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Cállate y dame un hijo por melisanatalia

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Capítulo X

 

Departamento Forense, Hospital de Atenas, 11 am

 

-        ¿Aioros?

 

-        Hola... ¿tienes un momento?

 

-        Si... me toca el café de las 11

 

-        Genial, yo, vine a ver a Saga pero... osea, aproveché de venir, tu sabes, conversar...

 

Ángelo DeSantis saca rápidamente varia conclusiones:

 

1.- Aioros prefiere humillarse gratis con el que atreverse a hablar con Shura

 

2.- Aioros estaba hasta el pelo de interesado y temeroso a partes iguales

 

-        ¿Sabes qué? No es necesario hablar de ello, sé que no corrompí a Aioria y sé que no eres un mal tipo, prefiero gastar mi café hablando con Dita

 

-        Pero yooo...- insiste el castaño.

 

-        Tu nada, dejen de ser tan imbéciles en algún momento, con permiso- El italiano lo deja a mitad de pasillo encaminándose a la cafetería para llamar a su esposo y contarle que si, Aioros está mucho más interesado de lo que habían creído.

 

 

 

 

Departamento de Shura Montés, 5pm

 

-        ¡CARAJO!- el pelinegro estaba en medio de su habitación sentado en la cama, rodeado de prendas de ropa arrojadas al azar- ¿Qué mierda me pasa?- 

 

No habían cambios aparentes, pero algo se transformó en su cabeza cuando supo lo de su embarazo ¿cómo es posible que de repente sentía que la ropa le quedaba mal?, o lo hacía ver más... deforme, o más bien con curvas, pero así no sabe cómo terminar de arreglarse para la estúpida cena de socios, en realidad no era estúpida, pero no sentía la capacidad de sentirse bien en esas ropas.

 

-        Pantalones negros, camisa blanca, no puede fallar- se decide dándose seguridad para no caer en otra media hora de "nada me queda", y ese tipo de inseguridades adolescentes.

 

 

 

 

 

Salón de eventos Club Ateniense, 22 pm.

 

En el momento en que Shura y Camus entraron al salón, todos sabían sus nombres y en parte sus trayectorias, sin embargo además se veían más atractivos de lo que la opinión general los recordaba, irradiaban seguridad y sofisticación, aparte del cerebro que se sabe que cargan. Ambos abogados, ajenos a esto se dedicaron netamente a abordar temas comerciales, enlaces y tener conversaciones triviales respecto a algunos proyectos o sociedades.

 

Ya habían acordado varias reuniones en la firma esa semana cuando Shura decide tener suficiente, suspira y busca la salida más cercana (a veces le hartaba el exceso de gente) cuando encontró un cómodo balcón para apoyarse y mirar las estrellas disfrutando de unos minutos de calma y soledad... cuando siente que alguien desliza sus nudillos con sutileza por su espalda, se gira lentamente (no quiso tentar su cómodo embarazo incentivando un mareo).

 

-        Aioros- dijo con un tono más severo del esperado

 

-        Shura... te vi hace un rato en el vestíbulo pero estaba muy ocupado explicando lo de los auspicios deportivos a... bueno no importa, me alegra encontrarte... crees que podamos... tu sabes, ¿hablar? No te he visto... yo...

 

Ahí estaba de nuevo ese aturdimiento verbal mezclado con tensión sexual que siempre surge cuando están solos

 

-        ...etto... pedirte disculpas, te contesté y actué como un imbécil la última vez, no debí, a veces sólo quiero ganar una pelea diciendo idioteces... no quise...

 

-        Está bien Aioros, ya fue- le corta Shura visiblemente nervioso y mordiéndose el labio pensando en que momento debiera comenzar con "¿te acuerdas de tu primera emisión de esperma?", pero era un mal comienzo, se volvió a generar una atmósfera cargada de tensión y ansiedad mientras no podían dejar de verse  a los ojos...Aioros cedió al primer impulso, que fue tomar con delicadeza las mejillas del español y darle un beso cargado de necesidad que el otro no pudo evitar, era mantequilla en los lugares que el griego lo rosaba, abrió su boca buscando más contacto y ya hubiesen ido a practicar la reproducción de no ser que escucha la voz de Camus buscándolo afuera, los sentidos del pelinegro vuelven en sí, se aparta rápidamente y se acomoda la ropa, sintiendo inmediatamente el contraste entre la brisa nocturna y el cuerpo del griego.

