Disparos, gritos, la altura, caida.
Fue la primera vez que Tony tuvo una pesadilla tan realista, creyendo incluso que se encontraba despierto cuando no era así.
Abrio los ojos sobresaltado, escuchando solo su respiración entrecortada. Miro a su alrededor con cierto temor, no reconociendo el lugar.
Solo necesito de unos segundos para recordar en donde estaba, de alguna manera, estar en aquel tiempo lo tranquilizó un poco.
Formaba parte del pasado, un tiempo en el que nada de lo que tanto temía ocurriría.
-¿qué es lo que realmente le asusta?- Tony dio un ligero brinco en su lugar al escuchar eso, no esperaba que Holmes estuviera despierto.
-no es nada, creí que estabas dormido-le contesto Tony, buscando tomar un tono más tranquilo y casual.
-me parece que desarrolló estrés post traumático-continuo diciendo Holmes mientras miraba el techo, aún acostado en el suelo.
Tony gateo hasta la ventana más cercana, descubriendola lo suficiente para poder mirar el exterior.
-jamás creí que una invasión a la tierra pudiera ocurrir-
-pero ocurrió-
-si-aceptó Tony bajando la mirada, jugando con la cortina entre sus dedos, en ese momento dejo de importarle todo, podria mandar su oportunidad de volver a su tiempo por el caño.
Miro a Holmes unos segundos antes de volver a posar su vista a la ventana, "que más da" fue su primer pensamiento-uno experimenta cosas, luego terminan y no las puedes explicar. Dioses, aliens, otras dimensiones... Yo solo soy un hombre en una lata-su voz se corto al final, dudando de que realmente estuviera hablando de eso-un misil se dirigía a Nueva York, lo habían enviado para destruir la ciudad y a los chitauri con ella... Si explotaba, mataria a cientos de personas y aún así la invasión continuarí-explico, con la emosión contenida en su voz, volviendose un poco más aguda-Tome el misil y entre por un agujero de gusano, por el cuál estaban pasando los aliens, perdi contacto con Jarvis y mi traje dejo de funcionar, comence a quedarme sin oxígeno, bueno, en el espacio no hay la gran cosa, solo vacío... Lo último que vi fue el misil impactando con la que parecia ser la nave principal, quede inconsiente y cai en picada hacia la tierra, traspasando por aquel portal que comenzaba a cerrarse-limpió su frente con su mano, estaba bañado en sudor.
Apretó la cortina con fuerza, buscando aferrarse a algo que lo mantuviera en la realidad y no en aquellas pesadillas.
Holmes apenas y había girado su rostro para mirarlo. Estaba enfermo y lo sabía, necesitaba a un doctor pero Stark se negaba a ver uno, o al menos dejar que Watson lo revisara.
El no podría hacer mucho. Las emociones siempre habían sido un misterio que no deseaba resolver, uno que sabía que sólo lo distraeria.
Pero ahí estaba. Perdidamente enamorado de Watson y deseando poder decir algo que pudiera tranquilizar a su doble, pero las palabras simplemente no salían, por primera vez no tenía nada que decir.
Se aclaró la garganta en busca de recuperar su voz, buscando una manera de comenzar.
-es comprensible su miedo Anthony, trate de respirar, esta a salvo-
-esto comienza a volverse más fuerte, cada vez que ocurre me cuesta más trabajo respirar, evitar salir corriendo-suspiro con pesadez, odiaba no tener el control.
-todo esta bien en estos momentos, no debe preocuparse-le dijo, permaneciendo unos segundos en silencio antes de volver a hablar-bueno, en vista que ninguno de los dos volvera a dormir...- Holmes por fin se decidió a levantarse de donde estaba, caminando hasta colocarse frente al Stark-...menciono algo sobre reparar ciertos imperfectos de nuestro vehiculo-
-¿esa carcacha?-Tony rio secamente, recordando aquella baratija que el detective se atrevia a llamar "vehiculo"-soy un genio pero no hago milagros-sonrió, levantandose de donde estaba, recuperando un poco la compostura para seguir al detective, quien salió de la habitación y lo guió hasta donde se encontra el coche.
-¿no le molestara a la señora Hudson el ruido que podamos hacer?-
-no creo que le importe, seguido me ha dicho que haga algo más que tocar el violin o consumir cocaina durante mi tiempo libre, le resultara agradable saber que seguí su consejo-
-son las tres de la mañana-lo contradijo Tony.
-bueno, justo ahora tengo tiempo libre disponible-contestó Holmes ciertamente divertido, molestar a su casera eran de esas pequeñas cosas que tanto le agradaban.
Tony desarmo parte por parte aquel vehículo, buscando adaptarse al modelo original, no queriendo hacer demaciadas mejoras como para que en su tiempo los autos voladores realmente existieran.
Trabajar en conjunto con el detective le resulto agradable. Si bien no entendia algunas de las cosas que hacía, había demostrado aprender con rapidez.
Escucho atentó algunos secretos que Holmes había accedido a revelarle, aunque una vez que entendio los métodos de deducción que usaba, se dio cuenta de que eran de las cosas más simples.
Explicarlo le había quitado todo lo extraordinario que le había visto en un inició, aún que no por eso dejo de sorprenderle la velocidad de pensamiento de su doble.
Para cuando volvio a armar el vehículo en su totalidad, el sol había empezado a salir iluminando las calles.
Entrar de nuevo a la casa significo todo un acto heroico, porque la mirada molesta de la señora Hudson había alcanzo nuevos límites, según comentarios de Holmes.
