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Apocalipsis por 1827kratSN

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Eran dos hombres los culpables de aquella situación, eran dos demonios que los castigaron con aquella tarea tan horrible, eran dos los condenados a estar en esa situación sin poder negarse porque cayeron redonditos en la trampa que los llevó a esa mansión. Terminaron siendo chantajeados y/o amenazados –o eso suponía Skull–, para aceptar las condiciones en donde no salían favorecidos en nada. Mas, ya no había vuelta atrás.

Sólo quedaba aceptar que su senpai daba miedo –mucho más porque ya todos tenían su forma adulta–, y no lo contradeciría.

Resignación y un suspiro. 

 

 

—¿Por qué tienes esto aquí? —aquella era la voz de la segunda persona condenada, una calmada, gruesa y bastante conocida

—¡Oye! — Skull dejó de ver la puerta cerrada y casi saltó encima de su compañero para quitarle sus adoradas pertenencias. Las arrebató de las manos de aquel calmado hombre sin importarle si su actitud fue agresiva o no— ¡Deja de tocar las cosas ajenas!

—Estaban en el piso —respondió con calma mientras volvía a recomponer su postura y a sujetar sus manos para esconderlas debajo de las mangas del qipao—, pensé que era algo que olvidaron Reborn y Tsuna por eso la recogí

—¿Eh? —Skull miró mal a Fon porque no le creyó ni una sola de esas palabras— No me des excusas. Está claro que querías quitármelos —acusó mientras le apuntaba con su dedo índice

—Pero no sé ni que son esas cosas, Skull —mantuvo su serenidad a pesar de que el otro estaba a la ofensiva

—Obviamente son cosas personales —apretó los labios y formó una mueca

—Pues a mí me pareció que eran instrumentos para maquillarse —Fon mostró el contenido de su mano derecha, un delineador de tono negro al parecer

—¡Oye! —se exaltó al reconocer su adquisición más reciente y se abalanzó para recuperarlo— ¡¿Qué derecho tienes para revisar mis cosas?!

—Estaba caído junto a esa bolita —tratando de esconder una sonrisa divertida, apuntó a una esquina de la habitación

—¡No es una bolita! ¡Joder! —masculló mientras hacía una mueca tras rodar sus ojos— ¿Acaso no sabes diferenciar las cosas más básicas de…? ¡Olvídalo! — suspiró profundamente mientras tomaba su esponja maquillante y la guardaba con las otras cosas en la bolsita que le quitó a Fon

—¿Puedo preguntar el nombre de esa esponjita?

—No

—Si quieres que la llame por su nombre, tendrás que decírmelo

—No jodas

—Entonces le diré a alguien más para que me ayude —sonrió sutilmente al ver el leve pánico en Skull—. Le preguntaré a Viper, seguramente ella también se maquilla y sabrá que es esa cosita ya que son cosas de…

—Termina esa frase y empezaremos una pelea verdaderamente interesante —amenazó con las mejillas completamente rojas y su puño derecho elevado— ¡Te reto!

—Yo creo que no es buena idea —sonrió mientras volteaba su mirada para apreciar a cierta pequeña niña de casi dos años que dormía plácidamente en una cuna bien ubicada en ese cuarto—. Si la despertamos y llora, tendremos que llamar a Tsuna, y por ende Reborn se enfadará porque interrumpimos su salida

—… —Skull analizó las palabras ajenas y dedujo algo: si peleaban estaban en problemas, si dejaba que Fon siguiera indagando seguramente su secreto sería revelado. Todo estaba claro entonces— ¡No sé por qué nos dejaron de niñeras! —¡No estaría en esa meditación si es que esos dos padres insensatos no le hubiesen dejado a cargo de la niña!

—Skull… grita más bajito —apaciguó o al menos lo intentó

—¡Como si fuera posible! —Skull intentó bajar su voz, pero era muy difícil cuando estaba furioso— Es su hija, ¡debieron llevársela!