 

-        Shura, tengo que presentarte a alguien- habla Camus sin entrar del todo al balcón, pues estaba apurado con un vaso de vino en una de sus manos, Shura lo siguió hasta el inicio de la escalera del salón cuando apareció un alto y atractivo ojimorado en su campo de visión- Shura él es Aiacos, Aiacos él es Shura, mi socio- 

 

-        Mucho gusto- Shura extiende su mano en señal de saludo pero Aiacos en vez de estrecharla, besa sus nudillos con una espontánea galantería, por lo cual el español estaba a punto de expresar su incomodidad cuando ve que unos pasillos más allá Misty le está diciendo algo en el oído a Aioros...

 

-        Así que... ¿a qué te dedicas?- pregunta Shura intentando crear una conversación, ya que Aiacos no tenía la culpa de sus problemas, o inquietudes, o...¿celos?

 

-        Soy psiquiatra, pero mi familia negocia con cultivos desde siempre, este año me tocó venir a mí, Camus me dijo que te dedicas a derecho ambiental

 

-        Eeeh, si...

 

Camus los dejó solos mientras atendía algunos asuntos, y para sorpresa de Shura, era fácil hablar con Aiacos, su humor ácido era perfectamente compatible con el de español, hablaron de todo un poco, sin darse cuenta pasaron alrededor de dos horas...

 

-        Bueno, asumo que ahora que conversamos lo suficiente sería descortés no acompañarte a casa, Camus entiendo que ya se fue...

 

-        Oh, que galán, pobre de mí que no sé pedir un taxi- contesta Shura con sarcasmo...

 

-        Llámame como quieras pero no amigo...- comenta Aiacos con un brillo especial en los ojos- no te soportaría...

 

-        ¿Tanta mala fama tengo?- comenta Shura de broma mientras va a buscar su abrigo

 

-        Me agradas, y no de forma amistosa asi que si lo digo ahora no hay engaño

 

Shura se sonrojó por la sinceridad del psiquiatra, respiro profundo antes de terminar de ponerse el abrigo y salir a buscar un taxi.

 

-        Aiacos no estoy en condiciones...

 

-        Ya sé que tienes ocupaciones, no hoy ni mañana, pero dame una oportunidad, la merezco- Dicho esto el ojimorado se despide con un beso bastante lento en la mejilla.- Nos vemos por ahí...Shura-

 

-        Nos vemos- Shura casi corre a la entrada a esperar su transporte cuando se acerca Aioros.

 

-        ¿puedo ir contigo?- pregunta Aioros con ese tono que usa solo cuando están solos.

 

-        No- contesta el español sintiéndose irritado sin saber por qué.

 

-        ¿Qué sucede Shura?- pregunta el castaño con total cautela

 

-        Conversemos en la semana, yo te avisaré- suspira intentando ordenar sus ideas- que tengas una buena semana...- sin más se sube al auto indicado y se hunde en sus pensamientos hasta llegar al departamento, donde pudo haberse atormentado un poco más...pero nuevamente cae profundamente dormido, sin ropa como le acomodaba desde hace algunas semanas.

 

 

 

 

Departamento de Milo Antares, 1 am

 

-        ¿Camus?- pregunta al aire un adormilado Milo que se encontraba sólo con la aprte de abajo del pijama durmiendo

 

-        Shhht, soy yo ¿dormiste bien?- pregunta Camus, al tiempo que enciende una de las lámparas de la habitación, dándole una tenue iluminación.

 

-        Me dormí apenas saliste ¿todo bien?- El griego se despereza y aun adaptando la vista se incorpora buscando la silueta de Camus.

 

-        Eres tan tierno cuando recién despiertas...- susurra Camus mientras se acerca a la zona iluminada frente a la cama –aunque yo quiero otra faceta de ti... ahora

 

Al escuchar eso Milo enfoca su vista en... un Camus que usa una lencería de infarto, con portaligas, una pequeña tanguita, y una bata corta de seda a medio caer por sus hombros, sin poder respirar aun, Milo se arrodilla en la cama, no pasa ni un segundo cuando le quita la bata a Camus y este fijando su dominio de la situación, inmoviliza a Milo sentándose a horcajadas sobre su entrepierna.