-¿durmió bien nany?-pregunto con total sinismo el pelinegro.
-espléndido, como no tiene idea-le contesto sarcástica la mujer-esta sobrepasando los limites señor Holmes-
-una disculpa-los interrumpio Tony, sintiendo de pronto una tension casi palapable en el ambiente. Algo le decía que la rivalidad entre Holmes y la señora Hudson era más interesante que la que pudo tener el detective con Moriarty.
-ha sido culpa mía, aún no estoy acostumbrado al cambio de horario y me he puesto a ayudar a mi primo con algunos problemas con su vehículo-mintió.
Holmes lo miraba incredulo ¿ese era el mismo hombre que hacía bromas fuera de lugar y que aprovechaba cada oportunidad para molestarlo?
-oh no hay ningún problema-le dijo la señora Hudson, tambien sorprendida-un té por la noche le ayudara a descansar, yo misma se lo llevare y ¿le apetece desayunar algo señor Stark?-
-si no es mucha molestia-
-ninguna- se apresuro a decir la casera del lugar, saliendo de inmediato hacia la cocina. Tony y Holmes voltearon a verse al mismo tiempo, con el millonario luciendo aquella sonrisa marca Stark para burlarse de su compañero.
-ya me quiere más que a ti-Holmes no contesto, simplemente subió las escaleras hacía su habitación, escuchando la risa de Stark a sus espaldas.
Una nueva forma de irritar al detective había surgido para Tony, quién alagaba toda cosa hecha por su casera, quién cada vez se encontraba más servicial y amable con el castaño.
Aunque el millonario y el detective se llevaran bien, molestarse entre sí eran una de las cosas que ya no cambiarían, por algo eran familia.
Los reportes pedidos por Holmes a Scotlad Yard venían sin datos de interés, razón por la que el detective se encontraba insatisfecho, manteniendose en la inactividad debido al callejón sin salida al que había entrado en aquél caso.
Sin pistas de Frank Sanders. Sin una relación clara de sus objetivos con sus acciones y la falta de información le hicieron temer por el tiempo que tendría que esperar para la llegada de nueva información.
Para cuándo Watson llegó a Baker Street, ya era media tarde, habiendose pasado la mayor parte del día con los padres de su esposa, quienes se mostraron muy contentos por la noticia del embarazo de su hija.
Al subir, se encontro a Holmes fumando tranquilamente de su pipa, sentado en el sillón, mientras que Tony jugueteba con el violín de su compañero, encontrandose en el suelo con un montón de papeles con dibujos de planos de armaduras a su alrededor.
-doctor Watson-lo saludo Tony-digame que es una broma eso de que no tienen una tina de baño, al menos una regadera-
-Stark esta realmente empeñado en tomar un baño, he intentado explicarle porque no es posible tomarlo de la forma que el quiere-le explicó Holmes con brevedad.
-el sistema de red de tuberías no está terminada ¿como es que se asean? Llevo varios días sin tomar un baño-se quejo el millonario.
-es reciente el implento de medidas de higiene en el cual involucren el baño en toda su extensión, anteriormente se consideraba un riesgo para la salud, pero gracias a que alguien realmente empezo a usar la cabeza, se ha demostrado que el baño no causa daños al sistema inmunologico-
-¿y en que cabeza cabe que el baño es peligroso?-preguntó Tony exaltado.
-muchos hombres lo creían-le contesto Watson, pasando por alto el extraño recibimiento y comenzando a caminar a donde se encontraba su sillón, justo a un lado del detective-le pedire a la señora Hudson que le prepare un recipiente con agua y un trapo-
-ya se lo he pedido-lo interrumpió Tony.
-de alguna manera logro agradarle a nuestra casera-comentó el detective, exhalando parte del humo que se encontraba en su boca-ahora que tengo un remplazo estoy casi seguro que encontrare veneno en la proxima tasa de té-
-no sea dramático-le dijo el castaño mientras se levantaba del suelo, aun sosteniendo el instrumento.
-¿por qué tiene tu violin?- pregunto Watson a su compañero, viendo como esté solo soltaba un bufido.
-es para evitar que lo toque, suele ignorame cuando lo hace-
-no se sienta mal Stark, él ignora a todo el mundo cuando hace eso-le contesto el doctor, mirando fijamente el rostro del detective, apreciando cada pequeño detalle en él.
-si claro, a todo el mundo-dijo Tony con sarcasmo, tratando de ignorar la forma en que sus compañeros se veían- aquí hay mucha tensión sexual-comentó después de un rato-creo que es hora de su ejercicio nocturno, yo seguire trabajando-
-lo veremos después Stark-
-yo me voy a quedar aquí Holmes, ustedes son los que deben irse a una habitación-los corrió Tony-traten de no hacer mucho ruido, no sabría explicarle a la señora Hudson sobre la presencia de sonidos extraños en la casa-Watson se giro a verlo de forma amenazante, haciendo que Tony levantara una ceja divertido.
-yo me voy a quedar aquí-le espetó el Stark, tratando de aguantarse la risa. Lo que no esperaba era que Watson tomara sus papeles y a él para sacarlo del estudio, cerrandole la puerta en la cara.
-¡esta bien! Son muy persistentes-les dijo el millonario, algo molesto por el gesto-¡y me quedare el violin!-avisó antes de caminar hacía la habitación de Holmes, hablando entre dientes acerca de que era una farsa eso que los ingleses tuvieran buenos modales.