—Una vida mafiosa que enfrentar, un matrimonio estable y una niña. Debe ser agotador —miró a Skull— Ayudémoslos por ahora y dejemos que descansen

—Sabes perfectamente que eso será lo último que hagan —frunció su ceño porque claramente no confiaba en que esos dos no aprovecharían la privacidad—. Por algo nos dejaron a la bambina

—No creo que este tema sea prudente tratarlo en frente de una cuna —sonrió divertido porque, en parte, Skull tenía razón—. ¿Entonces?

—¿Entonces qué? —emitió un bufido

—¿Me explicas qué usos tienen las cosas que llevas ahí?

—¡¿Por qué demonios insistes, Fon?!

—Tenemos unas horas largas por delante, sólo busco algo en que entretenernos

—Entonces improvisa y deja esto en paz —apuntó a la bolsita de su propiedad y frunció el ceño. Quería zanjar el asunto.

 

 

No estaba loco, tampoco era idiota. Skull sabía que, si soltaba la lengua, ese tranquilo sujeto tendría una carta bajo la manga que podría usar para molestarlo, aunque tampoco debía permitir que Fon preguntara a alguien más y por ende regara el chisme, sin embargo, en eso pensaría después. Por el momento haría lo más conveniente… ignorarlo hasta que los padres de Mia volvieran, y sinceramente esperaba que se apuraran.

Jodido Reborn con calentura. Skull ni siquiera planeaba ir a esa mansión en primer lugar, sólo recibió una llamada y una amenaza para que fuera a Vongola con suma urgencia. Su senpai era un idiota, éste tenía a los guardianes del décimo a disposición, pero claro, gustaba de torturarlo y qué mejor manera de hacerlo que dejarlo de niñera junto con Fon. ¡De niñera! ¡Ni siquiera le gustaban los niños! ¡Además con Fon! Simplemente era estresante, no aguantaba la pasividad de ese oriental, ¡es que no tenía nada de divertido! Y a él le gustaba lo extremo. Ni siquiera tenían tema de cual conversar.

 

 

—¿Y me lo dirás?

—No —aunque Fon parecía interesado en descubrir uno de sus tantos secretos, ¡genial! Ahora resultaba que era curioso—. Y deja de molestar

—Insistiré

 

 

Skull no creía que ese tipo fuera de los que molestaban por molestar, así que decidió ignorar la especie de advertencia dada mientras iba a la cocina a pedir algo de comer y de paso averiguaba si Reborn dejó alguna pista de cuando volvería junto con Tsuna. Lamentablemente para él y su paciencia, nadie sabía la hora de regreso de esos dos. Así que tenía que volver al cuarto de Mia a aguantarse el silencio que Fon formaba o a negarse a responder la pregunta monótona que le era dicha.

Dulce, dulce día libre. ¡Jodida suerte!

Llevó varias bolsas de frituras y bebidas, en su boca también consumía ya media galleta recién horneada que le quitó a una de las sirvientas. Algo bueno tenía que sacarle a ese día, eso fue que le gustó la comida de esa mansión y la consumiría hasta que se cansara. Además, reía internamente porque dejó a Fon con la niña durante una hora. Sí, una hora

 

 

—Bienvenido.

—No jodas, ¿sigue durmiendo? —dejó su botín en el suelo mientras se acercaba a la cuna y veía a la nenita de cabellos castaños dormir cual angelito en una nube—. Esta mocosa tiene el sueño pesado y extendido… seguro eso lo sacó de su “mami”

—Gracias por la comida

—Oye, esas eran para mí solo —gruñó, pero claro, cuando quiso arrebatarle la bolsa de papitas, Fon lo esquivó y las tomó para sí—. Ya olvídalo, pero el resto es mío

—Me has dejado solo durante un rato, ésta es mi compensación —abrió la bolsa con extrema lentitud y rió al ver el tic en la ceja de aquel inmortal

—Como sea —suspiró mientras agarraba otra bolsa— ¿Quieres ver la tele?

—No

—Aburrido —criticó sin ganas

—Prefiero que me digas cómo usas esas cosas

—¡Que no te diré!