 

-        ¿El señor Antares aprueba esto?- Pregunta con un tono sugerente mientras desliza sus manos por sus propias caderas- quiero mantenerlo interesado... y creo que este color le gusta- agrega tocándose la entrepierna cubierta apenas por su ropa interior de encaje rojo.

 

-        El señor Antares desea someter a su francés...- los susurros roncos del griego se complementan con la manera indecente con la que comienza a acariciar el cuerpo de Camus.

 

-        Entonces esto le va a servir...- Camus le muestra una fusta, la cual lame para deleite de Milo, y la pone en una de sus manos mientras besa sus nudillos- castígueme porque hoy me porté mal...

 

-        Dime ahora que fue lo que hiciste...- Milo se deshace del agarre de Camus y lo pone boca abajo sobre sus piernas- tienes que hablar...- pasa la mano por debajo de la tanga, acariciando su entrada y arañando sus glúteos.

 

-        Yo dejé que en la cena me miraran, disfruté que miraran el contoneo de mis caderas, dejé se acercaran con la excusa de cerrar negocios...señor

 

-        ¡Puta!- Exclama Milo cuando el primer golpe de la fusta da en el glúteo de su francés- ¿dejaste que te toquen?, ¿dejaste que huelan tu cabello?- Agrega en tono amenazante tirando de algunos mechones de Camus

 

-        Jamás, me mojé de solo pensar en llegar al lecho de mi señor esperando el castigo que merezco

 

-        Mereces que sea rudo contigo... NADIE flirtea con lo que es mío...- se escucha el ruido de la fusta cortando el aire y chocando con el glúteo del francés.

 

-        ¡Agh! Señor... ¡ah!- 

 

-        Mira cómo te mojas, ¿acaso quieres más?

 

-        ¡Si mi señor!- afirma Camus con fervor, casi sollozando por la forma en que lo sometían-¡agh!-

 

-        Pero si estas pidiendo no caminar mañana...- Milo mete bruscamente su dedo en la entrada del francés, llevando parte de la tela de encaje en el camino- ¿sabes qué?, soy demasiado bueno contigo, muéstrame tus muñecas, te ataré- El tono de voz de Milo es profundo y cargado de erotismo.

 

-        S- si mi señor- Camus se arrodilla en la cama con la respiración agitada, su corsé sube y baja al ritmo de su agitación, sus ojos brillan y el pelo ya está irremediablemente revuelto.

 

-        Bien...- Milo ata las muñecas de Camus con la tela del pantalón (de pijama) que se acaba de sacar y se para a un lado de la cama - ¿Lo quieres?- mira a Camus de manera soez mientras comienza a acariciar su propio miembro- ¿te gusta o a la puta le mostraron uno más grande?-

 

-        Señor ¡no!, jamás, yo necesito... tenerlo en... mi boca- Camus se relame los labios mirando suplicante a su novio.

 

-        Tómalo, gatea, y tómalo, si pierdes el equilibrio te voy a castigar- La voz de Milo está llegando a tonos imposiblemente eróticos.

 

-        ¡Mgh!- A una velocidad improbable Camus avanza sobre sus rodillas y se traga el miembro de su amo con maestría, todo lo que el griego le ha enseñado está siendo aplicado, todo, sabe cómo salivar, respirar, suspirar y succionar de la manera precisa para hacer que su adorado novio pierda el control, no necesita ayudarse de las manos y sabe que la saliva que escapa por sus comisuras es el combustible que su precioso griego necesita para dejarse ir y follarlo con la pasión que se profesan.

 

-        Aaaah, Camus! Mmm, escucha ese ruido encantador, mi puta francesa, aaah!-

 

Sin aguantar un momento más, Milo arroja a Camus sobre la cama para ponerlo en cuatro y penetrarlo de una sola vez, a su delicado novio le fascina ser tomado de esa forma, se derriten ante las sensaciones que se otorgan, la habitación se llena de gruñidos, jadeos, suplicas y promesas.

