, y tenía que hacerlo pronto. Con Shikamaru, al poco tiempo se había percatado de que era un gusto pasajero, y pronto terminó todo lo que apenas iba comenzando. No le dio tiempo a ver si era capaz de enfrentar las habladurías por él. Y temía que con Sasuke todo terminase rápido y que quedara parado, con el corazón en la mano, herido y asustado a media pelea, pero estaba seguro que no era algo efímero. Realmente le gustaba el moreno. Ese beso no lo había alejado, por el contrario, ansiaba poder probar los labios del azabache, que lo besara y poder corresponder de manera correcta en esta ocasión.

 

Se levantó de la cama y entró al baño. Se miró en el espejo y se enjuagó la cara. No se sentía listo para pelear contra nadie, pero no quería dejar ir esa oportunidad de estar con Sasuke. Sacó su celular y revisó la hora. La película empezaría a las nueve de la noche, lo cual era perfecto. No había nada mejor que mirar una película de terror en medio de la oscuridad.

Salió del baño y decidió ponerse su pijama, era una buena idea el estar preparado para dormir luego de pasar un rato viendo una película con el moreno. Dejó su celular en la mesa de noche, y bajó con calma, casi nervioso.

 

–      ¿Eso es un sí? – preguntó Sasuke desde el sillón de la sala.
–      Ya voy.
–      Hm.
–      ¿Al menos hay algo bueno que hacer en lo que esperamos?
–      Siempre podemos poner Netflix, lo sabes, ¿verdad?
–      ¿Quieres palomitas? – ofreció Naruto, buscando, en parte, una excusa para tomar un respiro antes de sentarse a un lado de Sasuke. Y, por otro, de verdad quería unas palomitas mientras veía la televisión.
–      Como quieras.

 

Naruto entró a la cocina y abrió las estanterías buscando las dichosas palomitas de maíz. Antes de poder encontrarlas, Sasuke entró también, abriendo una puerta diferente a en la que estaba el rubio y tomó un sobre.

 
–      Están por aquí.
–      Oh, gracias.
–      Te ayudo.

 

Naruto se sintió ligeramente incómodo. Sasuke abrió el sobre y metió el contenido en el microondas, esperando el ansiado estallido de los granos de maíz. Buscó con la mirada a Naruto, quien únicamente dio un respingo al sentirse observado y se sonrojó muy sutilmente.

 

–      Perdón. – se disculpó sin mirar a Sasuke.
–      ¿Por qué te disculpas, idiota?
–      Estaba de mal humor porque pensé que eras un maldito egoísta. Resulta ser que soy solo un completo estúpido.
–      Lo último no lo discuto – dijo el moreno encogiendo los hombros –. ¿Puedes dejar de sentirte incómodo aquí? No es como que te haya rechazado.
–      Es solo que no puedo dejar de pensar en eso.
–      Explícate.
–      En el beso, imbécil.
–      No es la gran cosa, Naruto. Es un beso. Tampoco era tu primer beso. Solo cálmate y acércate. Antes no conseguía tener un poco de espacio personal si estábamos juntos, y ahora es demasiada la distancia. Siempre hay puntos medios, Naruto.
–      ¿Quieres que invada tu espacio personal? – preguntó con una sonrisa socarrona. Había olvidado lo fácil que era hablar con Sasuke y lo divertido que era molestarlo.
–      Solo dije que te acercaras un poco. No necesitas irte a los extremos.

 

Naruto ignoró lo que decía Sasuke, acercándose de más. Al estar justo frente a Sasuke, le entró, momentáneamente, una sensación de arrepentimiento, pero se esfumó cuando sus ojos se enfocaron directamente en los labios de Sasuke.

 

–      ¿Lo ves? Nuevamente invadiendo mi espacio personal. Aléjate de nuevo, idiota.

 

Sasuke pensaba empujarlo levemente, pero Naruto fue más rápido. La diferencia de estaturas era de pocos centímetros, los suficientes para que Naruto elevara los talones ligeramente para poder besar a Sasuke.

El moreno no tardó en dejarse llevar. Al principio era un beso casto, labio con labio, pero poco a poco cambió. Sus labios se movían rítmicamente. Sasuke tomó a Naruto por la cintura, pegándolo más a su cuerpo, y Naruto enredó una mano en los cabellos del azabache, mientras que con la otra rodeaba el pálido cuello de Sasuke.

 

El microondas sonó, avisando que las palomitas estaban hechas, pero ambos lo ignoraron.

Sasuke empujó sutilmente a Naruto hacia atrás, y el rubio se dejó hacer. Chocaron contra la barra que estaba entre la estufa y el lavaplatos y Sasuke levantó cautelosamente el cuerpo de Naruto, para sentarlo en la misma, y seguirlo besando.