 

 

Escapó de una plática más mientras encendía la televisión de esa habitación y empezaba a cambiar los canales para elegir algo de su agrado… pero… fue lo peor que pudo hacer… Cada canal tenía algo más grotesco que el anterior, Skull no creía que Reborn fuera capaz de dejar todos esos programas en la televisión usada por su hija… ¡Era horrendo!… Todos tenían programas donde la estrella era un hombre con un disfraz ridículo que cantaba canciones infantiles y sin sentido

¡Era indignante! ¡Una tortura!

Después de un largo rato agonizante entre “te quiero yo” y “ya es hora de dormir”, Skull se rindió y apagó el aparato. De refilón avistó a Fon quien bebía un té helado con la mayor de las calmas mientras terminaba las frituras de su bolsa, sin protestas, ni siquiera parecía alterado por la tortura anterior… ¡Era exasperante! Lo peor fue que Fon seguía entonando la dolosa frasecita para saber sobre los utensilios de maquillaje que él guardaba en esa bolsita que dejó caer por error de su mochila llena de armamento. ¡Claro! ¡De entre tanta arma tenía debía caerse justamente su bolsita especial! ¡Jodida suerte!

Para rematar, ahí estaba la razón de su estadía forzosa en esa mansión. Unos ojitos brillosos lo miraban a través de los barrotes de madera de esa cuna rosadita, una pequeña criatura que no lloró, sino que emitió un sonido bajito, algo como una risita dulce pero que para Skull fue la señal del infierno. Estaba demás decir que no le gustaban mucho los niños pequeños. Aunque para su suerte, Fon parecía encantado con la nenita y él no tuvo siquiera que tocarla

 

 

—Quien lo diría —Skull permaneció admirando cómo el de largos cabellos trenzados cambiaba el pañal de la niña, uno que usaba al dormir pues aun no lograba aguantar sus necesidades mientras dormía

—¿Hum? —Fon miró a su acompañante y elevó una ceja— ¿sucede algo?

—Tienes madera de padre —señaló cuando Fon ya terminada de colocar la mallita a la pequeña de ojos negros brillantes y amables. Daba miedo reconocer que esa bebé fuera una combinación extraña entre Reborn Y Tsuna, pero Skull esperaba que todo lo bueno lo heredara del Vongola

—Los niños son criaturas fascinantes —sonrió mientras terminaba de vestir a la pequeña quien tranquilamente jugaba con un peluche— saben reconocer la naturaleza de las personas y si te ganas su confianza nada es difícil

—Seguro —rodó los ojos— ¿Y ahora qué?

—Skull, ¿por qué no la tomas en brazos?

—No gracias —negó enérgicamente

—Vamos, hazlo. Verás que no es tan malo —ofreció mientras cargaba a la pequeña

—No sirvo para cuidar de los niños —torció su labio superior—. Te lo dejo a ti

—Entonces, ¿nunca quisiste tener una familia? ¿O si quiera lo has pensado?

—Soy un alma libre —sonrió de lado, orgulloso por sus palabras—. No me ataré a nada y menos he pensado en la posibilidad de ser el padre de un niño

—¿Has pensado que, cuando ya no puedas tener más aventuras, estarás solo? —se compadeció de su compañero, sintió pena por ese pensar tan deformado

—No me vengas con filosofía familiar —suspiró—. No lograrás hacer que cambie de opinión porque eso no es para mí

—Incluso Reborn sucumbió a un amor y a una familia. Por eso no creo que tú logres escapar de eso por siempre

—Buen punto —asintió mientras suspiraba, aun recordaba el shock que tuvo cuando se enteró que Reborn estaba enamorado del décimo Vongola—. Entonces, bien… Sólo cinco minutos —extendió sus brazos y miró con duda a la niña

—Genial —Fon colocó a Mei en manos de Skull quien se quedó mirándola un rato sin hacer o decir algo— y… ¿Me dirás?