 

Camus ayuda empujando sus caderas hacia atrás aumentando el contacto y resignándose a que por la mañana será un poco difícil caminar normal, pero es difícil que le importe, ya que pierde toda idea racional cuando Milo tira de sus cabellos y le susurra cosas un poco más duras, ese es el momento en que la intensidad es tal, que los movimientos se ponen erráticos, los gemidos agudos y solo concluyen cuando Camus se arquea imposiblemente al sentir su orgasmo robarle el aire, eso hace que Milo termine de apretarlo mientras lo llena.

 

-        ¿Qué tal tu cena precioso?- susurra Milo luego de un rato en que estuvieron controlando el ritmo de sus respiraciones, se quitan todo lo demás y se acarician en la oscuridad.

 

-        Contactamos a las personas indicadas, Shura y tu primo se quedaron allí...

 

-        ¿Quieres un baño de tina?- pregunta Milo cambiando el tema

 

-        No sé si pueda caminar hasta allá- Camus se pega más al cuerpo del otro, acurrucándose para descansar.

 

-        Eso pasa cuando me muestras esa lencería

 

-        Eso pasa cada vez que hago cualquier cosa y estamos solos

 

-        ¡HEY!, no me culpes, nadie como frutillas como tu...

 

-        Si como digas...

 

Entre bromas ambos caen en un profundo sueño reparador, mañana tendrán tiempo de rehabilitar a Camus para que pueda caminar al baño.

 

 

 

 

Teatro “los mártires” Atenas

El día siguiente era una excusa perfecta para cualquier adulto para quedarse en cama hasta tarde, cocinar cosas sencillas, actualizarse con las series, etc. Pero para los jovenzuelos llenos de energía por gastar, es mejor aprovechar la tarde para un encuentro de bandas, se presentan un par bastante de culto en los circuitos, esta vez no es una casa ocupa, ni una parcela abandonada: es en un teatro, un teatro legal y con sus permisos al día, y bueno, al parecer no estaba mal para variar un poco. En eso estaban los integrantes de Los Bronces, Seiya estaba más tranquilo al notar que Shiryu si bien jamás leyó sus mensajes, tampoco lo miraba con odio, era más bien cortés y espontáneo, pasaron un par de horas y varias cervezas en aquel comodo ambiente, ya que para bien o mal, las bandas se conocían entre si y disfrutaban ver a otras ocasionalmente (en la medida que sus egos lo permiten). Shun y Hyoga se encontraban conversando con el grupo de amigas de June (mejor amiga de Shun), Ikki se había ido a buscar a Shaka a la entrada del teatro (estaba más calmado respecto a Hyoga, o al menos eso aparentaba) Seiya hablaba con todos pero cada tanto hacía un chequeo visual para saber en qué estaba el dragón; la tarde transcurrió así y ya cuando se anunciaba la última banda la atmósfera estaba cargada de humo de cigarro y otras maravillas, las cervezas iban y venían... cuando lo vio: Shiryu estaba riendo con las mejillas sonrojadas PERMITIENDO que ese tal Jabu lo tomara de la cintura y le dijera cosas al oído, TAN CERCA que Seiya creyó que le iban a salir chispas, ya se estaba encaminando al lugar de los hechos cuando sintió una mano en su hombro, era Ikki.

 

-        Ya sabes que no tienes el derecho de decir nada, ¿Qué pretendes?- Ikki le hablaba con calma y tenía a Shaka tomado de la mano.

 

-        Hola Shaka, Ikki tu no sabes como es Jabu, siempre quiere llevarse a todos a la cama, Shiryu no....- gesticula enfáticamente el castaño

 

-        Shiryu es bastante maduro para su edad, si lo hace reir, si lo lleva  a la cama o le compra un algodón de azúcar, ya no es tu problema, no hagas como yo en el evnto pasado.

 

-        Pero Ikki no entiendes, Shiryu es muy inocente, si cae...-

 

-        Ya cayó contigo, el verá con quien se equivoca, no me hagas sacarte de acá- agega Ikki con tono amenzante

 

-        Está bien, pero... ¿puedo unirme amablemente a la conversación? Por lo menos deja que me cerciore si Shiryu está sobrio- argumenta pegaso.