Al cabo de un par de segundos más, se decidió, mordiendo suavemente el labio inferior del menor, robándole un casi imperceptible gemido, y con este, el paso a su boca. Introdujo su lengua, dispuesto a conocer el interior. Naruto respondió de igual manera, y al sentir la lengua de Sasuke, jugó con ella con la suya.

 

Un par de minutos después se separaron por la falta del aire. Se miraron fijamente a los ojos. Su respiración era agitada, pero ambos parecían satisfechos.

 

–      No te molestó tanto que invadiera tu espacio personal, Uchiha – Sonrió con su comentario.
–      Quería conocer tus habilidades al besar, idiota.

 

Sasuke soltó a Naruto y buscó un recipiente para poner las palomitas. Tenía una sonrisa pequeña en el rostro, pero ni eso le quitaba las ganas de fastidiar al rubio.

 

–      Admítelo, soy increíble. – aseguró Naruto.
–      Yo no diría eso. Creo que sería mejor que dijeras que no eres tan malo.
–      Para no ser tan malo, te ha gustado tanto que has sido tú quién se ha pegado a mí.
–      Te mostraba cómo se hacía, imbécil – respondió depositando todas las palomitas en el bowl que había elegido.
–      Oh, sí, claro. Porque con tus pintas, seguro tendrás experiencia de sobra en el área – picó Naruto enarcando una ceja.
–      ¿Insinúas que soy guapo?
–      No. No dije nada como eso.
–      Entonces piensas que soy jodidamente hermoso. Un adonis – añadió con una sonrisa ladina y arrogante.
–      ¡Que yo no he dicho eso, estúpido engreído!
–      ¿Entonces? – Se acercó de nuevo a Naruto, que aún estaba sentado en la barra.
–      Nada.
–      ¿A qué te referías con eso? – preguntó rozando los labios de Naruto con los suyos. Quería besarlo de nuevo. Y luego otra vez, y quizás nunca detenerse.
–      Eres atractivo, eso es todo – respondió Naruto cerrando los ojos ante el contacto.
–      ¿Solo atractivo? – Repitió el roce.
–      Increíblemente atractivo – confesó sin tiempo a sonrojarse, pues Sasuke lo había besado de nuevo al terminar de hablar.

 

En esta ocasión fue un beso menos demandante, solo porque antes de poder colar su lengua nuevamente a la cavidad del menor, la puerta principal se había cerrado.

Sasuke se apartó de Naruto, y este se bajó rápidamente de la barra, fingiendo que todo estaba como de costumbre.

 

–      Hola, chicos.
–      ¿Qué haces en casa? – preguntó Sasuke enarcando una ceja. Itachi solía llegar entrada la noche, y todavía no eran ni las ocho.
–      Yo también me alegro de verte, hermanito – replicó con sarcasmo –. ¿Verán películas? – señaló las palomitas.
–      Sí. Naruto quiere ver Eso.
–      Me alegra ver que están mejor – contestó el mayor con una sonrisa pícara dirigida a Sasuke, quien solo rodó los ojos y se alejó de Naruto para tomar el recipiente e ir a la sala, seguido de Naruto –. Diviértanse. Y si tienen pesadillas, se hacen compañía ustedes, que a mí no me despiertan.

 

Sasuke nuevamente rodó los ojos y arrojó un gruñido como respuesta. Sabía que Itachi bromeando solo quería decir una cosa: lo había perdonado. Pero no estaba listo para que su hermano se aprovechara de la situación, y menos cuando acababa de interrumpir un momento como el de antes.

En ese momento le llegó un pensamiento a la mente. ¿Qué significaba todo lo anterior? Sabía que Naruto no quería una relación todavía, pero él había sido el primero en besarlo esa noche.

 

Se sentó en el sofá, y Naruto ocupó el otro extremo. Por tercera vez rodó los ojos y accedió a ser él quien se moviera, sentándose a un lado del rubio.

 

–      Ahora eres tú quien invade mi espacio personal – bromeó el rubio.
–      ¿Te molesta? – respondió Sasuke mirando a Naruto y sonriéndole ladinamente.

 

Naruto giró el rostro y no contestó. ¡Cómo adoraba esa sonrisa! Fijó su mirada en la televisión, a pesar de que no estaban viendo nada, pues apenas se estaba iniciando Netflix.

Notas finales:

¿Y bien? Espero que les gustara el capítulo, ya van, ya van ~~

Prometo que haré todo, todo, todo por venir al menos cada mes para poder terminar mis historias, salvo cuando sea por ahí de diciembre/enero, en esas fechas tendré mi entregable más importante del semestre y les prometo que no tengo tiempo ni para comer algunos días.

Sin más por hoy, me despido. Lindo día, tarde o noche.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).