—Esta niña tiene el aura de Tsuna… —sonrió aliviado— Y no —miró mal al azabache— no te diré

—Parece que le gustas —sonrió divertido cuando Mia estiró sus brazos hacia Skull y rio abiertamente

—Eso da miedo —sintió un escalofrío en su espalda y devolvió a la niña— Si la cargo por un rato más, me dará urticaria

—Yo creo que sólo estás huyendo de algo que desconoces

 

 

Tal vez Fon tenía razón, pero Skull lo negaba. Él estaba acostumbrado a una vida solitaria, velando por sí mismo, comandando decenas de escuadrones en pro de un ajeno, viviendo su vida como le plazca, nunca pensó ni quiso formar una familia diferente a la que perdió hace años. Skull no quería sufrir por una perdida más, no quería sentir el dolor en su pecho debido a la añoranza, y por eso prefería centrarse en metas netamente personales. Lamentablemente ese individuo pareció darse cuenta de sus verdades ocultas

Fon sonreía mientras interactuaba con la niña en esa habitación llena de colores, pero no sólo se centraba en Mia sino en su acompañante, al cual incluyó en cada actividad que estaba enlistada en una nota dejada por Tsuna, desde el alimento hasta los juegos. Cada cosa conllevaba a que Fon intentara que ese muchacho de cabellos violáceos cargara a la niña y reconociera el encanto de la misma. Y poco a poco, con pequeños minutos, con empeño y con amabilidad, logró un acercamiento más extenso que simplemente unos segundos de contacto visual. Fon logró que Skull sostuviera a la niña mientras él le daba la papilla de banano

 

 

—Esto está rico —Skull había tomado un poco de la papilla con su dedo y la probó—. Oye, niña… tu comida tiene buena pinta. Creo que me llevaré un par de esos frascos

—No creo que sea buena idea

—Lo haré de todas formas —elevó sus hombros restándole importancia al asunto

—Si tú lo dices —Fon suspiró, de todas formas, Skull no le haría caso —por cierto

—¿Qué?

—¿Me dirás?

—¡¿Hasta cuando vas a seguir con ese maldito monologo repetitivo y fastidioso?!

—Hasta que me enseñes qué tienes en esa bolsa y cómo lo utilizas —sonrió divertido porque era demasiado fácil sacar a Skull de sus casillas

—Lo haré, joder. ¡Lo haré! —Era suficiente, estaba harto. Entregó a la niña quien parecía acostumbrada a los gritos pues no se inmutaba y seguía en su mundito lleno de pensamientos básicos, como terminarse el contenido de ese frasquito— Ahora termina de alimentarla y yo ya regreso

 

 

Triunfó, Fon disfrutaba de su victoria mientras reía bajito al ver las muecas de la niña que exigía su comida. No era como si tuviera demasiado interés en los objetos que Skull tenía, sólo quería conocer un poquito más a ese antiguo compañero con el que no cruzó muchas palabras, pero que le mostró una coraza difícil de romper.

Vio a Skull volver con la bolsita y sentarse frente a él, suspirar profundamente mientras sacaba algunas cosas y las señalaba. Fon escuchó nombres como: esponja maquilladora, sombras de ojos, lápiz delineador, delineador líquido, muchas brochas y pinceles, así como sus usos. Le parecía divertido saber que maquillarse era un arte y uno muy complicado a su parecer.

 

 

—¿Feliz? —soltó con desgano y resignación

—Algo

—Eres un… —suspiró para calmarse mientras empezaba a guardar esas cosas—. Ya te dije lo que querías saber, así que ahora deja de molestarme con ese asunto

—¿Los usas todos?

—No responderé a eso —frunció su ceño

—Algunos parecían nuevos, por eso tengo curiosidad —sonrió, pero sólo recibió un gruñido bajito y algo como un insulto en otro idioma — ¿Me dirás?

—No

—¿Por qué lo usas?

—¡No sabía que eras tan exasperante!