 

-        Está bien, pero nada de entradas épicas, ese soy yo- bromea (extrañamente) Ikki.

 

-        ¿Esas que se acaban si Shun te golpea?

 

Ahí estaba, la única persona capaz de hacerle frente a Ikki sin siquiera levantar su tono de voz: Shaka, veganismo y meditación no eran sus únicos talentos, Seiya evita reírse y le palmea la espalda a ambos antes de caminar donde se encuentra Shiryu, quien ni siquiera ha reparado en su presencia hasta que carraspea llamando la atención de ambos, sonríe y está por unirse a la conversación cuando Jabu interrumpe.

 

-        Mira Seiya, allá está Saori, viene hacia acá- lo dice hasta con inocencia, ya que en realidad Shiryu era tan bajo perfil que no muchas personas saben que estuvo saliendo con Seiya, y era esa falta de maldas la que terminó de frustrar al pegaso.

 

-        Si, ¿y a mi qué?- contesta angustiado mirando la reacción de Shiryu, este solo se encoge de hombros

 

-        Bueno, llevas como 10 años esperando por ella, todos los sabemos- comenta el dragón con un tono bastante apagado.

 

-        Ah eso...- Seiya comienza a inquietarse y se rasca la cabeza- bueno, no sabes lo increíblemente estúpido y terco que se puede llegar a ser cuando uno no sabe lo que es bueno...

 

-        ¿Ah sí? ¿y que es bueno?- pregunta Jabu dándole toda su atención

 

-        Shiryu- contesta el pegaso, una vez más, sin pensarlo.

 

-        Que interesante respuesta- contesta el pelinegro- yo me voy, Jabu, ¿vienes?

 

-        Por supuesto, adiós Seiya- Jabu se escurre con Shiryu entre la multitud, ya que se había comprometido a llevarlo a casa.

 

Seiya se sintió vacío, siempre había sido un impulsivo pero ahora estaba comenzando a entender que no podía esperar que todo siempre saliera a su manera, probablemente lastimó a Shiryu de tal forma que este no iba a perdonarlo, o si lo hacía no iba  a poder abrazarlo, o invitarlo a salir, ni hacerlo reír o sonrojar cada vez que se queden solos, tal vez Shiryu no iba a sonreírle nunca más, ni le iba a contar su día, ni se iba a dormir leyendo en su sofá ¿esto era crecer? Cuando ve que Saori se acerca decide que tuvo suficiente y se encamina a un bar cercano, nadie le pregunta si ya tiene los 18 y se deja caer en la barra, ni siquiera con ánimos de beber hasta emborracharse, sólo que era difícil saber si alguien lo entendería.

 

 

 

Bar “las miserias” 9 pm 

-        Eres el hermano de Marín ¿no es así?

 

-        Si, ¿tú eres el hermano de Aioria?...¿Su primo? Disculpa, soy pésimo para recordar cosas.

 

-        Eso se arregla con el tiempo ¿Qué haces aquí?

 

-        La cagué y creo que nadie va a entenderlo.

 

-        Maldición lamento decirte que no hay fecha límite para dejar de hacerlo

 

-        Entendí que te dedicas al deporte, ¿Qué haces acá?

 

-        Esto es cerveza sin alcohol y no quiero llenarme pensando en cuanto la jodí, ya ni siquiera tengo su atención y decirlo en voz alta es patético.

 

-        Necesito un trabajo o me haré un bebedor compulsivo

 

-        Necesitamos un asistente en la tienda, pero háblalo con Marín-

 

-        Gracias, lamento que la hayas jodido

 

-        Salud.

 

Si alguien le hubiese dicho a Aioros que se iba a sentir tan identificado con un adolescente brutalmente enamorado se habría reído un poco, pero ahora era así, su mejor amigo Saga estaba en una cena familiar (en parejas) por su cumpleaños, su hermano había sentado cabeza y vivía con la mujer que le eclipsaba desde que se conocieron, y el, él estaba ahí, tratando de guiar a una versión más joven de sí mismo, aunque pudo presentir que ese tal Shiryu tenía más posibilidades de darle una oportunidad a Seiya que Shura a cualquier humano.

 

¿Por qué tenía que gustarle tanto alguien tan terco y orgulloso?


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