-Hermano, dime todo lo que piensas sobre los alfas
-Koushuu, yo sólo los veo como una manada de lobos salvajes esperando por devorarnos
-Opino eso mismo, es sólo que a veces me pregunto... si cuando llegue mi primer celo, conoceré a mi destinado
-Kou... desearía que fueras feliz con la persona que te depare el destino.
Sin embargo, te casaste con Seto Takuma, aun cuando tu destinado era un general, Furuya Satoru. Lo siento hermano.
-Se feliz Eijun...
-¡Hermano!
El pequeño castaño lloraba entre sueños y se despertó al imaginarse a su hermano menor alejarse. El sabía que Koushuu habia encontrado a su destinado en su primer celo, Furuya casi enloqueció cuando otro alfa se lo llevó, hasta el punto de tener que ser encerrado en la prisión para evitar que interfiriera.
-Tenías un mal sueño
Eijun se enderezó de golpe cuando vio al tipo que asesinó a sus acompañantes, incluida Wakana, su mejor amiga, y se lanzó contra él tirándolo en el piso, levantando la voz muy fuerte para decirle lo mucho que lo odiaba.
-¡Te odio! ¡Los mataste a todos!
El asesino estaba con una sonrisa de lado a lado al escuchar todas las quejas de la persona que estaba montado encima de él, haciendo cierta fricción en un lugar que no debia por su descuido.
Habría hecho algo mas, de no ser porque de un momento a otro, el castaño dejo salir de sus hermosos ojos una gota de agua salada; de nuevo imprudente, por mostrar su debilidad frente a una mala persona.
Pero... esa persona sintió un golpe y otro más cuando de ser una lágrima, se hizo un rio de agua salada en esos ojos, lo pegó a su pecho, su aroma salió calmando al menor, y el no podia lograrlo, temblaba, pero de deseo, lo había comprovado, ese castaño era sin duda alguna, su omega destinado.
Desde luego, sabía que cómo tal todo lo que lo dañara le iba a doler, le iba a molestar, y al pegarlo en su pecho había crecido más ese malestar, tomo su muñeca y la llevó cerca de sus ojos, Kominato frunció el ceño. Sawamura al poder palpar esa reacción volteó a verlo, sus labios un poco abiertos y sintió la extraña necesidad de acercarse más, poco después un beso le sorprendió al castaño, y se dejó llevar por su reacción, cerro los ojos, y permitió que el contrario enlazara sus manos en su cintura.
Antes de que el menor cuestionara su actitud y descubriera eso que jamás le había mostrado a nadie, le golpeó en el cuello logrando desvanecerlo.
-Sawamura Eijun eh... y para colmo eres el omega de mas alta clase en el pais, todo mundo te desea, o desea pasar al menos una noche contigo
El castaño dormia pacificamente mientras que el otro hacía sus maletas
A la mañana siguiente despertó mas calmado, esta vez sin ganas de hablar.
-Ibas a visitar a alguien cuando te encontré, andando
-¿Me llevarás?
-Supongo que era algún pariente
-Lo será dentro de poco
-Más vale que al menos sepas caminar rápido, porque iremos a pie
-¿Por quién me tomas? Si no soy una princesa o algo parecido, soy un omega pero sigo siendo un hombre
Recibió un duro golpe en la cabeza
-Haces mucho ruido, baja la voz
-Sawamura Eijun
-¿Qué?
-Cuento contigo
Un pequeño sonrojo se instaló en sus mejillas
-Kominato Ryosuke
La sorpresa fue mayor cuando el castaño le sonrió, es que... era un total idiota, ¿Cómo podía sonreírle al asesino y ladrón?
En el camino el otro notó que de verdad era fuerte, que sabía leer y escribir con pincel, algo que incluso para los alfas era complicado, su cuerpo era delicado como el de una mujer y siempre que lo miraba a la luz del sol, sus ojos competían con el gran astro. El arete en su oido brillaba cada vez que daba vueltas, su emblema lo reflejaba en todos los aspectos, a pesar de ser tan ruidoso.
Pocos días despues, encontró a Eijun con algo en sus manos, era un pequeño pañuelo, con un emblema que no le pertenecía, y sus manos temblaron al verlo más de cerca, los colores delataban su compromiso, su sangre herbía hasta el punto de no permitirle siquiera voltear a verlo.
-¿A quién voy a entregarte?
-A mi prometido, Takigawa-san
En su intento de mantener su ego tan alto como al inicio, mantuvo esa mirada insencible, su expresión indiferente causó una leve tristeza en el contrario, sobre todo cuando lo animó a encontrarse con su futuro esposo.
A los 15 días de viaje, por fin llegaron con Takigawa, y Sawamura casi corre a lado de su futuro esposo para pedir ayuda, pero Ryosuke llevaba ya demasiadas noches soñandolo con otro, siendo tocado y besado de la misma forma en la que el lo hizo, estuvo a un paso de retenerlo, tan sólo que prefirió soportarlo por las monedas que recibiría a cambio.
Cuando exigió las monedas y Takigawa se las dio sin rechistar a pesar de la fuerte suma de rubies rojos que pidio, se dio cuenta de lo valioso que ese castaño era para él.
Estaba por salir cuando sus manos y todo su cuerpo percibieron el aroma del fuerte celo de Eijun, si tan sólo eso no hubiese pasado, Kominato no estaría encerrado en el calabozo tiritando de rabia.
-Eijun, ¿Qué es el de ti?
-Un conocido que me rapto
El alfa en su interior emanaba de toda clase de emociones, pensando que su castaño estaría en los brazos de ese tipo.
-¿Sucede algo?
-Tengo una extraña sensación de molestia en todo mi ser, como una ira inexplicable
A los 5 días de que todo rastro del celo de Eijun se había desaparecido, decidieron soltar al pelirosa.
Esta vez estaba dispuesto a marcharse, sólo que su corazón no pudo soportar verlo siendo contenido por los brazos de aquel hombre alto y castaño.
De unos cuantos pasos llegó hasta él y se lo volvió a llevar, esto era demasiado para él, después de todo, él nunca había actuado así, la razón era demasiado obvia pero estaba poco satisfecho con la respuesta:
-Sawamura Eijun era su destinado