—No lo soy

—¿Entonces por qué sigues insistiendo? —habló con enfado

—Quiero saber

—Espera —murmuró resignado— te diré, pero por favor… ¡ya cállate! —apretó los puños mientras se debatía mentalmente los contras de lo que estaba a punto de hacer—… Y no le digas a nadie que me viste con esto o que siquiera te diré lo que te voy a decir

—Lo prometo —Fon sonrió

—Bien —un largo silencio se dio hasta que Skull sacó algo de la bolsita, algo que estaba envuelto por una tela de seda blanca y atado con cinta azulada— Esto… —suspiró— Esto es el único recuerdo que tengo de mi madre

—¿Qué es?

—Es máscara de pestañas —sonrió al decirlo mientras apretaba el objeto sin abrirlo— era de ella… lo que más recuerdo pues yo solía sentarme a su lado cuando ella se arreglaba en las mañanas

—Es un recuerdo preciado. Es un lindo gesto de tu parte el conservar algo tan personal

—Sí, sí —rodó los ojos antes de guardarlo de nuevo—. Ahora no hagas burla de eso

—Debes extrañarla mucho

—Como cualquiera que tenga corazón —apretó los labios—. Mi madre fue lo más importante que tuve en esta larga vida

—¿Por eso usas eso otro? —apuntó a un lápiz que sobresalía de la bolsa

—Ya te dije que no lo uso todo —suspiró resignado, si ya empezó, debía terminar— sólo lo necesario para mantener mi estilo —sonrió con altanería, pero Fon pudo ver la tristeza que ocultaba detrás de esa faceta orgullosa

—Entonces, ¿por qué compras todo eso?

—Esto será lo último que te respondo —suspiró mientras acomodaba todo y cerraba la bolsa—. Son regalos… para mi madre

—¿Aún visitas su tumba?

—Sí —sonrió con melancolía— aún hay alguien que puede dejarle flores y estos obsequios. Ella debe saber que su único hijo jamás la olvidó —habló con ternura mientras apretaba la bolsita entre sus manos—. Y no me mires así —acusó cuando hizo contacto visual con Fon

—¿Cómo?

—Como si me tuvieras lástima —bufó mientras miraba la nenita que también lo observaba con una muequita donde su labio inferior destacaba— y tú, Mia… tampoco me veas como si yo fuera la causante de esas lágrimas que retienes

—Dicen que los niños saben leer y comprender el corazón ajeno, las emociones, el dolor —Fon acarició los cabellos de la bambina para calmarla

—¿Quieres ayudar a aliviar mi dolor? —Skull miró a Fon y este asintió— Entonces cierra los ojos y quédate quieto —rio internamente por su más nuevo plan de travesuras

—¿Qué planeas hacer?

—Es obvio… así que cállate y hazlo

—No —rio bajito porque el otro frunció el ceño

—Entonces… —Skull miró a la niña y sonrió con malicia— tú me ayudarás

—No le harás nada —Fon sujetó a la pequeña que casi le es arrebatada por el otro y la pegó a su pecho— esta niña es sagrada, Skull

—Lo sé —elevó una de sus cejas y sonrió maliciosamente antes de sostener los hombros de Fon y acercarse— por eso… sujétala bien

—¿Qué?

—Que la sujetes —empujó con todas sus fuerzas para que Fon perdiera equilibrio y cayera hacia atrás. Mia rió divertida cuando sintió el aire elevar sus cabellitos. Fon no tuvo más opción que sujetar a la pequeña antes de resbalar y caer al suelo— ¡Ja!

—¿Qué haces?

—Que no se mueva, Mia —rió divertido antes de tomar lo que pudo de su bolsa y saltar sobre el azabache— Es hora del contraataque —se sentó encima del azabache para impedirle que se levantara

—¡Skull!

—Te pedí amablemente que me ayudes —Con agilidad sostuvo la brocha que no limpió esa mañana y forzó su brazo hasta que alcanzó los párpados ajenos, los cuales machó con el color que más le gustaba: el violeta— y sí que me ayudas —obviamente el otro no se iba a quedar quieto

—¡Espera! Harás que Mia se lastime —sujetó la muñeca de Skull tratando de evitar que este hiciera su labor mientras que con la otra sostenía a la pequeñita… la que no hacía más que reírse y aplaudir. ¡Qué niña!

—Ja —se burlaba mientras usaba su otra mano para buscar las sombras y machar su dedo porque con ello atacó el otro párpado de Fon— incluso Mei me apoya

—Para — forzó un poco su agarre en la muñeca de Skull y lo empujó

—Aun no estás listo —masculló con malicia antes de intentar de nuevo maquillar al otro, pero no supo cómo ya tenía a la pequeñita Mia sujetando su cabello e impidiéndole ver a su objetivo

—Es tu turno —Fon rio bajito antes de empujar al de cabellos violetas y ahora él sentarse encima del vientre ajeno y tomar lo primero que vio. Un labial al parecer

—Joder, ¡¿qué pasaba si Mia se hacía daño?! —Skull alejó a la bebita de su rostro y la colocó sobre su pecho— ¡El senpai nos mataría!

—Te culparía a ti —mencionó antes de acercar aquello a los labios ajenos y colocarlo, o intentarlo pues nunca había usado esa cosa

—¡Maldito! ¡Me ibas a usar de carnada y huirías! —No le importó que el otro le manchara de violeta en la piel ajena a sus labios, pero debía protestar, ¡por dios! —. Me vengaré

—¿Cómo?

—Te voy a maquillar como drag queen —masculló intentando alejar la mano de Fon a la vez que sostenía a la niña quien parecía divertirse por aquella sutil pelea porque hasta reía a carcajadas agudas

—¿Me pondrás labial?

—Ese es el punto

—Está bien —Fon sonrió antes de soltar aquel cilindro y sujetar la muñeca libre de Skull — te ayudaré con eso

—¿Qué? —pero no pudo decir nada más, ni siquiera pudo procesar el significado de esas palabras

 

 

Skull abrió sus ojos debido a la impresión que le causó el acercamiento repentino del azabache, una distancia tan corta que hasta sintió unos leves mechones hacerle cosquilla en sus mejillas. Quiso protestar, pero antes lograr hacerlo, sintió los labios ajenos tan cerca de los suyos que su respiración se detuvo.

Lo inevitable pasó después. Aquel sujeto… lo besó.

¡Oh por dios! ¡Hasta sentía unos ligeros movimientos sobre sus labios! A Skull se le olvidó como respirar y como moverse o pensar, se quedó quieto mientras sentía como el otro lo guiaba en un toque tranquilo y cálido. ¡Debía ser una broma! Pero no… no lo era. Ese era el problema: ¡no era una broma!

 

 

—Ahora también tengo maquillaje en mis labios —susurró separándose unos centímetros de Skull, siempre cuidando que la niña entre ellos no fuese lastimada y que, por el contrario, se distrajera sujetando la cadena que en ese día Skull tenía en el cuello— ¿qué tal?

—¿Qué cosa has hecho? —reclamó enrojeciendo casi de inmediato cuando vio el violáceo labial distribuido engorrosamente sobre la piel de Fon— ¡Quítate!

—No por el momento

—¡Espera! —pero de nuevo se sentía aprisionado por la impulsividad ajena. ¡Ay dios!

 

 

Pataleó un poco, intentó empujarlo o golpearlo, pero a la vez se sentía tan abrumado que no podía concentrar bien sus fuerzas y fallaba miserablemente, peor que eso era escuchar la risita de la niña que al parecer disfrutaba de burlarse de su desgracia. Al final Skull no pudo evitar que sus labios fueran usurpados por los de aquel amante de la quietud y paz. ¡Pedía ayuda al cielo!

 

 

—¡¿Podrían dejar de coquetear con mi hija entre ustedes?! —esa voz fue la única salvación para Skull quien había olvidado como respirar y estaba ya casi al borde del colapso— ¡Mei! ¿Estás bien? —Tsuna ignoró la situación y de un tirón apartó a Fon para proceder a sujetar a su hija— Mei

—¡Papi! — al parecer la niña podía hablar cuando quería

—Nunca pensé verlos así —Reborn se había mantenido al margen de todo puesto que siempre le dejaba la sobreprotección paternal a Tsuna. Él, mientras tanto, se divertía fotografiando aquella rosada escena para tener una herramienta de chantaje a futuro—. Vaya que te queda bien el maquillaje, Fon

—Bienvenidos —sonrió sin importarle lo que el otro hacía, o lo que Skull murmuraba mientras se levantaba y limpiaba sus labios—. ¿Cómo la pasaron?

—No tan bien como ustedes —se burló Reborn

—¡Les dejé a cargo de mi hija! —reclamó Tsuna mientras cargaba a Mei y se alejaba un poco para que Skull pudiera reaccionar, cosa que no tardó en suceder

—¡¿Qué es lo que te pasa?! —Skull parecía aún en estado de shock mientras, avergonzado, se levantaba del piso y mascullaba alguna cosa en alemán— ¡Joder! —respiró erráticamente

—Son un mal ejemplo para mi hija —Tsuna los miró mal, pero su hija seguía sonriendo divertida

—¡Pues ella se reía de lo que me estaban haciendo! —reclamó Skull quien recogía todas sus cosas y las guardaba presurosamente en la maleta que trajo—. Por dios… creo que heredó algo muy feo de ti —le apuntó a Reborn

—¿Quieres pelea? —Reborn sonrió de lado cuando mostró la fotografía en donde Fon estaba encima Skull disfrutando de su “frenesí”— una palabra más y la envío a todos nuestros “amigos”

—¡No! —apretó sus dientes y negó— Saben… fue un placer. Adiós, niña —dijo mirando a Mei quien movía su mano para despedirse— ¡Me largo!

—Espera —susurró Fon, pero el de cabellos violáceos ya había cruzado la puerta— bueno… —suspiró antes de levantarse

—Si no te apuras, se te irá la princesa —Reborn estaba disfrutando de eso y lo haría durante el resto de la semana o mes o año, dependía de esos dos

—No sabía que ustedes —Tsuna miró a Fon—, pero, ¿por qué usar a nuestra hija de intermediaria? —ahora miró a Reborn en busca de apoyo

—No me mires así —sonrió el hitman—. Fue idea de Lal

—Lamento las molestias —Fon recogió también un objeto que Skull olvidó, un pincel creía—, pero debo irme. Tengo que devolver esto —sonrió

—Creo que te debes limpiar primero —Tsuna apuntó a sus labios en referencia— si quieres usa el baño

—Tengo un poco de prisa —sonrió antes de usar su inmaculada manga para limpiar un poco del maquillaje—. Lamento las molestias —dio una ligera reverencia— con su permiso

—Corre o se te escapará

—Lo sé —se apresuró a correr por ese pasillo pues no iba a desaprovechar la oportunidad

—Mia —Tsuna miró a su hija quien reía mientras se despedía— dime que no te gusta ver el sufrimiento ajeno —pero la risita de su hija quien apuntaba a la ventana le dio la respuesta— oh no

Addio, bobo —la pequeña agitaba su mano mientras observaba como Skull montaba su motocicleta y la encendía lo más rápido que su shock se lo permitía

—Estoy orgullosa de mi hija —sonreía Reborn

—Todo menos eso —se lamentaba Tsuna, pero sí… su hija heredó ese mal hábito de Reborn

 

 

 

 

Notas finales:

 

No sé cuál es el código de Skull XDDDD

Ahora, sólo debo decir que estaba viendo imágenes de nuestro hermoso inmortal y me dije: «No mames, se maquilla»… y de ahí nació esta cosa extraña que –espero yo-, hayan terminado de leer XDDD

Ya saben si quieren una pareja y una idea determinada pueden decírmelo, por ahora seguiré cumpliendo algunos pedidos que me han hecho y tenía en “veremos” XD

Los ama: Krat~

Arrivederci, miei cari~~~


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